30 noviembre 2008

En El País, hablando de Tuenti

El País me pidió una breve reseña para incluir a Zaryn Dentzel y a Tuenti dentro del suplemento “Los 100 del año” en El País Semanal, hoy en los quioscos. El resultado tras un leve paso por la tijera del maquetador está en este vínculo. El texto completo, bajo estas líneas:

Creada por Zaryn Dentzel, un californiano que recayó en un pequeño pueblo extremeño para aprender español a finales de los 90, y por un grupo de amigos que le animaron años después a volver a España para emprender la aventura empresarial, el fenómeno Tuenti solo puede valorarse viendo a un “nativo digital”: la red social, segundo destino más importante en nuestro país en páginas vistas, es una prolongación de su vida cotidiana, de su personalidad, de sus relaciones. Frente al tópico paterno del “aislamiento frente al ordenador”, la realidad de una red que les sirve para complementar sus relaciones más allá de las horas en las que ven a compañeros o amigos.

Comunicación en estado puro, en una red creada y desarrollada por nativos digitales, para nativos digitales: frente a otras redes en las que las normas sociales llevan a coleccionar contactos casi desconocidos, la calidad de las conexiones en Tuenti es aplastantemente superior: los jóvenes replican en Tuenti sus relaciones “de verdad”, la que tienen fuera de la red, se mueven con su nombre real, y rechazan a quien no conocen sin el menor remordimiento. Estar fuera de Tuenti es aislarse, no compartir fotos, vídeos o música con amigos, convertirse en un paria social. Tuenti, hecha íntegramente en España y seguramente entre las redes más innovadoras del mundo, es el nuevo ágora digital donde tiene lugar la interacción social de los jóvenes españoles. No se preocupe si sus hijos pasan mucho tiempo en Tuenti: preocúpese si no lo hacen.

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Si eres legal no eres corrupto

Esa es la frase que se me pega a las meninges tras ver la infame campaña del ministerio de cultura: de nuevo, mezclando torticeramente una actividad delictiva, el top-manta, en la que una serie de redes organizadas se enriquecen con la propiedad intelectual de otros, con las descargas a través de la red, que ningún juez en nuestro país ha declarado ilegales cuando se hacen sin ánimo de lucro.

Una campaña diseñada para proteger a “los amiguitos del gobierno”, a los que se fotografían orgullosos con el ministro de cultura, a crear una falsa conciencia de culpabilidad donde no tendría porqué haberla. Una campaña de millones de euros asignados arbitrariamente para proteger un modelo de negocio, el de la venta de copias, que nada tiene que ver con la cultura, pero que se moviliza en campaña electoral para cantar alabanzas al candidato. Y en democracia, las asignaciones arbitrarias contrarias al interés popular y diseñadas para pagar favores a unos pocos se llaman, lisa y llanamente, corrupción. Si eres legal no eres corrupto.

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29 noviembre 2008

Qué significa la insistencia del gobierno en implantar los tres avisos

De nuevo, una iniciativa parlamentaria e infinidad de globos sonda nos acercan a la evidente intención de nuestro gobierno de importar la iniciativa Sarkozy de implantar el sistema de “tres avisos” para quienes descarguen de la red obras sujetas a derechos de propiedad intelectual.

La insistencia en este tema por parte del gobierno me parece sumamente significativa, y me parece interesante plantearse cómo debe ser interpretada, qué quiere decir. A estas alturas parece claro que la táctica para obtener sus fines consiste en la “saturación”: dirigir una ingente cantidad de iniciativas a través de múltiples vías legislativas, que va desde proposiciones no de ley hasta enmiendas introducidas con una total falta de transparencia, para conseguir que alguno de los torpedos alcance su objetivo. Esta táctica la hemos podido ver aplicada con suma intensidad a nivel de legislación europea, donde la enorme complejidad del sistema lo favorece: cuestiones como la patentabilidad del software, por ejemplo, han llegado ya a ser discutidas en una gran cantidad de ocasiones, levemente reformateadas y vueltas a resucitar por la incansable acción de los lobbies implicados en el tema, tan incansables como si su sueldo dependiese de ello.

En mi modesto entender, el significado de esta insistencia en la ley de los tres avisos significa lo siguiente:

  1. Al gobierno le traen sin cuidado las libertades más básicas de sus ciudadanos. Cuestiones como el secreto de las comunicaciones, la inviolabilidad del domicilio, el derecho a una comunicación libre, la protección de los datos personales o el derecho a la información de todos los españoles le resultan completamente secundarias cuando se trata de defender los derechos de propiedad intelectual de unos pocos interesados. Claro está, todo hay que decirlo, los ciudadanos no entonamos himnos de apoyo con el dedo puesto sobre la ceja en plena campaña electoral. A lo meor si en las próximas elecciones lo hacemos, conseguimos un gobierno dispuesto a defender nuestros intereses, y no solo los de unos pocos.
  2. El gobierno considera creación cultural únicamente aquella proveniente de los autores representados por determinadas asociaciones y lobbies. Según su interesada y retorcida visión, la suya es la única cultura, lo único que merece la pena, y lo que tiene que ser remunerado con un pseudoimpuesto arbitrario que vulnera las normas más elementales del derecho y del sentido común llamado canon.
  3. Los derechos de propiedad intelectual se encuentran en fase de intensa redefinición, algo que hasta las mismas discográficas empiezan a entender repensando su modelo de negocio. Sin embargo, esto al gobierno le trae completamente al fresco: prefiere defender hasta la muerte el negocio de la venta de copias, confundir interesadamente dicha defensa con la defensa de la cultura, y criminalizar indebidamente a un muy importante porcentaje de la población.
  4. Que los jueces insistan en considerar perfectamente lícita la descarga para usos no lucrativos o que los ministros de cultura europeos rechacen el método de los tres avisos es algo que al gobierno ni le inmuta. Prefiere escuchar la voz de los lobbies de la propiedad intelectual de nuestro país y actuar servilmente a su dictado. ¿Cómo se puede seriamente discutir la implantación del sistema de tres avisos para penalizar algo que los jueces insisten que no es delito en nuestro país?
  5. Para proteger al negocio de venta de copias, y ante la insistencia de los jueces en considerarlo legal de manera contraria a sus intereses, el gobierno no dudará en nombrar otras autoridades competentes capaces de tomar decisiones sobre qué vulnera o no vulnera según ellos los derechos de propiedad intelectual, en convertir en ciberpolicías a las empresas de telecomunicaciones, o en vulnerar completamente un principio tan básico como la neutralidad de la red. O por supuesto, en pasar por encima de la Constitución.
  6. Si el ministro de cultura defiende al lobby de los derechos de autor, y el de industria está dispuesto a entregar a las empresas de telecomunicaciones la neutralidad de la red, ¿quién defiende los intereses de los ciudadanos?
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28 noviembre 2008

El auge de los silver surfers

Tienen tiempo, y en muchos casos una posición económica razonablemente estabilizada y un cerebro activo. Y se están convirtiendo en un fenómeno sociológico emergente: los denominados silver surfers, personas habitualmente por encima de los cincuenta que empiezan a utilizar activamente la red con el fin de mantenerse informados y comunicados. El encaje parece lógico: además del tiempo libre que surge con la jubilación, cuya gestión es ya de por sí en muchos casos problemática y provoca problemas de encaje y depresión, el estrato ha ido creciendo en poder adquisitivo y en bienestar general con el paso de las generaciones, al tiempo que mejoraban los sistemas de pensiones y la esperanza de vida media.

El gobierno australiano ha decidido apoyar la entrada de los seniors en la red mediante una inyección de unos siete millones y medio de euros a lo largo de tres años destinados fundamentalmente a la creación de cibercafés adecuados a sus necesidades y en los que se imparta la adecuada formación y resolución de problemas. Una inversión que no sé si incide en los aspectos más adecuados del uso habitual o esperado del segmento, pero que sí marca un interés por el desarrollo del segmento: la red supone un encaje muy bueno para personas a partir de cierta edad interesadas en mantener el cerebro activo, desarrollar o mantener sus intereses, o simplemente comunicarse. Mi experiencia con mi padre, con setenta añitos recién cumplidos, no puede ser mejor:desde que se jubiló, mantiene un uso muy activo de la red: lee noticias, se mensajea con amigos, mantiene su carterita de acciones y sus cuentas bancarias, y llama mediante Skype. En su setenta cumpleaños, hace pocos meses, recibió como regalos un monitor más grande y un netbook, y en ninguno de los casos fui yo directamente el origen de la decisión. Cuidando determinados aspectos de usabilidad y cultura de uso, un ordenador conectado a la red puede convertirse en un muy buen complemento en la vida del jubilado. ¿Qué experiencias, buenas o malas, tenéis en ese sentido?

