31 mayo 2010

Midiendo la difusión

Es una pregunta habitual: ¿cuántas personas te leen? Y la verdad, es una pregunta con respuesta mucho más compleja de lo que parece. A estas alturas, el tema de la medición se diría zanjado desde hace mucho tiempo. Y sin embargo, curiosamente, se hace cada día un asunto más complejo.

Pongamos como ejemplo mi propio caso, que al menos tiene la ventaja de que lo conozco bien: las estadísticas de esta página son perfectamente públicas, a través de múltiples fuentes como StatCounter, Nielsen u OJD. No se distingue por ser una página especialmente mayoritaria: la tecnología nunca ha sido un tema de seguimiento masivo, aunque su popularidad haya crecido notablemente en los últimos años. Con la perspectiva desde 2006 en Google Analytics o desde 2004 en StatCounter, se puede ver un crecimiento sumamente sano: en la actualidad, hablamos de unos ciento ochenta mil visitantes únicos y alrededor de trescientas mil páginas vistas mensuales, con un efecto adicional importante: el tipo de lector, que seguramente gracias a una combinación del tipo de temática y del efecto paraguas de IE Business School, mantiene unos demográficos que cualquier publicación de este tipo envidiaría.

Hasta aquí, la lectura directa en página. Pero ¿llega con ésto? Si entramos en los feeds RSS, la cosa se complica: en torno a treinta y tres mil suscriptores según FeedBurner, con una actividad media diaria de unos siete mil usuarios. Que lógicamente, no se puede simplemente sumar a los usuarios únicos, dado que en un cierto porcentaje de casos, aquellos que visualizan la entrada en su lector RSS pero posteriormente hacen clic para acceder a la página (para comentar o leer los comentarios generalmente), incurriríamos en una doble contabilización. ¿Y si entramos en Facebook? Las entradas de esta página se publican desde hace cierto tiempo en esta red social, en la que tiene algo más de diecisiete mil seguidores: según los Insights de la página, una entrada media cuenta con entre cincuenta y setenta mil impresiones, una media de veinte comentarios, y alrededor de cincuenta Likes: en ocasiones, a pesar de estar hablando de un blog de más de siete años, con una comunidad establecida y un elevado nivel de actividad, el número de comentarios en Facebook llega a exceder el número de comentarios en el propio blog. Alcanzando, además, unos demográficos mucho más amplios, con todo lo que ello conlleva.

¿Cómo contabilizar o reportar esta actividad? ¿Y la difusión a través de Twitter, donde tengo algo más de cien mil seguidores y donde reenvío algunas de mis entradas? ¿O de Google Buzz, donde también se republican automáticamente, y con una actividad que alcanza a unos mil seguidores? Y hasta aquí, los sitios en los que yo mismo he decidido que aparezca mi material, pero ¿y las páginas web que republican en forma de copia/pega todas mis entradas?

A medida que la web crece en diversidad y se hace social, el número de sitios en los que puede aparecer un contenido determinado se eleva de manera progresiva, hasta el punto en que medir la repercusión de algo resulta sumamente compleja. Y si resulta complejo hablando de mi caso personal, que soy un simple profesor aficionado a hablar sobre tecnología, ¿cómo será medir la repercusión de la actividad de una empresa, con todos sus productos, palabras clave, nombres de producto genéricos y competencia? Algo que la empresa no puede ignorar, y que va mucho más allá de monitorizar las estadísticas de la web. Medir la difusión de la información en la web empieza a requerir un tipo de profesional muy concreto, con habilidades y conocimientos muy específicos, capaz de entender la dinámica de un tráfico que en muchas ocasiones no se refleja en un único sitio, pero que incide cada día más en resultados, en popularidad, en publicidad y hasta en ventas. Sin duda, uno de esos perfiles aún por definir, y que apuntan más proyección en las empresas a corto y medio plazo. Lo que no se puede medir, no se puede mejorar: a medida que la actividad se mueve hacia la web, saber medirla pasa a ser cada día más importante…

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30 mayo 2010

En b.web

El pasado viernes estuve en mi tierra, en la apertura de b.web, en Expocoruña, una iniciativa que me gustó bastante: hacía falta un encuentro de ese tipo, con una organización moderna que aprovecha elementos como Twitter o Facebook para promover la conversación. Además de la entrevista en El Ideal Gallego que ya reseñé, lo ha recogido La Opinión Coruña, e imagino que en breve A Nosa Terra, con quienes hice también una entrevista “no meu galego enferruxado” :-)

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29 mayo 2010

El político y la pastilla roja

Es la segunda vez que menciono en mi página a Santiago Cervera, diputado del Partido Popular por Navarra. La primera vez lo hice de manera dura, disparé claramente “desde la cadera” calificando a Santiago de “tecnofóbo” a raíz de algo que se acabó revelando como un malentendido en un comunicado sobre la postura del partido con respecto a las redes sociales. La respuesta de Santiago en aquella ocasión no solo demostraba una gran afinidad con la tecnología, sino que hacía gala de un estilo muy poco habitual en un político, bajándose él mismo a la arena blogosférica para aclarar el malentendido usando un estilo cordial, claro y directo.

En esta ocasión, tengo que hablar de nuevo de Santiago Cervera, pero en tono netamente positivo: su artículo de ayer en el Diario de Navarra, al que llegué casualmente mediante mi clipping dado que tuvo el detalle de citar en él mi libro, es una demostración de cómo un político prueba haberse “tomado la pastilla roja” en temas relacionados con la compleja intersección entre tecnología y propiedad intelectual. El artículo se titula “Piratería“, término cuyo uso personalmente siempre he rechazado, pero que es utilizado por Cervera mediante el clásico esquema tesis-antítesis para explicar cómo la tecnología ha provocado cambios que requieren una nueva mentalidad, que demandan una nueva manera de entender y analizar las cosas. Entrecomillando uno de sus párrafos,

“Se acabó el modelo, porque se acabó la posibilidad de impedir las copias. Es absurdo intentar mantenerlo vivo, ni desarrollando efímeros sistemas de protección, ni aprobando leyes que penalicen a quien lo haga.”

Vale la pena leer el artículo entero, al margen de todo partidismo. Esperemos que Santiago Cervera sea capaz de transmitir a otros políticos españoles, sean del signo que sean, la claridad de ideas que demuestra en él. Conozco de primera mano el férreo marcaje y las presiones a las que las sociedades de gestión de la propiedad intelectual someten a los políticos en España, y me consta que no es nada fácil para un diputado escribir un artículo así: valiente, claro y directo. Muchas gracias, Santiago, por el artículo y por la cita: el próximo día que acudas al Congreso, llévate por favor una buena bolsa de pastillas rojas para repartir allí.

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28 mayo 2010

En Público, hablando del lanzamiento del iPad

Hoy, todos los medios hablan del lanzamiento del iPad. Ayer, Blanca Salvatierra, de Público, me llamó por teléfono para hacerme un par de preguntas acerca de si el iPad era de verdad algo novedoso o simplemente se trataba de algún tipo de fenómeno de alucinación colectiva, un efecto de ese famoso “campo de distorsión de la realidad” que tanto se atribuye al líder de la empresa de la manzana mordida. Hoy, Blanca me cita en su artículo “Apple quiere revolucionar el ordenador personal“, en el que vale de verdad la pena leer los comentarios de los escépticos: yo esto ya lo he vivido antes :-)

¿Dónde están hoy los escépticos del iPod o los del iPhone? Apple, como comento en el artículo, es experta en tomar un concepto funcional determinado en el que no hay un liderazgo claro, a veces incluso un concepto agotado, y reinventarlo: antes del iPod, había una miríada de reproductores MP3… de los que ya ni nos acordamos. Antes del iPhone, había infinidad de teléfonos móviles, pero hoy, todos los teléfonos móviles quieren ser como el iPhone cuando sean mayores, y todas las marcas han intentado sacar su “iPhone killer” sin ningún éxito. Los tablet eran un concepto agotado: yo mismo usé uno durante años, y lo acabé jubilando: curiosamente, tenía un procesador más potente que el que ahora lleva el iPad, y una cantidad de memoria mayor. Si dudas de que el iPad va a ser un éxito, lamento decirte que te has equivocado: ya lo es. Y no, no es un fenómeno de alucinación colectiva ni algo que caracteriza a fanboys abducidos… es que es MUY bueno: plantea una experiencia de usuario impresionante, y es el centro de un ecosistema que le da muchísimo valor. Apple, sencillamente, lo ha vuelto a hacer.

