30 junio 2011

En el Parlamento Europeo, hablando sobre copyright

Ayer participé, invitado por el Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas & Demócratas en el Parlamento Europeo, en la jornada Copyright and Intellectual Property in the Digital Age, en una mesa redonda en la que participaron además Jean Bergevin (Head of Unit, Fight against Counterfeiting and Piracy) y Malcolm Hutty (President, EuroISPA), moderados por Luigi Berlinguer.

Sinceramente, salí de allí mucho más animado y optimista de lo que entré, con cierta sensación de que algunas cosas pueden estar empezando a cambiar. Mis compañeros de mesa resultaron tener posturas notablemente más progresistas y reformistas de lo que me había esperado al ver sus cargos con respecto al tema, y el moderador hizo un fantástico trabajo a la hora de mantener el balance entre nuestras exposiciones y las preguntas de los asistentes. Sala prácticamente llena (la fotografía la hice al final, cuando algunas personas se habían tenido que ir), y mucho interés por consolidar posturas con respecto a un tema donde la influencia más habitual suele venir de los lobbies de defensa ultramontana de la propiedad intelectual.

Mis mensajes, los que conocéis los habituales de esta página, y en su forma habitual: adopté una posición y un estilo deliberadamente provocativo y muy poco “parlamentario”, y creo que fue un acierto. Mensajes claros: los usuarios NO son delincuentes, sino que intentan acceder a unos contenidos en una situación de falta de alternativas. Un mercado inexistente propiciado por una situación de excesiva intermediación y de gestión insostenible de los derechos de autor, que generan desigualdades entre países, ventanas de explotación completamente artificiales, precios claramente abusivos, y ausencia de innovación y de oportunidades para emprendedores en un mercado monopolístico. En esa coyuntura, los intermediarios de la propiedad intelectual juegan la perversa carta de criminalizar al usuario, de reclamar perjuicios inexistentes aplicando criterios que ofenden a todo sentido común (una descarga igual a una venta perdida) y encargando estudios manipulados que atribuyen pérdidas capaces de superar todo el dinero en circulación en el mundo. La reacción que surge ante este entorno es clara: los políticos tienden a endurecer la legislación dictando leyes que la tecnología convierte en obsoletas antes incluso de ser promulgadas, plantean cuestiones como bloqueos y desconexiones de usuarios, y terminan provocando una fortísima reacción de indignación que puede, como ocurrió en el caso de España con la ley Sinde, convirtiéndose en espoleta capaz de provocar importantes reacciones y movimientos sociales.

Ante parlamentarios sumamente participativos como Catherine Trautmann, Silvia Costa, Françoise Castex, Michael Cashman o los españoles Antonio Masip y Luis Yáñez, intenté reforzar ideas como que si un modelo de negocio depende de impedir el acceso de terceros a un conjunto de bits o de vender copias que todo usuario puede hacerse por sí mismo, es un modelo de negocio muerto. Asimismo, intenté desmontar falacias como la que afirma que “los usuarios lo quieren todo gratis” y que “se atacaba a los autores”, afirmando que los usuarios sí están dispuestos a pagar por servicios de calidad que combinen conveniencia y precio adecuado, como de hecho pagan por proxies, servicios de almacenamiento, accesos preferentes, etc. y como se demuestra del hecho de que los países en los que descienden las descargas irregulares es debido no a una mayor persecución, sino al mayor desarrollo de servicios alternativos. Hablamos con bastante profusión de las sociedades de gestión de derechos de autor, de su papel como monopolio que impide la innovación, de cómo retienen y desvían los fondos sin repartir a los autores, y de hasta qué punto perjudican el desarrollo de un verdadero mercado eficiente, e hicimos mucho énfasis en el hecho de que un mayor nivel de persecución y criminalización de los usuarios redundaría en una red en la que predominase en uso de herramientas como proxies y VPNs para proteger el anonimato, un escenario siniestro que además perjudicaría la investigación de los verdaderos delitos. Como peticiones finales, abogué por dejar de criminalizar y perseguir al usuario, por renunciar al establecimiento de sistemas de filtrado que no llevan a ninguna parte, y por dejar al mercado que funcionase favoreciendo la innovación y un entorno en el que la gestión de los derechos no generase situaciones que impiden el desarrollo de modelos de negocio asociados a los contenidos.

¿Preocupaciones? El hecho de que las personas que manifestaron actitudes más ultramontanas y conservadoras fuesen, además de un Michael Cashman muy vinculado personalmente a lo largo de su vida con música, cine y teatro y que defendió las supuestas pérdidas millonarias de los autores, los dos eurodiputados españoles, Yáñez y Masip. Sus posturas, en ambos casos, fueron por el lado de quien cree que se ataca a los autores, y que el político que apoya reformas en el copyright está dejando de defenderlos. Un victimismo que chocaba claramente con el hecho de que mal voy a atacar yo a los autores cuando precisamente soy uno de ellos (aunque el Sr. Masip me dijese eso de “pues yo no lo conozco, y una autora amiga mía que sí es importante vio cómo perdía completamente el control de la distribución de su libro”), pero que chocó bastante con la actitud de la mayoría de los presentes, tanto durante la participación en el hemiciclo como después en las charlas en los pasillos.

La sorpresa agradable para mí vino con la aparición sorpresa en el hemiciclo de Christian Engström, una de esas personas a las que llevo tiempo siguiendo, que está jugando un importantísimo papel en la defensa de los derechos de los usuarios, y que me apetecía mucho conocer: un auténtico crack, que además habla perfectamente español, y que mostró un apoyo decidido a mis posturas con su participación.

Veremos qué queda de mi optimismo de hoy cuando los eurodiputados tengan que votar cuestiones relacionadas con el copyright y la propiedad intelectual. Pero al menos… hemos estado ahí! :-)

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29 junio 2011

Google+: primeras sensaciones

Las primeras sensaciones tras unas horas trasteando con Google+ resultan bastante ambivalentes. Por un lado, se aprecia un buen trabajo en el desarrollo de interfaz: limpio, con sus elementos muy bien integrados, con apariencia sencilla y una barra superior con los cuatro elementos básicos: Home, Photos, Profile y Circles. Por otro, una gran profusión de similaridades de maquetación y situación de elementos con respecto a Facebook. En Home, un aspecto muy parecido: tres columnas, en la de la izquierda un menú, en la central el llamado Stream a modo de muro, y en la derecha, contactos y sugerencias.

Nada más entrar, me encuentro con la integración de Google Profiles, base de la gestión de la identidad: si no tenías bien gestionado tu perfil en esa herramienta, no es mal momento para hacerlo, es tiempo que te ahorrarás cuando quieras probar Google+. A partir de ahí, impresión de beta en primera etapa: solo me encuentro a mis amigos de Google, que son los que llevan cierto tiempo probándolo, alguno de hecho ya me había añadido antes de que yo entrase. La red te presenta sugerencias extraídas de tus contactos de Gmail, y puedes ir gestionándolos (metiéndolos en círculos) antes de que ellos mismos tengan acceso.

Se nota un interés fuerte por evitar errores cometidos anteriormente: la compañía evoca muy negativamente el problema que surgió con Buzz y us sistema de inclusión automática de contactos, e intenta por todos los medios dar al usuario sensación de control sobre lo que comparte y con quién lo hace. Pero dado que esto es una red social y solo nos han dado invitaciones a muy pocas personas (muy pocas y ya todas utilizadas porque tenían un límite temporal que impedía “guardarse” ninguna, no me las pidáis en los comentarios :-) la sensación es de vacío, de ¿y yo qué hago aquí ahora? Imagino que la gestión de invitaciones será algo que tendrán bien pensado: de nuevo basándose en experiencias previas, es tan evidente que la política de invitaciones genera una carestía sobre el servicio que redunda en una mayor atención, como lo será el interés de la compañía por negarlo y justificar dicha política con un “es que la estamos peinando”. Pero de nuevo, siendo esto una red social, resulta complicado pensar en probarlo sin que esté lleno de gente.

