31 diciembre 2008

Desde Londres, feliz año a todos

London
Desde una Londres muy fría, desearos a todos los que os pasáis por aquí un feliz y próspero año 2009…

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Cambiando la FCC

Será una de las primeras actuaciones del nuevo Presidente de los Estado Unidos, Barack Obama, en cuanto tome posesión el próximo 20 de Enero: cambiar la cúpula de la Federal Communications Commission, FCC, empezando por el señor de la foto, su máximo responsable, Kevin Martin, aunque su término no expiraba hasta Abril de 2011. Y la circunstancia, unida a algunas de las últimas actuaciones de la FCC, puede servirnos para extraer algunas conclusiones interesantes:

En primer lugar, lo que ocurre en un país cuando el máximo responsable del órgano regulador de las telecomunicaciones resulta tener un evidente y fortísimo sesgo hacia los intereses de las compañías de telecomunicaciones, como todos los analistas afirman que fue el caso con Kevin Martin (una de las razones por las cuales es actualmente investigado por una comisión del Congreso). Lo que ocurre, sencillamente, es que el país no avanza. Muchos consideran en gran medida responsable a Kevin Martin de la caída de Estados Unidos en las estadísticas de banda ancha a nivel mundial desde el puesto 4º hasta el 15º. La cuestión es evidente: si se da libertad a las telcos, se acaba con un escenario restrictivo y de escaso progreso, lo que indica que el progreso en banda ancha se ha convertido en algo demasiado importante como para dejarlo en manos de las telcos y se convierte, seguramente, en el mayor condicionante para la imperiosa necesidad del cambio en la FCC.

En segundo lugar, que llama la atención que una de las últimas decisiones de Kevin Martin al mando de la FCC haya sido anunciar que para conseguir un mayor apoyo a la idea de los white spaces (la desregulación de zonas del espectro liberadas por el apagón analógico del próximo Febrero para la construcción de una red gratuita de ámbito nacional, aprobada finalmente el pasado 4 de Noviembre), abandonará la idea del filtrado: en principio, la construcción de dicha red estaba condicionada al filtrado de sus contenidos para eliminar de ellos la pornografía, algo que, lógicamente, encendió las iras de las organizaciones de consumidores, preocupadas por lo que consideraban una extralimitación de las funciones de la FCC. Comparado con la actitud de sus colegas australianos, empeñados en la construcción de una infraestructura de proxies a nivel nacional para filtrar el acceso a Internet de toda la población (Great Firewall of Australia), la idea parece empezar a definir la diferencia entre países libres, que permiten a sus ciudadanos tomar decisiones sobre los contenidos que quieren o no quieren ver, y países que no lo son. Y define otra gran conclusión: el filtrado, en Internet, no funciona, porque el propio diseño de la red está hecho para evitarlo, y porque automáticamente, la idea de evitarlo se convierte en una especie de deporte nacional con grandes incentivos al éxito. Si no pretendes convertirte en un país como China, en el que la eficiencia del filtrado no se debe a la tecnología empleada sino a las penas que puede acarrear el intentar evitarlo, Internet seguirá siendo una red abierta en la que un bit es exactamente igual a otro bit, solo diferenciables por su cualidad de ceros o unos. Lo demás, son historias de quienes no entienden, ni posiblemente entiendan nunca, la naturaleza de la red.

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30 diciembre 2008

La banda ancha y la economía

La actividad económica corre por los cables de Internet. Eso parece ser lo que se deduce del fortísimo empuje que la banda ancha va a experimentar en algunos países, tras considerar el aparentemente importante vínculo entre una sociedad conectada y la riqueza económica. Una consideración que sitúa a la red de redes en un papel próximo al de muchas otras infraestructuras, como las carreteras y las vías del tren, que es preciso ofrecer a una economía para que desplace por ellas sus productos físicos.

La administración Obama está poniendo los esquemas para lo que va a ser el mayor empuje a la banda ancha de todos los tiempos: la llamada del Presidente, hecha en tono patriótico, ha empujado a los proveedores de acceso y de infraestructuras a una febril actividad de preparación. Operadores de cable, compañías telefónicas, proveedores de redes inalámbricas, fabricantes de equipos, todos parecen estar poniéndose las pilas para lo que va a ser sin duda una de las grandes apuestas personales del nevo Presidente: un país que pase del puesto 15 en el ranking mundial de penetración de banda ancha de la OCDE, al número 1. Todo vale: desde liberar los white spaces para su uso como red de acceso universal (aprobado por la FCC el pasado 4 de Noviembre), hasta poner conexiones en todas las escuelas, incluyendo los autobuses escolares y las zonas más rurales y teóricamente inaccesibles. El país entero se dispone a lanzarse a un programa de empuje de la banda ancha sin precedentes.

¿Nos hemos planteado el cambio de papel que esto supone para la red? ¿Qué hay en la red cuando la mayor potencia mundial confía al desarrollo de Internet y de la banda ancha una gran parte de sus expectativas de crecimiento económico futuro? ¿Hemos pensado lo que supone para un país - lo vimos durante la pasada Administración Bush - tener gobernantes completamente analfabetos en el uso de la red y que no le otorgan un papel importante en su lista de prioridades?

Algo tendrá el agua cuando la bendicen…

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29 diciembre 2008

La RIAA pierde. El ministro también.

La Recording Industry Ass. of America (RIAA) pierde definitivamente el único juicio al que llegó al ver denegada su petición de apelación (el resto de juicios no llegaron a celebrarse, se saldaron mediante acuerdos extrajudiciales en lo que puede definirse como la mayor estrategia de matonismo judicial jamás desarrollada).

En el caso Capitol Records vs. Thomas, la RIAA ha visto denegada su petición de apelación: previamente, el juicio original que terminó con sentencia condenatoria contra Jammie Thomas había sido repetido por el juez tras afirmar que había cometido “un manifiesto error de ley” (mistrial), a instancias de un grupo de nueve profesores que así lo afirmaban, y finalmente revertido, considerando a la RIAA culpable y responsable de un pago de $222.000 a Thomas: la RIAA no solamente había visto denegado su argumento de que poner canciones en un directorio compartido era lo mismo que distribuir (con la ausencia de ánimo de lucro considerado como uno de los argumentos principales), sino que debía pagar a la demandada por lo que se consideraba una “petición abusiva de daños”. La totalidad de las transcripciones del juicio están disponibles en la red, dando un nuevo significado a la intención original de la RIAA de “educar a los ciudadanos”. Ahora, además, la RIAA ve cómo su petición de apelación se ve denegada. Lisa y llanamente, HAN PERDIDO.

¿Qué quiere decir que han perdido? Que ni siquiera en un entorno como el de los Estados Unidos, donde el poder de los lobbies de la propiedad intelectual alcanza su máxima expresión, se considera delito la distribución de materiales sujetos a copyright mediante redes P2P cuando no existe ánimo de lucro. Quiere decir que NO ES DELITO. Que compartir es bueno. Que como llevamos ya años diciendo, no se puede penalizar el hacer clic en un vínculo, no se puede pretender poner puertas al campo, y lo único que es lícito hacer es seguir flujos económicos cuando éstos existan. La supuesta “piratería” que el ministro de la SGAE (uy, perdón!) pronuncia con espumarajos en la boca solo existe cuando alguien explota económicamente los derechos de propiedad intelectual de otros, no cuando simplemente accede a ellos para su consumo individual sin ánimo de lucro. El hecho de que NINGÚN JUEZ EN ESPAÑA lo haya considerado delito debería dar alguna pista, pero es que además ahora resulta que en Estados Unidos, los jueces afirman lo mismo. Mientras tanto, esperemos que algún juez en España lleve a juicio al propio ministro por un delito de corrupción: lanzar una campaña ubicua que cuesta millones de euros al erario público para denunciar como delito algo que no lo es, compararlo con conductas claramente asociales, insultar a una parte importante de la ciudadanía y hacerlo, además, para beneficiar así a los amiguetes del ministro es un caso de abierto cohecho. Un caso por el que “el ministro de las medidas impopulares” deberá acabar pagando.

