30 marzo 2011

Amazon abre la nube

En su momento, el lanzamiento de Amazon Web Services hizo que, lentamente, muchas empresas fuesen animándose a hacer pruebas con el servicio: un sistema destinado a ofrecer unas bajas barreras de entrada tanto en lo tecnológico como en lo económico determinó que muchos responsables de tecnología empezasen prácticamente jugando. Después, llevándose aplicaciones y servicios completos, y en la mayoría de los casos, siguiendo una dinámica de uso ascendente, a pesar de que la política de escaso margen del sistema determine unas políticas de soporte verdaderamente raquíticas. El servicio se lanzó en julio de 2002, seguramente en un momento en que la idea y filosofía del cloud computing distaba aún mucho de estar asentada en la cabeza de los profesionales de la tecnología y mucho más del management, pero en septiembre de 2009 ya mostraba unos datos de uso y crecimiento dignos de mención.  En la práctica, Amazon Web Services se ha convertido en un servicio evangelizador, capaz de hacer que muchas empresas se lo planteen como una alternativa más que razonable: puede hacer bajar tus costes, puede ofrecerte flexibilidad, puede hacer disminuir tu nivel de stress, o en algunos afortunados casos todas esas cosas a la vez, pero es sin duda un servicio notablemente exitoso.

Con la misma filosofía, Amazon lanza ahora su oferta para el mercado de usuario final, en un momento de mucha más preparación mental para el tema y en un mercado habitualmente caracterizado por dinámicas de crecimiento mucho más virales. Lo hace además con dos servicios: por un lado, almacenamiento, por otro, música. Ambos son fáciles de entender, y con un potencial enorme: el servicio de almacenamiento es el llamado Amazon Cloud Drive, y ofrece cinco gigas gratuitos para que guardes lo que buenamente quieras, con una tabla de precios tan fácil de entender como “un dólar por giga y año” a partir de ahí. Un seguro de vida para cualquiera que quiera tener esos archivos importantes en un sitio a prueba de bomba (mucho más seguro que tu ordenador personal o incluso que tu servidor corporativo) al que poder acceder desde cualquier máquina, en cualquier momento. Sin duda, este servicio va a hacer que muchos usuarios se replanteen su dinámica de uso: tener las fotos de la familia, los archivos importantes o tantas otras cosas en el disco duro de un ordenador que se puede estropear mañana, al que le puede caer una taza de café encima o que te pueden robar en cualquier momento dándote un tirón por la calle es una forma de esperar a tener un problema: la pregunta no es cuál, sino cuándo.

El otro servicio, Amazon Cloud Player, está destinado a ejercer de elemento de atracción: compra o sube tu música – cualquier música, Amazon no te va a preguntar sobre su procedencia, sino solo por su formato y porque esté libre de DRM – y descárgala o reprodúcela desde donde quieras, en cualquier momento, desde una gama amplia de dispositivos. Por el momento, la tienda para adquirir MP3 está accesible solo si eres un cliente norteamericano (o tienes un proxy :-) pero el modelo de uso parece claro y simple, suficiente para atraer a un interesante número de clientes, y con el mismo esquema de precios que el Cloud Drive: cinco gigas gratuitos, un dólar por giga y año a partir de ahí (en intervalos predeterminados de 20, 50, 100, 200, 500, 1000). Sin licencias engorrosas ni preguntas de ningún tipo: tu música, para tu uso personal.

Esta propuesta de Amazon puede suponer la definitiva popularización del concepto nube de cara a un usuario final que, en muchos casos, ya lo utilizaba para una amplia variedad de servicios, pero que posiblemente no se lo había planteado como tal. Y de la popularización a nivel de usuario surgen esquemas de uso que en muchos casos se extienden a la empresa, sobre todo en determinados segmentos como las PYMES, que aún se plantean ese tipo de preguntas básicas como “¿es seguro esto?” o “No están más seguros mis datos en el ordenador de mi empresa?” cuya respuesta ya llevamos años diciendo que, aunque aparentemente contraintuitiva para quien está acostumbrado a pensar en términos de seguridad física y no virtual, es sencillamente NO.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

29 marzo 2011

En clase con Gabriel Aldamiz-echevarría

Dentro del curso “Managing the tech startup” que estoy impartiendo en el International MBA de IE Business School estuvimos ayer con Gabriel Aldamiz-echevarría, emprendedor que ha pasado sucesivamente por la experiencia de crear y poner en marcha Saktec Robotics, Strands, y actualmente Chicisimo.

Lo que le pedí a Gabi fue que además de hablarnos lógicamente del proceso de creación y del estado actual de su último proyecto, nos hablase de la función de comunicación en las startups: periodista de formación y con amplia experiencia en este tema, ha conseguido en sus empresas un envidiable nivel de visibilidad en medios de todo tipo: Chicisimo, empresa española creada con su mujer, María Arenaza, ha recibido atención de medios como Wall Street Journal, TechCrunch, Vogue, The Next Web, KillerStartups y muchos otros.

Además de contarnos el nacimiento de la idea a partir de la experiencia de María con comunidades de usuarias que compartían sus looks usando diversas herramientas, pudimos ver comparables dentro de ese ámbito que dejan clara la condición de tendencia del compartir aspectos de la vida de los usuarios en la red: sitios como GoTryItOn, ShopStyle o Svpply. Además, detalló el proceso que llevó desde la idea a su primera conceptualización (pocas semanas, aspecto muy poco amigable) y a su expresión actual, así como el papel crucial de la comunidad en su desarrollo. Después, pasamos a la parte de PR, e intentamos ver el proceso que lleva a una aparición en un gran medio: la importancia de las relaciones, de entender a la persona que está al otro lado, de saber sus intereses y qué temas le pueden llamar la atención, o de interpretar cada momento como parte de una relación a largo plazo con un observador importante en tu área de actividad, no como un one-shot sin más. Una función sin duda importante, que redunda en visibilidad, popularidad y crecimiento.

Una sesión sin duda muy aprovechada. Como siempre, puedes ver las entradas en los blogs de los asistentes al curso en esta página de Reader, y los tweets publicados revisando el hashtag #IETECHSTARTUP. Mañana miércoles a las 13:30 estaremos con Jesús Encinar (Idealista, 11870, TopRural, Rentalia, Rockola.fm, AsesorSeguros) hablando, entre otros temas, de procesos de internacionalización.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

26 marzo 2011

?Todo va a cambiar?, hoy con Cinco Días en Cataluña, Andalucía, Galicia y Baleares

Si estás en Andalucía, Baleares, Cataluña o Galicia, hoy puedes conseguir mi libro, “Todo va a cambiar”, en edición de tapa blanda con el diario Cinco Días por un precio de cuatro euros, dentro de la colección "Los mejores libros del management 2.0". Como curiosidad, esta edición lleva una errata en la página en la que refleja el copyright, en la que erróneamente se le atribuyó el mismo tipo de licencia que el resto de la colección en lugar de la licencia Creative Commons que realmente lleva. Si quieres leer reseñas sobre el libro, tengo todas las que voy encontrando agrupadas en esta entrada.

En el resto de las zonas, el libro fue repartido el pasado 29 de enero. Si alguien quiso conseguirlo en el quiosco el pasado día 29 de enero y no pudo, o se queda sin él hoy 26 de marzo, me dicen en Cinco Días que puede solicitarlo en el teléfono 902 99 65 05.

En breve, alguna novedad más :-)

(Enlace a la entrada original - Licencia)

25 marzo 2011

En clase con Iñaki Arrola

Tercera sesión con invitado en mi curso electivo “Managing the tech startup”; esta vez con Iñaki Arrola, el emprendedor que está tras iniciativas como Autodescuento.com o Coches.com.