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?Causas?, en mi columna de Expansión

Mi columna de Expansión de esta semana se titula “Causas“, y pretende avanzar un poco en la discusión de la representatividad y validez de la red como vehículo para el activismo, de esos habituales grupos a veces multitudinarios que se forman en redes sociales en reacción a un tema determinado, frente a la dinámica clásica de la manifestación y la calle. Considerando todos los factores, la red no solo ofrece una mayor facilidad para la participación de un ciudadano independientemente de dónde se encuentre, sino que además favorece un análisis más reflexivo en el contexto de un entorno rico en información.

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27 mayo 2010

Worldreader: llevando el Kindle a un entorno diferente

Tras la publicación de una entrada acerca de mi visión sobre los lectores de libros electrónicos, recibí un correo de Susan Moody en el que me daba información acerca de Worldreader.org, una iniciativa de un ex-directivo de Amazon, David Risher, junto con un equipo directivo de relevante experiencia,y la verdad es que el tema me ha llamado mucho la atención: Worldreader.org es una organización sin ánimo de lucro que está llevando el Kindle a escuelas en Ghana para experimentar con su uso y aceptación en entornos educativos, con el fin de desarrollar el hábito de la lectura en niños de países en desarrollo. Los dispositivos provienen de donaciones de Amazon y otras compañías, y los resultados son sumamente interesantes:

Hablamos de una tecnología diseñada para el mundo desarrollado, pero que ofrece una duración de batería muy prolongada, un diseño sólido y una gran facilidad de uso, lo que le da la capacidad de poder generar un cambio similar al que en su momento protagonizaron los teléfonos móviles. Los niños no solo manejan los lectores perfectamente y con facilidad, sino que leen más, se ven muy atraídos por la posibilidad de obtener un libro de manera inmediata (en lugar de esperar meses a que llegue o, en muchos casos, a que no llegue), y algunas funciones, como el diccionario o la locución, resultan muy interesante para los padres, que en muchos casos no saben leer. El “factor gadget” proporciona un gran atractivo que se asocia a la lectura, lo que genera un nivel de uso muy elevado.

Hay mucha más información y testimonios en vídeo en su blog, pero en principio, lo que he visto me ha resultado muy interesante: un uso en un entorno sin duda atípico con respecto al habitual, pero que entronca con un ecosistema en el que la disponibilidad cada vez mayor de contenidos y la de dispositivos a precios razonables puede realmente llegar a marcar una diferencia.

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Entrevista en El Ideal Gallego

El Ideal Gallego publica una entrevista que me hicieron hace un par de días por teléfono, con motivo de mi participación en B.Web. La han titulado “Los padres crean huérfanos digitales: sus hijos no tienen guías en la red“.

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Presentando el programa de La Red Innova 2010

Ayer estuve en la Casa de América, donde tuve la oportunidad de participar en la presentación a medios del programa de La Red Innova 2010. La información preliminar, a falta de algunos ajustes, ya está publicada en la página del evento. Si estás en Madrid esos días y te animas, nos veremos por allí…

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26 mayo 2010

Rediseñando los controles de privacidad

Facebook anuncia un rediseño y simplificación de sus controles de privacidad, un tema que había causado un cierto revuelo últimamente: cuando una búsqueda de la palabra “privacy” en Google Images te devuelve como primera sugerencia “Facebook privacy”, es que evidentemente el tema está calentito, aunque no se haya traducido en bajas sino todo lo contrario (más de diez millones de nuevos usuarios desde que se anunció el cambio de condiciones de privacidad).

La pregunta que surge, por supuesto, es clara: ¿cómo deben plantearse los controles de privacidad? Actualmente, como comenta el NYT, dichos controles en Facebook ocupan un total de seis pantallas con diversas opciones que el usuario puede controlar fijando a varios niveles: cincuenta parámetros con más de ciento setenta opciones, que regulan todas las posibilidades existentes, justificados por la compañía como un intento de ofrecer un control exhaustivo sobre todas las opciones posibles. La política de privacidad de Facebook es más larga que la Constitución de los Estados Unidos: cinco mil ochocientas treinta palabras, contrastando con aplicaciones como Flickr, con una exigua redacción de trescientas ochenta y cuatro palabras y sin quejas reseñables acerca de sus políticas de privacidad.

En la práctica, la complejidad tiene una consecuencia clara: pocos usuarios se molestan en cambiar sus opciones de privacidad, y la amplísima mayoría opta por aceptar las que vienen por defecto (y son cambiadas cada cierto tiempo siempre en dirección hacia un mayor nivel de apertura). El compromiso es evidente: los usuarios tienen necesidades de privacidad variables en función de una amplia variedad de parámetros, mientras que Facebook pretende llevar al lado público todo lo que pueda para así tener más material que ofrecer a sus anunciantes. El último cambio en las opciones por defecto, anunciado en el f8, se apoyaba en la misma inacción habitual de sus usuarios: aunque los cambios podían ser fácilmente revertidos a su condición anterior, Facebook contaba con que un porcentaje muy pequeño llegaría en realidad a hacerlo.

Tras el reconocimiento por parte de Marc Zuckerberg en el Washington Post de que la compañía podría “haber ido demasiado rápido” y hacer el anuncio de nuevos controles de privacidad (hoy en Palo Alto a las 13:30 EST), cabe plantearse qué avenida tomará el rediseño de dichos controles: una posibilidad sería la agrupación de las opciones en una serie de perfiles tipificados, simplificando la enorme variedad de cuestiones en forma de “paquetes” representativos, una posibilidad que habría que mirar con gran interés pero que cuenta con la ventaja de tener una capacidad de extensión rápida y elevada. Una segunda posibilidad sería cambiar el esquema, permitiendo una escala sencilla de gradaciones – a mí me parece especialmente brillante la utilizada por Flickr: familia, amigos, contactos y resto, por su claridad en la definición – y una definición de las acciones en cada momento (subo una foto o publico algo en mi muro, ¿para cuál de mis colectivos lo hago?), que sin embargo, por el cambio que supone, podría provocar una adopción compleja hasta que los usuarios se hicieran con el nuevo sistema. Otra posibilidad, sin duda, es que la compañía simplemente vuelva atrás: retorne las opciones a sus valores anteriores, pero mantenga los controles de la misma manera. Sin duda, existen más posibilidades, dignas de atención desde el punto de la usabilidad y la estrategia. En unas pocas horas, veremos si hay cosas interesantes que comentar…

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25 mayo 2010

Los libros y la nube

El Kindle de Amazon lleva en el mercado ya más de dos años y medio, y disponible en España unos ocho meses. Ocho meses de uso intenso, de llevarme encima de manera casi permanente una estantería completa llena de libros, de usarlo para llevar mis documentos de trabajo, de tomar incansablemente notas y seleccionar párrafos para su uso posterior.

Y aún así, a pesar de no ser para nada un novato en el tema, la sensación de manejar un libro desde múltiples dispositivos con todas sus anotaciones, marcas y abriéndose por la página en la que lo dejaste sigue siendo algo futurista, como de ciencia ficción. En este momento, además de mi Kindle, tengo instalado el software del lector en mi portátil y en mi BlackBerry (eso de que solo funciona desde los Estados Unidos es mentira :-) Cada vez que tengo un rato para leer o que necesito alguna frase de las que he señalado o recuerdo en alguno de los últimos libros que he leído, abro la aplicación en el Kindle, en el portátil o en el BlackBerry, y me encuentro con el libro donde lo dejé en cualquier otro de los dispositivos, en la misma página y con todas sus notas, es como una epifanía. Es cuando te das cuenta de que la idea de vincular un libro a un legajo de papeles cosidos y encuadernados es algo completamente del pasado, de persistencia a lo sumo nostálgica o generacional, sin punto de comparación con las posibilidades que ofrece un libro a día de hoy.

Podemos argumentar lo que queramos: el agradable y familiar tacto y olor del papel, la no necesidad de baterías, el romanticismo, el simbolismo… da igual: Whispersync es Whispersync, y por ahí va el futuro. Los libros están hechos para vivir en la nube, para no cargar con ellos, para acceder a ellos desde cualquier lugar o dispositivo, para sincronizar tus notas con tu espacio de trabajo y para, sencillamente, trascender la frontera de lo físico. Cuando abres el mismo libro y lo lees en tu Kindle, en tu ordenador y en tu BlackBerry en un corto espacio de tiempo y te das cuenta de que todo está ahí, que todo funciona y que no has perdido nada (o al menos, de que te fías de que Amazon no vuelva a hacer que pierdas nada, como de hecho prometió), es cuando ves que Jeff Bezos, con el lanzamiento del Kindle, tenía en la cabeza mucho más que vender Kindles. Veía un cambio total en la forma en la que entendemos y nos aproximamos al libro como vehículo de transmisión cultural, un cambio que aísla al libro de su naturaleza física y se lo lleva a la nube, que pasa a ser su espacio natural. Un cambio en el que la llegada del iPad no es amenaza sino oportunidad, y un escenario en el que el hecho de ser la mayor librería del mundo alcanza todo un nuevo significado. Tener un libro significa tener acceso al mismo, estés donde estés, con el dispositivo que tengas más a mano o se adecue mejor al uso que le quieras dar en el momento. Solo cuando has vivido esa sensación de total desvinculación del soporte físico es cuando puedes de verdad empezar a pensar en las consecuencias para el mundo editorial.

