31 julio 2011

?Crisis y sistema?, artículo de Manuel Castells en La Vanguardia

Si no has tenido ocasión de leer “Crisis y sistema“, el artículo que Manuel Castells publicó ayer en La Vanguardia, te recomiendo encarecidamente que lo hagas. Es verdaderamente bueno.

Resalto un fragmento del final del artículo:

Los partidos viven entre ellos y para ellos. La clase política es una casta con un común interés en mantener el reparto de poder mediante un mercado político-mediático cada cuatro años. Auto-absolviéndose de corruptelas y abusos mediante la designación política de la cúpula del poder judicial.

Así asegurado el poder político pactan con los otros dos poderes: el financiero y el mediático, que están profundamente imbricados. Y mientras la economía de la deuda marche y la comunicación se controle, la gente hace su vida y pasa de ellos. Ese es el sistema. Y por eso se creían invencibles. Hasta que la comunicación se hizo autónoma y la gente se enredó, Y juntas perdieron el miedo y se indignaron. ¿Adónde van? Cada cual tiene su idea, pero hay temas comunes: que los bancos paguen la crisis, control de políticos, internet libre, una economía de la creatividad y un modo de vida sostenible. Y, sobre todo, reinventar la democracia sobre valores de participación, transparencia y rendición de cuentas al ciudadano.

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30 julio 2011

Vuelve #nolesvotes: es el momento de los ciudadanos

La convocatoria de elecciones anticipadas el día veinte de noviembre trae consigo la vuelta al panorama político de la iniciativa #nolesvotes. El contador se ha reiniciado.

Desde su aparición el pasado quince de febrero de 2011 (sí, parece mentira que hayan pasado tantas cosas en tan poco tiempo), #nolesvotes ha estado esperando su momento. Un momento que claramente se vinculaba con unas elecciones generales. Unas elecciones que definen, más que nunca, el momento de los ciudadanos. Tu momento. Ciudadanos que se han expresado con claridad saliendo a la calle y protagonizando el desarrollo del movimiento 15M, los llamados “indignados”, que a día de hoy concita el apoyo de una amplia mayoría de la sociedad española.

Sí, repítelo en voz alta: una amplia mayoría de la sociedad española está con el 15M. Y no, no lo digo yo. Según el Barómetro de primavera elaborado por el Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) publicado por El Periódico, el 64,1% de los encuestados comparten sus reivindicaciones, y el 88% cree que son la expresión de un malestar general. Según la encuesta de Metroscopia publicada por El País, “el 90% de los ciudadanos pide cambios en los partidos para que atiendan a lo que piensa la gente”, “el 66% declara que siente más bien simpatía hacia ese movimiento” y “una inmensa mayoría (81%) considera que los ‘indignados’ tienen razón”. Según el Barómetro del CIS, un 70% de los ciudadanos españoles simpatizan con el 15M. No, no hablamos de cuestiones superficiales, de anécdotas o de frivolidades: hablamos de un apoyo real, efectivo, claro y contundente. De la opinión de la mayoría de los ciudadanos españoles.

El momento es este. El momento de que la presión ciudadana obligue a los partidos políticos a introducir de forma clara e inequívoca las demandas del movimiento en sus programas, y de aplicar después la presión ciudadana para que esas promesas no se queden en simples promesas, para controlar fehacientemente su desarrollo. Ya hemos conseguido muchas cosas. No podemos permitirnos fisuras. Y mi opinión, ya expresada en varios artículos, es la que sigue: el movimiento ha representado lo único que podía representar para alcanzar un nivel de consenso como el que ha conseguido: agrupar a una amplia variedad de ideologías. El mensaje superficial de “el 15M es un movimiento de izquierdas” parte de un análisis erróneo, incapaz de separar los dos tipos fundamentales de reivindicaciones: las metodológicas frente a las ideológicas. Los cambios en la metodología de la democracia los compartimos prácticamente todos, nos hacen unirnos para salir a la calle, y nos refuerzan como movimiento ciudadano. Son los verdaderos cambios que diferentes partidos, independientemente de su ideología, podrían llevar en su programa. Son, como llevo copiando y pegando desde hace innumerables entradas, peticiones claras y concisas: una nueva ley electoralpolíticos transparentes, preparados y no corruptosseparación efectiva de poderes, y controles ciudadanos para la exigencia de responsabilidad política.

Lo demás, aunque pueda ser MUY importante (que por supuesto lo es), no son problemas, sino síntomas. Son consecuencias. Podemos quejarnos de los bancos, de sus rescates con dinero público y del control que ejercen sobre el poder político, pero eso no es un problema de entidad propia, sino un síntoma, una consecuencia de la falta de transparencia, de la corrupción y de la falta de controles ciudadanos. Podemos hablar de los desahucios y de la injusticia que supone que España tenga una legislación que favorece a los bancos frente a las personas en cuanto a la dación del inmueble y que no es así en muchos países, pero estamos en lo mismo: es un producto, una consecuencia de lo anterior, y solucionando lo anterior, consiguiendo cambios en la metodología democrática, podemos también solucionar esto. Y muchas cosas más.

Es imposible que estés de acuerdo con TODO lo que se pide en el movimiento 15M, porque reúne a todo un crisol de ideologías. Es perfectamente posible que estés en desacuerdo con mi visión personal: raro sería que coincidieras en todo conmigo, y malo sería que yo te lo pidiera. Podrás pensar que te pareces más o menos a los que piden unas cosas o las otras, o que hay muchas más peticiones importantísimas que introducir en la lista, o que ideológicamente el movimiento te pertenece a ti o pertenece a otros que son o no son como tú. Pero en realidad, da igual: si no te movilizas, si te centras en lo que nos divide en lugar de lo que nos une, perderemos fuerza. Lo que nos une es la exigencia inaplazable de cambios en la metodología democrática, y el momento de exigir esos cambios es AHORA: entre hoy y el veinte de noviembre, teniendo claro que no darás tu voto a aquellas formaciones políticas que no lleven en sus programas lo que la ciudadanía ha dejado perfecta y patentemente claro que exige.