Lo más interesante para mí: filosofía de control total. Cada vez que haces una actualización, que subes una foto, que geolocalizas algo, etc. te encuentras con la posibilidad de decidir sencilla y claramente con quién y qué lo quieres compartir. Escoger la compartición con todos tus círculos, con solo uno o varios de ellos, o con una sola persona es trivial e inmediato. Geolocalizarte implica la opción de si quieres hacerlo solo a nivel de ciudad, con la localización exacta, sin ella… claramente, un intento muy buscado de separarse de Facebook en este sentido. La app de Google+, por el momento solo disponible para Android, es igualmente sencilla, limpia y funcional, con una filosofía de compartición cuando subes algo que sigue la misma experiencia: control total de qué y con quién compartes.

En la esquina superior derecha, casi al final de la barra negra de Google común con otras aplicaciones (y que evoca lógicamente a la barra azul de Facebook), tiene una burbuja de notificaciones (también estilo Facebook), con un desplegable bastante potente. Puedes prácticamente ver todo lo nuevo sin moverte de ahí. Por otro lado, cada update de cada amigo desencadena una profusión de comunicación: aparece instantáneamente en tu Stream, en tu Gmail, y en tu móvil si también lo tienes conectado tanto en el correo como en la app de Google+, algo que claramente habrá que regular con cuidado si no queremos ser víctimas de un ataque agudo de ansiedad…

Por el momento, muchas interrogantes. Nos esperan unos días de trastear, de contar impresiones, de comunicar bugs – por el momento tiene todo un aspecto la mar de “acabado” – y, en general, de organizar la red al gusto de cada uno. ¿Triunfará? ¿Desplazará a Facebook? Obviamente, muy pronto para saberlo. El consenso de los analistas afirma que en el mundo de las redes sociales generalistas, como en Los Inmortales, “solo puede quedar uno”. Google+ es un esfuerzo ambicioso, con buenos elementos y alguna característica diferencial interesante que puede resonar bien al usuario avanzado de Facebook, mayor control en todos los sentidos. Pero por otro lado, sigue enormemente la filosofía y el diseño de Facebook en muchas cosas (como no podía ser de otra manera tras la ventaja de la que ha dispuesto Facebook para convertirse en “el estándar de las redes sociales”) y tiene un problema de escala: en Facebook te encuentras a todo el mundo, aquí por el momento no es tan sencillo.

La idea de combinar con la libreta de direcciones de Gmail permitiendo gestionar toda dirección de correo que tengas ahí y enviando correos a los que no están en la red parece interesante (quitando el inconveniente de que considera contactos a todas tus direcciones de e-mail, incluyendo listas de correo y cosas que no son personas, y que no todo el mundo tiene su Profile bien cuidado y mantenido), más considerando que el intento de Facebook por construir un nuevo esquema de correo electrónico basado en su herramienta ha sido un fracaso total, pero… ¿existirá una inclinación a “reconstruir” nuestras redes sociales sobre una nueva herramienta cuando la que había no mostraba todavía demasiados signos de desfallecimiento? ¿Diremos dentro de un par de años “stream” donde ahora decimos “muro”, o viviremos otra cancelación por falta de uso a las que Google nos tiene acostumbrados? Imposible saberlo.

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En La Sexta Noticias, hablando de Bitcoin

Ayer estuve en los informativos de La Sexta hablando de Bitcoin, bajo el título “La moneda de internet“, intentando proporcionar una visión equilibrada sobre el tema en la que surgiesen tanto aspectos positivos como negativos. Habíamos hablado de Bitcoin anteriormente en esta otra entrada titulada “Bitcoin: crecer nunca fue fácil“.

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28 junio 2011

The Google+ project: finalmente, la red social de Google

Finalmente, lo tenemos aquí: estaba claro que Google iba a plantear un proyecto serio en el ámbito de las redes sociales. Se había rumoreado extensamente, hasta que finalmente, ya tenemos el anuncio en el blog oficial, con la primera iteración del proyecto fuera del ámbito interno de Google: se titula Introducing the Google+ project: real-life sharing, rethought for the web, viene acompañado por un buen montón de vídeos, y en mi caso, con una invitación para probarlo.

Acaba de aparecer la página en español, y estoy además curioseando el material gráfico, incluyendo el logotipo oficial:

El primer concepto (Circles) gira claramente en torno a las relaciones: cualificación de las mismas en círculos definidos por el usuario, poniendo un énfasis especial en el tipo de relación y permitiendo un control fino sobre con quién o quiénes compartes cada cosa.

Un segundo eje (Sparks) se establece en función de los intereses: contenidos, temas de conversación, cuestiones que se encuentran en la web y se quiere compartir con otras personas. En una tercera dimensión se sitúan los Hangouts o quedadas, que se estructuran como comunicación directa: reuniones personales o incluso vídeo multipersona. Una cuarta funcionalidad engloba de manera aparentemente muy completa todo lo relacionado con la movilidad: los Instant uploadsPhotos, o Móvil, permiten el envío instantáneo de fotografías desde el móvil, con geolocalización incluida si se desea, y con la misma filosofía de control sobre todo el proceso.  Finalmente, una quinta herramienta, Huddle, en español HolaHola, se plantea como método de mensajería instantánea con grupos de personas.

Todo ello, en torno al concepto de Home, en donde se establece la base de la presencia, y por supuesto, el ya conocido de Profile, con la gestión de la identidad.

 

En breve, según lo vaya probando, mucho más…

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Este jueves, algo podría cambiar en la SGAE

Este jueves día 30 tendrá lugar la votación presencial en las elecciones de la SGAE, y por primera vez desde hace un montón de años, algo podría cambiar en la dirección de la que se ha convertido por méritos propios en la institución más odiada de nuestro país.

En la práctica totalidad de las ocasiones desde que el dinosaurio Bautista maneja la SGAE, las elecciones han tenido lugar sin que se presentasen otras candidaturas alternativas a la suya. Elecciones con un solo candidato, en las que de los más de cien mil autores socios de la SGAE de los que tan solo ocho mil tienen derecho a voto, terminaban ejerciéndolo únicamente alrededor de mil seiscientos en votación presencial, más unos trescientos en voto por correo (datos de las últimas elecciones), datos que posteriormente eran presentados como un supuesto “abrumador apoyo” a la única candidatura presentada. Un esquema, el de buscar intencionadamente la baja participación, diseñado para perpetuar en el poder a una junta directiva y a un presidente que, en virtud de los indicios de fraude que acumula, tiene sin duda muy buenas razones para intentar agarrarse a la silla todo el tiempo que pueda.

En esta ocasión, una candidatura, la encabezada por Jose Miguel Fernández Sastrón, ha sido capaz de superar la infinidad de trampas y fraudes en el acceso a los datos del censo – en un sistema de presentación de avales ya de por sí manipulado para evitar en la medida de lo posible la presentación de alternativas – y ha logrado plantarse en las elecciones con ciertas posibilidades de victoria. No es sencillo, pero tampoco imposible.

A un lado, una gestión inmovilista que ha incrementado de manera desmesurada las cantidades no repartidas a los autores, que mantiene a más de noventa mil asociados sin derecho a voto, que ha emprendido negocios enormemente dudosos en todos los sentidos, y que ha logrado por méritos exclusivamente propios un nivel de enfrentamiento con la sociedad española absolutamente inaudito y escandaloso, una fractura social que va a tardar muchos años en curarse, más de dos generaciones que ven a la SGAE como ven al lobo de los cuentos infantiles. Al otro, una candidatura de renovación, una persona con la que he tenido la ocasión de sentarme y que, frente a la actitud ultramontana de Bautista, tiene ideas razonables con respecto a la gestión de los derechos de autor, entiende la red, no criminaliza a los usuarios, no se llena la boca con estupideces como “el todo gratis”, “los piratas” o “los pendejos digitales”. Además, defiende algo completamente razonable en el ejercicio democrático: que todo asociado tenga derecho a voto. Obviamente, partía de buena situación: era necesario hacer muy poquito para poder presentarse como una alternativa mejor que un Teddy Bautista del que muchos podrían fácilmente creer que sacrifica gatos y devora bebés en la intimidad. Prácticamente cualquier alternativa sería mejor que lo que hay. Pero en mis conversaciones con Jose Miguel Fernández Sastrón, además, me he encontrado actitudes positivas y conciliadoras de quien pretende, obviamente, defender los derechos de los autores, pero sin necesariamente enfrentarse con ello a todo el resto de la sociedad. Actitudes en las que cabe pensar en puntos de encuentro, en consensos razonables. A estas alturas no estoy yo para poner la mano en el fuego por nadie y menos aún en la SGAE, pero la cosa tiene sin duda un aspecto muy diferente.

