31 enero 2009

El click fraud cambia

clickfraudSe disparan las alarmas en el negocio de la publicidad online, y especialmente en los modelos basados en coste por clic (CPC): el llamado click fraud incrementa su incidencia, y va pasando de una incidencia moderada, basada en bots fácilmente detectables, a ser el objetivo de mafias gestoras de botnets capaces de desplegar esquemas distribuidos que simulan pautas espontáneas y que afectan a todos los anunciantes al realizarse a gran escala y dirigirse a sitios administrados por los propios defraudadores. En un informe de Click Forensics se estima que el fraude alcanzó nada menos que un 17.1% durante el cuarto trimestre de 2008, convirtiéndose en una de las principales fuentes estables de financiación para las mafias en Internet. Considerando únicamente las redes de publicidad basadas en esquemas de pay-per-click como Google o Yahoo!, el fraude se ha estimado en un 28.2%, casi un tercio sobre el total.

El descubrimiento supone un reto para las empresas basadas en este tipo de esquemas, especialmente Google, cuyos ingresos provienen en un 95% de AdWords y AdSense: una cosa es descontar los clics que provienen de una misma IP y que responden a modelos primarios del tipo “voy a agotarle el presupuesto a un competidor”, y otra muy diferente enfrentarse a enormes redes de ordenadores infectados que son instruidos para dirigirse aleatoriamente a una serie de sitios y hacer clic en sus anuncios, generando pautas distribuidas y muy similares a las que se generarían de manera espontánea. Desde un punto de vista puramente forense, podría pensarse en el descuento de sitios con CTR sospechosamente elevados, pero la dilución en redes de páginas suficientemente grandes impide igualmente el reconocimiento de dichos patrones. El tráfico procedente de botnets se estimó en un 31.4% durante el mismo período.

El modelo del CPC parece tambalearse, debido a cuestiones relacionadas con la misma arquitectura de Internet. En el fondo, exigir a los sitios web que se responsabilicen de los clics efectuados sobre los anuncios en lugar de hacerlo únicamente sobre su visualización, como ocurre en la publicidad convencional, resulta un tanto injusto: el hecho de que la tecnología lo posibilite no quiere decir que éste sea necesariamente el mejor de los esquemas. Sin embargo, el modelo CPM, basado en la mera exhibición del anuncio, es vulnerable al mismo tipo de fraude, y únicamente los modelos basados en CPA, coste por acción, definida ésta como la adquisición del producto o servicio, parecen inmunes. Por lo pronto, nos disponemos a vivir una auténtica crisis de fe en uno de los modelos más populares de publicidad en la red, que coincide además con una depresión económica importante. Veremos de qué manera responden los actores implicados.

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30 enero 2009

Gracias, Google, por protegernos tan bien!!

adwords-sexSi todavía no habías visto el affaire Google - Mangas Verdes, puedes enterarte perfectamente de la secuencia contada por uno de sus protagonistas, Manuel M. Almeida, leyendo sus tres entradas al respecto (1, 2 y 3), o leyendo esta entrada de Julio Alonso que lo resume muy bien.

Por hacer la historia corta, Google advierte a Mangas Verdes de que una de sus entradas contenía material que incumplía las normas de AdSense, y que si no lo retiraba, suspendería su cuenta. Ese material era una perfecta tontería, un anuncio de lavadoras que puede encontrarse en infinidad de sitios en la web, y que de hecho Mangas Verdes tomó originalmente de TechCrunch, donde a día de hoy sigue apareciendo flanqueado por anuncios de la red de Google. Tras un par de llamadas en las que parecía que el aviso era fruto de un procedimiento automatizado y que Google reconsideraría la decisión de cancelar la cuenta, el resultado final es claro: o retira el vídeo, o pierde su cuenta de AdSense. Ante lo cual, Manuel decide, con buen criterio, cancelar la cuenta y mantener su contenido intacto.

Google tiene un problema: están tan felices de haber montado una empresa multimillonaria gracias a un algoritmo, que quieren dirigirla algorítmicamente. Realmente, si lo van a hacer así, deberían echar a todos los directivos, y dedicarse únicamente a aplicar “algoritmos de dirección de empresas” para la toma de cada decisión. Pero no, la dirección de empresas no puede ser llevada a cabo algorítmicamente. No se reduce a reglas if… then, ni a simplificaciones groseras. Las decisiones suelen ser más complejas, y requerir algunas cuestiones importantes: juicio crítico, sentido común, mesura y flexibilidad entre otras que se me ocurren.

Pero es que además, si por lo menos vas a aplicar algoritmos, estos deberían ser, cuando menos, medianamente buenos, y no es así. Tras años de experimentación, el algoritmo de AdWords/AdSense sigue siendo una basura incapaz de aplicar una mínima inteligencia y que lo único a lo que llega es a hacer coincidir una palabra con una base de datos de anunciantes. Su sistema de filtrado es un chiste que cualquier anunciante malintencionado se salta en dos simples iteraciones. Su pretendida exclusión de contenidos pornográficos, de juego o de otros tipos es tan seria como muestra mi captura: en cualquier momento puedo demostrar que en AdWords o AdSense se anuncian negocios de prostitución, pornografía, cámaras eróticas, contactos de todo tipo, y demás lindezas de naturaleza inequívoca. De hecho, conozco a algunas personas cuyo problema es el opuesto al de Manuel en Mangas Verdes: ellos han cancelado su cuenta de AdSense porque Google manchaba su página con anuncios de naturaleza tan explícita, que preferían directamente no tenerlos.

No se puede estar en misa y repicando. No puedes ingresar miles de dólares de empresas de pornografía, prostitución y contactos que se anuncian en AdWords y AdSense, y después retirarle a alguien tu cuenta porque tiene un vídeo de un anuncio publicitario que en algunos países se emite en televisión. Y menos todavía, puedes jugar al doble rasero y dejar ver cómo a unos le retiras la cuenta, pero a otros no les tocas un pelo de la ropa ¡por el mismo contenido! Muy mal, Google, muy mal. Esto no se queda en la simple anécdota, revela un error de base, un fallo importante en la forma de hacer las cosas de la compañía. Si ese es el tipo de raseros que pretende aplicar la empresa que algunos consideran la más relevante en la llamada economía de la atención, si esa es la manera de reinterpretar el “don’t be evil”, lo vamos a tener muy complicado para edificar sobre esto algo que merezca realmente la pena…

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Entrevistado por Mercè Molist en Arroba

Mercè Molist, a quien leo y admiro desde hace un montón de tiempo, me contactó para hacerme una entrevista aprovechando mi paso por Barcelona el pasado Noviembre para la plenaria del Information Security Forum. Nos vimos en Sants, en la salita del AVE, y hablamos sobre la red, la popularidad, los blogs, la netiquette, las críticas, etc. La entrevista salió después en el número de Enero de la revista @RROBA, que no tiene versión electrónica, y ahora, terminado el paso del número por los quioscos, Mercè la ha publicado en su blog.

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29 enero 2009

El joven que explicaba a Rajoy los secretos de Facebook

joven-elmundoEfectivamente, a estas alturas de mi vida y superando ya los cuarenta, nunca podré agradecer lo suficiente a Rafael Martínez-Simancas, columnista de El Mundo, el referirse a mí con el calificativo de “un joven” :-) Efectivamente, el de las imágenes que mostraron fugazmente los telediarios del sábado por la noche y el de esa foto del diario El Mundo del domingo era yo, por mucho que el calificativo de “joven” peque de optimista y que además, para terminar de redondear el acierto del pie de foto, no estuviese en ese momento explicándole a Mariano Rajoy nada relacionado con Facebook, sino hablando sobre propiedad intelectual. De hecho, lo que tenía en ese momento en la pantalla no era Facebook, sino una entrada de este mismo blog que ahora tienes delante de tus ojos.

Las razones por las cuales me encontraba en ese momento con el máximo dirigente del Partido Popular fueron las mismas que las que, doce días antes, me llevaron a comer con él en un restaurante madrileño de la calle Fernando el Santo: algo tan sencillo como que me habían comunicado su interés en reunirse conmigo y con otras cuatro personas con experiencia en la red. Y ante dicho interés, opté por decir que sí: sabido es mi interés por cómo la tecnología afecta a prácticamente todas las actividades del ser humano, incluida por supuesto la política. Mi vinculación al Partido Popular es, por el momento, inexistente: simples expresiones de interés en contrastar ideas con respecto a temas en los que, por la razón que sea, me consideran una voz autorizada. Carezco de cargo o afiliación alguna, y me sigo moviendo dentro de los parámetros que caracterizan el resto de mi actividad profesional. Previamente, había compartido con el Partido Popular otras reflexiones en la ya lejana Convención del 2006, con el PSOE en las I Jornadas de Red de Blogs Socialistas, con el Grupo Popular en la Asamblea de Madrid el pasado verano, y con representantes de varios grupos políticos en diversos ámbitos (Congreso, Senado y Asamblea de Madrid) en el curso que todos los años imparto en el Instituto de Empresa. El contacto con la vida política no me resulta extraño.

