31 diciembre 2011

Una ley basura, en Público

Jesús Miguel Marcos, de Público, me pidió ayer una columna sobre la aprobación del reglamento de la ley antidescargas, que ha publicado hoy en bajo el título “Una ley basura” (ver en pdf).

A continuación, el texto completo de la columna:

 

Una ley basura

Finalmente, el gobierno que afirmó que "hablaría con todos los implicados antes de tomar decisiones" en el tema de los derechos de autor en la red, ha aprobado el reglamento de la llamada "ley Sinde" en su primer consejo de ministros operativo.

Una buena prueba de lo que el Partido Popular y Mariano Rajoy entienden por "democracia" y por "diálogo": de nada ha servido que las circunstancias hayan cambiado completamente desde que la ley inició su tramitación: países como Suiza u Holanda, cuarto y décimo en la lista de países que mejor protegen la propiedad intelectual respectivamente, han decidido, tras sendos informes, no legislar contra las descargas, por entender que no perjudican a los creadores. En España, en cambio, preferimos favorecer a los lobbies de intermediarios de la propiedad intelectual, mantener su monopolio sobre un inexistente mercado, y convertir nuestro país en un sitio donde una comisión administrativa dependiente del gobierno puede cerrar páginas web, igual que en China o en Irán. Sin más supervisión judicial que la meramente decorativa, sin sanciones para quien denuncie falsamente, y con total indefensión para el demandado, que tiene que recurrir a la justicia ordinaria. Una vergüenza.

Pero lo peor no es que se haya aprobado, y que un montón de empresas y de páginas decidamos huir a proveedores de hosting extranjeros, que ya de por sí es malo. Lo peor es lo que esta aprobación supone de cara al desarrollo de una guerra entre creadores y usuarios, usuarios que reaccionarán ahora creando listas de empresas que apoyaron la ley para pedir expresamente el boicot a las mismas. Y sobre todo, por una ley que no va a servir de nada: ni detendrá las descargas, ni mucho menos contribuirá a crear alternativas. Con su pan se la coman. Ya se arrepentirán.

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En Genbeta, hablando sobre la ley antidescargas

Guillermo Julián, de Genbeta, me envió un correo ayer con algunas preguntas acerca de la aprobación del reglamento de la ley antidescargas, que hoy publica bajo el título “Hablamos con Jesús Encinar, Ricardo Galli, Julio Alonso, David Maeztu, Juan Goméz-Jurado y Enrique Dans sobre la Ley Sinde“. El artículo completo es muy recomendable.

A continuación, mi intercambio de preguntas y respuestas con Guillermo:

P. ¿Hasta qué punto afecta la Ley Sinde a aquellos que quieran crear una nueva empresa en Internet?

R. La ley Sinde afecta a todo aquello que se mueva en internet. Introduce una enorme incertidumbre: cualquier cosa que resulte molesta a los monopolios del entretenimiento puede ser denunciada a una comisión administrativa que solo pregunta a los jueces para guardar las apariencias, inicia un proceso en el que el denunciado está en total indefensión jurídica, no penaliza al denunciante en caso de denuncia falsa, y solo permite el recurso a través de la lenta justicia ordinaria. Lo obviamente recomendable es alojarlo todo fuera de España.

P. ¿Puede llegar la Ley Sinde a ser efectiva en su propósito?

R. Pensar que de alguna manera podría serlo es desconocer completamente la naturaleza de internet. Al bloqueo de páginas web seguirá la radicación de éstas en otros países, y en caso de bloqueo, el uso de plugins y mecanismos que permitan saltárselos de manera sencilla. Además, la ley aviva el enfrentamiento con los usuarios, lo que generará sin duda situaciones de boicot y recurso de las descargas como forma de castigo, y lleva a los usuarios a utilizar mecanismos de cifrado de su tráfico, lo que redundará en una mayor dificultad para perseguir verdaderos delitos. Pensar que gracias a la ley Sinde van a disminuir las descargas y los usuarios van a irse corriendo a consumir productos de la industria demuestra una estupidez radical.

P. Desde tu punto de vista, ¿cuál es el mayor problema legal que le ves a la Ley Sinde?

R. El mayor problema legal es dotar a un gobierno de una herramienta que le permite cerrar cualquier página web. La presencia de los jueces es meramente testimonial: simplemente, para evitar que estos se pronuncien como mayoritariamente lo habían hecho hasta ahora, se les excluye del proceso y les deja en una función decorativa. Como los jueces me estorban porque “no saben aplicar la ley”, me los quito del medio. Lo lamentable es que no sean los propios jueces los que protesten contra semejante aberración.

P. Una de las cosas que se comenta sobre la ley es que podría ir contra la libertad de expresión. ¿Cómo podría hacerse esto con una ley antidescargas?

R. Nada en el texto de la ley indica que se dirija expresamente contra las páginas de descargas. La ley, tal y como está escrita y reglamentada, permite denunciar cualquier página, simplemente con que se considere que existe “un daño causado o que podría causarse a los titulares y que no tengan obligación legal de soportar”. Esto permite cualquier cosa. Además, se ataca y se criminaliza expresamente a los enlaces: no se castiga únicamente a quien aloje una obra, sino también a quien la enlace, creando un precedente peligrosísimo y completamente inaceptable. Es una ley digna de China, de Irán o de Cuba.

P. ¿Cómo influye a un creador que se publique su contenido en una página de enlaces o descargas?

La difusión de una obra afecta positivamente a la comercialización de la misma. Para que este efecto positivo se produzca, tiene que cumplirse algunas premisas: la primera, que exista un mercado real donde obtener la obra en variedad de condiciones: mediante pago por descarga, con tarifa plana, por streaming, etc. además de la posibilidad de obtenerla irregularmente, que siempre va a estar ahí. La segunda, que no exista un enfrentamiento entre la industria y los usuarios que lleve a éstos a recurrir a las descargas irregulares como método de castigo a aquellos que le insultan o le persiguen. En España hemos hecho mal las dos cosas: por un lado, el mercado de alternativas regulares es ridículo, y por otro, los usuarios no quieren financiar a una industria que les insulta y les desprecia. La ley Sinde agrava el problema más aún.

R. ¿Podrías dar una idea o propuesta, alternativa a la Ley Sinde, para evitar las llamadas descargas ilegales?

Por supuesto: fomentar el desarrollo de alternativas en un mercado lo más variado posible, lo que implica eliminar los monopolios que hacen que los derechos tengan precios elevados e inflexibles, y reconciliar a la industria con sus usuarios. Soluciones como las adoptadas por Holanda o por Suiza, consistentes en no hacer nada porque las descargas, en realidad, se ha demostrado que no perjudican a la industria, resultan lógicas si además los usuarios no se sienten perseguidos y no desean represaliar a la industria que lo hace. Soluciones como las propuestas por los artistas canadienses, que hablan de una regularización total de todos los sitios de descargas y de una tarifa recolectada por las operadoras que es repartida entre los artistas mediante un sistema de muestreo, precisan de un estudio mayor, pero también pueden ser consideradas.