No es el momento de tener dudas, de creer en oscuras conspiraciones ni de imaginar apoyos ocultos a vete tú a saber quién: a estas alturas, ya se ha demostrado todo lo que se tenía que demostrar. Solo los fanboys de los partidos insisten en estupideces y retuercen argumentaciones como armas arrojadizas con la misma suciedad y zafiedad que han hecho siempre, y que tan mortalmente nos aburre. No los escuches. Ignora sus consignas y sus descalificaciones vacías, y diles claramente que no les vas a votar, porque no te representan. Porque no llevan en sus programas lo que tú y lo que la mayoría de los ciudadanos les hemos exigido que lleven. Ponlos en la tesitura de pelearse por ver quién introduce más de estas demandas, so pena de ver como se fugan de sus encuestas una gran cantidad de votos. No les dejes “hacer guiños”, ni “prometer hasta meter y, después de metido, nada de lo prometido”, ni venderte su marketing vacío y superficial. Todo puede pasar. Somos los ciudadanos, y son nuestros votos los que deciden. Tomemos conciencia de ello. Se llama democracia.

Es el momento de los ciudadanos.

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29 julio 2011

La red capada, mi columna en Expansión

La columna que escribí para el Expansión de hoy, con la que la sección se despide por vacaciones hasta el día 2 de septiembre, se titula “La red capada”, y habla de esas empresas en las que se dedican a recortar el acceso de sus empleados a diversas páginas, entre las que suelen destacar las redes sociales, para “evitar que pierdan el tiempo”.

Si mi intuición no falla, tiene la posibilidad de convertirse en una columna muy reenviada en algunas empresas :-)

A continuación, el texto completo de la columna:

La red capada

Lamento lo gráfico del titular, pero esa es exactamente la expresión que se utiliza habitualmente: “en mi empresa no podemos entrar en X, Y o Z porque tenemos la red capada”.

El objeto del capado suelen ser determinados servicios web, entre los que destacan las redes sociales: en la mentalidad de las empresas capadoras, las redes sociales son sitios peligrosos donde sus trabajadores pueden resultar “abducidos” o “secuestrados” de su sacrosanto deber de trabajar. La intención de esas empresas es “aislar” a sus trabajadores del entorno exterior: si no les quitan su teléfono móvil es porque lo suponen anticonstitucional… pero mejor no dar ideas.

Los trabajadores actúan lógicamente: el que quiere trabajar, trabaja. Y el que quiere perder el tiempo, lo pierde de otra manera, que nunca ha faltado imaginación para proponer modos de perder el tiempo o de no trabajar. Y las empresas, felices, porque en el fondo, no compran horas de cabeza pensante, sino horas de culo sentado en una silla. Mientras, aquel que quiere trabajar pero seguir en contacto con su entorno social – como resulta cada vez más razonable – se ve obligado a hacerlo utilizando los cada vez más ubicuos smartphones, lo que acaba redundando en una pérdida de tiempo y eficiencia seguramente mayor.

Políticas apolilladas, absurdas, mentalidades primitivas de quien no confía en sus trabajadores o piensa que no van a saber administrar sus recursos. Paternalismo barato, un auténtico insulto a la inteligencia del trabajador. Van en contra de los tiempos. Cada día más, las redes sociales y la red en general se convierten en uno de los vehículos más importantes de dinamización mental e innovación. La empresa que restringe la red a sus trabajadores les envía un mensaje de “no innoves” un mensaje que debería hacer que sus acciones bajasen en bolsa. Y por cierto, la última red social en el panorama se llama Google+… ¿van a capar Google también?

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28 julio 2011

El falso mito de la piratería española

Resulta muy interesante leer esta noticia en GigaOM, “Fox could lose up to a third of web viewers to piracy”. En esencia: que las descargas de series de Fox desde plataformas P2P disminuyeron hasta un tercio a partir del momento en que éstas empezaron a estar disponibles en Hulu, y que se espera que un tercio de sus espectadores en la red retorne a las plataformas P2P después del cambio de condiciones que acaban de plantear, una barrera de pago que empezará a ser efectiva a partir de mediados de agosto.

Las conclusiones del artículo son claras: literalmente, “it's like flipping a switch”, “es como apretar un interruptor”. En el momento en que el contenido está disponible, las descargas de plataformas P2P disminuyen. Elimínalas o dificúltalas, y las descargas vuelven. Y hablamos, ojo, del mercado estadounidense, ese país que pone a España en su Informe 301 y que pretende difundir la imagen de una España llena de “piratas con peineta“, en la que la “piratería” es supuestamente sistémica. Una visión completamente absurda y contrastable de manera inmediata por todos los que tenemos un mínimo contacto con la realidad de los Estados Unidos o simplemente mantenemos amigos allí: descargar materiales de redes P2P es exactamente igual de habitual en unos y otros países, y las diferencias no dependen de “cómo de piratas sean unos u otros”, sino pura y simplemente, de la oferta disponible. Elimina o dificulta una parte de la oferta disponible, y se incrementará el uso de P2P. Vuélvela a poner, y el uso de P2P disminuye.

Las pruebas son palmarias: ni siquiera en los Estados Unidos, uno de los países donde más se ha perseguido a los usuarios y donde más se les ha amenazado con persecuciones judiciales, ha disminuido el uso de plataformas P2P, más que cuando ha aparecido una oferta considerada cómoda y competitiva. Tras millones de dólares absurdamente tirados en “campañas de concienciación” y en persecuciones judiciales, el artículo deja perfectamente claro lo fundamental: para un norteamericano, la solución al hecho de que Fox cambie las condiciones para el consumo de sus series online sigue siendo tan sencilla como decir “I'll just go back to pirating my content”. Exactamente igual que en España y que en cualquier otro sitio del mundo: cuando hay una oferta con condiciones y precios razonables, se consume de ahí. Cuando no la hay, se recurre a otras cosas. Más claro, agua. En realidad, los piratas siempre fueron ellos.

