31 agosto 2011

Authorship markup: estableciendo la autoría en la red (y apalancando estrategias en el buscador)

A principios del mes de junio, Google empezó a publicar una serie de entradas, vídeos y páginas explicando el uso de rel=”author”, un microformato conocido como authorship markup que permite establecer, mediante un mecanismo de ida y vuelta, la autoría de un artículo o página, conectando así de manera inequívoca a los autores con su contenido en la red. Dado que mis amigos de Blogestudio lo han incorporado ya a esta página, estuve documentando el tema un poco más, y me ha resultado un movimiento estratégico muy llamativo.

El microformato hace uso de estándares HTML5 y XFN y define la relación del autor de la página con el perfil en Google, cuyo indudable valor en la batalla por la gestión de la identidad en la web ya conocíamos desde su creación en diciembre de 2007. El vídeo de Othar Hansson y Matt Cutts lo explica claramente:

 

 

Un mecanismo de comprobación doble: por un lado se añade el atributo al enlace que aparece a Google+ en tu página, por el otro se enlaza en el perfil de Google con esa página, lo que valida la relación. A cambio, Google pone encima de la mesa los rich snippets como el que veis en la ilustración,

 

con la incorporación de la fotografía y nombre del autor tomadas de su perfil a los resultados de búsqueda (puedes ver cómo queda y comprobar si lo has hecho bien utilizando esta herramienta), y una más que posible influencia en el posicionamiento de la página, además de transmitir una sensación de confianza a los usuarios del buscador al vincular el contenido con la imagen de su autor.

El mecanismo está siendo incorporado ya por muchos grandes medios como C|Net,  Entertainment Weekly,  The New Yorker, The New York Times, o The Washington Post, además de por herramientas de Google como Blogger o YouTube, y por WordPress, que lo integró nada más ser anunciado considerándolo un avance hacia la semantización de la web.

¿Consecuencias? Por un lado, la popularización de un mecanismo semántico que dota de mayor inteligencia contextual a la web. Pero por otro, un interesantísimo apalancamiento en la potencia del principal producto de la compañía, el buscador, de cara a potenciar el valor de los Google Profiles y, por tanto, de la propuesta de valor de Google+ en su conjunto. La batalla por la gestión de la identidad en la red es crucial, ser “quien reparte los carnets de identidad” tiene un valor evidente, y vincular dicha identidad a un mecanismo que asegura beneficios tangibles en el motor de búsqueda es, sin duda, una estrategia difícil de contrarrestar, que pone a una herramienta como el perfil de Google en un punto central, vinculado además a la actividad del usuario en Google+. Mientras Facebook, otro importante actor en la gestión de la identidad, decidió restringir su colaboración con buscadores a Bing y excluir a otros, Google ha creado su propio sistema y lo ha hecho, lógicamente, compatible consigo mismo, además de basarlo íntegramente en formatos y estándares abiertos.

Con el movimiento, Google viene a decir que si eres creador de contenido y quieres que ese contenido que generas en la red se identifique visualmente contigo en el buscador más popular, tienes un procedimiento sencillo e inmediato, y que lo sencillo será por tanto, que gestiones tu identidad mediante su perfil. Básicamente, un apalancamiento de la popularidad de otros productos sobre la popularidad de aquel en el que tienes tu principal supremacía: el buscador. Una estrategia de libro.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

La conectividad alimenta la crisis, en Cinco Días

Gema Escribano, de Cinco Días, me llamó para hablar de cómo una mayor conectividad y atomización de los inversores llevaba a más inestabilidad y a mercados más volátiles, y hoy lo ha publicado bajo el título “La conectividad alimenta la crisis” (ver en pdf). Hablamos de herramientas en manos de los inversores, de descentralización progresiva de decisiones, y de movimientos intencionados para provocar movimientos en cotizaciones mediante spam, anuncios o filtraciones falsas, etc.

Un mercado con muchísimos más participantes operando de manera independiente e hiperconectados en tiempo prácticamente real con un número mucho mayor de fuentes de información de fiabilidad variada es, intrínsecamente, un mercado en el que hay que acostumbrarse a unas condiciones de más volatilidad e inestabilidad.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

30 agosto 2011

Aún no hemos visto nada?

In the first fifty years after Gutenberg, 20 million books were published – more, by some reckoning, than all the books copied by all the scribes of Europe during the millennium before. Still, for at least fifty years after the shift, there is no striking evidence of cultural change; one must wait a full century after Gutenberg before the outlines of new world pictures begin to emerge into view.  The changes brought on by the internet today already appear huge in the mirror, but we are still early in this revolution. We ain't seen nothin' yet.”

Adaptado de Public parts, Jeff Jarvis

 

En traducción libre,

“En los primeros cincuenta años después de Gutenberg se publicaron veinte millones de libros – más, según algunas cuentas, que todos los libros copiados por escribanos europeos durante el milenio anterior. Aún así, durante esos primeros cincuenta años después del cambio no hay pruebas evidentes de cambios culturales; hay que esperar un siglo después de Gutenberg antes de que las siluetas de las imágenes de un nuevo mundo empiecen a saltar a la vista. Los cambios provocados por internet hoy ya nos parecen enormes en el retrovisor, pero todavía estamos en una fase muy temprana de esta revolución. Aún no hemos visto nada.”

(Enlace a la entrada original - Licencia)

29 agosto 2011

Terminó el verano. ¿Ha cambiado algo?

Terminado prácticamente el largo y cálido verano español, ese conocido dicho de “España cierra en agosto”, es el momento de plantearnos una cosa: ¿ha cambiado algo?

El pasado 15 de mayo y en fechas sucesivas, una cantidad muy representativa de ciudadanos españoles salieron a la calle. Reclamaban cambios en un sistema fallido, en una democracia convertida en otra cosa, en otra cosa que no solo no les gustaba nada, sino que además, identificaban con una gran parte de los problemas que estaban sufriendo. Las sucesivas encuestas y estudios de opinión demostraron que detrás de los que salimos a la calle, había mucha más gente, los que nos manifestamos no éramos los únicos que pedíamos cambios: una amplia mayoría de la sociedad estaba de acuerdo en que era preciso cambiar las cosas.

¿Qué ha pasado desde entonces? Que vamos decididamente a peor. Sencillamente, estamos viendo el proceso mediante el cual el viejo sistema, la “política de toda la vida”, se defiende de los intentos de cambio. La ruptura de la política, cerrada a toda innovación o cambio en su sistema, con los deseos de los ciudadanos. Algo tan patético como políticos enrocándose para defenderse de los cambios que piden los que les votan.

Unas elecciones a la vista… ¿algún atisbo de interés por los cambios demandados? Como dice Eduard Punset, “no basta con cambiar de una política socialista a una conservadora (o viceversa) sino que hay que cambiar la forma de hacer política ampliando la participación directa de los ciudadanos”. ¿Pero vemos a alguno de los partidos mayoritarios promover algo relacionado con una ley electoral más justa y representativa? ¿Con la necesidad de mayor transparencia? ¿Alguna propuesta de sistemas para detectar, detener o castigar la corrupción? ¿Algún interés por promover una verdadera separación de poderes? ¿Por ofrecer mecanismos de control a los ciudadanos para la exigencia de responsabilidad política? ¿ALGO?