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24 mayo 2010

El final de Lost y la globalización del contenido

Puedes leer tranquilamente: esta entrada no contiene spoilers. De hecho, no he visto el final de Lost, ni seguí la serie más allá de su primera temporada, de manera que malamente iba a poder revelar algo inadecuado.

Pero lo que sí tengo claro a estas alturas es que el episodio final de Lost es la prueba clara de una globalización de los contenidos que llevaba mucho tiempo fraguándose: la anunciada muerte de las ventanas de explotación basadas en el ámbito geográfico es ya un hecho. A día de hoy, plantear un estreno de una película o serie difiriendo los mercados en función de criterios geográficos es una receta segura para el desastre: cuando el contenido llega a los mercados secundarios unos días después, ya ha estado extraoficialmente a disposición de los usuarios desde el día que se estrenó en el mercado principal (y eso no es un problema achacable a la mal llamada “piratería”, sino una característica intrínseca del mercado derivada de la globalización y la tecnología) y sometida a un fuerte incentivo para su consumo, con lo que ello conlleva de posible pérdida de ingresos en el período crítico de medición.

El consumo por vías irregulares puede, sin duda, tener una influencia positiva en la recaudación (como demuestra el hecho de que las películas, en plena “era del contenido ilimitado”, no recaudan menos, sino más), pero sin duda, los primeros días tras el estreno resultan cruciales en el rendimiento económico, sobre todo teniendo en cuenta que los mecanismos de medición no se han adaptado aún a esa realidad. Los usuarios que descargan una película o serie pasan automáticamente a formar parte del fenómeno que rodea a la misma, y acaban redundando en una mayor recaudación, como lo demuestra cada semana la evidente correlación entre los contenidos más descargados en redes P2P y los datos del Box Office publicados oficialmente. Lo mejor que le puede ocurrir al productor de un contenido es que éste llegue a ser líder en la lista de descargas.

Hubo una época, cuando el mundo no estaba conectado, en que un productor podía crear una serie, programarla entera en un mercado, y posteriormente, con los datos de audiencia en la mano, ofrecerla a otros mercados. No, claramente, el mundo ya no es así. El último episodio de Lost representa claramente el intento de una industria por adaptarse a este mundo de contenidos globalizados, en el que se sabía positivamente que el contenido estaría inmediatamente a disposición de los fans de la serie de todo el mundo, de manera inmediata tras su emisión para el mercado norteamericano. No existe ninguna posibilidad, repetimos, NINGUNA, sea tecnológica, social o legal, de impedir algo así. Pero la cosa va todavía más allá: ante un contenido de este tipo, una serie de culto con un elevado componente de intriga, los espectadores fieles de la serie se encuentran con un problema adicional; los denominados spoilers. Para un fan de Lost, no ver el episodio final supone prácticamente tener que renunciar a la navegación por la web hasta el momento en que pueda finalmente verla, porque invariablemente, en caso de aventurarse en la web, se encontraría comentarios que le arruinarían la intriga y la experiencia. Un seguidor de una serie que sea mínimamente activo en la web y que vea que el episodio culminante de ésta es emitido en otro país, ya prácticamente no tiene la opción de esperarse a que éste sea programado en el suyo, sino que se ve prácticamente abocado a la descarga de dicho contenido para evitar que se lo arruinen: un clic inoportuno, una entrada de blog, un twitt… cualquier actividad en la web puede traer consigo la posibilidad del odiado spoiler.

El contenido ya no solo es global porque sus usuarios así lo quieran o porque la tecnología así lo permita, ¡es global porque no le queda más remedio que serlo!

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?La tecnología es móvil?, en El País

Una conversación larga sobre tendencias tecnológicas con Miguel Ángel García Vega, de El País, ha resultado finalmente en algunas citas en este artículo prospectivo a doble página titulado “La tecnología es móvil” (pdf), publicado en el suplemento de Negocios de ayer domingo.

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?Todo va a cambiar?, resumido en sesenta twitts?

Oscar Paz ha escrito un resumen de mi libro, “Todo va a cambiar“, en sesenta twitts que ha ido publicando a medida que lo leía, extractando frases que para él resumían el sentido del libro. Está en su blog bajo el título “Tuit-resumen del libro ‘Todo va a cambiar’ de Enrique Dans (@edans-@edicionesdeusto)“. Me ha encantado, la verdad.

A estas alturas, el libro ha sido reseñado más de sesenta veces en páginas y medios de todo tipo, que intento ir recogiendo en esta entrada. Ha habido múltiples encuentros virtuales sobre el mismo y entrevistas en radio y televisión, que he procurado recopilar bajo la etiqueta #todovaacambiar. He perdido la cuenta del número de twitts que comentan cuestiones relacionadas con el libro, a los que procuro contestar siempre que puedo.Lo he presentado en múltiples sitios, he disfrutado (un montón, además) de mi primer Sant Jordi en Barcelona, y dentro de poco estaré en la Feria del Libro de Madrid (el domingo 6, a las 12:00 en el stand de Planeta, nº 249, y a las 18:00 en el de Edisofer, nº 332).

La licencia Creative Commons BY NC SA con la que se publicó el libro ya va dando sus frutos: cualquiera que quiera conseguir el libro puede hacerlo en infinidad de sitios en la red, en múltiples y variados formatos, y eso no ha dificultado en absoluto que el libro obtenga unas ventas muy buenas y que haya llegado incluso a estar dos semanas en la lista de los más vendidos. Pero además, existen otras ventajas: ayer, en Facebook, David Cisneros comentaba que acababa de terminar una versión en formato audiolibro locutada mediante Loquendo, que ya está disponible.

Cuando uno publica su primer libro, se le plantean todo tipo de incógnitas, de incertidumbres. En breve se cumplirán tres meses desde la salida al mercado del libro, y aún hay en el tintero algunas novedades relacionadas con el mismo que nos darán todavía para algunas conversaciones. Mi balance de tres meses es, sin ninguna duda, enormemente positivo. Muchas, muchísimas gracias a todos por una acogida tan buena.

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23 mayo 2010

Una sociedad panóptica

En la ilustración de la izquierda, el panóptico, un diseño para un centro penitenciario ideado por el filósofo inglés Jeremy Bentham en 1791, en torno a la idea de permitir que un solo vigilante pudiese observar a todos los presos, sin que éstos tuviesen manera de saber si estaban siendo vigilados o no.

Cada día más, nos aproximamos a una sociedad panóptica. Nuestras cuentas son contrastadas por una entidad, el Ministerio de Hacienda, que nos transmite la sensación de que todo lo ve: nos envía nuestra declaración ya preparada y nos comunica presuntas irregularidades desde una posición de supremacía absoluta, de quien no tiene que hacerse responsable de sus errores pero juzga con despiadada rectitud los de los demás. Circulamos por carreteras en las que en cualquier momento podemos estar siendo vigilados: puede dispararse un flash, y automáticamente ponerte en la situación de discutir en completa desigualdad de condiciones el hecho de que circulases a una velocidad o no. Paseamos por calles trufadas de cámaras tras las que, en cualquier momento, puede haber un ojo detrás… o no haberlo. Navegamos por redes en las que sabemos que determinados actores tienen la potestad de acudir a nuestros proveedores de servicio y a los sitios web que visitamos para exigir información de todos nuestros actos, supuestamente privados.

Cada día más, vivimos en una sociedad panóptica, en la que un solo vigilante, el Estado, puede observar a todos los presos – perdón… “ciudadanos” – sin que éstos tengan manera de saber si están siendo vigilados o no. En muchos casos, la cuestión es todavía más grave: el Estado, retorciendo el mecanismo adecuado, tiene la potestad de sancionar de manera más estricta, incluso llegando a lo poco razonable o a lo directamente injusto, y obtener gracias a ello el incentivo de una mayor recaudación. El coste de la vida en sociedad se incrementa peligrosamente: no solo tienes que pasar por unas prácticas de supervisión determinadas que nunca fueron consensuadas, sino que además debes aceptar que quien las ejerce posea un incentivo para excederse en su función. Y mientras esto ocurre, quienes ejercen la función pública campan prácticamente a sus anchas, sometidos únicamente a una vigilancia voluntarista, en la mayor parte de los casos, mediatizada, cuando no directamente comprada, domesticada, atemperada con subvenciones y prebendas pagadas con el mismo dinero público.