 

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30 diciembre 2011

Gobernar? ¿para quién? La vergonzosa aprobación de la ley antidescargas

Ya lo sabes: si me lees desde España, vives en un país en el que una comisión administrativa dependiente del gobierno puede dedicarse a cerrar las páginas que le dé la real gana. Un país que se aleja de ejemplos como Suiza u Holanda, cuarto y décimo respectivamente en la lista de países que mejor protegen la propiedad intelectual y que han comprobado que las descargas no suponen un perjuicio para los creadores, y que se acerca peligrosamente a China, Cuba o Irán, en donde el gobierno puede cerrar o restringir el acceso de los ciudadanos a las publicaciones que desee.

Había muchas posibilidades, y todas ellas empezaban por el diálogo. Lo fundamental no era cerrar páginas, sino dar lugar a un diálogo entre creadores y usuarios. Un diálogo que se había demostrado posible con iniciativas como la de Álex de la Iglesia de hace un año, y que el propio Mariano Rajoy aparentaba desear cuando, tras la no aprobación del reglamento de la ley Sinde por el penúltimo consejo de ministros del gobierno anterior, decía que “hablarían con todas las partes implicadas antes de tomar una decisión”.

Pero no: en su lugar, empecinamiento, tozudez, y nula voluntad de entendimiento. Un gobierno que, claramente, piensa que una mayoría absoluta le otorga algún tipo de “carta blanca” para actuar sin preguntar, sin negociar, sin conciliar intereses. Una muestra de lo que nos espera los próximos cuatro años, y una auténtica justificación aquel #nolesvotes: no digáis que no os avisamos. La ley se ha aprobado en modo “caiga quien caiga”: frente a la oposición del Consejo General del Poder Judicial, frente a la opinión mayoritaria de la sociedad española, protegiendo a la industria por encima de los autores, y haciendo caso omiso de las recomendaciones de la ONU.

Lo peor, además, es que tanta basura, tanto odio y tanto empeño por poner puertas al campo no va a servir para absolutamente nada. A los ya inminentes cierres de páginas seguirá la reapertura en otros países, el bloqueo del acceso y la difusión de herramientas que permitan saltarse el bloqueo. Más enfrentamiento, más represalias por ambas partes, más situaciones envenenadas. Los clientes no se ganan arrinconándolos y persiguiéndolos. Hacer eso solo te lleva a situaciones de bloqueo y a peticiones de boicot. Del #nolesvotes al #nolescompres. Una ley que no sirve para nada más que para agravar un problema.

El gobierno entrante ha malgastado el ya escaso crédito que tenía en internet demostrando que no legisla para los ciudadanos, sino para las entidades de gestión y los lobbies de la propiedad intelectual. Al gobierno le da exactamente igual que las entidades de gestión sean corruptas, que actúen como un monopolio, que la industria se dedique a difamar a España con estudios manipulados o que la red se utilice mayoritariamente para cosas que no tienen nada que ver con las descargas de materiales sujetos a derechos de autor. Han decidido tirar por la calle del medio, negarse al diálogo con los usuarios, y hacer todo aquello que la industria les pide. Unos terminan lo que otros empezaron. Les hayas votado o no, no gobiernan para ti. Gobiernan para otros. Si tenías fe en la democracia… lo siento.

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Hablando sobre gadgets y obsolescencia, en La Vanguardia

David Bretos, de La Vanguardia, me llamó para hablar de los gadgets tecnológicos y la obsolescencia, y hoy lo publica, junto con opiniones de Albert Cuesta, bajo el título “¿Cuándo se queda anticuado un gadget?” (ver en pdf).

Hablamos de externalidades de red, de efectos ecosistema que posibilitan innovación asociada a la extensión del parque de un dispositivo completo, de prestaciones que pueden empaquetarse en función de variables limitantes como tamaño, peso, precio o duración de las baterías, de segmentación de los distintos tipos de público, etc.

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Esclavos del trending topic, en El País

Carmen Mañana, de El País, me llamó por teléfono hace un par de semanas para hablar del impacto de Twitter en las decisiones políticas, al hilo de aquellas declaraciones del ex-presidente de gobierno en las que achacaba al ruído desencadenado en la red la alteración de los planes de aprobación del reglamento de la llamada “ley Sinde” en el consejo de ministros del pasado día 2 de diciembre. Hoy lo ha publicado bajo el título “Esclavos del trending topic” (ver en pdf).

A estas alturas, que alguien con un mínimo de inteligencia piense que se pretende sustituir la democracia con una especie de “twittercracia” resulta de un simplismo que asusta. Pero también lo es el que alguien pretenda tomar decisiones que atañen a todos sin mirarse en el espejo de la opinión pública, expresada a través de una herramienta eficiente en la que un porcentaje importante de ciudadanos manifiestan sus opiniones en tiempo real.

Pensar que más de tres millones de ciudadanos se están representando únicamente a sí mismos cuando elevan a trending topic una opinión concreta es ignorar las leyes más básicas del muestreo y la estadística: del nivel de acuerdo expresado en tweets por segundo dedicados a un tema y manifestado en la velocidad con la que algo se eleva en la conversación para alcanzar el nivel de tema del momento se pueden extraer muchas y muy buenas conclusiones. Los usuarios de Twitter no son especímenes extraños aislados en un laboratorio: los demográficos de la herramienta son suficientemente variados como para que se pueda considerar una muestra razonablemente buena del conjunto de la sociedad. Y si lo dudas, ahí están los métodos de descuento del sesgo muestral para demostrarlo. Un ministro con el pasado profesional que tiene Jose Ignacio Wert no debería ignorar esos conceptos.

Twitter, como muchas otras herramientas de la red, resultan un elemento cada vez más indispensable en la política de hoy: el político que decida ignorarlo por las buenas, tendrá que aprenderlo por las malas.

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29 diciembre 2011

Algunas cosas que han pasado desde que se inició la tramitación de la ley antidescargas

Resulta interesante reflexionar sobre la cantidad de circunstancias que han cambiado desde que, a primeros de diciembre de 2009, supimos de los primeros trámites de introducción de lo que se dio en llamar “ley Sinde”, aunque a estas alturas, tras la salida de la ministra, el nombre haya perdido su sentido. Parece que fue ayer, pero han pasado ya dos largos años.

La secuencia de acontecimientos durante estos últimos dos años marca toda una línea de tendencia, y debería ser tenida muy en cuenta a la hora de tomar decisiones sobre una ley que a estas alturas ya une a sus múltiples defectos de forma y de fondo, el mérito de estar completamente desfasada.