Al revés. Lo que estamos viendo es precisamente lo contrario. La ley electoral, en función de su última modificación, empeora la situación, favorece a las formaciones establecidas y al bipartidismo, y dificulta la presentación de nuevas alternativas, imponiendo requisitos que, de facto, consagran la partitocracia. Un final de legislatura vergonzoso y en modo “sálvese quien pueda” pretende llevarse por delante, en función de difusas amenazas no especificadas, cuestiones tan importantes como el que una reforma de la Constitución se haga sin referendum ni intervención de los ciudadanos, precisamente cuando muchos ciudadanos querrían cuestionar los cambios que se pretende introducir o muy posiblemente pensar en introducir otros. En paralelo, se incrementa la precariedad autorizando cuestiones como el encadenamiento ad aeternum de contratos temporales y la prolongación del contrato de formación hasta los treinta años. Y como broche final, el reglamento de la ley Sinde, que todo indica que pretende aprobarse también como envenenado “regalo de fin de legislatura”.

El descontento, la indignación, siguen ahí. Es de lo poco que, entre desalojos, protestas y porrazos, ni siquiera cerró en agosto. Pero los políticos siguen pretendiendo mirar hacia otro lado. Error del sistema. Seguimos igual. O peor. "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí".

(Enlace a la entrada original - Licencia)

28 agosto 2011

Las incógnitas del modo incógnito

Un artículo en 20 Minutos sobre el modo incógnito de los navegadores, “Cómo iniciar la navegación privada y no dejar rastros en el ordenador“, me lleva a este artículo de Antonio Delgado en Consumer publicado el pasado julio y que me había perdido, “Usar los navegadores de forma privada“, en el que se dan buenas y necesarias explicaciones acerca de una opción que ya está presente en las versiones recientes de todos los navegadores, pero que tiende a generar cierta confusión en el usuario medio.

Aunque pueda resultar bastante obvio para muchos de los lectores habituales de esta página, no esta de más comentarlo… la confusión suele establecerse en torno al ámbito de ese supuesto incógnito: el modo incógnito no se refiere a los datos que revelamos más allá de nuestro ordenador, no impide que proporcionemos a los sitios datos como nuestra dirección IP, localización geográfica, idioma del navegador, páginas consultadas en el sitio, sistema operativo, resolución, etc., sino que afecta a los procesos que tienen lugar dentro del ordenador, es decir, a cuestiones como el historial, las cookies, las contraseñas, etc. Es “un incógnito para dentro, no para fuera”. Su popularización, vinculada a la idea del llamado “porn mode”, lo deja bastante claro: no se trata de que el sitio porno no sepa que estoy entrando, sino de que a otros usuarios del ordenador no les aparezca en el historial o les aparezca un “Welcome back, Mr. Martínez” cuando entran en el sitio como si fuera un portero indiscreto de un lugar de alterne.

Esto convierte al modo incógnito en la opción ideal para ser utilizada en un ordenador que no sea nuestro: bien porque estemos utilizándolo en una sala de ordenadores en modo compartido, o porque utilicemos momentáneamente una máquina de un amigo: en este caso, a la precaución de evitar dejar datos sobre nuestra conexión o uso se añade una cortesía elemental: la de evitar cerrar las sesiones de nuestro amigo en servicios que utilicemos ambos. Pero poco más. Y desde luego, lo que no hace es convertirnos en agentes secretos… :-)

(Enlace a la entrada original - Licencia)

27 agosto 2011

La generalización del uso de redes sociales

Un nuevo informe de Pew Internet nos revela claramente la evidente tendencia a la generalización en el uso de las redes sociales: un 65% de los adultos norteamericanos las utiliza, con un crecimiento sostenido en su popularidad constante desde el año 2005.

¿Cómo deben plantearse las empresas un escenario en el que las redes sociales se convierten en un medio generalista, de uso consolidado, cuyos demográficos cubren de manera creciente todos los segmentos, y en los que nuestras acciones comerciales pueden plantearse de manera bidireccional y enormemente selectiva? En España, Facebook tiene catorce millones y medio de usuarios habituales, repartidos igualitariamente entre hombres y mujeres, y con predominio de la franja de edad entre catorce y cuarenta y cuatro.

Las redes sociales son, tras los motores de búsqueda, la principal fuente de tráfico hacia cada vez más páginas web: si no estás viendo ese dato en tus estadísticas, es que hay algo que no estás haciendo bien en tu estrategia. Páginas web que, necesariamente, tienen que ir incorporando esa dimensión social en su planteamiento. Y no, no es solo Facebook: una red como Twitter, que muchas empresas ninguneaban, demuestra tras el cambio en su manejo de los dominios, que puede tener un valor espectacular como generador de tráfico. O una Google+ que, terminando el parón vacacional, aún no ha desvelado cuál será su planteamiento para sus business profiles… cada vez más, el valor de una empresa se refleja en sus relaciones y en los datos que es capaz de extraer de las mismas.

El problema de algunas empresas con respecto a las redes sociales es que siguen tratándolas erróneamente como una irregularidad, como algo de minorías, restringido a público joven, como un fenómeno que puede pasar de moda o desaparecer mañana. De ahí que no se planteen seriamente un cambio en sus estrategias de comunicación o de marketing más allá de hacer un par de pruebas o de poder decir eso de “estamos en las redes sociales”, pero sin ninguna importancia más allá de lo meramente testimonial, de la anécdota. Pues bien, la anécdota hace ya mucho tiempo que no lo es. Ya no se trata de salir en los medios con una acción muy original o muy divertida, sino de mantener una estrategia coherente, de adaptar la compañía. Una estadística como la de Pew debería abrir los ojos a mucha gente. Nuevos tiempos, nuevos soportes para la comunicación, y necesariamente, nuevos estilos comunicativos.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

26 agosto 2011

Entendiendo el sacrosanto algoritmo

Pocas empresas han hecho tanto por la difusión de la palabra “algoritmo” como Google. Sin embargo, cuando hace una semana un estudio etnográfico de la Illinois University reveló que los tan afamados “nativos digitales” eran muy malos a la hora de utilizar y sacar partido a los buscadores en la red, no me supuso ninguna sorpresa. Llevo muchos años dando clase a distintos niveles de directivos que van desde postgraduados hasta personas con experiencia directiva muy significativa, y me sigue llamando mucho la atención el profundísimo desconocimiento que existe acerca del funcionamiento de algo tan relevante hoy en día como un buscador. Comentarios superficiales suelen unirse a mitos de diversos tipos y a desinformaciones variadas procedentes de diversas fuentes (medios de comunicación, charlas de bar, supuestos SEOs que ofrecen “fórmulas magistrales”, etc.) o falsas atribuciones con motivación más o menos histórica, en un cóctel de lo menos recomendable para quien intenta entender las reglas de un entorno que ya dista mucho de ser nuevo. Puedo dar fe de que el nivel de confusión y malas interpretaciones en este sentido es, a todos los niveles, elevadísimo.