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28 diciembre 2008

La prensa y su annus horribilis

El algodón no engaña. Cabeceras de todo el mundo, algunas de ellas históricas, se ven abocadas a soluciones drásticas que van desde la reducción hasta el cierre. Puedes hasta seguirlo en Twitter. La American Society of Newspaper Editors propone eliminar “paper” de su nombre. En España, una página recoge la actualidad de la crisis de los medios, intentando actualizar sobre un mapa cada ERE y cada cierre. Huelgas. Recortes. Pérdidas de rigor y calidad. Usuarios habituales de prensa papel la abandonan definitivamente. Por primer año, la encuesta de Pew Research Center refleja que los americanos recurren para informarse a Internet antes que a la prensa tradicional: en algunos segmentos de población, como los adolescentes, es tan difícil imaginárselos leyendo un periódico de papel como imaginar un santo cargando con dos pistolas. Ante quince minutos de tiempo libre, se les ocurren muchas otras cosas que hacer antes de ponerse a abrir un periódico.

No, la sustitución completa de una tecnología es un fenómeno muy extraño. Los periódicos en papel no desaparecerán, como no desapareció la radio. Pero la radio era una cosa a principios de siglo, y es otra completamente diferente - y mucho más pequeña en términos de atención - a día de hoy, y la prensa escrita va seguramente por el mismo camino: por el de trasladarse a un medio diferente donde los modelos de ingresos están todavía por inventar, y donde seguramente no den como para mantener las estructuras que mantenían en el papel, cuando la mayoría de los usuarios se acercaban a un quiosco puntualmente para pagar por su copia. En un entorno de crisis, los costes percibidos como superfluos se reducen, y para muchos, la prensa en papel ha pasado a ser precisamente eso, un coste superfluo que recortar. La publicidad también se reduce, a manos de la propia crisis o de un equivalente online que ya deja fuera, en algunos mercados, a un muy escaso segmento de la población (el menos interesante comercialmente hablando) y que posibilita un nivel de información y de segmentación claramente superiores. Y el siguiente medio en caer está muy claro: es la televisión, la misma que ya empieza a financiarse recurriendo directamente a la estafa y que no sirve para llegar a determinados segmentos de la población.

Los medios tradicionales languidecen ante la pujanza de la red de redes. ¿Es bueno? ¿Es malo? ¿Es ley de vida? Simplemente, es.

NOTA: Esta entrada se ha beneficiado de la inestimable colaboración de Pepe Cervera y su magnífico criterio seleccionando noticias para los amigos.

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27 diciembre 2008

¿Doctor Google? Reflexionando sobre la inteligencia colectiva

Una entrada de Dirson me lleva a Google is my doctor, una historia escrita por Scott Adams, el creador de Dilbert, en la que describe como encontró una cura para una dolencia utilizando Google, dolencia para la que previamente había recibido diagnósticos y tratamientos erróneos de otros facultativos. La historia en sí me parece muy poco extrapolable, más una cuestión de suerte puntual que una metodología que recomendaría a nadie que me importase lo más mínimo, pero me lleva a reflexionar sobre un concepto que me parece interesante: qué ocurre cuando el conocimiento colectivo vertido en la red es, tomado con las debidas precauciones e interpretado por quien sabe hacerlo, muy superior al que puede tener en su cerebro un supuesto especialista en una materia determinada.

A lo que voy no es a la sustitución del diagnóstico médico mediante un hipotético Doctor Google - no querría yo ver a según qué personas interpretando sus síntomas mediante búsquedas en Google y cayendo seguramente en la desatención o en la más profunda hipocondría - sino a lo que ocurre cuando el cerebro de un profesional no puede abarcar tanta casuística, experiencia o conocimientos extensivos como los que se encuentran en la red de redes. Y según a qué te dediques, ese momento puede haber llegado ya. Me ponga como me ponga, todo lo que cuento a mis alumnos en mis clases puede ser encontrado en la red a través de las búsquedas adecuadas. Si mi trabajo fuese transmitir conocimientos en lugar de ser, como de hecho es, favorecer el desarrollo del sentido común y de la toma de decisiones en entornos tecnológicos, debería pensar en ir abandonándolo. Estoy seguro de que muchos de mis alumnos podrían, en el tiempo que dedican a mi asignatura, obtener conocimientos más extensos a traqvés de búsquedas en Google que los que yo soy capaz de transmitirles. Incluso conozco casos, y no uno ni dos, de alumnos que sin duda tenían ya inventariados en su cerebro la primera vez que entraron por la puerta de mi clase todos los conocimientos que yo comenté en el curso y algunos más, y que, sin embargo, encontraron mis clases provechosas por otro tipo de factores: aprender a relacionarlos, a interpretarlos o a utilizarlos de maneras que aparentemente justificaron lo que habían pagado por las horas de clase que recibieron (o al menos, no hubo quejas notables al respecto :-)

Lo comentábamos hace poco: un médico no puede esperar que sus pacientes no consulten la red, porque el tema es suficientemente importante y provoca las suficientes incertidumbres como para que recurran a cualquier potencial fuente de información que tengan al alcance de su mano. Tampoco puede esperar ser considerado infalible: una avalancha de paginas con información contradictoria a su diagnóstico o tratamiento provocará dudas sobre el mismo, y posiblemente la búsqueda de una segunda opinión. ¿Qué es lo que ha ocurrido? Simplemente, que ese conocimiento que antes atesoraba el profesional, está ahora en la red, en edición corregida y aumentada. Rodeado de basura, sin duda: mucha basura, de todo tipo, bienintencionada y malintencionada, con propósitos desde filantrópicos a comerciales, escrita por personas de toda condición, desde especialistas hasta sanadores o santeros.

En ese maremágnum de información, el ojo inexperto encuentra por el momento infinidad de ocasiones para alarmarse, confundirse o tranquilizarse, sin más criterio muchas veces que el puramente coyuntural o casual. Pero ¿qué puede encontrar el ojo bien entrenado? ¿No estamos viviendo, en cierto sentido, un cambio de papel del profesional? Me explico: mi preocupación, como profesional de lo que hago, es mantener mi criterio educado para recibir nuevas noticias, de manera que cuando mis alumnos me plantean cosas que no he visto - lo que invariablemente ocurre por mucho que yo pueda llegar a leer - o bien no me encuentren completamente “in albis”, o bien tenga referencias suficientes como para proporcionar una interpretación. Por mucho que mi papel no sea el de atesorar y distribuir conocimiento, por mucho que insista a mis alumnos que no pueden esperar que yo sea el que más sabe del aula en todos los temas que discutamos, dudo que se encontrasen cómodos ante un profesor que desconociese la gran mayoría de las preguntas que le fuesen formuladas.

Ante el desarrollo creciente y evidente de la web como enorme repositorio de conocimiento al alcance de todos, como gigantesco cerebro colectivo, el papel del profesional cambia. Y sin duda, ya no puede desarrollarse de espaldas a la red: debe tenerla en cuenta, utilizarla como referencia para enriquecer sus fuentes o, como mínimo, tener en cuenta que sus clientes, pacientes, alumnos, etc. sin duda lo harán.

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26 diciembre 2008

¿Cómo de pública es la función pública?

¿Cómo de transparente o de pública es la vida política? Ante la pregunta, incluso en democracias relativamente maduras, la gran mayoría de los ciudadanos dirían que muy poco. Sobre las actividades del político existe un halo de misterio, de sospechosa discreción, como si realmente fuese necesario ocultar al publico una parte de sus actos para poder llevar a cabo su función de una manera operativa. En realidad, esto es rigurosamente falso: no es necesario ocultar al público nada de lo que el político hace, y además, hacerlo favorece en gran medida la aparición de sospechas de corrupción. La transparencia y el control público de lo que ocurre en la vida política es, de hecho, uno de los ejes fundamentales en el programa del nuevo Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.