Las evidencias se acumulan. Y creo que repasarlas todas juntas ayuda a hacerse una idea, así que vamos con una cronología ordenada y documentada de los acontecimientos y noticias relevantes que hemos vivido desde aquel momento:

Toda una cronología que demuestra que la ley Sinde, tal y como fue concebida y aprobada tras un turbio proceso que se llevó a cabo radicalmente en contra de la opinión mayoritaria de los ciudadanos españoles, está a día de hoy completamente fuera de lugar.

En su momento había al menos diez razones por las que la ley Sinde era una completa estupidez. Ahora hay muchas más. Cada vez más. Con pruebas, con argumentos, con análisis, con lógica, con comparativas y experiencias de otros países. El ministro Jose Ignacio Wert acaba de acceder a su cartera, y ya es el peor valorado por la ciudadanía. ¿Tiene sentido todo esto? Por favor, tengamos en cuenta la evolución reciente de los acontecimientos a la hora de legislar. Hablemos y enderecemos este desastre.

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Carta abierta de Red SOStenible al ministro Wert y al secretario de estado de cultura Lassalle

Apreciados ministro Wert y secretario de estado Lassalle,

Desde Red SOStenible, queremos expresar nuestra comprensión hacia su voluntad de actuar rápidamente contra los casos de competencia desleal en lo concerniente a la creación de contenidos culturales. Igualmente estamos convencidos de que los métodos de secretismo y de parcheo parcial del Gobierno anterior no se reproducirán en esta nueva legislatura.

Tenemos la firme esperanza de que finalmente el debate en torno a la adaptación de los derechos de autor al contexto de la era digital y de la expansión de Internet se produzca de modo ágil, aunque siempre desde la coherencia jurídica, la transparencia y el respeto de todos los intereses en juego.

Como ustedes saben, Internet es un espacio de negocio del que muchos emprendedores se benefician, y a través del que se pueden generar miles de puestos de trabajo; algo de lo que no podemos prescindir para salir de la actual situación de crisis. La industria de contenidos sufre una crisis de su sector – previa a la crisis económica mundial – provocada por su incapacidad de adaptarse a las nuevas formas de negocio. La actual redacción de la conocida como “Ley Sinde” promueve un enfrentamiento de los innovadores tecnológicos y los consumidores frente a las actuales industrias culturales. Sin embargo, es posible proponer un cuerpo jurídico que garantice la seguridad jurídica y la libertad de desarrollo a ambos sectores.

Vía: Red Sostenible

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La Comisión Nacional de la Competencia: un regulador fundamental

 

La Comisión Nacional de la Competencia (CNC) me envía un vídeo que han preparado con el fin de difundir y dar a conocer su labor, absolutamente fundamental de cara a una correcta regulación y funcionamiento de los mercados.

Conviene aprovechar para preguntarse por qué razón el gobierno ha decidido guardar en un cajón el informe de la Comisión Nacional de la Competencia sobre las entidades de gestión de derechos de propiedad intelectual que demuestra que dichas entidades realizan su actividad desde una evidente posición monopolística, lo que reduce sus incentivos a operar de manera eficiente y provoca la aparición de numerosos problemas. La corrupción desmedida de la SGAE o la reciente multa a AISGE es una muestra más de los evidentes problemas que la posición monopolística genera.

El informe fue presentado ahora hace ya dos años, en enero de 2010 (ver noticia en El PaísEl MundoPúblicoABCEl Economista…), y recomendaba claramente “una revisión integral de la Ley de Propiedad Intelectual para garantizar que se convirtiese en un marco claro y predecible para los agentes y para eliminar aquellos elementos que están actuando de barreras de entrada legales, es decir, de forma contraria a la libre competencia, sobre todo en el entorno de Internet”. La presentación del informe motivó que el lobby de las entidades de gestión, lejos de arredrarse, pidiesen nada menos que la reprobación del presidente de la CNC. ¿Para qué vamos a cumplir la ley si podemos imponer directamente nuestras leyes? Vivir para ver.

Dos años después, tras haber sido ignorado completamente por el gobierno socialista, parece que nos disponemos a ver cómo otro gobierno, esta vez de signo diferente, vuelve a ignorar el informe de un órgano de tan reconocida solvencia y prestigio como la Comisión Nacional de la Competencia. A lo mejor, en vez de aprobar leyes que restringen libertades en internet y permiten cerrar páginas a golpe de comisión administrativa y sin la adecuada supervisión de un juez, lo que hay que hacer es arreglar un sistema que no funciona y que, precisamente, es el causante de que existan esas páginas contra las que pretenden luchar. A no ser, claro está, que los creadores sean el último o el penúltimo de los intereses, y que lo que se pretenda sea seguir perpetuando un sistema monopolístico que favorece únicamente a los intermediarios y explotadores de la propiedad intelectual. Sistemas de restricción de la competencia como RitmoNet, que aseguran que solo sonará en la radio aquello que las discográficas quieran que suene, o muchos otros que actúan como un freno a la aparición de páginas en las que se ofrezcan obras a un precio razonable. Menos llenarse la boca con bravatas del tipo “vamos a actuar con decisión contra quienes se lucran indebidamente del trabajo intelectual o creativo de otros” mientras se recitan mentiras generadas por partes interesadas, menos declaraciones de guerra vacías de contenido, y más intentar arreglar los problemas de verdad tal y como indica la CNC, por favor…

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28 diciembre 2011

Entendiendo la guerra de los navegadores

Un artículo muy interesante publicado en Wired, Why Google continues to fund Firefox, permite entender algunos de los factores no tan obvios detrás de la sempiterna guerra por el dominio de la cuota de mercado en navegadores en la web. En esta página, Chrome es desde hace cierto tiempo el navegador más habitual, por delante de Firefox y relegando a Internet Explorer a un muy distante tercer puesto, pero obviamente el público de esta página no es representativo de la web en su conjunto. Para una imagen global, puedes ir a esta página.

Un factor fundamental es, sin duda, la dinámica competitiva: a partir del momento en que los navegadores se convirtieron en máquinas de disparar consultas a buscadores, mediante mecanismos como la caja de búsquedas de la esquina superior derecha o como el envío a un buscador predeterminado de aquellos parámetros recibidos en la línea de direcciones que no son interpretados como direcciones web, la opción de ser el buscador preinstalado por defecto en un navegador pasa a ser sumamente atractiva. Así, Google, a pesar de tener en el mercado su propio buscador, Chrome, no estaría dispuesta a renunciar a la cuota de origen de búsquedas que representa Firefox, que genera trescientos millones de dólares al año y que actúa en este sentido como la principal fuente de financiación de Mozilla. Para una compañía como Google, que vive de llevar pares de ojos a su publicidad, renunciar a la cuota de uno de los principales navegadores no es una opción razonable, una visión que resulta mucho más adecuada que la de “financiar a un competidor” en una guerra que, realmente, no es la suya.