Por el momento, todo lo que puedo decir es que efectivamente nos hemos reunido, que hemos intercambiado numerosas ideas, y que la relación que mantengamos el Partido Popular y yo en el futuro no está todavía definida. Que en caso de desarrollarse, estará sujeta a los mismos parámetros de discreción que rigen mi labor como consultor o asesor de diversas empresas - efectivamente, hay una parte de mi actividad sobre la que no suelo escribir ni twittear por una elemental regla de respeto a mis clientes - y que si me pregunta alguien, entre que dicha colaboración llegue a tener lugar o no, me quedo decididamente con la primera opción, aunque lógicamente, no depende solo de mí. Las razones por las que la cuestión me interesa son varias: la primera, que me he sentido halagado por la aproximación. La segunda, que no estoy en absoluto sólo en este tema y que las personas que me rodean me parece que tienen muchas y muy buenas cosas que aportar. Y la tercera, que por el momento, he encontrado una buena sintonía entre el planteamiento de mis ideas - conocidas por cualquiera que lea habitualmente esta página - y la forma en que el Partido Popular en general y su líder en particular, Mariano Rajoy, las están recibiendo.

Mi planteamiento ha sido en todo momento el de que un partido no me interesa por el uso que de Internet haga en sus campañas, ni por el número de amiguitos que tenga en Facebook o la cantidad de fotos que tenga colgadas en Flickr. Me interesa en función de lo que diga que va a hacer con Internet, de si entiende la red o no, de si ve en ella un impresionante instrumento de progreso o un peligroso nido de ladrones y pederastas que hay que “controlar”. Actitudes e intenciones que tiendan a liberalizar y universalizar el uso de Internet, que consideren la neutralidad de la red una norma de fe, que no criminalicen a los usuarios, que no pretendan violar su privacidad ni el secreto de sus telecomunicaciones, ni mucho menos pedir a empresas privadas que lo hagan con el argumento trasnochado de proteger lo que no necesita ser protegido. Me intereso por opciones que me permitan mirar a la cara a mis lectores, y afirmar que trabajo por conseguir aquellas cosas que habitualmente cuento en mi página. Si tengo la oportunidad, intentaré hacer llegar esas ideas allá donde puedan ejercer la influencia oportuna. Y por el momento, solo por el momento - y no quiero pecar de optimista, porque solo llevamos una reunión y una serie de intercambios de opiniones a través de algunos Google Docs - debo decir que quien me ha dado la oportunidad de hacer llegar esas convicciones al nivel adecuado ha sido el Partido Popular, y que además me he encontrado cómodo hablándolas con ellos. En función de como se plantee la cosa, seguiremos informando.

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28 enero 2009

MLab: protegiendo la neutralidad de la red

mlabGoogle anuncia en su blog oficial con una entrada de Vinton Cerf y Stephen Stuart el lanzamiento de su Measurement Lab, o MLab, una plataforma abierta para el desarrollo de estándares de medición de las características de las conexiones a Internet, incluyendo herramientas para medir la velocidad, para determinar si tu ISP bloquea o prioriza de alguna manera unos tipos de tráfico frente a otro, si interfiere con los protocolos de BitTorrent, degrada a grupos de usuarios , aplicaciones o destinos, diagnóstico de problemas, etc.

Con el desarrollo de las herramientas, se pretende obtener una imagen real del estado de la conectividad, y poder evidenciar las violaciones de la neutralidad de la red cuando ésta esté amenazada por los proveedores de acceso mediante el uso de herramientas comúnmente aceptadas y estandarizadas. Hasta el momento, resultaba complejo para el usuario medio saber de verdad lo que su ISP estaba haciendo con su conexión, de manera que la denuncia de un problema determinado se convertía en complejo. Por el momento, aunque falta aún algo de trabajo en las interfaces de usuario, la idea parece más que interesante. Y en el entorno en que nos encontramos, rodeados de ministros de cultura paranoicos empeñados en pactar con los ISP a pesar de las crecientes evidencias de que lo que pretenden hacer no puede hacerse, más todavía.

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Michael Arrington y el aguante

arringtonfedupMichael Arrington vivió ayer una desagradabilísima experiencia en la clausura del DLD en Munich - donde también estaba yo, pero afortunadamente ni me enteré del tema: un imbécil se acercó a él, y tras no obtener su atención, le escupió a la cara. Hoy, Michael escribe una entrada en un tono enormemente amargo en la que reflexiona sobre la naturaleza humana, la economía de la atención y lo absurdo de las situaciones que está llegando a vivir en los últimos tiempos por el simple hecho de tener un blog y escribir sobre las cosas que le gustan.

En la entrada, que publica con los comentarios cerrados, Michael confiesa que ha pasado ya por muchas situaciones de enorme gravedad: no solo violencia verbal habitual en su blog y en otros, sino llegando incluso a tener que contratar seguridad privada durante cierto tiempo por amenazas de muerte a él y a su familia. Desde mi experiencia, que por supuesto se desarrolla a una escala muy inferior y no comparable a la del bueno de Michael, su error ha sido no detener determinadas actitudes hace mucho tiempo. La violencia verbal, los comentarios fuera de tono, solo provocan escaladas en dicha actitud, siguiendo el conocido “síndrome de las ventanas rotas”. En mi caso, el límite de tolerancia ocurrió el pasado Diciembre cuando se combinaron una serie de factores que consideré un nivel de agresión excesivo y decidí empezar a pre-moderar los comentarios del blog. Nunca he estado más contento de mi decisión: la calidad de la conversación en el mismo ha mejorado notablemente, a pesar del engorro que supone que, aunque yo viva básicamente online la mayor parte del tiempo, pueda ocurrir que un comentario tenga que esperar a veces una hora y media - el tiempo de la sesión de clase más habitual en el IE - para aparecer en la página. De vez en cuando aparece algún imbécil de esos que vienen a desahogarse: lo intenta, se frustra, y se va por donde vino, mientras yo aprieto la tecla de borrar con un dedo diferente al habitual.

La entrada de Michael debería hacernos reflexionar sobre lo que, en una sociedad con reglas de participación completamente redefinidas, debemos considerar una conducta aceptable o inaceptable. Cuando se redefine el entorno, algunas normas deban tal vez ser redefinidas. Todos -  la mayoría - tenemos en cuenta las normas elementales de educación cuando nos relacionamos fuera de la red, pero dentro de la red la cosa no es así. Dentro de la red toleramos compotamientos que resultrían completamente inaceptables fuera de ella, y lo que es peor, no solo los toleramos, sino que hasta los jaleamos: nos parecen simpáticos, graciosos, provocativos o ejercicios de libertad de expresión. No. No es así. Un insulto es un insulto online y offline. Una amenaza también lo es. Una parodia, cuando se convierte en hiriente y repetitiva, deja de serlo para convertirse en una situación de acoso, de ciber-bullying. Dentro de la economía de la atención, que una persona cuya atención quieres no te la preste, puede parecer una conducta terrible, pero no lo es, es algo normal, que no justifica una agresión verbal ni física. Si seguimos tolerando online cosas que consideraríamos intolerantes offline, estaremos alimentando un nuevo protocolo, incoherente con las normas básicas de educación. Algo que acabaremos sufriendo todos. Hoy, Michael Arrington y su escupitajo en la cara se convierte, más que nunca, en una señal de alerta. Estoy completamente de acuerdo con su entrada: en el camino que estamos recorriendo para convertirnos en ciudadanos de la red, algunas cosas tienen que cambiar.

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27 enero 2009

Con Miguel Acosta, hablando de BeRuby

Con Miguel Acosta en claseLa semana pasada tuvimos la oportunidad de tener a Miguel Acosta, fundador y CEO de BeRuby, en mis cursos del International MBA. Miguel, a quien conozco desde su época de Yahoo! y de Ask, tuvo el detalle de venirse a mis dos grupos, en español y en inglés, donde organizamos una discusión verdaderamente buena sobre BeRuby, su modelo de negocio y sus bases teóricas.

Lo que me llamó la atención de BeRuby, aparte de su ya probada capacidad para gestionar tráfico, fue la base teórica del modelo: partiendo de ese artículo ya de referencia de Chris Anderson titulado Free que ya hemos comentado anteriormente, Miguel hizo una extensión del modelo: ¿por qué gratis, y no negativo? Una teoría indudablemente provocativa, pero que parte de una base bien llevada y que está funcionando en el caso de la startup española: pagar por navegar. En BeRuby, los usuarios definen su página con todos los servicios que deseen, pero poseen además una guía con aquellas páginas que ofrecen pago en función de diversas fórmulas: desde pago por clic para visitar una página, hasta pagos porcentuales en función del gasto en una reserva de hotel, pasando por una amplia variedad de modelos posibles. En el fondo, se trata de definir, en la economía de la atención, cuánto vale ésta, y cuánto están las empresas dispuestas a pagar por obtenerla. El resultado, por el momento, son más de noventa y cinco mil usuarios registrados, con ingresos tangibles, y métricas evidentes para las empresas que lo han probado. Y en clase, una discusión verdaderamente interesante, que el propio Miguel ha comentado en el blog de BeRuby. Para los interesados, adjunto los materiales utilizados.

