20 julio 2008

Google y el síndrome post-adquisición

Un interesante artículo de TechCrunchIT, Why Google slows down acquired companies (gracias, Julio), especula con el llamado “síndrome post-adquisición” sobre el que llevo cierto tiempo escribiendo, y lanza algunas hipótesis sobre su fuerte incidencia en una compañía con tanta actividad de adquisición como Google.

La evidencia es, según el artículo, patente: Blogger (2003), Dodgeball (2005), Jotspot (2006), MeasureMap (2006), GrandCentral (2007) o Jaiku (2007) han sido adquisiciones de muy dudosa evolución dentro de la compañía. Intentando proporcionar el necesario contrapunto, sería preciso incluir en esa lista operaciones como las de Picasa (2004), Keyhole (2004) o  YouTube (2006) que sí cumplieron sin duda muchos de los objetivos preestablecidos, en algunos casos con creces. Sin ánimo de ponernos a evaluar una por una todas las adquisiciones de Google, el artículo intenta construir un argumento en base a la compleja y especializada arquitectura tecnológica de Google: por un lado, C++, Java (Google Web Toolkit) o, más raramente, Python; pero por otro, MapReduce, Big Table o Google FS: la fase de portar las adquisiciones para que corran en la infraestructura y arquitectura de Google puede llevar entre uno y tres años, y mientras conseguir programadores de C++, Java o Python puede resultar en general relativamente sencillo, encontrar personas que manejen las especificidades de Google puede resultar imposible si no trabajan o han trabajado dentro de la compañía, lo que dificulta añadir recursos a los proyectos si éstos van por debajo de expectativas.

Sin duda, el síndrome post-adquisición resulta en un drenaje de recursos importante, que redunda en unos resultados en muchos casos decepcionantes tanto para las compañías implicadas como para los usuarios, algo de lo que muy pocas compañías se libran. Claramente, no es solo saber qué comprar, sino saber cómo comprarlo. Pero de ahí a la Death by Google que plantea el artículo, creo que hay un trecho importante. Parece claro que Google extrae un clarísimo valor a su plataforma tecnológica, y atribuir a ésta dificultades de integración que en muchas ocasiones pueden ser de tipo cultural o debidas a muchos otros factores me parece injusto y aventurado. En cierto sentido, la tecnología y la cultura tienen un marcado paralelismo: ambos factores son diferenciales y funcionan como un importante aporte de valor, pero suponen lógicas barreras de entrada para quien llega a la compañía, barreras que, como cualquier otra, hay que saber gestionar. La política de Google parece clara: usar plataformas abiertas, desarrollar lo que no existe fuera, y adquirir lo que aporte valor específico vía productos, personas o base de usuarios. Sin duda, un balance delicado, pero no mucho más complejo que el que sufren otras compañías con importante actividad de adquisición.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.