Una clase en principio dedicada a hablar del proceso de análisis de la idea, la industria y la competencia, en la que Iñaki fue dando detalles de la toma de decisiones y los factores que tuvo en cuenta a la hora de poner en marcha sus empresas o de hacerse con el dominio coches.com, y en la que acabó tocando muchos factores del ámbito personal, de la vida del emprendedor, de los compromisos que debe tomar, de la importancia de la familia como soporte de la actividad, y de cómo él cree que un emprendedor no tiene por qué arruinar su vida personal o renunciar a la vida familiar. Esa parte no estaba prevista, pero ante la abierta actitud de Iñaki y las reacciones de interés de los alumnos, decidí ser algo menos “prusiano” que en otras ocasiones en mi moderación :-) No obstante, hubo ocasiones para hablar de muchos otros temas relacionados con el mercado: la verdadera importancia del nombre de dominio, del SEO, de la relación con un líder que cuando se anuncia en las marquesinas del autobús hace subir tus visitas…

Una sesión en la que predominó el componente personal, humano e intimista frente al análisis estricto, pero que funcionó francamente bien encuadrada en un curso como éste. Como siempre, puedes ver los comentarios hecho por los alumnos en Twitter durante la sesión en el hashtag #IETECHSTARTUP, y poner comentarios si quieres en los resúmenes e impresiones de la charla de Iñaki en sus blogs personales, recogidos en esta página de agregación de Reader, algunos de lectura francamente recomendable.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

?Detrás de todo ejecutivo hay un gran profesor?, en Expansión

Mi más sincero agradecimiento a la institución en la que trabajo desde hace ya nada menos que veinte años, IE Business School, por destacarme en este artículo de Expansión, “Detrás de todo ejecutivo hay un gran profesor“, como uno de sus referentes en docencia. En una casa como el IE hay profesores muchísimo mejores que yo, y no lo digo por falsa modestia ni nada por el estilo, sino por la constatación de hechos evidentes que veo todos los días cuando entro o salgo de cada sesión de clase o cuando hablo con mis alumnos. Pero en cualquier caso, agradezco muchísimo tanto el cumplido y la mención en el artículo, como la frase destacada en el mismo (solo cuatro palabras, pero cargadas de sentido :-)

(Enlace a la entrada original - Licencia)

La tecnología y lo cotidiano, en Expansión

Mi columna de Expansión de esta semana se titula “La tecnología y lo cotidiano“, y está dedicada a esas tecnologías que afectan a actividades que mucha gente realiza cotidianamente, como salir a correr. La centré en ese tema, las aplicaciones de monitorización de actividades deportivas, por una simple cuestión de espacio. Hablo de aplicaciones como RunKeeper, Runtastic, Endomondo y otras que llevo probando desde que a primeros de año me dio por salir a correr. No pretendo hacer una comparativa de aplicaciones (el espacio que tengo en Expansión no da para ello) sino más bien analizar el  componente que aportan de control, retroalimentación y motivación a quien las utiliza. Pensé que era un tema que aportaba poca novedad para el blog – son aplicaciones ampliamente conocidas desde hace tiempo y ya en una fase de cierta madurez para el público medio de esta página – pero que tal vez podría ser interesante para el lector medio de una publicación como Expansión.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

24 marzo 2011

El libro electrónico y la experiencia de usuario

Ayer me enfrenté a la tarea de adquirir un libro electrónico. Palabra que no lo hice con mala intención, ni por probar ningún tipo de tesis: fue una aproximación completamente sincera destinada a obtener un libro determinado, en castellano, cuya referencia encontré en Planetadelibros.com buscando en Google.

Obviamente, Planetadelibros.com no hace mal el trabajo de SEO: el libro aparecía en en las primeras posiciones de los resultados naturales al buscar por su título. El proceso de compra me llevó a Casadellibro.com, que algo de experiencia tendrán en esto. Ningún problema a la hora de seleccionar la versión electrónica, a la hora de pagar… todo bien, hasta el momento de intentar obtener el producto. La página me ofrece lo que parecía un vínculo de descarga. Al hacer clic en él, se descarga un archivo de 4 KB de extensión .acsm que mi máquina no reconoce. Un archivo que no me dice nada, que no me permite llegar al libro, que me deja en un punto muerto. Tras múltiples intentos de hacer funcionar aquello, constaté que tras el proceso, tenía el escritorio lleno de copias de un archivo absurdo, ellos tenían mi dinero, y yo no tenía mi libro. Lo dejé por imposible, y tras descartar por pura pereza la posibilidad de acercarme con mi coche hasta Gran Vía y hacer un alunizaje en la Casa del Libro, me fui a dormir.

Tras preguntar convenientemente al día siguiente, pasado ya el interés de “quiero el libro ya” y con un evidente mosqueo, resulta que es que en algún recóndito lugar de la pagina, en una FAQ, explica que antes de la descarga es preciso instalar un software, Adobe Digital Editions, para poder gestionar el DRM del libro. Que además, si después quiero leer el libro en según qué lectores, podré hacerlo o no, y eso añadirá otro nivel de complejidad. Me cuentan que en efecto, un gran número de usuarios se encuentra con que una vez adquirido y descargado el vínculo, no pueden acceder al contenido del libro, con la consiguiente frustración. Y que esto del DRM no es una imposición del editor, sino de los agentes o – me dicen – de los propios autores. Genial jugada, oiga.

Comprar y leer un libro electrónico en España es como si entrases en una librería, y para darte el libro te dijesen que tienes que vendarte los ojos y saltar a la pata coja mientras das vueltas sobre ti mismo, dejando claro que si en algún momento te mareas y te caes, te quedas sin dinero y sin libro. Si alguien se pregunta la razón por la que los libros electrónicos no se popularizan más en España, es evidente que es por eso. Para comprarlos hay que ser ingeniero aeroespacial. Un proceso poco amigable, poco intuitivo, plagado de problemas y arbitrariedades… demasiados actores e intereses en conflicto redundan en una experiencia de usuario miserable. Como bien decía no hace mucho Trikar, uno de los comentaristas habituales de esta página, “es tan complicado como colarte en el Pentagono“. Se trata, simplemente, de lo que los angloparlantes llaman un “disqualifyer”: en estas condiciones, un porcentaje apreciable de usuarios optarán por no hacer su compra, una compra en la que, no lo olvidemos, el proceso de decisión ya estaba realizado y con resultado positivo. ¿Renunciarán por ello al libro? Seguramente no: intentarán encontrarlo a través de otros canales.

Un requisito, el DRM, convierte el proceso de compra en una penosa experiencia para el usuario, castiga a quien desea gastar su dinero en nuestra tienda, y lo echa de ella, enviándolo a buscarse la vida en otras opciones. Ya, ya lo sé: no es tan complejo, solo es la primera vez, no es para tanto, es solo un programita… lo que quieras. Es una mala experiencia y le ocurre a un porcentaje muy significativo de usuarios. En los Estados Unidos, los libros electrónicos ya gozan de una popularidad muy elevada: me da a mí que seguramente estén haciendo o al menos explicando las cosas de otra manera.

¿De verdad hay un interés en vender libros electrónicos, o solo lo hay por perseguir obsesiva y enfermizamente a los usuarios? Porque si se pretende vender algo, este no es el camino. Y si lo que se pretende es perseguir, te va a comprar ya te diré yo quién. Decir en público que lo que quieres es que se persiga a los que se supone pretendes que sean tus clientes es la estrategia más absurda, más estúpida que he visto jamás. Con tu actitud y tu DRM te lo comas.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

22 marzo 2011

En clase con Jorge Mata

Ayer lunes 21, en el electivo “Managing the tech startup”, estuvimos con Jorge Mata, seguramente uno de los empresarios tecnológicos españoles que más fondos ha conseguido levantar para proyectos dentro y fuera de nuestro pais. Fuerte contraste con la sesión anterior con Julio Alonso: de un proyecto financiado en todo momento con fondos autogenerados, a una persona que ha financiado todos los suyos con inversores de muchos perfiles y de varios países.

Jorge compartió con los alumnos muchas de sus ideas acerca de la manera de enfrentar la financiación de proyectos: cómo exponer una propuesta de valor clara a los accionistas, y cómo diseñar un proyecto escalable, dado que la escalabilidad es uno de los criterios principales que un inversor tendrá en cuenta a la hora de tomar la decisión de poner dinero en un proyecto.

Equipos de gestión preparados, dedicados y comprometidos – nada de compaginar el emprendimiento con otro trabajo – y estrategia de sostenibilidad ante los accionistas, como si realmente les fuésemos a pedir dinero más veces – como de hecho ha sido en varias ocasiones su caso – y quisiéramos ganarnos una buena reputación. Ser muy serios en el reporting, entender sus intereses, y respetar el trato con ellos de manera casi religiosa. Resultó muy interesante ver el contraste entre la mentalidad de los alumnos, muchos de ellos involucrados ya en lo que será su primer proyecto como emprendedores y con dimensiones en muchos casos relativamente reducidas, con la escala que planteaba Jorge para sus proyectos, que solía situarse en escenarios a partir de varios millones de euros.