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27 noviembre 2008

Entrevistando a Andrew Rasiej, en Balzac TV

En Balzac TV, con la producción cuidada que les caracteriza, una entrevista que tuve la oportunidad de hacer a Andrew Rasiej, creador de sitios como Personal Democracy Forum o techPresident, columnista en Politico.com, y uno de los personajes importantes y con más criterio en la política norteamericana, en sus campañas y en su interfaz con la red. Andrew tiene una muy buena perspectiva sobre varias de las últimas elecciones norteamericanas, y experiencia propia como asesor (colaboró con Howard Dean en las Presidenciales de 2004), analista para numerosos medios, y hasta como candidato (se presentó por Nueva York en 2005 presidiendo una plataforma que proponía, entre otras medidas, dotar a la ciudad de acceso inalámbrico a bajo coste).

La entrevista está en inglés con subtítulos en español, tuvo lugar el primer día del curso sobre Sociedad Red que celebramos en Barcelona, y fue para mí un verdadero lujazo, en la que pude tocar muchos de los temas sobre los que escribo habitualmente. Si te interesa la conexión entre la política y la tecnología, Andrew Rasiej es sin duda una de sus referencias más importantes.

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Sobre el cierre de Mobuzz

No pensaba escribir sobre el cierre de Mobuzz. Cuando un tema te implica personalmente, cuando es el proyecto de un amigo de verdad, de esos que cuentas con los dedos de una mano, y cuando te lleva a replantearte aspectos de la naturaleza humana como lo ha hecho éste, se hace muy difícil escribir sobre él. Cuando defender cosas en las que crees te convierte en una especie de triste muñeco de feria para que una serie de sujetos desahoguen en ti sus frustraciones, cuando lo pasas tan mal que acabas perdiendo hasta las formas y la educación, y cuando además eso no es ni la infinitésima parte de como lo está pasando uno de tus mejores amigos, lo ultimo en lo que piensas es en el prestigio de tu blog o en el tuyo propio.

Mobuzz ha cerrado, efectivamente. Lo he sabido igual que todos los demás, por los mismos medios. Hasta el lunes por la mañana que pude hablar con Anil, creía que los planes eran otros, que aún cabía una posibilidad diferente que al final no ha salido, a pesar de intentarse hasta el último momento. Al coro de fúnebres palmeros que celebran el mal ajeno, directamente no tengo nada que decirles, más allá de saber con detalle quienes son para cuando en algún momento los avatares de la vida me los pongan cerca, tenerlo en su debida consideración. A quienes lo lamentan, que los hay porque aún queda gente de bien, decirles que el cierre, como sostuve en su momento porque conozco perfectamente los números de la compañía, no se debe a la falta de viabilidad del proyecto, ni mucho menos a una pretendida - e inexistente - política de derroche. Se debe a una falta coyuntural de financiación, a la salida brusca de un socio, y a la falta de garantías para poder reflotar el proyecto en este momento. Y por supuesto, al agotamiento. A ese negro agotamiento que te cubre, que te pringa como el chapapote cada vez que miras alrededor intentando encontrar un apoyo y, en su lugar, te encuentras patadas de cobardes palmeros arremolinados en torno a una pelea de patio de colegio que jamás quisiste protagonizar.

Es muy posible que Anil lo vuelva a intentar pronto, y volverá a tener todo mi apoyo, porque sigo creyendo en el proyecto como el primer día. El cierre de Mobuzz no demuestra nada: una cosa es, como dicen en bolsa, el análisis fundamental, y otra el análisis técnico. ¿Era bueno el proyecto? Sí. ¿Tenía sentido ecnoómicamente? También. ¿Se pudieron hacer algunas cosas mejor? Por supuesto, como siempre. Ninguna de esas cosas incluye nada reprochable, ni un exceso de gasto - que no lo hubo - ni un problema del modelo de negocio - que funciona perfectamente cuando se relaciona la capacidad de un show de generar publicidad a un precio razonable, con sus costes de producción. ¿Se pudo comunicar mejor? Sin duda: se esperaba una actitud comprensiva y constructiva en la blogosfera, similar a la que surgió en las comunidades en inglés y en francés, y en su lugar, apareció una manada de lobos dispuestos a despedazar cada palabra, cada gesto, a malinterpretar cada posible señal existente o inexistente. A ensuciar. A negar el pan y la sal.

Falló la capacidad y dedicación de la empresa a la parte comercial, la inversión en desarrollo de negocio. Eso no se puede negar, y constituye el mayor problema: además de tener producto, hay que esforzarse mucho, mucho por venderlo. Pero la empresa funcionó durante cuatro años, con muy buenos momentos, con abundantes premios por la calidad de su producto y su buen hacer, con desarrollos propios buenos y originales en numerosas áreas, y con un equipo y un ambiente fantásticos. Todo esto, punto por punto, lo negarán algunos, aquellos que no contentos con ver la caída, quisieron contribuir a ella pidiendo desde sus páginas que no les ayudara nadie, que no lo merecían, que no tenían derecho ni siquiera a pedir donaciones voluntarias. A esos que directamente ridiculizaron y engañaron de manera vil e irresponsable esparciendo mentiras inventadas o patéticas cuentas calculadas con absoluta ignorancia de lo que estaban hablando. A los que se regodearon con insistencia y persistencia infinita, queriendo meter el dedo en toda cuanta herida querían/creían ver - y si no la había, provocarla por pura erosion, como una gota malaya. Pocos eventos me han enseñado tanto acerca de la naturaleza de este país y de algunos de sus habitantes como el cierre de Mobuzz. Y son cosas que, de verdad, preferiría no haber aprendido. Era mucho más feliz antes de haberlas experimentado.

Esta entrada no admite comentarios ni pingbacks. Ya lo he pasado suficientemente mal, ya he tenido bastante, y como ya he dicho, no es ni una parte infinitesimal de cómo se debe haber sentido Anil pasando lo que ha pasado y leyendo lo que ha tenido que leer en éste y en otros sitios. No dare más explicaciones más que en mis clases cuando analicemos el caso, que sin duda lo haremos. Si quieres disfrutar con el mal ajeno, hazlo en otro sitio. Si por el contrario, quieres lamentarlo u ofrecer ese consuelo y apoyo que muchos ofrecieron con sus mensajes y donaciones (se está procediendo al reembolso de todas ellas), muchísimas gracias de corazón, y disculpa que no te ofrezca sitio para hacerlo aquí: el desgaste que supone simplemente moderar los comentarios, aunque no lleguen a salir, me lo impide. Espero que lo entiendas. Nunca he pretendido ser ni mucho menos perfecto, y hoy, en esta entrada, perdóname si no te ofrezco la hospitalidad habitual. De veras que lo siento.

Y para Anil, un abrazo fuerte, muchos ánimos y, como siempre, todo mi apoyo público, privado y donde haga falta darlo. Donde lo necesites.

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26 noviembre 2008

¿Qué hacer contra la ?piratería??: NADA

NADA. Contra la mal llamada “piratería” - no la que ocurre en las costas de Somalia, sino contra los pacíficos ciudadanos que hacen clic en un enlace - no hay que hacer absolutamente NADA.

Primero, porque hacer clic en un enlace o usar un programa de descarga es lo más natural del mundo en Internet. Está en su mismísimo diseño, en sus protocolos. Es inevitable, y cualquier intento de impedirlo fracasará como han fracasado hasta ahora. Perseguir lo que no puede ser perseguido es absurdo.

Segundo, porque no es malo. No es robar. No se puede comparar al robo de propiedad física, es una falacia conceptual que solo los más ignorantes se atreven a mantener. La difusión no perjudica a los artistas cuando se asume que el modelo de cobrar por copia ha desaparecido. No se puede aspirar a cobrar por algo, generar una copia, que ya no cuesta nada. Producir música no es gratis, copiarla sí. Por tanto, hay que generar valor de otra manera. Proteger el negocio de las copias es absurdo.

Tercero, porque generar valor de otra manera no es imposible. Tal vez no requiera las costosas y pesadas estructuras que determinadas empresas mantenían para ello y se vean obligados a aligerarlas, pero no es imposible. Quien genere recursos con la propiedad intelectual de otros debe pagar por ello. En el nuevo entorno existen infinitas maneras de generar valor y de hacer que alguien pague por tu producto, sin extorsionarlo mediante un injusto canon o gravarlo con un impuesto arbitrario. Subvencionar la ineficiencia es absurdo.

Cuarto, porque en una jerarquía de valores razonable, proteger la intimidad de los ciudadanos, el secreto de las comunicaciones o la libertad de expresión son cuestiones que siempre y en todo momento deberían estar por encima de la protección de la propiedad intelectual. Lo contrario es prevaricar, favorecer los intereses de una minoría en contra del interés general, y a medio plazo es absurdo.

Quinto, porque la cultura no se defiende restringiendo el acceso a ella, sino difundiéndola, permitiendo que sea compatible con la realidad de su entorno. La protección que entre insultos y malas maneras exigen determinados estamentos no es protección para la cultura, sino para una serie de modelos económicos inviables en el mundo actual. Defender a quien no merece ser defendido porque no añade valor alguno es absurdo.