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26 enero 2009

Ahora sí que empezamos a hablar de política

crmMucho se ha hablado de la campaña de las Presidenciales norteamericanas, y de cómo Barack Obama fue capaz de apalancarse en el uso de la red para obtener grandes beneficios en forma de dinero y votos. Sin embargo, faltaba por tratar el otro aspecto, el verdaderamente interesante, el que no viene heredado de campañas anteriores como la de Howard Dean: el del manejo de datos, el de la verdadera inteligencia electoral.

De todos es sabido que Internet es una fuente impresionante de difusión, que puede ser usado con gran eficiencia - si se hace bien - para hacer llegar el mensaje, que sirve para viralizar, para desarrollar comunidades… sí, eso ya lo sabemos. Ya estamos viendo a muchos políticos en un lado y otro del espectro luchar por ser quienes tengan más amiguitos en Facebook y quienes tengan más aspecto de modernos a la hora de manejar las herramientas de la red. Y de la misma manera, nos hemos hartado de decir que eso no funciona, que es completamente primario, que eso solo es una herramienta: que la verdadera ventaja no se obtiene utilizando Internet como herramienta de campaña, sino permitiendo que Internet cambie la manera de hacer política, de escuchar y conocer al ciudadano.

Por eso mismo, me muero de ganas de ver las caras de algunos políticos cuando lean el artículo del Business Week de hoy,What data crunchers did for Obama, en el que se dan algunas pinceladas sobre lo que era claramente evidente: que la principal ventaja de Internet no es simplemente su capacidad para transmitir el mensaje, sino la posibilidad que otorga de conocer al cliente, en este caso, al ciudadano. De repente, el vetusto marketing electoral, el que todavía vive en los tiempos del mitin de autobús y bocadillo o en  las campañas de producto (vender “ZP” como quien vende un bote de Colón) se encuentra con la evidencia de que ya no van una, sino dos generaciones por detrás: que la política, al menos en España, está intentando creerse a Obama cuando todavía no entendieron a Howard Dean. Y es que en efecto, la campaña de Obama hizo un fuerte uso de un arma que muchos llevamos tiepo enseñando en clase: el CRM, donde la C deja de ser Customer y se convierte en Citizen, en Ciudadano. El artículo revela algunos detalles de los procesos de segmentación que la oficina electoral de Obama fue capaz de aplicar, de cómo pudieron entrar en diálogo con los ciudadanos teniendo una cierta idea de quiénes eran, pudiendo asignarlos a perfiles muchísimo más concretos que los simplistas “voto latino”, “voto negro” o “voto rural”. Procedimientos perfectamente estudiados en otras áreas del consumo, pero que no habían sido por el momento utilizados en política, y que solo esperaban por un candidato con el grado suficiente de alfabetización tecnológica como para entender que eso era algo que se podía hacer.

Habrá políticos que lean y políticos que no lean este artículo de Business Week, que después de todo, no es tampoco gran cosa y solo indica una dirección en la que mirar. Lo que sé seguro es que los que lo lean y lo entiendan van a empezar a buscar otro tipo de perfil: el de experto en customer (citizen) intelligence. Porque el secreto del uso de Internet en política hoy no esta en Facebook, ni en Twitter, ni en blogs, ni en páginas web: está en entender Internet, en tener claro qué es lo que Internet ofrece a los ciudadanos (alejándose de ideas estúpidas sobre los “terribles peligros” que contiene o la necesidad de coartar su uso para proteger modelos de negocio caducos), y lo que puede conllevar en la maltratada relación entre políticos y ciudadanos. La nueva frontera en política es entender cómo funciona Internet y cómo manejar la inteligencia de la red. Veremos quién llega antes.

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25 enero 2009

Desintermediación y especialización: el caso de Soloraf

tomates-rafJuan Pablo, un amigo al que conozco desde hace muchos, muchos años, ha empezado una aventura empresarial llamada Soloraf, consistente en el envío a domicilio de tomates RAF desde ese “mar de plástico” que es la huerta almeriense. Una iniciativa interesante, de la que Juanpi va dando buena cuenta en el blog de la compañía, y que se enmarca en una tendencia creciente de desintermediación en el sector alimentario, que llevo tiempo estudiando de manera muy activa. Empresas pioneras como Naranjas Lola, Recapte y otras llevan tiempo probando la eficiencia del concepto con buenos resultados, y nos llevan a plantearnos qué porcentaje de nuestra cesta de la compra acabará llegando a nuestra casa siguiendo estos modelos “de cadena corta”.

El planteamiento es claro: la cadena logística habitual del sector es larga y compleja, y determina incrementos de precio muy elevados entre sus extremos, el productor y el consumidor final. Los efectos perversos de esta situación son entre otros, un reparto de margen con un porcentaje excesivo del valor absorbido por intermediarios (hasta un 80%), y un time-to-market poco recomendable en productos perecederos si se quiere garantizar la calidad. Los modelos diseñados para hacer frente al problema se basan, en un mayor o menor grado, en la desintermediación: en algunos casos, es el propio productor el que pasa a comercializar directamente su producción, introduciendo habitualmente para ello a un operador logístico que hace llegar el producto directamente al consumidor. En otros, aparece una tercera empresa próxima al productor, que adquiere el producto en origen, lo procesa y lo envía de la misma forma. De manera más o menos radical, parece evidente que frente al procedimiento habitual, con múltiples intermediarios, embarques, desembarques, cámaras frigoríficas, asentamiento en mercados, etc., el camino que el producto sigue de un extremo a otro aparece notablemente facilitado, tanto en coste como en tiempo.

Otro matiz interesante aparece al pensar en la estructura de los mercados. En un mercado poco sofisticado, las frutas son frutas, las naranjas son naranjas, y los tomates son tomates. Eso es todo. Los clientes van al mercado, compran básicamente “lo que hay”, y pagan “lo que marca”. Pero en un mercado con tendencia creciente a la sofisticación, empiezan a aparecer clientes que demandan productos en un abanico amplio de calidades, y que están dispuestos a pagar por ellos una cantidad diferencial. El tipo de productos ofrecido por estas empresas no se dirige al mercado mayoritario, sino a un “descremado” del mismo que valora unos aspectos determinados. En muchas ocasiones, al nostálgico que probó las naranjas recién cogidas del árbol en alguna ocasión, al que valora los productos de una procedencia determinada, o al que pasó un tiempo consumiendo productos en su origen. Ese que sabe que el sabor y la calidad de determinados productos no es el que obtiene cuando los compra en el supermercado. Es, decididamente, un producto long tail, para quienes lo saben apreciar. Empresas que deben poder ser rentables con porcentajes de mercado mínimos, y que para ello deben adoptar estructuras de costes sumamente prudentes, y mucha creatividad a la hora de alcanzar su mercado: en este caso, Juan Pablo ha hecho un uso extensivo de todas las herramientas de la llamada “web social”: blog, Twitter, Facebook, Dipity… los resultados, en Google Analytics: una dimensión sin duda pequeña, y en gran medida proveniente de estas acciones, que funcionan bien cuando quien las hace, las entiende de verdad.

Veremos cómo va la cosa. Para lanzarse a la aventura empresarial en España y en estos tiempos de crisis que corremos, no cabe duda que hay que echarle un buen par de… tomates :-)

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24 enero 2009

Siempre aparece un idiota que mata a la gallina

testdelamuerteMucho se ha escrito ya sobre el abominable anuncio del test de la muerte, culpando a todas las partes implicadas: al imbécil que lo diseñó, a la empresa que lo paga, a Google por distribuirlo, y a los que hacen clic en él.

En el fondo, se trata de reactivar la vieja discusión de finales de los ‘90, cuando los publicistas de los viejos medios empezaron a tomar por asalto la web: acostumbrados a las variables clásicas de la publicidad en medios como la radio y la televisión, en las que el anuncio interrumpe la actividad que el usuario está realizando y debe diseñarse, además, para provocar el mayor “impacto” posible, trasladaron sus estrategias a Internet.

El resultado, por todos conocido, fue lo más parecido a una escalada bélica: el primer banner, aquel famoso Have you ever clicked your mouse right here? You will. de AT&T en HotWired, consiguió un fuerte clickthrough por su novedad, pero jamás volvió a repetirse, y lanzó a los diseñadores en pos de un efecto imposible: recreemos la novedad. Si no hacen clic en banners estáticos, hagámoslos dinámicos. ¿Tampoco? Pues que canten. ¿Nada? Pues se los tiramos a la cara en forma de pop-up. ¿Que los cierran antes de que se carguen? Engañémoslos. ¿Ni así? Pues pop-unders… Cuando Google y otros empezaron a convertir los bloqueadores de pop-ups en ubicuos, para el tiempo que Firefox y otros navegadores los incorporaron de serie, gran parte del daño ya estaba hecho: parte de la propuesta de valor de la publicidad online se había desvanecido. En la ecuación de atención frente a respeto, los anunciantes habían rebasado los límites, y los usuarios nos habíamos vuelto selectivamente ciegos. La publicidad online provocaba casi las mismas sensaciones que la venta puerta a puerta: no importa cómo de bueno sea el producto que me trae un vendedor a casa, por el hecho de venir por ese canal, ni lo considero.