Transparencia sería, por ejemplo, saber qué está haciendo un político en cada momento: con quién se reúne, qué temas negocia, a qué acuerdos llega, qué influencias recibe… saber, realmente, a qué se dedica el político que tuvimos a bien escoger o que tuvieron a bien nombrar aquellos que escogimos. Ahora, dos iniciativas proponen, una en los Estados Unidos y otra en el Reino Unido, introducir algo de transparencia en la vida del político mediante una herramienta muy concreta: el microblogging. Dos páginas, Tweet Congress y Tweetminster, pretenden estimular respectivamente a los miembros de los parlamentos norteamericano y británico para que compartan su rutina diaria a través de Twitter, permitiendo a los ciudadanos tener una idea real de sus actividades a medida que éstas transcurren en tiempo real. En la página británica, de hecho, ya se han apuntado siete parlamentarios, entre ellos dos ministros del gobierno (Tom Watson y David Lammy), y lo que se pretende es dar cuenta de su frecuencia de actualización o del índice de transparencia resultante de cada partido. En la norteamericana hay ya cuarenta y cuatro miembros, algunos tan relevantes como Nancy Pelosi, Joe Biden o Hillary Clinton, aunque no todos lo actualizan todavía de manera regular o han dado el paso de transformarlo desde su papel original como arma electoral.

Una iniciativa que no garantiza realmente nada - se puede mentir, evitar contar determinadas cosas o incluso utilizarlo como coartada - pero que al menos intenta acercar la vida del político al ciudadano interesado en seguirla, aportar luz a sus actividades cotidianas, y facilitar a los ciudadanos que ejerzan presión sobre aquellos políticos que pretendan seguir manteniendo hábitos opacos.

¿Puede el microblogging, una tecnología sencilla al alcance de cualquiera, que no provoca pérdidas de tiempo y que puede ser llevada a cabo desde cualquier dispositivo, acabar siendo un arma interesante para incrementar la transparencia de la vida política?

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25 diciembre 2008

Los límites de las folksonomías

La verdad es que me llamó la atención el cambio de diseño de 11870.com, uno de los sitios españoles que sigo con atención, pero no tanto por el cambio en sí, sino por lo que tiene detrás: la confesión de que el sistema basado en folksonomías no era adecuado, y resultaba necesario suplementarlo con una categorización del contenido. En su explicación del tema, Jesús Encinar venía a decir que “2.500 años de historia de las bibliotecas no están equivocadas”,  que “una categorización de los contenidos es necesaria”. Según la experiencia de 11870, la folksonomía era una gran ayuda para el buscador, pero no ayudaba a evitar falsos positivos y falsos negativos en la generación de resultados.

¿Supone esta experiencia un descrédito para el desarrollo de las folksonomías o etiquetado colaborativo, uno de los bastiones sobre los que se apoya la llamada Web 2.0 para el manejo de los contenidos? Según la teoría, las folksonomías resultan ideales para clasificaciones inceptivas, que parten de contenidos aportados por los usuarios, en un esquema en el que resultaría difícil obtener una productividad similar proveniente de fuentes estructuradas. Los problemas surgen por inconsistencia: un origen diverso condiciona criterios diferentes en la asignación de etiquetas, lo que en ocasiones acaba derivando en inconsistencias, sinonimias, homonimias, polisemias o, en general, la falta de homogeneidad y de coherencia.

El balance, por tanto, está entre el aporte de contenidos y el orden de los mismos: sistemas de aporte de contenidos estructurados, procedentes de una o pocas fuentes, y clasificados por expertos frente a sistemas en los que muchas fuentes independientes aportan contenidos de manera no estructurada. Si busco fotos en Flickr partiendo de una palabra clave determinada, encontraré sin duda lo que busco, pero rodeado de un cierto nivel de ruido correspondiente a las ocasiones en que un usuario ha utilizado ese mismo término con un criterio diferente al mío. El balance es el que es, no se puede tener lo mejor de los dos mundos: si se aspira a tener un catálogo de contenidos impóluto y sin falsos positivos o negativos, no se puede optar por la categorización exclusiva por los usuarios. Si se espera obtener un catálogo grande con un coste bajo, no se puede depender únicamente del aporte estructurado. Es lo que hay. Para buscar soluciones de compromiso, están el conjunto de soluciones en el que se inscribe la que ha tomado 11870: soluciones mixtas en las que una taxonomía se superpone a una folksonomía. En la práctica, ni más ni menos que una folksonomía en la que determinadas etiquetas están estructuradas por expertos y reservadas para un uso determinado. Una folksonomía con determinados vocabularios controlados. ¿Contradice eso de alguna manera el espíritu de la Web 2.0? En absoluto, ni para el más purista. Simplemente, opta por suponer un margen de paciencia determinado a sus usuarios - los servicios de directorio no son únicos ni están sujetos a importantes barreras de salida -  y por intentar evitar un número elevado de resultado erróneos que hagan que éstos decidan acudir a un servicio similar de la competencia. Si 11870 aspira a convertirse en “el directorio generado por los usuarios”, parece razonable que determinadas etiquetas - las más genéricas o las utilizadas como primer filtro de manera más habitual - estén reservadas y categorizadas de una manera más rígida que otras, para asegurar un uso adecuado de las mismas. Reservar determinadas etiquetas y categorizarlas no hace que 11870 se parezca a una biblioteca, simplemente fija unos criterios determinados y mantiene la libertad de los usuarios para todas las demás. Después de todo, lo que un usuario busca en 11870 y lo que podría determinar una hipotética ventaja competitiva de este servicio de directorio no es la lbertad de asignación de las categorías principales de búsqueda, sino prácticamente “todo lo demás”: las evaluaciones, las opiniones, las calificaciones, las fotos, etc.  Desde mi punto de vista, una decisión que para nada traiciona la idea original, y que seguramente aporte mucho valor.

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24 diciembre 2008

¿Se encuentra trabajo mediante las redes sociales?

Un artículo con tintes de escepticismo en el Business Week, What Does LinkedIn Really Get You?, plantea una pregunta fundamental para las redes sociales profesionales del estilo de LinkedIn o Xing: hasta qué punto ayudan realmente a sus usuarios a la hora de conseguir un buen puesto de trabajo.

Según el punto de vista de la autora, este tipo de redes sociales pueden ser interesantes a la hora de reconectar con antiguos colegas o mantener el contexto en determinadas relaciones, pero en muy escasas ocasiones actúan como un catalizador para facilitar una mayor movilidad laboral. Llega incluso al punto de hablar de “variables negativas”: que cuantos más contactos tienes, más desesperado estás; o que empieza a ser más cool incluso no aparecer en ese tipo de redes.

Mi impresión es que hay que recubrir este tipo de temas con una capa de realismo, también conocido como “sentido común”: si alguien piensa que estar en LinkedIn o en Xing es una especie de piedra filosofal que va a permitirle aterrizar por arte de magia en el trabajo de sus sueños, seguramente será mejor que abandone el alcohol tempranero. Este tipo de redes pueden hacerte visible para quien busca un perfil de unas características determinadas, pero no hacen milagros. Si tu perfil no es interesante, la red no hace que lo sea. Pero sí he visto, en cambio, numerosos head-hunters y empresas utilizando este tipo de redes para localizar candidatos a un puesto, cosa que me consta entre otras cosas por el número de veces que me piden referencias de ese tipo (mi perfil en LinkedIn no es demasiado “normal”, como corresponde al de un profesor en una escuela de negocios al que, por la elevada asimetría de la relación educativa, le crece la red de manera regular mucho más que lo que le puede crecer el pelo o las uñas). Desconozco hasta qué punto este tipo de contactos fructifican en un cambio de trabajo o no lo hacen, pero sí doy fe de que existir, existen. También me consta por evidencias puntuales que existen las estadísticas negativas, las del tipo “cuidado con Fulanito, que por su volumen de actividad en LinkedIn parece que se quiere ir”, pero ni idea de si esto llega a ser un condicionante importante para, por ejemplo, una decisión sobre una promoción.

