31 julio 2008

Las grandes compañías discográficas contra los indefensos

Un abogado norteamericano, Ray Beckerman, ha publicado en la edición de este trimestre de The Judges Journal, una publicación con fuerte llegada a todo el estamento judicial de los Estados Unidos, un artículo titulado Large Recording Companies vs. The Defenseless, poniendo de manifiesto las situaciones de abuso e indefensión que ocurren en la justicia norteamericana cuando la Recording Industry Ass. of America (RIAA) aplica su rodillo legal y su maquinaria bien engrasada contra personas que no tienen en la mayor parte de los casos posibilidad de acceder a abogados mínimamente comparables y con un nivel de conocimiento de los temas en litigio parecido al que pueda tener los de la otra parte (vía TorrentFreak, Lawyer Exposes RIAA's Legal Bullying).

El abuso, además, no solo se basa en los desproporcionados medios legales a su alcance y en la actitud de llevar hasta las últimas consecuencias el caso provocando así que el acusado incurra en abundantes gastos derivados de su defensa, sino también en técnicas de muy dudosa validez jurídica, como el uso de MediaSentry (parte obviamente interesada) como testigos expertos, el uso de demandas anónimas, la solicitud de denuncia por parte de universidades e ISPs, y el apoyo en el conservadurismo de unos jueces que, en ausencia de mejor criterio y abrumados por la aparente complejidad de un entorno que escapa a su comprensión, prefieren apoyarse en la parte que sienten más próxima a su razonamiento. Sin duda, la RIAA se ha aprendido la lección de que “los Estados Unidos tienen la mejor justicia que el dinero puede comprar”, y lo aplica a rajatabla para provocar una situación de patente desequilibrio.

Exactamente lo mismo comentábamos no hace mucho con respecto a la situación en España: los jueces españoles, en materias que rozan mínimamente la tecnología, están no solo indefensos debido al desconocimiento, sino que además se apoyan en aquellos que tienen llegada natural a ellos, los que les imparten cursos de verano, los que pagan a los mejores abogados y los que invocan los tópicos tanto del más rancio talibanismo en todo lo tocante a la propiedad intelectual, como de una red perversa percibida como un antro de vicio y perdición en el que reina la anarquía. En la contraparte, ciudadanos indefensos cuyas libertades están siendo vulneradas: cuando se legisla de más o se interpretan las leyes persistentemente en favor de una de las partes, no debemos olvidar que se están poniendo en compromiso los derechos de la otra parte: en este caso, los de todos los ciudadanos.

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30 julio 2008

¿Se toma Apple en serio el mercado europeo?

Es un tema del que quería escribir hace tiempo, y obviamente, no soy ni mucho menos el primero en hacerlo: la política de precios de Apple fuera de los Estados Unidos, y el dramático sobreprecio que hay que pagar si pretendes adquirir los productos de la compañía desde Europa. Los datos están perfectamente claros y disponibles para cualquiera, no hay más que entrar en la Apple Store de Estados Unidos y en la española y tomar nota de los precios.

En esta hoja de cálculo pueden verse los precios de los productos anunciados en portada de ambas tiendas excluyendo el iPhone: concretamente, aparecen la gama completa de iPod (Shuffle, Nano, Classic y Touch), el Apple TV, y los ordenadores MacBook, MacBook Air, MacBook Pro, iMac y Mac Pro. El procedimiento es tan sencillo como tomar los precios en dólares, convertirlos a euros, y compararlos con los precios en España. El gráfico no deja lugar a interpretaciones: las diferencias oscilan entre el 25.76% de incremento que recibe el Mac Mini, al pasmoso 98.47% del que resulta ser víctima el cliente que adquiere en España un Apple TV. El sobreprecio medio de todos los productos de la gama es de un 42.80%, de un 37.23% si excluimos el caso claramente anómalo del Apple TV. En la gama de iPod, el sobreprecio medio es de un 40.09%, mientras que en ordenadores es algo menor, de un 35.32%, pero aún impresionante.

Y la reflexión correspondiente, claro, es la siguiente: ¿resulta más interesante para el fabricante de la manzana beneficiarse de un margen enormemente más amplio en el mercado europeo (en un mercado en el que muy pocos fabricantes pueden presumir de una estructura de márgenes semejante), o intentar desarrollar el mercado de una manera mucho más ambiciosa mediante una estructura de precios verdaderamente competitiva? ¿Para cuántos clientes resultaría irresistible, en el momento actual de imagen de la compañía, un MacBook por €700, un MacBook Pro por menos de €1.300, o un irresistible iMac por €760? ¿Un Mac Mini por €380? ¿Qué nivel de hipotético desarrollo de mercado está perdiéndose la compañía a cambio de aplicar una estructura de precios tan profundamente injusta para con el mercado europeo? Según estimaciones de Gartner, la cuota de mercado de Apple a nivel mundial estaba, en el segundo trimestre de 2008, por debajo del 4.4%, agrupada en el segmento Otros. En el mismo período, la participación de Apple en el mercado norteamericano ascendía a un 8.5%, la tercera marca tras Dell y HP. ¿Cuánto de esa disparidad es debida al desprecio de Apple hacia mercados como el europeo? ¿Es Apple una empresa demasiado norteamericana?

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29 julio 2008

¿Escribir sobre Cuil? ¿Para qué?

No pensaba escribir sobre Cuil, sobre todo porque si no has pasado los últimos días en el fondo de una cueva oscura completamente incomunicada, ya habrás tenido tiempo de leer sobre ello en un montón de sitios. Pero mi buen amigo Joe ha conseguido “picarme” con una observación interesante al hilo de la impresionante recepción mediática que ha tenido la nueva startup fundada por ex-googlers en el terreno de la búsqueda: una recepción tan buena, que ha llevado a directivos del área de marketing de la compañía a decir que ha sido, para ellos, la venta más fácil de un argumento de PR que han tenido en toda su carrera.

Si buscamos Cuil en Technorati, vemos una aceleración digna de un Lamborghini: de prácticamente nada, a casi tres mil quinientas entradas de un día para otro. Cuesta pensar en ninguna otra startup tecnologica que haya tenido una recepción semejante, saludada por todos los medios de comunicación y blogs prácticamente al unísono. Y es que independientemente de las capacidades de Cuil, que por el momento parecen más bien poco claras y cuestionadas de manera uniforme por todos los que lo prueban (haz la prueba con tu búsqueda favorita y verás), lo que sí ha quedado claro con su lanzamiento es lo desesperados que están los medios y analistas de todo tipo por encontrar una alternativa a Google. Alternativa para la que además, ya de una manera clara y evidente, se descarta completamente a los dos sospechosos habituales: Yahoo! y Microsoft. En cierto sentido, como me comentaba Joe en su mensaje, Cuil podrá ser o no un Google-killer, pero sin duda, mucha gente tiene ganas de que efectivamente lo sea.

Por un lado, buenas noticias para Google, que siempre afirmó creer que su verdadera competencia no estaba en la industria del momento, sino en algún nuevo entrante con características diferentes (entrante que en este caso, proviene de las entrañas de la propia Google y se desarrolla gracias a la ilegalidad de las cláusulas de non-compete en el Estado de California). Por otro, malas noticias por lo que tiene de “mar de fondo” entre la comunidad tecnológica con respecto a la imagen de Google: que muchas personas ven con preocupación el crecimiento de la empresa en muchas áreas no relacionadas con la búsqueda, que piensan que es necesario reenfocar la búsqueda en cosas que tengan que ver con la búsqueda, y que la definición del “Don’t be evil”, de alguna manera, ha sido reclasificada. Para Google, el toque de atención no es, por el momento, Cuil y su tecnología (aunque pueda acabar siéndolo si, como dicen en los colegios ahora, “progresan adecuadamente”), sino Cuil y su impresionante recibimiento por la comunidad tecnológica. Si consideramos a Cuil por ahora puro humo, está claro que lo que sí nos está indicando es que en la que era hasta no hace mucho la compañía con una de las imágenes más amables del mundo de la tecnología, hay algo que se está quemando…

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28 julio 2008

De los errores también se aprende?

A través de Digg llego a Business Pundit, que publica una recopilación de las que fueron para ellos las veinticinco start-ups más notables que se la pegaron horriblemente, 25 Internet Startups That Bombed Miserably, desde aquellas primeras Pets.com o Boo.com que marcaron el principio de la explosión de la burbuja a finales de los ‘90, hasta sitios como Webvan, eToys, Kozmo, o Go.com; algunos que aún existen como AltaVista, Friendster o Lycos pero que ya no son ni la sombra de sí mismas; o los más recientes casos de Kiko.com o KaZaA.