Llevamos años intentando “reeducar” a los anunciantes y a los creativos con respecto a lo que es aceptable y lo que no. Las reglas están escritas claramente en infinidad de sitios: anuncios de tamaño razonable, que no reaccionen al paso del ratón (no desplegables ni activaciones que hagan que tengamos que movernos por nuestra pantalla como por un campo de minas), no al sonido o vídeo preactivado, no a las animaciones demasiado molestas o estridentes, no a las ventanas emergentes… se puede decir más alto, pero no más claro. Estamos dispuestos a ver publicidad, alguien tiene que pagar por esta fiesta, pero no tortures nuestros sentidos ni molestes nuestros hábitos de navegación, no intentes cambiar la forma en la que funcionan las cosas en la web. La publicidad en Internet tiene propuestas de valor innegables, descomunales, basadas en el control, en la auditoría, en el seguimiento, en la segmentación… y a pesar de todo eso, siempre surge un creativo, siempre hay un anunciante, siempre aparece un idiota que mata a la gallina.

Veamos mi caso: soy usuario de pago de StatCounter, un servicio al que me he acostumbrado para monitorizar las visitas a mis páginas. Dado que Aodhan Cullen, su creador, me cae muy bien y prefiero que su servicio sea económicamente viable mucho tiempo, acepto anuncios en mis páginas de resultados de StatCounter, aunque tengo la opción de eliminarlos por el hecho de ser usuario de pago. Así he estado varios años: Aodhan me muestra banners, cobra CPM gracias a mí, y además, le pago satisfecho por un buen servicio. ¿Hasta cuando? Hasta el primer día en que tengo que empezar a moverme con ellas con exquisito cuidado para no recibir una estúpida risotada a un volumen absurdo. En ese momento, me voy a la página de opciones, y elimino los banners de mi StatCounter. Ahora Aodhan gana menos dinero, ha resultado perjudicado, y la culpa ni siquiera ha sido suya: él únicamente activó la opción de recibir banners de Google, que de manera incomprensible decide modificar sus políticas, en un insulto a sus usuarios, y aceptar creatividades tan abominables de anunciantes idiotas que se creen simpáticos. Del mismo modo, algunos usuarios deciden activar AdBlock Plus o filtros similares, ante lo que consideran una violación de sus derechos. En este caso, además, ni siquiera se uede aplicar la máxima de la publicidad, la de “que hablen de uno aunque sea mal”… el anunciante no ha obtenido ningún beneficio derivado de la mas que evidente impopularidad de su anuncio, solo ha molestado a algunos y perjudicado a más de los que inicialmente parecía.

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23 enero 2009

La Casa Blanca y la Edad de Piedra

computercavemanEs lo que tienen los contrastes: el desembarco de Obama y todo su equipo en la Casa Blanca se ha encontrado con el legado de la anterior administración Bush, y el resultado ha sido como volver de golpe a la Edad de Piedra: según un miembro del equipo del Presidente, “como pasar de golpe de una Xbox a un Atari”. Lo cuenta MSNBC, New staff find White House in tech Dark Ages.

Líneas de teléfono desconectadas, versiones de programas antediluvianas, o normativas de seguridad que aparentemente prohiben desde utilizar una simple cuenta de correo externa, hasta entrar en una red social o conectar un ordenador que no sea Windows. En algunos casos, había varios ordenadores en una misma mesa porque “cada uno estaba asignado a una tarea diferente”, y prácticamente todos ellos eran sobremesa, con una carencia casi total de portátiles. Y los protocolos necesarios para intentar actualizar semejante pesadilla, resultan ser una pesadilla aún mayor.

Imaginarse al equipo del Presidente, con sus portátiles Mac, sus iPhones y sus BlackBerries, desembarcando en la Casa Blanca tiene que ser como las imágenes de una película de ciencia-ficción, como cuando los viajeros del tiempo llegan de repente a un tiempo pretérito. Durante ocho años, la Casa Blanca ha carecido de todas las “comodidades tecnológicas” que todos asumimos como perfectamente normales: si el jefe no marca prioridades en ese sentido porque es tecnológicamente analfabeto, nadie se mueve. Durante la Administración Bush, el Presidente no escribió ni un triste e-mail: por un lado, era algo de lo que podía prescindir fácilmente.  Por otro, políticas de seguridad absurdas que era completamente incapaz de entender o replantearse se lo impedían.

Ahora, toca adaptarse y modernizar: aquí manda quien manda, el mismo que ya ha empezado a autorizar cuentas de correo de Gmail, portátiles Mac, y que mantendrá el privilegio de utilizar su adorada BlackBerry. Con el desembarco de Obama en la Casa Blanca, muchas de esas políticas de seguridad que tanto gustan a algunos tecnoólogos y que en infinidad de impiden trabajar con normalidad a las personas alegando terribles monstruos y amenazas invisibles se verán completamente cuestionadas y replanteadas. La Casa Blanca se moderniza, vienen tiempos interesantes…

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22 enero 2009

En El Correo Digital, hablando de Google

Entrevista cortita en El Correo Digital, en vídeo, respondiendo a algunas preguntas sobre Google.

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eBay: el dilema del ?caught in the middle?

ebayArtículo diagnóstico en Business Week sobre uno de los sitios de referencia históricos en la red, eBay, EBay Sales: Going, Going…, que decididamente no parece estar pasando por sus mejores momentos.

El problema de eBay, interpretando un poco a partir de observaciones y de datos del artículo, tiene mucho que ver con lo que en las escuelas de negocio se enseña en el curso introductorio de Dirección Estratégica: el dilema de aquellos que quedan atrapados entre dos estrategias, sin terminar de decidirse por ninguna de ellas, y viendo como competidores en ambos extremos van avanzando y haciéndole perder cuota de mercado.

El otrora gigante de las subastas, la empresa que fue capaz de desarrollar un enorme ecosistema capaz de acomodar, por un lado, a quienes querían desalojar su trastero o deshacerse de un regalo (“one man’s junk is another man’s gold”) y, por otro, a tiendas que lo usaban como canal primario o secundario; ha visto cómo sus ventas caían un 6.4% en el último trimestre del pasado año. Crisis, sí, pero también un dilema específico: por un lado, ante el aparente declive en el interés de los clientes por el modelo de subastas y precio dinámico, la empresa hizo un fuerte propósito de reducir su dependencia de este esquema y enfocarse hacia modelos de precio fijo, comercio electrónico convencional apoyado en un amplísimo catálogo. Sin embargo, al hacerlo, se ha encontrado con quien, sin duda, sabe más que nadie en el mundo de comercio electrónico, Amazon, así como con toda una pléyade de vendedores online con amplia experiencia en sus categorías. Privados del aliciente de los precios dinámicos y de la posibilidad de obtener artículos por debajo de su precio de lista como valor diferencial, los clientes se dirigen a otras tiendas que están a un solo clic de distancia, con lo que eBay ve caer sus ventas por el extremo superior.

Pero en el extremo inferior, el de las subastas y el comercio más puramente definido como C2C, la empresa sufre la competencia de Craigslist, el sitio de clasificados, donde los clientes pueden vender artículos liberándose de las complejidades del sistema de comisiones de eBay. Si unimos a esta situación el incremento de dichas comisiones, con el consiguiente disgusto, sobre todo, de los vendedores habituales y premium de la empresa, una política de recortes de personal que provoca una importante fuga de cerebros con experiencia que son captados rápidamente por el resto de la industria, y una coyuntura recesiva que dificulta la captación de nuevas inversiones o la venta de recursos, eBay parece estar ahora bastante alejada de lo que fueron sus buenos tiempos…

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21 enero 2009

Hablando de descargas audiovisuales, en La Vanguardia

Artículo de Maite Gutiérrez en La Vanguardia de hoy, “La oferta de descargas audiovisuales es escasa fuera de plataformas P2P” (pdf), en el que me cita hablando de la amenaza de sustitución de ventanas de explotación como desincentivo para que la industria proyecte modelos de negocio sobre la red asociados a sus contenidos: mientras la oferta de contenidos en la red, bien sea en streaming o en descarga, se vea como una renuncia a ventanas de explotación tradicionales como el vídeo, el DVD, el Blu-Ray, las televisiones, etc., será difícil que veamos algún modelo organizado por la propia industria, salvo los asociados a contenidos que no tengan acceso natural a dichas ventanas (cine independiente, productoras amateur, directores noveles, etc.) Y mientras tanto, lo que la industria no dé, el público se lo busca.

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La vida secreta de las redes sociales

friendsterorkutMichael Arrington dedica una nota en TechCrunch, Friendster: Asia’s social network a las últimas estadísticas de ComScore publicadas acerca de Friendster, la primera de todas las redes sociales entendidas como tales, fundada por Jonathan Abrams en 2002. Y lo que llama la atención a Michael es un tema que llevo tiempo comentando en mis clases, y es el hecho de que, a día de hoy, una red como Friendster, fundada por un americano “as American as apple pie” como Abrams, en los Estados Unidos, que recibió todo el hype y la atención de los medios de comunicación más prestigiosos de ese país, que atrajo a más de tres millones de usuarios en sus primeros meses de vida y que incluso llegó a recibir una oferta de adquisición de Google en 2003 por treinta millones de dólares, que rechazó, sea hoy en día una red importante de más de noventa millones de usuarios registrados, pero con la vasta mayoría de éstos radicada… en el Sudeste asiático.