Dejémonos de absurdos y de verdades a medias. Ni campañas de concienciación innecesarias y mentirosas, ni un FICOD convertido en escenario para que la mal llamada “industria cultural” acuda a insultar a los asistentes. La “piratería” no existe, y contra ella no hay que hacer NADA.

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25 noviembre 2008

Con la cabeza en la nube

No podía estar más claro: la nube es el próximo gran tema de discusión. Al fuerte posicionamiento de Google en este área desde hace ya varios años con sus planteamientos y productos, se une ya toda una ofensiva seria por parte de Microsoft desvelada en un artículo de Business Week, Microsoft to Google: Get Off of My Cloud, en el que la compañía anuncia un ambicioso plan para construir en los próximos años toda una red de veinte datacenters de última generación con un coste proyectado de más de mil millones cada uno, diseñados para “reinventar la infraestructura de nuestra industria” y hacer frente al “buen trabajo hecho por Google para crear hype alrededor del tema”. En una industria en la que sus dos principales fuentes de ventaja competitiva, el pago por licencia y el push de la industria del PC como canal de distribución parecen pasar a segundo plano, la idea de llevar a la nube en régimen de alquiler productos como Office o Exchange parece tener cada vez más sentido.

Pero Microsoft no es el único jugador importante en apostar por poner la cabeza en la nube: IBM anuncia un “Resilient Cloud Validation program”, una especie de “sello de aprobación” destinado a crear confianza en aquellas empresas que estén pensando su transición a este modelo, así como a ofrecer servicios tanto a las compañías que decidan construir su propia nube como a las que prefieran confiar en la infraestructura de terceros: construir dentro, o alquilar fuera, la eterna cuestión, con las legiones de consultores de IBM dispuestos a aportar doctrina.

Entre las dos noticias, no queda la más mínima duda de que toda la industria puede ir preparándose para ir poniendo la cabeza en la nube. Una tendencia anunciada desde hace ya muchísimo tiempo, que aprovecha la evidencia de la crisis mediante promesas de menores costes de gestión e infraestructura. Las nubes están hechas de vapor, pero éste parece ir tomando cada vez más cuerpo.

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24 noviembre 2008

Mi conferencia en Sociedad Red, contada por Juan Freire

En su columna de Soitu, Juan Freire se marca una crónica muy completita de mi conferencia en el pasado Sociedad Red de Barcelona, titulada “Internet y organizaciones: una breve historia del presente“, un material que he reutilizado posteriormente en algunos otros foros y del que también habló Ismael Peña-López en su blog. Y como Juan no solo sabe mucho del tema que nos ocupaba, sino que además era uno de los coordinadores del curso y me conoce como sí hubiésemos vivido dos años juntos, pues le ha quedado un resumen que me parece bastante mejor que el original :-)

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Algunos ministros europeos empiezan a entender la red. El nuestro, NO

Los Ministros de Cultura de la Unión Europea, reunidos el pasado 20 de Noviembre, rechazan la aplicación del esquema “three strikes and you’re out” propuesto por Francia, y proponen en su lugar medidas que promuevan el intercambio legal de materiales en la red.

El EU Culture Council abogó por un balance justo de los derechos fundamentales, priorizando primero el derecho a la protección de los datos personales, segundo la libertad de información, y únicamente en tercer lugar, la protección de la propiedad intelectual.

Nadie discute la necesidad de proteger la propiedad intelectual. Y la forma de hacerlo es, básicamente, aplicar el “follow the money”: cuando alguien pretende enriquecerse con la propiedad intelectual de otros incumpliendo los términos establecidos por éstos, debe ser castigado. Pero cuando nos descargamos música, no hay dinero que cambie de manos, y no hay castigo que ejercer, únicamente modelos de negocio que adaptar a los nuevos tiempos, algo que los políticos deben impulsar en lugar de subvencionar y privilegiar comportamientos anclados en el pasado más recalcitrante. El hecho de que hoy en día la música este cada vez mas disponible en Internet, y en muchos casos puesta por sus propios creadores, debería hacer reconsiderar algunas posturas.

Señor César Antonio Molina, ESTÁ USTED EQUIVOCADO, y carece de los cualificaciones mínimas imprescindibles para ser Ministro de Cultura. La red es un arma fundamental para la cultura en nuestros dias. No podemos tener en ese Ministerio a un retrógrado que cree que Internet está lleno de delincuentes peligrosos, y que se enfrenta al progreso intentando judicializar la red, perseguir a sus usuarios, eliminar derechos fundamentales y tildar de delincuentes a los ciudadanos. Afortunadamente, en la reunión de Ministros de Cultura europeos, había algunos que no eran tan cavernicolas como usted demuestra en sus últimas declaraciones, en las que no duda en insultar a diestro y siniestro a los ciudadanos usuarios de la red. Cuando se dicen esas barbaridades en television, señor ministro, se demuestran muchas cosas. Entre otras, que es usted un incompetente, que no defiende la Cultura sino otra serie de intereses, y que debe irse.

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23 noviembre 2008

Los políticos, Internet y las visiones del pasado

Descolorido, granulado y sepia, como una imagen antigua del NO-DO. Es lo único que me evoca un político que cuando habla de Internet, únicamente es capaz de ver cuentos de piratas, de terroristas, de pederastas y de desalmados.

Si no hablásemos de quien está supuestamente a cargo de regir los destinos de cuestiones importantes en este país, la imagen no daría más que un poco de pena. Pena del hombre desactualizado, del vestigio del pasado más oscuro, del que sigue luchando una guerra absurda sin enterarse de que hace años que acabó. Sería simplemente una muestra de la más patente incultura e inadaptación, alguien a quien intentar explicarle cómo son las cosas hoy, cómo las industrias culturales se van adaptando a un escenario diferente, en el que las cosas ya nunca van a volver a ser como fueron antes, y que eso es algo que agradecer, algo que beneficia a la Cultura en su conjunto, a la Cultura con mayúscula. Pero no, no hablamos de un simple ignorante, anticuado y mediatizado: hablamos de un ignorante, anticuado y mediatizado que es, además, ministro de cultura. Y que no debería serlo.

Hablamos de alguien que representa la visión que nuestro gobierno tiene de Internet: un nido de delincuencia que debe ser detenido a toda costa. De nada sirve que esas descargas que aterrorizan al ministro se vean sustituidas por streaming en las que los propietarios de derechos reciben compensación, o por simples búsquedas en Google incapaces de criminalizar a nada ni a nadie. El ministro sigue teniendo pesadillas en las que le persiguen mulas con dientes de vampiro, aunque la pobre mula sea un programa ya en desuso. El ministro sigue identificando la cultura con la industria encargada de su difusión, con los que se dedican a hacer y vender copias en una época en la que la copia ya no tiene ningún valor, y vivir de ella no es más que un planteamiento absurdo. Aunque la situación se normalice a medida que el efecto modulador de la red ejerce sus efectos, el ministro sigue creyendo que está en guerra, en guerra contra unos ciudadanos a los que tilda de piratas y hasta de terroristas. Y se equivoca de arriba a abajo el ministro cuando personifica en Internet a los enemigos de la cultura, cuando ve en Internet un problema. Porque el problema de Internet de cara a la cultura no es el que el ministro piensa, sino el hecho de que Internet llegue todavía a poca gente, que millones de personas en este país supuestamente avanzado estén aún alejadas del vehículo de difusión cultural más potente jamás creado por el hombre. Ese, y no otro, es el problema, señor ministro. Un problema al que usted, con sus cuentos de viejas, contribuye notablemente. Es usted un ignorante, señor ministro. Y además, un ignorante muy peligroso.

Y además, no está solo. No es el único en el partido en el gobierno que tiene esa visión. En el Boletín Oficial del Congreso de los Diputados del pasado 31 de Octubre vemos una Proposición no de Ley remitida por el Grupo Parlamentario Socialista (GPS por sus siglas, aunque a pesar de ellas es evidente que no sabe por donde va en estos temas), concretamente por Rafael Simancas y Ramón Jáuregui, en la que se dice textualmente que

La amenaza más seria a la propiedad intelectual, y por tanto a la estabilidad de nuestra industria cultural y al estímulo de la creatividad, proviene de la “piratería” en el entorno digital

y se insta al desarrollo de estrategias que intentarán, infructuosamente, convertir Internet en lo que no es: un lugar donde los contenidos estén bajo control, como si fuese la televisión o la radio, donde sean necesarias licencias de un Consejo Audiovisual para emitir un vídeo o escribir un contenido, donde todo lo que pase por el canuto sea convenientemente fiscalizado, donde la cultura solo pueda ser producida por unos pocos y los demás nos limitemos a hacer de palmeros: aplaudir y pagar. Esa es la visión de Internet del gobierno del país en que vivimos. Y es una visión triste, muy triste. Antigua. Deprimente.

