30 abril 2009

No. Quiero. Emoción. Punto.

emocionnoHoy, seis meses después de mi último incidente con Emoción de Movistar, me ha vuelto a llegar en mi factura otro cargo de un euro por el mismo concepto. Y estamos en lo mismo de siempre: no es el euro, que francamente me da igual. Es que Emoción es un servicio que jamás solicité a mi operadora. Que además de no haber solicitado, he dado de baja ya de manera proactiva y consciente no en una ni dos, sino en tres ocasiones. Que además no tiene ningún sentido con el tipo de contrato que yo tengo, porque en un contrato BlackBerry con tarifa plana el servicio de Emoción sería simplemente absurdo. Y que para más gracia, me prometieron la última vez, después de convertirme en el primer resultado de Google España cuando buscabas “609″ (impresionante documento esa página de resultados), que modificarían sus rutinas para evitar que ese servicio siguiese causando problemas.

Nada. Todo mentira. A estas alturas, y ante la evidente reiteración, ya no puedo pensar en un descuido. El servicio, ahí sigue. El euro, vete tú a saber a cuántos clientes se lo han cobrado de manera completamente indebida, uniéndose a todos los cobros igualmente indebidos que ya hacen gracias a la cantidad de gente que aprieta el botón o la opción de menú sin querer. No hay maldita manera de cancelar este servicio. Me iría a reclamar a Consumo, si no fuera porque iba a dar igual: al cabo de un cierto tiempo, el servicio volvería a aparecer, y a Telefonica le daría exactamente lo mismo. ¿Llamar al 609? Ayer, tras haber colgado el teléfono dos veces y no solucionarme el problema, todavía tuve que oir como una operadora le decía a otra “hay muchas llamadas en espera”, y como la otra le respondía “que se vayan a la mierda”…

Lo que están haciendo con Emoción entra dentro de la categoría de robo: beneficiarse de un planteamiento absurdo de una “internet de operadora” que viola completamente el concepto de neutralidad de la red, que cobra la conexión a un precio ridículamente elevado y que, en realidad, ningún cliente quiere utilizar de manera voluntaria, únicamente “caen” por descuido o directamente se les factura aunque no lo hayan usado. Ante la llegada de la crisis, la consigna de Telefonica fue “no eliminar ninguna línea de negocio que sea facturable”: y ahí estamos, comiéndonos un servicio completamente absurdo y sin sentido en los tiempos que corren. Es como dedicarte a tirar tu basura por encima de las cabezas de tus clientes, cobrarles por ello, y encima pretender que les parezca bien.

Movistar… ¿se puede saber por favor de qué manera puedo librarme de tan absurdo servicio y no volverlo a ver jamás en mi factura? Pero “jamás”, es “jamás”. Me explico: “jamás“. No que vuelva a aparecer en tres meses, ni en seis, ni en doce. Lo que quiero es que no vuelva NUNCA. Que no tenga que mirar atentamente cada factura “para ver si me lo han colado otra vez”. Ahora, quiera o no quiera, tengo Emoción: si no es porque me la cobran, es porque cada vez que llega la factura de mi operadora tengo que armarme de lupa y rebuscar de manera “Emocionante” entre todos los cargos para ver si me están queriendo timar otra vez. El euro es lo de menos, lo que importa es la pérdida de la confianza. ¿Con quién he contratado yo mi servicio telefónico? ¿Con un operador serio o con un maldito trilero? ¿Con un timador profesional? ¡¡Quiero tener con mi operadora una relación de confianza, una mínima tranquilidad, no un tener que estar vigilándolo todo en cada momento para comprobar que no me están robando otra vez!! ¿De verdad resulta tanto pedir?

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?Operadoras y usuarios: las amistades peligrosas?, en el Anuario de Interactiva

Jesús García tuvo a bien pedirme un artículo para el Anuario de Interactiva, y el resultado ha sido este “Operadoras y usuarios: las amistades peligrosas” que incide en un tema de máxima actualidad ahora que se nos viene encima la que es verdaderamente la peor amenaza para el futuro de Internet: el llamado telecoms package, el fin de la neutralidad de la red. Decididamente, Internet se ha vuelto demasiado importante como para dejarlo en manos de las operadoras. O de los políticos. O de los neoluditas en general.

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29 abril 2009

Digg, 0wned !!

digg0wnedEsta vez le ha tocado a Digg. Los chicos de Security By Default, dispuestos a hacerse con el premio “semos peligrosos”, han descubierto un bug importante en el sistema de captchas de Digg, y lo han reportado convenientemente (más detalles en su entrada). Tras recibir únicamente un mensaje automatizado, esperar unos días, y comprobar que la vulnerabilidad seguía ahí, han optado por lanzar un ataque, del que no darán detalles, lógicamente, hasta que haya sido corregida.

Para lanzar el ataque, escogieron varias noticias a promover, una de las cuales apuntaba a mi blog. No he tenido absolutamente nada que ver en ello, ni sería la entrada que yo habría escogido en caso de que alguien me dijese que una entrada mía podría llegar a la portada de Digg, ni tampoco la manera en que habría escrito el titular, pero mi implicación ha sido completamente inexistente: aunque sabía que en Security By Default estaban jugando con éste tema porque me cruzo mensajes con ellos de vez en cuando, en ningún momento se me ocurrió que fuesen a utilizar para ello una noticia mía.

Pero ya que estamos ahí, intentemos aprender del tema: la noticia subió tras 180 diggs y sin ningún comentario, algo que debería haber levantado algunas alarmas: en el caso de Digg, rara es la noticia que llega a portada sin un buen número de comentarios. Tras la llegada a la portada, que se produjo por la mañana en España, pero durante la noche en Estados Unidos (supongo que la ausencia de controles manuales a esa hora puede haber tenido algo que ver), la noticia empezó a recibir algunos votos y comentarios genuinos “por simpatía”: a la hora de publicación de esta nota, llevaba 222 diggs y diez comentarios, empezando con un irónico “It’s quiet in here…” de un usuario perspicaz :-)

En cuanto a trafico, realmente no ha sido gran cosa. La noticia estaba escrita en castellano en un sitio en inglés, hablaba de España, y la gente durante la noche suele tener el vicio de dormir: en el pico máximo de tráfico desde Digg, las visitas llegaron a suponer escasamente un 5% de mi tráfico total (como comparativa, alguna portada de Menéame en hora punta ha llegado a representar el 55% de mi tráfico total medido sobre las últimas dos mil visitas). Por supuesto, la cosa es simplemente una “travesura” con buena intención y carece completamente de importancia: todo es completamente falso, votos y votantes, hasta que la noticia subió. Pero como testimonial, como dice Yago Jesús, “para ver in situ como un mega-portal valorado en ‘miles de millones’ puede ser manipulado con un poco de imaginación”, la cosa es más que interesante. Sobre todo si tenemos en cuenta que existen empresas dedicadas a vender la aparición en la portada de Digg como si fuera un producto que realmente pueden controlar… y que posiblemente puedan, al menos hasta cierto punto. Esperemos la reacción de Digg al respecto y el pronto arreglo de la vulnerabilidad para conocer el resto de la historia y el “cómo se hizo”, que me imagino tendrá que ver con esta otra entrada publicada por ellos mismos hace unos días (también en inglés).

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Se presenta ?La Red Innova?

laredinnovaSe presenta oficialmente en la web “La Red Innova“, un evento que pretende atraer a Madrid a los interesados en la evolución del mundo de la red, y servir de interconexión entre lo que se hace en la Internet de habla hispana o portuguesa con el resto del entorno internacional.

La idea proviene de Pablo Larguía, emprendedor y co-fundador de Bumeran, que tuvo el detalle de invitarme a participar en su comité asesor junto con personas como José María Figueres (ex Presidente de Costa Rica y ex CEO del World Economic Forum), Roberto Saint Malo (Managing Partner de Adara Venture Partners), José Marín (Managing Partner de IG Expansión), Javier Rodríguez Zapatero (Director General de Google España), Alec Oxenford (Fundador y CEO de OLX), Fernando Martín Laborda (Fundador de Labec Pharma), Yoani Sánchez (Blogger en Generación Y), Gabriel González (COO de La Red Innova), Javier Pérez Tenessa (Fundador y CEO de Edreams), Marcela Huertas (Fundadora y CEO de Metropolis Global) y Manel Sarasa (CEO de Openbravo).