Efectivamente, Friendster es la red social de referencia en países como Indonesia, Malasia y otros de la zona, algo aparentemente contraintuitivo considerando su origen y evolución inicial. Sin duda, algo no buscado originalmente. Puestos a buscar comparables, el más evidente lo encontramos en Orkut, la red social intracreada en Google por el turco Orkut Büyükkökten, que tras un arranque en su primer año con claro dominio de usuarios norteamericanos y servidores localizados en California, se convirtió en todo un fenómeno sociológico en Brasil: los usuarios brasileños adoptaron Orkut con tanta fuerza y viralidad, que de hecho lo “tomaron por asalto”. El contenido en portugués empezó a proliferar más que el contenido en inglés y en otros idiomas, hasta el punto de terminar convirtiéndose en la red de referencia en Brasil, tener en el país más del 50% de sus usuarios activos, y acabar dando lugar a la decisión de Google de mover los servidores de Orkut a este país.

La idea de que las redes sociales tienen “vida propia” resulta muy proocativa: después de todo, el creador de la red hace poco más que desarrollar el campo de juego e influir, si se quiere, en la captación de los “primeros pobladores”, pero a partir de ahí, el nivel de control parece más bien escaso. La posibilidad de intentar impedir o manejar fenómenos sujetos a procesos de viralidad fuertes, o a la difusión imperfecta y sesgada típica de la comunicación entre personas parece bastante compleja en un mundo globalizado a golpe de clic. Pero la cara de haba que se les tuvo que quedar a Abrams o a Büyükkökten al ver que su red se poblaba de personas que hablaban un idioma que ellos no podían ni entender y que, progresivamente, la convertían en una casa en la que ellos se encontraban más cómodos que los propios fundadores tuvo que ser verdaderamente de antología. Y lógicamente, me pregunto hasta qué punto es posible extrapolar el fenómeno a empresas distintas de las redes sociales: cómo de posible es, al llevarnos progresivamente mercados a Internet, encontrarse de repente con fenómenos de este tipo que “distorsionen” la composición habitual de la base de clientes de una compañía. De hecho, detrás de algunos fenomenos en empresas con las que trabajo empiezo a intuír algunas cuestiones de ese tipo…

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20 enero 2009

Dos gestos

newwhitehouseSon dos pequeños gestos, pero me parecen la mar de significativos: si estabas, como medio mundo, viendo ese pedacito de la Historia que ha sido la toma de posesión de Barack Obama como 44º Presidente de los Estados Unidos, y tenías además un ordenador cerca, es posible que te hayas fijado: la página de la Casa Blanca, WhiteHouse.gov, se actualizó a las 12h en horario de la costa Este, incluyendo una nueva estética, las correspondientes fotografías del nuevo Presidente, la biografía, etc… y dos gestos interesantes: por un lado, al inauguración del blog de la Casa Blanca con su primera entrada publicada a las 12:01, Change has come to WhiteHouse.gov, un texto de Macon Phillips, Director of New Media de la Casa Blanca, de más que recomendable lectura, que habla, como no, de comunicación, transparencia y participación, tres elementos para los que un blog puede resultar una muy buena herramienta. Y por otro lado, la Copyright Notice, que viene a decir precisamente que la página ya no está protegida por copyright, y que queda sujeta a una licencia Creative Commons Attribution 3.0

Dos pequeños gestos, pero muy interesantes. Y del discurso, por supuesto, una frase:

“The world has changed, and we must change with it”

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Tu vida en la nube

gdrive_picasa_leadUn posible descuido al incluir una opción de almacenamiento en la versión beta de Picasa for Mac está siendo interpretada como una prueba de que Google se dispone de manera inminente a lanzar Google Web Drive, conocido como GDrive, un sistema de almacenamiento en la nube que se plantearía como una forma de dar a los usuarios la posibilidad de guardar en los servidores de Google toda su información, y mantenerla sincronizada en sus ordenadores. El movimiento se espera agresivo, intentando diferenciar claramente el producto de los que ya existen en ese sentido, fundamentalmente Microsoft SkyDrive y Apple MobileMe, además de otras ofertas de competidores menos conocidos.

Algunos, combinando este posible lanzamiento con temas como Android o Chrome, quieren ver ya los esbozos de la fotografía del famoso Google Operating System, un sistema con arranque en red y disco duro remoto que reserva los recursos de la máquina, desde un teléfono móvil hasta un ordenador -  únicamente para cuando la red no está disponible. La idea sería poder ofrecer a los usuarios un pedazo de la Google Cloud, un modelo de tipo utility-computing del que hemos hablado en numerosas ocasiones, y sin duda un esquema en el que muchos estarían dispuestos a sobreponerse a la prevención de mantener su vida en una nube propiedad de Google si fuese gratis o muy barata a cambio de ofrecer anuncios contextualizados o funciones de búsqueda, a la Gmail. De hecho, Todd Jackson, Product Manager de Gmail, se refirió a Gdrive en una entrevista reciente con C|Net, en la que comentó que

“Sabemos que los archivos de los usuarios están haciéndose cada vez más grandes. (Los usuarios) quieren compartir sus archivos, guardarlos en la nube, y no preocuparse de en qué ordenador están. Google quiere ser quien solucione esos problemas.”

Toda una declaración de intenciones. ¿Veremos pronto el Google Web Drive?

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19 enero 2009

Usa Google Apps, e irás a Guantánamo de cabeza :-)

googleappsguantanamoLa verdad es que el artículo de Javier Maestre el pasado jueves en el Mundo, titulado “El cuento de la lechera 2.0” me dejó verdaderamente alucinado. En primer lugar, porque conozco a Javier, lo considero un profesional serio y solvente del mundo del derecho y, además, una persona con conocimientos de tecnología. Y en segundo, porque soy usuario de Google Apps, mis alumnos también lo son por indicación mía, y la verdad es que la perspectiva del artículo era poco menos que “usa Google Apps, e irás a Guantánamo de cabeza”. Y en mi caso, además, doblemente: por usuario, y por inductor :-)

Pocas veces he visto una perspectiva tan profundamente destructiva, una vocación tan de hacer daño y de crear opinión negativa sobre un producto determinado como la que vi en ese artículo. Insinuaciones completamente infundadas sobre un producto completamente legal y sin asomo de dudas que una empresa vende de manera regular en nuestro país y que cuenta con muchos clientes activos, así como anuncios de apocalípticas inspecciones y de todo tipo de sanciones y multas. El equivalente en el mercado de productos alimenticios, para entendernos, habría sido un artículo en el que se afirmase que “si toma usted jamón serrano, se va a morir”. Imaginémonos la reacción de los fabricantes de jamón ante un caso así… El artículo no solamente decía barbaridades conceptuales como que si se usa Google Apps se mejora el posicionamiento en el buscador, sino que además incurría en aplicaciones erróneas de las leyes de protección de datos, de telecomunicaciones y hasta de seguridad laboral. El artículo, sinceramente, me parece de denuncia por difamación al juzgado de guardia. Ignoro que pasó por la cabeza de Javier, a quien, repito, conozco y aprecio, cuando lo escribió, pero decididamente, no tuvo su mejor día. Hasta los mejores escribanos echan un borrón de vez en cuando.

Como persona que escribe a menudo sobre este tipo de productos, y como entusiasta defensor de las aplicaciones en la nube, a las que veo grandes ventajas sobre el enfoque tradicional que he expresado en no pocas ocasiones, preferí dejar el tema hasta ver la respuesta de la compañía. Otros más expertos en estas lides que yo, como Borja Prieto, prefirieron contestar sobre la marcha con mucho sentido común. Yo, que del tema legal sé entre poco y nada, me limité a contestar con un comentario en la entrada a la que algunos comentaristas decían que Javier reaccionaba con su brutal columna. No soy yo quien tenga que defender a Google, que ya se defiende solita: ni me dedico a vender sus soluciones, ni cobro comisión por ello, ni nada por el estilo más allá de ser usuario y de tener una buena relación con la compañía. Pero teniendo en cuenta que hace unos meses tuve la oportunidad de presentar y moderar un evento sobre Cloud Computing invitado por la propia Google, la perspectiva de quedar como “el que dijo cosas buenas a la audiencia” sobre un producto “tan nocivo y peligroso” como Javier lo ponía, no era, la verdad, plato de buen gusto.