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22 noviembre 2008

Casas con colita

Sí, ya sé que el título queda como mínimo “raro”, pero es como las han denominado en inglés: Homes with tails. Un concepto interesante que apunta a solucionar el problema de infraestructura de telecomunicaciones que plantea la última milla permitiendo a los propietarios hacerse cargo de la misma (vía Boing Boing). La idea es exactamente lo que parece: los propietarios de la casa se encargan de proporcionar la conexión de fibra hasta el nodo, con la posibilidad, lógicamente, de hacerlo cooperativamente en el caso de comunidades de vecinos, pero con el control de la propiedad de su extremo y la posibilidad de recibir ayudas públicas en el caso de zonas desfavorecidas en las que se pretenda incrementar la cobertura.

La idea apunta a un mercado en el que los proveedores no estén condicionados por la propiedad de la infraestructura de la última milla, sino que compitan por llevar sus servicios de conectividad hasta el nodo: si las empresas de telecomunicaciones no pueden justificar la inversión en la última milla sin pretender apropiarse ya no de los cables sino de lo que circula por ellos, el que sean los propios clientes los que lleven a cabo la inversión necesaria para recibir un mejor servicio no debería ser una idea completamente loca: despues de todo, se trata de proponer soluciones creativas a un problema, y el impacto de la inversión al diluirla entre los usuarios no resulta tan drástico como el de una compañía sobre un territorio completo, menos aún si además se integra desde el principio en la obra de nueva construcción. Los autores de la idea, Derek Slater y Tim Wu, han escrito un paper detallado describiéndola.

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El correo electrónico como commodity

Siguiendo con la interesante discusión de hace unas semanas sobre el correo electrónico como aplicación corporativa, veo en Smart Mobs como una universidad, Boston College, decide llevar al límite el concepto de comoditización del servicio: harta de ofrecer cuentas de correo electrónico a sus estudiantes en condiciones mucho peores que las que éstos pueden obtener de manera gratuita en el mercado, la universidad ha decidido no ofrecer cuentas de correo a los nuevos estudiantes que entren a partir de este año. En su lugar, ofrecerá un servicio de redirección a la cuenta que el estudiante elija.

Además del problema evidente de no poder ofrecer de una manera económicamente viable los mismos servicios que los proveedores habituales de correo ofrecen, la universidad se encontraba con otro problema: una gran mayoría de los estudiantes rechazaban el servicio porque consideraban que ya tenían desarrollada su identidad digital alrededor de alguna otra cuenta de correo, desde mucho antes de poner el pie en el campus.

Para los entornos corporativos, este tipo de decisiones supone una llamada de atención: obviamente, los requisitos de seguridad y confidencialidad son mayores en la vida empresarial que en la comunitaria, pero, ¿realmente interesa seguir invirtiendo en ofrecer servicios de correo electrónico a los empleados, cuando muchos de éstos prefieren, de hecho, utilizar sus cuentas personales porque - sencillamente - son mejores y más cómodas en su acceso? ¿Cuánto tiempo van a seguir los responsables de tecnología corporativos engañando a sus jefes con la idea de que el correo que la empresa ofrece es “mejor” o “más seguro” que el que es capaz de ofrecer un especialista en ese tipo de servicios?

Una cuenta personal bien atendida y manejada por una persona con la formación adecuada es igual de segura, si no más, que un correo corporativo: es más, puestos a desarrollar la responsabilidad sobre su uso, los trabajadores tienden a percibir el correo corporativo como algo “de cuya seguridad se encarga otro”, mientras que ven el correo personal como “algo suyo”, en lo que sí deben mantener un adecuado nivel de precaución. Con la formación necesaria sobre seguridad en temas como el manejo de contraseñas y temas relacionados que evite problemas como el reciente de Sarah Palin (no, no todos los usuarios son como Sarah Palin), una cuenta de correo externa puede ofrecer un nivel de seguridad equivalente al de una corporativa, y un nivel de calidad y servicio prácticamente siempre superior. El correo electrónico se está convirtiendo cada vez más en algo personal: el individuo lo mantiene y maneja según sus preferencias, y le acompaña si se cambia de trabajo o de circunstancias. De la misma manera que las empresas hoy no cavan pozos de agua ni construyen centrales eléctricas, el correo electrónico avanza de manera imparable hacia la comoditización.

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21 noviembre 2008

Perdiste, Vasile?

El Juzgado de lo Mercantil número 7 de Madrid, referente a la vista por la petición de medidas cautelares en el caso Telecinco contra YouTube en el que tuve el honor de participar como perito, decide que es responsabilidad de Telecinco proporcionar a YouTube la identificación específica de todos aquellos vídeos que a su parecer violan sus derechos de autor, proporcionando para ello su dirección de Internet o su URL como identificadores válidos. El juez ha entendido perfectamente y seguido las tesis sostenidas por la defensa: las pretensiones de Telecinco de que YouTube ejerciese de “policía de los contenidos que suben los usuarios” eliminando “todos los contenidos que contuviesen la mosca de Telecinco”, o peor aún, que eliminase todos aquellos contenidos que contuviesen una lista de palabras con nombres de programas, actores, etc. decididos por la propia cadena y entre los que se encontraban términos tan genéricos como "está pasando", "allá tú", "diario de" o “Aída” han sido consideradas inválidas.

Lo más importante del fallo es entender qué elementos estaban en discusión: en ningún momento se ha puesto en cuestión que los derechos de autor deban ser respetados. Lo que se discutía aquí era en quién debía recaer la carga de la prueba: según Telecinco y su abogado, era YouTube quien tenía que retirar los vídeos de su propiedad, en función de una serie de criterios que enumeraban. Según YouTube, correspondía a Telecinco, como propietario de los derechos, pedirle a YouTube esa retirada, bien identificando los vídeos uno a uno mediante su URL, o introduciendo sus contenidos en el programa de vídeo ID de YouTube para que fuesen identificados automáticamente. ¿Qué ha dicho exactamente el juez? Que la solicitud de retirada debe hacerla Telecinco, identificando claramente los vídeos que estima infractores de sus derechos de autor. Exactamente lo que decía YouTube. Te pongas como te pongas y lo mires por donde lo mires, perdiste, Vasile. No tenías razón.

Telecinco deberá remitir a YouTube la lista de vídeos infractores, y corresponderá a YouTube valorar si en efecto lo son, para en ese caso proceder a su retirada. Nada que YouTube no hiciese habitualmente con cada petición de este tipo, sin necesidad de pasar por los tribunales ni de hacer un drama de ello. ¿Un usuario ha subido tu contenido sin tu permiso? Pues lo dices, y lo retiramos, ya está. Ni tribunales, ni responsabilidad del prestador de servicios, ni niños muertos.

Es importante tener en cuenta los posibles efectos que sobre el desarrollo de la sociedad de la información podría tener una demanda como ésta en caso de ser estimada. La propia Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (LSSI) sostiene, en su artículo 16, la no responsabilidad de las empresas que prestan servicios de intermediación con respecto a los contenidos que transmiten, alojan, o a los que facilitan acceso si no participan en su elaboración, supuesto en el que claramente se encontraba YouTube. Pretender establecer una responsabilidad semejante supondría una carga sobre las labores de las empresas prestadoras de servicios que a todas luces no podrían asumir: en primer lugar, por el volumen inherente a sus actividades y la naturaleza de las mismas, pero en segundo lugar, por la carencia de criterios válidos con respecto a los juicios de valor que sería preciso hacer en cada caso. Como ocurre en otros casos, como en el de las páginas personales o blogs, hacer responsable al propietario de la página de lo que terceros vierten en ella supone una situación de indefensión jurídica absoluta, porque supone al prestador del servicio la capacidad para tomar las decisiones, en muchos casos complejas, con respecto a dichos contenidos, y porque le deja en manos de la posible mala intención de los propios demandantes, que podrían introducir materiales o comentarios ellos mismos provistos de identidades falseadas.

En la sociedad de la información, el control de los contenidos debe corresponder a aquellos que pretendan exigir derechos sobre ellos, que deben, lógicamente y como es el caso, contar con los conductos adecuados para ejercer dichos derechos. Una decisión en sentido contrario tendría graves consecuencias sobre el funcionamiento de la red en su conjunto: a partir del momento en que se considere a una empresa proveedora de servicios de intermediación responsable sobre los contenidos que un tercero ha depositado en su plataforma, se estará atacando de manera directa a la libertad de expresión y a la mismísima naturaleza de la conversación en Internet, dado que la labor de prestación de dichos servicios de intermediación pasaría a desarrollarse en la más absoluta incertidumbre jurídica. El triunfo de las tesis de YouTube en este caso supone una clara victoria de quienes defendemos la libertad de expresión en Internet.