En una dictadura, el Estado utiliza la tecnología y todos los medios a su alcance para vigilar y mantener controlados a los ciudadanos. En una democracia, deberían ser los ciudadanos los que utilizan la tecnología para vigilar de manera constante y efectiva el desempeño del Estado. ¿A qué se parece más y qué tendencia sigue la sociedad en la que vives?

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22 mayo 2010

Conferencias y plataformas

Las conferencias de las empresas de tecnología marcan cada día más el panorama de la industria: RIM con su DevCon, Facebook y su f8, Apple con WWDC, Twitter con Chirp, Google con su recién clausurado Google I/O… un número cada vez más elevado de citas en las que se producen anuncios de todo tipo: nuevos productos, versiones, hitos en ventas o en difusión… auténticas orgías mediáticas en las que se congregan directivos, programadores, empresas, analistas, prensa, bloggers, fanboys y todo el ecosistema asociado a una empresa en concreto. En muchos casos, las empresas llegan incluso a abandonar otro tipo de eventos generalistas que antes eran prácticamente citas obligadas, para concentrarse en los que ellas mismas organizan.

En una industria caracterizada cada día más por las estrategias de plataforma, las conferencias se convierten en la manera de agasajar a la pieza fundamental que determina el éxito, los desarrolladores. Se trata de fomentar la sensación de pertenencia, de permitir que se perciba la verdadera dimensión de la compañía, aunque esta sea, como en el caso de Twitter, una pequeña empresa de menos de cuatro años de antigüedad y solo ciento cuarenta trabajadores. Un tipo de eventos que se han convertido en el auténtico pulso del sector, y que gracias a la proliferación de dispositivos y aplicaciones para enviar textos, vídeos e imágenes en el momento, pasan a tener una trascendencia y visibilidad instantáneas, un efecto amplificador que satura los canales de comunicación habituales. Siempre ha habido conferencias de este tipo, pero nunca tantas: son, sin duda, un signo de los tiempos, de unos tiempos marcados por empresas que se convierten en puntos centrales, en plataformas para que una serie de terceros trabajen para proporcionarles su verdadera dimensión. Hace años, las empresas vendían productos y servicios, y la cosa acababa ahí. Ahora, en el mundo de la tecnología, o te conviertes en plataforma, o dejas de ser importante.

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21 mayo 2010

Los límites del uso de la información de los usuarios

Una noticia en el WSJ, Facebook, MySpace confront privacy loophole hace saltar todas las alarmas en lo relacionado con uno de los temas más candentes y en abierta discusión actualmente en todos los ámbitos de la sociedad: la privacidad.

En realidad, la discusión se inicia con algo parecido al “¡en esta casa se juega!” de Casablanca: todo el mundo sabía, en cierta medida, que algunas páginas web estaban compartiendo información de sus usuarios con terceras partes como agencias de publicidad. Pero reflejarlo en forma de titular de prensa tiene sus consecuencias, y es muy bueno que se produzca el debate sobre el tema. Pensemos que en algunos casos, este tipo de información se estaba compartiendo “con luz y taquígrafos” y a la vista de todo el mundo, mediante métodos en algunos casos tan simples como utilizar los query string de las URL (esas URL que “crecen” cuando provienen de un lugar determinado, con argumentos que se añaden detrás de un parámetro “?”) ¿Debe parecernos aceptable que un sitio web comparta información sobre sus usuarios con un tercero? ¿Es razonable, es una práctica común de negocios, que una tercera parte con la que no hemos acordado nada como usuarios en términos de privacidad, acceda a nuestra información?

La respuesta es clara y taxativa: NO. Así, en mayúscula y en negrita. Y conviene argumentarlo cuidadosamente, porque es uno de los temas peor entendidos en este ámbito: el comentario “es que tal sitio vende mis datos” es muy habitual, y en muchos casos resulta directamente falaz: lo que sigue será perfectamente sabido y de pleno sentido común para muchos, pero según lo que veo en clases y conferencias, no para todos.

Veamos: desde un punto de vista de estricto sentido común, que un usuario comparta datos con un servicio o sitio web es perfectamente normal. Es el usuario el que tiene que preocuparse de leer los términos de uso, de entenderlos, de aceptarlos y de invocarlos si se incumplen (aunque no lo haga). En la responsabilidad del sitio web estará el explicar esas políticas de manera comprensible, no hacerlo en veinte páginas de letra minúscula y escrita en idioma “legalés” solo comprensible por abogados con veinte años de ejercicio, y comunicarse con sus usuarios con el fin de crear una relación de mutua comprensión y respeto. Asimismo, será su responsabilidad custodiar esos datos adecuadamente, proporcionar el derecho a la consulta, eliminación o rectificación, y todo lo que el ámbito legal correspondiente exija en este contexto.

A partir de ahí, el sitio web podrá, si lo desea y así estaba expresado en esos términos de uso, gestionar con una tercera parte que ésta tenga ACCESO a los clientes definidos por esos datos, pero NUNCA LOS DATOS EN SÍ. Me explico: si yo, empresa X, quiero anunciarme en la red social Y, podré dirigirme a dicha red social y decirle que quiero poner mi anuncio ante los ojos de aquellos clientes de la red social Y que sean morenos, de ojos verdes, altos, que residan en el barrio de Salamanca y que tengan ingresos de más de sesenta mil euros. Si la red social Y tiene esos datos y es capaz de llevar a cabo esa segmentación de acuerdo con los términos de uso que firmó con sus usuarios, perfecto. A partir de ese momento, la red social Y podrá tomar el anuncio que le facilite la empresa X, exhibirlo ante el subsegmento de clientes solicitado, y facturar a la empresa X en los términos que acuerden (por exhibición, por clic, por lead, por acción…)

Lo que en modo alguno podrá hacer la red social Y es facilitar a la empresa X los datos de esos clientes que obran en su poder, sean éstos los que sean. En uso del sentido común, tantas veces el menos común de los sentidos, la red social Y no debería querer hacer eso: hacerlo significa ceder esos datos, algo que el usuario en su sano juicio no debería autorizar, y que ademas compromete el modelo de negocio de la propia red social, porque una vez que la empresa tiene esos datos en su poder, podría presuntamente acceder a esos clientes sin necesidad de su mediación. Podré, por tanto, ver un anuncio de la empresa X completamente adaptado a mi perfil que hace uso de todos los datos que yo he intercambiado con la red social Y para su correcta administración, PERO tendré que tener la seguridad de que mis datos no han salido de dicha red social Y, y sobre todo, que no se encuentran en poder de la empresa X. En el momento en que lo que ocurre es, como dice el WSJ, que

Advertising companies are receiving information that could be used to look up individual profiles, which, depending on the site and the information a user has made public, include such things as a person’s real name, age, hometown and occupation.

la cuestión, simplemente, rebasa el límite de lo aceptable, y requiere un marco que así lo contemple y permita establecer las responsabilidades y sanciones adecuadas.

La idea de empresas y medios pasándose los datos de los usuarios de unos a otros de manera casi promiscua es sencillamente insultante. Si un usuario decide marcar esa casilla de “acepto que mis datos personales sean compartidos con socios comerciales, etc.” a estas alturas, es sencillamente un descerebrado, porque está dando a ese sitio una auténtica carta blanca, una “licencia para matar”. Nuestros datos son nuestros: podemos cederlos a un tercero si eso redunda en un servicio que nos interesa, en una mejor experiencia o en algo que, de manera general, estamos dispuestos a aceptar. Pero no permitir que pasen de mano en mano como la falsa moneda, se compren, se vendan, y acaben llegando a aquellos con quienes nunca hemos firmado nada. Ese, no otro, es el tema en discusión. Para un español, acostumbrado ya a un entorno muy restrictivo (en algunas ocasiones puede que incluso demasiado) en estos temas, una discusión casi superada. Pero para un entorno como el de la red y países mucho menos garantistas en este ámbito, algo que conviene aclarar y dirimir de la mejor manera posible. Bienvenida sea la discusión.

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?Crowdsourcing?, columna en Expansión

Mi columna en Expansión de esta semana se titula Crowdsourcing, e intenta explicar el concepto y las nociones fundamentales del tema a un lector generalista de prensa económica. Ejemplos que van desde la propia Google hasta cuestiones aparentemente banales en su planteamiento, como Twitter o Foursquare, pero que toman su verdadera dimensión cuando son analizadas desde la óptica del crowdsourcing.

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20 mayo 2010

?If you think excellence costs too much, wait ?til you get the bill for mediocrity?