El evento tendrá lugar en Madrid, en el recientemente renovado Circo Price, el 17 y 18 de Junio. Se pretende crear un evento diferente a los habituales: escenario circular y participación muy activa, pero con moderación efectiva: en lugar de ponencias interminables y reducido espacio para preguntas, se intentará buscar conversaciones ágiles muy centradas alrededor de cada tema, evitando ese temible y conocido síndrome de “ahora-que-tengo-el-micro-me-vais-a-oír” :-)

A lo largo de las múltiples reuniones de trabajo que llevamos, hemos ido centrando el tema, dando forma al programa, y recabando los apoyos necesarios para convertir la idea en realidad: instituciones como el Ayuntamiento de Madrid y Red.es se han volcado completamente con el tema, como también lo han hecho empresas como Microsoft, BBVA, Thales, Cajamadrid, Exalead o HP. La experiencia de colaborar en la organización y de presenciar desde dentro como las ideas iniciales se van solidificando está siendo un verdadero gustazo: personas altamente comprometidas, y un entorno de generación de ideas enormemente dinámico y participativo, en el que además no resulta nada complicado encontrar las vías adecuadas para convertirlas en conceptos tangibles.

El evento aprovecha, además del tirón de Madrid como ciudad, la proximidad con el Menorca Tech Talk organizado por mi amigo Martín Varsavsky, y tiene ya confirmado un más que interesante plantel de ponentes y temas: nuevas tendencias, casos de éxito, prioridades de los fondos de capital-riesgo, la interacción entre la red y temas como la política, el medio ambiente o la economía, un concurso de emprendedores, y más cosas que se irán anunciando a medida que se aproxime la fecha del evento.

En breve, mucha más información.

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28 abril 2009

Tr.im, acortando URLs con criterio

trimstatsConocí tr.im hace unos días a través de mi amigo Antonio Delgado, y la verdad es que el servicio me ha encantado. Hasta el momento, mi uso de acortadores de URLs había sido moderado: los utilizo para “empaquetar” referencias en los escasos 140 caracteres de las actualizaciones de Twitter y servicios similares, y soy perfectamente consciente de sus ventajas, pero también de sus inconvenientes, sobre todo el de suponer un punto único de posible fallo en la cadena de obtención de un recurso (como bien comentó en su momento Joshua Schachter). Había pasado por varias fases: la de usar únicamente TinyURL por su carácter pionero y por ser el que utilizaba Twitter de manera automática, la de pasarme a a Fon.gs por simpatía, y la de utilizar únicamente el acortador provisto por Ping.fm cuando empecé a utilizar su servicio de actualización simultanea de varias redes de microblogging.

Pero tr.im es diferente. Creado por los autores de ese buen cliente para manejo de mensajería social desde Mac llamado Nambu, tr.im es un servicio pensado con criterio, y que otorga infinitamente más control que el que tienes en los habituales. De entrada, hay que crearse una cuenta para usarlo, proceso que tarda escasos segundos. Pero a partir de ese momento, cada vez que entres en tr.im tendrás una visión completa de todas las URLs que has utilizado (útil para volver a alguna de ellas si no la recuerdas), con su fecha, su URL original, la posibilidad de eliminarla si quieres (no creo que sea muy recomendable en este mundo cada vez más habituado a los enlaces que no mueren nunca, pero ser, es posible) y, sobre todo, a sus estadísticas. Un fantástico módulo de estadísticas que permite en cada momento ver cuántas personas han seguido la URL que has enviado, con indicadores de procedencia, analíticas en función de plataforma, navegador, referencia de origen, línea temporal, user agents, localización geográfica… básicamente lo mismo que disfrutamos en los módulos de estadísticas de una página normal, pero aplicado a algo que, por el momento, desaparecía de nuestra vista una vez lo habíamos suministrado.

Dado que los acortadores de URL son algo que necesariamente acabas usando en uno u otro momento, si crees que vas a tener algún interés por tener un nivel de control sobre lo que envías, tr.im me ha parecido decididamente una opción interesante, y que va más allá del uso coyuntural: el que haya que autenticarse para utilizarlo y poder acceder a sus servicios adicionales seguramente sea susceptible de generar en sus usuarios un nivel de fidelidad mayor y un valor diferencial. La verdad, me ha gustado bastante.

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27 abril 2009

Internet contra Sindescargas, artículo en ABC

Juan Francisco Alonso, con quien mantuve una larga conversación telefónica, y Miguel Ángel Barroso publicaron este artículo, “Internet contra Sindescargas“, en el ABC del pasado domingo 26. Es un artículo largo, de cuatro páginas. Este tipo de artículos son muy importantes para que el mundo de fuera de Internet entienda la magnitud de las protestas y las razones de las mismas.

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Detrás de las descargas

detrasdescargasLa actual discusión acerca de las descargas está escondiendo, en realidad, un dilema mucho, muchísimo más complejo, que vale la pena explorar. En primer lugar, se fundamenta en una dialéctica completamente falaz, como bien comenta Julio Alonso, en la que se pretende oponer de manera burda a “los creadores de contenidos que generan cultura, puestos de trabajo y bienestar” con un “bando opuesto que son unos piratas que roban contenidos de terceros, destruyen la cultura y no generan nada bueno”. Hablamos, por tanto, de la lucha de “lo viejo contra lo nuevo”, de los “neoluditas rentistas de la propiedad intelectual del siglo pasado” que quieren seguir explotando ésta ad infinitum mediante los mismos modelos de siempre, contra los nuevos creadores: una batalla que, para su pesar, se desarrolla en un entorno en el que todos somos autores y podemos generar contenidos.

¿Quienes son los verdaderos protagonistas de esta guerra? Por un lado, los usuarios de Internet, el primer medio verdaderamente bidireccional y libre. Ni los periódicos, ni la radio, ni la televisión, ni nigún otro medio fue nunca bidireccional: se limitaba a ser un canal unidireccional en manos de una serie de personas que, apoyadas en el mismo, obtenían grandes beneficios y “controlaban” todo, desde el entretenimiento hasta la opinión de los demás. La verdadera guerra es, como dijo la ministra González-Sinde, por “controlar Internet”. Por convertirlo en un medio inofensivo, mucho más parecido a los anteriores, un medio en el que haya que tener una licencia para emitir, un control para publicar, un permiso para opinar. Y en esto juegan un papel fundamental tres poderosísimos grupos de interés íntimamente relacionados:

  1. El lobby de las telecomunicaciones: una de las industrias más poderosas del mundo, y con el detalle de ser quienes poseen las infraestructuras sobre las que se desarrolla la sociedad de la información. Su lucha es meramente económica: pretenden no ser únicamente “infraestructuras”, sino apropiarse de parte del valor de lo que circula por ellas. Para ello, pretenden eliminar una de las características más importantes de Internet, la llamada neutralidad de la red, para así poder hacer llegar sus contenidos o los de aquellas empresas que paguen por ello con mejor calidad de servicio que los de aquellos que no lo pagan. Una Internet sin neutralidad de la red dejaría de ser Internet, y pasaría a ser algo mucho más parecido a la televisión o la radio: unos cuantos canales de empresas que pagan, y un canal libre de baja calidad en el que se desarrollarían contenidos fuera del alcance del público general. Es, sin duda, la amenaza más importante para la red, muchos llevamos mucho tiempo avisándolo, y ahora la tenemos completamente encima de nuestras cabezas. Tanto, que se vota este próximo 5 de Mayo. Además, eliminar la neutralidad de la red permitiría a las empresas de telecomunicaciones convertirse en “guardianes” de la misma: bloquear sitios web sin la intervención de ningún tipo de autoridad judicial, imponer sanciones o expulsar de la red a quienes consideren que incumplen sus condiciones.
  2. El lobby de los derechos de autor: tras más de cien años controlando los canales por los que se podía acceder a sus creaciones y decidiendo qué circula por elos y qué no, la industria comercializadora de derechos de autor (ojo, no confundir con “los creadores”) pretende seguir haciendo esto mismo. Una idustria fundamentada en torno al pago por copia, que acostumbrada a la propiedad de los medios necesarios para crear estas copias, pretende ignorar el hecho de que en la sociedad de la información, todos podemos generar copias sin ninguna limitación. El problema no es que descarguemos o que copiemos, el verdadero problema es que dejan de controlar nuestros gustos y nuestras preferencias, dejan de ser quienes seleccionan y deciden. En realidad, los creadores están mejor en un entorno en el que pueden llegar más fácilmente a su público, pero se ven presos de una paradoja: si ya eres un creador consagrado, prefieres un mundo en el que otros, para llegar a donde tú estás, tengan que pasar por filtros parecidos a los que tú pasaste en su momento. Y si estás aún por consagrar, crees que la única manera es pasando por firmar sus contratos, porque como en todas las revoluciones, el modelo alternativo aún no está presente cuando el anterior cae. Por supuesto, apoyan todo lo que el lobby de las telecomunicaciones quiera hacer, porque eso les proporciona un mayor nivel de control. Y además, entran en abierta connivencia con el tercer lobby, el político, participando en campañas y tomando abiertamente partido por aquellos que defienden su modelo de negocio. El hecho de que los derechos de autor sean uno de los principales productos de exportación de países como los Estados Unidos hace que su gobierno lo defienda como solo se defiende a una de las principales industrias de un país.
  3. El lobby político: juega un importantísimo papel a la hora de otorgar y mantener las prebendas de los otros dos y las suyas propias. Hablamos de políticos acostumbrados a manejar un entorno conocido, en el que la opinión se canalizaba a través de unos pocos medios de comunicación. Ahora, ven la red con recelo, como un lugar en el que el control resulta imposible, en el que cualquiera puede hablar al volumen que sus contertulios le otorgan. Los intentos por implantar un control o una licencia para publicar en la red, como en Francia o Italia, no son en absoluto casuales: la red es un entorno en el que pocos políticos se mueven a gusto, y por eso añoran los tiempos en los que podían ejercer control simplemente levantando un teléfono y hablando con el director de periódico de turno, cuya complicidad podían además pagar mediante publicidad institucional. El partido en el poder controlaba los medios porque controlaba el presupuesto de publicidad institucional, y podía tener poder de decisión sobre la comunicación mediante los adecuados esquemas de filtraciones, entrevistas, etc. Por otro lado, el lobby político norteamericano se ve en la obligación de defender a una de sus industrias más importantes, y pretende que el resto de los países hagan lo mismo, aunque no tengan exportaciones que defender en su balanza comercial o estas sean, como en el caso de España, completamente insignificantes.