Si eres socio con derecho a voto de la SGAE, por favor, vete a votar este jueves. Si conoces socios con derecho a voto, intenta convencerlos para que vayan a votar. El primer dato positivo de cara a un posible cambio será sin duda una participación superior a lo habitual: que no voten únicamente los de siempre. La sociedad española no merece una SGAE que, buscando supuestamente un beneficio para los autores, se dedique constantemente a criminalizar e insultar al resto de la población, a crear barreras artificiales y a alcanzar situaciones que por momentos han llegado estar próximas a la alarma social. Que comercia con favores políticos mientras manipula a los niños en los colegios. Nadie, ni tu peor enemigo, merece a Teddy Bautista. No, el cambio no es sencillo. Pero esperemos que tenga lugar.
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Hablando sobre comercio electrónico y barreras de entrada, en Expansión

Elena de Arrieta me llamó por teléfono para hablar de los cambios en el planteamiento del comercio electrónico y en las actitudes que genera el mismo tanto en usuarios como en comerciantes, a partir de las caídas de las barreras de entrada que para muchas empresas han supuesto servicios como los de Google, Facebook, Groupon u otros. Hoy me cita en Expansión bajo el título “Se acabó el miedo a las compras online“.

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27 junio 2011

Cuando el teléfono es tu ordenador

Por invitación de Motorola llevo una semana probando su último smartphone, el Atrix, y su accesorio más llamativo, el lapdock que veis en la foto. Un concepto curioso que te lleva a darte cuenta de que eso que se dice siempre de que los teléfonos móviles actuales son en realidad ordenadores de bolsillo es ya rigurosamente cierto.

Motorola define en su página el Atrix como “el smartphone más poderoso del mundo“, y aunque estas cosas obviamente duren lo que duran en los tiempos que corren, no cabe duda que es un terminal ambicioso: procesador dual-core, Android 2.2, 16 GB de memoria en el dispositivo más 32 en tarjeta, pantalla qHD, doble cámara, salida HDMI, escáner de huella digital para desbloqueo… el teléfono, pese a su aspecto completamente normal, va como un tiro. Pero más allá de analizar el producto como tal, que no es algo a lo que me suela dedicar en esta página, lo que me resultó mentalmente más provocativo fue la idea del lapdock: una carcasa de portátil agradablemente fina con su teclado, su touchpad y su pantalla, diseñada para pinchar en ella el smartphone y utilizarlo como ordenador.

A mi la palabra que mejor me evoca el lapdock es “zombi”: un cuerpo carente de vida, que solo la cobra cuando le insertas el teléfono, a modo de “cerebro”. El lapdock carece incluso de botón de encendido, puedes tomar el pelo a cualquiera pasándoselo como si fuera un portátil y viendo cómo intenta encenderlo. Mientras no encuentres una pieza que se voltea en la parte posterior izquierda para acomodar los dos conectores del Atrix, aquello no da ninguna señal de vida inteligente. Lo que sí tiene es una buena batería (¡será por espacio!), que no solo le proporciona un buen número de horas de uso, sino que también se usa para cargar la del teléfono, y un par de puertos USB. El trackpad, bastante razonable, puede ser desactivado mediante un par de toques en un piloto blanco que tiene en su esquina superior izquierda por si prefieres usar un ratón externo o lo accionas involuntariamente al teclear.

Se hace raro encontrar Firefox en lugar de Chrome, sobre todo teniendo en cuenta que lo que acabas de pinchar en el lapdock es un teléfono Android. Aunque en el teléfono estés perfectamente logado con todas tus aplicaciones sociales y de correo, el Firefox del lapdock te obliga a logarte de nuevo, lo que resulta incómodo las primeras veces. El laptop como tal resulta algo lento de apariencia, tanto en arranque como en ejecución, y tiene una superficie en el que cualquier roce con los dedos hace que quede una desagradable marca grasa. La pantalla no es táctil, y la del teléfono queda detrás de la del lapdock, y por tanto prácticamente inaccesible; podría ser interesante pensar en un diseño que mantuviese accesible la pantalla del teléfono para poder utilizarla como segunda pantalla con interfaz táctil, porque ahí donde está no parece que tenga mucho sentido. Lo que sí se puede es mostrar la pantalla del teléfono en la del lapdock, lo que hace que instantáneamente intentes tocar sus iconos con el dedo, y da lugar a cuestiones curiosas cuando, por ejemplo, usas la cámara del teléfono y la muestras directamente en el lapdock… casi una especie de “disonancia cognitiva”.

El precio, aunque desconozco los detalle para España, ha sido considerado caro para lo que es: en Estados Unidos está en torno a los $500 por sí solo (más de lo que cuestan muchos ultraportátiles) o sobre $300 en un pack con el teléfono y un plan de tethering de $20 al mes que ha irritado a muchos (¿tethering para conectar el teléfono con su base?) y que ha sido ya abundantemente hackeado.

Más allá del modelo en sí, lo que me ha llamado la atención es lo que comentaba al principio: la idea de teléfono como ordenador, llevada a la práctica, y el interesante panorama de diversidad que está apareciendo en el mercado: tablets que se conectan con móviles, móviles que se pinchan en carcasas de portátiles… Y por supuesto, pensar que con el procesador y la memoria que tiene ese teléfono tengo más potencia que con muchos de los ordenadores que he tenido durante una muy buena parte de mi vida…

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26 junio 2011

Explicando Creative Commons

Creative Commons es una forma selectiva de copyright. En general, el copyright ampara toda producción artística en la que no se exprese otra cosa: automáticamente, al ser creada, una obra recibe una protección que obliga a que, para la inmensa mayoría de los usos que se puedan hacer de ella, sea imprescindible pedir permiso al derechohabiente, al propietario de los derechos. Sin embargo, yo podría crear una obra, y decidir donarla al dominio público: con eso, estaría haciendo una cesión completa de mis derechos sobre esa creación (salvo los derechos morales, pero eso es otra cuestión), de manera que cualquiera, absolutamente cualquiera, podría darle el uso que estimase oportuno. Podrían apropiársela, reutilizarla, revenderla, modificarla… cualquier cosa.

Pues bien: entre el copyright estricto (todos los derechos reservados) y la cesión total al dominio público, existe una enorme cantidad de posibilidades. Por así decirlo, si denominamos negro al copyright y blanco al dominio público, Creative Commons recoge la enorme gama de grises que existen en el medio de ambos. Por ejemplo: yo puedo crear una obra, y decidir que quiero que se difunda lo más posible, de manera que autorizo expresamente que sea copiada por cualquiera y redifundida, pero siempre que se mantenga de manera expresa mi autoría. Eso sería una licencia Creative Commons de Reconocimiento (suele abreviarse como CC BY), que es la licencia con la que escribo todos mis textos en este blog. Si alguien quiere reproducirlos en otro sitio, no tengo ningún problema con ellos. Modificarlos, revenderlos, ponerles publicidad… todo está permitido, siempre que mi nombre no desaparezca, siempre que el original me sea correctamente atribuido. Llevo haciéndolo casi desde que empecé esta página, en 2004, y seguramente habrá un cierto acuerdo general sobre que no me ha ido demasiado mal con ello.