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IAB: mala metodología, o mala intención

Julio Alonso pone de manifiesto las enormes dudas que presenta el nuevo informe de la IAB sobre inversión online: un enorme agujero que “se traga” toda la inversión en medios distintos a los llamados “portales” y a los medios convencionales. La publicidad en blogs, de la que Julio sabe un rato largo, queda reducida a una cifra ridícula, en absoluto representativa de la realidad, y la credibilidad de la IAB se diluye entre dudas de intentos de favorecer a unos soportes que son además sus principales accionistas.

La cifra que casi esconde el informe de la IAB supone una cantidad tan desproporcionadamente inferior a la realidad con respecto a la publicidad en los llamados “nuevos soportes” - que tienen de “nuevos” ya lo mismo que yo de santo o de enano - que resulta difícil pensar en un error metodológico. La cifra es más de diez veces inferior que la facturación de solo uno de los competidores del subsegmento, competidor que, por mucho dominio que pudiera llegar tener, no acapara ni mucho menos la totalidad del mercado. Además, el informe apunta una trayectoria descendente en la inversión publicitaria en blogs que resulta ser completamente falsa, que distorsiona completamente la realidad. La cifra proporcionada por el estudio de IAB es tan sumamente arbitraria, que podrían haberla obtenido levantando al viento el dedo índice previamente humedecido, lo que provoca numerosas dudas sobre el papel de la IAB como referente del sector, y más cuando, de cara a la realización del informe, no han tenido siquiera el detalle de dirigirse a las empresas implicadas para preguntar.

¿Qué interés tiene la IAB en minimizar un segmento de la publicidad en Internet? Simplemente, el provocar que los anunciantes y las agencias vean un panorama distorsionado, en el que los medios tradicionales - portales y medios de comunicación - acaparan la totalidad de la inversión, mientras los “otros” medios, pujantes y emergentes, desaparecen diluídos precisamente en el apartado de “otros”. Flaco favor hace la IAB a la industria y a su propia credibilidad cometiendo por segundo año consecutivo el pecado de la omisión. Si es por metodología, malo. Y si es por interés, mucho peor. Nos quedaremos a la espera de una rectificación metodológica que ponga las cosas en su sitio.

DISCLAIMER: Tengo una pequeña participación accionarial en Weblogs, S.L., lo que me permite conocer perfectamente las cifras de las que hablamos. Pero en esta entrada no pretendo defender los intereses de nadie, que bastante bien se defienden solos, sino poner las cosas en su sitio y pintar la realidad con su color correspondiente.

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20 noviembre 2008

Hulu vs. YouTube: corto, medio y largo plazo en la red

Un artículo del Financial Times de hace unos días, Rival forecast to catch YouTube, ha despertado gran cantidad de atención y comentarios: en él, se comparaban los resultados económicos de YouTube con los de ese “rival” o “YouTube killer” propuesto por los medios de toda la vida, Hulu, y se concluía que el segundo alcanzaría al primero en términos de rentabilidad en un plazo de alrededor de un año. En AllThingsD, Peter Kafka iba un paso más allá, y afirmaba tras consultar con la compañía que, en realidad, Hulu ya había alcanzado y superado a YouTube, comparando unos resultados netos de entre $10.5 y $12.6 millones frente al cero que situaba en el casillero de YouTube.

Lo que verdaderamente me llama la atención en el análisis tanto de FT como de AllThingsD es la ausencia de menciones a la evolución, al plazo de los negocios en la red. Los números que se comparan son, en términos de facturación total y teniendo en cuenta únicamente los Estados Unidos, $70 millones de Hulu frente a $114 millones de YouTube, y llama la atención la rentabilidad del primero frente a la ausencia de rentabilidad del segundo. Pero analicemos: ¿qué es realmente Hulu? Se trata, como comentábamos, de la respuesta de las grandes cadenas y productoras televisivas a YouTube: un sitio en el que poder ver en streaming programas y series de NBC, News Corp., Universal, y otros canales que licencian sus contenidos. El llamado UGC, o User Generated Content, está completamente ausente. En Hulu se pueden encontrar series de éxito como Prison Break, 24, Heroes, Bones, House, King of the Hill, My Name is Earl, The Office, Prison Break, o The Simpsons, además de muchas series y películas clásicas. Todo ello, por supuesto, sin posibilidad - teórica - de descarga, y sometido a una profusión de anuncios: pre-rolls de cinco segundos, mid-rolls de treinta, banners y overlays. La misma experiencia que puedes tener en la televisión, pero a través de Internet. O peor experiencia de la que puedes tener en televisión si utilizas un TiVO o similar, dado que en ese caso te puedes saltar los anuncios, cosa que en Hulu no puedes hacer. Los contenidos de Hulu están sujetos a una férrea política territorial: la mayor parte de ellos únicamente están disponibles desde una IP estadounidense, salvo que decidas entrar “irregularmente” a través de uno de los muchos servicios de proxy disponibles. O, puestos a andar haciendo equilibrios, que te bajes los contenidos de tu red de BitTorrent favorita y los veas cuando te dé la gana y sin ningún tipo de anuncios salvo los overlays.

Frente a la propuesta de Hulu, YouTube supone algo completamente distinto: millones de horas de vídeo de todo tipo: desde lo que algunas televisiones licencian mediante acuerdos de compartición de ingresos, hasta la inmensidad de contenidos generados por los usuarios, por empresas o por amateurs de todos los colores. ¿Calidades? Todas: desde lo muy malo, hasta lo malo y lo malísimo, pasando por algunas cosas buenas, auténticas perlas en el medio de mucha basura, ademas de millones de cosas conocidas. YouTube descubre que contenidos de calidad pésima pueden ser fenómenos virales que generen grandes corrientes de atención, millones de pares de ojos pendientes de una pantalla. En YouTube puedes encontrar todos los recuerdos de tu más tierna infancia, desde clips de Mazinger Z hasta a Marco buscando a su mamá o más de veinte versiones de Camilo Sesto interpretando Fresa Salvaje. YouTube recibe cada día alrededor de doscientos mil nuevos vídeos, y genera pautas de consumo que van desde lo individual a lo social. Mientras Hulu es la limitada prolongación de lo conocido de toda la vida, YouTube ha provocado una explosión de contenidos sin par en la historia y un auténtico fenómeno sociológico: antes de YouTube, los particulares no podían prácticamente manejar vídeo en la red. Después de YouTube, casi cualquier persona con habilidad, ganas y una cámara se puede montar su propio canal de televisión.

En términos de ingresos, Hulu explota lo que ha hecho toda la vida. Sus vendedores son los mismos que los de las cadenas, sus anunciantes también. Responden a los mismos esquemas. YouTube, por su parte, está aún experimentando con su modelo de publicidad. Acaba de empezar a ofrecer propuestas atractivas para el anunciante tradicional de televisión, como anuncios en vídeo que son intercalados como resultados esponsorizados en las páginas de resultados que el usuario recibe, siguiendo la idea de proporcionar un tipo de publicidad que no “ataca” al usuario, sino en la que éste tiene que hacer clic (todos odiamos la publicidad, pero queremos ver anuncios buenos cuando nos son ofrecidos). Además, permite que, siguiendo el modelo de Adwords, se anuncien empresas que habitualmente no recurrían a la publicidad en formatos de vídeo, por considerarla fuera de su alcance: aquí, solo pagas por resultados.

Por último, pero no menos importante, cabe pensar qué ocurrirá en el futuro: Hulu solo está disponible en algunos territorios… ¿Por qué? Lógicamente, porque si abre su oferta a otros, destruye las potenciales ventanas de explotación geográfica de sus contenidos: ¿qué cadena va a comprar los episodios del Dr. House si éstos llevan meses estando disponibles en la red? Resultado neto, por tanto: canibalización de ingresos. YouTube, en cambio, puede hacer de su capa un sayo: puede ofrecer al propietario de los contenidos la posibilidad de mostrarlos a todo el mundo o de restringirlos geográficamente, puesto que las ventas de explotación que canibaliza no son suyas, sino ingresos de nueva creación para Google. Es una televisión a escala planetaria, completamente on-demand y, sobre todo, con infinitos canales. En Hulu está todo visto, todo descubierto, es más de lo mismo. En YouTube, casi todo está todavía por descubrir. ¿Sorprende pensar que, dado el concepto y la dimensión de YouTube, su período de maduración en la red a la hora de obtener ingresos sólidos sea más largo que el de Hulu, que se limita a aplicar los esquemas de toda la vida? Dentro de pocos años, ya veremos donde está cada uno.