Estos son los tres poderes detrás de la oposición a algo tan natural, tan vinculad a Internet, como la posibilidad de descargar lo que a uno le venga en gana. No se trata de que nadie robe nada, ni de que unos sean “piratas” y otros “creadores”… En la sociedad en red, creadores somos todos los que tenemos acceso a la red: creamos textos, vídeos, fotos o lo que queremos crear en cada momento, para audiencias grandes o pequeñas, con total manejo de unos medios de producción antes reservados a unos pocos. Lo que estamos viviendo es, como decíamos, la lucha de “lo viejo contra lo nuevo”, y sobre todo, una fortísima ofensiva de los Estados Unidos por defender una de sus industrias principales, la exportación de propiedad intelectual. Aquí vale todo, así haya que nombrar cargos públicos en abierta connivencia con los intereses de una sola de las partes, condicionar la entrada de un país en la World Trade Organization al cierre de una página web, o manipular un juicio poniendo a un juez de parcialidad abierta y demostrada. Todo vale.

Como claramente lo comentó este artículo de Expansión, el gobierno español tiene la necesidad imperiosa de mostrar que puede “controlar el problema de las descargas” antes de la visita de Joe Biden a Europa a mediados de este año. Y la pregunta es: ¿defiende el gobierno español a la cultura española o los intereses de la industria del copyrigh norteamericana? Que Estados Unidos defienda un modelo cultural determinado que claramente le favorece no quiere decir que todos los países tengamos necesariamente que apoyarlo, y menos si a nosotros no nos va tan bien porque nuestra cultura no se exporta prácticamente nada. Posiblemente, la cultura española estaría mejor defendida mediante modelos basados en fórmulas mucho más abiertas de miras, más centradas en los mecanismos que utiliza, por ejemplo, el que es cuantitativamente nuestro mejor producto de exportación, una serie de animación como Pocoyó, que nunca ha manifestado ningún problema con el hecho de que su propiedad intelectual sea utilizada por terceros para crear obras derivadas. Modelos menos restrictivos, basados en el conocimiento de la red, la viralidad y sus mecanismos, y que bien podrían aplicarse a muchos más creadores españoles si el gobierno, en vez de obcecarse con modelos caducos, intentase desarrollar un pensamiento propio en ese sentido y protagonizar un modelo revisionista de los derechos de autor más adecuado a los tiempos que corren. Pero no, es más facil insultar, calificar de “piratas” a los que hacemos cosas nuevas, y buscar culpables donde no los hay. Total, el activismo de Internet no sale de Internet, jamás llega a la calle, y sus protestas solo les llevan como mucho a romper el ratón a fuerza de darle clics cuando están muy enfadados…

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26 abril 2009

Twitter: la era del consumo masivo

twitterpizzaA nadie le queda ya ningún género de dudas: Twitter, aquel servicio que empezamos a conocer y mirábamos con curiosidad a finales de 2006 o principios de 2007, ha lgado ya al consumo masivo. La aparición de cada vez más perfiles de los denominados “asimétricos”, como famosos, empresas, etc. hacen que Twitter duplique su tráfico mes a mes. Simplemente el debut de Oprah Winfrey en el mundo de los ciento cuarenta caracteres se calcula que puede haber significado la llegada de más de un millón de nuevos usuarios al servicio. El fenómeno Ashton Kutcher superando a la CNN nos ha llevado a pensar que ya puede resultar normal medir la popularidad de las cuentas de Twitter en millones de usuarios. Twitter, cada día más, pasa de ser una forma de saber lo que hacen tus amigos, a suponer además un canal de comunicación permanentemente abierto con clientes, fans, seguidores, lectores, interesados, etc. Un canal vivo, en el que cada día se incluyen más usos y posibilidades. Seguir noticias, ofertas, las andanzas de tu personaje favorito, la cotización y noticias de las empresas de tu cartera bursátil, o simplemente os temas de conversación del momento.

Empecé a probar Twitter en Marzo de 2007. Había oido antes a algunos amigos hablar de ello y lo había visto en algunas noticias, pero no le había acabado de ver el interés. Nada más empezar a probarlo y añadir mis primeros amigos, tuve mi “caída del caballo”, y comprobé eso que digo tantas veces de “no puedes juzgar Twitter si no lo has probado tú mismo”. En alrededor de una semana, ya había escrito mi primer artículo de prensa sobre ello, lo había convertido en examen para mis alumnos del International MBA de IE Business School, escribía entradas definiéndolo como killer app y decía aquello de “el servicio no sólo está aquí para quedarse, sino que además se popularizará seguramente muchísimo”. En seguida, empezaba a darme cuenta de que algunas noticias ya no me llegaba primero por la tele o la radio, sino por Twitter. En ese mismo Junio, incorporé Twitter al diseño del blog, a mis formularios de contacto y hasta a mis tarjetas de visita, y en pocos meses, me encontraba en el EBE entrevistando a uno de sus cofundadores. Leer ahora aquellos primeros artículos y los comentarios que los rodean, la mayoría escépticos incluyendo los míos, permite obtener visiones interesantes acerca de los fenómenos de difusión tecnológica y de la velocidad con la que los vivimos. A día de hoy, superados la mayoría de los problemas de escalabilidad iniciales y convertido en una herramienta que permite pulsar instantáneamente la actualidad, pocos dudan ya del éxito de Twitter, una evidencia que casi aparca la eterna discusión sobre su modelo de negocio: cuando algo genera tantos usos posibles y tanto valor a tanta gente, la discusión sobre su modelo de negocio es algo que puede esperar.

¿Qué nos espera en el futuro? Cada vez más, veremos Twitter en todas partes. En tarjetas de visita, en anuncios impresos y en televisión, o como en la fotografía que ilustra la entrada, tomada de TechCrunch, en vallas publicitarias. Veremos Twitter como canal de ventas y ofertas directas (Dell vendió más de un millón de dólares en equipos a través de Twitter el año pasado), como feedback directo para los clientes, como canal de comunicación, como push de noticias corporativas en lugar de esas anticuadas y apolilladas notas de prensa… vamos a ver Twitter hasta en la sopa. Cada día más, mencionar Twitter en una reunión de amigos y encontrarte con miradas de extrañeza y expresiones condescendientes de “es que es un poco friqui” será un poco más raro, hasta que pronto pasemos a pensar directamente que aquel que no lo conoce se ha pasado los últimos dos años viviendo en una cueva. Explicarle a alguien que no, que Twitter no es exhibicionismo sino reciprocidad, querer saber lo que hacen otros, se convierte cada día en más innecesario.

¿Estás en Twitter? ¿Lo está tu empresa? A estas alturas ya sabes que si no es así, te estás perdiendo algo. Espabílate.

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25 abril 2009

Educación online: plataformas educativas y el dilema de la apertura

En la Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento de la Universitat Oberta de Catalunya, en su monográfico “Cultura digital y prácticas creativas en educación”, me han publicado este artículo académico, “Educación online: plataformas educativas y el dilema de la apertura“, en el que especulo sobre el futuro de las plataformas del tipo Blackboard o Moodle tras nueve años de experiencia en educación online y exploro las consecuencias de su progresiva sustitución por conjuntos de herramientas independientes que proporcionen a los alumnos una experiencia más próxima a la realidad de la red. El paper está disponible bajo una licencia Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 España de Creative Commons. En el mismo monográfico, artículos de Juan Freire, Aníbal de la Torre, Tíscar Lara, Jim Groom y Brian Lamb, y Alejandro Piscitelli.