Si prefiero optar por un nivel de control superior, podría escoger, por ejemplo, una licencia Creative Commons Reconocimiento NoComercial (CC BY NC). Bajo esa licencia, cualquiera puede seguir copiando mi contenido y reutilizándolo siempre que mantenga mi nombre asociado a él como autor, pero no podrá comercializarlo. Si lo hace, estará incumpliendo mi licencia y lo podré denunciar exactamente igual que si incumpliese mi copyright. O podría ser todavía mas estricto, y optar por una licencia Creative Commons Reconocimiento NoComercial CompartirIgual (CC BY NC SA), que impediría que mi obra fuese comercializada y además obligaría al que usase mi obra a reutilizarla necesariamente bajo la misma licencia. Esa es, por ejemplo, la licencia que la Editorial Planeta escogió para mi libro “Todo va a cambiar”, con el que he obtenido bastantes beneficios en términos económicos: se ha vendido una muy interesante cantidad de libros a precios que oscilan entre los veinte y los cuatro euros, según la edición y el formato. ¿Dónde estaba para mí la lógica de esa licencia? En que me resultaba profundamente absurdo dedicarme a prohibir usos que sabía positivamente que no iba a poder impedir.

La gama de opciones es enorme: podría optar, poniendo la licencia Creative Commons adecuada, por impedir o no la creación de obras derivadas sobre la mía. Si combino todas las licencias, por ejemplo, podría llegar a permitir la circulación de mis obras obligando a darme el debido crédito como autor pero impidiendo que esas obras fuesen alteradas o comercializadas bajo cualquier modalidad, lo que se parece ya bastante a lo que sería un copyright estricto. La idea es, simplemente, ampliar las posibilidades de la disyuntiva “todo uso prohibido” frente a “todo uso permitido” añadiendo todas las posibilidades intermedias que se te puedan ocurrir.

Decir que “ningún autor importante publicará sin copyright” o que “nadie con talento puede discutir el copyright” indica una evidente carencia a la hora de entender el concepto. En un momento dado, según en qué situación de su carrera profesional, según para qué tipo de obra, o en función de muchos otros factores, a un autor le puede interesar, y mucho, publicar con Creative Commons, en función de lo que busque en cada caso. Y eso no implica “estar en contra del copyright”, porque Creative Commons no es más que otra forma de copyright, una definición más avanzada y menos categórica del mismo… añadiendo gamas de grises. Pretender que Creative Commons “se enfrenta” al copyright no tiene sentido, porque Creative Commons existe para ofrecer a los autores niveles de protección más adecuados a lo que pretenden en cada momento y en cada caso, y es simplemente una forma de copyright. Las licencias Creative Commons no son en modo alguno “antisistema” o “anticopyright”, porque dependen del sistema, del copyright, para existir. Tampoco tienen nada que ver con que los autores sean o no sean remunerados por su trabajo, todo el mundo defiende lo que es de lógica, y las licencias Creative Commons únicamente intentan proporcionar más posibilidades para que el autor decida cómo y en concepto de qué quiere ser remunerado.

Espero que esto, que seguramente es muy obvio para muchos de los lectores habituales de esta página, sirva para clarificar un poco el tema a algunas personas. A veces, al intentar entender estos conceptos, simplificamos demasiado o hacemos caso de nuestros sesgos, y en ocasiones puede que esto dificulte su comprensión. No se puede dar nada por sabido. Como profesor desde hace más de veinte años, entiendo que en muchos casos no hay malos entendedores, sino malos explicadores, y ante eso, nada mejor que intentar explicarlo de nuevo, cuantas veces sea necesario. Que el director de un periódico importante no entienda el concepto Creative Commons y se aproxime a él con ideas completamente erróneas es malo para todos.

NOTA: Este texto está escrito muy rápido, simplificando mucho algunos conceptos, e intentando aprovechar la oportunidad de que se hablaba del tema para obtener una comprensión y una divulgación del concepto lo más amplia posible. Mi agradecimiento a Javier de la Cueva, sin duda una de las voces más autorizadas en este tema, por haber hecho una supervisión rapidísima de mi texto previa a su publicación. Por favor, añadid en comentarios todo lo que estiméis oportuno: vídeos que expliquen el concepto, recursos, aclaraciones, ejemplos… hay muchos recursos por ahí, y muchos infinitamente mejores que este modesto intento de explicación. Lo que vea que puede aportar y pueda integrar fácilmente, lo iré añadiendo a la entrada. Cuanto mejor lo expliquemos, mejor podrá ser entendido, y nada funciona mejor en estos casos que la inteligencia compartida. Adelante con ello…

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Playing with the Playbook: un análisis más reposado

Tras jugar un poco con un par de versiones anteriores muy experimentales en las oficinas de RIM hace un par de meses, llevo  ya algo más de una semana jugando con una PlayBook por gentileza de RIM: una tableta curiosa por su concepción – funciona vinculada a la BlackBerry – y con un planteamiento diferente a las otras que circulan por ahí, en un mercado que, no lo olvidemos, sigue completamente monopolizado por la empresa que reinventó el concepto tablet.

¿Impresiones? Agridulces. Por un lado, el concepto de vinculación entre dispositivos, que inicialmente me resultaba poco atractivo o incluso “aparatoso”, confirma con el uso que claramente no lo es. Simplemente bajas la aplicación BlackBerry Bridge del App World en tu teléfono, la ejecutas, y los dos dispositivos se parean en un instante a través de Bluetooth. Me resulta casi más incómodo acostumbrarme a ver el destello azul en mi teléfono (los que utilizamos BlackBerry desde hace tiempo tenemos una cierta “hipersensibilidad” a los cambios en ese LED :-) que el hecho de la conexión en sí, que realmente te olvidas de desconectar aunque estés en casa, y que pensé que tendría un impacto mayor sobre uno de los factores para mí críticos del terminal, la duración de la batería. La verdad, no he encontrado ningún inconveniente serio en el procedimiento. Por otro lado, y también contribuyendo a las buenas sensaciones, la tableta es muy rápida, el sistema operativo muy ligero, y el uso intenso – sin duda más de lo que sería representativo en caso de no estar probándola – no da mayores problemas. Salvo uno, y empezaremos con él la parte agria: la ausencia de cosas que hacer.

Resulta realmente curiosa la situación de “pillado en el medio” que aqueja a RIM. Por un lado, pretende seguir siendo el terminal serio, el de los directivos, ese que nunca falla y que funciona fielmente, a prueba de bomba. Por otro, es el terminal barato que encuentra su verdadero ecosistema en los institutos de enseñanza media. Una personalidad múltiple difícil o imposible de mantener. Por el lado de quienes queremos un terminal fiable, la imagen de BlackBerry hoy confirma los peores temores y las más negras evaluaciones de los analistas: se han quedado atrás. Sus terminales ya no son competitivos, el sistema operativo que utilizan es un desastre lento y pesado, y la interacción con las aplicaciones es caótica, horrorosamente inestable y desesperante. Y si eso lo digo yo, que recibo una atención verdaderamente de lujo por parte de la compañía, no quiero ni pensar en cuál será la experiencia del usuario normal. Ningún terminal me ha generado tanta frustración y ganas de tirarlo al suelo como la que he tenido con mis últimas BlackBerries – vale que les instalo de todo y pruebo de todo, pero ese nivel de inestabilidad y de problemas no es en absoluto aceptable ni normal. Hace tiempo que barajo la posibilidad de cambiarme, y las perspectivas de lo que voy viendo no son especialmente halagüeñas en ese sentido.

El mayor problema del PlayBook, como decía, es lo que subyace en el título de este análisis: que tras un tiempo con él, solo puedo destacar los usos lúdicos del mismo. La App World del dispositivo es sencillamente un chiste: tiene tan pocas aplicaciones, que en dos visitas, puedes recitarlas de memoria en orden alfabético del derecho y del revés. Por no encontrar, no encontré ni siquiera un cliente Twitter.  Así que para probar el dispositivo tienes el Need for Speed, que está muy bien pero tampoco es que sea mi droga favorita, y el navegador. Que como no está mal y además tiene Flash, te convierte el PlayBook en cosas como una televisión portátil con la que ver el Telediario Matinal en 4 minutos de TVE mientras te afeitas, tras poner una simple tira de velcro en el espejo. Imagen, fenomenal, aunque sinceramente, acostumbrado al iPad, la pantalla se me hace pequeña. Sonido, fenomenal. Duración de batería, aprobado o notable. En términos generales, un tablet bien hecho, de uso agradable, sólido: salvo la diferencia de concepto de su necesaria conexión con una Blackberry, no es diferente de ninguno de los que han ido saliendo con Android. Que también tienen Flash, y eso sí, una miríada de aplicaciones para todo uso imaginable y por imaginar.