Si crees que la excelencia es cara, espera a que te llegue la factura por la mediocridad”

(Leído en la revista de Antiguos Alumnos de UCLA)

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Foursquare: explorando el modelo de negocio

Veo en Mashable, Mayors of Starbucks now get discounts nationwide with Foursquare cómo Foursquare empieza a explorar su modelo de negocio con acciones específicas y cuantificables: los que obtengan la categoría de Mayor en un Starbucks podrán obtener, mostrando su terminal en la tienda, un descuento de un dólar en un producto concreto, un Frapuccino, que viene a significar en torno a un 25% en función de tipo y tamaño solicitado.

La experiencia llega en un momento interesante, cuando Facebook se prepara para competir con sus aplicaciones de geolocalización, y a través de una empresa como Starbucks, de amplísima popularidad dentro de la red social: poder mostrar a una empresa con una red geográficamente distribuida por todo el mundo apostando por el desarrollo de estrategias de fidelización con Foursquare no parece una mala estrategia. La experiencia anterior de Starbucks con Foursquare se había limitado a ofrecer un badge propio, “Barista”, a aquellas personas que habían hecho check-in en cinco Starbucks diferentes, un tipo de iniciativa que ha sido desarrollada también por un número ya bastante interesante de empresas, pero sin ningún tipo de contrapartida más allá de la gracia de tener un badge que otros no tienen.

Resulta curioso como este tipo de cosas, la parte más aparentemente lúdica o incluso frívola de competir con tus amigos por los puntos o por tener más badges que ellos, pueden jugar un papel importante en la estrategia de una compañía: tras alcanzar la fase de difusión exponencial, Foursquare sabe que su modelo va a ser imitado, sea por Facebook, por Gowalla o por otros que puedan surgir. A partir de ese momento, la sostenibilidad de Foursquare se basa en mantener su red y evitar deserciones a otros servicios, una fenómeno en el que juega un papel fundamental todo elemento capaz de anclar a un usuario a la red: el hecho de tener que rehacer tu red de amigos en otra aplicación, por ejemplo, resulta fundamental, porque muy posiblemente ni encuentras a todos tus amigos en la alternativa (efecto red derivado del tamaño), ni te apetece nada volver a empezar a construirla. Dejar atrás, por ejemplo, tu bagaje de puntos o tu colección de badges que en su momento te hizo cierta “ilusión” obtener pasa de ser una cuestión meramente anecdótica, a ser algo que te fideliza al servicio, que se convierte en un auténtico freno al abandono.

Hoy mismo tengo la discusión en mi grupo del International MBA sobre el modelo de negocio de Foursquare, para la cual han publicado previamente sus opiniones en sus blogs personales a modo de establecimiento de posición. La experiencia de leer cuarenta y nueve opiniones de personas de veinticinco nacionalidades tiene su auténtica gracia: veremos si después de las 15:00, que salgo de esa clase, no me da por actualizar la entrada… :-)

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19 mayo 2010

En La Gran Manzana, de la COPE

Anteayer estuve en La Gran Manzana, un programa de la COPE, hablando de “Todo va a cambiar“, del impacto de la tecnología, de actitudes ante la misma, etc. La entrevista ocupa unos diez minutos de programa, el audio está debajo de estas líneas.

Descargar fichero de audio (lagranmanzana-COPE.mov)

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18 mayo 2010

Hablando sobre Facebook, en Público

Miguel Ángel Criado me lanzó un par de preguntas para documentar su artículo titulado “Primeros abandonos en la ‘adictiva’ Facebook“, publicado hoy en Público, en el que habla del presunto mal momento que vive la red social, presa de protestas y supuestas deserciones de usuarios reclamando un mejor tratamiento de la privacidad. Mi visión es justamente la opuesta, y avalada además por los datos: Facebook no solo no está pasando por un mal momento, sino que ha incorporado más de diez millones de usuarios desde que en el pasado f8 anunció la batería de cambios contra la que determinados profetas pretenden protestar. En realidad, el problema que tienen algunos no es con Facebook, sino con la cambiante concepción de la privacidad en el entorno de la sociedad en su conjunto.

A continuación, como hago habitualmente, copio el intercambio completo de preguntas y respuestas con Miguel Ángel Criado:

P. Los problemas de privacidad de Facebook, son fruto de que no la considera una prioridad o son más un fallo de los propios usuarios?

R. Los problemas de Facebook con la privacidad no tienen nada que ver con Facebook: son la consecuencia de la evolución de la percepción de la privacidad en la sociedad, algo que podemos ver perfectamente si observamos a los jóvenes actuales, o si nos paramos a pensar en lo absurdo de quienes quieren socializar y tener una vida completa en la red mientras piensan que pueden esconder todo sobre su vida como si fuesen terroristas encapuchados. El problema no lo tiene Facebook, lo tiene la propia sociedad: una sociedad que llegó al concepto de privacidad como un accidente, cuando los grupos humanos residentes en núcleos pequeños en los que no existía la privacidad se trasladaron a grandes ciudades en las que las personas no eran capaces de abarcar la totalidad de los datos del creciente número de personas indiferenciadas que les rodeaban en inmensos bloques de apartamentos. Ahora, merced a la tecnología, hemos vuelto a las aldeas: puedes ver el nombre de un vecino en su buzón, y enterarte de toda su vida mediante unas cuántas búsquedas bien atinadas. No, el problema no es de Facebook: quien quiera, puede poner sus opciones de privacidad en Facebook tan cerradas como las de una monja de clausura. Pero no quieren, porque ello les impide ciertas cosas, ser encontrados por sus compañeros de colegio o localizados por la vecina rubia del quinto: prefieren protestar, y decir que la culpa es de Facebook, en lugar de suya por no haber ni siquiera entrado a cambiar las opciones de privacidad que venían por defecto.

P. Crees que la eclosión de pequeñas redes y software para crearlas puede poner en aprietos a Facebook?

R. En absoluto. Las redes horizontales solo tienen sentido a partir de una dimensión muy elevada, la que permite que encuentres a un porcentaje alto de tu red en ellas. Una red ad hoc sirve para un propósito coyuntural y puede ser muy interesante, pero el trabajo de mantenerla actualizada choca con su escasa dimensión y sus carencias a la hora de gestionar la red. Siempre existirá una red horizontal de propósito generalista donde desarrollemos una gran parte de nuestra vida social, sea Facebook u otra, una red en la que no tiene demasiado sentido andar encapuchado, aunque ello lógicamente no implique que tengamos que compartirlo todo con todo el mundo. En las redes sociales falta mucho desarrollo del protocolo de uso, pero eso no es una carencia de las redes sociales: lo es de los usuarios.

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The Great Firewall of China: una lectura comercial

La Comisaria Europea de Agenda Digital y anterior Comisaria Europea de la Competencia, Neelie Kroes, añade una dimensión adicional y muy interesante al asunto del bloqueo ejercido por las autoridades chinas a un creciente número de páginas web situadas fuera de sus fronteras: darle la consideración de un impedimento al libre comercio, y solicitar la actuación de la World Trade Organization (WTO).

La interpretación es clara: el bloqueo de páginas web desde el enorme mercado chino supone una clara amenaza al comercio desde Europa y equivale, en el caso de muchas páginas de tipo comercial o medios de información, a un bloqueo comercial: independientemente de la barrera del idioma, el bloqueo supone que mientras los ciudadanos europeos pueden acceder a páginas situadas dentro de China y adquirir productos o servicios o ver publicidad en ellas, los ciudadanos chinos puede ser objeto de bloqueo al intentar acceder a páginas ubicadas fuera de China, algo que resulta inaceptable dentro de las relaciones comerciales. La evidencia es clara: aquellas empresas que desde dentro de China desean mantener relaciones comerciales con empresas situadas en el exterior del país, precisan del uso de redes privadas virtuales con el fin de evitar los bloqueos gubernamentales.

Por el momento, el gobierno chino ha mostrado una total indiferencia hacia las peticiones de apertura fundamentadas en torno a los derechos humanos. Pero mantener la misma actitud con respecto a cuestiones relacionadas con el libre comercio podría ser más complejo, y acabar conllevando incluso la amenaza de sanciones comerciales. ¿Podría esta aproximación al tema terminar siendo la base para forzar una mayor apertura en el país asiático?

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?Blogueros: la venganza rentable de los amateurs?, en Expansión

Tino Fernández, de Expansión, me llamó para documentar su artículo titulado “Blogueros: la venganza rentable de los amateurs” (ver en pdf), en el que perfila a varios de los bloggers más exitosos de los Estados Unidos (Arianna Huffington, Pete Cashmore, Nick Denton, Tina Brown, Matt Drudge y algunos otros) y se pregunta acerca de las razones del éxito del modelo.

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17 mayo 2010

Entrevistado por Rafa Osuna

Rafa Osuna anunció hace poco tiempo que retomaba sus meme-entrevistas, y hoy publica “Meme-entrevista: Enrique Dans“, diez preguntas contestadas en formato corto, y un envite para el siguiente entrevistado.