Una recopilación discutible y que proporciona una explicación más bien escasa de cada caso (de ahí que haya añadido los vínculos a Wikipedia de las que me parecieron más notables), pero sin duda interesante: de los fracasos se aprende, y en ese sentido, Internet es como un laboratorio que permite estudiar este tipo de errores de gestión o de oportunidad “en formato cámara acelerada”: para que un académico de hace algunos siglos pudiese tener la perspectiva que tenemos hoy en día en este tipo de temas, habría tenido que encadenar varias vidas una detrás de la otra…

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27 julio 2008

Network neutrality: USA versus Europa

A raíz de mi conversación con Francisco Ros, Secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, del pasado 3 de Julio en la que tuve la oportunidad de preguntarle acerca de la posición del gobierno español con respecto a la neutralidad de la red, me quedé intrigado con respecto a la distancia entre su pensamiento y la evidencia de cómo está evolucionando este tema al otro lado del charco, en un mercado que suele servir como referencia en este tipo de temas como es el de los Estados Unidos.

En mi pregunta hice referencia al pensamiento de Barack Obama, fuerte defensor de la neutralidad de la red, pero es que, según cuenta Wired en Net Neutrality Gains Traction In 2008 Senate Races, podría haber citado ya a cualquier candidato demócrata al Senado: la práctica totalidad de ellos se significan a favor de defender una red neutral en la que unos bits son iguales a otros bits, y en la que quien posee la titularidad de la infraestructura no puede tener la potestad de decidir sobre el contenido que circula por ella.

Según parece, los políticos estadounidenses están en un diferente estadío evolutivo con respecto a sus colegas españoles o europeos en general: no solo empiezan a entender cómo funciona Internet y la importancia que tiene que siga funcionado así, sino que además lo demuestran con los hechos: de los cinco comisionados de la FCC encargados de estudiar el caso Comcast, proveedor de Internet norteamericano que decidió unilateralmente degradar la calidad de las conexiones a sitios P2P de sus usuarios, tres de ellos se manifiestan a favor de sancionar a la compañía y requerir que abandone su práctica discriminatoria (Wired, Slashdot, Save the Internet Blog). Aunque los votos no son definitivos aún y no lo serán hasta el próximo 1 de Agosto, existe una gran curiosidad por ver el sentido de los dos comisionados restantes: un veredicto por unanimidad enviaría una clarísima señal a los prestadores de servicios de conectividad acerca de o que está y no está permitido en su negocio.

Llama la atención ver que un episodio como el de Comcast, a punto de ser sancionado en los Estados Unidos y contestado con un fuerte nivel de activismo, cuenta con un comparable tan claro como el de ONO en España y algunos más a nivel europeo, en donde los ISP operan con total impunidad con respecto a las violaciones de la neutralidad de la red y la posibilidad de sanciones en este sentido no ha llegado ni a ponerse encima de la mesa. A ver si con el tiempo y la evolución, terminamos aprendiendo antes de que Internet, en España o en toda Europa, deje de ser la Internet que conocemos…

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26 julio 2008

Google-Digg: no hay trato

Mike Arrington, el mismo que desató el rumor el pasado miércoles, se encarga de proporcionarnos el desenlace negativo del mismo: cuando estaban ya en la fase de due dilligence y con un precio objetivo en torno a los doscientos millones de dólares, Google ha parado el tema en lo que es, según parece, un adios definitivo a las negociaciones.

No hay nada demasiado claro con respecto a las razones que han llevado a echar atrás el proceso, y las informaciones disponibles oscilan entre razones derivadas de la auditoría técnica (imposibilidad de depurar el código hasta un estado razonable en el tiempo esperado, o simplemente la constatación de que no hay nada especial en el lado técnico que valga el precio solicitado) y otras más de tipo personal/cultural relacionadas con el encaje de los equipos directivos de una y otra empresa. Para Digg, se trata de uno más de una ya larga lista de procesos interrumpidos que la empiezan a convertir ya, como comenta el propio Michael, en una “novia difícil de casar”, y la señal para salir a levantar una nueva ronda de financiación.

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Hablando de redes sociales profesionales, en El Mundo

Pablo Romero me cita hoy en El Mundo hablando de redes sociales profesionales, “¿Busca trabajo? Pruebe con las redes sociales profesionales“, tras un intercambio de correos que tuvimos hace un par de días. Mis respuestas completas a las tres preguntas de Pablo aparecen a continuación:

P. ¿Piensas que son efectivas estas redes para encontrar trabajo?

R. Las redes sociales suponen una solidificación en forma de base de datos del gráfico social que todos llevamos con nosotros en medios habitualmente más desestructurados (agenda de papel, teléfono móvil, e-mail, en la cabeza, etc.) y en ese sentido, pueden ser efectivas para lo que uno quiera, dentro del contexto de cada red. Nadie se iría a buscar trabajo a Match.com ni a ligar a LinkedIn, pero para su tema, cualquiera de las dos es muy eficiente. En cualquier caso, conviene tener muy claro que uno no debe plantearse “ir a la red para conseguir un fin determinado”, sino alimentar la red desde mucho antes de precisar ese fin, de manera que actúes unas veces como “giver” y otras como “taker”, manteniendo un equilibrio que haga que el resto de tu red no te perciba como un “interesado”. Un perfil en LinkedIn, por ejemplo, no se construye de un día para otro. Se cultiva a lo largo del tiempo, se van consiguiendo endorsements (recomendaciones), red, etc. de manera que cuando lo necesitas, está ahí y puedes tirar de él. El perfil construido de manera artificial a toda prisa porque te quieres mover a otro trabajo funciona mucho peor en ese sentido.

P. ¿Crees que son realmente abiertas a todos, o hay alguna barrera? Es decir, ¿Cuál crees que es el perfil de usuario de este tipo de redes? Da la impresión de que parecen enfocadas a gente con un nivel superior.

R. En una red social con orientación profesional, tiendes a tener contactos de niveles profesionales parecidos al tuyo, porque es lo que te da tu esquema habitual de relación (y no es que seamos “clasistas” de manera natural, sino que es lo que sueles tener alrededor). En el caso de LinkedIn, predomina una cierta orientación al perfil directivo desde su origen y concepción, y es una red en la que los contactos se suelen establecer de manera más selectiva (al contrario de lo que ocurre en otras redes de propósito generalista como Facebook), de manera que ese punto “elitista” se sostiene de una manera más prolongada.

P. ¿Hasta qué punto es conveniente separar el perfil en una red profesional del que uno tenga en sitios más personales, como Facebook o Tuenti?

R. Lo normal es tener redes diferentes para aspectos diferentes. Somos personas poliédricas, con diferentes caras que ofrecemos a diferentes redes de personas, y eso se refleja en Internet: usas LinkedIn o Xing (o las dos) para tu perfil profesional, Facebook para un propósito más amplio, Tuenti en determinados grupos de edad, etc. y es normal que sea así. Con el tiempo evolucionaremos a modelos de portabilidad de datos que nos permitan tener un solo perfil y compartir lo que queramos de él con cada una de nuestras redes, pero por ahora hay que pasar por actualizar aquellas que te generen interés y te ofrezcan una propuesta de valor suficiente como para pasar el trabajo de hacerlo.

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Crisis y negocios contracíclicos

Interesante entrada en GigaOM, The economic gist via Craigslist, en la que se muestran el número de entradas etiquetadas como “garage sale” en el sitio de anuncios clasificados Craigslist (gráfico superior) entre Junio de 2007 y Junio de 2008, y el número de entradas de artículos “for sale” para ese mismo período (gráfico inferior). Como apunta la entrada original, es posible que parte del crecimiento sea debido simplemente a costumbres típicas estivales como la limpieza de trasteros, pero también parece evidente que ante la crisis, muchos norteamericanos están dedicándose a aligerar peso y conseguir un poco de dinero extra a través de ese conocido principio de “la basura de una persona puede ser oro para otra”.

Craigslist, fundado por Craig Newmark en 1995, es una página absolutamente espartana y simple en la que los usuarios ponen anuncios clasificados en una variedad de categorías que van desde compraventa hasta contactos pasando por trabajo, servicios, mascotas, etc., a cambio de un precio fijo por listado. El sitio recibe más de treinta millones de anuncios clasificados cada mes en las cuatrocientas cincuenta ciudades en las que opera en todo el mundo, y sirve unas nueve mil millones de páginas vistas al mes. El sitio no contiene publicidad, toda la facturación proviene del dinero pagado por los anunciantes (entre los $75 y los $10 por anuncio), y su CEO, Jim Buckmaster, dijo en una conferencia en 2006 que la empresa tenía poco interés en maximizar su beneficio, y sí en ayudar a sus usuarios a encontrar coches, apartamentos, trabajos o citas. En estos momentos, los artículos más ofertados en Craigslist son automóviles, muebles, electrónica, cosas para bebés y niños, y motocicletas.

Sin duda, un ejemplo de negocio contracíclico.