Ante la aparente incapacidad de RIM para poner en marcha un ecosistema de verdad apetecible para los desarrolladores, la situación parece compleja. Ver hecha realidad la promesa de poder recurrir a las aplicaciones creadas para Android convertiría a RIM en una empresa que cabalga sobre el éxito de una plataforma de un tercero, una opción escasamente sostenible. Pero mientras esa opción no exista, el PlayBook es una interesante promesa… desagradable y llamativamente vacía. Para leer el correo o escribir uno, sinceramente, una pantalla más grande no es necesaria ni aporta gran cosa, con lo que acabas utilizando la PlayBook para lo ya comentado: jugar. De ahí mi título.

PlayBook, para lo habitual en RIM, es un paso enorme de innovación. Como experiencia para la marca con el desarrollo de QNX también lo es, aunque resulta indudablemente paradójico que tras muchos años de desarrollo de tu propio sistema operativo acabes obteniendo como resultado un sistema operativo lento y poco fiable, y que tu gran esperanza sea un sistema operativo que has adquirido. Para RIM, un futuro complejo y poco claro.

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25 junio 2011

Prey: por si te roban el ordenador

Es un servicio que llevo cierto tiempo utilizando y que pensé que era sobradamente conocido, pero por lo que me voy encontrando en muestreos informales no lo es tanto, así que puede ser interesante dedicarle una entrada corta. Hablo de Prey, un programa de código abierto (GPLv3) creado por la compañía chilena Fork que se instala de manera invisible en tu ordenador y que te permite, en caso de robo, monitorizar de manera inmediata su localización, recibir fotografías tomadas por su cámara, ver las redes a las que está conectado, las conexiones activas, la ruta que ha seguido en un mapa, las modificaciones de programas y archivos, etc. Puedes incluso hacer sonar una alarma para localizar el aparato si sabes que está en las proximidades, o bloquearlo completamente. El uso es simple: en el momento en que detectas que tu ordenador ha sido robado, activas el programa desde cualquier otra máquina, y tu ordenador empieza a enviar reportes con datos e imágenes a tu cuenta de correo a intervalos prefijados (el valor por defecto es cada veinte minutos, pero puede disminuirse a cada diez, o incluso a demanda si eres usuario pro). Las imágenes son almacenadas en Amazon S3. Estoy seguro de que existen otros programas de este tipo en el mercado, pero este me parece un desarrollo bastante razonable de la idea.

Sirve para Mac, Linux, PC y teléfonos Android, están trabajando en versiones para iPhone y iPad, y permite monitorizar de manera gratuita hasta tres máquinas. A partir de ahí es un modelo freemium con un pago mensual que oscila entre un mínimo de $5/mes, hasta cuentas corporativas que permiten proteger quinientos dispositivos por $399/mes. Para monitorizar el progreso de las versiones, ver preguntas frecuentes u otros avances del proyecto, puedes echar un vistazo a su blog.

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24 junio 2011

Ideología versus metodología, mi columna en Expansión

Mi columna en Expansión de esta semana se titula “Ideología versus metodología” (pdf), y es una reflexión sobre los factores que llevaron a la protesta masiva del #15M: un movimiento que obtuvo su éxito de convocatoria del hecho de ser ideológicamente transversal. Personas de diferentes adscripciones ideológicas que no exigían un giro ideológico, sino uno metodológico, una serie de cambios en la metodología con la que gestionamos nuestra democracia.

Los cambios metodológicos solicitados son claros: se exige una nueva ley electoral, políticos transparentes y no corruptos, separación efectiva de poderes, y controles ciudadanos para la exigencia de responsabilidad política. No son peticiones ideológicas: llevarlas a cabo no compromete el hecho de que uno pueda tener como modelo ideal de gestión de la sociedad un neoliberalismo recalcitrante que niega al Estado todo poder, un izquierdismo radical cuyo modelo sea un Soviet Supremo con omnímodo control, o algún punto razonable situado entre ambos extremos. Según su ideología, cada uno decidirá el partido al que quiere apoyar con su voto o creará uno si lo estima necesario, pero eso no impide que apoye un cambio en la metodología, en la manera en que la democracia se lleva a cabo en una sociedad que ha cambiado, que se ha dotado de mecanismos para la participación bidireccional, y que aspira a gestionarse con mejores garantías de representación, transparencia, calidad democrática y control.

El éxito del #15M, en mi modestísima opinión, será mantener claras esas peticiones metodológicas que todos apoyan, aisladas de las peticiones ideológicas que no todos pueden apoyar, y mantener la presión social necesaria para que sean puestas en funcionamiento. Si conseguimos que, como respuesta al #15M, pasemos a tener una ley electoral que garantice una mejor representatividad, un sistema transparente que impida o dificulte lo más posible la corrupción y el servicio a intereses de minorías poderosas, una verdadera separación de poderes, y herramientas que permitan a los ciudadanos un control de sus representantes políticos en tiempo real, habremos ganado.

A continuación, el texto completo del artículo:

 

Ideología versus metodología

La aparición del movimiento #15M marca un antes y un después en la disrupción tecnológica de la política. El pasado 15 de mayo, muchos se sorprendieron al ver cómo una protesta organizada en la red se transformaba en una manifestación nutrida y tangible en la calle, personas reales exigiendo cambios.

La manifestación del 15 de mayo se caracterizó por la amplia diversidad ideológica de los llamados "indignados". A pesar del intento de algunos medios por adscribir el movimiento a un partido o por denunciar absurdas conspiraciones que supuestamente lo organizaban, la realidad era que imperaba una diversidad total: personas de todas las edades y tendencias políticas, reunidas alrededor de un conjunto de exigencias comunes. Lo que posibilitó la primera gran manifestación en España no organizada por un partido o sindicato fue precisamente eso: la ausencia de un componente ideológico definido. Era una reacción transversal, generalizada. Lo que se exigía no era un cambio ideológico: era un cambio metodológico.

El mensaje del movimiento #15M es un conjunto de puntos que pretenden adaptar la metodología de la democracia a una sociedad que la tecnología ha convertido en bidireccional. Reclamar una nueva ley electoral, políticos transparentes y no corruptos, separación efectiva de poderes o controles ciudadanos para la exigencia de responsabilidad política no forma parte de ningún mapa o programa ideológico de izquierda o derecha, sino de una propuesta puramente metodológica, asumible por cualquiera. Añadir peticiones con un componente ideológico determinado resta fuerza y divide al movimiento: la ideología se decide en las urnas. Es confundir causas con consecuencias. La crisis financiera o la ley Sinde, por ejemplo, no provienen de  una ideología, sino de un mal funcionamiento de los controles, de la metodología de la democracia.

Las exigencias de los indignados del #15M deben provocar reacciones en la política, o la indignación seguirá creciendo. Pero para entender dichas exigencias, debemos superar el análisis habitual: no es ideología, es metodología.

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23 junio 2011

Bitcoin: crecer nunca fue fácil

Bitcoin, el ambicioso proyecto destinado a crear y popularizar una moneda completamente virtual y descentralizada basada en P2P, está viviendo lo que la maldición china llamaría “tiempos interesantes”. El proyecto está en fase operativa desde febrero de 2009, pero su ámbito por el momento se había mantenido reducido a un círculo de usuarios relativamente geek y a no demasiados artículos o comerciantes. Bitcoin fue creado por Satoshi Nakamoto, una identidad aparentemente ficticia

Para entender Bitcoin puedes recurrir, según el nivel de profundidad que desees, a fuentes que van desde su entrada en Wikipedia hasta a un paper académico, pasando por su wiki en español o por artículos como este del Irish Times, este otro de Kriptópolis o el sitio WeUseCoins.com, o por este vídeo:

Tras un modelo de funcionamiento aparentemente sencillo en el que el usuario únicamente tiene que instalarse un programa para gestionar su monedero y las transacciones, se esconde en realidad un complejo modelo que tiene en cuenta la producción de moneda por parte de cada nodo con el fin de evitar esquemas inflacionistas, un modelo de producción descendente en el tiempo destinado a estabilizar progresivamente el valor (los llamados miners, que generan bitcoins a un ritmo controlado algoritmicamente), controles para evitar el doble gasto y la falsificación, una cadena de bloques pública que permite monitorizar todas las transacciones, y un esquema de transacción basado en criptografía asimétrica que prácticamente impide la trazabilidad. Un esquema de criptomoneda que no depende de la confianza de un emisor central, sino que recurre a una base de datos distribuida en varios nodos de una red P2P para registrar las transacciones y gestionar la seguridad.