Una sesión sumamente práctica, con muchísimas claves y consejos sobre la forma de buscar financiación y enfocar las rondas de inversión, y con un aporte de experiencia interesantísimo. Mucha más información, como siempre, en los tweets de los alumnos durante la sesión (hashtag #IETECHSTARTUP, día 21 de marzo), y resúmenes de la charla en sus blogs.

Próxima sesión, este miércoles 23, con Iñaki Arrola, de Coches.com, de nuevo una empresa desarrollada mediante fondos autogenerados y sin deuda, hablando del análisis y valoración del entorno competitivo.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

21 marzo 2011

Mi Twitter y yo, columna en Público

Miguel Ángel Criado me pidió una pequeña columna para Público al hilo del quinto cumpleaños de Twitter, y me dijo que quería algo con un tono más personal de lo que habitualmente escribo, algo en lo que se dejase ver claramente mi relación con la herramienta, el tipo de uso que le daba o cómo había evolucionado en el mismo. El resultado es “Mi Twitter y yo“, una columna en la que comento el cambio en la forma de entender Twitter a lo largo de este tiempo.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

19 marzo 2011

Abierto o cerrado: el dilema de los medios

El New York Times cambia su política de suscripciones, y pasa del sistema de registro gratuito que venía utilizando desde hace muchos años a otro que permite la lectura de veinte artículos al mes, a partir de los cuales exige la suscripción, de entre $15 y $35 en función del dispositivo utilizado. Además, permite la lectura totalmente libre a los suscriptores de la versión papel del periódico o del International Herald Tribune, a cualquiera que acceda desde sus aplicaciones en smartphones o tablets, y a quienes lo hagan desde buscadores y medios sociales como blogs, Facebook, Twitter, etc., en algunos casos con un límite determinado. Por último, tanto la portada del periódico como la portada de cada sección seguirán siendo de acceso libre.

El esquema utilizado revela claramente las duras tensiones existentes entre los modelos de apertura y cierre para periódicos en la red. El modelo es sencillamente ridículo: si eres suscriptor de la versión papel, si entras desde algunos dispositivos, si lees solo las portadas, si te portas bien o si te has cepillado los dientes, te dejamos entrar. Si no, copia el titular de la noticia que quieres leer, pégalo en tu buscador favorito, y podrás entrar igual. Realmente, si alguien llega a pagar por un esquema así es porque simplemente le sobra el dinero, porque el proceso alternativo no llega siquiera a poder calificarse como de incómodo. Por otro lado, la idea de tratar peor al consumidor mejor o más frecuente que al lector ocasional resulta, como mínimo, una extraña política.

Mantener una edición abierta implica vivir de la publicidad, de una publicidad que los medios online, en la mayoría de los casos, no saben hacer bien. Que venden mal, con escasos márgenes, con poca atención, con fuerzas de ventas que siguen haciendo énfasis en el papel, con falta de respeto a los usuarios mediante formatos intrusivos, y sin alcanzar la rentabilidad que mantenían históricamente. Cerrar su edición y prohibir el acceso implica dejar de indexar en los buscadores y renunciar tanto a una importante porción del tráfico, como a la consideración de ser relevante – lo que no está en los buscadores, no existe. Y ofrecer a los usuarios una experiencia de lectura de prensa que no pueden compartir, reenviar, vincular, comentar, etc. más que con un selecto y cerrado club de privilegiados, como pretende El Mundo con su Orbyt, resulta sencillamente poco atractivo (únicamente veintisiete mil suscriptores en un año, a pesar de un intensísimo lanzamiento y actividad promocional) salvo para el segmento de lectores más tradicionales, menos bidireccionales y con menos actividad en redes sociales: decididamente, un solapamiento poco adecuado. Publicar en El Mundo supone recibir comentarios, enlaces, feedback,  atención. Hacerlo en Orbyt supone el páramo sombrío.

Que la rentabilidad obtenida por las suscripciones en un medio cerrado llegue a compensar la pérdida de exposición del contenido a una base mayoritaria de lectores es algo sumamente difícil, de ahí que los medios opten o bien por cierres parciales hasta el límite del absurdo (como en el caso del NYT) o por ediciones paralelas a modo de club privado a modo de “experimento con gaseosa” con repercusión escasa (El Mundo). El cierre total pocas veces lo es, ni en el caso del histórico Wall Street Journal (para el que vale desde hace años el mismo truco de copiar el titular y pegar en el buscador de turno para poder acceder a la noticia completa).

La lectura de noticias es una actividad intrínsecamente social. El lector quiere comentar, enlazar, votar, reenviar, referenciar, twittear, etc., y hacerlo solo con los pocos que son suscriptores como él no tiene ningún sentido. Y sorprende la vocación por las cuotas de suscripción cuando la publicidad ha sido duramente maltratada, malvendida, rebajada hasta el absurdo y utilizada para maltratar al lector con formatos infumables. Es posible que los medios de información general (seguir llamando “periódico” a algo que es necesariamente continuo y sin periodicidad es un absurdo) puedan cobrar, pero deberán poner en la balanza servicios de valor añadido que vayan mucho más allá del simple acceso. Porque sin el acceso, sin la atención mayoritaria, no son nadie. O eres club privado, o eres medio masivo e influyente. Las dos cosas suponen un compromiso seguramente imposible.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

18 marzo 2011

Twitter, ¿el pajarito asesino?

La generalización del uso de Twitter parece estar revelándose como una auténtica amenaza para el consumo de otros canales y medios. Un artículo de TechCrunch, Not even Kevin Rose really uses Digg anymore, abunda en el fuerte declive del uso del filtro social norteamericano, modelo en su momento de páginas como Menéame, y lo relaciona con los patrones de uso de su fundador, Kevin Rose, que en los últimos tiempos parece haber abandonado prácticamente su actividad en Digg mientras, por contra, se mantiene frenéticamente activo en su cuenta de Twitter.

No es la primera vez que Twitter se convierte en sospechoso de asesinato. Durante mucho tiempo se ha venido sosteniendo que la red de microbloging es responsable del descenso de uso de lectores RSS: muchas personas utilizan ahora Twitter para informarse y para ese papel de “qué leer” que antes obtenían de blogs y agregadores. Básicamente, si algo es suficientemente importante, alguna de las personas que sigues en Twitter lo habrá visto y destacado, o retuiteado de alguna otra persona. Si no lo ves en Twitter, es que no era importante. En ciento cuarenta caracteres ponemos el enlace acortado, y unas breves palabras de valoración o sorpresa, una llamada a la acción, una frase chistosa, un comentario, etc. y ya tenemos montado, en virtud de la agregación, un agregador de la más rabiosa actualidad. Twitter es fugacidaz, inmediatez, flujos de clics que ocurren casi instantáneamente: un clickthrough medio de entre el 1% y el 2% que tiene lugar casi en un 90% en los primeros diez o quince minutos desde que el enlace es publicado. Después, tráfico residual, larga cola. Y obviamente, con la inmediatez vienen los juicios de valor en ocasiones erróneos, las interpretaciones simplistas, la falta de procesamiento, y una mayor capacidad de manipulación.

En mi caso, me he encontrado en numerosas ocasiones ya a personas que me comentan que “me leen a través de Twitter”, o que incluso me recriminan que no envíe a Twitter la totalidad de mis entradas (las que uso como referencia de cosas que publico en otros sitios no suelo enviarlas a Twitter, me da cierto complejo de spammer) E indudablemente, desde hace ya bastante tiempo, Twitter se ha convertido en una de mis principales fuentes de tráfico.

¿Y tú? ¿Has cambiado tus costumbres de acceso a las noticias desde que utilizas Twitter? ¿Ha canibalizado Twitter el uso de otros medios, sociales o tradicionales? ¿Te consideras mejor informado desde que usas Twitter con asiduidad?

(Enlace a la entrada original - Licencia)

Barreras de entrada, columna en Expansión

Mi columna en Expansión de esta semana se titula “Barreras de entrada“, y es un pequeño análisis sobre cómo los procesos de disrupción suelen estar determinados por una reducción brusca de las barreras de entrada a una actividad determinada. ¿Cómo explicar fenómenos de adopción rápida y elevado desarrollo de determinadas herramientas tecnológicas? ¿Qué barreras de entrada tiene tu negocio? ¿Cuáles de ellas pueden ser afectadas por una innovación tecnológica?