A día de hoy, un buen posicionamiento en buscadores puede ser absolutamente fundamental para una compañía. En algunas industrias, puede significar el ser o no ser. Y sin embargo, no nos paramos a pensar qué es lo que realmente hace un buscador, cómo construye su base de datos ni cómo ordena los resultados de cada una de las consultas que los usuarios le plantean. Generalmente, empiezo una de mis sesiones intentando provocar el razonamiento de cómo puede desarrollarse de manera lógica una tarea así, para posteriormente centrarme en Google y tratar de señalar qué es lo que Larry y Sergey plantearon de manera diferente, de cuál fue esa supuesta “revelación” que les animó a plantar su respectivos doctorados para dedicarse a fundar la compañía: un algoritmo social (basado en las actuaciones de terceros que, al vincular desde sus páginas, determinaban una métrica, el PageRank, que era la base de la ordenación por relevancia) que alejaba el control de las manos de los responsables de las páginas. Un capítulo entero de mi libro está destinado a intentar transmitir el origen y el significado de este tipo de cuestiones, además de plantear temas de ámbito algo más estratégicos acerca de la evolución de Google como compañía.

Google publica hoy un vídeo, Another look under the hood of search en el que comenta cómo funciona el proceso por el cual modifican el algoritmo de búsqueda, un proceso que se desarrolla de manera contínua y que da lugar a más de quinientos cambios al año.

 

 

Una evolución constante que sigue manteniendo – y potenciando – los aspectos sociales (que la relevancia de una página esté fundamentalmente determinada por la reacción y valoración del entorno externo ante la misma), y que debe balancear un cierto nivel de transparencia con la posibilidad de que una visibilidad excesiva facilite excesivamente su manipulación. Los grandes cambios anunciados en el algoritmo, como Panda (sobre el que escribiré en los próximos días en cuanto termine de recopilar información de terceros, porque considero la mía no suficientemente relevante) o los anuncios de cambios planteados ocasionalmente por Matt Cutts, son solo una parte de la realidad de un proceso que evoluciona y busca constantemente la mejora continua.

Un algoritmo que, a día de hoy, es la norma fundamental que cualquier directivo o empresa tiene que entender para plantear su papel en la llamada “economía de la atención”, y cuya comprensión, sin embargo, está notablemente por debajo de lo que cabría esperar para una tecnología con más de once años de antigüedad, ya no entre el llamado “gran público”, sino entre los directivos de empresas que supuestamente desarrollan su actividad en el entorno que este algoritmo, en gran medida, determina.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

Hablando sobre la dimisión de Steve Jobs, en Público

Patricia Fernández de Lis, de Público, me llamó para hablar de la dimisión de Steve Jobs como CEO de Apple, y hoy publica su artículo titulado “El corazón de la manzana dice adiós“, en el me cita junto con opiniones de Jaime García Cantero.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

25 agosto 2011

Una filosofía empresarial

Steve Jobs dimite como CEO de Apple. Todo un símbolo de gestión empresarial.

 

We’re gambling on our vision, and we would rather do that than make ‘me too’ products. Let some other companies do that. For us, it’s always the next dream.”

 

24 de enero de 1984

 

 

(Enlace a la entrada original - Licencia)

24 agosto 2011

Copyright? ¿a beneficio de quién?

 

Un muy buen vídeo de C.G.P. Grey sobre el concepto de copyright: su origen, su evolución, sus sucesivas extensiones temporales y los beneficios que ofrece… ¿a quiénes? Una visión clara de hasta qué punto el copyright ha dejado de ser un fórmula para proteger o incentivar al autor, y ha pasado a ser una manera de conceder privilegios y prebendas a una serie de multimillonarios intereses corporativos.

Gracias, Yoriento :-)

(Enlace a la entrada original - Licencia)

Foursquare vs. Facebook Places: el desenlace de un caso interesante

Hemos hablado en varias ocasiones de la competencia entre Foursquare y Facebook Places, un caso que he utilizado también mucho para su discusión en clase: primero comentamos el lanzamiento de Facebook Places en agosto de 2010 y sus posibles implicaciones, y después hicimos seguimiento de la competencia entre ambas aplicaciones tanto en octubre de 2010 como en junio de 2011.

Ahora, Facebook nos proporciona la última entrega al respecto con el replanteamiento completo de Facebook Places, en lo que supone un abandono de la competencia directa contra una Foursquare cada vez más fuerte (valoración de seiscientos millones de dólares tras una nueva ronda de inversiónapertura de oficinas en San Francisco y extensión de la filosofía a eventos) y una idea más amplia de la localización, expresada en este vídeo:

Un planteamiento que huye claramente de la batalla por los checkins y ofrece una idea más inclusiva, menos competitiva, más centrada en la filosofía habitual de Facebook de hacer fácil que los usuarios compartan cosas. Tras un año, Facebook elimina de facto Facebook Places y lo sustituye por un “geolocaliza todo lo que haces”, eso sí, con opciones de privacidad reformuladas para ofrecer más control al usuario de una manera más sencilla. La posibilidad de ofertas puntuales para quienes hacen checkin en un sitio se mantiene para aquellas empresas que lo quieran utilizar, pero con un énfasis mucho más reducido.

El análisis de la competencia entre Foursquare y Facebook Places nos deja un caso sin duda muy interesante, más teniendo en cuenta que los desenlaces en un entorno tan dinámico como la red social rara vez son definitivos. El caso no deja de ser alentador para emprendedores: tu proyecto puede funcionar incluso cuando viene un gigante e incorpora una funcionalidad muy parecida a la tuya. Y en el caso de Facebook, una demostración clara de algo que ya la caracteriza: la capacidad de aprender del feedback recibido de los usuarios – no solo de los suyos, sino también de los de otros servicios ajenos – y la cintura para reformular sus servicios según detecta indicios de que debe hacerlo, en el mismo sentido en que ayer precisamente lanzó una actualización de sus políticas de privacidad para hacerlas más sencillas y directas, en lo que aparenta ser una reacción a la llegada de Google+.

El desenlace resulta sumamente interesante: a pesar de ser “atacada” por un gigante que irrumpe en su área de actividad con un planteamiento de servicio muy similar y un logotipo que era ni más ni menos que un cuatro dentro de un cuadrado, la startup consigue mantener su empuje apoyándose en unos usuarios fieles y una evolución coherente. Facebook tenía muchos elementos para poder ganar esta batalla: cientos de millones de usuarios a los que ofrecer el servicio, y oficinas en todo el mundo para negociar con posibles socios (en España logró implicar directamente desde el lanzamiento a empresas de la talla de El Corte Inglés, BBVA, Sol Meliá o el FC Barcelona), frente a una Foursquare pequeña, con escasos recursos y que tenía que gestionar todas sus relaciones con empresas a través de la web o en sus entonces únicas oficinas en Nueva York. Sin embargo, la intuición de los fundadores fue correcta: Facebook Places se quedó como un servicio “aburrido” en el que muy pocos usuarios hacían algún checkin ocasional para probarlo o para acceder a alguna oferta si estaba fuertemente publicitada, mientras los usuarios de Foursquare seguían haciendo checkins como posesos cada vez que daban dos pasos. Entre los ingredientes, un planteamiento de juego social que, si bien puede llegar a cansar, mantiene el interés bastante bien, y una filosofía abierta de integración con plataformas como Twitter o la misma Facebook (que sin embargo, ha terminado siendo bastante criticada).