Por otro lado, está el posible factor competencia que apunta MG Siegler en Pay to stay: que perder esa cuota no solo supusiese perder esos clics, sino incluso que el principal competidor, Microsoft, pudiese hacerse con ellos aprovechando las necesidades de financiación de Mozilla. Imaginar a Bing como motor de búsqueda por defecto de Firefox resulta sin duda un tanto extraño, pero tendría mucho sentido para la compañía, hasta el punto de ser susceptible de provocar una guerra de ofertas por estar presente e el navegador. La experiencia ha demostrado el poderío de ser la opción configurada por defecto: aunque sea enormemente sencillo hacerlo, muy pocos usuarios la cambian.

Por último, está la idea de fomentar el progreso de la web: un ecosistema con más competidores es un ecosistema más sano, con mayor diversidad, y con más posibilidades de acomodar un crecimiento mayor. En este sentido, el propósito de Google con Chrome no sería el de “destruir a la competencia”, sino el de contar con una plataforma propia por el interés que dicha posición conlleva, pero sin renunciar por ello a financiar otras. Una visión de la competencia interesante, pero con mucho sentido. Y por supuesto, muy buenas noticias: tenemos Firefox para rato.

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27 diciembre 2011

Probando Pinterest

Conocía Pinterest y seguía su evolución con cierto interés desde hace una buena temporada desde que mi amigo Gabriel Aldamiz me llamó la atención sobre ello, pero aunque había creado mi cuenta, no me había lanzado a probarlo todavía. Hoy, tras ver el enésimo artículo dedicado a esta red social centrada en la presentación gráfica, que ha crecido desde 1.2 millones de usuarios en agosto hasta los cuatro millones actuales, y que ha conseguido captar ya veintisiete millones de dólares en capital riesgo, me he lanzado a probarla.

El artículo que me ha decidido finalmente a hacerlo ha sido esta buena introducción de Mashable, Pinterest: a beginner's guide to the hot new social network. Pinterest ha tenido en su fase de introducción un público mayoritariamente femenino (59% mujeres entre 22 y 44 años), aunque parece estar equilibrándose en su composición demográfica a medida que avanza su difusión. Para probar Pinterest hay, por el momento, lista de espera, puedes tardar algo más de una semana en recibir invitación desde el momento en que la solicitas, o puedes pedir que te invite alguien que ya lo esté usando.

La filosofía es sencillísima: una presentación visual de cualquier cosa que te encuentres en la red (mediante u botón en el navegador) o por el mundo si te lo instalas en un iPhone (la aplicación para Android no está disponible todavía), que sube a una página en la que la ilustración que elijas, más un breve comentario, se sitúan a modo de recortes pinchados en un tablero de corcho. Puedes suscribirte al tablero de otras personas, ver el tablero que compone la gente que sigues, hacer el tuyo propio, comentar en los elementos que ha “pineado” tus amigos, o “repinear” (vaya con el castellano imposible :-) lo que quieras que te encuentres en el tablero de otra persona. Hay analistas que opinan que Pinterest está destinada a ser una de las redes que compita con las actualmente populares.

En mi caso, he pensado en probar Pinterest como forma de recoger mi lectura de noticias diaria. Algo que ya hago en Google+, pero que se va a un lugar relativamente oscuro de dicha red donde recibe relativamente poca atención a pesar de los más de setenta mil seguidores que tengo ya en dicha red. El tablero que he iniciado hoy en Pinterest, Technology readings, irá recogiendo aquello que me llame la atención en mi lectura de noticias diaria, en su mayoría sitios en inglés y relacionados con la tecnología entendida de un modo amplio. Lo que tenéis a la derecha de la página en el blog, pero en una presentación algo más atractiva y con la capa social más evidente. Una manera de probarlo sencilla, vinculada a algo que ya hago habitualmente, y que pretendo que me sirva para explorar un poco ese entorno. Si os interesa seguir mi selección de noticias de un modo más visual, ya sabéis.

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26 diciembre 2011

Las descargas de música y películas seguirán siendo LEGALES en Holanda

Holanda se une a Suiza y se niega a desarrollar legislación a la medida de los lobbies del copyright: las descargas de música y películas para uso personal seguirán siendo completamente legales en el país. Repite conmigo: COM-PLE-TA-MEN-TE-LE-GA-LES, sin ningún tipo de consideración adicional.

El fortísimo esfuerzo de los lobbies del copyright para intentar forzar al Parlamento holandés a desarrollar legislación a su medida ha desencadenado un duro debate y una reacción en contra que ha terminado considerando que una legislación así provocaría de forma inequívoca tres efectos sumamente perniciosos:

  1. Restricciones al flujo libre de información en la red,
  2. Invasión de la privacidad de los usuarios, y
  3. Aparición de trolls del copyright dispuestos a aprovecharse del sistema

Las descargas de archivos sujetos a derechos de autor son, como en todas partes, sumamente populares en Holanda. Según la legislación actual, dichas descargas no constituyen delito ni ilícito civil de ningún tipo cuando son para uso personal. Influenciado por los intermediarios de la propiedad intelectual, el actual gobierno introdujo una propuesta de ley destinada a ilegalizar dicha práctica. Sin embargo, tras varios meses de debate, el parlamento ha optado por mantener la situación de legalidad de las descargas y recomendar a la industria que en lugar de intentar prohibir, se centre en el desarrollo de una oferta suficientemente abundante de alternativas autorizadas: frente a las descargas al margen del sistema, generar el desarrollo de un verdadero mercado que proporcione alternativas con precios y condiciones razonables a los usuarios.

La decisión del parlamento holandés está justificada por un informe oficial comisionado en el año 2009, que concluyó que las descargas generaban un efecto neto positivo para la economía, y que las pérdidas de la industria se debían fundamentalmente a su renuencia y nula proactividad para participar en el desarrollo de un mercado adaptado al nuevo escenario tecnológico. Con su decisión, Holanda se une a Suiza, cuyo parlamento decidió en el mismo sentido hace dos semanas.

¿Hay alguien en España dispuesto a enterarse de algo?

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25 diciembre 2011

Si te han regalado un Kindle?

Un poquito de autopromo: si te acaban de regalar un Kindle y estás pensando qué meter en él, te sugiero la edición en ese formato de mi libro, “Todo va a cambiar” :-)

Si lo prefieres en edición social, gratuita y extendida (con texto completo, enlaces, fotografías, vídeos, comentarios y envío de citas a Twitter o Facebook), lo tienes en Todovaacambiar.com

Por supuesto, también lo tienes disponible en papel (Casa del libro, El Corte Inglés, FNAC, o posiblemente en tu librería habitual), y, a poco que busques, en un montón de sitios más. Lo consigas como lo consigas, me parece perfecto.