A continuación, el resumen del artículo:

Tradicionalmente, las instituciones que ofrecen educación a través de la Red han tendido al uso de plataformas educativas (learning management systems, o LMS) que ofrecen al alumno una gama de servicios, tales como repositorios de documentación, foros, correo, etc. en un entorno cerrado, accesible mediante nombre de usuario y contraseña, y con un funcionamiento uniforme. Aunque los diferentes estudios muestran un mercado claramente inclinado al uso de este tipo de plataformas, con un líder claro centrado en una estrategia de crecimiento por adquisiciones y un competidor basado en un desarrollo de código abierto, cabría esperar que el escenario del futuro tendiese a una situación de isomorfismo con el entorno normativo, en el que predominan cada vez más herramientas de tipo abierto caracterizadas por una total independencia de funciones e integradas de manera laxa. El presente artículo especula sobre esa posible evolución y avanza algunas de las posibles consecuencias para alumnos, profesores e instituciones.

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24 abril 2009

El problema de ser juez y parte

say_no_to_copyright_extension_467x112Hoy viernes se vota en el Parlamento Europeo la extensión del copyright a 95 años, una de las más impresionantes demostraciones del poder del lobby de los derechos de autor y las grandes discográficas: una norma que pretende justificarse hablando de “justicia para los músicos”, pero que todos los informes realizados demuestran que, en realidad, no produce ingresos diferenciales para ninguno de ellos, y que únicamente beneficia de manera sustancial a las cuatro grandes multinacionales poseedoras de enormes catálogos de obras protegidas que estaban próximas a expirar. Se trata, en realidad, del mismo alucinante caso que vivimos ya cuando en los Estados Unidos se aprobó la Copyright Term Extension Act, también conocida como Mickey Mouse Protection Act, precisamente cuando estaba a punto de caducar el copyright de Disney sobre el famoso ratón que supone un importante capítulo en los beneficios de la compañía.

La ministra Gonzalez-Sinde se ha declarado abiertamente a favor de la extensión del copyright a 95 años, dejando claros los problemas de permitir que una persona que es a la vez juez y parte esté al frente de un ministerio. ¿A favor de la extensión a 95 años? ¡Claro, y a mil años más si le dejan! ¿Hasta qué punto debemos considerar ético, estético o razonable que una persona con obvios intereses en la industria de los contenidos pueda tomar decisiones que nos implican a todos sobre temas que abiertamente le benefician? ¿Por qué debemos permitir que una parte interesada tome parte en decisiones que nos afectan a todos, y además negativamente? ¿Tiene sentido que el jarro de las galletas esté en manos de quien hasta hace muy poco se dedicaba a ponerse tibia comiendo galletas, y que ahora pasa además a repartirlas entre sus amiguitos? ¿Tiene sentido nombrar como ministra a una persona cuya falta de imparcialidad está abierta y palmariamente demostrada desde el primer día?

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Simple pero interesante: un navegador con control de volumen

browser_volumeUna solicitud de patente realizada por Apple detalla una idea muy sencilla, pero que no por ello deja de tener su interés: un navegador en el que el usuario puede controlar el volumen de los sonidos producidos por las páginas web durante la navegación, independizando éstos del resto de sonidos del sistema. Podrías, por tanto, estar escuchando música, recibir alertas sonoras o mantener operativo tu programa de VoIP, mientras te mantienes protegido de los ominosos anuncios con sonido preactivado o de esas páginas que creen tener tan buen gusto que te machacan con una musiquilla de fondo mientras permaneces en ellas.

Lo leo en The Register, Apple eyes patent for web silence, y me parece una reacción la mar de razonable ante la profusión de este tipo de abominaciones de la usabilidad: ahora, hasta la mismísima Google, aquella empresa supuestamente inteligente que desarrolló su barra de herramientas para librarnos del martirio de los ubicuos pop-up, acepta este tipo de anuncios con sonido preactivado que, en busca de un “impacto”, suelen conseguir únicamente que te acuerdes de los familiares más cercanos de los propietarios de la marca, de la agencia y del soporte que los acepta. En el fondo, un sistema de defensa contra una evidente agresión al usuario.

Una de las cosas que me resultan más sorprendentes es la persistencia en el error. Años después de haberse declarado y demostrado que los pop-up eran molestos y provocaban una asociación negativa tanto con la marca como con el soporte que los portaba, todavía hay marcas y creativos publicitarios afanándose por saltarse los bloqueos de los navegadores con las más variadas técnicas. Después de haber visto como todos los expertos en usabilidad afirmaban por activa y por pasiva que el sonido no era una opción recomendable si no era el usuario el que lo activaba, todavía podemos ver como algunos “listos” pretenden manejar sonido preactivado como elemento de una campaña “porque el suyo es muy gracioso y seguro que no molesta a nadie”. Está claro: cuando ni marcas, ni creativos, ni soportes poseen suficiente sentido común, alguien tiene que protegernos de ellos…

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23 abril 2009

No es tan sencillo como pagar o no pagar. It?s the economy, stupid

toiletmoneyRecientemente se están produciendo algunos debates sobre el modelo alternativo al de las descargas, como si el debate fuese tan simple como hacer una ridícula “promesa pública” tan llena de ingenuidad como de estupidez. Francamente, me parece un debate de una simpleza que asusta, y que además da por sentado cuestiones que están muy lejos de ser verdades escritas en piedra.

El debate de si debemos pagar o no pagar es sencillamente absurdo. La respuesta no es ni más ni menos que la que se daba a George W. Bush durante la campaña de las Presidenciales de 1992: It’s the economy, stupid. El debate sobre si debe el usuario contribuir a la retribución de los creadores mediante algún tipo de cuota, canon o retención es completamente estéril, y no reconoce la verdadera fuente del problema. La respuesta la proporciona el mismo mercado: si un producto puede ser obtenido en igualdad de condiciones a un precio menor merced a un sistema de distribución más eficiente, subvencionar al que lo distribuye de manera ineficiente es simplemente una estupidez. La raíz del problema es que no estamos hablando de pagar o no pagar a los creadores, sino de mantener o no un sistema absurdo y desfasado que se organiza en torno a la distribución de copias, no a la creación. ¿De verdad cree el iluminado de turno que si pagásemos algo, eso iría al creador? No, iría al parásito que pretende vivir de la venta de copias en un mundo en el que todos podemos hacerlas, y a una larga cadena de intermediarios que, en la economía de hoy, no tienen sentido ninguno.

En realidad, el problema es que estamos tomándonos el tema de los derechos de autor como si fueran una norma escrita en piedra, y no es así. Estamos queriendo exorcizar nuestro temor a lo nuevo mediante el desarrollo de tribunales de la Santa Inquisición, para quemar públicamente al que se descarga cosas, al que lo “facilita” o al que lo pronuncia. Y de santas inquisiciones, en España sabemos mucho. La inventamos nosotros.

En el fondo, el problema va muchísimo más allá. Se trata de forzar a una industria a que se rija por las leyes de mercado, del mercado que le rodea con todos los condicionantes que éste tiene, descargas incluidas. Los que optan por la vía del canon o de la cuota están, en realidad, optando por la vía de la subvención, un sistema que sabemos perfectamente que solo engendra pobreza, cortoplacismo y degradación. Que se lo digan al cine español. El problema es que poner a una ministra que cree que la cultura se defiende subvencionándola es una ABERRACIÓN, con mayúsculas, que no nos puede llevar a absolutamente nada bueno.

Lo que hay que hacer es pensar en cómo los creadores pueden llegar a GANARSE su dinero, no a que se lo regalemos. Cómo los creadores pueden montar sistemas a través de los cuales QUERAMOS pagar, no que nos quiten nuestro dinero. ¿Crees que eso es imposible? ¿Que no se puede competir con lo gratis? ¿Vives en Madrid? Pues mira, en Madrid, el agua que sale del grifo es de una calidad fantástica, y sin embargo, compramos agua embotellada, y a las empresas que la envasan les va fenomenal y no pretenden que se ponga un canon en cada grifo y que lo recaudado sirva para sostener su labor. Eso sería, simplemente, una estupidez.Lo que habrá que hacer será competir para crear plataformas de descarga en las que los clientes QUERAMOS pagar, sea por lo que sea, porque son más cómodas, porque son mejores, porque dan acceso a otras cosas, porque tienen mejor marca, porque la experiencia es inigualable o porque son más cool. Habrá que competir haciendo las cosas MEJOR, no peor. No se compite planteando más de lo mismo.

Lo que hay que hacer, lo que nos toca como país que inventó en su momento la Inquisición, es contribuir a que los modelos de propiedad intelectual sean revisados. Eso es algo que Estados Unidos, Francia o el Reino Unido, países donde la exportación de copias es una parte significativa de su balanza comercial, no van a liderar. En España, el peso de la mal llamada “cultura” en las exportaciones es escasamente significativo, y el potencial beneficio de convertirse en un líder que lance la idea del revisionismo legislativo resulta mucho, muchísimo más interesante. En el nuevo orden al que - quieran o no - llegaremos en unos años, los papeles están aún por definir. No, no se trata de pagar una cantidad grande o pequeña para subvencionar a una industria caduca, ni de pensar que si no pagas vas a dejar de tener tu serie favorita, esa a cuyo creador querrías besar. La cultura no se muere, y de hecho, nunca ha estado mejor. La solución no es repartir un canon entre “determinados” creadores, como si los demás no lo fuésemos, la solución no es poner peajes en las autopistas de la información para remunerar a unos pocos, como si todos usásemos tales autopistas únicamente para acceder a sus creaciones (¿y yo? ¿Nadie entra en la red para leer mi página? ¿Dónde está mi parte?) No, esos razonamientos son peligrosamente simplistas, no van a la realidad del problema, y son, simplemente, erróneos desde el punto de vista conceptual.