Hoy, Carlos Gracia, Director de Google Enterprise España y Portugal, responde al artículo de Javier Maestre con una réplica: “Esto no es un cuento 2.0“, en la que pone las cosas perfectamente en su sitio y califica al artículo de “erróneo, confuso y carente de todo rigor”. Los productos de Google, como muchos otros productos de ese tipo que trabajan “en la nube”, son perfectamente legales, jurídicamente impecables, y no plantean a sus usuarios ninguna de las amenazas que el artículo de Javier ponía como inevitables. Y escribir ese tipo de cosas en un medio supuestamente serio es algo que compromete claramente el prestigio no solo de quien lo escribe, sino también de quien lo publica. ¿De Google a Guantánamo? Tonterías, las justas…

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18 enero 2009

Plan E: ERE para Molina

cesar-antonio-molinaDemoledora y justificadísima nota de prensa en Hispalinux, “Plan E: ERE para Molina“, pidiendo la dimisión del ministro de la SGAE (perdón… de cultura, o eso decían cuando lo nombraron) en base a sus actitudes liberticidas, impresentables, contrarias al progreso y a la naturaleza de Internet, favorables a unos pocos privilegiados, criminalizadoras de toda la sociedad y, para más INRI, insoportablemente chulescas.

Poco importa al ministro perjudicar el progreso de la sociedad de la información o intentar que las empresas privadas se conviertan en vigilantes de las actividades de los ciudadanos (actividades que, además, ningún juez ha definido como ilegales pese a cómo se le llena a él la boca pronunciándolo). Poco le importa que una entidad bajo sospecha, con una carencia absoluta de transparencia en su gestión, maneje a su antojo un pseudo-impuesto anticonstitucional contrario a toda la lógica que penaliza de manera arbitraria la adquisición de determinados bienes. O despreciar una creación cultural que de manera creciente se produce en todos los niveles de la sociedad, intentando privilegiar su limitado entendimiento de lo que es Cultura. O gastarse millones de euros en una campaña ridícula plagada de mentiras con el fin de intoxicar a la sociedad, llegando incluso a introducir su mensaje en los colegios para deformar la mente de nuestros hijos, en una actitud que podría ser perfectamente calificada como de prevaricación.

César Antonio Molina ha conseguido un record de dudoso honor: superar, en mucho menos tiempo, la impopularidad de su predecesora, y obtener el consenso prácticamente unánime de toda la red. Es un ministro en contra de los ciudadanos. Ministro, dimita.

ACTUALIZACIÓN: Más información sobre el movimiento de la red para pedir la dimisión del ministro Molina en “Molina, pírate!“. Y se ha convocado un concurso de eslóganes en Twitter, pásate por http://twitter.com/molinapirate y hazte seguidor para contribuír con el tuyo. El número de seguidores está creciendo rápidamente…

molinapirate

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Usando el iPhone como mando para presentaciones

keynoteremoteEsta semana estuve probando el uso del iPhone - o en mi caso, un iPod Touch, pero funciona exactamente igual - para hacer presentaciones con Keynote, y aquí está mi experiencia, por si puede resultar útil para los que tenéis que hacer presentaciones habitualmente:

Lo que me atrajo cuando lo vi fue la posibilidad de no tener que mirar a la pantalla durante la presentación, algo que parece trivial, pero que no lo es tanto: para mí, una de las ventajas fundamentales de Keynote es la “pantalla del presentador“, en la que veo la diapositiva que estoy usando, la que viene después, el control de tiempo de la presentación y un reloj, así como mis notas en el caso de que las use. Desde que hace ya más de un año me cambié a Keynote, la pantalla del presentador ha cambiado mi estilo en una dirección que me interesa mucho: he pasado de usar muy poco texto, a no usar prácticamente ninguno, lo que me permite presentaciones mucho más minimalistas, más basadas en la atención al ponente en lugar de dirigir la atención de manera inevitable a la lectura del texto en la diapositiva, y con una ventaja añadida: para alguien que se ve obligado a mantener todo su material en dos versiones, español e inglés (doy más clases en inglés que en español), las necesidades de traducción se reducen hasta llegar a ser casi cero (página de título, de despedida, y algún que otro dato… mis notas me da exactamente igual que estén en un idioma o en otro).

Para configurar el iPhone como control de presentaciones es preciso actualizar a iWork 09, primera versión en la que aparece esta prestación. La actualización cuesta €79 ó €99 para el paquete familiar de cinco licencias, y prácticamente no requiere aprendizaje alguno con respecto a la anterior, aunque se mejoran algunas cosas como el catálogo de transiciones, las rutinas de importación y exportación, o la integración con MobileMe, entre otras. Después, es preciso descargarse de la App Store la aplicación Keynote Remote, que cuesta €0.79, una descarga de menos de un minuto. Para ello, el software del iPhone o iPod Touch tiene que estar actualizado por encima de la versión 2, lo que me llevó a des-jailbreakear (bonito palabro) previamente el mío.

Tras la instalación, hay que tener tanto el iPhone como el ordenador en la misma WiFi, o bien crear tu propia WiFi desde la máquina. El hecho de que funcione mediante WiFi significa que, por un lado, el alcance es sensiblemente mayor que el del típico ratón inalámbrico: si te gusta moverte mientras presentas, ahora te puedes ir hasta el fondo de la sala si te apetece. En el iPhone ves prácticamente lo mismo que en la pantalla del presentador, pero con una limitación debida al tamaño de la pantalla: debes elegir entre formato vertical u horizontal - no responde al cambio de orientación mediante el acelerómetro - y mientras en el vertical ves la diapositiva en la que estás y sus notas, en horizontal previsualizas la diapositiva siguiente, pero no las notas. Cambiar de orientación durante la presentación, aunque posible en cuatro toques de pantalla, no resulta especialmente operativo (las cosas no se hacen igual de fáciles cuando estás ante una audiencia), lo que hace que te tengas que plantear antes de empezar la presentación de qué quieres prescindir, si de las notas del presentador o de la previsualización de la siguiente diapositiva. El cambio de diapositiva mediante el desplazamiento del dedo es un gustazo: la identificación visual correcta de la diapositiva que viene (que debería evitarte mirar a la pantalla) lógicamente, solo es adecuada si usas muy poco texto o si estás muy familiarizado con tu presentación.

Detalles que es interesante tener en cuenta:

  • Batería: mantener permanentemente abierta la WiFi y encendida la pantalla gasta batería. En mi caso, un iPod Touch de primera generación, calculo que consumo media carga de batería en una presentación de hora y media, lo que hace recomendable que te asegures de partir de un buen nivel de carga antes de empezar la presentación.
  • Si usas un iPhone, desconecta el teléfono :-) No sé qué pasará si te llaman durante la presentación, pero no debe de ser agradable…
  • Si usas en tu presentación vínculos activos para saltar a diferentes puntos de la misma o para lanzar conexiones a Internet, ten en cuenta que son cosas que no podrás hacer desde el terminal. Asegúrate de estar cerca del ordenador cuando pretendas hacerlo.
  • El avance y retroceso de diapositivas va de una en una, con la excepción de la vuelta al principio. No existe una pantalla con un índice de diapositivas o alguna forma de verlas todas y señalar la que quieres. Si crees que tendrás que “saltar” de una parte a otra de la presentación y tienes muchas diapositivas, acabarás antes seguramente yéndote hasta el ordenador.

Hay que tener en cuenta que hablamos de una primera versión, que imagino irá mejorando con las sugerencias de los usuarios. A mí, por el momento, aparte del “wow factor”, me aporta algo de comodidad por el hecho de evitar las miradas a la pantalla de mi ordenador o a la general, pero todavía no me atrevería, por ejemplo, a dejar mi ordenador tras el escenario, aunque posiblemente acabe haciéndolo, porque según la disposición de las salas, no siempre es cómodo o posible tener el ordenador delante de uno. En cualquier caso, una innovación interesante que me apetecía probar.

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17 enero 2009

Microsoft, su navegador y la UE

logo-msieMicrosoft vuelve a tener problemas con las leyes antimonopolio de la Unión Europea. Una noticia en el WSJ($), EU Hits Microsoft With New Antitrust Charges, cuenta cómo las autoridades antimonopolio de la UE han acusado de nuevo a Microsoft por la vinculación de su navegador, Internet Explorer, con su sistema operativo, dotándolo así de una ventaja competitiva basada en distribución que altera y distorsiona la libre competencia entre navegadores.

La demanda, iniciada por una acusación de Opera Software en 2007 y que sigue la misma línea argumental de la previamente exitosa demanda contra la inclusión del Media Player en Windows iniciada por RealNetworks, da a Microsoft un plazo de ocho semanas para contestar a las alegaciones, y llega en un momento completamente estratégico: la compañía ha visto cómo la cuota de mercado de su navegador ha caído a nivel global hasta un 68% - por debajo del 60% en Europa - y está próxima a lanzar su nuevo sistema operativo, Windows 7, con Internet Explorer 8 integrado en él. Según la demanda, el hecho de que algunos competidores hayan logrado obtener crecientes cuotas de mercado en este segmento no elimina la verdadera motivación de la demanda, que es el hecho evidente de que el navegador de Microsoft nunca habría alcanzado la posición ventajosa que tiene de no haber sido por su vinculación a Windows.