Hace ahora una semana, Business Week dedicó un artículo a Bitcoin: titulado Bitcoins: currency of the geeks, venía a ser una especie de “prueba de madurez”, de espaldarazo público que venía tras un cierto tiempo de funcionamiento y de su asociación con sitios como Wikileaks con el fin de salvar las restricciones impuestas al sitio. Sin embargo, y obviamente sin estar en disposición de asegurar una relación causa-efecto entre unas y otras cosas, el artículo se convirtió en el inicio de una semana de enormes dificultades para Bitcoin: una oleada de ataques con robo a los sitios más populares de intercambio, y un troyano diseñado específicamente para robar información del monedero de los usuarios.

La EFF, que previamente había anunciado la aceptación de donaciones en Bitcoins y había calificado el sistema como “una moneda digital resistente a la censura”, ha pasado ahora a poner el sistema en cuarentena anunciando que no terminaban de comprender completamente las implicaciones legales del sistema, que no querían confundir a sus usuarios, y que no podían actuar, aún de manera involuntaria, como una prueba de la validez del sistema.

Siempre se ha dicho que los obstáculos al desarrollo de Bitcoin estaban relacionados con el posible desarrollo de sistemas de malware y robo, con posibles fluctuaciones descontroladas de su valor, o con restricciones gubernamentales relacionadas con posibles usos fraudulentos (lavado de dinero o uso de un sistema de difícil trazabilidad para realizar transacciones de bienes prohibidos). El primer escenario acaba de tener lugar, el segundo ha venido provocado por éste, y el tercero ya tiene lugar a pesar de los intentos por restringirlo, porque aunque Bitcoin no permita añadir sitios considerados ilegales, estos pueden aceptar transacciones por su cuenta debido al esquema descentralizado que sigue.

¿Puede Bitcoin estabilizar su funcionamiento y superar la fase inicial de crecimiento, o quedará restringido únicamente a incondicionales y con un uso general mínimo? ¿Crisis sistémica, o simplemente growing pains? La crisis de Bitcoin es un buen resumen de la limitación principal que puede sufrir sistemas basados en una descentralización total: la misma naturaleza humana.

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22 junio 2011

Hablando sobre la industria editorial, en El Ojo Fisgón

Martín Alonso Gómez, de El Ojo Fisgón, estuve en mi despacho y me hizo una entrevista acerca de la industria editorial y su futuro, aunque fueron saliendo algunos otros temas. Hoy publica en su página un adelanto bajo el título “‘La gente estará dispuesta a pagar si puede acceder a los contenidos en cualquier momento, dispositivo y formato’: adelanto de una entrevista a Enrique Dans“. La entrevista completa será publicada en otoño en el número 16 de la revista Texturas.

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Hulu, ¿venta y expansión?

Un artículo en WSJ ya comentado entre otros sitios en GigaOM apunta a la posible venta de Hulu, el sitio que tres de las grandes de la televisión norteamericana (ABC, Fox y NBC)  lanzaron en marzo de 2008. Se habla de un posible interés por parte de empresas que van desde la mismísima Google hasta Microsoft, Comcast, Netflix, Apple, Amazon o Yahoo, pasando por una News Corp. que ya posee un 31% de la compañía.

En realidad, la operación tienen más valor por lo que implica de cara al futuro que por quién sea su protagonista. El futuro de Hulu, de cara a su puesta en valor tras una adquisición, pasa necesariamente por una expansión internacional – actualmente está disponible únicamente desde los Estados Unidos – y esto puede condicionar el desarrollo del negocio de muchas televisiones internacionales que aún viven inmersas en un escenario obsoleto en el que las ventanas de explotación geográficas eran aún técnicamente viables. Hulu no es una startup provocativa ni un disruptor nato destinado a ser demandado de manera incansable por los dinosaurios de la industria: fue creado precisamente por esos supuestos dinosaurios, lleva ya varios años operando con buenos resultados económicos gracias a la traslación de un modelo de publicidad muy próximo al de la televisión convencional, y ha permitido que algunos de los principales protagonistas de la producción televisiva experimenten con un canal que les resultaba casi demoníaco y que comprueben que puede ser una interesante oportunidad de negocio.

Una venta solo puede entenderse a partir del momento en que tenga sentido económico para el comprador, y lo razonable parece pensar que tras dicha operación, exista la pretensión de universalizar el alcance de Hulu. La idea de su actual CEO, Jason Kilar, siempre ha sido la de que “no estaremos satisfechos hasta que esto sea un servicio global”, y se han intentado expansiones a mercados como UK y Japón que han sido suspendidas por falta de acuerdo en temas de derechos con los productores locales. La llegada de un nuevo propietario pondría mucha más presión en este tipo de acuerdos, y generaría sin duda un escenario de mayor dinamismo, en el que son posibles muchas ideas que desde la óptica de los propietarios actuales de Hulu podrían ser calificadas como de “revolucionarias”. En cuanto se desvelen los detalles de la posible operación, más…

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21 junio 2011

Hablando sobre enseñanza participativa, en IE University

Estuve en Segovia, en IE University, en un curso sobre enseñanza participativa, uno de los temas que más tiempo llevo trabajando desde un punto de vista tanto práctico como teórico y del que ya hemos hablado anteriormente. Hoy comentan la noticia medios como El Adelantado de Segovia (jpeg) y El Norte de Castilla (jpeg). La sesión consistió en generar una cultura de base sobre las herramientas y los principios generales de la web social y la manera en que pueden ser empleadas en los procesos de enseñanza, tanto desde el punto de vista del profesor como desde el de unos alumnos que cada día más están utilizando ya esas herramientas para temas que nos afectan tanto si nos gusta como si no.

Utilicé ejemplos de cursos impartidos recientemente, como el de Managing the tech startup, e intenté trasladar la experiencia del uso de las diferentes herramientas para adaptarlo a materias, metodologías o entornos en los que, lógicamente, no todo viene tan rodado como ocurre en mi caso, en el que la temática de lo impartido suele coincidir con el interés por las propias herramientas empleadas. Fundamentalmente, intentar que los profesores entiendan lo que subyace detrás del uso de estas herramientas, y plantear aproximaciones al tema que pueden ir desde lo más personal (uso de lectores RSS y blogs personales para administrar la información de investigación o la actualización de temas) hasta lo más directamente bidireccional y participativo (blogs de alumnos, Twitter, grupos de Facebook, repositorios, etc.) Toda una nueva filosofía de aprendizaje que exige un rediseño radical de metodologías, de actitudes y de aptitudes por parte tanto de alumnos como de profesores.

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20 junio 2011

Hablando de valoraciones de empresas tecnológicas, en Expansión

Elena de Arrieta me llamó para hablar de la valoración de las empresas puntocom en el mercado, de si hay o no una burbuja y de si se parecía en algo la situación a la de finales del siglo pasado y principios de éste. Lo publicó el sábado en Expansión bajo el título “Cómo se valoran las firmas puntocom” (ver en pdf).

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18 junio 2011

Estudio sobre el 15M en redes sociales

Interesante “Estudio sobre el 15M en las redes sociales” realizado mediante una colaboración entre el Instituto Universitario de Investigación en Biocomputación y Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza y la empresa Cierzo Development. La conclusión fundamental es que se trató claramente de un movimiento espontáneo no manipulado, que siguió un proceso de difusión y un patrón de crecimiento viral que sigue lo habitual en otros ejemplos bien conocidos en el ámbito de la criticalidad auto-organizada.