¿Cuál es vuestra experiencia? ¿Tenemos evidencias de casos “galácticos” de buenos puestos de trabajo obtenidos gracias a este tipo de redes, o de ejemplos de valor añadido importante derivado de su uso? ¿Se está devaluando en algún sentido su uso con el tiempo? ¿Puede de alguna manera perjudicarte o beneficiarte el hecho de estar o no estar en ellas? Y sobre todo, muy importante para estas fechas… ¿engorda el uso de redes sociales? :-)

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23 diciembre 2008

Crisis? What crisis?

Una entrada en Barrapunto plantea interrogantes sobre los efectos de la crisis en el sector tecnología, contraponiendo percepciones de demanda patente y noticias como ésta, “Sólo la informática se salva de la crisis en el sector servicios” con otras noticias sobre cierres y despidos masivos.

La industria de la tecnología está completamente alejada de las razones de la crisis. Tras la boutade del Embajador de la UE en los Estados Unidos, John Bruton, queriendo usar a la tecnología como chivo expiatorio por ser supuestamente responsable de una mayor velocidad, casi irreflexiva, en la toma de decisiones, resulta evidente que la responsabilidad de la crisis corresponde al sector financiero. Un sector financiero que se ha querido presentar como un entorno donde el dinero aparecía misteriosamente debajo de las piedras y crecía en las copas de los árboles de manera inexplicable - o demasiado compleja para ser explicada - de formas sospechosamente parecidas a como surgió la crisis de las puntocom a finales de los ‘90.

En el panorama que deja la crisis, las tecnologías aparecen en gran medida como una oportunidad. Una oportunidad para buscar el incremento de eficiencia, la reducción de costes y las formas imaginativas de llegar a los clientes, de obtener información sobre ellos o de lograr reutilizar su trabajo e introducirlo en el proceso productivo. Visto así, la tecnología seguiría la evolución típica de un sector contracíclico: las empresas, al ver lo que se les viene encima, decidirían invertir en tecnología con el fin de hacer frente a un entorno marcadamente hostil de congelación de la demanda. En ese sentido, invertir en mejora de procesos parece una solución más constructiva que simplemente paralizar la inversión de manera irresponsable, y se sitúa más próximo a la idea de continuidad de negocio a pesar de la llegada del frío invierno que a la de un “pasemos a estado letárgico”. Hasta aquí, el relato del principio de la crisis: empresas que, en general, intentan racionalizar y optimizar el uso de sus recursos mediante el uso de tecnología, y que, por tanto, reclaman productos y servicios de este sector.

Sin embargo, el atributo “contracíclico” no se hizo para durar mucho tiempo. Una cosa es prepararse para el frío, y otra ver como, a lo largo de lo que es ya no una desaceleración, sino una crisis en gran escala, todo lo que te rodea; clientes, proveedores, resto del sector, mercados secundarios, etc. sufre el impacto. Lo que al principio de la crisis aparece como un “aligeremos cargas para prepararnos”, al cabo de medio año de la misma pasa a ser ya un “sálvese quien pueda”. En esas condiciones, en las que nos preparamos a vivir el año que entra, la contratación de productos y servicios relacionados con la tecnología pasa a la congelación, al traslado a mejor ocasión. Ante la incertidumbre de cuánto durará ésto, el empresario opta por mantener la inversión al mínimo, y todo se restringe: marketing, formación, tecnología… Lo que al principio de la crisis era un estado psicológico - como en las finanzas personales: “tengo que cambiarme de coche y tengo dinero para ello, pero no lo haré porque parece que viene una crisis” - tras un período ya prolongado sumidos en ésta se convierte ya en un estado de necesidad.

Preparémonos, por tanto, para un muy mal año en el sector tecnológico. Sector contracíclico sí, pero no hay contracíclico que cien años dure. Y este año vamos a empezar a notarlo.

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22 diciembre 2008

Felicitando por SMS

Una conversación telefónica sobre las felicitaciones navideñas vía SMS con Carmen Planelles, de EFE, aparece hoy en un montón de medios españoles (que haya contado, 20Minutos, ABC, Canarias Ahora, Diario de Navarra, El Mundo, Finanzas.com, Hoy, La Opinión Coruña, La Opinión Zamora, La Provincia, Levante-EMV, Público, Soitu y Yahoo!). En ella, hablábamos del crecimiento del fenómeno, de su brutal estacionalidad, de la felicidad de unas operadoras que veían encantadas la popularidad de un esquema de transmisión de datos con un esquema de precio más caro que recibir datos desde el Hubble, de la popularización de un medio de comunicación debido a su escaso nivel de intrusividad y a su percepción de inmediatez y proximidad, y de la esperable competencia de esquemas como el e-mail, disponible en un número cada vez mayor de terminales además de en el ordenador, y las redes sociales, con un nivel de popularidad cada vez más elevado. ¿Crecerá de nuevo este año, en plena crisis y con el nivel de paralización del gasto que estamos viviendo, el número de SMSs recibidos en Nochebuena y Año Viejo?

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21 diciembre 2008

Disturbios hi-tech

Ver las imágenes de los disturbios de Atenas produce una sensación futurista extraña, como de “esto lo he visto yo antes en alguna película de ciencia-ficción”: los estudiantes usan punteros láser de alta intensidad, como aquel verde que evaluaron hace tiempo los Microsiervos. Se trata de haces láser generalmente de clase III o más, enormemente visibles entre el humo utilizado por los antidisturbios, capaces de deslumbrar y desorientar a los policías, y que son utilizados además para señalar blancos y convertirlos en objetivos de ataques coordinados con piedras y otros objetos arrojadizos - que no es lo mismo tirar piedras sin más, que intentar lanzárselas todas al mismo. Aunque también me imagino que la cosa actuará al revés, y que el que lleva el láser acabará tibio de pelotazos de goma, digo yo…

No lo había visto antes, la verdad. Y desde luego, en los vídeos queda de lo más impresionante.

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En El País, ?Aprendizaje en modo esponja?

De una serie de conversaciones con Joseba Elola ha acabado surgiendo una doble página en El País, con esta columna mía, “Aprendizaje en modo esponja“, y el artículo que le da contexto, “El tam-tam de los ‘nativos digitales’“, muy documentado con entrevistas y en el que aparecen citados, entre otros, buenos amigos como Juan Freire o Rubén Díaz.

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20 diciembre 2008

YouTube le da la vuelta a la tortilla

Hace un mes comentábamos una tendencia creciente con respecto a YouTube: la de utilizarlo como buscador primario. La identificábamos con la generación más joven de usuarios, acostumbrados al vídeo como entrada de datos prioritaria frente a unos textos que consideran más aburridos, y la apoyábamos en el hecho de que en YouTube empezaba a encontrarse ya prácticamente todo, algo que habíamos empezado también a comentar anteriormente al hilo de los YouTube Parties.

Pero es que con los últimos datos de ComScore en Estados Unidos, recogidos y comentados por TechCrunch, la cosa da una vuelta de tuerca más: es que resulta que lo de buscar en YouTube ya no es simplemente una idea peregrina de chavales, sino que la tendencia se ha consolidado completamente, y ha convertido a YouTube en responsable de una cuarta parte de todas las búsquedas de Google, lo que lo convierte, de hecho, en el segundo buscador en importancia, por encima de la mismísima Yahoo! Sobre el total de los Estado Unidos, Google es el protagonista del 63.5% de las búsquedas, y de esas, un 25.4% pertenecen a YouTube. Si Google en su conjunto muestra un crecimiento del 32% con respecto al mismo mes del año pasado, YouTube crece un 114%, hasta alcanzar un total de 2.730 millones de búsquedas.

Y claro, ¿qué ocurre cuando tu repositorio de vídeos se convierte en uno de los buscadores más potentes de la red? Pues que de repente, te encuentras en disposición de darle la vuelta a la tortilla: tu buscador se convierte en el estándar para un cierto tipo de contenidos, y automáticamente, pasamos a la replicar la misma situación de dominio que posee su casa matriz, Google: lo que no está en YouTube, no existe. Y ese dominio, procedente directamente de los usuario, representa una ventaja incontestable a la hora de negociar con proveedores de contenidos: ¿quieres poner tus contenidos en el sitio donde van a buscarlos la gran mayoría de los usuarios? Pues vas a firmar las condiciones que yo te diga. ¿No quieres? Vale, ponlas en una página perdida de tu propiedad, y ya veremos quién los encuentra y cuál acaba siendo tu “audiencia”…

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19 diciembre 2008

Los contenidos son gratis

Genial entrada de Jesús Encinar en su blog, “El valor de los contenidos tiende a cero“, que incide en un tema fundamental para entender a la industria de los contenidos hoy y las actitudes de los que para ellos trabajan, desde los directivos a las entidades de gestión de derechos de autor, pasando, como no, por los ministros de cultura.