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25 julio 2008

Varias surtidas?

Para mi clipping particular, ese que tengo que entregar todos los años: a lo largo de la semana, tuve participación en varios articulos de distintos temas:

  • María Domínguez, de El Economista, me llamó para pedirme opinión acerca de las redes sociales profesionales, y me cita en “La nueva forma de venderse a mundo: así funciona una red social“. En este tema, el panorama estuvo bastante animado con el lanzamiento de LinkedIn en español y la visita a España de su Director General para Europa, Kevin Eyres.
  • En “Planeta Fascinante”, la nueva revista del Grupo Bauer, aparezco en un artículo, “¿Dominarán los bloggers la red?” que recuerda poderosamente el estilo de aquel artículo de Forbes de 2005, The attack of the blogs.
  • En Soitu, Delia Rodríguez me preguntó sobre el hipotético futuro de Apple sin Steve Jobs, y comenta sus impresiones en “¿Es posible Apple después de Jobs?
  • Además, participé en el programa “Madrid en Comunidad” de Onda Madrid, con Curro Castillo, hablando de redes sociales y del fenómeno Tuenti (también entrevistaron a mi amigo Ícaro Moyano y a un par de usuarios de la red), y hemos quedado en hablar para una posible participación más estable a partir de la vuelta de vacaciones.
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24 julio 2008

Keynote de Bernardo Hernández en la Ceremonia de Graduación del Instituto de Empresa

Esta tarde, en la Ceremonia de Graduación de los Masters de Dirección del Instituto de Empresa, tendremos el gusto de contar para la lección magistral con Bernardo Hernández, co-fundador de empresas como Idealista, FloresFrescas, 11870, Tuenti y alguna más, y actualmente Presidente Mundial de Marketing de Google Maps y Google Earth. Para aquellos a los que les pueda interesar, la ceremonia se transmite entera a través de Internet desde esta página, empieza a las 18:00, y la intervención de Bernardo está previsto que sea entre las 18:15 y las 18:40 (y suele ajustarse bastante bien al programa).

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Trabajando para Google

Pedí a Ibai García, uno de mis mejores alumnos de este año en el MBA del Instituto de Empresa que se gradúa precisamente hoy y que ha sido contratado por Google para trabajar en su sede de Dublín, que me contase como fue el proceso de selección y, en general, su relación con la compañía durante esa fase. Conocido es el interés que despierta Google como lugar para trabajar, como hemos podido ver recientemente en esta entrada de Mariano Amartino o como lo demuestra el hecho de ser elegida de manera consistente entre los best places to work… El resultado de mi petición a Ibai es este relato detallado de su experiencia de primera mano que tal vez pueda ser interesante para algunos. Además, Ibai irá contando partes de su experiencia en esta página, “Infinity and Beyond: historias de un noogler en Dublín“. En “idioma Google”, los nooglers son las nuevas incorporaciones a la compañía, a quienes suelen entregar un welcome pack con alguna camiseta y esa característica gorrita de nerd… :-)

La experiencia de convertirse en noogler

Por Ibai García

He de confesar que no era la primera vez que llamaba a su puerta. Google es una empresa muy atractiva para muchos que consideramos Internet una extensión más de nuestra vida. En Internet se pueden encontrar múltiples experiencias de Ingenieros que o bien fueron contratados o rechazados, pero no he visto a nadie de otras áreas, así que creo que puede ser interesante contar mi experiencia.

El proceso comenzó con un aviso de las nuevas oportunidades de trabajo que estaba ofreciendo la compañía para gente recién graduada (yo por segunda vez en mi vida, lo era, así que “check”), que hablase inglés (check) y también español (check). Alrededor de una decena de posiciones para diversas ciudades europeas, de las que “reduje” mis pretendidas a cinco (al fin y al cabo la pasión por la compañía pudo al puesto concreto que prefería). Una nota al pie de cada una de las descripciones de puestos me hizo apresurarme en completar todos los formularios, Deadline: ASAP.

Así que el mismo día que recibí las descripciones envié las solicitudes. CV, notas del postgrado (lo único que tenía a mano) y poco más (ni siquiera rellené el Cover Letter ni añadí las recomendaciones). Eran principios de abril. Tres semanas más tarde en mi bandeja de entrada de Gmail tenía un e-mail con el siguiente asunto: “Hello from Google”. La responsable del área de nuevos graduados quería concertar una entrevista telefónica para una de las tres posiciones de una de las tres sedes a las que había presentado mi candidatura. El proceso marchaba y ya se había concretado cual podría ser mi destino.

Una semana después tendría mi primera entrevista telefónica. Entre las distintas lecturas que me recomendaron para la entrevista había un curso de Adwords que me mantuvo entretenido todo el fin de semana. En clase habíamos trabajado bastante los casos de AdWords y AdSense, pero no quería tener la más mínima duda. Me lo estudié bien a fondo.

Así llego el día de la entrevista. Con puntualidad británica me llamaron. La primera sorpresa de todo el proceso: me llamaban de Dublín, pero la entrevista era en perfecto español. Empezamos a hablar, y lo más curioso es que la única referencia a AdWords fue la pregunta de “¿cómo venderías AdWords a alguien que no supiera como funciona?”, ante lo cual usé uno de mis recursos más habituales: la metáfora del francotirador. El resto de la entrevista no fue muy diferente a una primera entrevista en cualquier empresa: roles dentro de un grupo, situaciones difíciles, el porqué de la elección de los estudios, etc.

La sensación tras esta entrevista fue buena. Pero tampoco creía haber hecho nada especialmente brillante, ningún aprieto del que hubiera salido airoso o que me permitiese cantar victoria. Tres días después, un nuevo e-mail me felicitaba por haberlo hecho bien en la entrevista telefónica, y me citaban para ir a su sede de Dublín a una serie de entrevistas “in situ”. Con todos los gastos pagados. Quiero decir que ese mismo día recibí un e-mail desde la sede de Polonia diciéndome que mi perfil no les encajaba (mismo puesto por el que iba a viajar a Dublín). Supongo que por no saber polaco, aunque el puesto no lo exigía explícitamente.

El caso es que dos semanas después, estaba volando hacia las islas para visitar personalmente las instalaciones de Google. La verdad es que era mucho más de lo que habría pedido al inicio del proceso. Me esperaba un hotel bastante aparente que me hizo sentirme importante. La verdad es que la gente de Google sabe muy hacer que te sientas parte enseguida, y esto yo lo valoro mucho.

Al día siguiente me levanté temprano y aproveché para pasear y despejarme. Uno de los detalles que me atormentaba para este día era algo que a priori puede parecer simple, pero que entraña muchos peligros: ¿cómo se viste un candidato para ir a una entrevista en Google? Mi look diario dista mucho de ser formal, y aunque ellos promulgan el vestuario “casual”, tampoco quería parecer un desharrapado. Daré la formula que me sirvió a mi, probablemente no sea la mejor pero tampoco es equivocada: camiseta de color vivo, más jersey, pantalones “chinos” y zapatos “informales” tipo Geox.

Así es como llegué a Google. Una vez dentro todo es sorprendente. En la sala de espera los sofás dejan sitio a sillones de masaje, comida y bebida gratis en todas las esquinas, etc. Mi contacto no tardó en llegar y me dio un pequeño tour por las instalaciones antes de pasar a las entrevistas.

Llego la primera entrevista. Segunda sorpresa: la persona encargada de entrevistarme es uno de mis futuros compañeros de equipo. Comenzamos a hablar y la mayor parte de la media hora programada la pasamos hablando de mis hobbies y las actividades que hago y he hecho alrededor de ellas: organización de torneos, puesta en marcha de algunas webs, etc. La verdad es que si en un principio el entrevistador parecía que iba ser serio y duro, finalmente congeniamos muy bien. Aquí me gané un punto.

Segunda entrevista. Otro miembro del equipo. Esta entrevista empezó hablando de los estudios, por que había elegido estudiar un MBA (siendo yo ingeniero), etc. Pero terminamos hablando de cine y música. Supongo que aquí evaluaron mi capacidad de explicarme y vender, pero da gusto hacerlo de cosas que realmente te gustan.

Tercera entrevista. Esta fue la más “técnica” y dura de todas. Tocaba entrevistarse con la manager. Justo al contrario que las otras dos, en un principio parecía que iba ser muy amistosa se fue tornando cada vez más áspera. Fue la entrevista donde más me evaluaron los conocimientos de la compañía y de sus productos. La verdad es que esta parte no supuso mayor problema, pero hacia el final de la entrevista consiguió llevarme a una situación limite cuando tras la típica pregunta de “¿qué puedes aportar tu a la compañía?” fue anulando todos mis argumentos uno a uno. Finalmente conseguí reponerme con un argumento lo suficientemente bueno y sin mostrarme vencido por la situación. Pensé que lo había hecho bien, pero esta pregunta me atormentaría por semanas.