Cuando entendamos que no estamos peleando por el “todo gratix”, sino que el “todo gratix” es una característica del mercado; cuando os demos cuenta finalmente de que “it’s the economy, stupid”, las cosas nos irán mucho mejor, y el debate dejará de ser tan profunda, tan desesperantemente simplista. Que no, que no estás haciendo nada malo cuando te bajas algo de Internet. Destierra todo sentimiento de culpa. Pagarás cuando la propuesta de valor sea adecuada, no cuando te obliguen a ello con el decretazo o el canonazo de turno. Cada vez que te hablen de cambiar artificialmente la economía, de proteger modelos de negocio que no lo merecen, o de subvencionar a quienes supuestamente no pueden protegerse solos, descártalo, aunque venga del más querido de los columnistas que lees y al que incluso llegabas a atribuir una cierta inteligencia. Descártalo sin dudar. Pon en tu cabeza ese “it’s the economy, stupid”, y repítelo como si fuera un mantra oriental. Solo así evitaremos debates simplistas y posiciones falsamente moralistas. Recuérda: “it’s the economy, stupid”.

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22 abril 2009

Presentación de SIMO Network

SIMO NetworkOtro de los temas que me ha tenido liado estos días ha sido la presentación de la nueva edición de SIMO, ahora denominada SIMO Network, y que tras la suspensión del año pasado ha sufrido un importante replanteamiento: ahora se trata de un evento con decidida orientación al mundo profesional, celebrado en días de semana, que adelanta sus fechas a Septiembre, en el que los metros cuadrados de exposición ya no resultan una variable significativa para evaluar el éxito o el fracaso (se da la opción a las empresas de acudir sin stand, optando por otros tipos de presencia como aulas de discusión, charlas, talleres, etc.) y sobre todo, preparado para servir como punto de encuentro para los profesionales del sector alrededor de un programa de conferencias organizado para atraer, crear valor, plantear ideas y discusiones, etc. El planteamiento ya no es el de “feria con público masivo que atrae a familias que van a pasar unas horas agradables el fin de semana, sino el servir de punto de encuentro para los profesionales de un sector en torno a un programa de eventos que resulte sólido, interesante y atractivo.

Se busca además un componente eminentemente práctico: espacios destinados a demostraciones y evaluaciones de producto “con las manos en la masa”, en los que, además, se buscará atraer a aquellos bloggers que manifiesten interés por acudir. Los partners habituales de IFEMA en la organización han reaccionado bien ante el cambio de concepto: están Everis, HP, Microsoft, Oracle, SAGE, SAP, Telefonica y Vodafone.

La novedad que obviamente me afecta es que a partir de una serie de conversaciones con María Valcarce, que ha sustituido a mi amigo Santiago Quiroga en la dirección de la feria, surgió un acuerdo que ha culminado con la designación de IE Business School como coordinador del programa academico de eventos y conferencias, tarea en la que nos encontramos inmersos en este momento y que anunciaremos en breve. Pensando en un evento como el que hemos descrito, orientado a las empresas españolas de toda condición - grandes, medianas y pequeñas - y que debería cubrir todas las tendencias y temas candentes que interesan tanto a nivel de perfiles de gestión de tecnología como a los de dirección general, ¿qué tipo de conferencias, mesas redondas, talleres o eventos pensáis que podrían tener buena acogida u os gustaría ver?

ANEXO: Cobertura en medios de la rueda de prensa (en Google News).

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21 abril 2009

Implicaciones de la operación Oracle-Sun

oraclesunTenía ganas de escribir sobre ello, porque son dos compañías con las que he trabajado en múltiples ocasiones y que conozco bien, pero un par de días de actividad completamente desenfrenada me han dejado sin el tiempo de calidad que necesita uno para plantearse ese tipo de entradas. La operación, sin duda, es importante: si en el caso del “casi-romance” con IBM decíamos que hablábamos de “dos empresas históricas en la escena de la tecnología, cuya combinación podría alterar el panorama de la industria”, la combinación de Sun con Oracle no es menos espectacular.

¿Qué partes de la combinación Oracle-Sun merecen especial interés? En general, Sun se estaba convirtiendo en una compañía repleta de activos tan importantes como minusvalorados: líneas de producto como Solaris, Java o MySQL son vistas por los analistas como oportunidades de alto potencial, pero poco aprovechadas. Combinándolas e integrándolas con otros productos y con una fuerza de ventas reconocida por su eficacia, Oracle puede tener posibilidades interesantes: Java, sin ir más lejos, ha sido definida por Larry Ellison como “la adquisición de software más importante que la compañía ha hecho nunca”, algo más que definitorio en una empresa que ha protagonizado decenas de operaciones de este tipo. Java es un producto ubicuo, presente en casi todas las plataformas, y sujeto a un pago de una licencia en muchos de sus segmentos que Oracle puede intentar optimizar, aunque dentro de un orden para no resultar disuasorio. Solaris es también un producto interesante y sujeto a potenciales sinergias: abierto, con buena penetración en segmentos como banca, finanzas y telecomunicaciones, y que puede formar parte de ofertas completas en las que se incluya hardware, sistema operativo y aplicaciones. MySQL es igualmente un producto que complementa la gama porque posibilita acceder a empresas que tradicionalmente quedaban fuera del objetivo de la compañía, y en las que se plantea no un cobro por licencia, sino una oferta de servicios. No olvidemos que en los últimos años, el compromiso de Oracle con servicios vinculados al mundo del código abierto sobre productos propios o ajenos ha ido creciendo tanto en alcance como en compromiso.

En el fondo, Oracle sigue configurando su compañía para ser un proveedor importante de servicios de soporte y mantenimiento, pero ahora sobre una cartera de productos que le permiten cubrir una gama más amplia de clientes y que la llevan a estar mucho más en el punto de mira de analistas y observadores del segmento. Y Sun obtiene el “caballero blanco” - rojo en este caso - que  hacer necesitaba para que no peligren determinadas líneas de producto que muchos juzgamos como importantísimas: francamente, no sería yo demasiado pesimista acerca del futuro de ese tipo de productos cuando posibilitan a Oracle hacer algo que ya sabe - vender servicios asociados - y, además, coherente con la filosofía orientada a servicios del software de código abierto.

ANEXOS: nota de prensa de Oracle y de Sun.

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20 abril 2009

Dos buenos artículos sobre Cloud Computing

A medida que ya vamos viendo como las cosas siguen su ciclo habitual y hasta los inicialmente descreídos empiezan a ver las ventajas del llamado cloud computing, he visto pasar por mi lector de feeds dos artículos interesantes - en realidad, un artículo pero dividido en dos partes - escritos por Joe Weinman en GigaOM merecen ser destacados como lectura muy interesante para todos esos responsables corporativos de tecnologías que ven cómo las variables conocidas durante años cambian a toda velocidad.

El artículo utiliza el formato de las “medias verdades”: enuncia una docena de aseveraciones o “lugares comunes” acerca del cloud computing, y los discute con un muy buen criterio. El resultado son 6 half-truths about the cloud y Another Half-Dozen Half-Truths of the Cloud que en total hacen una docena, y que permiten entender muchas de las ventajas del esquema de computación en el que vamos a vivir todos en los próximos años, pero también tener argumentos para discutir muchos de sus mitos.