Veinte años más tarde, la UE parece dispuesta a poner las cosas en su sitio: si utilizas una posición de monopolio en sistemas operativos para distorsionar la competencia en otros segmentos próximos, una técnica que Microsoft ha utilizado extensamente a lo largo de su turbulenta historia en los tribunales, estás provocando no el avance de la tecnología, sino un daño a la libre competencia y a la libertad de elección de los clientes. Tentaciones existen de ver a Microsoft como la víctima de una obsesión persecutoria de una UE con los dientes afilados, pero no, no es así. No está donde está por hacer las cosas bien, sino por haberse beneficiado injustamente de un monopolio y haber perjudicado a otros y a la innovación con ello. Justamente lo que las autoridades antimonopolio deben intentar impedir.

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Entrevista en Eco

La revista Eco me hizo una entrevista aprovechando una conferencia que me invitaron a dar en mi tierra, y la han publicado en su número de Enero. Son tres páginas, y la han titulado utilizando una de las frases de la misma, “La Web 2.0 nos sitúa en un entorno en el que todos podemos decir algo“.

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16 enero 2009

En Soitu, valorando el Palm Pre

Conversación telefónica con Ramón Peco, de Soitu, sobre el Palm Pre y sus posibilidades, que ha dado lugar a una cita en su artículo de hoy, “Palm lucha por recuperar la magia“. Por el momento, magia no sé, pero ruido, ha hecho un poquito

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En Cinco Días, hablando de Windows 7

Intercambio de correos electrónicos con mi amiga Marimar Jiménez, de Cinco Días, que me ha citado en su artículo de hoy con Santiago Millán, “Microsoft quiere recuperar la iniciativa con Windows 7” (pdf). Como es habitual, publico el intercambio completo de preguntas con Marimar:

P. ¿Qué ventajas ofrece Windows 7 al usuario? Nos gustaría hacer algo detallado en cuanto a sus características. ¿Nos podrías ayudar a elaborar un análisis sobre el producto en cuestión?

R. Windows 7 representa la prueba efectiva de lo que muchos llevábamos diciendo mucho tiempo: que Windows Vista era un producto fallido, un mal intento de prolongar un modelo que había terminado. Durante años, Microsoft ha vivido de tener un cliente concreto y específico, el sector del hardware, al que ofrecía la posibilidad de obtener beneficios importantes cada poco tiempo merced a una política de obsolescencia forzosa de unos equipos que, en circunstancias normales, podrían tener vidas útiles muy superiores. Al forzar versiones con unos requerimientos de hardware más elevados es a cambio de un lote de prestaciones determinadas y de una presión fuerte sobre el usuario debida a la adopción de nuevos formatos, Microsoft obligaba a la renovación del parque, que en contrapartida, le hacía de canal OEM (ventas vinculadas a la compra de un nuevo ordenador). Sin embargo, para promover la actualización, el aporte de nuevas prestaciones debía ser suficiente como para que los usuarios tuvieran la tentación de actualizarse, algo que con Vista, en gran medida, no ha ocurrido: la actualización no valía la pena, y el producto ha sido un fracaso. Ahora, Windows 7 intentará ser lo que Vista debió haber sido, y paliar en cierta medida las pobres cifras de ventas de su predecesor.

P. ¿Qué valor aporta frente a Windows Vista o frente a XP? ¿Realmente es una evolución de los mismos o es algo radicalmente nuevo?

R. Se trata de una evolución en la que, fundamentalmente, se han primado aspectos de eficiencia. La beta actual, muy parecida a la M3 que ya se pudo evaluar en Octubre, tiene un proceso de instalación notablemente más sencillo que XP o Vista - se puede instalar en aproximadamente veinticinco minutos, y algunos aspectos interesantes entre lo estético y lo funcional: una nueva barra de tareas, prestaciones del interfaz gráfico Aero como Snap o Peek que permiten una usabilidad mayor cuando trabajas con varias aplicaciones abiertas, y mayores posibilidades de personalización. En general, el sistema es algo más minimalista: empaqueta menos aplicaciones que sus predecesores (las puedes descargar posteriormente), y tiene unos requerimientos de plataforma aparentemente menores, lo que debería hacer más fácil su adopción no necesariamente vinculada a una nueva máquina.

P. ¿Confías en que será un éxito el nuevo sistema operativo de Microsoft o prevés un fracaso como con Vista?

R. Resulta difícil calificar un producto de Microsoft como un fracaso. Su dominio monopolístico del mercado le permite colocar el producto casi independientemente de sus características, como ocurrió en el caso de Vista: a pesar de ser un mal producto, consiguió ventas que jamás habría tenido de no ser Microsoft y que en modo alguno merecía, simplemente empujando a su canal de ventas. Con Windows 7, se encontrará con el fenómeno de que muchos clientes, descontentos con Vista, cambiarán sin pensarlo, y podrán además posiblemente hacerlo sobre las mismas máquinas que tenían, lo que reduce indudablemente barreras de entrada, mientras que para otros, todavía en Windows XP y que rechazaban el cambio a Vista, parecerá una opción más segura.

P. Parece que Microsoft se ha apresurado mucho a sacar la nueva versión de Windows, incluso el plazo de un sistema operativo a otro ha sido más corto de lo habitual, ¿se ha visto Microsoft obligada a ello por los resultados de Vista o crees que ha habido otras razones (evolución del propio sector con las pantallas táctiles y servicios online) que han propiciado esta premura?

R. La premura viene determinada por el fracaso de Vista: nunca un sistema operativo tan esperado supuso una decepción tan grande y obtuvo resultados tan tibios. Microsoft necesitaba desesperadamente quitarse esa mala imagen, y de ahí el compromiso por, como mínimo, “arreglar el Vista”, que en mi opinión es lo que aporta Windows 7. No lo veo un cambio dramático ni un planteamiento nuevo, y el hecho de que soporte pantalla táctil tampoco parece nada especialmente novedoso ni basado en una tecnología sorprendente.

P. Ha sido la primera vez que veo que alguien que compra un PC con el sistema operativo incorporado decide cambiarlo por la versión anterior, en este caso XP. ¿Recuerdas que esto haya pasado anteriormente? ¿Qué cosas concretas crees que son más criticables o que más han enrabietado a los usuarios como para quitar un sistema operativo y poner otro?

R. Para un usuario, Vista representaba un engorro: primero, hacía que un ordenador supuestamente de última tecnología se arrastrase miserablemente en sus prestaciones. Segundo, obligaba a cambios en el interfaz de usuario y a un cierto reaprendizaje que no se veía compensado por unas prestaciones superiores más allá de la mera estética. Y tercero, a pesar de representar un esfuerzo importante de Microsoft por hacer un sistema operativo más seguro, gran parte de su seguridad descansaba sobre un sistema, el User Account Control (UAC) que mareaba a los usuarios con preguntas constantes, formuladas de manera oscura e inquietante, y que muchos usuarios terminaban incluso desactivando. Todos estos factores, además, se agravan notablemente en entornos corporativos, donde los problemas del usuario desencadenan un mayor nivel de exigencia sobre los supervisores de sistemas. Si unimos al engorro las malas críticas recibidas de manera casi unánime por los analistas, tenemos un escenario en el que los usuarios prefieren quedarse con lo malo conocido, aunque esto sea un sistema operativo con ocho años de antigüedad.

P. De nuevo, si no me equivoco, Windows 7 se venderá por licencias. ¿Hasta cuándo crees que va a durar esta fórmula de comercializar un sistema operativo?

R. Windows 7 es un modelo de sistema operativo pesado, comercializado mediante licencia, aunque da pasos en el sentido correcto: por un lado, se aligera y se vuelve algo más minimalista, confía varias de sus aplicaciones a la voluntad del usuario de descargárselas, y pretende construir una base sobre la que el usuario pueda trabajar contra productos que estén en su ordenador o en la nube. En planteamiento de producto, no es demasiado diferente a un OS X. Otra cosa es lo que Microsoft haga en otra línea, que es la de construir sistemas operativos ligeros para máquinas como los ultraportátiles, que representarán una parte importante del crecimiento del mercado a futuro. Pero ese no me parece el nicho para Windows 7: aunque entre las versiones de Windows 7 se vaya a encontrar una para subnotebooks, mi impresión es que eso representaría una apuesta parecida a la de plantear XP para un ultraportátil: es un vestido que no le corresponde, porque el planteamiento debería ser otro. Para ese segmento me esperaría de la compañía un enfoque más evolucionado, basado en Azure.

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15 enero 2009

Redes sociales, niños y cuentos de viejas

schoolgirlUn informe del Berkman Center for Internet and Society de Harvard University, Enhancing child safety and online technologies viene a demostrar lo que muchos teníamos perfectamente claro desde hace tiempo: que las alarmas sobre la pretendida inseguridad de los niños en las redes sociales y las imágenes de turbios pervertidos refugiados en ellas para actuar como predadores sexuales no son más que historias de imaginaciones calenturientas y tristes cuentos de viejas. Que en realidad, y tras una investigación exhaustiva, no existe un problema significativo: las redes sociales no son un nido de pervertidos amenazantes, son una parte fundamental de la vida social de los niños hoy en día, y lo único que tiene sentido aquí es, como siempre, el proporcionar educación, educación y más educación a los niños para que aprendan a comportarse en ellas, pautas de conducta y recursos para que puedan sentirse cómodos comunicando a sus padres cualquier duda, situación o sensación inusual que les pueda surgir.