Tras esta última entrevista mi contacto de recursos humanos me recogió y terminamos el tour, que finalizó con una pequeña degustación de la comida del restaurante. Esa misma tarde tome el avión de regreso. Era martes y ahora solo faltaba esperar.

Ese mismo viernes sonó el teléfono. Eran buenas noticias. A mis entrevistadores les había gustado. Así que me pedían que enviase todas las notas de la universidad, así como varios escritos sobre mis actividades extracurriculares.

El lunes lo tenía todo listo y enviado. En principio, en este punto del proceso, desde las diferentes sedes europeas realizan un “pack” con toda la información que han recabado durante el proceso, incluido el feedback de los entrevistadores, y lo envían a California donde un comité de selección da el OK definitivo a la contratación. Esto realmente me desconcertaba. Yo tenía fe en que por mi carácter sabría venderme a quien me entrevistase, pero no estaba tan seguro de que en base a datos fríos alguien pudiera estar interesado en contratarme.

Semana y media más tarde, cuando un servidor ya estaba subiéndose por las paredes, sonó el teléfono y nuevamente eran buenas noticias. Google quería contratarme. Me hicieron la propuesta en firme y tras ella me preguntaron: “¿te interesa?” “Claro que me interesa, iría a trabajar hasta gratis”. Suerte que mi subconsciente no me traicionó y esas no fueron las palabras que salieron de mi boca.

A falta de empezar a trabajar, las conclusiones que puedo extraer de que valoran los chicos de Mountain View para contratar son las siguiente:

  • Unas notas por encima de la media. Durante todo el proceso hicieron bastante hincapié en que fuera actualizándoles las notas en la medida que las recibiera, que les enviase todas las que pudiese conseguir de cursos pasados, etc. Para ellos el expediente es importante.
  • Conoce bien Internet. Hablar en términos digitales y con terminología propia de la Web no debería ser problema.
  • Más aún, conoce al dedillo las aplicaciones de Google. Google no es solo un buscador, también es Gmail, Google Maps, Google Earth, Google Books, Google Apps, etc., etc. Aprende a usarlas y analiza sus ventajas y desventajas.
  • Ten vida más allá de la red. Google valora tus hobbies. Si perteneces al club de radiocontrol de tu provincia y os reunís periódicamente házselo saber. Si eres un director de cine en ciernes y has rodado tus propios cortos: cuéntaselo.
  • Se natural y cercano. La mayoría de las personas que te entrevisten serán tus futuros compañeros así que tendrás que caerles bien. De nada sirve ser el mejor si no caes bien a la gente.
  • Demuestra pasión por la tecnología e intenta dar soluciones novedosas a los retos que te planteen. Ellos ya saben que los pop-up no funcionan, que el spam no le gusta a la gente, etc. Sé original. Aporta valor.

Espero que te sirva.

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23 julio 2008

Redefiniendo Google a golpe de pala

Ha sido durante cierto tiempo un rumor persistente, pero según TechCrunch, la cosa ya parece ir en serio: Google parece estar aproximando posturas con respecto a  una posible adquisición de Digg en torno a los doscientos millones de dólares.

La operación no deja de tener su atractivo: por un lado, recorta el suministro de oxígeno a un competidor (Microsoft administra la publicidad en Digg, un acuerdo que quedaría roto en caso de hacerse Google con la propiedad del filtro social), por otro, trae a Google una serie de habilidades que, como bien saben los que están cerca del funcionamiento de un filtro social en cualquiera de sus sentidos, resultan de todo menos obvias. Y una serie de habilidades, además, que en Google parecen estar más que de moda: en cierto sentido, es como si “el rey de los algoritmos de relevancia” hubiese comprobado que no hay “nada como el toque humano”, y parece querer incorporar ese punto a muchos de sus productos, incluyendo la sacrosanta búsqueda.

En Google, prácticamente todo se mueve mediante algún algoritmo: desde los resultados de tus búsquedas hasta las noticias que lees, pasando como no por la publicidad que recibes o muestras en tu página. Fue el funcionamiento de esos algoritmos lo que marcó la diferencia en su momento entre Google y otros buscadores: las búsquedas eran, simplemente, más relevantes. Pero en cierto sentido, a pesar de la supremacía de la empresa en este sentido con respecto a lo que había en el mundo A.G. (Antes de  Google), persistía una cierta sensación de ser “tuerto en el país de los ciegos”: las búsquedas son mejores que las de la competencia, sí, pero… ¿son de verdad lo que podrían ser? En el caso de la publicidad, el contraste es aún más fuerte y los algoritmos más aparentemente primarios: el encaje entre ublicidad, contenidos y visitante es muchas veces de chiste, burdo hasta el límite, sometido al capricho de una mera coincidencia casual de palabras sin tener en cuenta ni contexto, ni nada. En los últimos tiempos, Google, influenciado posiblemente por iniciativas de tipo human-powered search como Wikia Search o Mahalo, parece interesado en el uso de filtros sociales para intentar mejorar algunos de dichos algoritmos. Y para aprender, en este caso, nada mejor que incorporar talento y experiencia.

Para mí, la operación, independientemente de la consistencia del rumor, tiene sentido: los filtros sociales y su funcionamiento asimétrico se han convertido en auténticos brokers de tráfico, en algunos casos en referencias del movimiento de visitas de todo un país, y eso tiene un componente de tendencia dentro de la la web a la que Google no puede estar ajena. Para finalizar, resulta curioso el papel de Microsoft en todo ésto: tras largo tiempo cortejando a Digg y tras haber conseguido quedarse en su momento con la gestión de su publicidad, ahora se ve sobrepujado por Google en la competencia por la adquisición, y según TechCrunch, se queda directamente fuera del rango discutido en la mesa de negociación. ¿Por qué? Obviamente, no es por recursos disponibles. Simplemente, es porque para Microsoft, el valor de Digg se circunscribe a su potencial como plataforma publicitaria, en un esquema además muy de CPM dada la escasa tendencia de los usuarios a hacer clic en los anuncios. El valor adicional que Google puede pagar para entender e incorporar los filtros sociales como elemento diferencial en sus algoritmos comprándose para ello el mayor filtro social de toda la web es algo que Microsoft, que aún no ha llegado a ese punto en el desarrollo, todavía no sabe ni está dispuesta a valorar en una hipotética adquisición, incluso aunque ésta conlleve el “precio adicional” de perder la gestión de Digg como plataforma publicitaria. En este caso, es justo hablar de la importantísima diferencia entre el precio de Digg, y su valor para unos u otros: ¿vale Digg doscientos millones? Como decía Machado, “solo un necio confunde valor y precio”.

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22 julio 2008

¿Un blog fabricando hardware?

Es la última idea de Michael Arrington, y dado su papel central y su visibilidad en la comunidad tecnológica, tiene marcados visos de ser más que una idea tonta: el fundador de TechCrunch, basándose en su experiencia personal, se ha planteado que el iPhone se le queda muy pequeño, que nadie acaba de sacar un dispositivo como el que él querría para leer blogs y comentar en ellos, y que tiene el coolness factor, los recursos y, sobre todo, la llegada en términos de marketing suficiente como para plantearse sacarlo al mercado él mismo. El concepto lo tenéis a la izquierda: un tablet muy fino, de tamaño aproximado de media página, corriendo un sistema operativo BSD o Linux, con escritorio Gnome con su OnScreen Keyboard, un Firefox con Gears y Flash, un VLC o MPlayer con sus codecs abiertos e indicadores de nivel de batería y WiFi. Minimalismo absoluto, orientado a que cada vez que estás en zona WiFi actualice tus suscripciones, y después, en zona WiFi o fuera de conexión puedas, mediante Gears, leer, comentar, contestar y escribir lo que buenamente quieras.