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Respetar a tus fans (frente a insultarlos y reclamar leyes que los persigan)

Happy holidays just like I promised…. just like i always say, go pirate it if you don’t have money..i just want you to have it… or you can buy it here..either way I’ll love you

Skrillex (Sonny John Moore), un productor de música electrónica de los géneros electro-house y dubstep nominado ahora mismo a seis Grammys, sacó nuevo disco el pasado 23 de diciembre, y felicitó las fiestas a sus más de dos millones y medio de fans en su página de Facebook con esa frase que tenéis ahí. Toda una muestra de respeto y de actitud adecuada: aunque obviamente prefiero que la compres, obtén como quieras mi música, lo que quiero es que la tengas. ¿Alguna duda sobre cómo le va a ir con su nuevo disco en términos de ventas?

El disco está a la venta por €15.19 en esta página, en la que también puedes escuchar completas todas sus pistas. La tradición de la música electrónica proviene de un larguísimo bagaje histórico de reutilización: samplers, copias, mezclas, remezclas, fondos y todo tipo de herramientas que permiten reinventar, reinterpretar y difundir obras basándose en muchas ocasiones en trabajos anteriores de otras personas. Skrillex vende su música a través de una discográfica convencional, Big Beat Records, perteneciente a Warner Music, pero todo indica que tiene muy claras las prioridades. Y lo primero no son los intermediarios que fabrican tus discos: lo primero es la relación con tus fans y el respeto. A nadie le apetece darle dinero a un imbécil que se dedica a insultar y a reclamar leyes para perseguir a los usuarios. El signo de los tiempos. A ver si algunos se van dando cuenta…

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24 diciembre 2011

Un millón de dólares en doce días: el caso Louis C.K.

A estas alturas, la experiencia de Louis C.K. en la red puede resultar reiterativo para muchos lectores habituales de esta página. Pero sinceramente, a pesar de que la historia puede leerse en innumerables sitios (recomendable por su interpretación el resumen de Mashable, Louis CK Earns $1 Million in 12 Days With $5 Video), es un caso que no quería dejar de reseñar.

Louis Szekely, conocido como Louis C.K., es un monologuista, guionista, actor, productor y director norteamericano centrado en el humor surrealista y la comedia observacional, que cuenta con su propia serie, Louie, en el canal FX. Nacido en Washington D.C., vivió hasta los siete años en Mexico D.F., mantiene su pasaporte mexicano además del estadounidense, y habla español como primer idioma.

Hace doce días, Louis C.K. decidió poner el poder de la red a prueba saltándose distribuidoras, anunciantes y todo tipo de intermediarios, y subió a una página una actuación de standup comedy nueva, producida especialmente para la red, sin DRM y a un precio de cinco dólares. Repetimos para incredulos: SIN DRM, Y A UN PRECIO DE CINCO DÓLARES. A partir de ahí, promoción a través de redes y sitios sociales como Twitter, Reddit, Facebook o Google+.

¿Cuál sería la respuesta de los agoreros y de la industria de explotación del copyright que conocemos? Es clarísima: “no va a funcionar”. Los “malvados piratas” lo copiarán, lo distribuirán a través de sus “maléficas redes P2P”, y el artista no ganará nada, porque los usuarios de la red son malvados, inconscientes y solo quieren “el todo gratis”. No hace falta que os dé más argumentos: los escuchamos todos los días a través de los medios de comunicación.

¿Resultado? En los primeros cuatro días, Louis reunió doscientos mil dólares. En los doce que llevamos de experimento, ha sobrepasado el millón. Un millón de dólares en doce días. Sin DRM. Sin protecciones anticopia. Simplemente, con un precio adecuado y un canal pensado para ofrecer un producto de manera sencilla, sin restricciones: cinco dólares y puedes verlo, descargarlo, copiarlo, reenviarlo… lo que quieras. Y “misteriosamente”, pese a la opinión de unos intermediarios que solo reflejan con ello sus míseros estándares morales, los usuarios entraron, consumieron y pagaron, en lugar de lanzarse como posesos a las redes P2P. ¿Pagaron todos? Posiblemente no. ¿Y? ¿Son delincuentes los que no pagaron? En absoluto. ¿Contribuyeron a generar buzz y publicidad para el producto? Apostaría a que sí. La difusión, en este momento, indica más de cincuenta y tres mil Likes de Facebook y trece mil trescientos retweets.

El experimento de Louis C.K. prueba, una vez más, las posibilidades de la red cuando se trata a los clientes como personas, en lugar de insultarlos y de asumir que son delincuentes. Una oportunidad para artistas capaces de crear una relación genuina y sincera aprovechando la cercanía que proporciona la red. Para personas capaces de asumir que quienes deciden no pagar no eran tus clientes, están simplemente llevando a cabo un consumo que en modo alguno realizarían en caso de no ser gratuito, y que la mejor opción, dado que es manifiestamente imposible impedirlo, es aprovechar la difusión que pueden generar.

Louis ha decidido retener una parte del dinero percibido a través de la red, doscientos veinte mil dólares, y destinar otra parte por un lado a asociaciones de caridad y, por otro, a repartir como bonus a sus empleados.

¿Habrá aquí algo que aprender? ¿Y alguien dispuesto a aprenderlo?

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23 diciembre 2011

Si quieres SOPA, toma dos tazas

Todo indica que GoDaddy, la empresa líder en gestión de dominios en la red, tiene un serio problema: su nombre aparecía incluido en la lista de empresas que apoyaron la Stop Online Piracy Act (SOPA), una propuesta de ley considerada sumamente peligrosa para la libertad en la red, lo que la ha hecho acreedora de una acción de boicot que parece estar extendiéndose a gran velocidad a través de las páginas más conocidas.

Paul Graham, de la conocida y prestigiosa incubadora YCombinator, ha ido un paso más allá, y directamente ha excluido a todas las empresas incluidas en la lista como posibles participantes e sus eventos y conferencias, en lo que supone probablemente la mayor declaración de guerra hasta el momento entre un mundo online cada vez más significativo económicamente, y las empresas dispuestas a apoyar el ataque a las libertades más elementales en la red.

El boicot es un mecanismo muy habitual dentro del activismo, y en algunos casos, enormemente lógico: consumir productos o servicios de aquellos que amenazan la libertad de un entorno que resulta importante para ti, o incluso de quien directamente se dedica a insultarte resulta una medida fácil de entender y comunicar, y que, por otro lado refleja la verdadera realidad: que mientras quienes intentan impedir el normal funcionamiento de la red son cada vez menos y con argumentos cada vez menos razonables, quienes usan la red con normalidad y sin rasgarse las vestiduras son cada vez más y representan un porcentaje cada vez mayor de la actividad económica. Una deriva que va mucho más allá de lo meramente generacional, que no se ha detenido ni un momento por muchos ataques y nuevas leyes liberticidas que se hayan promulgado, y que, como siempre en el curso de la historia, terminará por imponerse.

