Conocí tr.im hace unos días a través de mi amigo Antonio Delgado, y la verdad es que el servicio me ha encantado. Hasta el momento, mi uso de acortadores de URLs había sido moderado: los utilizo para “empaquetar” referencias en los escasos 140 caracteres de las actualizaciones de Twitter y servicios similares, y soy perfectamente consciente de sus ventajas, pero también de sus inconvenientes, sobre todo el de suponer un punto único de posible fallo en la cadena de obtención de un recurso (como bien comentó en su momento Joshua Schachter). Había pasado por varias fases: la de usar únicamente TinyURL por su carácter pionero y por ser el que utilizaba Twitter de manera automática, la de pasarme a a Fon.gs por simpatía, y la de utilizar únicamente el acortador provisto por Ping.fm cuando empecé a utilizar su servicio de actualización simultanea de varias redes de microblogging.
Pero tr.im es diferente. Creado por los autores de ese buen cliente para manejo de mensajería social desde Mac llamado Nambu, tr.im es un servicio pensado con criterio, y que otorga infinitamente más control que el que tienes en los habituales. De entrada, hay que crearse una cuenta para usarlo, proceso que tarda escasos segundos. Pero a partir de ese momento, cada vez que entres en tr.im tendrás una visión completa de todas las URLs que has utilizado (útil para volver a alguna de ellas si no la recuerdas), con su fecha, su URL original, la posibilidad de eliminarla si quieres (no creo que sea muy recomendable en este mundo cada vez más habituado a los enlaces que no mueren nunca, pero ser, es posible) y, sobre todo, a sus estadísticas. Un fantástico módulo de estadísticas que permite en cada momento ver cuántas personas han seguido la URL que has enviado, con indicadores de procedencia, analíticas en función de plataforma, navegador, referencia de origen, línea temporal, user agents, localización geográfica… básicamente lo mismo que disfrutamos en los módulos de estadísticas de una página normal, pero aplicado a algo que, por el momento, desaparecía de nuestra vista una vez lo habíamos suministrado.
Dado que los acortadores de URL son algo que necesariamente acabas usando en uno u otro momento, si crees que vas a tener algún interés por tener un nivel de control sobre lo que envías, tr.im me ha parecido decididamente una opción interesante, y que va más allá del uso coyuntural: el que haya que autenticarse para utilizarlo y poder acceder a sus servicios adicionales seguramente sea susceptible de generar en sus usuarios un nivel de fidelidad mayor y un valor diferencial. La verdad, me ha gustado bastante.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
¿Cómo se puede hablar tanto sobre una cosa tan tonta? (pregunta retórica)
ResponderEliminarAy! y de que iban a hablar los tontos si no existieran estos tonterias?
ResponderEliminarAcortadores de URL's, Control de Volumen en el explarador, microblogging... todos ellos marcan un antes y un despues en la historia de la tecnologia.
Este es capaz de hacer el doctorado y presentar la tesis "Implicaciones sinérgicas de los acortadores de URL en aplicaciones cruzadas: interacción y propuesta"
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