Un concepto razonable, interesante para cualquiera que tenga las necesidades del lector de blogs habitual (y por supuesto para alguien como el mismo Michael), y que se plantearían primero solidificar las especificaciones, después lanzar una primera ronda pequeña de fabricación experimental, y posteriormente buscar un objetivo de precio en torno a los $300. Decidir hasta qué punto visualiza Michael una demanda amplia para un gadget diseñado inicialmente para una burbuja de “él y gente como él”, o se trata de un visionario que entiende que el futuro pasa por ese tipo de necesidades, es cosa que toca al mercado decidir. Obviamente, en caso de lanzar y ser un éxito, la respuesta de otros fabricantes de hardware sería inmediata, y la carrera para dotar a ese tablet de más funcionalidades sin perder su óptica de simplicidad ni comprometer la vida de su batería, también. En cualquier caso, lance o no lance, triunfe o no triunfe, Michael ya obtiene éxito con el hecho de que el concepto se discuta y plantee, que es ya de por sí mucho más de lo que se suele pedir a un blog. Si ahora además va y triunfa diseñándolo, fabricándolo y vendiéndolo, con lo complejos que son los condicionantes del negocio del hardware, ya ni te cuento…

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21 julio 2008

Mi vida sin Microsoft

Esta comparativa de Lifehacker entre Outlook y Gmail me recuerda que ya hace algo más de un año que me declaré 100% Microsoft-free, lo que da ya una cierta perspectiva como para hacer un buen balance. Antes de nada, dejar claro que esta entrada no pretende insultar a nadie, ni faltar al respeto a los productos de Microsoft, ni nada por el estilo, sino simplemente contar mi experiencia al respecto, la de una persona con una vida intensa en la red, con importantes requerimientos de movilidad, que trabaja en una empresa rodeado de gente que sí utiliza intensamente productos Microsoft y que no proporciona soporte a quien no los usa, y que, dentro de unos límites, sabe más o menos solucionarse sus propios problemas solo o con la ayuda de unos pocos amigos. No pretendía hacer para nada un movimiento “religioso”, sino práctico y que me funcionase bien a mí. Y gracias al mismo, además, he aprendido un montón tanto de Mac OS X como de Ubuntu, un beneficio colateral sin duda interesante y gracias al cual me veo mejor preparado para el futuro (y el hecho de que tanto mi mujer como mi hija sean “trilingües” en las tres plataformas me gusta más aún).

Hace algo más de un año, coincidiendo con la compra de un Mac Book Pro, decidí abandonar completamente Microsoft. La decisión respondía ni más ni menos que al conjunto de malas experiencias tenidas a lo largo de muchos años de uso: inestabilidades sujetas tozudamente a la Ley de Murphy (documentos que se vuelven más inestables cuanto más crítico es su contenido o cuantas más horas de trabajo has invertido en ellos), limitaciones y, sobre todo, sensación de degradación permanente de los ordenadores que tenía bajo ese sistema, que insistían en necesitar ser reinstalados completamente cada poco tiempo. Coincidiendo ésto con el lanzamiento de Vista, y con mi cada vez mayor aprecio por los mundos Mac y Linux, decidí dar el salto definitivo: el sistema escogido es un mixto entre la llamada “cloud” o “nube”, Apple y Ubuntu. Concretamente, la máquina que uso la mayor parte del tiempo es un Mac Book Pro, aunque en mi despacho tengo un PC con Ubuntu. En casa, además, hay otro PC con Ubuntu que usa mi mujer, y un Mac Mini en el salón.

La decisión consistió en empezar a utilizar iWorks tanto para mis documentos de texto, como para mis hojas de cálculo y, sobre todo, para mis presentaciones. En el ordenador del despacho redacto documentos cuando es necesario en OpenOffice y, sobre todo, manejo temas relacionados con la red (habitualmente es la segunda pantalla en la que manejo el correo, la intranet y parte de la navegación). El único recurso a presentaciones antiguas ha sido para el curso que mantengo desarrollado en dicho material, que manejo desde un arranque dual en el PC del despacho, únicamente a efectos de acceder a unas presentaciones que ya no me compensaba migrar.

¿Resultado? Impecable. Mis presentaciones, una parte muy importante de mi actividad, han mejorado notablemente, tanto en aspecto como en mi gestión de ellas (la famosa “pantalla del presentador” de Keynote). La importación de material antiguo que tenía en PowerPoint se ha realizado prácticamente de manera indolora: salvo por algunos tipos de letra y algunas transiciones con sonido embebido, cambiar una presentación larga (cien slides) de PowerPoint a Keynote me puede llevar escasamente veinte minutos. Las que recibo de compañeros de trabajo o colaboradores, suelen abrirse sin ningun problema, independientemente de su versión. Los textos, todavía mejor: no he detectado ningún problema grave de incompatibilidad, y Pages me parece mucho mejor que Word. En hoja de cálculo, Excel es un programa todavía mucho más afinado y pulido que Numbers, pero para el nivel de uso que yo hago habitualmente de él (hojas de cálculo con fórmulas estadísticas y financieras, así como condicionales a veces de cierta complejidad), resulta más que suficiente. De hecho, en ningún momento he llegado a activar la prueba de treinta días del Office for Mac que venía con mi máquina…

En todo lo demás, he ganado notablemente. Librarme de Outlook fue para mí un auténtico sueño: mi BlackBerry sincroniza con Gmail a las mil maravillas (y me da acceso desde cualquier sitio a mis últimos cuatro años de correo electrónico buscando con Google!!), mi secretaria y algunas personas más acceden a mi agenda en Google Calendar cuando lo necesitan y desde donde lo necesitan (además de yo mismo, por supuesto), mis documentos de trabajo con otras personas viven en Google Docs a las mil maravillas, y todo ello es accesible desde cualquier máquina y lugar. Realmente, vivir en “la nube” es algo que, para mí al menos, funciona a las mil maravillas.

A día de hoy, tengo una plataforma competamente adaptada a mi modo de vida y trabajo, y ésta es, además, 100% Microsoft-free. Mi calidad de vida ha mejorado notablemente, mi nivel de satisfacción también, y mis resultados finales, en muchos casos, han mejorado notablemente. La verdad, personalmente estoy más que satisfecho. Y repito: no pretendo “convencer” a nadie. Sólo contar mi experiencia.

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20 julio 2008

Google y el síndrome post-adquisición

Un interesante artículo de TechCrunchIT, Why Google slows down acquired companies (gracias, Julio), especula con el llamado “síndrome post-adquisición” sobre el que llevo cierto tiempo escribiendo, y lanza algunas hipótesis sobre su fuerte incidencia en una compañía con tanta actividad de adquisición como Google.

La evidencia es, según el artículo, patente: Blogger (2003), Dodgeball (2005), Jotspot (2006), MeasureMap (2006), GrandCentral (2007) o Jaiku (2007) han sido adquisiciones de muy dudosa evolución dentro de la compañía. Intentando proporcionar el necesario contrapunto, sería preciso incluir en esa lista operaciones como las de Picasa (2004), Keyhole (2004) o  YouTube (2006) que sí cumplieron sin duda muchos de los objetivos preestablecidos, en algunos casos con creces. Sin ánimo de ponernos a evaluar una por una todas las adquisiciones de Google, el artículo intenta construir un argumento en base a la compleja y especializada arquitectura tecnológica de Google: por un lado, C++, Java (Google Web Toolkit) o, más raramente, Python; pero por otro, MapReduce, Big Table o Google FS: la fase de portar las adquisiciones para que corran en la infraestructura y arquitectura de Google puede llevar entre uno y tres años, y mientras conseguir programadores de C++, Java o Python puede resultar en general relativamente sencillo, encontrar personas que manejen las especificidades de Google puede resultar imposible si no trabajan o han trabajado dentro de la compañía, lo que dificulta añadir recursos a los proyectos si éstos van por debajo de expectativas.

Sin duda, el síndrome post-adquisición resulta en un drenaje de recursos importante, que redunda en unos resultados en muchos casos decepcionantes tanto para las compañías implicadas como para los usuarios, algo de lo que muy pocas compañías se libran. Claramente, no es solo saber qué comprar, sino saber cómo comprarlo. Pero de ahí a la Death by Google que plantea el artículo, creo que hay un trecho importante. Parece claro que Google extrae un clarísimo valor a su plataforma tecnológica, y atribuir a ésta dificultades de integración que en muchas ocasiones pueden ser de tipo cultural o debidas a muchos otros factores me parece injusto y aventurado. En cierto sentido, la tecnología y la cultura tienen un marcado paralelismo: ambos factores son diferenciales y funcionan como un importante aporte de valor, pero suponen lógicas barreras de entrada para quien llega a la compañía, barreras que, como cualquier otra, hay que saber gestionar. La política de Google parece clara: usar plataformas abiertas, desarrollar lo que no existe fuera, y adquirir lo que aporte valor específico vía productos, personas o base de usuarios. Sin duda, un balance delicado, pero no mucho más complejo que el que sufren otras compañías con importante actividad de adquisición.

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19 julio 2008

¿Exceso de velocidad? Mis datos no dicen eso?

Ahora que en España las multas de tráfico se han convertido en un patético impuesto indirecto con mero afán recaudatorio que cada vez tiene menos que ver con el fomento de una conducción segura, reconforta ver que en California, un tribunal de apelación ha anulado una multa impuesta a Shaun Malone, un joven que fue fotografiado por un policía circulando supuestamente a 62 millas por hora en una zona limitada a 45. La razón para la anulación de la multa se basa en que el automovilista, de dieciocho años, llevaba instalado en su coche un dispositivo que permitía a sus padres monitorizar su comportamiento al volante: el aparato, fabricado por Rocky Mountain Tracking, enviaba una medición de la velocidad a la que circula el automóvil cada treinta segundos, un mensaje de correo electrónico cada vez que superaba las 70 mph., y tomó una lectura que mostraba que Shaun circulaba exactamente a 45 mph. en el exacto momento en que el policía midió 62. En la apelación, un perito experto en tecnología GPS que había manifestado dudas en el primer juicio acerca de la precisión del aparato instalado en el coche de Shaun, afirmó haber comprobado las lecturas del mismo y haberlas encontrado adecuadas, hasta un límite de dos metros en la localización y una milla por hora en la velocidad. El juez de apelación procedió a la anulación de la denuncia, de $190, pero que puede acabar teniendo una trascendencia mucho mayor dado el precedente de admitir una medición privada confrontada a la oficial efectuada por la policía.

