Carmen Mañana, de El País, me llamó por teléfono hace un par de semanas para hablar del impacto de Twitter en las decisiones políticas, al hilo de aquellas declaraciones del ex-presidente de gobierno en las que achacaba al ruído desencadenado en la red la alteración de los planes de aprobación del reglamento de la llamada “ley Sinde” en el consejo de ministros del pasado día 2 de diciembre. Hoy lo ha publicado bajo el título “Esclavos del trending topic” (ver en pdf).
A estas alturas, que alguien con un mínimo de inteligencia piense que se pretende sustituir la democracia con una especie de “twittercracia” resulta de un simplismo que asusta. Pero también lo es el que alguien pretenda tomar decisiones que atañen a todos sin mirarse en el espejo de la opinión pública, expresada a través de una herramienta eficiente en la que un porcentaje importante de ciudadanos manifiestan sus opiniones en tiempo real.
Pensar que más de tres millones de ciudadanos se están representando únicamente a sí mismos cuando elevan a trending topic una opinión concreta es ignorar las leyes más básicas del muestreo y la estadística: del nivel de acuerdo expresado en tweets por segundo dedicados a un tema y manifestado en la velocidad con la que algo se eleva en la conversación para alcanzar el nivel de tema del momento se pueden extraer muchas y muy buenas conclusiones. Los usuarios de Twitter no son especímenes extraños aislados en un laboratorio: los demográficos de la herramienta son suficientemente variados como para que se pueda considerar una muestra razonablemente buena del conjunto de la sociedad. Y si lo dudas, ahí están los métodos de descuento del sesgo muestral para demostrarlo. Un ministro con el pasado profesional que tiene Jose Ignacio Wert no debería ignorar esos conceptos.
Twitter, como muchas otras herramientas de la red, resultan un elemento cada vez más indispensable en la política de hoy: el político que decida ignorarlo por las buenas, tendrá que aprenderlo por las malas.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.