Dejémonos de “piratería intrínseca” y de difamar a todo un país. Algún día, la historia juzgará a los verdaderos piratas: Promusicae, SGAE, Coalición de Creadores, EGEDA y todos los que se dedicaron, mediante estudios manipulados y turbias maniobras de lobbying, a perjudicar arbitraria e injustamente la imagen de todo un país en el entorno internacional.

Lo dicho: ¿Piratas españoles? No me hagas reír

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27 julio 2011

¿De quién es una cuenta de Twitter?

Una situación curiosa y que sin duda nos vamos a encontrar en más ocasiones: una popular periodista de la BBC, Laura Kuenssberg, que tenía más de sesenta mil followers en su cuenta de Twitter corporativa, BBCLauraK y que, cuando es fichada por otra cadena, ITV, cambia el nombre de su cuenta de Twitter a ITVLauraK y se lleva consigo su audiencia.

Lo cuenta con más detalle Tom Callow en How the BBC lost 60,000 Twitter followers to ITV, haciendo especial énfasis en el riesgo que supone desarrollar una presencia en la red de este tipo. La situación es indudablemente compleja: ¿a quién pertenece una cuenta de Twitter a la que se da, como era el caso, un uso corporativo y que, siguiendo la práctica habitual en muchos medios, llevaba incluso el nombre de la cadena? ¿A quién siguen realmente los followers? ¿A la persona, o a su papel en la cadena? Movimientos de este tipo forman parte del día a día de los medios, y lógicamente conllevan traslados de espectadores: cuando un presentador popular de las noticias se cambia de cadena, muchos espectadores lo siguen a “su nueva casa”. Pero ahora, ese trasvase es mucho más obvio y cuantificable en el momento: había sesenta mil seguidores en una cuenta con el nombre de la BBC, que en un instante pasan a ser seguidores de una cuenta de la ITV.

La posibilidad contraria, que la BBC retenga el control de la cuenta y simplemente cambie el nombre por el de otro periodista, resulta también cuestionable: ¿siguen los followers a la persona, siguen las noticias de la cadena, o a una combinación de ambas? En el caso de España, tenemos casos aparentemente muy similares con, por ejemplo, Ana Pastor en TVE, cuya cuenta de Twitter es @anapastor_tve, con más de cien mil seguidores y siguiendo un esquema de uso claramente personal. Obviamente, una parte de la popularidad que permite a la periodista alcanzar ese nivel de popularidad y visibilidad se deberá a la cadena para la que trabaja, pero otra, en un componente difícil de separar, depende claramente de su persona. En su momento habló de un tema relacionado chicadelatele, en “Periodistas presos de sus medios“.

En el fondo, posiblemente se reduzca todo a la historia que exista detrás del origen de la cuenta, si fue originalmente creada como una iniciativa personal por la periodista que decidió, como deferencia, etiquetarla con el nombre de la compañía para la que trabajaba, o si fue, por el contrario, la cadena la que instó a sus periodistas a que utilizasen Twitter, tal vez incluso dictando políticas al respecto. O tal vez se apliquen cuestiones derivadas del modelo de uso: cuentas con uso claramente corporativo, frente a cuentas con un componente más personal. Pero seguramente, el hecho hará que si este tipo de temas no estaban recogidos en los contratos de los profesionales de los medios de comunicación – y por extensión en todo tipo de empresas – empiecen a estarlo de manera clara e inequívoca…

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26 julio 2011

Guía para hoteles en Facebook

Si estás en la industria del turismo, no deberías perderte esta guía para hoteles en Facebook. La han desarrollado mis amigos de ReviewPro (su fundador, Ronald J. Friedlander, dio una clase fantástica hace unos meses en mi electivo “Managing the tech startup”), y anteriormente hablamos sobre ellos en esta otra entrada, “Hoteles y conversaciones“.

Es de esas guías en las que los conceptos fluyen por puro sentido común, como debe ser. Y de las que demuestran que cuando te mueves en temas punteros en una industria, invertir en formación para esa industria es una de las mejores alternativas por las que se puede optar.

Tienen otras presentaciones sobre los hoteles y el uso de la web (diseño de la página web, uso de Twitter, sitios de evaluación de hoteles, etc.) que también pueden resultar interesantes a quienes se muevan en ese terreno.

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LinkedIn y el mercado de trabajo

El nuevo lanzamiento de LinkedIn, el botón Apply with LinkedIn, tiene toda la lógica del mundo para una compañía que obtiene en torno al 40% de sus ingresos de empresas que utilizan su red como herramienta de reclutamiento, y que está consiguiendo convertirse en auténtica lingua franca para un segmento determinado del mercado de trabajo. Hay más información sobre el lanzamiento del botón en el blog de LinkedIn.

Un botón que permite sacar las prestaciones de las ofertas de empleo en LinkedIn hacia fuera de dicha red (en una página corporativa en la que se den los detalles del perfil buscado, o en otro sitio), y que permite al que opta a dicho puesto de trabajo enviar su curriculum tal y como lo tenga en LinkedIn, editar detalles del mismo si lo deseas (añadir un teléfono, reseñar mejor una experiencia determinada más relevante, etc.), o solicitar a otras personas de tu red que te recomienden para ese puesto. Cada día más, el envío tradicional de curriculum con su carta de presentación impresos en papel verjurado va convirtiéndose más en un anacronismo, y LinkedIn va pasando a ser el repositorio ordenado y referenciado de todo nuestro historial profesional en el contexto de un mercado cada vez más líquido. El botón de LinkedIn es, en este sentido, una jugada muy buena: por un lado facilita a las empresas una herramienta sencilla, por otro lleva a los potenciales candidatos, a medida que ven este botón en más sitios, a tener un estímulo para mantener su página de LinkedIn actualizada y en permanente estado de revista: nunca sabes cuándo vas a ver aparecer el trabajo de tu vida. Y una red más cuidada y actualizada es sin duda un elemento fundamental de calidad para una red profesional.

