En mi columna de Expansión de esta semana, “Redes sociales, mitos y leyendas“, acerca de las típicas percepciones de quienes miran el fenómeno de las redes sociales con marcado escepticismo. El escepticismo siempre me ha parecido una postura con capacidad para aportar argumentos, probablemente porque tiendo a no serlo y suelo beneficiarme del balance de un buen escéptico en muchas ocasiones, pero cuando los argumentos del escéptico se convierten en clichés sin base, suelen terminar en oportunidades perdidas y en posiciones que llegan a rozar el ridículo. La columna pretende comentar y discutir argumentos típicos como “con las redes sociales ya no nos vemos las caras”, “perdéis la intimidad”, “yo estoy muy ocupado y eso es para gente con demasiado tiempo libre” o “son una moda”, y acercar el tema a su verdadera dimensión: un fenómeno que personas y empresas deben necesariamente considerar y tener en cuenta de cara a muchas de sus actividades.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.