En el orden original, los doce puntos clarificados por Weinman son los siguientes:

    1. Las economías de escala son un punto clave para obtener los beneficios de la nube: cierto, los proveedores a gran escala obtienen ventajas derivadas de los descuentos por volumen, de la curva de la experiencia y de la consolidación de operaciones a un nivel que reduce los costes individuales. Sin embargo, no todos los beneficios provienen de la escala, también los hay derivados del hecho de combinar operaciones de múltiples clientes, con ritmos y picos diferentes, lo que permite dimensionar de manera más ventajosa. Por tanto, si por ser muy grande crees que te lo puedes montar tu solito, ojo. Puede que aun así obgengas mejores costes con un tercero.
    2. Toda la tecnología se moverá a la nube: siguiendo el razonamiento de Nick Carr en The big switch, cabría pensar que sí. Que hoy en día las empresas no producen su propia electricidad ni cavan sus propios pozos. Sin embargo, también es muy posible que la verdad esté en algún punto intermedio, y que lo óptimo sea combinar recursos propios con recursos subcontratados sobre infraestructuras de terceros.
    3. El valor se genera al sustituir inversiones en capital por costes operativos: de acuerdo, una cosa son inversiones en capacidad fija, mientras otras nos ofrecen agilidad y capacidad de reacción. Pero de nuevo, no son verdades absolutas, y la última palabra la debería tener el retorno de la inversión. Por tanto, existe un componente importante de decisión financiera en si queremos utilizar capital o cash flow que es preciso tener en cuenta. La decisión no es únicamente tecnológica.
    4. Nubes privadas frente a nubes públicas: algunos pueden pensar que una nube privada puede ser muy eficiente y ofrece mayor control. Sin embargo, hay que pensar que en el fondo, los costes en los que se incurre para desarrollarla suponen gastos fijos independientes de la actividad, y que por tanto, puede tener tanto sentido como “montarte un hotel personal”. El autor define una nube usando el acrónimo CLOUD como: Common Location-independent Online Utility service, available on-Demand.
    5. Cloud computing no es igual a virtualización: son dos tecnologías muy relacionadas, pero independientes y ortogonales, aunque obviamente una permita extraer muchos beneficios de la otra. Cualquier empresa puede adoptar una, la otra, o las dos.
    6. Es más ecológico: sí, reduce el consumo total de energía y por tanto la generación de CO2. Pero en realidad, esto no ocurre simplemente gracias a la tecnología, sino a su uso combinado y a la agregación de diferentes demandas no coordinadas.
    7. La nube es menos segura: uno de mis favoritos. Por un lado, la informática corporativa ya no es de por sí un dechado de virtudes, y tampoco hay nube que esté completamente segura e invulnerable. Sin embargo, la verdad es que un proveedor especializado puede invertir en mejores sistemas de seguridad, profesionales más preparados, y tener mejor defensa contra ataques que una empresa sola, por sofisticada que sea.
    8. Servicios corporativos frente a servicios para el mercado de consumo: sí, la infraestructura puede ser la misma o muy parecida. Pero no es lo mismo ofrecer servicios gratuitos financiados mediante publicidad y que si se caen unas pocas horas, no pasa nada más allá de unas pocas protestas, frente a servicios críticos para las empresas que requieren la firma de SLAs, servicio, soporte, relación con personas de carne y hueso que puedan solucionar un problema, etc.
    9. Si la nube es más cara, no la uses: es posible que incluso aunque un primer cálculo muestre un coste operativo superior en el caso del cloud computing, el coste final una vez tomada la decisión de adopción no sea así. La razón es clara: mientras en un caso el coste depende del uso, en el otro no. El coste de tu propia infraestructura te lo comes aunque el nivel de uso sea bajo o inexistente.
    10. La nube se mueve a través de Internet/IP: sí en principio, con la ventaja de que además puedes hacerlos llegar a todo tipo de dispositivos, portátiles, netbooks, smartphones, etc. a través de 3G y pronto de LTE. Pero si lo requiere o justifica el servicio (continuidad de negocio, on-demand, migración de data centers, etc.), puedes utilizar otra amplia gama de protocolos, desde VPNs hasta Fibre Channel o Infiniband sobre SONET
    11. El lugar no importa: es uno de los grandes axiomas de la red, que puedes hacer todo desde cualquier sitio porque la red se encarga de conectar ambos extremos de la manera óptima y adecuada. Pero dentro de un orden: para algunos servicios y en términos de coste o de legislación, el lugar puede tener importancia, y de hecho, algunos países empiezan a desarrollar leyes sobre qué tipo de cosas pueden entrar y salir de su territorio. El lugar donde se almacenan los datos de los clientes o los servicios que se pueden ofrecer pueden estar limitados por este tipo de temas.
    12. La respuesta es la consolidación de data centers en una nube privada: sí, se puede ahorrar mucho dinero en administración, gestión, simplificación y consolidación de operaciones. Pero el coste solo es una de las dimensiones a tener en cuenta. Además, hay que balancear disponibilidad, seguridad, agilidad, y mejorar la experiencia de usuario.

      Una interesante lista de reflexiones al hilo de aseveraciones habituales en vendedores de este tipo de soluciones, o que pueden ser usadas para análisis comparativos. En cualquier caso, una manera de abrir más los ojos y la cabeza a un tema del que llevamos mucho tiempo hablando, pero que a la mayoría de los gestores de IT se enfrentan habitualmente con este tipo de objecciones basadas en modelos de pensamiento erróneos o que distan mucho de ser verdades absolutas.

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      19 abril 2009

      Google, el nuevo Pirate Bay

      googlepirataEste artículo en Forbes, Why Google Is The New Pirate Bay, incide en un aspecto interesante que suelo comentar en clase: hasta qué punto es precisa la colaboración de “concentradores de oferta” como The Pirate Bay para que los usuarios de Internet lleven a cabo la tarea de descargar archivos. Mi experiencia es parecida a la que comenta el artículo: para obtener un material en la red, me meto directamente en Google, y una simple búsqueda me lleva a la página correspondiente.

      Entre páginas que cuelgan material para descarga directa, ficheros torrent de diferentes páginas que el buscador indexa, y sitios como Rapidshare o Megaupload, la tarea de acceder al fichero que deseas obtener es cada día más sencilla. Obviamente, un concentrador como The Pirate Bay, Mininova, Isohunt o los mil más que existen facilita la tarea, porque desempeña la misma actividad que un buscador, verticalizado para el tipo de recursos que nos ocupan. Uniendo la progresiva profusión de recursos de este tipo con la aparición de herramientas que permiten anonimizar completamente el tráfico, está claro que la “épica” victoria de la industria contra los responsables de The Pirate Bay es tan importante y significativa de cara al futuro como lo fue el cierre de Napster en Julio de 2001: ¿alguien tiene la más mínima impresión de que dicho cierre contribuyese en modo alguno a mitigar el crecimiento de las descargas?

      Como el Profesor de Harvard Ben Edelman bien comenta en el artículo de Forbes,

      “Google puede hacer y hace lo mismo que The Pirate Bay ha hecho siempre, y si son perseguidos, tendrían argumentos muy interesantes en su defensa”

      Obviamente, a ningún iluminado le va a dar por demandar a Google porque sirva para algo así. La comparación únicamente indica hasta qué punto resulta absurda una “persecución de fantasmas” que únicamente apunta como causa a la misma naturaleza de Internet, y que choca con todos los argumentos de la lógica y el sentido común. ¿Qué tenemos que hacer nosotros, los usuarios? Simplemente, lo que hacemos: descargarnos absolutamente lo que nos dé la gana, pero contribuyendo además a contrarrestar esa especie de “clima de culpabilidad” que pretenden que tengamos a base de intoxicación informativa. Descargar materiales de la red no es “un chollo”, ni algo que hagas porque “eres un listillo”, ni que “en el fondo sabes que está mal”, ni ningún tipo de “robo”. No estás “matando la cultura”, no va a “desaparecer”, ni “se van a hacer menos películas y peores”, ni nada por el estilo: es algo que haces porque Internet lo permite, lo permitirá siempre, y porque no existe ningún problema en hacerlo. Simplemente, algo que forma parte del panorama, del ecosistema, del entorno actual y futuro, algo a lo que las empresas se tienen que adaptar. Bájate lo que quieras, enseña a otros a hacerlo, educa a tus hijos, y enorgullécete de ello. Sigue haciéndolo. O empieza a hacerlo si no lo hacías. No hay ningún problema en hacerlo.

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      18 abril 2009

      En Expansión (citas)

      En el Expansión de ayer, un par de citas sobre diferentes temas: por un lado, Miriam Prieto, en un artículo sobre Android y sus posiblilidades,  titulado “Llega la invasión androide de Google” (pdf). Y por otro, Víctor Moreno me cita en “El microblogging se hace un sitio en la web” (pdf).

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      17 abril 2009

      Mentiras y gordas

      mentirasygordasVergonzoso publirreportaje en El País, escrito por Gabriela Cañas y titulado “¿Se acaba el chollo de las descargas gratis?”. Un artículo torpe, mal documentado, con un lenguaje inadecuado, espantosamente tendencioso desde su primer párrafo hasta el último… un artículo que desprestigia a todo un medio y que debería hacer que se les cayese la cara de vergüenza a todos los excelentes profesionales que me consta por experiencia que trabajan en ese periódico. Una verdadera pena.

      El artículo comienza achacando a las descargas las pérdidas de una industria que se ha negado a evolucionar, a adaptarse a los tiempos, a crecer con la red en lugar de luchar contra ella. Hablar de una caída de las ventas de discos desde los 600 millones de euros en 2000 hasta los 225 millones del año pasado y hacer responsable de eso a las descargas es una falacia conceptual: los discos no se venden porque, simplemente, no tienen sentido: intentar convencer a un joven hoy en día de que compre un disco hace que te mire como si estuvieses completamente loco, y esta situación no va a cambiar. El fenómeno de las descargas no hace más que sustituir a los discos de una manera natural, y por supuesto, tan completamente inevitable como la esencia misma de la red.