La cuestión es clara: vivimos una enorme avalancha de oferta y variedad de contenidos, marcada por cuatro tendencias: globalización, contenidos generados por el usuario (UGC), digitalización y fin de los monopolios de distribución. ¿Resultado? Muchísimos contenidos al alcance del usuario, disponibles a golpe de un clic. Un entorno aterrador para los “señores de los contenidos”, los que antes disfrutaban de un monopolio en virtud de la imposibilidad, para los seres normales, de producir, comercializar o distribuir contenido.¿Qué hay peor para un cantante famoso que un entorno en el que muchísima gente puede ponerse a cantar, editarse, ser encontrada y escuchada por todos? Si además todo ese nuevo océano de contenidos resulta ser completamente gratis, ¿cómo esperan ganar dinero los de siempre intentando cobrar por el suyo? ¿Porque el suyo es “de calidad” y el otro no lo es? ¿Seguro que eso es así de cierto y se mantiene en todos los casos?

La conclusión va mucho más allá: en realidad, el problema no es lo que algunos llaman “piratería” (incluido el propio Jesús, y ahí disentimos), sino el intento vano de proteger los monopolios del pasado. Lo que realmente molesta a las discográficas, a la SGAE y al ministro de la SGAE (uy, perdón) es la pérdida de la exclusividad. Lo que de verdad les pone a cien no es que nos descarguemos sus obras, sino que éstas aparezcan al lado de millones de otras obras que se distribuyen de manera gratuita. En realidad, ellos saben perfectamente que serán ellos mismos los que acaben distribuyendo sus obras gratis para que tengamos a bien dedicarles nuestra atención y vayamos después a sus conciertos y entremos en otras vertientes de su modelo de negocio. Entonces, ¿qué intentan? Simplemente, conseguir que, antes de que eso se consume, antes de que nos demos cuenta de que vivimos en la economía de la abundancia, su ministro les ponga un quiosco: que su negocio se convierta en un “impuesto” que todos tenemos que pagar en forma de canon sobre cualquier cosa.

Que no os engañen: el ministro ese de las medidas impopulares, ese que tanto despotrica y nos insulta a todos, no está defendiendo la propiedad intelectual ni nada que se le parezca: está defendiendo EL NEGOCIO. Así, con mayúsculas. Defendiéndolo de la competencia, de un entorno de hiperabundancia, de un mundo en el que se genera más cultura (paradójico que eso aterre precisamente al “ministro de cultura”) y ésta se convierte en disponible sin trabas para todos. De economía de oferta, a economía de demanda. Donde antes marcabas el precio, ahora compites por la atención. Lo que defiende el ministro que supuestamente tendría que defender a sus ciudadanos es, en realidad, a quien le alimentó antes, le alimenta ahora y le alimentará más adelante. Ni a ti, ni a mí, ni mucho menos nuestros intereses: les defiende a ellos y a su modelo de negocio. Y eso es completamente intolerable e indigno en un ministro de un país democrático.

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Felices fiestas

Como todos los años, aprovecho la felicitación del Instituto de Empresa para desearos unas muy felices fiestas.

Ha sido un año interesante (a veces en el buen sentido, otras en el sentido de la conocida maldición china), y el 2009 que empieza en pocos días tiene un aspecto para echarse a temblar. Pero en cualquier caso, espero que sigamos viéndonos por aquí: yo buscando temas relacionados con los efectos de la tecnología para analizar, comentar y, porqué no, con los que provocar todos los días en un sentido amplio - provocar pensamientos, reflexiones y reacciones - y vosotros, si lo tenéis a bien, pasándoos por aquí para leer, escribir, vincular y todas esas cosas que proporcionan verdadero valor y sentido a las que uno hace.

Mis mejores deseos y felices fiestas para todos.

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18 diciembre 2008

¿A dónde va el mercado del hardware?

Una entrada de GigaOM, Apple's Debatable Need for a Netbook (interesante contraponerlo con este otro publicado anteriormente en CrunchGear, Five reasons why an Apple netbook is a no-brainer ) me lleva a plantearme un tema de tendencias en el mercado del hardware, sobre todo al hilo de una serie de cambios en el entorno (y porque coincide con las sesiones que estoy dando ahora mismo en el MBA, con lo cual puedo apalancarme en la inteligencia de mis alumnos :-) Por un lado, el más que previsible empeoramiento de la relación entre Microsoft y los fabricantes de hardware, y por otro, la fortísima aparición de todo un segmento nuevo de la mano de los netbooks.

El mercado del hardware tiene un nivel de madurez elevado, definido por un crecimiento vegetativo relativamente bajo: si el crecimiento global del sector dependiese de la incorporación de nuevos compradores al parque instalado, sería una industria no demasiado atractiva. Depende, por tanto, de la renovación del parque, una renovación que tradicionalmente no se ha dado vinculada a la vida media de los equipos, sino a la evolución del software, fundamentalmente del sistema operativo. La llegada de una nueva versión de Windows era el maná que la industria esperaba cada cierto tiempo para dinamizar sus ventas: de manera matemática, no funcionaba en los equipos existentes. Esta simbiosis - yo genero tus ventas, tú me sirves de canal de distribución - comenzó a estropearse con el fiasco de Vista: un tiempo de desarrollo claramente excesivo, unido a un conjunto de prestaciones diferenciales no suficientemente seductor para los usuarios llevaron a las empresas de hardware a crecer mucho menos de lo inicialmente esperado, lo que supuso una notable decepción. La nueva versión, Windows 7, que aparecerá en el mercado lo antes posible para responder al ya más que asumido desastre de Vista, se espera notablemente aligerada - Steven Sinofsky hizo una demo sobre un Asus Eee - de manera que será difícil plantear que tire del mercado hardware por la parte superior, por el lado del incremento de prestaciones, al menos en el sentido de “fuerza bruta” (procesador, memoria o tarjeta gráfica).

El crecimiento del mercado, por otro lado, se está dando claramente por el segmento bajo, por los netbooks: el creador de la categoría, Asus, espera redondear el 2008 con unas ventas de cinco millones de unidades, mientras que Acer prevé superar esa cifra en un millón de unidades más, y anuncia que se situará entre doce y quince millones en 2009. Prácticamente todos los fabricantes importantes con la excepción de Apple tienen ya un representante en este segmento. ¿A dónde nos lleva este escenario? A falta del motor tradicional de crecimiento del sector, éste empezará a crecer en función de parámetros diferentes: si el cambio de máquina se hacía antes por otra más potente, con mayor capacidad de proceso, con más memoria RAM y gráfica, y con más disco duro, ahora pasara a hacerse por factores como la portabilidad o, por ejemplo, la disponibilidad de pantalla táctil, un factor que aparece de manera interesante en los últimos desarrollos de Microsoft respondiendo en parte a la vieja obsesión de Bill Gates por el Tablet. O incluso, dado el descenso de precio, por factores mucho más intangibles y ligados típicamente a mercados de consumo, como la estética y el estilo. Nuevos atributos, para un segmento que encuentra nuevos aliados, como las compañías de telecomunicaciones: la gran mayoría de estos netbooks vendrán vinculados con un contrato de datos.

Un panorama sensiblemente diferente, en el que tanto fabricantes como clientes notaremos cambios. Como mínimo, va a estar entretenido.