Las redes sociales son como el resto de la sociedad: en general, están formadas por personas normales que han ido ahí a desarrollar las actividades para las que éstas fueron diseñadas. Hay pervertidos y predadores sexuales en un número similar al que existe fuera de la red, y lo único que hay que enseñar a los niños es a reconocer amenazas que, en realidad, se van a encontrar con una muy escasa probabilidad, y que solo difieren de las que se pueden encontrar fuera de la red en el tipo de soporte empleado, no en su frecuencia. No es imposible, es algo que desgraciadamente puede pasar: los predadores sexuales existen y pueden estar en Internet. Pero con igual probabilidad pueden estar fuera de Internet. ¿Hay que tener precaución? Sí, por supuesto. Pero la razonable, sin paranoias.

El sentido común triunfa: en las redes sociales puede haber fenómenos de acoso, de bullying o de acceso a contenidos explícitos, pero no es para nada un problema generalizado ni ocurre de manera más virulenta que como ocurre fuera de la red. Como padres o educadores, tenemos la responsabilidad de educar a los niños para que aprendan a vivir, relacionarse y desarrollarse en un entorno que va a formar parte de sus vidas, pero sin obsesionarlos con amenazas invisibles ni con historias que les hagan pensar que hay un predador sexual escondido detrás de cada nick. Entender con quién deben y no deben relacionarse, qué datos pueden o no deben suministrar, qué tipo de cosas pueden ponerse por escrito, los límites de la educación, la netiqueta, la difamación, el acoso, la protección de la imagen… lo normal, el entender lo que está bien y lo que está mal, la educación de toda la vida, adaptada a un nuevo entorno. Pero no, Internet no es una cueva de acosadores, ni hacen falta leyes o protecciones especiales más allá del sentido común y de las que rigen fuera de la red. No es un sitio intrínsecamente peligroso del que debamos mantener alejados a nuestros hijos. Precaución sí, como la tienes en la calle. Educación, toda la posible. Pero por favor, dejémonos de cuentos de viejas, de demonización de las herramientas, de políticos paranoicos y de telediarios calenturientos.

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14 enero 2009

Tuenti, en el Business Week

El Business Week hace justicia a los méritos de la red social española Tuenti, y la convierte en protagonista destacada de su artículo Facebook, meet the locals, en el que expone el poderío de este tipo de redes desarrolladas con un nivel mayor de especialización y conocimiento del medio frente a una Facebook que, en este sentido, se limita a ofrecer una versión traducida y a especializarse únicamente en función de las aplicaciones que aparecen en ella.

El artículo sitúa a Tuenti como líder claro con 5.1 millones de usuarios únicos y frente a los 3.5 de Facebook, con una facturación en su año de pruebas de entre seiscientos y setecientos mil euros, y con una previsión de multiplicar por diez en este año 2009, gracias fundamentalmente a un sistema de publicidad del que ya hemos hablado anteriormente y que le permite alcanzar fastuosas tasas de clickthrough de en torno al 40%, frente a las cifras habituales del típico banner que se han mantenido históricamente bastante por debajo del 1% (y aún menor en el caso de redes sociales, en donde el usuario, simplemente, “está a otra cosa”).

Las cifras, no obstante, parecen tal vez demasiado optimistas, simplemente por un análisis de tamaño de mercado: según las cifras barajadas actualmente, las previsiones para el mercado publicitario online son de entre un 10% y un 20% de crecimiento, que lo situaría en una horquilla entre los siete y los catorce millones de euros, de los cuales Google se lleva alrededor de la mitad. Esto convertiría a Tuenti en el competidor que absorbería la práctica totalidad de la inversión nueva, algo altamente improbable. Además, hay un análisis que es necesario hacer en términos de intensidad: contrariamente a lo que ocurre en un negocio web tradicional basado en publicidad de tipo display, el número de páginas vistas no es una variable demasiado significativa para Tuenti: la cifra importante son los usuarios únicos: cada usuario único puede recibir, según mi estimación, entre dos y tres impactos de campañas en Tuenti cada semana, pero seguramente no deba recibir más. Pasar de ahí a un modelo de tipo carpet-bombing es quemar al usuario, algo en lo que la dirección de Tuenti no quiere caer: no olvidemos que la publicidad en Tuenti no es de tipo display, sino un modelo de invitación a evento con unas características de implicación del usuario completamente diferentes. Por tanto, el inventario “real” es menor de lo que la cifra de páginas vistas indica, como deducimos además de la pauta observada en los usuarios: un usuario de Tuenti tiene su ventana abierta siempre que está delante o cerca de su ordenador, accede a ella cada pocos minutos para ver si alguno de sus contactos ha escrito algo nuevo, y refresca la pantalla constantemente. Pero si le pones una invitación a un evento cada vez que actualice su pantalla, probablemente proteste o se vuelva refractario y reduzca notablemente su clickthrough, algo que la dirección de la compañía, que resistió la tentación de “importunar” a sus usuarios con un modelo tradicional basado en banners, quiere evitar a toda costa. Como elemento adicional, es preciso tener en cuenta que por el momento, Tuenti está en una situación envidiable: aunque tenga que presentar el concepto a los anunciantes, son abundantes los casos en los que la publicidad casi “se la vienen a comprar”. Aunque ésto no quiera decir que estén ni mucho menos con los brazos cruzados esperando, son muchas veces las empresas con interés en su target de usuarios las que llaman a Tuenti diciendo “quiero ser parte de ese fenómeno”. Para un directivo de marketing convencional, una campaña con un 40% de respuesta cualificada y una capacidad de segmentación parecida a la de un rifle de francotirador con mira telescópica, acostumbrado a la publicidad convencional y al “sé que desperdicio la mitad de mi presupuesto publicitario, pero no sé qué mitad”, es hoy algo parecido a la ciencia-ficción, lo que justifica en gran medida el interés despertado: sin duda, Tuenti ha sido capaz de generar una propuesta publicitaria muy diferencial, algo que otras redes no han sido capaces de hacer. Pero ese cierto “efecto novedad” no necesariamente va a mantenerse así a lo largo del tiempo, ni todos los anunciantes, lógicamente, disparan al segmento donde Tuenti opera.

En cualquier caso, la publicidad, aunque importante para Tuenti, no lo es todo. Sus planes incluyen empezar otras líneas de negocio que reflejen todo lo que sus usuarios hacen en su día a día y que sea susceptible de tener un reflejo o paralelismo social en la red, lo que incluye comercio electrónico en facetas muy específicas y otras muchas cosas que los adolescentes hacen, además de - probablemente - lanzar en un segundo país. Esos ingresos que citan, por tanto, a efectos de dimensionamiento, no son únicamente de publicidad, sino que reflejan otras fuentes. En cualquier caso, el artículo de Business Week coloca a Tuenti en el lugar donde debe estar, le proporciona una exposición internacional importante y merecida, y subraya el valor de conocer un mercado y especializarse en él.

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13 enero 2009

El futuro CTO de Obama ya tiene agenda

La idea de Barack Obama de nombrar un Chief Technology Officer (CTO) para su gabinete va tomando cuerpo. Además de contar ya una lista relativamente corta de candidatos sujetos a especulación (Shane Robison, CTO de HP; Vinton Cerf, Google Chief Internet Evangelist; y Vivek Kundra, CTO de Washington, D.C.), la oficina del futuro presidente ha publicado en Change.gov una agenda para el cargo, en la que se detallan los siguientes puntos: expansión de la penetración de la banda ancha, potenciación de la educación en ciencia y tecnología, informatización de la sanidad,  reforma del sistema de patentes, y e-government.

Un conjunto de puntos para convertir la tecnología en una ventaja comparativa para el país. Una lista genérica a la que faltan todavía detalles operativos de una enorme importancia para poder juzgarla. Pero que supone, asociada a una figura interministerial con plenos poderes y dependencia directa del propio Presidente, una apuesta fuerte por potenciar la interacción entre sector público y privado, por las infraestructuras, y por una nueva forma de hacer política, completamente en contacto con los ciudadanos mediante el mismo tipo de herramientas de la Web 2.0 que ya fueron utilizadas extensivamente durante la campaña.

¿Cuál es el papel de un Presidente en la proyección tecnológica de su país, además por supuesto de entender la tecnología, usarla con total convencimiento y transmitir su importancia; algo que suena así de sencillo, pero que muy pocos políticos del panorama mundial actual podrían realmente hacer? La clave de la vocación tecnológica de la administración Obama no la hemos visto todavía: no se queda, como algunos piensan haciendo un derroche de cortoplacismo, en el uso de la red como arma electoral, sino que va mucho más allá, y se proyecta en la manera de hacer política una vez que llegas a Presidente. Los verdaderos cambios los vamos a empezar a ver a partir de ahora. Los que piensen que ya “se han aprendido los trucos de Obama para ganar unas elecciones” se equivocan de parte a parte en su interpretación: la magnitud del cambio va mucho más allá. Y para llevarlo a cabo, tienes que entenderlo primero.

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