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19 noviembre 2008

Cita hablando de Jerry Yang en Cinco Días

Cinco Días cita brevemente mi entrada de ayer sobre la dimisión de Jerry Yang en su artículo “Yang dimite tras una gestión que hundió a Yahoo! en bolsa” (pdf), titular con el que no estoy en absoluto de acuerdo. En el medio de una de las crisis financieras más grandes de los últimos tiempos, decir que toda la caída de valor de Yahoo! se debe a la gestión de Yang, en lugar de deberse a una caída general que ha reducido, por ejemplo, las cotizaciones de Google (de 577.52 hace seis meses a 299.00 ahora mismo) o Microsoft (de 29.99 hace seis meses a 19.82 ahora mismo) a casi la mitad en los últimos seis meses me parece hacer una asunción como mínimo peligrosa. Yahoo! ha perdido más en bolsa que otros, de la misma manera que el resultado neto de operaciones de M&A fallidas suele ser negativo casi siempre para el adquirido, pero la gran mayoría de sus pérdidas no se deben en absoluto a la gestión de Yang: se deben al comportamiento del entorno.

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Música y cadenas de valor

Vía Boing Boing llego a una conferencia del genial Ian Rogers, una de las mentes más preclaras en el entorno de la música, hasta no hace mucho Director General de Yahoo! Music del que tuvimos ocasión de hablar anteriormente en varias ocasiones y ahora Fundador y CEO de Topspin: Ian recoge en el blog de Topspin algunas partes de su presentación y sus comentarios al respecto, e incide en uno de los temas para mí fundamentales: la revisión de la cadena de valor del negocio de las discográficas, y la fortísima necesidad de redefinición que éstas precisan.

En su charla, Ian deja patente y claro que la música no está en crisis: lo que está en crisis son negocios como la venta de CDs. La venta de música digital aumenta a un ritmo del 40%, aunque no suficiente como para cubrir el descenso progresivo de las ventas físicas a una velocidad de un 20% sobre una base inmensamente mayor. El fenómeno del unbundling (venta de canciones sueltas en lugar de en paquetes), además, sigue perjudicando el negocio tradicional, la industria tiene problemas… y la respuesta de Ian es, simplemente, proyectar una transparencia con un gran “I don’t care” en letras blancas sobre fondo negro (habría dado algo por palpar el ambiente en ese momento):

“Hablar de la industria de la música en esos términos es como hablar del descenso de ventas de cassettes en la era del CD.”

Mediante frases y datos, Ian demuestra que no es la música la que está en crisis, sino el modelo de las discográficas tradicionales, un análisis parecido al que suelo utilizar yo en clase: en una cadena de valor simplificada de la industria discográfica como la que he dibujado arriba, las cuatro fases presentan importantes problemas:

  1. Selección de talento: Ya no aporta valor. El talento puede expresarse libremente en la red, y los esquemas sociales de recomendación y selección expresados a través de sitios de música, redes sociales, blogs, etc. funcionan mucho mejor que el criterio de un ejecutivo de la industria que, además, privilegiaba claramente lo comercial sobre la calidad. Prefiero elegir yo “with a little help from my friends” que confiar en el criterio de la discográfica.
  2. Producción, grabación y soporte: El acceso a la tecnología necesaria para producir música se democratiza; la tecnología baja de precio, y la relación coste/calidad se equilibra. Equipos con un coste perfectamente accesible permiten grabar con una calidad más que adecuada. La necesidad de soporte físico, además, desaparece gradualmente.
  3. Distribución: Se realiza en formato digital, a través de la red, y con un coste mínimo. Hasta el coste del ancho de banda puede minimizarse merced a los esquemas P2P o tiendas como iTunes y similares.
  4. Marketing y promoción: Tras años de marketing del tipo “sota, caballo y rey”, de recurrir a los mismos esquemas de manera constante y de insistir en trasnochados esquemas de publicidad masiva, las discográficas se encuentran con que no conocen los nuevos esquemas de publicidad relacionados con el mundo online, las redes sociales, las comunidades… ¿Pueden aportar algún tipo de valor diferencial al artista en este sentido? Empresas como la propia Topspin, FanShake y otras parecen tener mucho más claro como tratar, fomentar y aprovechar algo tan poderoso como el fenómeno fan en el nuevo entorno. Y en cualquier caso, si el valor aportado se va a concentrar en este punto, el tamaño de las empresas discográficas deberá disminuir: la estructura y dimensión que hoy en día poseen no está en absoluto justificada.

La respuesta de las discográficas ante la evidencia de que no aportan valor ha sido intentar capturar el valor que se tradicionalmente se producía fuera de su control mediante los contratos 360º. ¿Es eso la solución? ¿Debe un artista hipotecar sus perspectivas futuras de generación de negocio con un socio como éste? La respuesta, para mí, no está ni mucho menos clara, algo que Ian Rogers identifica con un cambio estructural: el poder pasa de la discográfica al artista, y la meta ya no es conseguir firmar un contrato cuyo valor está fuertemente cuestionado. Una situación que dará lugar al desarrollo de una importante “clase media” de artistas que firman contratos consigo mismos y se mueven en un mercado de prestadores de servicios puntuales de comercialización, grabación, etc. en el que operan de manera transparente, mientras retienen los derechos de sus obras. En el fondo, algo bueno para los artistas, bueno para unos clientes que disfrutan de más opciones, y bueno para la música en su conjunto.

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18 noviembre 2008

Yang: falló la norma

Había ocurrido más veces, pero no por ello resultaba sencillo: el fundador regresa a la dirección de la compañía, y es capaz de reflotarla, de superar las dificultades, y de reencaminarla adecuadamente hacia el éxito. Es una historia mítica en el mundo de la tecnología, unida a personalidades como la del mítico Steve Jobs o la de Michael Dell. Pero esta vez, falló la norma. A estas horas ya lo habrás visto en todas partes desde que Kara Swisher lo adelantó ayer: Jerry Yang, co-fundador de Yahoo!, dimite como CEO de la compañía con un memo interno en tono doloroso, al tiempo que se inician los trabajos de selección para sustituirle, tarea para la que ya circulan hasta listas de posibles candidatos.

Una pena. Una persona que verdaderamente “sangra en color morado”, que entiende y vive la compañía como el que más, pero que se ha encontrado con una coyuntura verdaderamente difícil: a fuerza de tener que defenderse en el día a día, no ha podido atacar los verdaderos problemas de la compañía, esos que parece no dejarles más opción que la caída libre o la compra por un tercero. Una compañía con mucho, muchísimo que ofrecer, pero que se encuentra en la tesitura de no poder ofrecerlo, y que necesita urgentemente la mano de un radical, un trabajo de redefinición drástica, que la haga no parecerse ni a su sombra y protagonizar una reinvención que realmente vuelva a ilusionar. La operación Microsoft que ahora es tan sencillo censurar a Yang era, en realidad, la desaparición de Yahoo! como compañía: no existe ninguna empresa que, tras haber sido adquirida por Microsoft, haya seguido teniendo entidad o personalidad propia: no era más que un aporte temporal de tecnología e inventario al gigante de Redmond en forma de saldo de una compañía que, en otras circunstancias, habría valido mucho más - que la coyuntura sea peor ahora no quiere decir que no fuese mala en su momento, con un Yahoo! pasando dificultades. Hoy, decir que Yahoo! tenía que haber aprovechado para tomar el dinero y correr parece lo más sencillo, lo que económicamente tenía más sentido. A mí, sigue sin parecérmelo.

Yang lo ha intentado. Su sucesor tiene un trabajo difícil: intentar construir una compañía viable por sí misma y por sus actividades, en lugar de por las operaciones financieras que pueda cerrar. Para vender la compañía no hace falta un CEO, hace falta un broker. Lo complicado es lo que Jerry, sin tiempo ni posibilidades, ha intentado sin conseguirlo, y lo que ahora corresponde a otro a su vez intentar: mantener una cultura que forma parte de la historia de Internet, adaptándola a los nuevos tiempos. Porque la cultura, mucho me temo, no paga las facturas. Pero saldarse al mejor postor, en muchos casos, es renunciar a todo lo que puedas ser posteriormente y pasar a formar parte de la historia de otro. Lo dicho, una pena.

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17 noviembre 2008

El Presidente geek

El Presidente electo de los Estados Unidos, Barack Obama, sigue dando muestras de querer convertirse en la prueba de que los geeks dominarán el mundo y en cambiar la relación entre tecnología y política: su primer mensaje semanal, tradicionalmente emitido por radio o, en circunstancias especiales, por televisión, ha sido emitido a través de YouTube, un medio en el que el Presidente ha demostrado moverse como pez en el agua durante toda su campaña.

Tecnológicamente, Barack Obama es un fanático de Mac, aunque no de iPhone (es completamente adicto a su BlackBerry, que chequea constantemente), tiene total familiaridad con iniciativas como Creative Commons (licenció fotos suyas durante la noche electoral mediante CC BY NC SA en su cuenta de Flickr) y pretende seguir tomando ventaja del uso constante de este tipo de dispositivos a lo largo de su presidencia, a pesar de estar encontrándose con importantes dificultades: las preocupaciones por la seguridad de sus comunicaciones y la Presidential Records Act, una ley destinada a mantener un registro constante de todas las comunicaciones del Presidente, parecen interponerse entre él y la tecnología, como menciona el New York Times: el futuro Presidente podría, si no es capaz de encontrar una solución adecuada, verse obligado a dejar de utilizar sus gadgets en cuanto tome posesión. Y la pregunta es: ¿puede, en pleno siglo XXI, una persona completamente acostumbrada a gestionar su tarea mediante correo electrónico, laptop, BlackBerry y todo tipo de artilugios destinados a facilitar los procesos de comunicación, encontrarse de repente gobernando un país como los Estados Unidos en una especie de “vuelta a la Edad de Piedra? ¿No es un poco como “cortarle una mano”?