      Decir que los hechos recientes indican un cambio de tendencia favorable a los que están en contra de las descargas es otra vulgar mentira. Lo pondré en mayúsculas para que se lea más fácilmente: LAS DESCARGAS NO VAN A PARAR NUNCA, hagan lo que hagan y penalicen lo que penalicen. Lo único que puede parar las descargas es la llegada de otra tecnología que las sustituya porque tenga una propuesta de valor mejor para los usuarios. Nada más. Cualquier intento de detenerlas por la via legal, administrativa, del control o del cambio cultural va a fracasar miserablemente. Decir que España es “lider en descargas” también es una barbaridad que se pretende convertir en lugar común: no es cierto, el índice de descargas de la red es elevado en todas partes, incluyendo esos sacrosantos Estados Unidos donde tanto se persiguen. A pesar de la persecución y el matonismo judicial de la RIAA. las descargas no han dejado de crecer en ningún momento. A más uso de Internet, más descargas. Es lo que hay.

      La verdad sobre las descargas es mucho, muchísimo menos simplista que lo que el espantoso publirreportaje de Gabriela Cañas presume. En realidad, esto no es más que una guerra económica. Todos los actores sin excepción de la industria cultural saben que las descargas son inevitables, y que les quedan menos de dos años de negar la evidencia. Todos saben perfectamente que la música se considerará un producto completamente gratuito, y hasta le han puesto plazo: el año 2011. Lo único que intentan es prolongar artificialmente la vida de un modelo imposible, basado en una legislación que el avance de la tecnología dejó completamente anticuada y de imposible aplicación. El Convenio de Berna data de 1886, y fue revisado por última vez en 1996, antes incluso de que surgiese Napster. ¿Cómo pretender que un convenio que ya de por si estaba orientado a proteger no la cultura, sino el modelo de negocio de los vendedores de copias, siga siendo de aplicación en pleno año 2009 y con ene generaciones de nuevas tecnologías transcurridas? ¿Por qué los Estados Unidos, con un Presidente tan progresista y conocedor de la realidad de la red, protegen este modelo de negocio? Simplemente, porque hablamos del único país que llegó a cambiar sus leyes para proteger a Micky Mouse: un país en el que el peso de la exportación cultural en la balanza de pagos es tan sumamente elevado, que tiene que intentar protegerla sí o sí, independientemente de que crea en ello o no lo haga. Están, simplemente, comprando tiempo de reconversión para la mayor industria de su país.

      En España, la realidad es patéticamente distinta. Una industria desconectada de su mercado, que pierde espectadores todos los años, que eleva el volumen de subvenciones condicionadas a una agenda puramente política, y que no tiene peso en el conjunto de exportaciones del país salvo en algún caso muy testimonial. Y que por presiones políticas de las organizaciones internacionales se pretende proteger como si realmente valiese la pena, cuando la realidad es que lo que habría que hacer es dejarla morir para que se reinventase sin los propios vicios completamente incurables que padece.

      Pero la verdad va todavía más allá: en el fondo, los políticos se alinean del lado de la industria porque temen el escenario de falta de control que la red trae consigo. Donde antes para controlar la opinión pública tenían que controlar a unos pocos medios y periodistas, ahora se encuentran con un entorno con millones de voces imposibles de controlar, con un entorno en el que no se encuentran cómodos, en el que no saben trabajar, en el que ven caer su influencia y su poder. La designación de Ángeles González-Sinde se planteó para, por un lado, crear una cortina de humo que despistase de lo realmente importante, y de paso comprobar que el impacto de una medida tan enormemente impopular e increíble como poner a esa persona como ministra tenía un impacto reducido a la red. La red, en realidad, le trae al gobierno completamente sin cuidado. Donde nosotros vemos un grupo enorme en Facebook apoyando nuestras tesis, ellos ven cuatro tristes y taciturnos gatos, gatos que ademas tienen el culo tan gordo a fuerza de ejercitar únicamente el dedo de darle al ratón que bajo ningún concepto se van a levantar de sus sillas para protestar de otra manera. La probabilidad de que un internauta aparte su cara de la pantalla para dar origen a lo que el gobierno consideraría una verdadera protesta es entre cero y nula, y eso el gobierno lo sabe perfectamente. Por eso juega como juega, por eso lo pone a prueba… por eso tenemos lo que tenemos. Un publirreportaje malo y mentiroso como el de Gabriela Cañas en El País tiene muchísima más importancia que cualquier cosa que escribamos en estos minúsculos blogs que la clase política jamás se ha tomado en serio. Una aparición en un periódico o una radio de esas que creen controlar les duele más que dos mil menciones negativas en ese Twitter que ni saben lo que es. Mañana, media España creerá que las descargas son ilegales, y aunque seguirán descargando lo que les dé la gana, lo harán con un estúpido e injustificado sentimiento de culpa, creyendo que les pueden castigar por ello.

      Sigamos así. Sigamos pensando que esto es una cuestión de caprichitos, de poca importancia, de si podemos conseguir música gratis, de ser más pillos… y nos acabaremos encontrando con que Internet, la Internet que conocimos, se convierte en algo tan parecido a la radio, a la televisión y al resto de los medios unidireccionales, que acabaremos sintiendo asco de habernos conocido.

      Esa es la verdad de las descargas y de la lucha que estamos viviendo. Una lucha de poder, una lucha económica, una lucha por condenar al sentido común. Lo demás, lo que nos cuenta El País y lo que nos lleva a tener una ministra tan de vergüenza como la que tenemos, son simplemente mentiras. Y además, gordas.

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      En La Linterna, de la COPE, hablando de González-Sinde

      César Vidal me llamó para intervenir en su programa, La Linterna, hablando del nombramiento de la ministra de cultura, Ángeles González-Sinde, y dedicó también al tema su editorial inicial, que también incluyo.

      Editorial de César Vidal: Download audio file (editorial-cesar-vidal.mov)

      Tertulia: Download audio file (tertulia-lalinterna.mov)

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      16 abril 2009

      Hablando sobre el spin-off de Skype, en Cinco Días

      Cinco Días publica hoy un artículo acerca del futuro spin-off de Skype del que ya hablamos antes y después de ser anunciado, que se producirá en algún momento del año que viene según vayan las condiciones del mercado, titulado “Ebay se desconecta de la telefonía de Skype” (pdf).

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      Robar bolsos ya no es lo que era

      bolso-latitudeEstoy intentando imaginar la cara que se le habrá quedado a un par de ladrones de bolsos cuando de repente, bastantes minutos después de haber robado uno y estando ya en otro punto diferente de la ciudad, aparece la policía y, sin más preguntas, los detiene: la persona a la que habían robado ese bolso recordó de repente que tenía instalado Google Latitude en su teléfono, llamó a uno de los contactos a los que había autorizado a conocer su posición, su hermana, y le pidió que llamase a la policía y les indicase dónde exactamente se encontraba el bolso. A pesar de que el ladrón había huído del lugar del robo en un coche conducido por un cómplice, la policía simplemente tuvo que acudir a las coordenadas indicadas, y detener a los ladrones todavía con la prueba incriminatoria en sus manos.

      Lo cuenta TechCrunch a partir de una noticia del telediario de CBS, y la verdad es que es una historia la mar de curiosa, de esas que Howard Rheingold agrupa en su Smart Mobs bajo el epígrafe The era of sentient things: no deja de ser un detalle anecdótico, deduzco que a partir de ahora, a la vista de las noticias, los ladrones de bolsos se dedicarán a aprender cómo desconectar rápidamente Google Latitude de cualquier teléfono móvil que encuentren, pero tiene su punto curioso y futurista. Decididamente, robar bolsos ya no es lo que era…

      El número de dispositivos con capacidad de indicar su localización está creciendo de manera vertiginosa, al tiempo que descienden su coste y su sencillez. En este momento llevo, como muchas otras personas, un dispositivo en el coche que, en caso de robo, puede indicar a la policía donde se encuentra, y tanto su coste inicial como su instalación fueron financiadas no por mí, sino por la compañía aseguradora, yo únicamente pago la cuota del servicio. De hecho, no sé ni en qué lugar del coche se encuentra, porque el instalador tiene instrucciones de no decírselo ni al propietario. En el maletín de mi ordenador viaja otro pequeño dispositivo que me permite igualmente ver sobre un mash-up de Google Maps dónde se encuentra. Y algunas personas, además, pueden saber dónde me encuentro - o al menos, dónde se encuentra mi teléfono, que lógicamente suele estar en mi bolsillo - mediante similar procedimiento, siempre que yo no le haya pedido al teléfono que lo oculte o que mienta, cosa que también puedo hacer en tres simples clics. Tres empresas diferentes, con tecnologías relativamente distintas (Detector usa la radio, mientras que Navento y Google recurren al GPS o a la triangulación por célula), pero resultados, con sus matices, similares. Curioso mundo este de la geolocalización…

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      En Asuntos Propios (RNE), hablando del nombramiento de González-Sinde

      El pasado martes 14 estuve en Asuntos Propios, de RNE, con Toni Garrido y Marta Pastor, hablando acerca del nombramiento de la ministra de cultura, Ángeles González-Sinde.