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17 diciembre 2008

La prensa y los tiempos modernos

Mathew Ingram se descarga a gusto contra el WSJ en GigaOM a cuenta de su reciente artículo sobre Google y la neutralidad de la red, en How the WSJ Failed the Web 2.0 Test”: que no actualizó la noticia cuando a las pocas horas aparecieron nuevos elementos fundamentales en ella como la respuesta de la propia Google o de Lawrence Lessig, mencionado en el artículo, ni tampoco comentarios de ningún tipo o alguna posibilidad de entrar en la conversación.

Al recriminar este tipo de cuestiones al diario, Mathew apunta con el dedo un aspecto interesantísimo: ¿puede un periódico, por el hecho de provenir del mundo del árbol muerto en el que se imprimen las noticias de ayer, eludir sus responsabilidades cuando su actividad se traspasa al mundo online? ¿Debe un periódico, en pleno siglo XXI, ser una simple transposición a la red de lo que sus redactores escriben en el papel, sin ningún tipo de beneficio derivado del hecho de pasar a estar en un medio infinitamente más rico?

Aparte, en el mejor de los casos, de permitir los comentarios de los lectores - algo que no les cuesta de manera efectiva casi nada - ¿no deberían los periódicos comportarse como otros medios en Internet, que añaden a su responsabilidad para con los lectores las tareas de actualizar sus entradas, corregirlas y puntualizarlas cuando han sido incorrectas, o poner atención a sus comentarios por si en estos se suscitan cuestiones de interés? Salvo muy honrosas excepciones, la gran mayoría de los periódicos online se dedican a repetir en la red el negocio que conocían en el papel, donde lo que publicaban era como si hubiese sido escrito no en papel, sino en piedra: ya no podía modificarse. La red no es así. La red admite la ampliación de noticias, la inclusión posterior de vínculos de interés que la complementen, el añadido de las reacciones que ha provocado, las correcciones, etc. ¿Cuántos periódicos realmente proporcionan algo así, que resultaría perfectamente natural si hubiesen aprendido en Internet, en lugar de en un medio inferior en posibilidades? Las reclamaciones que el artículo de GigaOM ponen de manifiesto aplicadas a un gran medio como el WSJ pintan a la mayoría de los periódicos como auténticos “discapacitados” en Internet: solo saben hacer las cosas de una manera, sota, caballo y rey. Escriben y abandonan lo escrito, como si al día siguiente solo sirviese para envolver el pescado, olvidando que en Internet, lo escrito no se arruga y se tira, sino que indexa y permanece. Y por supuesto, palidecen cuando se enfrentan a otros medios que sí saben aprovechar las posibilidades de la red.

Cuando pasan ya más de doce años desde que los primeros periódicos se aventuraron en la red, algunos van a tener que repensarse lo que hacen en ella. El periodismo en la red es, debe ser diferente, y debe conllevar otras responsabilidades que se proyectan más allá de haber firmado y entregado la noticia. Para hacer lo mismo que hacíamos en el papel, no está nada claro que merezca la pena. Para ese viaje, no hacían falta alforjas.

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Entrevista en ActiBVA

Alejandro Nieto me entrevistó para ActiBVA, la comunidad financiera de BBVA. Hablamos de blogs, de tecnología en tiempo de crisis, de redes sociales y de negocios y emprendedores en un mercado como el español.

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16 diciembre 2008

Si usas Internet Explorer, abandónalo - al menos una temporada

No, no tiene nada que ver con tenerle manía a Microsoft, ni con tener predilección por Firefox, ni por fobias o filias de ningún tipo. Es una alerta de seguridad seria, recogida ya por medios de todo el mundo, que recomienda a los usuarios de cualquier versión del Internet Explorer de Microsoft que se cambien a cualquier otro navegador (Firefox, Opera, Chrome, Safari…) al menos hasta que la vulnerabilidad pueda ser corregida. En este momento, la cuota de mercado estimada para el navegador de Microsoft esta en torno al 70%, muchos millones de usuarios con su seguridad comprometida si entran en alguna de las páginas que aprovechan el agujero para acceder a sus ordenadores. En esta ocasión, además, la vulnerabilidad no fue descubierta por la propia Microsoft ni por analistas, sino por los crackers que ahora la están utilizando. El agujero afecta a varias versiones de MSIE incluidas las más recientes, y es mucho más grave de lo que se pensaba inicialmente.

Las preguntas ahora son múltiples: cuántos usuarios no llegarán siquiera a enterarse de una vulnerabilidad reconocida como seria por la propia Microsoft, cuánto tiempo tardará la empresa en ser capaz de corregir el problema, cuántos usuarios probarán otros navegadores al hilo de esta alerta, y por supuesto, cuántos se quedarán en ellos una vez que la vulnerabilidad sea corregida. La reacción de Microsoft, por el momento, ha sido negar la mayor: afirmar que el exploit únicamente está presente en un 0.02% de las páginas de la red, que no recomiendan cambiarse tan solo por este problema, y que están trabajando en un parche que estará listo en un tiempo muy breve. Mientras tanto, la empresa recomienda poner las opciones de seguridad del navegador en alta, cambiar a un perfil de usuario que no tenga privilegios de administración, usar el modo protegido, y tener actualizado tanto Windows como todo el software de seguridad: antivirus, anti-spywares y cortafuegos. Los analistas de seguridad y muchos medios de comunicación poco sospechosos de odiar a Microsoft, como la BBC , sin embargo, ante la magnitud de la vulnerabilidad y facilidad de instalación y configuración de navegadores alternativos, recomiendan el cambio de navegador, al menos de manera temporal.

Los navegadores NO SON una religión. Son programas que usas para leer páginas en Internet, nada más. Nadie te va a excomulgar ni te va a mirar mal porque te descargues otro navegador y lo uses hasta que se arregle este problema. Tu ordenador funcionará exactamente igual, y tu experiencia de navegación será seguramente parecida: si usas favoritos, la mayoría de los navegadores toman tus favoritos de la configuración del que tengas instalado. No estás obligado a fijar el nuevo como navegador por defecto si no quieres, y tu configuración seguirá exactamente como estaba. Todos los navegadores pueden tener problemas de seguridad, esto no quiere decir que Microsoft sea malo malísimo, no estamos insultando a nadie, le puede pasar a cualquier empresa y producto.

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Un millón de dólares usando Twitter

Muy buen artículo en InternetNews, What Keeps Twitter Chirping Along, en el que se resaltan los aspectos de Twitter que generan valor: una audiencia que no para de crecer, clasificada en función nada más que de sus intereses, y que, además, contrariamente a lo que ocurre con un blog o con un periódico, que se leen una o dos veces al día, tiende a mantenerse en contacto con el medio en muchos casos durante todo el día.

En un entorno como éste, lo normal era que se generase valor. Dejando aparte el modelo de negocio para la propia Twitter, cuyo fundador ha anunciado que empezará a generar ingresos en el primer trimestre de 2009, lo interesante es ver como es el modelo de negocio usando Twitter, algo que algunas empresas parecen tener cada día más claro. Ante un esquema de atención tan interesante como el que plantea Twitter caben plantearse muchos modelos, y Dell, claramente, lo ha encontrado: en una de sus más de quince diferentes páginas en Twitter, DellOutlet, la empresa plantea a quienes quieren adquirir productos de la compañía que se suscriban para estar al dia de ofertas puntuales en determinados productos, que pueden adquirir mediante un código de descuento. Total, un millón de dólares de facturación en el último año y medio, todo a base de poner su información en modo de alertas donde los interesados la pueden seguir: en la página de Twitter se facilitan vínculos y códigos de descuento de la Dell Home Outlet Store, en la que los usuarios pueden adquirir productos o reenviar las ofertas a otros interesados.

Un ejemplo interesante de cómo entender este tipo de medios y convertirlos en canales y, a la postre, en negocio: sin agobiar, sin spamear, sin molestar, con un coste mínimo… simplemente poniendo la información en donde los potenciales interesados la puedan encontrar. ¿Cuántas personas hay en el mercado para un bien o servicio determinado, a la espera de un evento - precio u otro factor - que desencadene su decisión de adquisición, evento del que pueden ser informados de manera eficiente y no intrusiva mediante sistemas como éste? Me parece que este millón de dólares facturados por Dell a través de Twitter va a servir para abrir los ojos a mucha gente…

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En el informe ?La Sociedad de la Información en España 2008?