Además, se integra con muchos sistemas de tracking de aplicaciones de las compañías, lo que seguramente conlleve un buen nivel de adopción por parte de ese número creciente de empresas que utilizan su web corporativa para la búsqueda de talento. De cara al usuario, el uso del botón crea una pestaña de Saved jobs, para que puedas comprobar en cada momento a qué sitios has enviado tu aplicación. Teniendo en cuenta lo que veo todos los años con los procesos de aplicación a puestos de trabajo de mis alumnos en IE Business School, tiene aspecto de  ser un botón que va a tener un muy amplio recorrido.

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25 julio 2011

¿Es por la privacidad? ¿O es por otra cosa?

La privacidad es el argumento fundamental que se esgrime para intentar explicar la arrolladora popularidad de Google+ frente a Facebook (más de veinte millones de usuarios en las primeras tres semanas). Según muchos analistas, Google, tras un riguroso y pormenorizado estudio de las características de Facebook, habría diseñado una manera de incidir precisamente en aquello que más usuarios reclaman: el control sobre la privacidad, sobre quién ve qué partes de tu información.

La cuestión resulta curiosa cuando se suele comentar que en torno a un 70% de los usuarios de Facebook nunca modifican sus opciones de privacidad, sino que mantienen las que vienen configuradas por defecto. ¿Es la privacidad realmente un tema tan acuciante para todos o la mayoría de los usuarios de redes sociales? ¿Somos los que hemos adoptado Google+ un subconjunto de gente más preocupada o sensible con respecto a la privacidad que el resto de los usuarios? ¿O es tal vez otra variable relacionada, pero diferente?

Para mí, la cuestión no está en la privacidad, sino en el nivel de control. Mientras Facebook plantea una exhibición de lo que haces o de lo que subes a dicha red, Google+ posibilita algo completamente diferente: la idea de constituir un continuo entre la comunicación completamente privada (un correo electrónico con uno o varios usuarios), y la completamente pública (una entrada en Google+ en modo público). En el medio, una vasta gama de grises: podemos compartir solo con algunos círculos, con unos pocos usuarios, e incluso controlar que estos a su vez lo compartan o que permanezca en el ámbito privado – exceptuando, lógicamente, que la persona tenga verdadera voluntad de hacerlo y recurra, por ejemplo, a la siempre disponible captura de pantalla. La sensación en Google+ no es de privacidad, sino de control: ese control que en Facebook nunca hemos tenido impresión de tener, a pesar de ser una red en la que el control se esgrime como variable definitoria y en la que todos nos movemos prácticamente con el carnet en la boca. Muchos de los críticos de Facebook esgrimen precisamente como problema la sensación asfixiante de control que la compañía ejerce sobre sus usuarios. ¿Peca Facebook de excesivo control ejercido sobre sus usuarios mientras da a estos poco control sobre su interacción?

El hecho de que Facebook fracasase a la hora de lanzar su herramienta de correo electrónico, mientras que la integración entre Gmail y Google+ funcione perfectamente a todos los niveles (tras regular los mensajes que queremos recibir de la red si es que tu actividad es mucha) acrecienta esa sensación de que lo que importa no es la privacidad, sino otro tema: la sensación de retomar el control de nuestra comunicación. Un control que, frente a las nosecuántas páginas y opciones que hay que configurar en Facebook para pretender que lo tenemos, aparece en la red de Google de una manera prácticamente natural.

Unamos a esto unos cuántos errores más por parte de Facebook, y ya tenemos la clave: no es la privacidad, al menos no entendida según su definición canónica. Es el control que podemos ejercer sobre nuestra comunicación: la sensación que tenemos con respecto al mismo y la manera y facilidad con la que sentimos que podemos ejercerlo. Básicamente, un tema de diseño de interacción y de interfaz. Y por parte de Google, un gran acierto.

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24 julio 2011

La web social y la economía de la reputación

Poco nuevo se puede contar ya sobre Klout, la compañía de analítica de medios sociales que desde su fundación a finales de 2009 ha logrado convertirse en el estándar para eso que se ha dado en llamar la “economía de la reputación”. Sin embargo, el desarrollo progresivo de su modelo de negocio y lo provocativo de su planteamiento lleva a plantearse hasta qué punto estaremos realmente llevando a la realidad una nueva métrica que comienza a consolidarse sobre un esquema social tradicional, y en que manera es recibido por quienes no lo conocen.

La idea que subyace detrás de Klout  y de competidores como PeerIndex o UberVU es tan clara y directa como medir la influencia de una persona a través de variables como alcance real, probabilidad de amplificación, y valor de su red. Para elaborar esas variables, Klout recurre a la combinación no lineal de más de treinta y cinco variables obtenidas de la actividad de un usuario en redes sociales (número de seguidores, nivel de utilización, viralidad, conversación, etc. descontando,por ejemplo, factores como el número de seguidores correspondientes a cuentas de spam o aquellas que se encuentran inactivas). Ahora mismo utiliza Twitter, Facebook, LinkedIn y Foursquare, pero va añadiendo otras con cierta regularidad con el fin de ofrecer una métrica más completa. El esquema permite obtener una puntuación para una persona aunque no esté registrada en el sistema a través de su actividad pública, pero mejora sensiblemente en su precisión cuando el usuario se registra y da acceso a Klout a parámetros básicos de su uso de dichas redes.

El modelo de negocio es desarrollar una métrica adecuada segmentada en función de temáticas, y ofrecer el acceso a dichos perfiles a las marcas que quieran utilizarlos en su actividad comercial. Spotify, por ejemplo, ha confiado en Klout para llevar a cabo el reparto de sus primeras cuentas en Estados Unidos, segmentando la puntuación mínima que quería que tuviesen en áreas temáticas concretas para nombrar lo que llaman “Official U.S. Spotify Ambassadors”. El esquema está empezando a hacerse notar en los medios tradicionales: un número progresivamente más grande de marcas optan por procesos de este tipo en lugar de hacerlo por campañas tradicionales en medios unidireccionales de toda la vida como prensa o televisión. La idea de captar a los denominados “influenciadores” en un tema concreto para convertirlos de algún modo en “embajadores” de la marca parece que va cuajando entre los directivos del área de marketing de cada vez más empresas, ayudada por la sensación que previamente tenían en este sentido de estar siempre “tocando de oído” a la hora de definir dicha influencia.