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Mañana 18 de mayo, Asamblea General de la SGAE: las propuestas de los socios sin derecho a voto

Mañana, día 18 de mayo, la SGAE celebra su Asamblea General en Madrid. Como en todas las ocasiones anteriores, la entidad a la que nuestro gobierno permite impunemente ejercer un monopolio a todas luces lesivo para los intereses de todos (excepto los de sus gestores), vuelve a dejar sin voz ni voto al 90% de sus socios, que no pueden, por tanto, exponer sus propuestas para solucionar los problemas de la entidad.

Con el fin de hacer que dichas propuestas alcancen la visibilidad que la SGAE, por sus claramente abusivos y antidemocráticos estatutos, se niega a darles, un grupo de socios las ha hecho llegar a EXGAE, y solicita colaboración en su difusión. Las propuestas abarcan desde auditorías a todo el Grupo SGAE y empresas relacionadas realizadas por Hacienda, paralización del plan ARTeria y liquidación de su financiación, o desarrollo de un verdadero plan de pensiones para los autores y compositores en lugar de dedicarse a la especulación inmobiliaria, hasta la suspensión de empleo y sueldo a Eduardo Bautista y los integrantes de la Junta Directiva, que han llevado a la SGAE a la lamentable situación actual de ser la entidad más odiada de nuestro país.

A continuación, reproduzco de la página de EXGAE el texto de las propuestas. Vale la pena leerlas con detenimiento: indican hasta qué punto la situación de los derechos de propiedad intelectual se ha convertido en una aberración absurda e injusta que, por algunas razones difíciles de comprender, se mantienen como prebendas incomprensibles sostenidas por unos políticos .

PROPUESTAS DE SOCIOS DE SGAE PARA SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS DE LA ENTIDAD

Debido a la negativa imagen de la SGAE y otras entidades de gestión ante toda la ciudadanía, los autores, compositores y artistas nos estamos viendo muy perjudicados. Hay un enfrentamiento continuo con la sociedad al que hay que buscar salida, enfrentamiento compuesto de canon, descargas y desmedido afán recaudatorio. También hay muchos aspectos internos de la entidad que deben cambiarse. Por ejemplo:

  • El déficit democrático y de representatividad de autores y artistas, con menos de un 10% de socios con derecho a voto.
  • La falta de transparencia, sin auditorías verdaderas. El inescrutable sistema de sondeos, realizado entre otros por una empresa propia (CIMEC).
  • Que “no se encuentren” a quién pertenecen demasiados derechos, que pasan al Pendiente de Identificación. En 2007 se acumulaban 300 Millones de €. Al cabo de cinco años, ese dinero ya no se reparte y pasa a las arcas, lo que incentiva la mala gestión a la hora de identificar los derechos, obstaculizando el eficaz reparto (Memoria SGAE 2008). En lugar de repartir eficazmente, se invierte en patrimonio inmobiliario.
  • El que el reparto del dinero de los derechos y del canon, descontados gastos de gestión, sea el siguiente:
  • 75% del dinero repartido va a sólo un 1,73% de los socios,
  • 25% del dinero repartido va a un 35 % de los socios,
  • y un 63% de socios no cobran nada. 0 € (informe de AEVAL).
  • La imposibilidad para el autor o artista de saber si le están pagando correctamente o no por parte de la SGAE, así como las trabas de ésta a la hora de reclamar, exigiendo certificados de emisión y otros datos que ellos mismos deberían aportar.
  • Decisiones como hipotecar por 400 millones de euros a nuestra sociedad la SGAE para financiar ARTeria, no las puede tomar una asamblea que sólo representa a menos del 10% de los socios. (informe trabajadores de SGAE).

Todos estos asuntos, entre otros, habría que tratarlos en la asamblea de SGAE.

Exijamos que se revise a la baja la pensión de Eduardo Bautista y los otros directivos. Que se investigue a todas las empresas que cuelgan de la SGAE, especialmente a las que al ser deficitarias, la SGAE inyecta dinero de los autores una y otra vez.
Deberíamos reflexionar si es correcto el modelo actual de gestión, en el que en una misma entidad conviven intereses contrapuestos, editores y creadores/artistas, al estilo de los antiguos sindicatos verticales franquistas. En un modelo como éste, los creadores/artistas y los ciudadanos siempre tendremos las de perder.

Exijamos:

  1. Auditorías ya a todo el Grupo SGAE y empresas relacionadas, realizadas por Hacienda.
  2. Encuestas a los creadores y artistas sobre su situación económico-social, y sobre su opinión de la gestión realizada por SGAE y el trato recibido desde la entidad.
  3. Una inmediata revisión de la ponderación del voto para que en la organización de la SGAE se represente la voluntad de todos los socios y no sólo de ese pequeño porcentaje (menos del 10%).
  4. Paralización del plan ARTeria y liquidación de su financiación.
  5. Mejorar la poca eficacia en la Identificación de los derechos, dedicando más recursos humanos y técnicos para ello. Moratoria en la caducidad del Pendiente de Identificación hasta que se revisen los repartos de los últimos 15 años.
  6. Un verdadero plan de pensiones para los autores y compositores, y no invertir en edificios; nada de gestionar teatros, esto no es el objetivo de la SGAE, sino que lo es de los empresarios teatrales, no hay que invadir terrenos. Si se sale fuera de la gestión de derechos de autor, que sea en el campo de la protección a los mayores en mala situación económica, creando hogares para autores y artistas retirados sin recursos.
  7. Suspensión de empleo y sueldo a Eduardo Bautista y los integrantes de la Junta Directiva, que nos han llevado a la lamentable situación actual. Considerar una posible intervención en la entidad de un equipo técnico dependiente de (por ejemplo) Hacienda, Interior y Cultura, que, junto con la totalidad de los socios, y revisando la historia de la entidad, corrijan los errores de la Sociedad General de Autores y Editores, antes conocida como la Sociedad General de Autores de España.
  8. Dejar de ser usados como escudos humanos por una industria que lucha a muerte contra las descargas gratuitas y legales de Internet, que en muchos casos a los autores y artistas nos benefician con una mayor difusión de nuestra obra.

EXIJAMOS UNA REVISIÓN DEL PAPEL Y EL FUNCIONAMIENTO DE LA SGAE, Y DEL MODELO CULTURAL DE NUESTRO PAÍS.

Contactos:
exgae:
639 02 58 65

Socios SGAE:
677 35 39 82
660 13 81 81

Documentación:

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16 mayo 2010

Multiconversaciones

Me resulta muy curioso cómo el avance en la construcción de una web cada vez más rica y diversificada redunda en la aparición de “multiconversaciones”, conversaciones ramificadas a partir de un tema determinado y que se desarrollan de manera paralela en diversos soportes.

El punto de inicio de esas conversaciones, en mi caso, puede ser una entrada en el blog, en Twitter o en Facebook. La conversación se establece normalmente en los propios comentarios del blog, pero desde que situé los botones de compartición social bajo las entradas, suelen generar hilos adicionales en Twitter, Facebook y Buzz. En algunos casos, pocos, soy yo el que directamente envío la entrada recién escrita a Twitter. A Facebook se trasladan de manera automática mediante las Notas (una aplicación que falla bastante, por cierto, y que en numerosas ocasiones tengo que reiniciar para que funcione adecuadamente). A Buzz y a LinkedIn van también solas por sindicación del feed, mientras que a Menéame van solo cuando alguien las envía (en ningún caso lo hago yo, eso del automeneo es muy malo, dicen que te quedas ciego y te sale pelo en la palma de las manos :-)

El camino de retorno es igualmente variado: en Twitter, bien esté en el ordenador o en la BlackBerry, monitorizo con bastante frecuencia las respuestas a @edans, lo que me permite contestar generalmente rápido. Suelo contestar a casi todo el mundo que me dice algo que sea contestable, aunque en la mayor parte de los casos, lo hago mediante mensaje directo. En Facebook, mis entradas suelen generar también un buen nivel de comentarios y Likes, y algunos de esos comentarios los contesto también en el propio hilo generado en Facebook. En LinkedIn se producen algunos comentarios, que igualmente tiendo a contestar allí. Menéame cuenta con su propio plugin y me permite importar la conversación correspondiente a la propia entrada del blog: es el reflejo de una época en la que, iluso de mí, pretendía ser capaz de consolidar las conversaciones en un mismo sitio. Además, los comentarios en Facebook y en LinkedIn aparecen en mi bandeja de entrada en el correo, para mejorar el tiempo de respuesta (hago lo mismo con los comentarios del blog, lo que me permite aprobarlos o eliminarlos en el momento en que los veo y con un solo clic). En Buzz, aquellas entradas que reciben comentarios pasan a aparecer en la bandeja de entrada de Gmail, lo que me permite también responder cuando es preciso. Finalmente, las conversaciones o reacciones generadas en otras páginas ya no las monitorizo mediante búsquedas (hace tiempo utilizaba Technorati o Google Blogsearch, pero las acabé eliminando por poco operativos), sino simplemente mediante el trackback generado (en los casos en que se genera) o, en la mayor parte de los casos, mediante el seguimiento de los orígenes del tráfico en mis estadísticas.