En el informe “La Sociedad de la Información en España 2008“, presentado ayer por la Fundación Telefónica, participo en la iniciativa “Tú marcas tendencias” llevada a cabo en colaboración con la Cátedra Telefónica en la Universidad Politécnica de Madrid para Internet de Nueva Generación con un capítulo, dedicado a la música en la era digital. El capítulo se publicará íntegro dentro de poco, pero por el momento, este resumen del mismo aparece incluido en el informe:

La tecnología facilita ya el consumo de la música y su distribución bajo modelos de negocio muy diferentes a los tradicionales y sin la necesidad de utilizar formatos físicos (discos compactos, CDs), o en ausencia de modelo de negocio como en el caso del P2P. Este cambio en el acceso a la música por parte de los usuarios es algo que no tiene ya vuelta atrás, pese a los intentos de la industria de la música por bloquear la difusión gratuita vía Internet. El nuevo entorno digital y el impacto de Internet están originando un efecto de desintermediación que está afectando a numerosos agentes dentro de la cadena de valor, muchos de los cuales están teniendo notables problemas para adaptarse al mismo.

Estos cambios están propiciando la adaptación paulatina de los modelos de negocio ajustando oferta y demanda de los consumidores. Seguirán vigentes los modelos de compra de contenidos y descarga en dispositivos como el asociado al iPod de Apple aunque se completarán con modelos gratuitos para el usuario basados en publicidad y modelos de consumo de música por suscripción. Están proliferando también los modelos basados en streaming (sin la posibilidad de descargar la canción al dispositivo del usuario), con modelos de negocio que a veces no requieren el pago directo por parte del usuario y donde nuevamente adquiere gran importancia el consumo social y los mecanismos de recomendación. También se configurarán nuevos modelos de explotación comercial, por ejemplo, para el seguimiento de la reproducción de las obras cuando se haga con fines de lucro.

En general, todos estos cambios están ofreciendo más posibilidades para los artistas y para la creación en sí ya que será posible acceder fácilmente a una gran audiencia sin tantos intermediarios. Los artistas podrán elegir entre la gestión individual e independiente de sus carreras o variaciones con diferentes grados de compromiso con una de las empresas tradicionales (major) dedicadas a la distribución de música. En cualquier caso se producirá una paulatina separación entre la creación artística y la comercialización de la obra. Previsiblemente los artistas potenciarán más las actividades presenciales como galas o conciertos debido a este cambio en el modelo de negocio.

A medida que la banda ancha y la ubicuidad de los servicios sean una realidad cada vez más extendida los usuarios irán perdiendo el “síndrome de la escasez” y previsiblemente consumirán música cada vez en mayor medida vía streaming en vez de coleccionar contenidos de forma local y, nuevamente de forma asociada a esta economía de la abundancia, cobrarán cada vez más protagonismo los mecanismos de recomendación para el descubrimiento de contenidos.

Un informe sobre el estado y evolución de la música en la red que no menciona la palabra “piratería”, simplemente porque no existe en ese ámbito: los piratas más cercanos están en las costas de Somalia, por mucho que la campaña embustera pagada por el ministerio de cultura con nuestros impuestos se afane en convencernos de lo contrario y en hacernos ver terribles delitos donde no los hay. En el informe se habla de modelos de negocio en evolución en un nuevo entorno, de clientes y creadores con más posibilidades de elección, y de la influencia de la tecnología en los mercados y en las formas en las que la música llega a los clientes y es consumida por éstos.

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15 diciembre 2008

Que Google, ¿QUÉ? La fe, la incoherencia y sus límites

El WSJ ($) publica un artículo que va a ser enormemente comentado, Google Wants Its Own Fast Track on the Web, en el que afirma tener evidencia del abandono de las tesis de apoyo a la neutralidad tecnológica por parte de la empresa y de ciertas negociaciones con proveedores de acceso de acara a plantear justamente lo contrario, el desarrollo de canales preferenciales de acceso más rápidos para sus propios contenidos.

Sinceramente, y teniendo como tengo un gran respeto a la credibilidad del Wall Street Journal, uno de los pocos medios cuya suscripción pago religiosamente desde hace diez años, esto no puede ser verdad tal y como lo están contando. No puede ser, y además es imposible. Google es una empresa con los principios de la neutralidad de la red sólidamente imbricados en su ADN, con Vint Cerf, uno de sus mayores defensores, en plantilla, y que ha recibido visitas del próximo Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, al Googleplex para hablar específicamente de la importancia de proteger la neutralidad de la red como única manera de preservar el papel democrático y democratizador de Internet de cara al futuro. Sencillamente, resulta imposible que, de la noche a la mañana, abandone sus tesis y se convierta al lado opuesto, buscando además acuerdos para hacer precisamente lo contrario de lo que anteriormente defendía.

No puede ser. La fe y la incoherencia tienen unos límites marcados por el sentido común, y si Google hiciese lo que el artículo del WSJ cuenta, demostraría que tal cantidad de cosas son mentira, que merecería que sus usuarios la abandonasen de forma masiva de un día para otro, aunque fuese para ir a ninguna parte. Ni Google sería nunca más lo que alguna vez dijo ser, ni Internet volvería a ser lo mismo: tendríamos que reinventarlo. Lo siento, pero me niego a creer que hayan pillado al santo (que en absoluto lo es, pero eso es otra historia) con dos pistolas a la cintura. Sería, estratégicamente, el peor error que Google podría llegar a cometer, y daría la puntilla a la concepción de red que conocemos, convirtiéndola en un medio diferente, en el que los contenidos de las empresas que pagan más circularían más rápido y con mayores privilegios que los que no lo hacen. Un medio que evolucionaría para convertirse en algo parecido a la televisión, donde solo emites con una licencia determinada, o a la prensa, donde solo con una importante inversión detrás puedes hacer que tu voz sea oída. Internet perdería el factor diferencial que la ha convertido en lo que es hoy. Y Google… no sería Google.

Es seguro un desmentido rotundo, seguramente antes incluso de que abran los mercados.

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Otra vez hablando de Tuenti, otra vez en El País

Que Tuenti es una especie de fenómeno sociológico en España resulta evidente cuando te llaman periódicamente para hablar del tema, cuando tienes que borrar todos los días peticiones de invitación de las entradas que tienes dedicadas a ello, o cuando su nombre aparece como uno de los términos de mayor crecimiento en el Google Zeitgeist. En este caso vuelve a ser El País, concretamente Joseba Elola, quien me llamó el pasado jueves para hablar un rato sobre los factores diferenciales de Tuenti con respecto a otras redes, el enfoque a un segmento de público y a un país determinado, la calculada tozudez en no incorporar modelos de publicidad intrusivos o no coherentes con su filosofía (a pesar de la presión de quien tiene millones de páginas vistas y podría intentar monetizarlas simplemente mediante impresiones de publicidad aunque su conversión en clics sea minúscula), y las pautas de comportamiento de los jóvenes españoles con respecto a la red social.

El artículo, en El País de ayer domingo: “O estás en Tuenti o perdiste el tren“.

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14 diciembre 2008

Entrevista en Bubble Talking

David Alayón me envió unas cuantas preguntas acerca de blogs y comentarios para Bubble Talking, fundamentalmente al hilo de mis recientes cambios en la política de mi página, y ha publicado hoy el resultado, dentro del hilo “¿Siguen siendo útiles los comentarios?“.