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16 noviembre 2008

La charla de Bret Taylor, en el blog del EBE

En el blog oficial del EBE08, mi resumen de la charla de Bret Taylor, CEO de Friendfeed, intentando dar una perspectiva más amplia de este tipo de servicios de live streaming, y entrando en temas relacionados con el filtrado, la agrupación, la selección y la relevancia.

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15 noviembre 2008

YouTube como buscador

En conversaciones con algunas personas (es lo que tiene de bueno ver tanta gente en el EBE) he comprobado que el tema se está generalizando más de lo que yo suponía: el uso de YouTube como buscador. Personas, pero especialmente los llamados “nativos digitales”, que buscan directamente las palabras que les interesan en YouTube en lugar de hacerlo en un buscador convencional.

Si lo que buscas es información sobre un concepto o tema para, por ejemplo, hacer un trabajo de clase, la posibilidad de encontrar un vídeo sobre ello en un YouTube que cada día se consolida más como “repositorio universal” puede seducir mucho más que la de una página de texto, sobre todo a una generación que sabemos vive completamente volcada en lo audiovisual. Por otro lado, el uso marca una diferencia comportamental importante desde el punto de vista de un niño intentando hacer un trabajo para una clase: mientras el texto es muy susceptible de ser utilizado directamente para copiar y pegar en el proceso de ser convertido en entregable (y en demasiadas ocasiones sin una comprensión adecuada del mismo), el vídeo se usa para obtener un conocimiento, que posteriormente debe ser destilado en forma de texto para convertirlo en entregable, seguramente maximizando el proceso de aprendizaje.

La verdad, buscar información en YouTube cuando intento aprender algo sobre un tema es algo que ni se me había pasado por la imaginación: para mí, el uso de YouTube era “para localizar una aguja en un pajar”; es decir, para encontrar un vídeo que normalmente sé que existe entre los millones de vídeos que el sitio contiene. Y este nuevo patrón de uso, la verdad, me ha parecido fascinante.

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14 noviembre 2008

Desde EBE08?

Eso, que ya estamos aquí… Aforo lleno, retraso/despiste en la llegada de los enchufes eléctricos, WiFi de Jazztel que va como un tiro, y Arturo ya en el escenario.

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YouTube Sponsored Video, integrando la publicidad convencional

Me ha llamado la atención el paso que da YouTube con los nuevos YouTube Sponsored Videos, anunciados hoy en el Official Google Blog: puedes subir un vídeo, y pujar por términos de búsqueda en modo Adwords, de manera que tu vídeo sea mostrado identificado como sponsored video cuando los usuarios visualicen la lista de resultados. El pago, como en el caso de Adwords o Adsense, se determina en función del número de clics que el anuncio reciba, y se mantienen - creo entender - las mismas reglas con respecto a la relevancia.

En este sentido, YouTube se convierte en una alternativa a la televisión convencional, pero segmentada en función del interés que cada persona tenga en cada momento: si un anuncio, por ejemplo, resulta suficientemente atractivo, puede encontrarse con que una serie de usuarios interesados en conceptos o términos relacionados con el mismo hagan clic en él, dotando a la publicidad online de un punto de contacto muy similar al de la televisión tradicional y muy fácilmente entendible por unos anunciantes que, no lo olvidemos, ya se han acostumbrado a subir los vídeos de sus campañas a YouTube para que sean visualizados en un mayor número de ocasiones. Mi impresión es que un esquema así puede llegar a sintonizar bastante bien con los usos y constumbres del anunciante tradicional: YouTube no deja de ser una televisión con infinitos canales, en la que la programación la elige el usuario en cada momento con los clics de su ratón. Y en este caso, en lugar de simplemente comprar una franja horaria determinada en un canal determinado y con una serie de pases, se decide cuando se está dispuesto a pagar porque un usuario vea el anuncio, se monitoriza quién lo ve o deja de ver, y se controla el gasto y la eficiencia de la campaña en cada momento. Las ventajas de la red, aplicadas a algo “muy parecido” en mentalidad a la publicidad tradicional en televisión.

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13 noviembre 2008

En Onda Madrid, hablando de seguridad en la red

Audio de mi intervención de ayer en Madrid en Comunidad, en Onda Madrid, hablando de seguridad en Internet con Curro Castillo y Carmen Martín Tejeda, intentando crear un poquito de base y evitar todos esos tópicos clásicos sobre el fraude que suelen tener todavía una sorprendente cantidad de españoles, que piensan que las tarjetas son terriblemente inseguras y que en Internet “hay un hacker colgado de cada poste de teléfonos” :-)

Download audio file (om200811121150.mp3)

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12 noviembre 2008

Entrevista en Interactividad.org

Marc Cortés me entrevista para su Interactividad.org, hablando de blogs, comunicación, sociedad 2.0, derechos de autor, Twitter, modelos de negocio, movilidad…

Anteriormente entrevistó a Eduardo Manchón, Juan Luís Polo y Alfons Cornella.

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La Academia y su laberinto

A través de BizDeansTalk llego a una columna de Peter Lorange en el Financial Times, Faculty jobs-for-life must go, en la que arremete contra el sistema de tenure o plaza fija habitual de los entornos académicos. Para mí, un artículo que pone de manifiesto el laberinto en el que el mundo académico se halla inmerso en nuestros tiempos, y que requiere sin duda una enorme redefinición: el sistema de tenure o de plaza en propiedad proviene del siglo XIX y se diseñó principalmente para proteger la independencia y libertad de los profesores. Con el tiempo, ha evolucionado hasta convertirse en un sistema basado fundamentalmente en el llamado “publish or perish”: un profesor debe trabajar y obtener publicaciones para, finalmente, optar a una plaza en propiedad. El sistema tiende a privilegiar el trabajo individual, pone excesivo énfasis en las revistas en las que aparecen las publicaciones, y tiende a favorecer que el profesor se oriente a la publicación en lugar de a la relevancia, alejándose de la realidad de unas clases que se quedan en lo que para él resulta completamente trivial. Y dentro de lo malo que el sistema de tenure, habitualmente asociado a universidades norteamericanas, puede tener, parece un dechado de virtudes cuando lo comparamos con sistemas de otros países en los que los méritos académicos pierden notablemente peso frente a otros criterios en muchas ocasiones menos objetivos.

La llegada de la tecnología ha alterado en gran medida el ecosistema académico. Publicar en los cuestionados journals académicos ya no es necesariamente la mejor manera de acreditar conocimientos o excelencia: su restringida circulación y un proceso que prima llegar a la publicación por encima de todo (incluyendo en muchos casos la veracidad) los han convertido en irrelevantes, en una muestra de inadaptación a los tiempos. Un profesor puede obtener mayor relevancia y un trabajo de una calidad académica mayor sometiendo éste, en lugar de a un circuito de supervisión ciega llevado a cabo por dos o tres personas, a la supervisión colectiva, multidisciplinar y permanente de la red.

En gran medida gracias a (o a pesar de, para algunos) la tecnología, el profesor adquiere progresivamente un papel de supernodo conductor y menos de fuente de un conocimiento que se encuentra disponible en todas partes y al que sus alumnos pueden acceder con un clic. El profesor ya no puede aspirar a ser el que más sabe o el que tiene la mejor información sobre un tema en una clase o foro determinado, sino a ser el que mejor motive la discusión productiva sobre el mismo. Además, el profesor necesita metas y objetivos vinculados a cuestiones terrenales: en las escuelas de negocio, este tipo de objetivos se centran en la relevancia para el mundo empresarial o en la capacidad para transmitir información de manera eficiente evaluada por los propios alumnos, y se miden en muchos casos con sistemas parecidos a los que una empresa utiliza para evaluar el desempeño de sus trabajadores. ¿Alguien se imagina, en una empresa, un directivo que tuviese su puesto asegurado de por vida? ¿Debe, en una sociedad moderna, funcionar el mundo académico con esquemas y criterios diferentes a los que utiliza el mundo profesional?

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11 noviembre 2008

Internet, publicidad y la persistencia de lo antiguo

Ayer veía en El Mundo las previsiones del Estudio de Inversión en Medios Interactivos de PriceWaterhouse Coopers, en el que se apunta a un crecimiento de la publicidad en Internet en 2009 hasta consolidarse en torno a un 10% sobre el total de la inversión, como tercer medio únicamente por detrás de periódicos y televisión.

