19 diciembre 2011

Hablando sobre geolocalización, en El País Semanal

Paloma Abad, de El País, me envió algunas preguntas por correo electrónico hace algunos meses con el fin de contextualizar un artículo sobre aplicaciones de geolocalización, que fue finalmente publicado en El País Semanal de ayer bajo el título “Usted está aquí” (ver en pdf).

A continuación, el texto completo que envié a Paloma:

 

La idea de la geolocalización como aplicación social surge por primera vez con cierto nivel de éxito gracias a Dennis Crowley y Alex Rainert, dos estudiantes de NYU que desarrollan Dodgeball en el 2000. La compañía fue adquirida por Google en 2005, pero su actividad fue mínima, Dennis y Alex abandonaron Google con sensación de frustración, y el proyecto terminó finalmente siendo cancelado en 2009. Tras salir de Google, Dennis Crowley fundó Foursquare con el mismo fundamento y un nuevo compañero, Naveen Selvadurai, pero esta vez en un momento en el que la cuota de smartphones en el mercado con funcionalidad GPS ye era sensiblemente mayor, lo que posibilitó una adopción mucho más exitosa.

La idea de Foursquare es proponer un “juego social”, una aplicación basada en la competencia con tus amigos mediante mecanismos como el leaderboard (tablero de puntuaciones), los mayorships (alcaldías) o los badges (insignias). Sobre ese componente lúdico se estructura un esquema de promociones a las que los sitios pueden acceder mediante acuerdos económicos con Foursquare: promociones basadas en frecuencia, en repetición, etc. que ofrecen incentivos a los usuarios y una oportunidad a los sitios de promover el consumo. Gracias a estos componentes, Foursquare se hizo con uno de los mejores catálogos de sitios del mundo completamente creado por sus usuarios: aún teniendo en cuenta problemas de duplicidad o multiplicidad de sitios, el catálogo abarca locales en los lugares más insospechados del mundo, y su explotación brinda un importante valor a la compañía.

Los supuestos “peligros” de la geolocalización son, en realidad, un mero artefacto periodístico para aficionados al sensacionalismo. El peligro de las aplicaciones de geolocalización está relacionado con un mal uso: obviamente, si compartimos todo con todo el mundo sin tener en cuenta que sean amigos o no lo sean, estaremos utilizando mal la herramienta, y correremos los mismos riesgos que si nos dedicásemos a anunciar a los cuatro vientos dónde vamos a estar o qué estamos haciendo: la herramienta no es mala, es malo el posible mal uso que se haga de ella. La idea de ladrones ultratecnológicos que actúan mirando Foursquare es otro fruto del sensacionalismo: no se ha demostrado ninguna actuación de este tipo, y en realidad, cualquier ladrón estaría más seguro mediante la metodología tradicional de observación de un barrio para deducir en función de las persianas o del buzón si una persona se encuentra en casa o no, que dedicándose a crear un perfil falso en una red social para saber si la persona está o no está.

Los beneficios son claros: por un lado, lúdicos, combinados con la posibilidad de saber dónde están tus amigos y poderles proporcionar, en un momento dado, consejos sobre sitios, etc. o encontrarte con ellos gracias a la aplicación. Por otro, incentivos promocionales, rebajas, especiales, etc. por parte de los establecimientos participantes. Sin embargo, la escasa dimensión internacional como compañía de Foursquare ha dañado estratégicamente su desarrollo: la empresa está radicada en Nueva York y carece de red en otros países, lo que lleva a los establecimientos a tener que contactar con una empresa extranjera para hacer sus promociones. Esto ha sido aprovechado por competidores como Facebook Places, que gracias a su amplia infraestructura de soporte internacional, ofrece un sistema similar descrito como “más aburrido”, pero con incentivos mayores al ser capaz de atraer a su servicio a empresas potentes como El Corte Inglés, BBVA o el Fútbol Club Barcelona, y ofrecerlo a sus más de setecientos millones de usuarios en todo el mundo. Sin embargo, por el momento, Foursquare sigue generando en sus usuarios una dinamica de checkins habituales, mientras Facebook Places solo obtiene un uso en el mejor de los casos esporádico. La dinámica de esta competencia en el futuro está por ver.”
(Enlace a la entrada original - Licencia)

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