La batalla de la geolocalización aún no ha terminado, pero ahora tiene menos de “guerra” como tal: la geolocalización, como cabía esperar, va pasando a ser un componente natural integrado en todas las aplicaciones. Para un buen caso, un desenlace interesante.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

23 agosto 2011

Sobre la dificultad

A un hombre de pocas luces se le pueden explicar las cosas más complejas si aún no tiene una idea preconcebida sobre ellas; sin embargo, es imposible explicar a un hombre inteligente las cosas más sencillas si éste está convencido de que conoce a la perfección aquello que le están intentando transmitir.”

León Tolstói, 1894

 

(visto originalmente en Boing Boing, cita localizada mediante Wikiquote, y traducción tomada de Google Books). Creo que voy a empezar a utilizarlo al principio de todos mis cursos. Y a comentarlo en algunas de mis entradas…

(Enlace a la entrada original - Licencia)

HP y el liderazgo triste

HP es una compañía histórica en el mundo de la tecnología, y ha sido líder absoluto del mercado de ordenadores personales desde el 2006, año en el que superó a una Dell sacudida por una importante crisis de reputación. Anteriormente, el mercado de los PCs había estado liderado por Compaq entre 1996 y 2000 y por Dell entre 2001 y 2006, con la excepción del año 2002 en el que HP unió a sus cifras las de Compaq tras su adquisición en septiembre de 2001.

La salida de IBM del mercado en el año 2004 resultó ser un aviso más que interesante: el gigante azul consideraba la fabricación de ordenadores personales un negocio poco atractivo, de márgenes sumamente bajos a no ser que te llames Apple, y en el que se competía casi exclusivamente en costes. Ahora, es la propia HP, la empresa líder, la que se gastó veinticinco mil millones de dólares en la adquisición de Compaq, la que anuncia su salida de ese mismo mercado, ante el regocijo de Michael Dell en su cuenta de Twitter.

En realidad, las decisiones de HP resultan lógica viendo la evolución del tema: Mark Hurd compra Palm en abril del año pasado anunciando ambiciosos planes, tres meses después dimite por escándalos financiero-sexuales, y dos meses después la empresa nombre CEO y Presidente a Léo Apotheker, anteriormente CEO de SAP, compañía en la que había estado desde nada menos que 1988. ¿Que se esperaba de un nombramiento como el de Apotheker? ¿Qué estás diciendo cuando traes a una persona de la industria del software y la consultoría para supuestamente arreglar los problemas de uno de los mayores fabricantes de hardware del mundo? ¿Entiende Apotheker el negocio del hardware, o aporta su experiencia algo interesante para la gestión de la misma? ¿Qué pasa cuando esta persona se encuentra con una adquisición reciente, pero que no fue hecha por él, sino por su predecesor caído en desgracia?

Lo que estamos viendo en HP, durante años una empresa con una cultura propia enormemente marcada – recuerdo hasta qué punto me impresionó la charla en ese sentido de Juan Soto el año en que hice mi MBA – es un cambio tan brusco, tan precipitado y tan directamente fruto de la llegada de un directivo externo, que resulta muy difícil saber a qué puerto va a llevar a la compañía. De entrada, lograr una buena venta para la división de PCs parece tarea harto compleja, como lo es poner en valor un WebOS que la compañía ya intentó infructuosamente licenciar. Y si encontrar comprador parece complicado, las perspectivas de un spin-off de la división de PCs lo parecen incluso más, lo que pone a la empresa en la situación que comenta Michael Dell respondiendo a una HP que dice estar 100% comprometida con su división de PCs: que HP afirma estar “100% comprometida” con una división que sabemos que va a cambiar de manos, a no se sabe qué propietario, con una estrategia desconocida y en un plazo de tiempo que se ignora. ¿Brindis? ¿Oportunidades? ¿Futuro? ¿Champagne? Si tan bien van las cosas, es como mínimo chocante que la empresa anuncie que quiere salir de ahí.

Durante los últimos años, HP ha sido una compañía de producto en su práctica totalidad. Hay partes de la compañía que no lo son, pero el protagonismo es brutal para quienes venden máquinas de todo tipo, desde supercomputadores a PCs, desde impresoras a su tinta. En el ADN de la compañía está vender productos. En la página ahora mismo, dos tercios del espacio se dedican a impresoras y portátiles, y el título es “Laptop computers, desktops, printers, servers and more”. Transformar eso en una compañía de servicios y consultoría que hoy aparece casi únicamente en la palabra “more” no es imposible, pero decididamente, no va a ser una tarea sencilla. La adquisición de Autonomy no parece mal comienzo, pero el ámbito de la misma parece relativamente estrecho y muy separado de la actividad actual. Más parecido a lo que hace una compañía como SAP. Vista a día de hoy, la experiencia de IBM en esa tesitura puede seguramente calificarse de muy buena, pero ni HP es IBM, ni la coyuntura es decididamente la misma.

Era post-PC, dicen. De ser líder de una industria, a querer salir de ella y meterse en una reorganización que apunta ser sumamente compleja, con dimensiones históricas – y seguramente, también en muchos casos, histéricas. Léo Apotheker pretende pasar a la historia como uno de esos directivos que cambian compañías de arriba a abajo, caiga quien caiga, sin medias tintas. Veremos cómo le va.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

22 agosto 2011

Estrategias de código abierto

Algunos comentarios a mi reciente entrada titulada “Futuro abierto” y algunas notas sobre el último LinuxCon me permiten recuperar una entrada del año 2009, “Entendiendo la gestión de tecnología en la era open source“, en la que hablaba sobre la manera de gestionar la tecnología en las empresas en el escenario actual.

No, open source no significa necesariamente “liberarlo todo y liberarlo ya”, como algunos de manera completamente simplista pretenden entender. El sectarismo y las visiones cuasi-religiosas del tema ayudan muy poco en un tema en el que las cosas distan mucho de ser blancas o negras. El término open source describe un conjunto de prácticas en producción y desarrollo de herramientas de software que promueven el acceso al código fuente del producto final, lo que puede incluir – y de hecho incluye, en la inmensa mayoría de las compañías – una amplísima gama de grises. No siempre se libera todo, ni de manera inmediata, ni de la misma manera.

Lo importante del tema, como comentaba en mi entrada en el año 2009, es entender cómo encaja la tradicional filosofía de la visión de la empresa basada en recursos (Resource-based view of the firm) que se estudia en todas las escuelas de negocio, interpretada como “proteger celosamente las fuentes específicas de ventajas competitivas”, en un entorno como el actual, en el que se ha demostrado de manera fehaciente, como afirma Allison Randal (Technical Architect de Ubuntu), que “el software libre es un modelo fundamentalmente superior para el desarrollo de software“.

