Veo en Mashable, “Mayors of Starbucks now get discounts nationwide with Foursquare“ cómo Foursquare empieza a explorar su modelo de negocio con acciones específicas y cuantificables: los que obtengan la categoría de Mayor en un Starbucks podrán obtener, mostrando su terminal en la tienda, un descuento de un dólar en un producto concreto, un Frapuccino, que viene a significar en torno a un 25% en función de tipo y tamaño solicitado.
La experiencia llega en un momento interesante, cuando Facebook se prepara para competir con sus aplicaciones de geolocalización, y a través de una empresa como Starbucks, de amplísima popularidad dentro de la red social: poder mostrar a una empresa con una red geográficamente distribuida por todo el mundo apostando por el desarrollo de estrategias de fidelización con Foursquare no parece una mala estrategia. La experiencia anterior de Starbucks con Foursquare se había limitado a ofrecer un badge propio, “Barista”, a aquellas personas que habían hecho check-in en cinco Starbucks diferentes, un tipo de iniciativa que ha sido desarrollada también por un número ya bastante interesante de empresas, pero sin ningún tipo de contrapartida más allá de la gracia de tener un badge que otros no tienen.
Resulta curioso como este tipo de cosas, la parte más aparentemente lúdica o incluso frívola de competir con tus amigos por los puntos o por tener más badges que ellos, pueden jugar un papel importante en la estrategia de una compañía: tras alcanzar la fase de difusión exponencial, Foursquare sabe que su modelo va a ser imitado, sea por Facebook, por Gowalla o por otros que puedan surgir. A partir de ese momento, la sostenibilidad de Foursquare se basa en mantener su red y evitar deserciones a otros servicios, una fenómeno en el que juega un papel fundamental todo elemento capaz de anclar a un usuario a la red: el hecho de tener que rehacer tu red de amigos en otra aplicación, por ejemplo, resulta fundamental, porque muy posiblemente ni encuentras a todos tus amigos en la alternativa (efecto red derivado del tamaño), ni te apetece nada volver a empezar a construirla. Dejar atrás, por ejemplo, tu bagaje de puntos o tu colección de badges que en su momento te hizo cierta “ilusión” obtener pasa de ser una cuestión meramente anecdótica, a ser algo que te fideliza al servicio, que se convierte en un auténtico freno al abandono.
Hoy mismo tengo la discusión en mi grupo del International MBA sobre el modelo de negocio de Foursquare, para la cual han publicado previamente sus opiniones en sus blogs personales a modo de establecimiento de posición. La experiencia de leer cuarenta y nueve opiniones de personas de veinticinco nacionalidades tiene su auténtica gracia: veremos si después de las 15:00, que salgo de esa clase, no me da por actualizar la entrada… :-)
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.