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Marketing, influencia y web social, en Expansión

Mi columna de esta semana en Expansión se titula “Marketing, influencia y web social” (pdf), e intenta plantear un enfoque sencillo para entender la redefinición del marketing en el escenario de la web social en torno a dos conceptos: difusión e influencia.

A continuación, el texto completo de la columna:

 

Marketing, influencia y web social

¿Te influencia lo que ves en la web social? ¿Genera en ti algún tipo de comportamiento medible aquello que tu entorno social menciona, comenta o califica? Una gran parte del desarrollo teórico del marketing moderno está encaminado a comprender cómo dicha influencia, evidente e indudable, tiene lugar.
Buena parte de la atención se centra en la viralidad, lo que hace que la información circule. Factores como la novedad, el humor, la causa o militancia, la sorpresa, etc. que llevan a que una persona tome la decisión de convertirse en parte de una cadena de transmisión de una información determinada, pasando a tomar un papel de accionista en el proceso comunicativo. Entre una información asépticamente transmitida por televisión durante una interrupción de aquello que realmente querías ver, y una que te llega procedente de un amigo al que adscribes cierta capacidad de prescripción en ese tema, va un mundo.

Otra parte busca entender la dinámica de influencia: un producto muy mencionado en tu entorno social puede ganar – o perder – muchos puntos en una hipotética decisión de compra frente a uno que no lo es en absoluto. En nuestro entorno tenemos especialistas más o menos reconocidos en diversos temas, influenciadores a muy diferentes escalas, influencias directas e indirectas. No son procesos simples: pueden influirme cuestiones muy diversas: un "me gusta" o un "+1", una mención, una fotografía en el momento de consumo de un bien o servicio, asociado a métricas diversas de reiteración de concurrencia, de centralidad…

El marketing, como ciencia, está cambiando mucho, muchísimo, como consecuencia de este nuevo entorno. ¿Están sus directivos de marketing preparados para manejar algo así?

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22 diciembre 2011

El crecimiento de Twitter entre 2006 y 2009

Impresionante vídeo del MIT (se ve mejor a pantalla completa) del crecimiento en número de usuarios de Twitter en las cuatrocientas ocho ciudades norteamericanas con mayor número de usuarios: desde la primera fase asociada a bloggers y usuarios tecnológicamente avanzados al hilo del SXSW, pasando por la entrada de las celebrities y hasta el famoso desafío de Ashton Kutcher contra CNN, que generó el mayor pico de usuarios, el proceso de difusión siguió un esquema tradicional. Tras la primera explosión de usuarios en la ciudad de origen, San Francisco, y en Boston, el proceso continuó por medios tradicionales, proximidad física, relaciones cara a cara y noticias en medios tradicionales (recogidas mediante Google News).

 

 

En el gráfico, además de la serie temporal, puede verse el crecimiento de número de usuarios en cada ciudad en forma de círculo creciente azul, hasta el momento en que se supera la masa crítica de adopción, definida como el 13.5% de usuarios potenciales, en que se torna de color rojo. El estudio, desarrollado por Marta González y Jameson Toole, proporciona una visión muy interesante acerca del proceso de difusión de este tipo de aplicaciones, y clarifica la importante influencia de los factores y mecanismos tradicionales en la misma. Para los locos de los modelos de difusión tecnológica como yo, una auténtica joyita.

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21 diciembre 2011

Sobre Lucía, sus libros y el camino equivocado

Algunos me han pedido que escribiese sobre las desafortunadas declaraciones de Lucía Etxebarría en las que afirma que no volverá a escribir porque “se han descargado más copias ilegales de mi novela que copias han sido compradas”. Intentaré hacerlo en modo constructivo, tratando de explicar a Lucía en qué puntos se ha equivocado.

En primer lugar,  Lucía es libre de hacer lo que buenamente quiera con sus libros. Menos plagiarlos, porque a eso se le llama robar, puede decidir escribirlos o no escribirlos, con el calendario que quiera. Si lo que realmente le importa y le motiva no es dar salida a su creatividad e inspiración, sino únicamente vender copias, allá ella. Es completamente libre para decidir cómo utiliza su tiempo y cómo gana su dinero.

Veamos el detalle mágico, para ella seguramente algo “sin importancia”, de las declaraciones de Lucía:

“Decidimos no publicarlo como e-book porque eso lo hacía más fácil de piratear. Habría sido como tirarlo directamente a los leones”

Publicado en The Guardian, 20 de diciembre

Con todo respeto: ahí, Lucía, está el quid de la cuestión. En que tú, bien conscientemente o mal aconsejada por tu editorial, decidiste no atender una supuesta bolsa de demanda. Decidisteis que esa demanda no debía ser atendida. Que quien supuestamente quisiera leer tu libro, debería adquirirlo en papel, en el formato que vosotros habíais decidido y al precio que la editorial ha determinado que tenga. Y supuestamente, eso ha llevado a que algunas personas, según tú más que los que han adquirido copias en papel, se lo descarguen.

Las cosas claras, Lucía: imagino que tienes razones fundadas para asegurar que tus libros se piratean mucho, muchísimo, constantemente y sin pausa. Que te imaginas hordas de feroces descargadores malvados abalanzándose sobre tus libros. Estarás convencida de que, en realidad, esos terribles piratas se concentran en tus libros, y no, por ejemplo, en los de Paulo Coelho, Juan Gómez Jurado o Cory Doctorow, por citar algunos de los que cada vez más enfocan este fenómeno de manera radicalmente distinta a como lo enfocas tú. Con las cifras en la mano, cualquiera de ellos ha vendido muchas más copias de sus libros que tú. Pero en los tres casos, hablamos de escritores que, contrariamente a lo que tú haces, han decidido libremente que sus libros estén fácilmente disponibles, con precios bajos – que reflejen la diferencia de costes inherente a no tener que imprimir, encuadernar, meter en cajas, distribuir por todos los rincones de la geografía y pagar márgenes a la distribución – o incluso, oh tremenda herejía, ¡¡GRATIS!!!

Tranquila, no te frotes los ojos, no tienes que creerme. Simplemente vete a Pirate Coelho (entrada escrita por él mismo), o léete su discurso de apertura de la Feria del Libro de Frankfurt de 2008: de verdad, es muy bueno, muy recomendable, te lo recomiendo sin un ápice de acritud. A lo mejor te das cuenta de la verdad: que estás siendo tristemente utilizada por una industria que se queda el 90% de los ingresos que tus obras supuestamente generan, y que estás ladrando al árbol equivocado (con perdón por lo de “ladrando”, no es más que una frase hecha).