(Enlace a la entrada original - Licencia)

17 marzo 2011

Nuevo curso: Managing the tech startup

En la oferta de electivos de este año para el International MBA quise ensayar un nuevo curso, que titulé “Managing the tech startup”. La idea del curso es ser extremadamente práctico, basado en su gran mayoría en participación de invitados, y con una metodología lo más abierta posible a la web social. Después de todo, una de las mayores ventajas del mundo académico es la libertad para hacer cosas nuevas cuando a uno le apetece  :-)

La idea de organizar el curso fundamentalmente en torno a la participación de invitados tiene lógica dado que mi experiencia profesional no incluye de manera directa la gestión de empresas con base tecnológica: he estado implicado en el lanzamiento de varias de ellas y desarrollo tareas de asesoría en otras, pero eso no tiene nada que ver con la gestión como tal. Sin embargo, creía que podría aportar algo de valor en la organización de los temas tratados, en la selección y el acceso a los invitados, y en la supervisión de la participación para asegurar que los temas propuestos en el programa. Las clases no son “conferencias” como tal, sino más bien “entrevistas”: extremadamente bidireccionales, con preguntas constantes de los alumnos o mías, y un enfoque a temas específicos que responden a la razón por la que el invitado está ahí, intentando que aporte lo más posible en ese tema a un grupo de alumnos que se lo han preparado previamente.

Además, se superpone a la temática una metodología basada en lo social: no compartimos las charlas en streaming porque eso generaría un ambiente menos cómodo en clase – es fundamental que se pueda hablar con tranquilidad, y eso se hace hablando con asistentes “con cara y ojos”, no con una cámara detrás de la cual no sabes quién está – pero eso es lo único que no se comparte: durante las sesiones, varios de los alumnos twittean con el hashtag #IETECHSTARTUP o en esta lista , y tras cada clase, publican sus impresiones y las preguntas a los invitados que no han tenido tiempo de formular en sus blogs personales (los tenéis agregados en esta página de Reader) . La clase se desarrolla íntegramente en inglés, porque el grupo es extremadamente multinacional (treinta y un alumnos de veintidós nacionalidades), y esa perspectiva de diversidad aporta también una óptica muy interesante .

En la primera sesión, con Julio Alonso (Weblogs, S.L.) estuvimos hablando acerca de dos temas: por un lado, la decisión de gestionar una empresa mediante financiación exclusivamente obtenida a través de fondos procedentes de las operaciones, en lugar de acudir al mercado en busca de capital o tomar deuda; cómo fueron los comienzos y hasta qué punto compromete o ralentiza el crecimiento de la compañía. Por otro, la forma de gestionar las analíticas: Julio gestiona toda la información del tráfico de su red mediante hojas de cálculo entrelazadas en Google Docs y llamadas en tiempo real a la API de Google Analytics, obteniendo gracias a ello una flexibilidad y un nivel de manejo de la información sumamente fino, flexible y detallado, y quería que compartiese su metodología de análisis con los alumnos. Weblogs, S.L. ya no puede ser definida como una startup, pero los tiempos en los que podía definirse como tal no están muy lejos, y había muchas lecciones que aprender al respecto.

Próxima sesión, este lunes, con Jorge Mata: hablaremos de levantar capital y de rondas de financiación con uno de los emprendedores españoles que más experiencia ha desarrollado en este tema. Siguiente, el miércoles, con Iñaki Arrola (Coches.com). En todos los casos, de 13:30 a 15:00. Iré dando detalles. Para más información, los blogs de los alumnos.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

15 marzo 2011

Cuestión de precio

Un informe del Social Science Research Council vuelve a poner el dedo en el tema fundamental que ha provocado la fortísima crisis que enfrenta a la industria de los contenidos (y a los lobbies y políticos que defienden sus intereses) con los ciudadanos: una simple cuestión de precio.

Las conclusiones del estudio son sumamente claras: en primer lugar, la industria desarrolla una frenética actividad para presentar el problema de manera distorsionada gracias a estudios financiados por ellos mismos que carecen del más mínimo y elemental rigor, que sobrestiman groseramente los números o que directamente son inventados. En segundo, existe una evidente disparidad entre la elevadísima disponibilidad de los productos debida al efecto de la globalización, y la democratización del acceso a esos productos en el modo en que la industria pretende que sean consumidos. En tercer lugar, una clarísima evidencia de que los métodos basados en la represión, la acción policial, la persecución de los usuarios, multas más elevadas, el cierre de páginas o las amenazas de desconexión no surten ningún tipo de efecto.

Las aseveraciones de la industria cultural de que niveles más bajos de consumo irregular llevarán a mayores niveles de inversión y a la creación de más riqueza y puestos de trabajo, con las que han pretendido supuestamente engañar a políticos de todos los colores, son completamente falsas e insostenibles: la única variable que afecta a los niveles de consumo irregular es la existencia de oferta a precios bajos, de modelos de mercado competitivos en los que se planteen precios ajustados a la demanda. Pretender proteger el modelo actual con acciones de represión no solo no soluciona el problema, sino que tiende a empeorarlo. Únicamente la presencia de empresas que compitan activamente en la oferta de precios y servicios a cada mercado local y que den respuesta a ese enorme porcentaje de demanda insatisfecha puede funcionar como respuesta a las nuevas condiciones de acceso. Discutir este tema desde ámbitos éticos o morales  es, sencillamente, una estupidez que no lleva a ningún sitio.

“En la mayor parte del mundo, los bienes culturales legítimos únicamente son distribuidos por grandes corporaciones multinacionales cuyo objetivo dominante no es dar servicio a la mayor parte posible de los mercados locales, sino proteger la estructura de precios existente en los países más desarrollados, que generan la mayor parte de sus beneficios.”

Esa, y no otra, es la batalla que llevamos años luchando en España: políticos que no defienden el desarrollo de un mercado de acceso a los productos culturales, sino el sostenimiento de monopolios basados en condiciones de intermediación y precio completamente absurdos e insostenibles bajo las condiciones actuales. Bajo la supuesta excusa de “proteger al creador” o de “frenar actividades ilegales” se esconden en realidad los intereses de quienes pretenden seguir manejando un negocio en unos términos que únicamente llevan a un problema irresoluble.

Políticos corruptos que solo protegen determinados intereses, y que no se preocupan por el desarrollo de alternativas de mercado sostenibles porque eso de la sostenibilidad es un concepto que está mucho más allá del ámbito temporal que define su legislatura. Políticos corruptos a los que no debes votar bajo ningún concepto. Ese, y no otro, es el verdadero problema.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

13 marzo 2011

Hablando sobre Twitter, egos e influencias, en LaInformación.com

Ylenia Álvarez, de LaInformación.com, me hizo unas cuantas preguntas por correo electrónico acerca de mis sensaciones con respecto a Twitter, los cambios que había vivido desde que empecé a utilizarlo, o lo que supone manejar una cuenta como la mía. El artículo correspondiente lo ha publicado hoy bajo el título “Más allá de la información en Twitter: ¿existen los egos e influencias?“. A continuación, como hago habitualmente, publico el intercambio completo de preguntas y respuestas que mantuve con Ylenia:

P. Tienes más de 120.000 seguidores en Twitter, saber que tus informaciones y opiniones van a llegar a tanta gente, ¿da cierto vértigo? ¿incita a la reflexión?

R. No da vértigo, porque supongo que porque se trató de un proceso progresivo. La primera oleada, cuando probé Twitter y empecé a analizarlo y a escribir sobre ello, se alimentó de amigos, conocidos, alumnos de mis clases en IE Business School y lectores del blog. Tras esa fase, que me llevó aproximadamente a los nueve mil followers, Twitter lanzó su versión en español, y decidió ponerme en su lista de usuarios recomendados, dado que no había demasiados usuarios escribiendo en español que tuviesen ese número de followers. Esa fase, caracterizada por una entrada masiva de personas que no me conocían de nada, ni quién era, ni de qué tipo de cosas escribía, me llevó aproximadamente a los treinta y cinco mil followers, con crecimientos desmesuradamente altos, aunque en general se trataba de contactos de muy baja calidad, usuarios de actividad escasa o nula en muchos casos. Tras esa fase, comenzó otra, en la que aún sigo, de crecimientos en torno a los cien followers por día, ya basados más en la visibilidad de mis artículos o apariciones en medios, etc.