La interpretación literal de la Resource-based view of the firm tiende hacia una gestión tecnológica basada en el secretismo, en la ocultación al exterior de todo aquello que pueda ser considerado una ventaja competitiva. Esa mala interpretación de la teoría ha dado lugar a varias generaciones de directivos obsesionados con la seguridad, con el espionaje industrial, con el “me copian”. Como comentaba en aquella entrada de hace unos años, “ven una empresa como un sitio en el que debe reinar el más absoluto secreto, y suelen caer en el estereotipo de mirar a las comunidades de desarrollo de código abierto como a una especie de hippies comunistas que responden a esquemas diferentes a los suyos y de los que bajo ningún concepto se puede uno fiar”.

En sentido contrario, los estereotipos también pueden actúan. Algunos desarrolladores de software libre ven a las empresas como una panda de aprovechados que utilizan partes de su código o usan a las comunidades como soporte, pero que no devuelven nada a esas comunidades que dieron origen y carta de naturaleza a los productos que utilizan. Y en ambos casos, por supuesto, hay de todo: hay ingenuos, aprovechados, sinvergüenzas, listos e inteligentes. Hay balances positivos, negativos y neutros. Y en eso, precisamente, está el significado de la palabra “estrategia”.

Una de las cosas que pretendía demostrar en el penúltimo párrafo de mi reciente entrada era que, a día de hoy, resultaba muy difícil buscar el nombre de una empresa importante en el mundo de la tecnología junto con las palabras “open source” y no encontrar ninguna página propia al respecto. Lo que demuestra eso, ni más ni menos, es la necesidad para todas las empresas de una estrategia de código abierto, de una serie de directrices que permitan gestionar y entender cual va a ser su manera de actuar en el escenario tecnológico actual. A día de hoy, las empresas utilizan tecnología. Algunas la crean, otras la adquieren, otras la obtienen de diferentes fuentes y la adaptan en mayor o menor grado… y en ese sentido, hay que dejar de hacer las cosas en función de modas, disponibilidades puntuales u oportunidades, y empezar a hacerlas estratégicamente. Casos como el de IBM, que tras centrarse e los servicios logra obtener un rendimiento enormemente superior a su investigación y desarrollo gracias a una cuidada estrategia de los recursos que destina a código abierto, son sumamente interesantes. Apple, nos pongamos como nos pongamos, es un caso similar: no abre todo su código, pero sí utiliza y devuelve una parte muy sustancial, mientras que otras partes de sus productos (notablemente, las partes relacionadas con el interfaz de usuario) permanecen como software estrictamente propietario. Google hace lo mismo, y como ellos, muchos otros. Cada día más, una parte sustancial de la ventaja competitiva que una empresa es capaz de obtener de la tecnologia depende de cómo funciona su estrategia de código abierto.

¿Cómo encaja esto en la visión de la empresa basada en recursos? Simplemente, entendiendo esa característica como un recurso más. Para una empresa, la capacidad de liberar su software y que este obtenga el adecuado nivel de atención en lugar de caer en el más absoluto escepticismo y olvido, puede resultar un recurso fundamental. En SourceForge, el mayor repositorio del mundo de proyectos de código abierto, hay más de trescientos mil proyectos, pero muy pocos mantienen una actividad realmente significativa. Es decir, muy pocos obtienen de la comunidad lo que seguramente pretendían obtener cuando los subieron allí. Liberar código es una tarea sumamente ardua: para nada es simplemente “publicar un documento”, sino que exige una supervisión de calidad, de documentación y de trabajo extra para que ese código pueda ser de hecho utilizado o mejorado por la comunidad que no todas las compañías están en disposición de llevar a cabo.

Entender cómo funcionan las comunidades de desarrollo, mantener una posición y una buena percepción en las mismas, escoger en qué proyectos o con qué recursos colaborar en ellas, saber qué se puede esperar o valorar qué comunidades son más activas que otras y cómo afecta eso, por ejemplo, a la elección de herramientas de desarrollo o a la contratación de personal… temas que, en muchos casos, escapan hoy en dia a la comprensión del responsable de tecnología tradicional en una cantidad significativa de compañías. Como dice Mårten Mickos, durante muchos años CEO de MySQL, “toda compañía con una estrategia de tecnología necesita una estrategia de código abierto”. La supremacía de la filosofía del código abierto como metodología de desarrollo, a día de hoy, es ya perfectamente evidente. Ahora, para muchos, falta integrarla como una parte de la estrategia empresarial: aquellos que van más avanzados en su comprensión están siendo capaces de obtener interesantes ventajas competitivas. Y en las escuelas de negocio, por supuesto, ya intentamos que este tipo de temáticas sean una parte significativa del temario que los directivos deben llevarse bien aprendido cuando salen de las aulas.

Una vez más: el futuro es abierto.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

21 agosto 2011

En El País, hablando de pluralidad informativa

Carmen Mañana, de El País, me entrevistó con una tesis que me pareció muy interesante: hasta qué punto los sistemas de selección de información de la red – filtros colaborativos, algoritmos de relevancia, sistemas de suscripción, etc. – provocan una focalización, un sometimiento a una “dieta informativa” que reduce las opciones de pluralidad. Se publica hoy en el Ciberpaís bajo el título “La Red le adoctrina con su propio credo, si usted se deja

Mi opinión es que ocurre exactamente lo mismo que fuera de la red: una persona que decide informarse únicamente a través de medios con una línea editorial determinada deja de ver determinadas interpretaciones que no están de acuerdo con su visión, lo que provoca una auto-selección que le permite sentirse reforzado en su opinión. En ese sentido, la red, a pesar de proporcionar acceso sencillo – a un clic de distancia – a una cantidad mucho mayor de información, permite también que seleccionemos esa información para recibir únicamente aquella que realmente queremos recibir, la que coincide con nuestra visión. Nuestra opinión, vista a través de los timelines y de los blogs de aquellos que piensan como nosotros, puede reforzarse, hacernos sentir parte de una identidad o doctrina colectiva, que rechaza visiones discordantes.

Herramientas como los comentarios en blogs y redes sociales, o Twitter mediante sistemas como el retweet, pueden permitir – no siempre – que accedamos a información que en cierto sentido puede “saltarse” nuestra selección de filtros (los que provienen del hecho de estar suscrito a unas páginas determinadas o seguir a unas personas específicas), pero exactamente igual que como ocurre fuera de la red, es preciso “buscar” conscientemente la diversidad para ver la totalidad del prisma, y no únicamente lo que se dice en “la cámara de los espejos”.

Como siempre, la “bondad” o “maldad” de las herramientas depende de cómo las utilicemos…

(Enlace a la entrada original - Licencia)

20 agosto 2011

Futuro abierto

 

… ¿y todavía te planteas hacia dónde va el futuro de la tecnología?

El futuro es ABIERTO.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

19 agosto 2011

Patentes de software: los problemas de un sistema roto

Fantástico artículo de Katherine Noyes en PCWorld, It’s clear why software patents need to disappear, sobre los problemas de las patentes de software y la importantísima tasa que están imponiendo en el futuro de la innovación tecnológica.