¿Representa de verdad la actividad en la web social de una persona algún tipo de métrica razonable de algo? El simple planteamiento de dicha idea provoca reacciones encontradas: vivimos en una sociedad en la que conviven personas con un elevado nivel de uso de este tipo de herramientas, con otras que las desconocen casi completamente. Todos aquellos que aplican a la web social los estereotipos conocidos de “seres taciturnos, marginales, que no salen de delante de la pantalla de su ordenador y que jamás ven a sus amigos en persona” piensan que este tipo de métricas son una soberana estupidez y que Spotify haría mucho mejor en fiarse de las “métricas” de toda la vida y buscar a los personajes conocidos del papel couché o de los medios unidireccionales clásicos. Pero la profusión de los llamados perks de Klout y su uso por parte de una cantidad cada vez mayor de empresas conocidas, sumado a la actividad cada vez mayor que percibimos los usuarios registrados, invitan a pensar que, en efecto, las marcas que utilizan el sistema están obteniendo resultados razonablemente buenos.

Podemos ser todo lo escépticos que queramos – y que dicho escepticismo sea, además, una opción recomendable – pero Klout está logrando atraer a un número muy razonable de compañías de la “economía de toda la vida” (alimentación, cosmética, distribución, aerolíneas, droguería, etc.) y, al parecer, generando esquemas satisfactorios para las mismas. Por otro lado, la evidencia sigue demostrando que en la correlación entre la economía de la reputación y la economía real no es oro todo lo que reluce: mi caso concreto, por ejemplo, es el de una persona que sería prácticamente “millonaria” en el llamado social capital en Klout, y en la “vida real” puedo asegurar que, aunque no me pueda quejar, no es en absoluto así. El percentil en el que me encuentro en un lado difiere notablemente de la posición que ocupo en el otro, y aseguraría que ocurre prácticamente igual con muchos de mis amigos y conocidos.

La pregunta, claramente, es ¿hasta qué punto he llegado la web social a un nivel de madurez tal que permita utilizar sus métricas como algún tipo de indicador de visibilidad, prestigio o capital social de una persona?

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23 julio 2011

Redes sociales, viralidad y conversación: estudio preliminar

Desde la llegada de Google+, tenía bastante interés por ver la evolución sobre mi página de los dos factores fundamentales para alguien que genera contenidos: la viralidad (número de veces que una entrada es recomendada mediante mecanismos como los Likes de Facebook, los Retweets de Twitter, los Shares de Google Buzz o los +1 de Google) y la conversación (número de comentarios en la propia página frente a comentarios en Facebook y en Google+).

El análisis abarca treinta y seis entradas publicadas en esta página, republicadas la mayoría de ellas tanto en Facebook como en Google+ durante los veintidós primeros días de este mes de julio (Google+ fue lanzada el 28 de junio, y no tuvo un tráfico especialmente significativo hasta unos días después).

Las gráficas pueden verse en un tamaño razonable haciendo clic aquí para la de viralidad y aquí para la de conversación. La hoja de cálculo con los datos en crudo está disponible aquí en formato Excel. Los datos de viralidad tienen un pequeño problema que espero corregir en los próximos días, derivado de la fragilidad de la API de Twitter, que me impide obtener valores de algunas de las entradas.

Obviamente, debemos tener en cuenta todas las precauciones habituales en datos preliminares: al tratarse de datos procedentes únicamente de una página, los resultados están sesgados por la composición de sus lectores, que poseen un perfil que difiere en algunos aspectos del usuario medio (sobre datos de Nielsen, podemos ver las diferencias en los perfiles de edad y de género, que determinan algunos targets con afinidad especial), y al considerar datos de una red social, Google+, que todavía está en beta cerrada por invitación y que puede evolucionar enormemente en su perfil de usuario. Pero aún con esas limitaciones, me parece que los datos tienen su interés.

En la primera gráfica, la de viralidad: destaca claramente el color azul de Facebook: la jugada de extender los Likes a toda la web fue verdaderamente maestra. Su uso se ha consolidado, y supone una de las formas más claras de aportar viralidad a una página. Un Like de Facebook implica que los amigos del lector pueden verlo en su muro, y que algunos de ellos aceptan la recomendación y están dispuestos a hacer clic sobre ese enlace, aportando a la página o al contenido una interesante difusión. Facebook está de manera prácticamente habitual entre los principales flujos de tráfico de esta página. Sin embargo, no deja de llamar la atención el caso de Google Buzz: considerado por muchos como un experimento fallido, su efecto resulta evidente a la hora de aportar viralidad al contenido. Y en el caso de los +1 de Google, su uso, ya de por sí interesante considerando que el sistema fue lanzado a finales del pasado marzo, parece haber ganado fuerza con la aparición de Google+, que ha pasado a aportar un tráfico significativo (en el caso de esta página, por encima habitualmente del representado por Twitter o Facebook, a pesar de estar en los estadios iniciales de su desarrollo).

En la segunda gráfica, el panorama es completamente diferente. Como primera conclusión, cabe destacar cómo Google+ ha logrado hacerse en muy poco tiempo con un porcentaje muy significativo de la conversación, con un comportamiento enormemente activo de los usuarios a la hora de comentar las entradas. Obviamente, Google+ ha sabido desarrollar un sistema que favorece la conversación de una manera notablemente más activa que otras redes sociales. Facebook, en cambio, aporta comparativamente muy pocos, lo que refuerza su papel de red que aporta viralidad, pero poca conversación sobre los contenidos (mantengamos las precauciones de que hablamos de un contenido relativamente específico, y que la afinidad con el target inicial de Google+ puede resultar notablemente más elevada). La segunda conclusión nos lleva a la preocupación: no parece demasiado tranquilizador para un generador de contenido que una parte tan significativa de la conversación se vaya a redes sociales fuera de su control. Si esa conversación está resultando efectivamente interesante, lo normal sería que Google ofreciese herramientas para que el que ha generado esa conversación pueda reflejarla allá donde se originó el contenido, permitiéndole consolidarla si lo desea. Veremos si ese tipo de herramientas aparecen: la política habitual de Google ha sido tradicionalmente abierta en este sentido. En algunos casos, los comentarios en Google+ superan claramente a los originados en la propia página, lo que lleva a una atomización de la conversación que puede llegar a ser preocupante.