Obviamente, la forma de actualizar ha cambiado algo. Al principio era más personal, ahora tienden a predominar más las llamadas de atención sobre un contenido determinado que me ha parecido interesante, las actualizaciones de mi blog (algunas personas me dicen que siguen mi blog en función de lo que actualizo en Twitter, como si usasen un lector de feeds) o los temas a los que estimo que debe darse una determinada trascendencia. No he abandonado la parte personal, pero se parece más a la selección de temas que hago en mi blog. La parte más directamente personal se ha ido a mi perfil de Facebook.

P. Se habla de las virtudes de Twitter, de su potencial, pero menos de sus defectos. Poco a poco se empieza a hablar del ego en la red de microblogging, ¿crees que favorece los egos o el "yo, mi, me conmigo"?

R. Twitter era originalmente una herramienta para responder a una pregunta directa: ¿qué estás haciendo? Muchos usuarios seguimos respondiéndola, y querer ver en eso una personalidad egocéntrica me parece simplemente una estupidez. Lo que Twitter favorece es el poder mantenerse en contacto directo con personas de las que, sin Twitter, no tendrías tanta información ni con un flujo tan constante. Twitter crea relaciones, permite que te sientas próximo a personas que te interesan, o que sigas temas de una manera directa. Creer que el que una persona actualice mucho sobre las cosas que hace a lo largo del día significa que tiene un problema de egocentrismo es de psicoanalista barato, de apreciación superficial y estúpida. Para saber si alguien es egocéntrico o no lo es tienes que conocerlo directamente, haber hablado con él, leer su Twitter o su blog no te van a servir para hacer esa apreciación tan personal. Hay personas que estarían dispuestas a poner la mano en el fuego porque yo tengo un enorme problema de egocentrismo sin haber hablado conmigo jamás ni conocerme de nada… y eso lo que revela es que son ellos los que tienen un enorme problema de superficialidad.

P. ¿Crees que muchos viven por y para el retuit, obsesionados con éste?

R. No me lo parece. El retweet y el clickthrough de los vínculos se mide porque te permite saber si vas bien, si lo que estás contando en tu Twitter está resultando interesante o no. Pero es eso, una métrica, nada más: para una empresa, por ejemplo, es interesante medirlo e intentar entender su dinámica, porque eso conlleva, por ejemplo, una rentabilidad mayor, mejores resultados, un mayor – o mejor – desarrollo de comunidad con sus clientes, etc. Son factores que están ganando muchísimo en importancia, y que es bueno entender como optimizar. Pero no me parece que eso deba ser llamado “obsesión”. ¿Está LaInformación.com o cualquier otro medio obsesionado con las páginas vistas? No, simplemente son una métrica que utiliza para medir su actividad.

P. ¿Establece una especie de premios (más seguidores o retuits) o castigos (dejar de seguir), ¿o es una exageración plantear de esto?

R. A mí me parece exagerado. Creo que lo más habitual es seguir a alguien porque te interesa lo que dice, dejar de seguirlo si compruebas que no te interesa, y en ocasiones, en función de algo que ha dicho. Un tweet puede darte datos de una persona que desconocías y que hagan que te interese o deje de interesarte. Puede existir en ocasiones algún tipo de castigo: dices algo que me resulta molesto o me hace sentir incómodo, y decido no tenerte en mi timeline. O me insultas,y te bloqueo, porque no quiero tener tu insulto delante de mis narices en mi timeline. Pero el interés no es una variable universal, es particular: yo sigo a amigos míos cuyos tweets seguramente solo nos parecen interesantes a sus amigos, y viceversa.

P. Si lo importante es ofrecer y buscar información, ¿por qué cada vez son más las herramientas que miden la influencia?

R. Porque es una forma de medir una variable muy interesante y que afecta a lo que hacemos. Pero la influencia es como el cariño verdadero, no se compra ni se vende, ni se tiene como tal: te la otorgan por determinadas cosas, te la quitan por otras, es una especie de moneda en la economía de la atención, un valor que oscila en función de muchas variables.

P. Lo cierto es que parece establecer lo que podría ser una jerarquía clara de usuarios o tuiteros, ¿estás de acuerdo?

R. No de manera absoluta. Pensar que porque una persona tenga muchos followers es interesante para cualquier mensaje es una tontería, es como esas empresas que te contactan para que les menciones en tu blog y en realidad te cuentan algo que no tiene nada que ver con la temática del mismo y que no tendría ningún sentido que mencionases… ah, pero es que te vimos en un ranking como uno de los blogs más visitados… ¿Y? ¿Quiere decir eso que sea el sitio adecuado para hablar de cualquier cosa? Con Twitter pasa lo mismo.

P. ¿Funciona Twitter en una pequeña parte como una "secta" en la que es fácil entrar pero difícil ser "aceptado" o "reconocido", sobre todo gente alejada del mundo de la comunicación?

R. No, en realidad Twitter es un reflejo de lo que ocurre fuera de Twitter: las personas que tienen visibilidad o influencia fuera de Twitter, a poco que lo usen de manera razonable, alcanzan situaciones parecidas dentro de Twitter. Puede haber algunas anomalías, pero en realidad, Twitter termina por converger con las métricas sociales tradicionales, porque los usuarios medios de Twitter son cada vez más parecidos a la media de la población en muchos sentidos: si eres una persona famosa, lo normal cuando te metes en Twitter es que obtengas muchos followers derivados de lo que haces en tu vida normal, en tu día a día, y que por la razón que sea te ha brindado un elevado grado de interés, de eso que se suele llamar “fama”. Puede haber, lógicamente, algunas anomalías, pero hay que entenderlas como eso, anomalías.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

El buscador cede el control al internauta, en Público

Miguel Ángel Criado me hizo algunas preguntas para un artículo de Público acerca de la decisión anunciada por Google de permitir que los usuarios oculten sitios en las páginas de resultados para mejorar la calidad de sus búsquedas, especulando hasta qué punto podría significar este tema algún tipo de cambios en el algoritmo o en la forma de proceder de Google. Ayer lo publicó bajo el título “El buscador cede el control al internauta“.

Mi opinión, básicamente, es que para Google, esta cuestión significa una especie de “segunda revelación” en torno a lo social: la primera “revelación” en este sentido fue el momento en que Larry y Sergey, todavía en Stanford, cayeron en la cuenta de que la mejor manera de ordenar por relevancia una consulta a una base de datos de páginas en función de la incidencia de un término o términos determinados era haciéndolo en función de criterios que estuvieran fuera del control de los autores de esas páginas; en función de las preferencias que otros usuarios expresaran de aquellas páginas en función de sus vínculos hacia ellas. Esta metodología, basada en convertir un algoritmo en social – tener en cuenta la opinión no de todos los usuarios, pero sí de aquellos que tenían páginas en la red – transformó el mundo de la búsqueda y convirtió a Google en un competidor que superó claramente al resto de la industria en un tiempo sumamente corto. En realidad, una gran parte del liderazgo de Google consiste en haber sido capaz de entender y desarrollar la importancia del componente social, de la información bidireccional que fluye desde los usuarios, nada menos que en 1998.

La “segunda revelación” consiste en volver a introducir la parte social: pedir a los usuarios en tiempo real que expresen sus preferencias, en este caso negativas, sobre los resultados que reciben del buscador. En principio, una mejora percibida de la calidad de los resultados que los propios usuarios se trabajan ellos mismos en función de sus preferencias, pero obviamente, una enorme posibilidad de trabajar con el agregado de esos datos. Si muchos usuarios ocultan los resultados de un sitio determinado, el algoritmo podría tenerlo en cuenta, con las correcciones y precauciones adecuadas, y hacer descender la relevancia del sitio en cuestión. Ante técnicas de SEO que amenazaban progresivamente con devolver al webmaster un control que según Google nunca debe tener, y con distorsionar los resultados de la búsqueda cada vez más, este cambio puede permitir que se vuelva a situar el control en manos de los usuarios. Todo ello dicho, por supuesto, con las debidas precauciones que deben tenerse cuando únicamente se pueden hacer hipótesis sobre cómo manejará Google esa corriente de datos procedente de los usuarios. Pero sin duda, las posibilidades son importantes, con potencial para volver a marcar diferencias, y basadas en algo que se encuentra en los orígenes de la ventaja que permitió a Google hacerse con el liderazgo que hoy ostenta.