En general, creo haber conseguido un nivel de conversación bidireccional bastante razonable: se alimenta rápidamente, y me permite responder en condiciones sin necesidad de dedicarle una atención constante, más allá de la que supone hacer unos pocos clics en las pestañas de mi Firefox o en la bandeja de mi correo en la BlackBerry, que además ya iba a hacer para monitorizar mi correo electrónico. Por otro lado, la reconstrucción de las conversaciones pasado un tiempo ya no resulta tan sencilla: volver a encontrar un comentario que te hicieron en Facebook o en algunas otras aplicaciones resulta todo un problema, como lo es en ocasiones recordar en cuál de ellas te lo hicieron.

Mi percepción, en general, es que no todas las conversaciones persisten en el tiempo: las de Twitter, Facebook, Buzz o LinkedIn tienen un componente más coyuntural al que raras veces vuelves, mientras que las del blog o las de Menéame permanecen asociadas a la entrada, accesibles en cualquier momento. Y de lo que no tengo dudas es de que el ecosistema conversacional se está haciendo, con el tiempo, más rico, pero también más complejo en su gestión.

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15 mayo 2010

Traduciendo?

El tipo de función que me habría encantado tener en el viaje del que acabo de volver: Google añade la función de traducción en Google Goggles: simplemente apuntas con la cámara de tu teléfono a un texto escrito en un idioma determinado (por el momento, únicamente desde inglés, francés, italiano, alemán y español), Goggles lo escanea, lo reconoce, y te ofrece la traducción al idioma que elijas.

Google Goggles es uno de esos programas con apariencia verdaderamente futurista, de los que habitualmente utilizo para “presumir” de las cosas que la tecnología es capaz de hacer: apuntar a un logotipo y que te lleve a la página web de la marca correspondiente, a un código de barras y que te proporcione información del producto, o a una botella de vino y que te ofrezca sus notas de cata son funciones llamativas, en las que los fallos (que los hay) se toleran, y que simplemente exige llevar un terminal con Android 1.6 o mayor en el bolsillo. Pero el detalle de añadirle idiomas lo convierte en algo impresionante, sobre todo si acabas de volver de un viaje a China y has tenido esa curiosa sensación de caminar por las calles sintiéndote un completo analfabeto.

En otro orden de cosas, Google también acaba de añadir el euskera a los idiomas que es capaz de traducir desde sus Google Language Tools. Está todavía en versión alfa, lo que supone una oportunidad importante par que los usuarios mejoren el producto probándolo y proponiendo traducciones “humanas” para las frases más habituales, una posibilidad que redunda en una gran ganancia de calidad en los resultados obtenida de manera más rápida. Las traducciones automáticas de Google son otra buena herramienta para cuando estás en un país extranjero: en esta ocasión, nos ha tocado utilizarlo para pedir cosas en restaurantes, por ejemplo, bien intentando pronunciar lo que la máquina nos devolvía, o incluso en ocasiones buscando en Google Images y recurriendo a señalar la imagen de lo que queríamos. Está claro que la necesidad aguza el ingenio… :-)

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14 mayo 2010

Entrevista en vídeo en MPG Community

Hace unas semanas rodé una entrevista en vídeo para MPG Community, con Javier Barrio, responsable de Marketing Online y Doble Cero de El Corte Inglés como interlocutor. Salieron temas como las descargas “irregulares” (que no ilegales), el iPad, el consumo de medios, y algunos otros. El resultado lo tenéis en esta página.

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Hablando sobre Facebook y privacidad, en Cinco Días

Marimar Jiménez me pidió que respondiese a unas preguntas sobre Facebook y la privacidad, y una parte de lo que comentamos aparece hoy recogido en el artículo que ha escrito con Santiago Millán, titulado “Los problemas de privacidad dañan la imagen de Facebook”. Como es habitual, publico a continuación el intercambio completo de preguntas y respuestas que me crucé con Marimar:

P. Los últimos cambios introducidos por Facebook han levantado muchas críticas por parte de los usuarios que ven atacada su privacidad. ¿Crees que Facebook no está evolucionando correctamente o lo está haciendo de forma demasiado agresiva (como "elefante en una cacharrería", para entendernos)?

R. Facebook ha cambiado la configuración de las opciones de privacidad de los usuarios de una manera que muchos pueden ver como agresiva: muchos pasan a compartir más información de la que compartían antes del cambio, y aunque tuvieron que autorizar dicho cambio a través de un formulario, es verdad que la forma de presentarlo no ha sido especialmente clara. Por otro lado, un usuario que de verdad esté preocupado por su privacidad puede perfectamente meterse en las opciones de privacidad de Facebook, y retornar la cuenta a sus condiciones anteriores, o incluso a unas más cerradas: no existe más problema en eso más que pasar el trabajo de entender dichas opciones y lo que conllevan, algo por lo que cualquier persona especialmente celosa de su privacidad debería pasar. Lo que no podemos es quererlo todo: interaccionar en una red social versátil y rica, mantener espacios de privacidad claramente definidos, y seguir utilizando las opciones por defecto que nos da la red social. Es preciso tomar opciones en esa dinámica: a día de hoy, si un usuario quiere privacidad en Facebook, puede tenerla perfectamente con solo molestarse en configurar un poco sus opciones. El que da “café para todos” a sus amigos, conocidos, compañeros de trabajo, familiares y demás grupos que en buena lógica deberían ser tratados de maneras diferenciadas no es Facebook, es el usuario.

P. ¿Qué está haciendo mal en tu opinión, si es que crees que está haciendo algo incorrecto? ¿Y por qué?

R. Posiblemente podría hacer mucho mejor la comunicación de esos cambios, incidiendo en el conjunto de opciones que deben manejarse de cara a que el usuario perciba que es él, y no la red social, el que esté en control de su privacidad. En el mundo en que vivimos, aclarar las opciones existentes en una herramienta relativamente compleja en la que disponemos de más de tres o cuatro páginas de opciones de privacidad cada una de ellas con diversas implicaciones es algo claramente positivo.

P. ¿La decisión de Twitter de empezar a enviar Twiteet publicitarios puede desvirtuar la esencia de lo que ha sido hasta ahora y puede echar a usuarios fuera?

R. No lo creo. Llevo mucho tiempo utilizando clientes de Twitter como ÜberTwitter o Twitterrific que intercalan mensajes publicitarios en la línea temporal (timeline) del usuario, y realmente la molestia es mínima, incluso teniendo en cuenta que se trata de publicidad bastante indiscriminada. Si Twitter hace un trabajo decente a la hora de contextualizar mínimamente esos mensajes, dudo mucho que la publicidad suponga una alteración real de las pautas de comportamiento de los usuarios.

P. Facebook también se ha apuntado a la publicidad y al comercio electrónico. ¿No puede pasar de convertirse de ser una red social a convertirse en un portal "tradicional" o como en su momento Second Life que de atraer a mucha gente que buscaba relacionarse en un mundo virtual pasó a ser un centro comercial?

R. Facebook es una red que se distingue por ser más eficiente que otras a la hora de proporcionar contexto a las relaciones sociales. Y es evidente que entre nuestro contexto hay muchas cuestiones que poseen una clara connotación comercial, y que pueden ser utilizadas sin resultar especialmente invasivo. Además, la red puede ser una plataforma perfecta para el intercambio de información, productos y servicios entre particulares y empresas, algo que está empezando a suceder en muchos casos con muy buenas dinámicas: ¿porqué asumir que los usuarios van a sentirse atacados cuando hasta el momento no está siendo así? Facebook tuvo una muy mala experiencia con Beacon y aprendió de ella, no parece que quiera repetir errores del pasado en ese sentido, y sería absurdo renunciar a servir de plataforma para la evolución de la publicidad del futuro…

P. ¿Crees que Facebook y Twitter están diseñando una estrategia o un modelo de negocio claro en busca de ser rentables o están dando demasiadas vueltas para llegar a ese punto? ¿Qué crees que necesitarían?