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Artículo sobre Google y China, en Fronterad

Miguel Muñoz y Adrián Delgado se pusieron en contacto conmigo hace algún tiempo para hablar sobre mis percepciones en el asunto de Google y China, y en general sobre mis impresiones de persona que viaja de manera relativamente habitual allí, con perspectiva ya de algunos años. Ayer publicaron en FronteraD este artículo de seis páginas titulado “Google contra China: la ciberguerra fría” en el que recogen algunas de mis opiniones, para los interesados en el tema y, de manera más general, en la dinámica del gigante asiático.

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17 junio 2011

Yo #soy15m

Como parte del #15m me declaro una persona pacífica y condeno radicalmente todo tipo de violencia: la de los violentos infiltrados en nuestras manifestaciones, y la del Estado, que ha causado más dolor y heridos. Además, condeno la manipulación mediática que enfatiza la información sesgada, parcial o errónea con el propósito de demonizar a los ciudadanos.

Si me manifiesto en la calle es porque:

  • Mi participación como ciudadano se ha reducido a votar a listas cerradas cada cuatro años para ver cómo los representantes de los ciudadanos no respetan lo prometido en su programa.
  • Se hacen leyes a favor de grupos de interés en vez de hacerlas a favor del conjunto de la sociedad.
  • Se invierten recursos públicos para ayudar a minorías poderosas, y no a quienes están pasando situaciones desesperadas ocasionadas por la especulación financiera.
  • Los grandes partidos están más preocupados por mantener su poder que por ofrecer soluciones para superar esta crisis histórica.
  • Está a punto de firmarse un "Pacto del Euro" que consiste fundamentalmente en medidas para reducir la inversión pública en servicios esenciales.
  • Desde diferentes órganos del estado se ha insultado a los ciudadanos, e incluso se ha justificado el recurso a la violencia contra manifestantes pacíficos.

Como parte del #15m, acepto y respeto la diversidad ideológica del movimiento. Cuando participo en una manifestación no reclamo un régimen o una ideología en concreto, ni un modelo social no democrático, ni la eliminación de los partidos o los parlamentos. Lo que reclamo es una democracia mejor y más humana que, entre otras medidas, necesita urgentemente:

  • Cambios en la Ley Electoral para permitir una mejor y más directa representación de los ciudadanos en los parlamentos y una mayor participación ciudadana en las decisiones importantes.
  • Aprobación de una Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública para obligar a la publicación en formatos adecuados y reutilizables de todos los gastos, decisiones y reuniones con grupos de presión por parte de funcionarios y cargos públicos.
  • Tolerancia cero a la corrupción de candidatos y cargos públicos, y controles ciudadanos para la exigencia de responsabilidad política.
  • Separación clara, real y efectiva de los poderes del estado.
  • Control fiscal efectivo de grandes fortunas y operaciones financieras; eliminación de privilegios fiscales a cargos electos.
  • Políticas encaminadas a solucionar de forma efectiva los problemas hipotecarios y de vivienda.
  • Servicios públicos de calidad, fundamentalmente salud, justicia y educación.
  • Eliminación de las leyes que permiten el control administrativo de Internet. La red ha demostrado ser esencial para la libertad de expresión y para responder al peligro de manipulación mediática.

Por todas estas razones volveré a salir pacíficamente a la calle el 19 de junio, #19j.

Si estás de acuerdo, aprópiate del texto y divúlgalo (enlace al documento original)

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Presencia web, columna en Expansión

Mi columna en Expansión de esta semana se titula “Presencia web“, y habla del contraste entre lo que se entendía por presencia web hace unos cuantos años – páginas estáticas en modo “brochureware”, carta del Presidente, Flash y cosas así – y los esquemas actuales de presencia múltiple con páginas provistas de permalinks que respetan el histórico, interacción, y conexión con sitios como Facebook, Twitter o LinkedIn para funciones de popularización y dinamización del contenido. Entre uno y otro modelo, un cambio de concepto fundamental, que muchas empresas están aún intentando comprender.

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16 junio 2011

15M: los ciudadanos a las puertas, artículo en Derecom

Me pidieron un artículo largo de opinión para Derecom, revista sobre Derecho de la Comunicación, acerca del movimiento 15M. Escribí este “15M: los ciudadanos a las puertas“, que tenéis disponible en pdf en la página de la revista. Lógicamente, dada la fecha de entrega del artículo, no contiene ninguna referencia a los episodios violentos de los últimos, días, que además nada tienen que ver con la naturaleza de lo que ha sido y significado este movimiento desde sus inicios.

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15 junio 2011

Es una trampa. Para todos.

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¿Está llegando Facebook a su punto de saturación?

Maribel Martínez, de El Correo, me llamó ayer para hablar de los recientes datos publicados por Inside Facebook que hablan de una caída de usuarios en los mercados presuntamente más maduros de la red social (seis millones en los Estados Unidos, millón y medio en Canadá, o más de cien mil en Reino Unido, Noruega o Rusia), y hoy me cita en su artículo titulado “Seis millones de estadounidenses se borran de Facebook“. Las conclusiones de los datos de Inside Facebook estaban aparentemente alborotando incluso los mercados financieros – no suelen ser mercados difíciles de alborotar – apuntando incluso a un posible adelanto de la fecha de salida de la empresa a bolsa para no hacerlo en medio de una hipotética espiral bajista en sus números.

Mi principal punto ante los datos fue de sorpresa y de escepticismo. Una caída de ese calibre requiere de un análisis que vaya más allá de un punto de datos para aislar tanto posibles contradicciones como efectos estacionales, y la idea de lanzar hipótesis sobre tendencias en este sentido solo funciona si se hace con la adecuada dosis de precaución. De hecho, ya podemos ver cómo la misma Inside Facebook que alborotó hace pocos días el panorama con sus datos se desdice al día siguiente y alude a posibles confusiones entre diferentes análisis y fuentes de datos. El análisis de series temporales es una metodología compleja que requiere importantes dosis de aparataje matemático, no algo sobre lo que se puedan lanzar hipótesis simplemente dividiendo tiempo de uso o páginas vistas por presuntos usuarios únicos utilizando además datos incompletos.

¿Se saturará Facebook? Eventualmente, sí. Todo se satura. Por el momento, su crecimiento en los países en los que lleva más tiempo en posición de liderazgo es obviamente más lento que aquellos como Brasil, India u otros en los que experimenta en este momento su fase de mayor popularidad y en los que ya ha desbancado a los que eran hasta el momento los competidores más importantes. Los casos de China, donde carece de implantación, o Rusia, donde existen competidores locales con fuerte tradición e implantación, deben ser analizados con más detalle debido a su especificidad. Pero las curvas de difusión tienen la forma que tienen, y son fenómenos muy estudiados: nadie tiene la bola de cristal, pero tampoco es recomendable dejarse llevar por la histeria.

No debemos olvidar que si algo ha caracterizado a Facebook fue su decisión de abrir su ecosistema de desarrollo para convertirse en plataforma, lo que determinó la aparición de miles de aplicaciones de todo tipo que lograron construir un sustrato enorme – desmesurado, incluso excesivo según algunos – de contexto para construir sobre él la relación social: mientras e una red social convencional el trayecto habitual del usuario se limitaba a “entro, veo si hay algo nuevo, visito las páginas de un par de amigos, hojeo unas fotos, miro si está alguien de cumpleaños, y ya está”, en Facebook la ruta se complicaba con infinitas posibilidades de aplicaciones de todo tipo, juegos, comercio e interacciones múltiples que proporcionaban muchísima más oportunidad para la relación social (recordemos que Facebook es precisamente eso, una red social) y que ha hecho que muchos usuarios conviertan Facebook en una aplicación que consultan todos los días o incluso que dejan abierta en sus navegadores en todo momento. Habiendo logrado esa mecánica de funcionar como plataforma, la sensibilidad de Facebook ante posibles caídas es bastante menor, porque las propuestas de valor para sus usuarios, salvo error estratégico grave, es susceptible de multiplicarse.