A continuación, el texto completo de las preguntas y respuestas que intercambié con Miguel:

P. ¿Como ves el movimiento de Google?

R. Google siempre ha sido muy críptica a la hora de explicar “su fórmula de la cocacola”: no es “secreto” como tal, pero si se quiere tener una idea real de los factores que afectan al famoso algoritmo de indexación hay que trabajárselo mediante técnicas de ingeniería inversa. En ese sentido, lo que Google aparentemente ofrece es una simple medida de conveniencia para que los usuarios retiren de sus resultados aquellos dominios que para ellos son irrelevantes (algo que redunda en una percepción individual de mejora de la relevancia de los resultados y permite eliminar sitios incómodos o molestos), pero a nadie se le escapa que millones de usuarios expresando sus preferencias en este sentido ofrecen una posibilidad enormemente ventajosa de depurar en tiempo real un algoritmo que muchos consideraban que, a medida que las técnicas de manipulación y SEO mal entendido progresaban, estaba perdiendo gran parte de su calidad y su sentido.

P. Supone una renuncia de Google a su sacrosanto algoritmo?

R. Todo lo contrario. El algoritmo de Google se caracterizó precisamente por adelantarse a la web social, muchos años antes de que nadie hablase de Web 2.0, de redes sociales o de bidireccionalidad: ¿qué llevó a Google a barrer del mapa a sus competidores, que llevaban más tiempo en el mercado? Su capacidad de incorporar en el algoritmo las preferencias expresadas por los usuarios, un algoritmo social que dependía fundamentalmente de un factor situado fuera del control de los webmasters: el número de enlaces entrantes generados por otras páginas. Con este movimiento, Google podría estar incorpora un segundo nivel de depuración de los resultados igualmente basado en un parámetro social, y que podría estar muy relacionado con su anuncio de penalizar a las “content farms”, sitios que no generan contenido original o de calidad pero que lograban indexar bien con los parámetros anteriores: si los usuarios señalan un sitio como no deseado, puede responder a muchos factores, pero uno de ellos podría hipotéticamente ser su irrelevancia.

P. Como puede afectar a las búsquedas?

R. Hay muchos factores detrás de la idea de relevancia, y que muchos millones de usuarios expresen sus preferencias en ese sentido proporciona a Google una visibilidad agregada descomunal. En la pauta de comportamiento de los usuarios está la navegación de prueba y error desde las páginas de resultados, y el coste adicional de evaluar un sitio negativamente si es irrelevante y aparece de manera repetitiva en sus resultados es nulo. Google podría, en virtud de los resultados entregados por ese proceso, optar por quedarse en una mejora a nivel individual expresada directamente por cada usuario, o procesar dichas preferencias a partir de unos niveles determinados. No puede saberse qué tipo de tratamiento dará Google a los resultados, pero que un número significativamente grande de usuarios manifiestan de manera inequívoca que no quieren ver en sus búsquedas las páginas de un dominio determinado, puede lógicamente considerarse una variable importante a la hora de situarlo más arriba o más abajo en los mismos, sobre todo si se usa en conjunción con otras variables que también están al alcance de ese “ojo que todo lo ve” de Google.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

10 marzo 2011

?Lo social como tendencia?, mi columna en Expansión

Mi columna en Expansión de esta semana se titula “Lo social como tendencia“, y responde a la experiencia de encontrarme casi constantemente compañías que siguen interpretando los temas relacionados con la web social como algo anecdótico, como una especie de moda o sarampión pasajero. Copio y pego una frase,

Haga una prueba: acérquese al despacho de los principales directivos de una compañía y compruebe si en la pantalla de su ordenador aparece habitualmente alguna página de analítica web. Si no la encuentra, está en una compañía del siglo pasado. Y créame, en España, en muchas empresas – o en partidos políticos, o en el gobierno – se encontrará con que en esos despachos ni siquiera es capaz de encontrar un ordenador. Así nos va.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

ACTA y los que lo hacen posible


Un vídeo reciente (gracias, Raúl) para recordar que una de las mayores amenazas para la red, el llamado Anti Counterfeiting Trade Agreement (ACTA), sigue vivito, coleando y a punto de que nos lo echen encima. Versión en inglés disponible aquí.

ACTA es una amenaza fundamentalmente porque algunos eurodiputados españoles así lo han querido, al negarse a firmar para detener su avance. Recuérdalo. Y sobre todo, #nolesvotes.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

?Decisiones de compra se toman en redes sociales?, en Portafolio (Colombia)

La semana pasada estuve en Colombia, invitado por Groupon a dar una charla sobre estrategia integrada de social media, y Mauricio Romero me  hizo una entrevista para Portafolio, uno de los portales de economía y negocios más importante del país. La ha titulado “Decisiones de compra se toman en redes sociales“.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

09 marzo 2011

Entrevista en Silicon News sobre la ley Sinde y la iniciativa #nolesvotes

Nerea Bilbao me entrevistó esta mañana para Silicon News hablando sobre la ley Sinde y el desarrollo de la iniciativa #nolesvotes, y lo acaba de publicar bajo el título “Hay gente que se bajaba cosas por conveniencia, ahora hay gente que baja películas por militancia“.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

Revoluciones desde Internet, en El Diario Montañés

Jesús Falcón publicó un artículo titulado “Revoluciones desde Internet” en El Diario Montañés, y ha incluido un faldón en el que me entrevista, bajo el título “La red permite a los ciudadanos compartir su malestar y organizarse“, y me pregunta acerca de cuestiones más relacionadas con el cambio político en países como España, la iniciativa #nolesvotes, etc.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

08 marzo 2011

La ley Sinde no es problema, sino síntoma. El problema es la CORRUPCIÓN.

Gracias a Mario por la referencia de esta fantástica conferencia de Lawrence Lessig del pasado febrero, en la que dibuja magistralmente el verdadero problema de la democracia que vivimos hoy en día: la dependencia absoluta de lobbies de poder, de intereses económicos que distorsionan completamente lo que debería ser la democracia. Son algo más de diez minutos, subtitulados en español, con ideas completa y absolutamente aplicables a nuestro país. Una auténtica guía de actuación para quienes de verdad quieran cambiar las cosas. Vale de verdad la pena verlo.

El caso de Lawrence Lessig es extraordinariamente claro: una persona que empezó significándose en contra de unos sistemas de propiedad intelectual abusivos que consideraba imposibles de aplicar en los tiempos actuales, y que ha terminado, llevado por lo que se encontró al rascar un poco en ese tema, atacando la raíz del problema: un sistema político completamente corrupto. Precisamente lo que estamos viviendo aquí.

Y sobre todo, recuerda: #nolesvotes.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

¿De quién es la conversación?

Durante mucho tiempo, empresas como Disqus o Echo han ofrecido servicios y aplicaciones para el desarrollo de conversaciones en páginas web: sus propuestas de valor son interesantes, con sistemas de autenticación centralizados, fáciles de integrar, y con prestaciones avanzadas como comentarios anidados, filtros sociales, estadísticas, control centralizado, sistemas de valoración, etc.

En realidad, son herederas de empresas como Enetation o Haloscan (de hecho, Haloscan fue adquirida por Echo en 2008) que ofrecían esa función de manera mucho más modesta hace años, y que utilicé durante largas temporadas en esta página cuando estaba alojada en Blogger. Ya en mi época WordPress, llegué a tener tentaciones de estudiar Disqus como alternativa por el atractivo de alguna de sus funciones avanzadas, pero lo descarté. Algunas de esas funciones pueden desarrollarse con plugins de WordPress, y por otro lado, tampoco pensé que fuesen a aportar tanto a una página poco sofisticada como la mía y que tiene un punto de equilibrio muy satisfactorio en el desarrollo de sus funciones sociales (“si no está roto, no lo arregles”).