Hace pocas semanas, recibí una multa por exceso de velocidad en un tramo en el que yo circulaba con el limitador de velocidad de mi coche activado, y fijado en el límite legal del tramo. Si unimos a ello la evidencia de que las mediciones mostradas por el velocímetro del coche suelen estar sistemáticamente entre diez y quince kilómetros por hora por debajo de la velocidad real de circulación mostrada en un dispositivo GPS cuando se circula a 120 Km/h, la evidencia de un error por parte del aparato de radar de la policía aumenta. ¿Llegaremos a un punto en el que la disponibilidad de tecnologías en manos del público, convertidas en auténticas “cajas negras”, nos permitan confrontar nuestras mediciones a las de los aparatos de la Guardia Civil de Tráfico? ¿O, siguiendo el razonamiento inverso, a que directamente nuestro automóvil registre nuestras violaciones de las normas de circulación y nos las notifique a modo de “radar incorporado”?

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18 julio 2008

El ascensor de David Weinberger

Ayer por la mañana estuve en la presentación de Blinko, una red social móvil promovida por Buongiorno-MyAlert, para la cual tuvieron el detallazo de invitar nada menos que a David Weinberger, autor de libros como The Cluetrain Manifesto o Everything is miscellaneous, y uno de los representantes más preclaros del pensamiento e implicaciones de la tecnología en la sociedad actual (con quién tendré, por cierto, el honor de compartir tarima en Barcelona en el próximo Sociedad Red).

La intervención de David se produjo entre una breve introducción de Fernando González-Mesones, responsable de la compañía en España, y la presentación de Blinko por parte de Mauro del Río, fundador de Buongiorno, de quien hablo habitualmente en clase cuando uso el caso BuonGiorno-MyAlert, pero a quien no tenía el gusto de conocer personalmente. Sin levantarse, y con una presentación integrada casi exclusivamente por imágenes, David expuso una metáfora para las redes sociales que me gustó mucho: cuando se inventa el ascensor, “una habitación que sube y baja”, éste tiene claramente una función asignada, pero desconocemos cómo van a reaccionar los usuarios ante él, cómo van a comportarse, cómo va a definirse el protocolo de uso. Uno no sabe si las personas van a reaccionar usando el ascensor para hablar, para establecer contacto, o al revés, para aislarse y evitar toda cnversación mientras miran al techo con cara de circunstancias. A medida que la innovación se va popularizando, según trepa por la curva de difusión, vemos como los modos de uso toman cuerpo en función de diferentes factores, y en ese proceso pueden darse redefiniciones, aparecer otros competidores, reacciones interesantes, etc. Al pasar la analogía desde un sencillo ascensor que se mueve en una sola dimensión a una red social, que posee múltiples dimensiones, la cosa e complica, y tenemos todo tipo de fenómenos implicados: uno no sabe cual va a ser, por ejemplo, la relación de los usuarios con la publicidad, cómo van a interpretar la palabra “amigos”, o con que propósito o foco van a acudir a la red social, lo que complica enormemente entender el entorno o trabajar en él desde un enfoque sociológico o incluso económico.

Mi pregunta, de hecho, giró en torno al concepto de foco en una red social: evidentemente, hay redes sociales con un foco muy claro… uno no va a LinkedIn a buscar pareja ni a Match.com a buscar trabajo. También las hay sin propósito claro o definido: MySpace o Facebook son casos evidentes, aunque a medida que los usuarios las adoptan, pueden ir evolucionando, y convertirse, por ejemplo, en entornos más vinculados a la música y los contenidos digitales, en el caso de MySpace. Cuando añadimos la variable movilidad, ocurre una cosa curiosa, y es que el foco se convierte en variable en función de la localización o la hora del día: yo pido unas utilidades diferentes a mi red social móvil durante, por ejemplo, la conferencia a la que estoy asistiendo, frente a las que le pido esa misma noche mientras me tomo unas copas en un bar. De ahí que la evolución a futuro resulte intrigante: David apuesta por un futuro en el que tengamos no una, sino varias redes sociales que usemos en función de sus diferentes focos y de nuestros diferentes intereses, y esquemas de portabilidad de los datos (un tema cada vez más interesante, vinculado a formatos como OpenID, OpenAuth o APML) cada vez más desarrollados entre ellas. Una idea interesante, que puede ayudar a hacerse una idea de la posible evolución de un panorama enormemente confuso y en rápido movimiento.

Como en pasada ocasiones, la charla de David fue auténtico food for thought. Si tenéis oportunidad de verlo en persona, no dejéis de hacerlo: además de saber muy bien de lo que habla, sabe contarlo muy bien. Vale decididamente la pena.

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17 julio 2008

Entrevistado por Antonio Delgado

Mi amigo Antonio Delgado se pasó la semana pasada por mi despacho, me grabó una entrevista larga (con el rollo que yo tengo, no es complicado que acabe saliendo larga… debimos estar como hora y pico :-) en plano muy corto, y la publica hoy ya editada con una duración razonable (6:45 min.) en Caspa.tv. Hablamos de todo un poco: tecnología, educación, universidades, emprendedores, política…

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Tecnología para pillar a los ladrones de coches

Robo de cocheA través de Physorg llego a una serie de actuaciones de la policía de varias ciudades norteamericanas que me recuerdan a aquel comercial de Magnavolt al principio de la primera Robocop, con el ladrón electrocutado cuando intentaba robar un coche… Dada la elevada incidencia de robos de coches, en torno a uno cada veintiseis segundos según el artículo, la policía ha pasado a la ofensiva: dejan en zonas conflictivas algunos coches de los modelos preferidos por los ladrones - según el artículo, Honda Civic, Honda Accord y Toyota Camry - y los dotan de una serie de mecanismos que detectan la entrada forzada, disparan una alarma en la estación de policía, conectan un GPS que facilita el seguimiento y una cámara de vídeo que recoge la evidencia del robo y, cuando una unidad de policía se encuentra preparada para efectuar la detención, desconectan el motor del coche mediante el llamado kill switch y bloquean la puertas del mismo. El ladrón únicamente puede esperar quietecito dentro del coche hasta que la policía le abre la puerta.

El sistema parece ser bastante eficiente: según la policía de Arlington, desde que se empezó a utilizar, el número de robos ha disminuido a la mitad, se han detenido a más de noventa ladrones, y éstos, ante el aplastante peso de la evidencia, tienen ante el juez una probabilidad de condena del 100%. En otros lugares, como Dallas, han atrapado ya a 245 ladrones desde 2004. Además, la policía cuelga posteriormente los vídeos obtenidos por las cámaras de los coches en YouTube, donde pueden localizarse con el término “baitcar”

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16 julio 2008

En la presentación de BBVA Tú Cuentas

En la presentación de Tu Cuentas - IIHoy tuve la oportunidad de asistir a la presentación, para un grupo reducido de bloggers, de la nueva herramienta del BBVA, llamada Tú Cuentas, en fase de beta completamente funcional. Una herramienta desarrollada por Strands que algunos llevábamos cierto tiempo probando en su fase alfa, y para la cual contamos con la asistencia de un selecto grupo de personas tanto del Departamento de Innovación del banco como de Strands, y del Consejero Delegado, Jose Ignacio Goirigolzarri, que lejos de pasarse por allí “para figurar”, se quedó casi dos horas con nosotros, demostró un genuino interés por conocer nuestra opinión y, sobre todo, un profundo conocimiento de la herramienta: ver a un Consejero Delegado de un banco español comentando detalles acerca de los mecanismos de agregación o recomendación, sobre los formatos abiertos o sobre la portabilidad de datos es algo que te lleva a plantearte que algunas cosas están cambiando, y que te hace ver los importantes frutos que el banco ha obtenido del hecho de montar un Departamento de Innovación como el que tiene y hacerlo colgar directamente de lo más alto de la pirámide organizativa.