Si, Facebook llegará a su punto de saturación y su crecimiento se ralentizará, o incluso puede que se convierta en negativo e algunos mercados, en función de escenarios con muchos factores que, a día de hoy, resultan difíciles o imposibles de anticipar. Pero por el momento, mi impresión es que hablamos de algo que no ha sucedido todavía.

 

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14 junio 2011

Hablando sobre Anonymous en Radio Voz

Esta mañana tuve la oportunidad de participar en un programa sobre Anonymous en Radio Voz, con Javier Pedreira (Wicho) y Marcus Fernández, moderados por Loreto Silvoso.

El audio, bajo estas líneas (Gracias, Nacho)

Descargar fichero de audio (Anonymous-RadioVoz.mp3)

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Al Jazeera, hablando del numerito de la policía española con Anonymous

Leila Nachawati escribe en Al Jazeera un muy buen artículo acerca del numerito de la Policía española afirmando haber desmantelado la cúpula de Anonymous, bajo el título Did the Spanish police dismantle Anonymous?, y cita entre otras fuentes mi entrada al respecto de hace dos días, que por cierto supera ya las dos mil setecientas recomendaciones en Facebook y más de seiscientos retweets. Además, cita a David Bravo, Manuel Castells y Javier de la Cueva, y explica el hashtag #cupulasinexistentes que se generó para ridiculizar la acción policial.

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13 junio 2011

Transición 2.0, artículo en El País

He escrito una columna de opinión para El País, con el título “Transición 2.0“. Un fragmento:

España exige un cambio. Queremos volver a asombrar al mundo con la reinvención pacífica de una democracia que necesita adaptarse al tiempo que le ha tocado vivir.

La responsabilidad de los políticos ahora es entender que están llamados a un momento histórico, y recuperar ese "espíritu de la transición". Abandonar el dontancredismo, el "aquí no pasa nada" o el "cuando vuelva a abrir los ojos, los indignados habrán desaparecido". Dejar de intentar arreglar el problema con las herramientas inadecuadas, con las mismas herramientas que lo produjeron.

El mundo nos observa. España empieza una nueva transición: la Transición 2.0.

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Todos Cuentan 15M: el documental

Todos Cuentan 15M, un documental en seis partes, creado por Homoconcientis y publicado a través de YouTube, en cuyo rodaje tuve la oportunidad de colaborar. Verdaderamente recomendable.

Todos Cuentan 15M, tráiler (0:55)

Todos Cuentan 15M, parte 1/6 (12:42)

Todos Cuentan 15M, parte 2/6 (11:29)

Todos Cuentan 15M, parte 3/6 (10:55)

Todos Cuentan 15M, parte 4/6 (9:18)

Todos Cuentan 15M, parte 5/6 (14:13)

Todos Cuentan 15M, parte 6/6 (11:37)

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Gracias, acampadas

AcampadaSol ha terminado. Mejor dicho, se ha expandido: ha demostrado que, en una época en la que nos hemos blindado tanto que hasta los más terribles sucesos a escala mundial tienen una duración en atención de los medios que llega como máximo a los tres o cuatro días, podía mantenerse el pulso de la sociedad en torno a una idea, a la exigencia de un cambio, durante prácticamente un mes.

Quedarse a dormir en una plaza no es una tarea sencilla ni cómoda. Organizarse en ella tampoco. Si además tienes que aguantar que mientras señalas a la luna, muchos se queden mirando al dedo, peor. Han tenido que soportar descalificaciones e insultos: se ha dicho de ellos que olían mal, o incluso que había ratas, piojos y cucarachas: MENTIRA. Simplemente FALSO, como pudo comprobar cualquiera que tuviese la decencia de, antes de repetir tópicos interesadamente divulgados, pasarse por allí y mirar lo que había. Se pretendió que eran comandos organizados y mediatizados por todo tipo de intereses políticos. Se dijo que eran la ruina de los comerciantes, cuando éstos se dividían entre los que apoyaban directamente el movimiento e incluso permitían el acceso a la electricidad, al agua o algo tan sencillo como un cuarto de baño, y los que pretendían sacar tajada de la subvención de turno. He visto hasta viejecitas residentes en la zona bajar de su casa con termos de café para los acampados. Hasta les han pegado: les pegaron en Barcelona, en Lleida, en Valencia, en Madrid, en Salamanca… pegaron a personas completamente pacíficas, que en ningún momento hicieron el más mínimo ademán violento.

Se les atacó por hablar de política en las asambleas, por discutir ideas, cuando lo único que pretendían era recuperar la política para los ciudadanos, para esos ciudadanos que habían visto como esa misma política se convertía en un teatrillo cutre e impresentable en manos de unos políticos que ya no les representaban. Personas supuestamente inteligentes se han dedicado a intoxicar diciendo que el movimiento 15M defendía un programa político determinado, cuando en realidad, cualquiera podía entender que en ningún momento nadie en su sano juicio pensó en cambiar la democracia – gobierno del pueblo – por una “culocracia” – gobierno del primero que llega y pone su culo en una plaza. No, nunca se trató de hacer algo así. En ningún momento se pretendió representar a nadie más de los que estaban allí: solo se trataba de recuperar la política, de acercarla a la plaza, a las personas, a los barrios. Si dejaste de sentirte representado porque veías determinadas ideas en las asambleas de las acampadas, te equivocaste, te quedaste mirando al dedo. No pasa nada, todos nos podemos equivocar.

No, las acampadas no han sido perfectas. Pocas cosas lo son. Ha habido errores de comunicación o incluso verdaderas barbaridades momentáneas, como amenazas a una periodista porque no te gusta la línea editorial de su medio cuando la periodista no es más es que una trabajadora más. A medida que las acampadas se prolongaron, pasaron a tener infiltrados de todo tipo, a dejar entrever conflictos de intereses o a difundir posturas a veces radicales o directamente extravagantes. Pero es que entre tanta gente sometida a circunstancias poco habituales, siempre hay errores, ¿cómo no los va a haber? Es, pura y simplemente, naturaleza humana, esa de la que todos estamos hechos.

Ahora, sabemos donde estamos. Un mes después de la manifestación del 15M, una amplísima mayoría de la población se identifica o apoya a los llamados “indignados” (ver Barómetro de MetroscopiaBarómetro de primavera del GESOP). Decenas o cientos de miles de personas están preparados para tomar las calles en cuanto sea necesario, cuando algo refuerce su indignación, y la temperatura sigue subiendo cuanto más tiempo pasan los políticos haciendo caso omiso de las reivindicaciones. Una nueva ley electoral, políticos transparentes, preparados y no corruptos, separación efectiva de poderes, y controles ciudadanos para la exigencia de responsabilidad política. Es FUNDAMENTAL emprender la segunda transición, la transición 2.0: adaptar la democracia a la nueva sociedad participativa.

La siguiente cita, el día 19 de junio. El próximo domingo, a las siete de la tarde. Allí debemos estar, para demostrar que este país sigue exigiendo cambios, y que no vamos a parar hasta que los veamos. Hasta que los políticos comprueben que esto no es algo que desaparece dejándolo pasar, por aburrimiento o por intoxicación. Que están obligados a hacer cambios. Que aunque ya no haya acampadas, seguimos aquí.

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Entrevista en Xornal.com

Laura L. Ruiz me entrevistó telefónicamente para Xornal.com al hilo de mi presencia el pasado viernes en Santiago de Compostela, y publicó la entrevista ayer domingo bajo el título “Si el 15M logra una segunda transición, será perfecto“.

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12 junio 2011

Hablando sobre la ley Sinde, en WSJ

El pasado día 3 de junio salió este artículo en The Wall Street Journal sobre las nuevas medidas que intentan controlar las descargas en España, titulado Spain to clamp down on file-sharers. El artículo me llamó la atención por ser una visión del tema condicionada por venir desde los Estados Unidos (y por pretender que los sitios serán cerrados con intervención judicial, algo rigurosamente falso y que fue lo que intenté poner de manifiesto en mi comentario), pero poniendo de manifiesto las evidentes contradicciones e incoherencias existentes en la ley.

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