Los servicios de Disqus o Echo son muy populares, y utilizados por empresas de todo tipo: televisiones como CNN, NBC, Discovery o Fox; medios como Washington Post, Sports Illustrated o Newsweek; blogs como TechCrunch o Engadget; y muchos más. Pero sin duda, deben estar algo inquietos con la llegada del último actor a este terreno: Facebook. En efecto, la reciente oferta de Facebook a una serie de sitios de cierta visibilidad como GigaOM es la integración de su sistema de comentarios como mejora de su Comments Box Plugin, de manera que se produce una integración total de la actividad de un usuario dentro y fuera de Facebook. Una filosofía que se alinea con la agresiva estrategia de “embrace and extend” de la compañía ya expresada en movimientos como Facebook for Websites (anteriormente Facebook Connect) o Unified Inbox: que toda la web y la comunicación que tiene lugar dentro de ella funcionen como Facebook y en conexión con Facebook. La reciente adquisición de Beluga iría destinada a reforzar todavía más la funcionalidad en este mismo sentido.

La oferta de Facebook se conforma, citando a Don Vito Corleone, como “una oferta que no puedes rechazar”. La circulación social de los comentarios dentro de la red a través de los muros de los usuarios genera una viralidad y un tráfico muy difíciles de rivalizar: una Facebook con más de seiscientos millones de usuarios, en la que “lo normal” es encontrar a los usuarios de tu sitio (y a tus amigos, y a tus vecinos, y a tus compañeros de trabajo, etc.) ejerce una atracción potente. Dinamizar los comentarios o cualquier otra cosa (“compartir”, “me gusta”, etc.) es algo que se hace “natural”, que forma parte del tipo de cosas que un usuario quiere llevar a su Facebook. El estado natural de la checkbox que activa dicha compartición es el de “marcada”, sin que ello sea percibido como excesivamente intrusivo.

¿Puede resistirse ese “abrazo de oso”? Más visitas, más movimiento para tus contenidos, una gestión de la identidad vinculada a Facebook que se ha probado muy eficiente a la hora de reducir tanto el spam como el trolling, herramientas de control… la cosa se va poniendo complicada. A cambio, permitir que un tercero controle, prácticamente “posea” la conversación de tu sitio, con todo lo que ello puede conllevar. Para los que opinamos que el anonimato es un derecho en la red, la opción parcial (comenta con tu identidad de Facebook o con otros sistemas pero solo si quieres) lleva tiempo estando disponible y su uso no deja de crecer, como lo hace igualmente el número de visitas inducidas por el sistema desde dentro de Facebook. La experiencia de los grandes medios es clara en este sentido: la práctica totalidad de las radios y televisiones en España han desarrollado sus funciones sociales con Facebook, y no parece irles demasiado mal. A día de hoy, comentar o participar en una conversación en tiempo real sobre una noticia en muchos sitios es casi imposible sin una identidad en Facebook. ¿Es esa la situación ideal? ¿Qué implicaciones de futuro podría tener una gestión de la actividad social que progresivamente se sitúa en manos de una sola empresa?

(Enlace a la entrada original - Licencia)

07 marzo 2011

Neutralidad de la red: el futuro pinta cada vez más negro

¿Recordáis aquel episodio del pasado diciembre, en el que se logró que el Senado instase al Gobierno español a proteger de forma urgente la neutralidad de la red? Pues bien, desde aquello han pasado ya más de tres meses. La palabra “urgencia” debe ser, para nuestro gobierno, un término de interpretación laxa: no se ha hecho absolutamente nada, a pesar de la clara unanimidad obtenida en la votación en la cámara y del fuerte apoyo social manifestado inequívocamente a favor del tema tanto por ciudadanos como por empresas y asociaciones.

Mientras tanto, las perspectivas para la neutralidad de la red pintan cada vez peor: el fortísimo lobby de las empresas de telecomunicaciones no conoce descanso y lo abarca todo a todos los niveles, hasta el punto que nunca hemos estado tan cerca de ver cómo Internet pierde su verdadera y original naturaleza: la de ser una red en la que los paquetes de datos que circulan por sus redes reciban siempre el mismo tratamiento independientemente de su contenido, origen, destino o protocolo, sin que se filtre el tráfico de forma alguna para privilegiar, limitar o impedir el acceso a determinadas páginas o servicios.

En los Estados Unidos, un Parlamento con mayoría conservadora vota para privar a la Federal Communications Commission (FCC) de fondos que le permitan implementar medidas para proteger, aunque sea mínimamente, la neutralidad en la Red. En España, el partido que se supone estaba de acuerdo con los principios de la neutralidad de la red y que llevó la moción al Senado auspicia, a través de FAES, su think tank, reuniones esponsorizadas por AT&T en las que Carlos López Blanco, el lobbista de lobbistas de Telefonica, el mismo que presionaba a los senadores durante aquellos días de diciembre, habla de lo poco conveniente que es entrometerse en el mercado y regular la neutralidad de la red, ante la atenta mirada de Eduardo Zaplana, ahora también en nómina de Telefonica. Interesantes personajes que intentan convencer al partido de esa falsa disyuntiva, esa dicotomía envenenada en la que, según ellos, lo “liberal” es no proteger aquello que precisamente permite que Internet sea el mayor vehículo de innovación, que lo “liberal” es permitir que “su” empresa y otras similares puedan situarse en una posición que les permita estrangular toda innovación posible y convertirse en aduanas para el futuro. Porque lo importante, por supuesto, es “su” futuro, no el de todos.

En los Estados Unidos, los esfuerzos de senadores honestos como Al Franken no parecen estar logrando sus propósitos a la hora de proteger la neutralidad de la red, y en Europa todo parece indicar que las posiciones inicialmente favorables de Viviane Reding han cedido a los deseos del potentísimo lobby de las operadoras y se inclinan ahora hacia no regular nada y dejar que sea únicamente el mercado quien ejerza su influencia. La cosa pinta mal, muy mal. Negra, muy negra. Los usuarios, a pesar de ser quienes sostenemos el sistema, somos el último eslabón de la cadena, y nadie, ni políticos ni mucho menos empresas de telecomunicaciones, parecen tener en cuenta nuestros intereses. Ni siquiera las empresas tecnológicas innovadoras, las principales perjudicadas – junto con los usuarios – por el desarrollo de una red no neutral, parecen tener fuerza a la hora de defender esos intereses.

En España, las instancias del Senado parecen ser completamente inútiles a pesar de ser supuestamente “urgentes”, y de aquel Partido Popular que llevó la moción al Senado podemos rescatar un vídeo rodado durante la campaña de las elecciones europeas de 2009, en el que un tal Mariano Rajoy afirmaba estar a favor de la neutralidad de la red… aunque claro, también decía querer eliminar el canon, ese que vamos a seguir teniendo precisamente gracias a ellos.

Ya sabes: nolesvotes. No votes a quienes conspiran para privarte de una red libre y neutral. Ya hay más de medio millón de usuarios únicos en la página. Pásate por el wiki e intenta aportar ideas y acciones. Cada vez tenemos más que perder. Cada vez es más importante.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

06 marzo 2011

El iPad y la vida académica

El pasado 28 de enero tuve la oportunidad de participar en una sesión del Meeting for Deans and Directors General de la European Foundation for Management Development (EFMD) en Lyon con una sesión titulada “Exploitation of new technologies”, en la que me centré en temas relacionados con el uso de la web social y el esquema que sigo para utilizar herramientas abiertas en mis clases. Mi compañera de sesión, Bettina Büchel (Executive Vice President de IMD), dedicó su presentación a comentar su experiencia sobre el uso del iPad en los cursos de su escuela, un tema que está indudablemente en alza.

Contextualizando, es fácil entender que el iPad sea un dispositivo apreciado en las escuelas de negocio: su precio no resulta generalmente disuasorio para quien ha tomado la decisión de invertir en un programa directivo, y sus ventajas frente al ordenador portátil, en un entorno caracterizado más bien por el uso de anotaciones breves que por eso que se suele denominar “toma de apuntes” (copiar miserablemente casi al dictado materiales que un profesor podría poner a tu disposición de mil maneras más productivas) parecen evidentes. El uso del iPad complementa al del ordenador, que pasa a quedarse generalmente en casa o llevarse únicamente en determinadas ocasiones, y está creciendo a gran velocidad en este tipo de entornos, hasta el punto de que algunas escuelas se están planteando entregar u ofrecer uno para quien no lo tenga todavía en el momento del inicio del curso. Hasta el momento, por otro lado, el número de escuelas que se deciden por dispositivos de tipo tablet distintos al iPad resulta prácticamente nulo.