El desarrollo es verdaderamente impresionante. Permite que un usuario agregue todo aquello que desee agregar: cuentas de otros bancos, información de recibos, tarjetas de crédito, agua, luz, teléfono, etc., le añade un interfaz brillantemente desarrollado y completamente parametrizable que permite al usuario etiquetarse en base a sus caracerísticas y hacer analíticas de todo tipo o comparativas tomando otros grupos de usuarios como referencia, y añade una tercera pata en la que ofrece, si el usuario quiere, recomendaciones de productos. Creas tu perfil, te pones las etiquetas por las que quieras comparar (atributos como “Madrid”, “profesor”, “35-45″, etc.), y hasta creas widgets con datos y análisis a los que quieras acceder con frecuencia. Es un producto que está tan lejos de lo que el resto de los bancos ofrecen hoy en día, que coloca al BBVA en la frontera de la innovación en este tipo de temas a nivel mundial. Algunos pantallazos pueden mostrarnos detalles de funcionalidad, pero lo interesante de verdad es lo bien que las diferentes funciones se integran entre sí, tanto en la pantalla del ordenador como en sus versiones para iPhone y BlackBerry. De las tres funciones (agregación, análisis y , la de agregador será sin duda la que más alarma levante entre la competencia: introduciendo las claves de acceso a tus otros bancos, la herramienta te permite una visión y análisis integral de tus finanzas. Una visión de “los datos son del usuario” traída por Strands y completamente internalizada por el banco: ante la pregunta de qué ocurriría si algunos competidores intentaban reaccionar por ofuscación introduciendo mecanismos adicionales para dificultar el acceso, la respuesta fue que la tendencia era la que era, y que si otros bancos reaccionaban haciéndolo más complicado para sus propios clientes (aún hay bancos que incluso cobran al cliente por acceder a su información en determinados formatos), era problema suyo… En efecto: cuando compites elevando hasta tal punto el nivel de innovación, lo mejor que te puede pasar es que tus competidores reaccionen caminando hacia atrás como los cangrejos.

El producto estará disponible en una primera fase para clientes del banco, y en una segunda, con marca independiente, será ofrecido en abierto. Mi impresión, tras cerca de un mes probándolo y tras la presentación de hoy, es que es de lo más puntero que he visto en banca a todos los niveles, y que tiene el potencial de cambiar las reglas del juego en banca online, lo que los clientes esperan encontrar en la web de su banco. Como limitación, se podría decir que echo de menos una integración completa con la parte transaccional del banco que le daría una coherencia mucho mayor y una sensación de “todo bajo un mismo techo” muy interesante, pero incluso aislado, me parece un desarrollo muy bueno, en el que se reconoce además perfectamente la paternidad: la tecnología de recomendación de Strands, aplicada a lo que el banco buscaba cuando hizo su inversión, y con los elementos que las sucesivas adquisiciones en el ámbito de la agregación financiera trajeron consigo. un producto de los que da gusto ver, encuadrado en la mentalidad de un banco que da a la innovación el valor que se merece.

ACTUALIZACIÓN: Javier Martín también ha dado sus impresiones, igualmente muy positivas, en Loogic.

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Presenciando la creación de un mercado

iPhone applications price distributionDos circunstancias permiten visualizar un fenómeno interesantísimo: por un lado, la salida al mercado del iPhone 3G y la puesta en la calle de un millón de unidades en tan solo un fin de semana, creando el ecosistema adecuado para servir como base. Por otro, el funcionamiento de la iPhone App Store y los diez millones de downloads que ha obtenido en los tres primeros días de venta del iPhone 3G, y el hecho de que Apple haya decidido dar completa libertad  a los desarrolladores para poner el precio que deseen a sus aplicaciones y que sea el mercado el que dé forma a la oferta. Entre ambas circunstancias, tenemos un incipiente mercado de productos completamente digitales en el que estudiar el proceso de formación de precios, los drivers que llevan a la determinación del mismo, la destrucción del mito común de “en Internet todo tiene que ser gratis”, las tendencias, la influencia de las preconcepciones y barreras psicológicas, etc.

Todo un vergel de datos para aquellos interesados en el funcionamiento de las llamadas “estrategias de plataforma”…

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15 julio 2008

Google, el río revuelto y la ganancia del pescador

Google bajo la lupaMe encuentro en el ABC un artículo de Javier Cremades, titulado “El reto de Google“, en el que denuncia la actitud del buscador con respecto al contenido de terceros y lo define, en cita textual, como “un claro caso de aprovechamiento del esfuerzo ajeno”. La actitud de Javier Cremades ante Google la conozco desde hace ya mucho tiempo, y la defino como de querer revolver el río para provocar así la ganancia del pescador; en este caso, la del propio Javier Cremades. Hace tiempo que el propio Javier me consultó con respecto a una posible demanda a Google en este sentido, consulta a la que respondí que no tenía ni pies ni cabeza, y que era conceptualmente errónea. Cuando más adelante me preguntó si estaría dispuesto a acudir a un juicio como perito, le respondí que sí, pero que en caso de ir, defendería las tesis de la parte contraria, lo cual seguramente no era lo que él estaba buscando. Y finalmente, cuando hablando con uno de los grupos editoriales con los que tengo contacto habitual, salió en la conversación la posible demanda de la Asociación de Diarios Españoles, AEDE, contra Google News, la respuesta fue inequívoca: “esa demanda no nos interesa, al único que le interesaba era al abogado que pretendía llevarla”. Ahora, tras ver casos como el de Viacom en Estados Unidos o el de Telecinco en España, Javier Cremades vuelve a intentar revolver el río, a ver si con ello consigue aprovecharse de sus artes como pescador.

Teje Javier Cremades su razonamiento con una serie de importantes e interesados agujeros conceptuales: pretende que en todo momento veamos a Google como un proveedor de contenidos, cuando la rigurosa verdad es que Google no lo es, o lo es sólo en casos excepcionales. Lo que hace Google es, como reza su misión corporativa, “organizar información proveniente de todo el mundo y hacerla accesible y útil de forma universal”: Google indexa la información, y permite que, ante la enorme profusión de la misma, los usuarios puedan encontrarla mediante criterios de relevancia. Parece ser que además, hace esto mejor que ningún otro, lo que propicia que hoy hablemos en la red de un A.G. y un D.G., un antes y después de Google. Antes de Google había otros buscadores, pero ya casi ni los recordamos: eran mucho más lentos, tenían páginas más incómodas y recargadas, y sobre todo, devolvían resultados mucho menos relevantes. Google cambió todo esto, y los usuarios acudieron en legión. Si mañana alguien inventa una manera mejor para ser más relevante, o los usuarios simplemente quieren irse a otro sitio porque no se encuentran cómodos en Google, pueden hacerlo. La salida está a solo un clic de distancia.

Omite interesadamente Javier Cremades que el que la información de una página aparezca indexada en las búsquedas de Google es algo completamente voluntario. Un simple comando “DISALLOW” en el fichero ROBOTS.TXT provoca automáticamente que la arañita del buscador deje de indexar tu página, sin que tengas ni siquiera que pedírselo. Si quieres tener una página que no aparezca en Google, es tan sencillo como eso. Si quieres quedarte fuera, si te parece que Google se aprovecha de tu trabajo, dale a la araña con la puerta en las narices. Así de sencillo. En el caso de Google News, la pertenencia al servicio como proveedor de información es asimismo completamente voluntaria. ¿Por qué, entonces, no se dan de baja aquellos que piensan que Google se aprovecha de su trabajo? Porque simplemente, no es así. Google no reproduce más que un pequeño extracto de la información (utilizando el derecho de cita, pero permitiendo al medio, repetimos, excluirse si no desea ser citado), la indexa adecuadamente, y devuelve, en intercambio, en el caso de España, nada menos que entre un 40% y un 60% de las visitas que una página media recibe. Si te quieres salir del sistema, hazlo… perderás entre un 40% y un 60% de tu tráfico, pero allá tú, de suicidas está el mundo lleno. En el fondo, Google es como un autobús: recorre la web, se llena de interesados en tu contenido, se para en tu puerta y los deja salir. ¿Intentarías cobrarle una comisión al conductor del autobús por permitirle detenerse ante tu puerta? No, todo lo contrario, a no ser que estés tan imbuido de soberbia que te creas el centro del mundo. Ah, pero es que durante el viaje, el conductor del autobús añade su publicidad, con criterios de utilidad para el viajero, y así, con ese sistema tan sencillo consistente en generar atención, segmentarla adecuadamente y revenderla a los anunciantes, ha conseguido convertirse en una de las empresas más valoradas del mundo. Ahora, entonces, vienen algunos y pretenden llevarse una parte de lo que Google genera: como ellos no lo supieron ni lo saben hacer, pretenden aprovecharse de lo que Google sí sabe hacer, y pretenden llevarse una comisión a cambio de “dejarse indexar”. ¿Quién decíamos que pretendía aprovecharse del trabajo ajeno? Es curioso, ¿no?: en unos pocos párrafos, ya le hemos dado completamente la vuelta al débil argumento de Javier Cremades en su artículo de ABC. Y es que la hipotética demanda por la que Javier Cremades suspira, como diría Groucho Marx, no tiene nada que ver con ser prostituta o dejar de serlo, sino únicamente con discutir el precio.