En cualquier caso, los datos sí parecen corroborar que la llegada de Google+ al panorama de las redes sociales ha tenido un impacto significativo tanto en la generación de viralidad como de conversación. Un factor definitivamente a tener en cuenta para aquellos que generamos contenidos.

¿Opiniones?

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22 julio 2011

Piratas o mentirosos, mi columna en Expansión

Mi columna en Expansión de esta semana se titula “Piratas o mentirosos” (pdf), y es una reflexión acerca de la próxima llegada a nuestro país de competidores importantes en el mundo de la red y de los contenidos culturales. Es, básicamente, una adaptación a papel con algunos añadidos de la entrada que publiqué hace pocos días en el blog, titulada “Netflix y la realidad española

A continuación, el texto completo del artículo:

Piratas o mentirosos

En un tiempo breve, veremos la llegada a España de dos actores relevantes en la red: Netflix y Amazon. Unido al proceso de renovación que el país está viviendo con respecto a una red que ya aparece como uno de los campos fundamentales para la opinión, el desarrollo y la expresión de ideas, dichas llegadas son indudablemente muy buenas noticias.

Netflix es una compañía norteamericana que comenzó su actividad en 1999 como un videoclub por suscripción en el que solicitar películas a través de la red para recibirlas por correo, pero se fue reconvirtiendo a servicio de streaming que permite, mediante el pago de una tarifa plana, ver contenidos de su muy amplio catálogo.

Que Netflix escoja España como uno de los primeros países más allá de Estados Unidos y Canadá donde comenzar su expansión dice mucho de lo prometedor de nuestro mercado. ¿Eramos, como pretendían demostrar malintencionadamente algunos, un "paraíso de la piratería", o simplemente un mercado grande completamente desatendido? Si Netflix tiene éxito, muchos tendrán que guardar silencio.

Amazon necesita poca presentación, y nos sitúa de nuevo ante el mismo análisis: el libro electrónico no parece triunfar en España, pero ¿es debido a algún tipo de problema intrínseco español, o a la incapacidad y "necesidad de nadar y guardar la ropa" de los editores patrios? Algunos competidores españoles intentan ahora prepararse para la llegada del gigante norteamericano: ¿no deberían haberse preparado hace años, en lugar de mantenerse como una segunda opción que privilegiaba el canal físico y desatendía el mercado?

La llegada de Amazon y Netflix es la prueba de que España es un mercado interesante por sus características, sobre el que algunos se dedicaban a inventarse falacias, a difamar, y a lloriquear ante enemigos inexistentes. Todos los que tenemos amigos en otros países sabíamos perfectamente que lo de la "piratería española" no era más que una mentira interesada. ¿Españoles piratas? No me hagan reír.

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21 julio 2011

Edición social de ?Todo va a cambiar?


Hoy publico en la red una iniciativa en la que llevo bastante tiempo trabajando y que me hace especial ilusión: la edición social de mi libro, “Todo va a cambiar”.

¿Qué es exactamente una edición social? Básicamente, una idea a la que llevaba bastante tiempo dandole vueltas: quería poner el libro en texto completo en la red, pero no quería limitarme simplemente a eso, sino además, explorar un poco más un formato que pudiese aprovechar las ventajas que la red puede ofrecer frente al papel. Lo que hice fue, por tanto, trabajar sobre el texto del libro pensando en dotarlo de una “dimensión red”, intentando añadirle un nivel de profundidad adicional mediante una gran cantidad de enlaces (definiciones de términos en Wikipedia, referencias, entradas de mi propio blog en las que desarrollo más algunos temas, artículos o comentarios en otros sitios, etc.), y también mediante ilustraciones y vídeos que pudieran hacer más amena la lectura, plantear metáforas o evocaciones sobre los temas comentados, o contribuir al sentido o al entendimiento de lo escrito. La verdad es que es un trabajo intenso, pero que tiene mucho sentido para alguien que, como yo, utiliza el formato blog para expresarse de manera habitual: de hecho, recuerdo cómo, durante el proceso de escritura del libro, lamentaba en muchas ocasiones no poder añadir esos enlaces o referencias por no tener sentido en un formato papel. Seguro que no funciona para todos los tipos de libros ni para todas las temáticas, pero en el caso de “Todo va a cambiar”, parecía tener mucha lógica. La próxima vez, si todo va bien, trataré de hacerlo durante el proceso inicial de escritura.

La idea fundamental que subyace detrás de ese trabajo, en realidad, es la de dotar de una dimensión adicional al libro: durante meses, he podido ver  a muchas personas comentar frases o ideas del libro en blogs y en redes sociales como Twitter o Facebook. Pude comprobar en primera persona que se trataba de algo absolutamente enriquecedor para un autor (de hecho, contesté personalmente a muchos de esos comentarios), y pensé que esas herramientas podrían servir para someter el contenido del libro a un proceso de “lectura social”: la posibilidad de añadir comentarios a puntos específicos del texto, o de enviar fragmentos a esas mismas redes sociales.

Para ello, pedí a mis amigos de Blogestudio que me ayudasen a desarrollar una página con esas funciones: creada en WordPress, la página incorpora la funcionalidad de un plugin, Highlighter, que posibilita marcar cualquier fragmento de texto y anclar en él un comentario. La idea es que pueda resultar atractivo para cualquier persona que quiera leer, esté leyendo o haya leído el libro en cualquiera de sus formatos (libro físico en tapa durae-Book en formato ePub sin DRM, edición iPhoneedición iPad), y que quiera enriquecer cualquiera de sus pasajes con una frase, un comentario de cualquier tipo (con las mismas reglas de moderación que mantengo en el blog), un enlace o cualquier otra cosa. Además, permite enviar el fragmento a Twitter o a Facebook, redes en las que es posible que obtenga todavía más retroalimentación.

