Mi columna en Expansión de esta semana se titula “Quemando a Gutenberg“, y habla del juicio a Pablo Soto y de como Johannes Gutenberg tuvo mucha suerte de vivir en la época en la que vivió, en pleno siglo XV. De haber vivido ahora, habrían llegado una panda de copistas retrógrados, lo habrían sentado en un banquillo y le pedirían vete tú a saber que estúpida cantidad de millones por haber tenido la osadía de inventar una máquina para distribuir copias. Más de quinientos años después de morir Gutenberg, algunos todavía lo quieren quemar en la pira purificadora…
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.