El tema de las patentes de software tiene una larguísima historia, y sus problemáticas actuales en los Estados Unidos desde el punto de vista europeo deja un cierto sabor de boca a “ya os lo dijimos en su momento”. Consorcios y lobbies de multinacionales intentaron por todos los medios posibles introducir las patentes de software en la legislación europea utilizando los métodos más turbios, aquello era como la hidra de muchas cabezas que no moría nunca.

Pero finalmente, el desarrollo de las patentes de software han llevado a los Estados Unidos a crear un entorno en el que todo son problemas: patentes enormemente amplias que imponen una fortísima tasa a todo aquel que pretende innovar, compañías pequeñas incapaces de desarrollarse en un sistema de complejidad y manejo imposible en el que necesitas pagar a bufetes de abogados y poner encima de la mesa importantes sumas para adquirir licencias, juicios sin sentido porque alguien patentó cuestiones que jamás deberían haber sido patentadas, guerras y adquisiciones millonarias para hacerse con carteras de patentes, y clientes que pagamos el precio en forma de tecnologías incompletas o más caras por culpa de un sistema absurdo.

La guerra de las patentes en Android es un ejemplo claro del tema: un sistema en el que, a partir de su éxito en el mercado, se van apuntando sanguijuelas de todo tipo intentando dificultar su desarrollo o imponer tasas a los fabricantes, que en último término acaban trasladándose al cliente final. La historia de un completo sinsentido.

Solo queda cambiar drásticamente el sistema, un sistema que teóricamente servía para incentivar al innovador, y que se ha convertido precisamente en todo lo contrario. Un artículo que expone claramente en siete puntos los problemas de las patentes de software, y una señal clara de por dónde no debe ir nunca el camino de la innovación. Muy recomendable lectura.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

18 agosto 2011

Linux, veinte años después


Veinte años no serán nada según dice el tango, pero para Linux han sido extremadamente fructíferos. Una infografía creada por la Linux Fundation permite visualizar claramente el desarrollo de Linux en sus veinte años de historia, para deleite de los escépticos y cortos de miras que se regodeaban diciendo aquello de “bah, nosecuantos años y solo está en un porcentaje minúsculo de ordenadores…”

 

 

Resulta prácticamente imposible calcular la cantidad de dispositivos de todo tipo que funcionan gracias a versiones del kernel de Linux que Linus Torvalds escribió en 1991. El desarrollo de Linux ha venido acompañado, como muchos comentamos hace ya mucho tiempo, de un cambio de actitud progresivo de toda la industria, incluida la inicialmente hostil Microsoft. A continuación, la felicitación enviada por la compañía a la Linux Foundation:

 

 

Pero el más impresionante triunfo de Linux, en mi opinión, no proviene de su crecimiento en líneas de código o en patentes, o de su popularidad en servidores, en supercomputadores o en sistemas de todo tipo. El punto donde más claramente puede verse la dimensión de Linux y donde más implicaciones tiene de cara al futuro es en el desarrollo de Android.

Basado en una versión modificada del kernel de Linux, Android es hoy el sistema operativo para smartphones más popular en el mundo, y sin duda, el dotado de más potencial. Cuando hablamos de smartphones, estamos en realidad hablando de una tecnología que está en sus inicios. Millones de usuarios en el mundo utilizan todavía teléfonos móviles básicos, sin funciones computacionales avanzadas ni conectividad funcional: incluso si perteneces a los privilegiados demográficos de los lectores habituales de esta página, lo normal es que tus padres no tengan un smartphone – los míos no lo tienen. En los próximos pocos años veremos como miles de millones de personas se incorporan a la categoría, convirtiendo a la internet móvil en un desarrollo más dinámico y significativo que todo lo que hemos conocido en la historia de la red hasta el momento. En Kenia, un país donde un 40% de la población vive con menos de dos dólares al día, un dispositivo Android de Huawei de ochenta dólares, el IDEOS, se está vendiendo como auténtico pan caliente, una noticia que sin duda debes leer si quieres entender y prepararte para el contexto del mundo que viene.

Eso, o como dicen en la tele, “todo eso y mucho más”, es Linux. En veinte años. Y si todo va razonablemente bien, todavía tendré la suerte de ver los veinte siguientes…

(Enlace a la entrada original - Licencia)

17 agosto 2011

La operación Google-Motorola y sus efectos colaterales: Google TV

Cuando comenzó a hablarse de Google TV, a mucha gente le pareció una buena idea. Recuerdo utilizar en clase el vídeo de presentación y ver como mis alumnos entendían el concepto rápidamente y les resultaba atractivo, para inmediatamente plantearse su problema fundamental: el dilema del go-to-market.

 

 

Y efectivamente, el go-to-market se convirtió en un problema: en la industria de la televisión en los Estados Unidos, las compañías proporcionan el set-top box a sus clientes de manera gratuita o por una cantidad pequeña que se cobra mensualmente con el recibo, lo que disminuye el incentivo para el cliente final de adquirir un set-top box. Y en todo el mundo existen sistemas parecidos, que además se combinan con una enorme variabilidad, en un escenario de notable complejidad competitiva. Desde mayo de 2010, poco hemos oído acerca de Google TV que no fueran problemas: mala acogida del mercado a pesar de los drásticos recortes de precio, denuncias a la FCC,  pérdidas millonarias en los socios que lanzaron productos asociados a la iniciativa… a pesar de lo indudablemente revolucionario de la idea, Google TV empezaba a verse ya prácticamente clasificado dentro de la amplia categoría de fracasos de la compañía.

De repente, Google adquiere Motorola Mobility, que agrupa todos los productos de consumo de la compañía (mientras Motorola Solutions, independizada el pasado enero, posee todos los productos dirigidos a mercados corporativos. Y por tanto, con Motorola viene no solo un fabricante de terminales y una amplia cartera de patentes para ayudar en la guerra de la telefonía móvil, sino también uno de los principales fabricantes de set-top boxes, DVRs, cable-modems y otras piezas de hardware utilizadas por las compañías de televisión. Una empresa que posee, además, patentes en el área de DVR y buenas relaciones tanto con las compañías de televisión como con las operadoras.

Podríamos incluso llegar a un escenario en el que fuesen estas compañías las que pasasen a ofrecer un set-top box con funcionalidad de Google TV, o a integrarla en los existentes: la idea de una television en la que se combinen todos nuestros canales de contenido, desde la web hasta YouTube o la televisión convencional, y con posibilidad de búsqueda y almacenamiento parecen acercarse de nuevo, en una jugada que los observadores de los fenómenos de convergencia de dispositivos y contenidos tendrán que analizar con mucho detenimiento. Tras la operación, Google parece la compañía mejor posicionada para lograrlo.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

16 agosto 2011

Sobre libertad y seguridad

Aquellos que sacrifican libertad por seguridad no merecen tener ninguna de las dos.”

Benjamin Franklin

 

La frase de Benjamin Franklin es para mí la mejor manera de expresar la peligrosísima deriva liberticida que está surgiendo en el Reino Unido a cuenta de las revueltas de hace una semana: el más claro intento del poder político de secuestrar la libertad de expresión y comunicación de los ciudadanos, amparándose en la necesidad de proteger una seguridad que en absoluto aparece amenazada por el medio de comunicación, sino que es consecuencia de una mala gestión política sostenida durante años.