¿Qué aplicaciones debe incluir un iPad para configurarse como una herramienta cómoda en el desarrollo de la actividad académica en una escuela de negocios? Mi impresión es que con muy pocas apps, podemos cubrir la mayor parte de las funciones habituales, y que una inflación de apps aporta poco a los procesos habituales. No se pretende, lógicamente, cubrir todas las infinitas posibilidades de uso, únicamente aquellas que puedan beneficiarse de un cierto nivel propuesto de estandarización. Mi elección sería:

  • Evernote: ideal para tomar notas en clases o reuniones, enviarlas a terceros si se desea, y tenerlas disponibles en cualquier momento desde cualquier otro dispositivo.
  • Dropbox: perfecto para envío, recepción y entrega de documentación. Casos, notas técnicas, presentaciones, trabajos, circulación de documentación entre el programa y los alumnos en general.
  • Goodreader: lo lee todo, todo, todo. Lectura y almacenamiento de documentos en cualquier formato.
  • Dropcopy: envío rápido y simple de cualquier tipo de archivos entre dispositivos.
  • Kindle: acceso al catálogo de libros de Amazon para la bibliografía, y lectura cómoda de cualquier pdf (casos o notas técnicas).

Independientemente de que los alumnos instalen en el dispositivo posteriormente lo que buenamente quieran, esas son – creo – las apps que incluiría en el momento de su entrega y procedimentaría para su uso preferente, las que explicaría a los alumnos como forma de establecer un esquema de uso aconsejable. Pero yo hace tiempo que no soy alumno, y se me pueden escapar cosas: detalles, usos habituales que no haya tenido en cuenta pero puedan considerarse generalizados, temas de interés, posibilidades… ¿ideas en este sentido?

(Enlace a la entrada original - Licencia)

04 marzo 2011

Política guiñol, en mi columna de Expansión

Mi columna de Expansión de esta semana se titula “Política guiñol”, y pretende dar una idea de cómo algunos políticos conciben la red, de cómo pretenden utilizarla para sus campañas, y de lo que ocurre cuando los políticos que pactaron para atacar y censurar la red acuden a ella para intentar convencernos para que los votemos.

Reproduzco el último párrafo:

El problema de enfrentarse a la red con un gran pacto entre los partidos mayoritarios es que lo que permanece en el subconsciente colectivo es ese pacto. Si PSOE, PP y CiU están de acuerdo y yo quiero que las cosas cambien, la conclusión lógica es no votar a ninguno de esos tres. ¿Vas a volver a repetir el error de elecciones anteriores? ¿Votar a quienes han demostrado ignorarte? ¿A quienes pactaron para censurar la Red? ¿No votar, en una vana demostración de hastío que solo favorece a los partidos mayoritarios? La Red tiene memoria. Ya sabes lo que tienes que hacer.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

03 marzo 2011

Hablando sobre comunicación política, en El Mundo

Pablo Romero me escribió un correo esta mañana pidiéndome mi opinión sobre la página web de la campaña de Jaime Lissavetzky. Le contesté rápidamente desde el aeropuerto… Intenté ver la página desde el iPad: imposible. Extraje el ordenador, entré, desbloqueé el Fashblock que suelo tener puesto por defecto, y me encontré uno de esos vídeos a pantalla completa, soniditos preactivados que se llevaban tanto a principios de siglo, y el nombre del candidato eliminando las vocales, en plan cool… El artículo se publicó esa misma mañana, con el título “¿Saben los partidos y sus candidatos usar Internet?“. El texto que le remití fue el siguiente:

Me parece, y lo diría exactamente igual independientemente de qué candidato fuese, un sitio diseñado por quienes se creen que la web es la tele. Absurda hipertrofia de Flash, vídeo a toda pantalla y planteamiento completamente desfasado, de tipo “crear espectáculo”, una idea más propia de los 90 que de ahora. En lugar de “coleccionar” pegatinas de aplicaciones buscando ser “dospuntocero”, hay que integrar esas funciones de manera que tenga sentido, y centrarse en proporcionar información, en comunicar de igual a igual y en interactuar con el ciudadano. Sitio como éste demuestran que la distancia entre políticos y ciudadanos se ahonda cada día más.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

02 marzo 2011

Facebook compra Beluga: estrategias envolventes

Facebook anuncia la compra de Beluga, un sistema de mensajería de texto para grupos con una interfaz muy elegante creado por tres ex-empleados de Google (Ben Davenport, Lucy Zhang y Jonathan Perlow), y avanza más aún hacia la idea de integrar toda la comunicación de un usuario en una bandeja de entrada única. El sistema, además de integrarse dentro de Facebook para suplementar la comunicación sincrona, se ofrecerá a páginas externas siguiendo la filosofía Facebook Connect de “hacer que el mundo fuera de Facebook funcione igual que dentro de Facebook”, del mismo modo que acaban de empezar a ofrecer la integración del sistema de comentarios.

Me resulta llamativo el crecimiento de empresas como Google o Facebook, que van luchando por adquirir cuota de usuario de una manera que puede ser calificada casi de “agresiva”, no tanto por la forma de ofrecerlo, sino por la sensación de “es que no tengo otra opción”. Desde hace mucho tiempo voy viviendo una progresiva penetración de herramientas de Google en tareas que antes desempeñaba con herramientas variadas, a las que va sustituyendo hasta el punto de preocuparme. No porque las herramientas sean malas, que no lo son, sino por cierta sensación de “rodeado de Google por todas partes”: lo uso para mis búsquedas, para gestionar mi correo, para leer, almacenar y compartir mis feeds, para mis alertas, para mi agenda, para mi analítica, para generar mis feeds, para sincronizar mi navegación entre distintos ordenadores, para saber donde estoy y que lo sepan otros, para monitorizar mi salud, para mis favoritos, para mis vídeos, para mis grupos… con la excepción de Blogger, seguramente única herramienta de Google que hace años abandoné para irme a WordPress, todo lo demás es un constante proceso de adopción o de sustitución que si en ocasiones me resulta agobiante incluso a mí, que mantengo una muy buena relación con la compañía y la miro con ojos generalmente positivos, me imagino que para otros debe serlo mucho más – al menos, para los usuarios que se plantean este tipo de temas.

En el caso de Facebook, sucede algo similar. Si ya de por sí la herramienta tiene un punto de control rayano en lo orwelliano, resulta que además, la integración de Facebook en mi vida es constante: cada vez hay más personas con las que mantengo una relación habitual dentro de Facebook. ¿Y mi blog? Ahí el proceso de integración es continuo: ya lo ofrezco para autenticarte en los comentarios, para enviarlos a tu muro, para hacer Like de la página, para hacerlo de una entrada en concreto, para recomendar algo… a medida que desarrolla funcionalidad, Facebook va apropiándose de partes de nuestra vida online mediante herramientas a las que resulta difícil decir que no (el porcentaje de consumo a través de Facebook del contenido que genero crece sin parar), siguiendo una dinámica que me recuerda la que llevo viviendo con Google desde hace mucho tiempo.

De vez en cuando, surge aire fresco: alguna empresa que lanza algo innovador, consigue crecer y consolidarse, y no es adquirida por Google o Facebook. Pero cada día resulta más excepcional. Y no es que sea malo que haya empresas que lo hagan bien, que sean competitivas, que generen avances en el desarrollo de la red y que llenen los bolsillos de sus accionistas, no soy yo seguramente sospechoso de anticapitalismo o antisistema… es que a la vez, van provocando una cierta sensación de agobio, de aprensión, de control. Renunciar a sus herramientas, por contra, parece casi cuestión de militancia, a veces rayana en lo irracional. Si las empresas offline clásicas de toda la vida tuviesen cuotas de atención de usuario tan ubicuas como las que tienen empresas como Google o Facebook en la red, creeríamos haber despertado en medio de 1984, y no por el año, sino por esa novela de Orwell que cada día resulta una necesidad más imperiosa releer. Internet ha provocado una redefinición acelerada de los mecanismos del capitalismo convencional: los monopolios ya no se ganan en una vida, sino como mucho en una década. AT&T tardó cien años en obtener el suyo, IBM en casi cincuenta, Microsoft en veinticinco, Google en diez… Facebook lleva camino, en su ámbito, de batir ese récord. Los usos y costumbres evolucionan a velocidades astronómicas: ayer usabas una cosa, hoy usas otra – y lo que usabas ayer ya casi lo ves como si formase parte de tu turbio pasado.

Posiblemente sea solo una sensación. Pero como pensamiento, resulta bastante inquietante.

(Enlace a la entrada original - Licencia)