Por favor, Lucía, léete a Juan Gómez Jurado en “La piratería no existe“: Juan es un autor con múltiples best-sellers en el mercado español e internacional, traducido a un montón de idiomas. De verdad, léetelo, intenta aplicar una mentalidad abierta, y enfréntate a ese texto intentando ponerte en el lugar de una persona racional. Juan ofrece sus libros en todos los canales y formatos que puede, intentando aplicar políticas de precios lo más adecuadas posibles a cada canal. ¿Le va mal? No, curiosamente, cada vez le va mejor. A Cory Doctorow le pasa lo mismo: en su página personal tienes los enlaces a sitios para comprar su obra, acompañados de enlaces de descarga gratuita. Seguramente te resulta imposible entender que alguien vaya a escoger pagar por una obra cuando el propio autor te ofrece su enlace de descarga, pero eso, siento enormemente decírtelo, habla más de tu catadura moral que de la que adjudicas a tus presuntos o supuestos lectores.

Un libro puede venderse bien, regular o mal. Que algunos de tus libros, particularmente aquellos que utilizaron el socorrido recurso de los premios que algunas editoriales prostituyen para promocionarlos, hayan tenido muchas ventas, no quiere decir que todos tus libros se vayan a vender así. Si te has encontrado con un libro que vende menos, o peor, con una curva descendente de ventas de tus libros, no es por culpa, como tú dices, “de la piratería”. De nuevo con todo el respeto, te diré más: tendrías mucha suerte si cada vez que sale uno de tus libros, la gente se agolpase frente de sus pantallas para descargárselo. Y LO SABES. No te mientas. Si muchísima gente se descargase tus libros, te ocurriría algo que aún no has llegado a comprender: que venderías muchísimos más. Si además tuvieses el sentido común para ofrecer tu obra en todos los canales y formatos posibles, todavía más. No, Lucía, no tienes un problema de “piratería”. Tienes un problema de otro tipo. Tú misma.

Tus intereses, Lucía, no son siempre e invariablemente los mismos que los de tu editorial. Haz pruebas, busca otras maneras, otros canales… no se trata de que te metas a editora, pero es posible que estés mejor no firmando todo lo que te dan a firmar en los contratos editoriales. Posiblemente deberías explorar otras vías. Créeme, las hay. La editorial, aunque pueda jugar un papel interesante de cara a la distribución, no siempre es el mejor aliado del autor. Es más: lamento resquebrajar tu bien preservada ingenuidad, pero la editorial no mira por tus intereses. Mira por los suyos.

Y por favor, y esto sí que te lo digo con conocimiento de causa: deja de difamar. Los estudios que utilizas para afirmar categóricamente que “España es un país de piratas” o que “en España se descarga más que en ningún otro país del mundo” son falsos, están sesgados, encargados por quienes buscan que digan precisamente eso. Se encargan con las conclusiones ya previamente escritas. Se usan para presionar al gobierno en busca de una legislación más favorable a los intereses de las editoriales y las industrias del copyright. El propio Departamento de Estado de los Estados Unidos ha alertado contra ellos: la metodología no se sostiene, las estimaciones son absurdas, las imputaciones son ridículas. Son informes títeres pagados por parte interesada. Si no lo sabías, Lucía, ya lo sabes: cuando tomas decisiones basándote en esos informes, estás basándote en mentiras, en invenciones pagadas por aquellos que se llevan el 90% del precio de los libros que vendes.Los informes neutrales, los que pagan los propios gobiernos, revelan conclusiones inequívocas: las descargas no perjudican a los creadores culturales.

Pero sobre todo, ten en cuenta una cosa: el que se descarga tu libro es porque tenía algún interés en leer tu obra. A mal sitio vas si lo insultas, lo menosprecias o lo castigas. Lo que deberías hacer es tratar de hacerle una propuesta que no pudiese rechazar: que tu obra estuviese disponible de manera tan sencilla para él o ella, que no le compensase irse a buscarla por ahí. Lucía, haz la prueba: la vida de un creador es MUCHO más sencilla cuando consigue una complicidad, cuando logra tener una buena relación con aquellos interesados en su obra. No creas las mentiras que te hablan de malvados con parche en el ojo y pata de palo descargándose tus obras… son tus lectores. Muchos de ellos descargan tu obra porque se la encuentran, porque se la recomiendan en un momento dado, muchos de ellos no la leerán, simplemente se hacen con ella porque “está a mano”, y eso no va a dejar de ser así en el futuro. Por mucha ley Sinde o similar que nos pongan, eso no va a cambiar. Asúmelo, y aprende a vivir en un entorno en el que eso forma parte del entorno.

Respetuosamente: no sigas por el camino equivocado. A mí ni me va ni me viene: no soy lector de tus libros, no te conozco, y todo lo que sé de ti es que en otra ocasión tuve que dar un repaso a tus muy escasamente documentadas tesis sobre la ley Sinde. Pero créeme: por ese camino, únicamente empeorarás las cosas.

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20 diciembre 2011

Un rap contra la SOPA

 

No, no es una protesta organizada por Mafalda. Es Dan Bull, un artista británico muy militante y activista a favor de las libertades en la red, que se ha marcado un crowdsourced rap contra la Stop Online Piracy Act (SOPA) desde el punto de vista de una persona mayor que intenta explicar, en un hipotético futuro post-SOPA, cómo era internet cuando era libre.

Vía TorrentFreak.

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Pablo Soto y el triunfo de la lógica

Hablé por primera vez de Pablo Soto en esta página allá por el año 2005 reseñando sus desarrollos. Volví a hacerlo en el año 2008 ya al hilo de la demanda de Promusicae con “La revolución P2P y la conjura de los necios“, en 2009 en Expansión con “Quemando a Gutenberg“, y unos días después, utilizando esta misma viñeta de Hugh Macleod que tenéis a la izquierda. Con Pablo he coincidido en diversos foros, eventos, y en la calle en múltiples ocasiones: además de ser un crack del desarrollo de software, es esencialmente un buen tío, de los que da gusto conocer.

Que vengan cuatro compañías enormes agrupadas en un lobby con omnímoda llegada al poder, y te denuncien por trece millones de euros, que hundan las posibles pretensiones de desarrollo empresarial que pudieses tener y que amenacen con destrozarte completamente la vida es de las cosas que no se desean a nadie. Si además quienes te denuncian se comportan como unos macarras asquerosos, gritando desde el público, haciéndote burla o comiendo una bolsa de kikos mientras habla tu abogado, la cosa ya reviste el tratamiento de tortura psicológica, y somete a la persona a una presión insufrible e inimaginable, que además ha durado una barbaridad de tiempo. Muy pocos aguantarían lo que Pablo ha tenido que aguantar durante estos últimos años.