R. Creo que Facebook o Twitter parten de una base clara, que es el haber desarrollado productos fantásticos capaces de atraer la atención de muchos millones de usuarios, pero que llegado un momento dado, deben evolucionar para permitir la generación de ingresos viable sin resultar molestos o agresivos de cara a éstos. La idea inicial sin ningún tipo de modelo de negocio a la vista puede ser muy bonita y muy romántica, pero es eso… romántica. Las cosas deben integrarse dentro del ecosistema económico para subsistir. En ese sentido, están dando vueltas a diferentes conceptos, en ocasiones de manera fallida (Beacon fue un caso claro, con noticias en los informativos de televisión y críticos escribiendo obituarios) y en otras de manera acertada (la plataforma de aplicaciones fue una gran idea y una implementación muy bien llevada, que posibilitó un crecimiento brutal para la red). Es normal que este tipo de cosas no salgan a la primera, sino sería algo que podría hacer todo el mundo.

P. Search Engine Land ha descubierto que una de las búsquedas más populares en Google en los últimos días es "cómo puedo borrar mi cuenta en Facebook…" ¿Cómo ves que puede evolucionar este asunto? ¿Ves que Facebook o Twitter pueden sufrir una marcha masiva de usuarios no contentos? ¿Crees que van a surgir otras redes sociales alternativas más "puras" entendiendo como tal la filosofía de arranque de Facebook o Twitter?

R. Es algo que se lleva mucho tiempo diciendo de muchas aplicaciones, pero en realidad, no han descendido en su tasa de incorporación de usuarios más allá de lo vegetativo o lo anecdótico. A muchos les gustaría escribir el fin de Facebook o de Twitter porque suponen discontinuidades muy fuertes en la forma de hacer las cosas, de relacionarnos, de informarnos, de ver publicidad… pero la realidad es que, por mucho que les apetezca a algunos, Facebook y Twitter siguen creciendo. Y si alguna dejase de crecer, aparecería una propuesta de valor similar, porque es evidente que estamos hablando de satisfacer las necesidades más básicas de la comunicación humana, y que este tipo de aplicaciones está aquí para quedarse. De agoreros digitales y profetas tremendistas está el mundo lleno.

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?Astroturfing?, en Expansión

Una presunta filtración de una supuesta presentación usada en una reunión de empresas de telecomunicaciones, que finalmente se ha probado como falsa, me sirvió hace un par de días para ilustrar mi columna de Expansión hablando del fenómeno del astrofurfing, un término relativamente poco conocido fuera de la red pero que ya ha sido utilizado en ciertas ocasiones por dicha industria. Aunque esta vez la historia haya resultado falsa y ya haya sido rectificada por los medios que la dieron como noticia y que yo utilicé como fuente, la idea de financiar movimientos presuntamente ciudadanos para simular una resistencia a un concepto como la neutralidad de la red ya fue probada por las empresas de telecomunicaciones en el caso de un grupo, Hands off the Internet, que se demostró financiado por un grupo de empresas del sector, y que actualmente muestra una página vacía.

En este caso, la presentación presuntamente filtrada proviene de una fuente falsa, un ejercicio llevado a cabo por un grupo de MBA que creó también la página web, proporcionándonos así todo un slogan: “neutralidad de la red, no brutalidad de la red”.

Vaya en cualquier caso por delante mi evidente y necesaria rectificación.

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13 mayo 2010

La importancia de la netiqueta en Facebook

Este artículo, Ten things not to do on Facebook, se une a un buen montón de ellos que he visto acerca del desarrollo e interpretación de la netiqueta en Facebook (recuerdo especialmente este de Blogoff, en español, que me había gustado mucho, “10 situaciones que quieres evitar en Facebook y cómo hacerlo“) y que vienen muy al caso dado el fortísimo incremento en popularidad, críticas y debates que está viviendo la omnipresente red social. Así que, dada mi reciente escalada en actividad y exploración dentro de Facebook, no quería dejar pasar la oportunidad de contribuir un poco al tema, comentando sobre algunos de los temas que he visto recogidos en diferentes sitios y sobre mi propia experiencia.

Obviamente, no se trata de ningún decálogo ni de una recetas infalibles para ninguna pócima secreta. Son simplemente algunas ideas a contrastar, pero me interesa mucho tener algo de feedback al respecto:

  • Algunas cosas, más que obvias, me parecen de puro sentido común: no te dediques a enviar regalitos, invitaciones a aplicaciones, causas, etc. de manera indiscriminada. Eso son cosas del 2007, de cuando Facebook lanzó su plataforma de aplicaciones y todo el mundo se lanzó al “paroxismo aplicacional”. Eso ya pasó, ahora se debe ser selectivo y cuidadoso: no se trata de que no las uses, sino de que envíes a cada persona las que le pueden interesar o resultar divertida. Si ya has hecho envíos masivos, ten en cuenta que muchos usuarios empiezan a  bloquear a los usuarios especialmente pesados con eso, y tiene toda la lógica del mundo que así sea. Fuera de Facebook se llama spam, y es una mala práctica. Dentro de Facebook es exactamente lo mismo.
  • Lo de escribir todo en mayúsculas, en lenguaje SMS o cosas por el estilo no lo vamos a repetir otra vez, ¿verdad?
  • No uses el muro de otro para hacer publicidad de tu empresa, de tu blog o de ninguna otra cosa. Si no generas atención de manera lícita, no intentes usar la que genera otro de manera ilícita. De nuevo, se llama spam, y en este caso de la peor clase: que la persona borre eso de su muro no implica nada con respecto a lo que piensa de dicha causa o de ti mismo, simplemente indica que tiene dos dedos de frente, y que si hace “gestión por excepción”, acabaría teniendo problemas. Si lo haces una vez, lo normal será que te borren. Si lo haces dos, lo normal será que te bloqueen, y lo tendrás perfectamente merecido.
  • Mención aparte, por supuesto, merecen los que se dedican a usar Facebook para insultar, y encima después se enfadan cuando ven que les han bloqueado… el día que repartieron sentido común, obviamente estaban malitos y no fueron a clase :-)
  • Etiquetar a un montón de gente en una foto en la que no salen “para que la vean” es exactamente lo mismo: spam. Además de hacerles ir a ver la foto para ver si salen, les haces comerse después toda la conversación posterior que surge en torno a la foto, que además suele aportar más bien poco. No seas pesado.
  • Cuida tu perfil: no instales dos mil aplicaciones, te unas a cien mil causas y grupos, y tengas aquello como un erial. Lo adecuado es instalar aquello que te llama la atención, y desinstalar aquello que no usas, o eliminar las causas que ya no pintan nada. No te dediques a arrastrar la historia de tu vida, no tiene ningún sentido y proporciona seguramente acceso a más información de la que deberías dar.
  • Importante: un perfil es un perfil, una página es una página. Los perfiles son personales, se espera en ellos que añadas a tus amigos y conocidos, no a todo hijo de vecino. Si vas a actuar indiscriminadamente, si se trata de dar difusión a tu blog o a tu empresa, lo suyo es una página, que tiene el funcionamiento adecuado para ello. Un perfil es personal, si es de una empresa, estarás usando una herramienta para lo que no es, y te lo podrán borrar en cualquier momento sin previo aviso.
  • Mensajes y muro: no pongas en el muro lo que se supone, se parece o puede ser interpretado como un mensaje personal. No tiene sentido, y provoca incomodidad a la persona. Si quieres decirle a alguien lo guapo que es o lo que disfrutaste el día que os visteis, envíale un mensaje, que para eso están. Lo privado es privado, lo público es público, y el sentido común debería imperar en ese tema más de lo que desgraciadamente impera. Un mensaje puede ser ignorado o contestado, mantienen los grados de libertad de quien lo recibe relativamente intactos.
  • Grupos, grupos, grupos: el “café para todos” no tiene ningún sentido. No vas a tratar igual ni compartir lo mismo con tus amigos de toda la vida, tu familia, tus compañeros de trabajo y una serie de gente de la que te acuerdas de milagro. Agrúpalos, etiquétalos de manera que tengan sentido para ti (ellos no ven la etiqueta que les asignas) y trátalos por separado.
  • Opciones de privacidad: sí, lo sé… son infinitas y en ocasiones confusas. Pero son lo más importante que manejas en Facebook o en cualquier otra red social, lo que define tu interacción en ella: no dejes las opciones que vienen por defecto, y piensa en las implicaciones de cada una, porque no son necesariamente iguales para todo el mundo. Deberías ser tú, no tu red social, quien estuviese en control de la privacidad. El tiempo que inviertas en ese tema es tiempo bien invertido, aunque te parezca una cruz ir revisando las más de cinco interminables páginas de opciones. Lo contrario es invertir en problemas posteriores.

Habrá, sin lugar a dudas, infinitos consejos más que dar. Pero estos son los que más me han llamado la atención desde que relancé mi actividad en Facebook. Algunos bastante obvios, seguro, pero espero que aporten algo. Y que podrán aportar todavía más todavía cuando les unamos vuestros comentarios al respecto…

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