Pero llevemos el tema un poco más allá: si no quieres Google, eres libre de prescindir de sus servicios. En ese caso, perderías mucho de tu tráfico y, posiblemente más importante, gran cantidad de tu influencia: desaparecerías de la vista de millones de usuarios de Internet. Tu medio caería en la zona que nadie ve del “quiosco digital”. Que le pregunten a El País como le fue en la temporada en la que torpemente decidió cerrar su web: el peor resultado no fue el hecho de montar un negocio ruinoso, sino el de desaparecer de Google. El periódico perdió gran parte de su valor como referencia en la prensa digital española, algo que aún hoy en día lucha por recuperar. Únicamente en el caso de que todos los periódicos consiguieran ponerse de acuerdo para autoexcluirse voluntariamente de Google, podría éste tener un problema: sus resultados correrían el riesgo de dejar de ser relevantes para el usuario, y éste podría pensar en irse a otro buscador que le entregase resultados “completos”, periódicos incluídos. Sin embargo, la posibilidad de que esto ocurra es remota: ni los mismos periódicos se ponen de acuerdo, ni tienen posiciones homogéneas, y menos aún si introducimos en la ecuación a otros medios como los gratuitos, los portales, o los blogs y nanomedios. En resumen: la protesta de Javier Cremades, como le dije a él mismo en su momento en persona, no tiene ni pies ni cabeza, no se sostiene, y sólo beneficiaría, en caso de producirse, al que siempre cobra, en dinero y en atención, sea cual sea el resultado de la misma: al abogado.

DISCLAIMERS: Pertenezco al Consejo Asesor de Cremades & Calvo Sotelo, un consejo en el que, como el propio Javier me dijo en su momento, no tengo obligación alguna de defender las mismas posiciones que el despacho, y en el que parte de mi valor está representado por la capacidad de aportar opiniones que en muchos casos son diferentes o disonantes con respecto a las sostenidas por otros miembros. La posición como miembro del Consejo Asesor no es remunerada. Con Google, aparte de haber dado clase a varios de sus empleados en diversas partes del mundo, de tener muy buenos amigos entre sus cuadros directivos, y de haber tenido un cierto papel en sugerir la concesión del MBA Honoris Causa por el Instituto de Empresa a sus fundadores, Larry Page y Sergey Brin, en Septiembre de 2003, no me une relación alguna.

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14 julio 2008

Rankia y el matonismo judicial

juezEl llamado “matonismo judicial” consiste en recurrir a la justicia  cuando existe una evidente desproporción en las posibilidades de aplicación de ésta en favor de aquel que supuestamente invoca la protección de la misma. En Estados Unidos, es tristemente conocido y evidente el caso de la Recording Industry Ass. of America (RIAA), que utiliza el recurso a la justicia como una amenaza directa a modo de chantaje: sabiendo que los medios con los que cuenta para plantear el caso - número y calidad de abogados, capacidad de influencia, etc. - son desproporcionadamente superiores a los que posee el demandado, la RIAA espera que, como de hecho ocurre, un número elevado de éstos opten por hacer frente al pago requerido, en lugar de enfrentarse a un proceso largo, extremadamente caro, y de resultado incierto dada la clara desproporción de medios a disposición de cada parte. Después, forzando una interpretación del pacto extrajudicial como “asunción de culpabilidad”, la RIAA espera crear un clima de “jurisprudencia” que, en realidad, se ha producido sin necesidad de juicio alguno.

En España, el ejemplo más claro de matonismo judicial se ha dado tradicionalmente en la tensión existente entre dos derechos: el derecho al honor y a la propia imagen, frente al derecho a la libertad de expresión. El caso de Rankia, la comunidad financiera online que el pasado Noviembre fue demandada por Luis Pineda Salido y la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc Consumo) debido a la existencia de determinados comentarios presuntamente injuriosos realizados por usuarios de la comunidad, va camino de convertirse en una victoria del sentido común en este sentido. Tras muchos meses de imposición de unas medidas cautelares a todas luces absurdas e inoperantes, que impedían el normal funcionamiento de la comunidad, la Audiencia Provincial ha dado finalmente la razón a Rankia y levanta dos de dichas medidas (hay más detalles del auto, que vale la pena leer, en el blog de Rankia): concretamente, se elimina

“La prohibición de que en los Foros de Rankia y noticias se publiquen comentarios o noticias relacionadas con los actores que atenten a su honor y dignidad, prohibiendo expresiones vejatorias y ultrajantes y enlazar con links con otros medios, cuyo contenido sea también vejatorio”

Que claramente era una medida abusiva, equivalente a un “te prohibo que hables de mí”, que obviamente no podía ser cumplida por su desmesurada generalidad, y que atentaba de manera evidentísima contra la más elemental libertad de expresión. Al tratarse Ausbanc de una asociación que busca entre sus fines la presencia en medios, pretender que únicamente se reflejen en éstos “las noticias buenas pero nunca las malas” supone un claro interés de distorsión de la información.

La segunda medida cautelar revocada corresponde a

“Que en la pagina de inicio, también llamada “home” de forma destacada se advierta de que los comentarios noticias o blogs, no podrán tener contenido vejatorio contra los actores, pudiendo ser eliminados por el administrador del foro, impidiendo volver a participar”

Que resulta igualmente difusa, genérica e inconcreta y supone una advertencia que pretende crear un clima de miedo, que invita a abstenerse de ejercer la libertad de expresión incluso comentando noticias tomadas de otras fuentes, al no poder los participantes determinar cuando se considerará vulnerado el derecho al honor del demandante. Además, dicha advertencia ha estado ocupando un espacio prominente que podría haber sido asignado a publicidad en la página principal de Rankia durante varios meses, razón por la cual el demandado reclamará los correspondientes daños y perjuicios.

Se mantiene como medida cautelar el aviso, añadido a los comentarios individuales objeto del litigio, en forma de una notificación que advierte que están sujetos a la correspondiente demanda, algo que se ha estimado no afecta a la libertad de expresión en el resto del foro.

La suspensión de las medidas cautelares supone simplemente un ejercicio de buen juicio. ¿Se imagina alguien que en un bar donde un dia alguien insultó a alguien, se obligase a prohibir toda conversación referente a ese alguien y a poner un cartel avisando de dicha prohibición y conminando a la inmediata expulsión de todo aquel que le mencionase? El equilibrio entre derechos es, en los tiempos que corren, una de las cosas más evidentes que hay que reclamar al criterio de un juez: más allá de la ciega aplicación de normas, es preciso tener en cuenta las consecuencias de las mismas, y de su extensión irracional a los nuevos contextos que se crean. Reconocer el “matonismo judicial”, el uso de las estructuras de la Justicia como arma intimidatoria, y los problemas y consecuencias que más adelante pueden derivarse de ello forma parte del deber de unos jueces que en muchas ocasiones se ven superados por la velocidad de los acontecimientos, por la magnitud de los cambio, y que cuentan en demasiadas ocasiones con la influencia de una “formación” - o deberíamos llamarla “intoxicación” - impartida siempre por los mismos.

En esta ocasión, la Audiencia Provincial ha obrado con buen tino, y la suspensión de las medidas cautelares supone una muy buena noticia para todo aquel que tenga una página en la red en la que se produzca algún tipo de participación de terceros: buena noticia para quien tiene la página, y buena noticia para los terceros participantes. Por tanto, buena noticia para todos.

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13 julio 2008

Aparcando con el móvil?

Parking in SF (foto de Peter da Silva para el NYT)A través de un artículo del New York Times, Can't find a parking spot? Check smartphone, llego a Streetline, una compañía dedicada al desarrollo de soluciones para la gestión de infraestructuras en las ciudades, que ha creado un sistema para optimizar el aparcamiento en San Francisco: una serie de sensores inalámbricos en cada plaza de aparcamiento controlado (en la primera fase, seis mil plazas sobre un total de veinticuatro mil) conectados entre sí en una red mesh que transmitirá la información sobre disponibilidad a un registro central, que la situará en una página web accesible desde smartphones y otros dispositivos.

Los sensores tienen un coste muy bajo, son muy resistentes, y tienen una batería interna que dura entre cinco y diez años (más información en la página de la compañía). Además, en la red mesh se integran otras infraestructuras, como medidores de calidad del aire, sensores de ruido capaces de alertar de circunstancias como un disparo o una colisión, indicadores de tiempo para los parquímetros que permitan a los clientes recargarlos sin acudir al lugar donde se encuentra el coche, etc.

Toda una forma interesante de plantearse la gestión urbana asociada a esa “Internet de las cosas” de la que tanto se comenta…

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