Quiero agradecer enormemente el patrocinio de la idea por parte de dos empresas, El Corte Inglés y Banesto, que mostraron un gran interés y proactividad por el tema y entendieron perfectamente su carácter experimental, y que me han permitido dedicarle al proyecto los recursos de tiempo y esfuerzo que precisaba. Y por supuesto, agradecer a mi editorial, Deusto, y a mi editor, Roger Domingo, su apoyo total al proyecto. Para aquellos que aún mantienen dudas acerca de si la red es o no un buen aliado para los creadores de contenido, este proyecto puede ser una buena prueba: siendo un autor prácticamente primerizo, gracias a la red he tenido la oportunidad de publicar con la primera editorial española, de poner en el mercado una segunda edición en formato rústica con el diario Cinco Días, y de volver a publicar, en formato social y enriquecido. En todos los casos con licencia Creative Commons, y en todos los casos teniendo sentido desde el punto de vista económico.

Obviamente, la idea y el formato son completamente experimentales. No tengo ni idea de si generará interés o pasará desapercibido, de si os animaréis a comentar y compartir, o de hasta qué punto la pretensión de enriquecer el libro del mismo modo que mi blog se enriquece todos los días funcionará aplicado a un contenido diferente. O de si será buen momento, ya entrados en el verano, para poner en la red un proyecto así. Las reglas del marketing dicen que posiblemente habría sido más juicioso esperar a la vuelta de las vacaciones, pero no he sido capaz de esperar: ha salido en cuanto ha estado terminado.

Por último, he aprovechado para subir también el prólogo de Vinton Cerf en su idioma original, y una traducción al inglés del primer capítulo, con el título Music, Movies, Lies and the Internet, para la que tuve el privilegio de contar con la colaboración de mi amigo, ex-alumno y compañero de claustro en IE Business School, Joe Haslam.

A todos, muchas gracias. Por estar ahí, y por, de una forma u otra, participar en este experimento.

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20 julio 2011

Las luciérnagas y la retención de datos

Del blog de Rick Falkvinge, eurodiputado del Partido Pirata, una visualización de los movimientos de ochocientos ochenta iPhones en Europa en abril de 2011.

Una metáfora visual, la de las luciérnagas, que Rick utiliza para hacernos pensar en si realmente consideramos aceptable ser uno de esos puntos y ser visualizados así, junto con nuestros amigos y familia, por cualquier gobierno que pueda venir en el futuro, como parte normal y aceptada de las reglas del juego. Más allá del simple análisis de “es que no tengo nada que ocultar”, pensemos en las posibles consecuencias de un gobierno vigilando todos los movimientos de sus ciudadanos y pudiendo ver, por ejemplo, quiénes se reúnen en dónde, quiénes acuden a qué, o si se intensifica la actividad en torno a una persona dada. Los efectos sobre posibles protestas organizadas o sobre el activismo, las posibilidades de uso de esos datos en manos de según quién, de cualquier político actual o futuro.

Todo eso es posible mediante la Directiva de Retención de Datos, una de esas normas que van avanzando discretamente sin aparentemente demasiado interés por parte de los ciudadanos, pero que supone la manera en que entendemos el contrato social y nuestra relación con la tecnología: el mayor instrumento de violación de la privacidad jamás adoptado por la Unión Europea. Echa un vistazo al vídeo, e imagínate como uno de esos puntitos de luz.

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19 julio 2011

En La Información, hablando sobre resultados de empresas tecnológicas

Marcos Sierra, de La Información, me llamó para preguntarme sobre mi opinión acerca de los recientes resultados publicados por empresas como Apple, IBM, RIM, Nokia, Google, Intel o Yahoo! Lo mío decididamente o es el análisis bursátil, pero hablamos un ratito sobre los determinantes tecnológicos y la evolución de algunas de estas empresas, y hoy me cita brevemente en su artículo titulado “Apple e IBM, los valores tecnológicos de moda“.

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Netflix y la realidad española

Todo indica que en el año 2010 nos disponemos a presenciar el desembarco en España de una de las empresas más esperadas y de las que más se ha escrito en los últimos tiempos: Netflix.

Netflix es una de las empresas destacadas en la oferta de contenidos audiovisuales: una plataforma que ofrece contenidos de películas y series de televisión en streaming a cambio de una suscripción mensual de ocho dólares a más de veintitrés millones de norteamericanos. Creada en 1999 como servicio de suscripción de alquiler de DVD, su reconversión al uso de la red ha constituido un indudable éxito, hasta convertirla en uno de los actores más importantes del panorama de la industria de contenidos.

Pero la gran pregunta es… ¿y si Netflix viene a España y resulta ser un éxito? ¿Y si cumple sus objetivos y consigue un número importante de usuarios? ¿Dónde van a quedar las aseveraciones de que “España era un paraíso de la piratería”, esparcidas de manera infundada y asquerosa por una industria enferma capaz de utilizar estudios manipulados para perjudicar la reputación de su país? ¿Qué pasa si efectivamente Netflix desembarca, y demuestra con su éxito que lo que pasaba era que en España, sencillamente, no había manera de obtener contenidos si no era descargándolos de plataformas P2P, y que no se trataba de un problema de la naturaleza de los españoles, sino de la infinita torpeza, cortedad y mala intención de la industria de los contenidos? ¿Qué indica que Netflix escoja precisamente España como primera base para su expansión más allá de Estados Unidos y Canadá? Anda, a ver si va a ser que no éramos un mercado tan “malo malote”, y que en realidad lo que representamos es el mercado peor servido del mundo, en el que la falta de oferta resulta más clamorosa…

El tiempo es una buena manera de comprobar la veracidad de lo que algunos aseguraban en su momento, una muy buena piedra de toque para las mentiras. Si España es, como llevan años diciendo desde los sucesivos ministros de Cultura hasta otros políticos, directivos de la industria de los contenidos y gerentes de entidades de gestión, un país en el que la piratería es “endémica” y “arraigada”, si resultamos ser “el país de Rinconete y Cortadillo”, la patria de la picaresca y tantas soberanas estupideces que hemos tenido que oír durante tanto tiempo, entonces será que los de Netflix son unos descerebrados que han errado completamente su estrategia de expansión internacional, y que van además a darse la mayor bofetada del siglo por arriesgarse a entrar en un país en el que es bien sabido que todos lucimos una pata de palo y un loro en el hombro. Pero si, por el contrario, el desembarco de Netflix resulta ser un éxito, miles de españoles se suscriben y España prueba ser un mercado interesante para la industria de contenidos… ¿qué? ¿Qué vamos a hacer con la caterva de irresponsables e impresentables que durante tantos años se han dedicado a difamar a nuestro país y a sus habitantes hasta lograr convertir en tópico la imagen de la supuesta piratería española?