A medida que en democracias occidentales supuestamente consolidadas como Noruega y el Reino Unido se reclaman medidas como la suspensión de los servicios de la red o la monitorización activa y preventiva de los ciudadanos, los estados autoritarios que llevan años desarrollando esas mismas medidas se frotan las manos. El espectáculo de ver al gobierno chino elogiando la dialéctica de David Cameron en el Reino Unido es sencillamente patético: Países como China o Irán, cuya censura y control de la ciudadanía han sido criticadas en Occidente durante décadas, convertidas de repente en modelo de conducta.

El contrasentido es obvio: no se arremete contra las redes sociales por su capacidad de generar alarma, porque dicha capacidad es muy superior todavía en los medios de comunicación tradicionales. Lo que se hace es intentar controlar la inherente bidireccionalidad de unos medios que los políticos temen, poniendo como excusa la inseguridad. Se pretende plantear un falso dilema, vender las redes sociales como algo cuya interrupción no supone una ruptura de derechos fundamentales, porque son utilizadas por muchos para funciones de comunicación no esencial: “no se va a caer el mundo porque no podáis twittear o poder subir fotos al Facebook, pero puede servir para detener un grave disturbio”. Mentira. La interrupción de una forma de comunicación utilizada por los ciudadanos es un atentado a la libertad de expresión de estos, es censura, y no puede ser planteada por el Estado en ningún caso – o en caso de ser estrictamente necesario, bajo muy estrictos controles.

En un estado democrático, la tecnología debe servir para que los ciudadanos controlen a los poderes públicos, no al revés. La idea de una policía monitorizando preventivamente las redes sociales para interrumpir cualquier posible conato de rebeldía resulta completamente orwelliana, repugnante e inaceptable, por muchos problemas de seguridad que se pretendan impedir. Ese fin no puede ser utilizado para justificar esos medios. Aparte, por supuesto, de las evidentes posibilidades de falsos positivos y daños colaterales: un país plagado de cámaras de vigilancia en el que no puedes utilizar Facebook para planear una batalla de pistolas de agua sin que la policía caiga sobre ti es, sencillamente, una democracia enferma.

Al final, lo que estamos viendo un uso torticero de las revueltas de la semana pasada por parte de los poderes públicos británicos para justificar un mayor nivel de control sobre la ciudadanía. Como bien dijo Julian Assange, los participantes en las revueltas británicas estaban en realidad, sin saberlo, haciendo un favor al Gran Hermano. Decididamente, las cosas no deben ser así. Los ciudadanos británicos no deben permitir eso. El uso de la violencia debe ser categóricamente rechazado, pero su prevención no puede venir a expensas del derecho fundamental de los ciudadanos a la comunicación.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

Hablando sobre redes sociales en Xornal.com

Pilar Caride, de Xornal.com, me llamó hace una semana para hablar sobre redes sociales, su evolución, su valoración y sus posibilidades, y hoy lo ha publicado bajo el título “Enrique Dans: ‘Google Plus es un serio competidor para Facebook’

(Enlace a la entrada original - Licencia)

Cameo en Mundo Hacker

Me pidieron un pequeño cameo para el segundo episodio de MundoHackerTV, emitido esta semana y que ya está disponible en la web. Empieza en el minuto 10. Estuvo divertido :-)

Gracias, Yago Jesús!

(Enlace a la entrada original - Licencia)

15 agosto 2011

Google compra Motorola

Con una entrada en su blog oficial escrita por Larry Page, Google anuncia la adquisición de una de las empresas tecnológicas norteamericanas míticas, Motorola, por doce mil quinientos millones de dólares, un premium del 63% sobre el valor de las acciones de Motorola el pasado viernes.

Una adquisición de verdadero impacto, que supone una fortísima toma de posiciones de Google de cara a un sombrío escenario de guerra de patentes sobre el que se había pronunciado también recientemente de manera oficial. Para Google, esta compra plantea un problema de agencia con respecto al resto de fabricantes de dispositivos que han optado por Android, una preocupación que deja ver de manera clara en el anuncio de adquisición, en el que se compromete a gestionar Motorola como una empresa independiente que licenciará Android como todas las demás, y que Android seguirá siendo una tecnología completamente abierta y de uso gratuito para los demás fabricantes.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

Los disturbios de Londres, una semana después: lecturas interesantes

Resulta interesante ver cómo ha bastado una semana tras los disturbios de Londres para que las interpretaciones simplistas hayan quedado apartadas en beneficio de razonamientos más serios y justificados, de una búsqueda de motivaciones sociológicas con mucha más enjundia intelectual que aquel simple “son una panda de delincuentes” que algunos pretendían dar como explicación rápida.

En una semana, buscar conexiones entre las revueltas de Londres y movimientos como los indignados en España, la primavera árabe, el verano israelí o la Plaza Syntagma griega, misteriosamente, ya no resulta tan absurdo ni tan terrible, y es algo que defienden desde Thomas Friedman en el New York Times hasta Umair Haque en Harvard Business Review, pasando por muchos otros.

Considero que es un tema que se debe tratar con cierta amplitud. Vamos con algunas lecturas recomendables que he ido encontrando, en algunos casos acompañadas de citas que pueden servir para contextualizar y entender el fenómeno con una perspectiva más enriquecedora:

  • Ya la semana pasada señalaba este artículo de Nina Power en The Guardian, “There is a context to London’s riots that can’t be ignored”, en el que se relacionaba el estallido de la violencia con los recortes, las medidas de austeridad y el uso de la policía para reprimir las revueltas estudiantiles.

Those condemning the events of the past couple of nights in north London and elsewhere would do well to take a step back and consider the bigger picture: a country in which the richest 10% are now 100 times better off than the poorest, where consumerism predicated on personal debt has been pushed for years as the solution to a faltering economy, and where, according to the OECD, social mobility is worse than any other developed country.”

…líderes comunitarios y los propios manifestantes dicen que la violencia es una expresión de la frustración que sienten los habitantes pobres de un país que figura entre los más desiguales en el mundo desarrollado. ”Elevaron las cuotas (de la universidad), recortaron las asignaciones (infantiles). Todo el mundo usó la violencia como una oportunidad para protestar”

  • Explicaciones que apuntan a la llamada riot psychology, a las que contribuye la pérdida de la referencia que suponía la policía como forma legítima de uso de la violencia por parte del estado en una democracia, como se apunta en este artículo de Mind Hacks,

… the fact that thousands of young people across the country don't have faith in police is a much deeper social problem that can't be solved through street tactics

  • También en El País, el reportaje “Una semana de furia” apunta a algo que también comentamos hace una semana: que quedarse con explicaciones simplistas es negarse a buscar una solución real:

Es obvio que algunos tenían como único objetivo utilizar los disturbios para delinquir. Pero no todos. Castigar a cada uno de ellos como si fueran jóvenes desencantados que se han echado a la calle por razones criminales, significa no comprender y desfigurar los disturbios (…) El Gobierno tiene que entender que si utiliza el crimen como explicación, no va a comprender el comportamiento que representaban los disturbios. Que si etiquetan a los participantes como criminales, no va a comprender el fenómeno.”