Tras el desenlace, conviene situar las cosas adecuadamente para mantener la perspectiva: de un lado, Promusicae, el lobby que agrupa a las compañías discográficas. Recursos ilimitados, acceso al poder político, y una actitud chulesca que conviene que todos tengamos presente en la cabeza cada vez que pensemos en ellos. Promusicae es ese club cerrado donde no se permite la entrada a socios y que mantiene ese sistema, RitmoNet, que excluye de las radios comerciales toda aquella música que no provenga de ellos, asegurando que nada pueda triunfar en los circuitos comerciales si no es con su anuencia. Son el factótum de las grandes discográficas, lo que les permite mantener un monopolio sobre la música que escuchamos, un monopolio descarado y vergonzoso sobre el que, misteriosamente, los políticos nunca tienen nada que decir. No, Promusicae y sus socios no son “los artistas”, ni luchan por el bienestar de los mismos: son las compañías que los explotan, los que se quedan con la inmensa mayoría de los beneficios que estos generan, los que les imponen contratos leoninos, los que mienten descaradamente publicando estudios falsos para difamar a España y a los españoles, y los que manipulan a los políticos para poder seguir obteniendo beneficios incluso cuando los artistas ya han fallecido.

Del otro lado, Pablo. Un chaval sencillo, delgado como un palillo y con una discapacidad motora, que tiene la habilidad de convertir ideas en código ejecutable. Que es capaz de generar herramientas que sirven para el intercambio de archivos, de cualquier tipo de archivo. Que puedes utilizarlas lo mismo para descargarte La Ilíada y La Odisea de Homero, para distribuir un podcast, o para hacerte con el último hit. Herramientas cuyo uso depende de quien está detrás del teclado, de quien las usa, como ocurre con una pala, un pico o un cuchillo jamonero. Criminalizar las herramientas es un argumento tan absolutamente demencial, que la sola posibilidad de que el fallo de este caso fuese en sentido contrario constituye una auténtica ofensa a la inteligencia. Pero además, es que incluso aunque esa herramienta e utilizase única y exclusivamente para eso que presuntamente aterra a Promusicae, tampoco pasaría nada: estudios realizados de manera imparcial, no como los de Promusicae, por gobiernos como el suizo, demuestran fehacientemente que las descargas van en favor del consumo de bienes culturales, no en contra.

Enhorabuena, Pablo, y enhorabuena a sus abogados, David Bravo, Javier de la Cueva y Jose Ignacio Aguilar. Para que las ideas avancen, algunos tienen que pasarlo muy mal, a veces durante mucho tiempo. Hoy nos alegramos por una sentencia que pone las cosas en su sitio, pero es bueno recordar que para estas alegrías, alguien ha tenido que pasarlo fatal durante mucho tiempo, sin poder saber qué iba realmente a ser de su vida y de su futuro. En la historia que consolida nuestras libertades y los escenarios en los que viviremos en el futuro hay personas como estas, héroes que afrontan batallas desiguales, que son denunciados por crear herramientas, amenazados por recoger opiniones de terceros que únicamente decían verdades, o intimidados en medio de un insoportable clima de matonismo judicial. Hoy, como durante todo este tiempo que ha durado la pesadilla y el que puede que dure todavía…

… MUCHAS GRACIAS.

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19 diciembre 2011

Hablando sobre geolocalización, en El País Semanal

Paloma Abad, de El País, me envió algunas preguntas por correo electrónico hace algunos meses con el fin de contextualizar un artículo sobre aplicaciones de geolocalización, que fue finalmente publicado en El País Semanal de ayer bajo el título “Usted está aquí” (ver en pdf).

A continuación, el texto completo que envié a Paloma:

 

La idea de la geolocalización como aplicación social surge por primera vez con cierto nivel de éxito gracias a Dennis Crowley y Alex Rainert, dos estudiantes de NYU que desarrollan Dodgeball en el 2000. La compañía fue adquirida por Google en 2005, pero su actividad fue mínima, Dennis y Alex abandonaron Google con sensación de frustración, y el proyecto terminó finalmente siendo cancelado en 2009. Tras salir de Google, Dennis Crowley fundó Foursquare con el mismo fundamento y un nuevo compañero, Naveen Selvadurai, pero esta vez en un momento en el que la cuota de smartphones en el mercado con funcionalidad GPS ye era sensiblemente mayor, lo que posibilitó una adopción mucho más exitosa.

La idea de Foursquare es proponer un “juego social”, una aplicación basada en la competencia con tus amigos mediante mecanismos como el leaderboard (tablero de puntuaciones), los mayorships (alcaldías) o los badges (insignias). Sobre ese componente lúdico se estructura un esquema de promociones a las que los sitios pueden acceder mediante acuerdos económicos con Foursquare: promociones basadas en frecuencia, en repetición, etc. que ofrecen incentivos a los usuarios y una oportunidad a los sitios de promover el consumo. Gracias a estos componentes, Foursquare se hizo con uno de los mejores catálogos de sitios del mundo completamente creado por sus usuarios: aún teniendo en cuenta problemas de duplicidad o multiplicidad de sitios, el catálogo abarca locales en los lugares más insospechados del mundo, y su explotación brinda un importante valor a la compañía.

Los supuestos “peligros” de la geolocalización son, en realidad, un mero artefacto periodístico para aficionados al sensacionalismo. El peligro de las aplicaciones de geolocalización está relacionado con un mal uso: obviamente, si compartimos todo con todo el mundo sin tener en cuenta que sean amigos o no lo sean, estaremos utilizando mal la herramienta, y correremos los mismos riesgos que si nos dedicásemos a anunciar a los cuatro vientos dónde vamos a estar o qué estamos haciendo: la herramienta no es mala, es malo el posible mal uso que se haga de ella. La idea de ladrones ultratecnológicos que actúan mirando Foursquare es otro fruto del sensacionalismo: no se ha demostrado ninguna actuación de este tipo, y en realidad, cualquier ladrón estaría más seguro mediante la metodología tradicional de observación de un barrio para deducir en función de las persianas o del buzón si una persona se encuentra en casa o no, que dedicándose a crear un perfil falso en una red social para saber si la persona está o no está.

Los beneficios son claros: por un lado, lúdicos, combinados con la posibilidad de saber dónde están tus amigos y poderles proporcionar, en un momento dado, consejos sobre sitios, etc. o encontrarte con ellos gracias a la aplicación. Por otro, incentivos promocionales, rebajas, especiales, etc. por parte de los establecimientos participantes. Sin embargo, la escasa dimensión internacional como compañía de Foursquare ha dañado estratégicamente su desarrollo: la empresa está radicada en Nueva York y carece de red en otros países, lo que lleva a los establecimientos a tener que contactar con una empresa extranjera para hacer sus promociones. Esto ha sido aprovechado por competidores como Facebook Places, que gracias a su amplia infraestructura de soporte internacional, ofrece un sistema similar descrito como “más aburrido”, pero con incentivos mayores al ser capaz de atraer a su servicio a empresas potentes como El Corte Inglés, BBVA o el Fútbol Club Barcelona, y ofrecerlo a sus más de setecientos millones de usuarios en todo el mundo. Sin embargo, por el momento, Foursquare sigue generando en sus usuarios una dinamica de checkins habituales, mientras Facebook Places solo obtiene un uso en el mejor de los casos esporádico. La dinámica de esta competencia en el futuro está por ver.”
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