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Si la lógica no sirve, apelemos a razones morales

En una demostración de esperpento político, el Ministro de Cultura del Reino Unido, Andy Burnham, anunció ayer que su gobierno empujará la extensión del copyright en veinte años más, desde los actuales cincuenta hasta los setenta, ignorando una amplísima variedad de informes y estudios que afirman que dicha extensión no aporta ningún tipo de beneficio para la sociedad ni para los artistas, y que únicamente supone un subsidio para las compañías discográficas y las sociedades de gestión de derechos. Pero lo mejor del tema viene cuando el ministro justifica su actuación, porque apela ni más ni menos que a “razones morales” para ello: como se trata de una “cuestión moral”, ninguna de las evidencias en sentido contrario resulta valida, hay que hacerlo porque sí. Muy interesantes los comentarios al respecto en Slashdot, en ArsTechnica o en The Open Rights Group. Y mientras Burnham se quema tanto como su apellido indica para obtener sus turbios fines en el Reino Unido, otro político de similar catadura e igual tendencia a ignorar las evidencias, Charly McCreevy, se dedica a hacer lobby ante la UE para obtener una extensión del copyright a 95 años. En Estados Unidos, la extensión a 95 años se obtuvo ya en 1998 mediante la igualmente vergonzosa Sonny Bono Act, también conocida como “Mickey Mouse Protection Act”.

¿Cuál es el poder real del lobby de la propiedad intelectual sobre los políticos? ¿A qué se debe semejante nivel de servilismo hacia sus tesis y sus intereses? ¿Qué lleva, como en el caso de España, a un ministro de Cultura a ignorar la evidencia y tirar varios millones de euros en una campaña de mentiras para beneficiar a sus amigos? ¿Defender la cultura? ¡No me hagas reír! ¿Cómo es posible que en gobiernos supuestamente democráticos se legisle de una manera tan descarada en contra de los intereses de la comunidad y a favor de los de unos pocos privilegiados? ¿Qué entramado de favores políticos y - sin lugar a dudas - económicos se esconden detrás de tan “sorprendentes” decisiones y posicionamientos? ¿Veremos algún día una auditoría seria o una intervención de las cuentas de las sociedades de gestión de derechos de autor para clarificar esta serie de evidentes desatinos políticos que tan claramente flirtean con la defensa de intereses espúreos y con la corrupción? ¿Cuánto tiempo vamos los ciudadanos a autojustificarnos con argumentos del tipo “esos temas no son realmente tan importantes” para evitar pedir cuentas de manera seria a nuestros políticos al respecto?

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13 diciembre 2008

La primera patata caliente de Obama

Es la primera gran prueba para el hombre que llegó a donde está apoyándose en gran medida en el poder de Internet: una carta enviada por la Motion Pictures Ass. of America (MPAA) y publicada posteriormente en Change.gov para su discusión pública, en la que exhortan al próximo Presidente a convertir la lucha contra las descargas ilegales en su máxima prioridad y a adoptar una política de filtrado activo de la red mediante la colaboración de los proveedores de acceso, los mismos que colaboraron con la Administración Bush para espiar a miles de ciudadanos y que después consiguieron no ser sometidos a juicio gracias, entre otros, al voto del propio Obama. La MPAA urge a Obama a seguir el ejemplo de Sarkozy y adoptar una política de three strikes and out, una vigilancia y monitorización activa de las actividades de los ciudadanos en la red para evitar la descarga de materiales sujetos a derechos de autor.

Aunque no se espera ninguna respuesta por parte de Obama hasta después de la toma de posesión el próximo Enero, si es previsible que veamos algunas señales: en principio, la publicación de la carta en Change.gov podría ser interpretado como un buen movimiento, dado que antes este tipo de presiones ocurrían de espaldas al ciudadano, pero en ausencia de una respuesta oficial, la primera señal vendrá seguramente del perfil de primer Zar del Copyright, que será nombrado por el Presidente en virtud de una de las últimas leyes firmadas por George W. Bush que pretende equiparar la lucha contra las violaciones del copyright nada menos que con la lucha antidroga. En función de que la persona escogida para el cargo pertenezca a la llamada “línea dura” o, por el contrario, sea más próximo al pensamiento reformista, tendremos una evidencia sobre cuáles serán las posiciones de la Administracion Obama en este sentido. ¿Puede el hombre que afirmó sin lugar a dudas su compromiso con una Internet neutral apoyar una política de filtrado que pone la propiedad intelectual por delante de derechos fundamentales de los ciudadanos y de la propia naturaleza de la red? La postura de los sectores más activistas de la red deja claro el tipo de respuesta que se espera del futuro Presidente. ¿Sabrá estar a la altura?

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12 diciembre 2008

¿Y por qué será que no se leen los blogs corporativos?

La alarma la despertó una nota breve de Business Week, Only 16% Trust Corporate Blogs: Are They Worth Doing?, citando las conclusiones de un estudio de Forrester, “Time to rethink your corporate blogging ideas”, que tengo en este momento delante de la nariz gracias a una suscripción de cortesía ofrecida por la propia Forrester: en él, se afirma que los blogs corporativos aparecen en el último lugar en cuanto a la confianza generada en los lectores, y que por tanto, podría ser que los duros esfuerzos de las empresas y de sus departamentos de comunicación corporativa para adaptarse a este tipo de soportes podrían no valer la pena.

No es la primera vez que veo titulares del Business Week utilizados para golpear en la cabeza al responsable de una función determinada en la empresa, y esta nota breve corre el riesgo de ser interpretada de una manera demasiado simplista, porque además, pierde la esencia de uno de los temas fundamentales del estudio, que responde al más puro sentido común: la conclusión del mismo, en efecto, no dice “como la gente no confía en los blogs corporativos, vamos a dejar de hacerlos”, sino “como la gente no confía en los blogs corporativos, vamos a hacerlos mejor”. Y es que en efecto, en la mayor parte de los casos, los blogs corporativos responden todavía al deseo de “seguir una moda”: como “se llevan los blogs”, vamos a tener que escribir uno. Pero desgraciadamente, esta iniciativa se lleva a cabo en muchos casos de una manera simplista, algo derivado de la enorme simplicidad con la que se puede empezar un blog. En efecto, empezar un blog es muy sencillo, pero hacerlo bien y mantenerlo no lo es. Y la escasa confianza que generan los blogs corporativos responde, pura y simplemente, en que muchas empresas los escriben, en realidad, con máquina de escribir de las de antes. Con estilos que tienden a parecerse mucho más a un folleto de producto que a un deseo de generar conversación, con personas cuyas características no son posiblemente las más adecuadas para hacerlo (recordar la fantástica viñeta al respecto de Hugh Macleod que uso en todos mis cursos), o con ubicaciones en la web corporativa que demuestran la escasa importancia y visibilidad que se le quiere dar al tema.

Nadie dijo que cambiar el estilo comunicativo de las empresas fuese sencillo. El blogging corporativo conlleva abandonar muchas de las convicciones que los responsables de comunicación e imagen han vivido durante lustros: implica perder en parte el control de tu marca, aceptar críticas muchas veces desagradables, o contestar de forma solícita a personas con las que en ocasciones no querrías conversar ni siquiera sobre fútbol. Pero son clientes o pueden serlo, qué le vamos a hacer, y esto es lo que hay. Si te ofende que los clientes no confíen en tu blog corporativo, no te preguntes si vle la pena tener blog corporativo, pregúntate en realidad si estás usándolo correctamente. Tener un blog como version online calendarizada de un folleto comercial, decididamente no vale la pena. Un blog es una conversación entre personas, porque no se conversa con una empresa, se conversa con una persona. O con varias, si quieres, pero en ese caso con nombre, apellidos, responsabilidades e interés por hacerlo. Un bog corporativo no es diferente de otro blog: yo leo blogs colectivos, pero generalmente sé a quién estoy leyendo, sus sesgos, sus manías y sus debilidades. Cuando lo que leo es el blog de una compañía, quiero hacer lo mismo.

Si cuando otro blog cita a tu empresa o algún producto de tu marca, y en lugar de vincular a tu blog corporativo vinculan a otro sitio, es que no lo estás haciendo bien. Además de servir como vía de expresión, un blog corporativo tiene que darnos otras cosas: enlaces entrantes, conversaciones, comentarios, información a modo de focus group, estadísticas de acceso… no, esto de bloguear no era tan simple, y lo sabíamos. Si no te está funcionando, si no consigues generar la confianza que esperabas, no culpes a un soporte cuya eficacia está más que probada. Cúlpate a ti mismo por no hacerlo bien.

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