  • La búsqueda de la correlación entre recortes presupuestarios y el estallido de conflictos sociales es recurrente, y se cita abundantemente un paper de Jacopo Ponticelli y Hans-Joachim Voth que aporta una perspectiva histórica sobre el tema, titulado “Austerity and anarchy: budget cuts and social unrest in Europe, 1919-2009“.
  • Una explicación, la de la correlación con la crisis y su gestión vía recortes, en la que nos encontramos con el dato en el que me apoyaba para hablar (que nunca “amenazar”, como si de alguna manera estuviese yo en situación de hacerlo… menuda estupidez!) de la posible llegada de fenómenos de violencia a nuestro país. Y es que en ese sentido, como deja claro The Economist, tenemos un problema: somos “los líderes absolutos” en la creación de lo que se ha dado en llamar “la generación perdida“.
  • Una entrevista en la BBC con Darcus Howe, intelectual y escritor británico de origen caribeño, en su momento vinculé a un tweet de John Perry Barlow, pero encontré este buen artículo de Alt1040 titulado “Darcus Howe, la insurrección de las masas y el vídeo que jamás volverá a emitir la BBC“,

La tragedia que se está gestando llevaba tiempo en el aire, una tragedia en la que nuestros líderes políticos no han escuchado lo que tenían que decir los jóvenes. Los políticos no tienen ni idea, la policía no tiene ni idea del nivel de frustración y descontento entre los jóvenes en Inglaterra. Lo que está ocurriendo yo no lo llamo disturbios, lo llamo la insurrección de las masas del pueblo. Esto está sucediendo en Siria, está sucediendo en Clapham, está sucediendo en Liverpool, está pasando en Puerto España, Trinidad… es la naturaleza del momento histórico.”

  • El ya citado artículo de Thomas Friedman, “A theory of everything (sort of)” en The New York Times, en el que extraer citas es complejo porque se merecería entrecomillarlo entero (definitivamente recomendable su lectura atenta), pero vamos con un par de ellas:

LONDON burns. The Arab Spring triggers popular rebellions against autocrats across the Arab world. The Israeli Summer brings 250,000 Israelis into the streets, protesting the lack of affordable housing and the way their country is now dominated by an oligopoly of crony capitalists. From Athens to Barcelona, European town squares are being taken over by young people railing against unemployment and the injustice of yawning income gaps, while the angry Tea Party emerges from nowhere and sets American politics on its head.”

This globalization/I.T. revolution is also "super-empowering" individuals, enabling them to challenge hierarchies and traditional authority figures — from business to science to government.

  • Y terminando con el fenomenal artículo de Umair Haque en Harvard Business Review, The Great Splintering, que vuelve a incidir en la búsqueda de una conexión entre los diferentes movimientos en distintas partes del mundo,

But the superstorm’s a global one, not just a cloudburst over Camden Lock. From Tahrir Square to Syntagma Square to Puerta del Sol Square, social upheaval’s spreading — sometimes in droplets, sometimes in floods, sometimes placidly, sometimes…not so placidly. Each example is very different from the others. Yet, the underlying ruptures might be said to be similar: What happens when a nation willfully ignores perhaps the most fundamental lesson of economics, and hopes rent-seeking will equal real prosperity? This does. What happens when a nation either loses, or prevents, a stabilizing middle class? This does. What happens when a government — any government — gets so out of touch with the governed? This does.

Definitivamente, esto no es algo que permita explicaciones simplistas o maximalistas sin correr el riesgo de hacer el ridículo. Matar al mensajero, como absurdamente pretende David Cameron amenazando con cerrar o vigilar las redes sociales, no va a arreglar la cuestión. Estamos ante el cambio más fuerte y de más entidad que hemos vivido en muchas generaciones, un cambio posibilitado por un desarrollo tecnológico. Si lo quieres ver, bien. Si no… da exactamente lo mismo. Va a ocurrir igual lo entiendas o no lo entiendas, contigo o sin ti.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

14 agosto 2011

Y ahora, Israel

Israel, otro país que desarrolla su movimiento de protesta social, con importantes similitudes con el caso español en métodos y peticiones: coordinación vía redes sociales, tiendas de campaña en la calle, y actitudes completamente pacíficas.

El llamado Movimiento j14 cumple hoy cuatro semanas de movilizaciones a nivel nacional por el precio de la vivienda y de los suministros básicos, por la justicia social y la gestión de una crisis cuyo peso está siendo soportado por la clase media. Cuatro semanas sin disturbios, sin problemas de seguridad, sin amenazas de corte de servicios de comunicaciones o redes sociales, y con una total unión de los muy diversos colectivos representativos de la sociedad israelí: judíos y árabes, sefardíes y askenazíes, en torno a un lema, “el pueblo exige justicia social”. Lo más “grave” hasta el momento han sido algunas escasas detenciones por protagonizar cortes de tráfico, cuyos protagonistas fueron puestos en libertad sin cargos el mismo día. El movimiento cuenta con el apoyo de figuras públicamente conocidas como músicos o periodistas, ha congregado varios cientos de miles de personas en todo el país en algunos de sus actos, y es tema de conversación constante en la vida cotidiana y en los medios de comunicación.

A diferencia de España, en Israel hay prácticamente pleno empleo: las protestas se refieren fundamentalmente a la incapacidad de los sueldos de la clase media para hacer frente a los costes de alimentación, vivienda, sanidad, educación y otros gastos familiares básicos. El movimiento se inició con protestas por el precio de los alimentos, pero escaló rápidamente cuando empezaron a aparecer las primeras tiendas de campaña en protesta por el elevado coste de los alquileres y las viviendas, y evolucionó hacia una petición de justicia social, de cambios en el sistema coordinada a través de páginas y eventos en Facebook. Twitter es una de las mejores maneras de seguir el movimiento, mediante el hashtag #j14, que mantiene una elevada actividad.Tras cuatro semanas de protestas y concentraciones, el movimiento no parece mostrar síntomas de fatiga, y la policía mantiene una actitud modélica que trata de evitar enfrentamientos, ante una actitud completamente pacífica de los manifestantes.

Si quieres seguir pensando que el 15m en España es cosa de “unos cuantos perroflautas”, como algunos medios y algunos análisis superficiales pretenden, tú mismo. Muchos no son capaces de ver la magnitud de un cambio ni cuando lo tienen encima, o prefieren darse a sí mismos explicaciones que les permitan mantener una falsa sensación de seguridad anclada en aquello que conocen. Pero esto es un movimiento cada vez más global, con múltiples características comunes y una metodología similar. Es un movimiento de catarsis social: ni más ni menos que el reflejo de la primavera árabe, trasladado a países con democracias maduras y asentadas. Lo que pasa cuando la tecnología permite interconectar de verdad a una parte muy significativa de la sociedad civil. Algo que vamos a tener que analizar durante mucho tiempo – y sin duda, más adelante en los libros de Historia.

(Enlace a la entrada original - Licencia)