Facebook anuncia un rediseño y simplificación de sus controles de privacidad, un tema que había causado un cierto revuelo últimamente: cuando una búsqueda de la palabra “privacy” en Google Images te devuelve como primera sugerencia “Facebook privacy”, es que evidentemente el tema está calentito, aunque no se haya traducido en bajas sino todo lo contrario (más de diez millones de nuevos usuarios desde que se anunció el cambio de condiciones de privacidad).
La pregunta que surge, por supuesto, es clara: ¿cómo deben plantearse los controles de privacidad? Actualmente, como comenta el NYT, dichos controles en Facebook ocupan un total de seis pantallas con diversas opciones que el usuario puede controlar fijando a varios niveles: cincuenta parámetros con más de ciento setenta opciones, que regulan todas las posibilidades existentes, justificados por la compañía como un intento de ofrecer un control exhaustivo sobre todas las opciones posibles. La política de privacidad de Facebook es más larga que la Constitución de los Estados Unidos: cinco mil ochocientas treinta palabras, contrastando con aplicaciones como Flickr, con una exigua redacción de trescientas ochenta y cuatro palabras y sin quejas reseñables acerca de sus políticas de privacidad.
En la práctica, la complejidad tiene una consecuencia clara: pocos usuarios se molestan en cambiar sus opciones de privacidad, y la amplísima mayoría opta por aceptar las que vienen por defecto (y son cambiadas cada cierto tiempo siempre en dirección hacia un mayor nivel de apertura). El compromiso es evidente: los usuarios tienen necesidades de privacidad variables en función de una amplia variedad de parámetros, mientras que Facebook pretende llevar al lado público todo lo que pueda para así tener más material que ofrecer a sus anunciantes. El último cambio en las opciones por defecto, anunciado en el f8, se apoyaba en la misma inacción habitual de sus usuarios: aunque los cambios podían ser fácilmente revertidos a su condición anterior, Facebook contaba con que un porcentaje muy pequeño llegaría en realidad a hacerlo.
Tras el reconocimiento por parte de Marc Zuckerberg en el Washington Post de que la compañía podría “haber ido demasiado rápido” y hacer el anuncio de nuevos controles de privacidad (hoy en Palo Alto a las 13:30 EST), cabe plantearse qué avenida tomará el rediseño de dichos controles: una posibilidad sería la agrupación de las opciones en una serie de perfiles tipificados, simplificando la enorme variedad de cuestiones en forma de “paquetes” representativos, una posibilidad que habría que mirar con gran interés pero que cuenta con la ventaja de tener una capacidad de extensión rápida y elevada. Una segunda posibilidad sería cambiar el esquema, permitiendo una escala sencilla de gradaciones – a mí me parece especialmente brillante la utilizada por Flickr: familia, amigos, contactos y resto, por su claridad en la definición – y una definición de las acciones en cada momento (subo una foto o publico algo en mi muro, ¿para cuál de mis colectivos lo hago?), que sin embargo, por el cambio que supone, podría provocar una adopción compleja hasta que los usuarios se hicieran con el nuevo sistema. Otra posibilidad, sin duda, es que la compañía simplemente vuelva atrás: retorne las opciones a sus valores anteriores, pero mantenga los controles de la misma manera. Sin duda, existen más posibilidades, dignas de atención desde el punto de la usabilidad y la estrategia. En unas pocas horas, veremos si hay cosas interesantes que comentar…
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.