      Download audio file (asuntospropios-rne.mov)

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      15 abril 2009

      Los blogueros imaginan el mundo de la cultura, en la revista eMule

      Mathieu de Taillac, de la revista eMule, me pidió que le contestase unas preguntas acerca de cosas como el P2P, la mula, el canon digital, la SGAE, etc. El resultado se publica en este artículo, “Los blogueros imaginan el mundo de la cultura” (pdf), en el que se extractan algunas de las frases junto con declaraciones de Manuel M. Almeida, Manuel Bartual y David Bravo. Las respuestas completas, bajo estas líneas:

      P. Las asociaciones de internautas temen una ofensiva del Gobierno contra las redes de P2P en 2009 y 2010 (cuando España presida la UE). ¿Tú crees que es un miedo fundado?

      R. Absolutamente fundado. Las reuniones entre el ministerio, la SGAE y REDTEL son reales, tanto como la actitud de las partes implicadas. En realidad, todo responde a una defensa de intereses comerciales indefendibles pero que excede nuestras fronteras, se trata de una exigencia de los lobbies de la propiedad intelectual a nivel mundial, pero el gobierno español está perfectamente dispuesto a la obediencia, frente a la posibilidad de formar un frente común alineándose con posturas mucho más revisionistas de otros países. En este tema no se lucha contra un ministro de cultura, ese no es más que un peón insignificante sin ideas propias: se lucha contra una de las industrias más potentes del mundo, con capacidad para tomar decisiones sobre qué países son excluidos de acuerdos comerciales, entran o salen de la World Trade Organization… esto tiene mucho, muchísimo más fondo de lo que parece. La revisión de la propiedad intelectual es una de las asignaturas pendientes más importantes del nuevo milenio, el abuso de la propiedad intelectual en la era digital ha llevado a la prevalencia de unas estructuras que constriñen el verdadero desarrollo de la economía del futuro, algo que los lobbies de la propiedad intelectual están dispuestos a impedir a toda costa. Quien crea que esto no es más que una demanda frívola que se lleva a cabo para poder bajarnos música gratis se equivoca completamente, de parte a parte, no ha entendido nada.

      P. Qué tipo de medidas los usuarios podrían tomar para resistir a esta posible ofensiva? Las amenazas de darse de baja de su conexión de Internet son creíbles?

      R. Las amenazas de darse de baja son creíbles, porque no precisan que nadie se quede sin Internet. Lo que debería ocurrir es que ante el inminente anuncio, se provocasen varios miles de bajas de manera inmediata, perfectamente trazables, y que a partir de ahí, cada uno decidiese cuanto tiempo es capaz de estar sin Internet. Con que solicites la baja tu ADSL y les obligues a hacerte ofertas de permanencia, ya generas un gasto considerable a las operadoras, y si además fuerzas una mejor oferta, o el envío de un nuevo router, más aún. Tenemos mucha más fuerza de la que parece.

      P. Consideras que el modelo de negocio de las discográficas está agotado?

      R. La cadena de valor de una empresa discográfica tiene, de manera simplificada, cuatro etapas: la selección de talento, la producción, grabación y soporte, la distribución y el marketing y promoción. Ahora simplemente revísalas una por una, y piensa: la selección de talento no añade valor alguno porque solo lo tiene en una economía de la escasez, no en una de la abundancia. Los clientes prefieren ser ellos mismos quienes seleccionen lo que les gusta en función de su criterio o de la recomendación de otros, de sus amigos, de las redes sociales, de los filtros colaborativos, etc. La producción, grabación y soporte físico no tienen sentido ninguno, porque son actividades que se han abaratado muchísimo o han desaparecido: hoy se puede obtener una producción muy razonable por importes que están completamente fuera del alcance de la estructura de costes de una discográfica, y que es más que suficiente como para distribuir en MP3 de manera razonable. ¿La distribución? Se hace por la red. Y el marketing y promoción, lo puede hacer el mismo artista, se hace usando las redes sociales y el P2P, y el apolillado marketing de las discográficas con su sota, caballo y rey lo pueden hacer infinitamente mejor un montón de actores, entre otros las mismas agencias de publicidad. El resultado es que la discográfica, en su concepción actual, tiene una estructura de costes desproporcionada y no añade ningún valor: si no aprende a generarlo, deberá desaparecer.

      P. Qué modelos alternativos se podrían plantear? Una tarifa plana podría ser una buena solución? Por qué las discográficas y las productoras defiende un modelo de negocio que parece obsoleto?

      R. Es un modelo de negocio que durante muchos años ha sido redondo: en realidad, la propiedad intelectual basada en el número de copias vendidas es una anomalía histórica, que aunque pretenden que la veamos como algo natural y de toda la vida, tiene menos de doscientos años. En esos años, el lobby de la propiedad intelectual ha sabido crear su propio marco legislativo con el Convenio de Berna, y forzar a todo el mundo a cumplirlo, consiguiendo algo completamente alucinante: por un lado controlaban la oferta, pudiendo decidir qué artistas accedían a un contrato y cuáles no, por otro controlaban unos canales a los que imponían las condiciones y el precio, y por otro controlaban la demanda, pagando a las radios y televisiones para poner de moda lo que a ellos les interesaba. Es un negocio enorme, basado en la manipulación, el lobby político y el monopolio. ¿Cómo nos va a extrañar que defiendan algo así?

      La tarifa plana no es una solución, sino un posible acuerdo. En política no hay verdades, hay consensos, y en USA han llegado a la conclusión de que la tarifa plana podría ser un buen punto de consenso entre discográficas y usuarios. En realidad, supone que las discográficas podrían obtener un subsidio que les permitiría prolongar algo sus actividades, y que tal vez les permitiese reorganizarse y redefinirse, pero no es una solución justa desde un punto de vista estricto de mercado.

      P. Existe algún tipo de dialogo entre el Gobierno y los usuarios de P2P? Como se podría fomentar?

      R. Para llevar a cabo un diálogo razonable habría que invertir el papel del ministro de cultura: todos los ministros de cultura desde que se inició la revolución de Internet han sido decididos defensores de las discográficas y del lobby cultural, hasta el punto de haber sido “ministros de la SGAE”, sin pensamiento propio. Lo de los dos últimos, Carmen Calvo y Cesar Antonio Molina, ya es completamente alucinante, para tenerlos a ellos deberíamos en realidad nombrar ministro a Teddy Bautista porque la diferencia de actuación sería nula y al menos pagaríamos un sueldo inútil menos. ¿Qué ocurriría si tuviésemos un ministro revisionista, del lado de los usuarios, un ministro que eliminase el absurdo monopolio “ni-público-ni-privado-será-una-rosa-será-un clavel” de la SGAE, para desarrollar un verdadero ecosistema de gestión de derechos de autor en el que floreciesen gestores orientados a maximizar la difusión de artistas noveles, otros más especialistas en la gestión de artistas consagrados, otros para gente que se orienta a la actuación en directo, etc.? Por un lado, se defendería el criterio revisionista en los foros internacionales, algo donde sin duda encontraríamos el apoyo de otros países, y por otro, se generaría muchísimo más valor y más cultura. Pero para ver algo así, va a haber que hacer mucha fuerza, y por ahora muchos votantes creen que esto del P2P es una frivolidad y que no debe ser decisivo en el sentido del voto que se emite en unas elecciones. Y eso es un error.

      P. La “resistencia” a la política de la SGAE y el Ministerio de Cultura utiliza mucho internet y los blogs para expresarse. Tu también has adquirido cierta popularidad gracias a tu blog en el que -entre otras cosas- te comprometes con el acceso de los ciudadanos a la cultura y criticas las politicas anti P2P. Es internet el mejor foro para contrarrestar los argumentos anti P2P? Los blogs son una buena herramienta o habría que crear alguna plataforma mas colectiva?

      R. Los blogs, foros y herramientas online son buenas para promover la reflexión y la discusión, que es lo que intento día sí y día también a veces a riesgo de aburrir a mis lectores, pero es que hablamos de uno de los temas más importantes y candentes de la sociedad de la información. Pero estas herramientas fallan a la hora de llegar al gran público: nunca tuve tantas amenazas y tantas llamadas a mi empresa pidiendo que me echasen a la calle como cuando escribí columnas de prensa dedicadas a este tema. A la SGAE o al ministro (que son para el caso la misma cosa), les trae completamente sin cuidado lo que escribimos en nuestros blogs, solo le preocupan los grandes medios, lo que aparece en su radar. Para cambiar las cosas hay que significarse mucho más, la única vía válida es el activismo.

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