Hoy me desayuno en el WSJ con Facebook tries to woo marketers”, la propuesta de Mark Zuckerberg que sucede a aquel Beacon de infausto recuerdo, y que progresa en el aspecto social de la publicidad: incrementar el engagement, la implicación del usuario, haciendo que en muchos casos los mensajes de la publicidad lleguen rodeados de un contexto proporcionado por tu red social.

En el ejemplo mencionado en el artículo orginal, si un usuario ve un anuncio de un episodio de una serie de TV, y confirma su participación o inserta un comentario, Facebook compartirá su acción con otros miembros de su red social: de nuevo, una incursión por la delgada linea de lo aceptable e inaceptable en términos de privacidad y de lo que quiero y no quiero compartir con otros que, sin duda, volverá a dar lugar a situaciones incómodas de todo tipo.

¿Es que realmente no se puede hacer más en la publicidad en Internet? Quince años después del primer banner ad, y tras pasar por la escalada armamentística de los formatos intrusivos, seguimos haciendo básicamente lo mismo que al principio, y desesperantemente parecido a como se hace fuera de Internet: en un porcentaje muy elevado de campañas, la única diferencia entre la vieja publicidad vendida por módulos e insertada en un periódico hecho con árboles muertos y la nueva publicidad en un banner en la red es que el segundo se mueve seguramente más de lo que el usuario quisiera, y que se puede clicar. Pero poco más. De todas las posibles ventajas que el ¿nuevo? medio podría ofrecernos, no aprovechamos prácticamente ninguna, o lo hacemos de manera muy limitada. Y peor… si lo hacemos, la perspectiva nos da miedo, y nos interna en horizontes de pérdida de privacidad y falta de ética. ¿Realmente aportan algo todos esos anuncios de rotación general con “es usted el visitante número un millón” o “chasque aquí cuando el tiempo va hacia fuera” más allá de ser la versión tolerada del mismo spam que abominamos en nuestras bandejas de entrada? ¿Realmente quieres ver tu marca en sitios que utilizan semejante basura? ¿Y ese AdSense que en el culmen de su sofisticación llega a hacer coincidir un par de palabras sueltas sin contexto, o que nos llena de dudas sobre su doble moral? ¿Es eso lo mejor que sabemos hacer con un medio con las posibilidades que ofrece Internet? ¿No se puede dar más valor a navegante, anunciante y soporte que lo que se da hoy en día?

Si la publicidad en Internet crece como crece, y escala hasta convertirse en el tercer medio de comunicación - teniendo en cuenta que en los otros dos no hay realmente nada nuevo bajo el sol desde hace casi cincuenta años - ¿qué no podrá hacer si nos planteamos empezar a aprovechar de verdad las características del medio? ¿Cuánto camino queda por recorrer? ¿Tiene ese camino un paisaje tan mediocre como el de la parte que llevamos recorrida?

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10 noviembre 2008

Los números del spam

Un estudio realizado en la Universidad de California, desarrollado mediante infiltración en la conocida Storm botnet, responsable de gran parte del spam que recibimos todos los días (y que gracias a dios, cada día vemos menos porque se encamina él solito a la bandeja correspondiente) desvela las verdaderas cifras del spam a día de hoy: únicamente uno de cada doce millones y medio de correos encuentra un incauto pardillo que responde al mismo. Una mísera respuesta del 0.00001%, a pesar de la cual se estima que los spammers, merced al tamaño de la red y al coste prácticamente nulo de los envíos, siguen ingresando en torno a los siete mil dólares al día, tres millones y medio de dólares al año.

Hoy en día, si el spam supone un problema en tu buzón de correo, significa claramente que hay algo que estás haciendo mal. Pero aunque los filtros hayan mejorado notablemente y ya hayamos alcanzado un balance adecuado entre limpieza de la basura y falsos positivos, no me quiero ni imaginar lo que tiene que ser ésto visto desde el otro lado, el que tiene un servicio o una lista de correo y tiene que gestionar semejante carga de trabajo…

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El mito del superorganismo

Muy bueno. De hecho, de lo mejorcito que he leído últimamente. Se titula Evidence of a global superorganism, lo firma nada menos que Kevin Kelly, y habla de la red como conjunto enorme de dispositivos interconectados que, a base de recibir todos los inputs y aprender de ellos, evoluciona en un superorganismo complejo y con capacidad de aprendizaje y desarrollo de sus propios comportamientos emergentes.

¿El ideal? Hazte una sesión con The Matrix (es decir, ponte a verla por enésima vez). Después, dedica cinco minutos a ver el ya famoso vídeo de Michael Wesch, The machine is us/ing us. Y después, con los deberes hechos, te lees a Kevin Kelly. Y sobre todo, no olvides enchufarte el cable a la base del cráneo al terminar :-)

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Novedades en MobuzzTV

Anil publica un nuevo vídeo actualizando la situación de Mobuzz: tras la petición de ayuda de la semana pasada para superar una situación puntual de falta de liquidez, la compañía continúa sus actividades, y anuncia el reinicio de los shows este martes.

Las microdonaciones y el fortísimo impacto del buzz generado - un efecto para nada buscado inicialmente pero que ha terminado siendo muy importante - han posibilitado la llegada de opciones que antes parecían más alejadas en el tiempo, como la entrada de nuevos socios y la firma de acuerdos de contenido y comercialización de espacios publicitarios que serán anunciadas en los próximos días, y que garantizan la continuidad de la compañía con un modelo de negocio viable como el que siempre tuvo: un modelo que, a pesar de lo que decían muchos agoreros y siniestros personajes malintencionados o directamente mentirosos, únicamente falló puntualmente debido a elementos coyunturales, a problemas que cualquier compañía puede tener en un entorno en recesión económica.

La semana pasada, la compañía no tenía dinero para pagar las nóminas y otros gastos inmediatos, no tenía acceso a financiación, y veía los acuerdos con socios potenciales distanciados alrededor de unos tres meses. Necesitaba desesperadamente comprar tiempo de reacción y poder cubrir los gastos hasta que esos acuerdos se produjesen. Hoy, esos acuerdos están mucho más próximos en el tiempo, permiten opciones que antes no existían, y ha habido una reacción super-positiva de la comunidad en términos de donaciones de todo tipo (no solo directamente económicas, sino también de hosting y de otros elementos que permiten reducir temporalmente los costes y mantener la actividad). La situación, gracias al esfuerzo de la comunidad, es hoy completamente diferente, e infinitamente más positiva.

Esto no es un anuncio oficial, sino simplemente una actualización: todo lo que la compañía anuncie será completamente transparente y mucho más detallado, como no podría ser de otra manera. La semana pasada fue enormemente intensa, uno de esos momentos que sacan lo peor y lo mejor de las personas, que ponen a cada uno en su sitio y que demuestran lo difícil que es en España llevar adelante un proyecto innovador. A quienes donaron, el infinito agradecimiento por haber creído en un proyecto para el cual su aportación ha resultado crucial en todos los sentidos. No obstante, en los próximos dias recibirán un mensaje ofreciendo la posibilidad de recibir una devolución del dinero, asi como el detalle del uso de los fondos y las próximas acciones que la compañía llevará a cabo para mantenerse en activo. Nada podemos decir de los acuerdos hasta que estos estén definitivamente firmados, pero éstos ofrecen a la compañía muy buenas posibilidades y un futuro prometedor. En los próximos días, más. Mucho más.

ACTUALIZACIÓN: Con toda justicia, debo rectificar un punto: el efecto viral estaba buscado. Buscábamos que se desencadenase un efecto viral que hiciese que la petición de ayuda llegase a muchos sitios, y que eso hiciese llegar muchas contribuciones de la comunidad de Mobuzz. Algo que me parece completamente lícito: intentar que un mensaje de ayuda llegue a cuantos más sitios, mejor. Lo que no esperábamos ni locos, y nos sorprendió enormemente, fue la velocidad de reacción de potenciales inversores y empresas interesadas en la actividad de Mobuzz, que creían en el proyecto, podían ofrecer dinero, sinergias, acuerdos u otro tipo de cuestiones, que a la postre han terminado aportando los factores que ahora pueden salvar a Mobuzz. Obviamente, quienes están en este negocio de verdad, saben que unos gastos de €50.000 para una producción con una calidad como la que Mobuzz lleva a cabo, es poco dinero, y sabe valorar eso en lo que realmente vale. Esa parte del efecto viral es la que, por supuesto, nunca pudimos calcular, ni planificar, ni pretendimos hacerlo. Nunca utilizamos a nadie, ni mucho menos estafamos a nadie… simplemente pedimos ayuda, y eso desencadenó otras reacciones, a las que obviamente nadie en su sano juicio podría decir que no, si aspira a salvar su compañía, su proyecto con el que lleva años comprometido. Pero todas las reacciones provienen de vuestra decisión de donar, de comentar, de postear, de hablar del tema, de reenviarlo… todo proviene de vosotros, y a vosotros hay que agradecéroslo. Gracias.

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