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18 julio 2011

Hablando sobre la SGAE, en El Referente

María González, de El Referente, me entrevistó por teléfono acerca del tema de la SGAE, y lo ha titulado “Enrique Dans: ‘Lo que Teddy había montado era un sistema para perpetuarse’“. Hablamos del sistema que tenían montado para perpetuarse en la gestión de la misma, de las prebendas monopolísticas y el régimen de total impunidad que el ministerio de Cultura le permite mantener a pesar del informe al respecto de la Comisión Nacional de la Competencia, de las responsabilidades de la ministra González-Sinde, y de las perspectivas de evolución de este tema en el futuro. Las torpes e incompetentes excusas de la ministra para negar su responsabilidad en el tema no hacen más que agravar el tema todavía más, si cabe.

No lo olvidemos: en este momento, a pesar de que el auto del juez Ruz denuncia clara e inequívocamente las irregularidades y la invalidez de las elecciones del pasado día 30 de junio, la gestión de la SGAE está ahora controlada por una junta que proviene del mismo grupo de poder, que mantiene las mismas actitudes, y que maneja la situación a su antojo como si no hubiese pasado nada. Todo apunta a que la trama de la SGAE tiene muchas más ramificaciones de las que inicialmente parecía tener, y en lugar de optar por una intervención total, por una limpieza profunda y por aislar de la gestión a los que estaban próximos a ella cuando se produjeron las irregularidades, se está prefiriendo generar una situación de continuidad a todas luces absurda y sin sentido, mientras el tema va lentamente abandonando los titulares de los medios. La SGAE sigue, como ha estado prácticamente siempre, por encima de la lógica, de las necesarias reformas, y de la ley.

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Otra vez pendientes de la neutralidad de la red

Mañana termina el plazo de presentación de enmiendas para la Ley General de Telecomunicaciones, que de nuevo nos obliga a vigilar con ojo atento la evolución de uno de los temas más importantes que afectan al futuro de internet: la tantas veces comentada neutralidad de la red.

El actual texto de la ley precisa de enmiendas. Aspectos como la consideración de las redes abiertas, libres y neutrales basadas en el intercambio de tráfico, el imprescindible secreto de las comunicaciones (más de actualidad que nunca a cuenta del reciente escándalo del News of the World en el Reino Unido) y, sobre todo, la neutralidad de la red deben ser garantizados, y es imprescindible vigilar el posicionamiento de los diferentes grupos parlamentarios en cada uno de estos aspectos.

El hecho de que el Senado de nuestro país aprobase por unanimidad una moción el pasado diciembre de 2010 para instar al gobierno a proteger la neutralidad de la red con el siguiente inequívoco texto,

“Modificar de forma urgente, en todo aquello que sea necesario y teniendo en cuenta el marco de la normativa europea sobre comunicaciones electrónicas, la normativa española en dicha materia, a fin de garantizar el cumplimiento por parte de los proveedores de telecomunicaciones que operan en España del principio de neutralidad de la red, asegurando que los paquetes de datos que circulan por sus redes reciban siempre el mismo tratamiento independientemente de su contenido, origen, destino o protocolo, sin que se filtre el tráfico de forma alguna, para privilegiar, limitar o impedir el acceso a determinadas páginas o servicios.”

y la reciente aprobación por amplia mayoría en Holanda de normas en el mismo sentido dotan al tema de lógica absoluta. Ahora, lo fundamental es estar pendientes de las acciones al respecto de los diferentes grupos parlamentarios, con el fin de comprobar su coherencia con respecto a lo que previamente manifestaron por unanimidad en el Senado y su voluntad de proteger el derecho de los ciudadanos a una red abierta y libre.

La Foundation for a Free Information Infrastructure (FFII)Red SOStenible han hecho público un comunicado en el que instan a los grupos parlamentarios a proteger la neutralidad de la red y a introducir las correspondientes enmiendas en la Ley General de Telecomunicaciones. Estamos en un punto fundamental de la batalla por una red neutral y libre: es el momento de mantener bien activa la vigilancia.

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17 julio 2011

Copiepresse y el ostracismo

La supuesta victoria judicial de Copiepresse contra Google a cuenta de los derechos de autor de los titulares y fragmentos de noticias empleados en Google News ha terminado dando un giro interesante: a modo de “maldición del ganador”. Un par de pleitos más como este “ganados” por la asociación de editores de diarios belgas, y posiblemente se vea obligada a desaparecer por falta de diarios belgas que asociar.

¿Qué ha pasado exactamente? Copiepresse denunció a Google en el año 2006 por supuestas infracciones del copyright en su producto Google News, a pesar de que Google News contribuía sustancialmente al tráfico de dichos periódicos y, además, carecía de publicidad en sus páginas. La demanda de Copiepresse era profundamente absurda: Google News es un producto voluntario. Se puede salir de él en cualquier momento simplemente solicitando a Google no ser incluido en la recopilación de noticias, o bien utilizando el fichero robots.txt, o estándar de exclusión de robots o atributos como NO INDEX, NO ARCHIVE o NO SNIPPET, que inmediatamente evitarían su uso por parte de este tipo de servicios, para excluir al motor de búsqueda. Sin embargo, en lugar de utilizar estas posibilidades, Copiepresse decidió llevar a juicio a Google reclamándole un pago en concepto de derechos de autor. Obviamente, lo que pretendía Copiepresse no era la exclusión, sino llevar a cabo un chantaje que obligase a Google a pagar. Inexplicablemente para cualquiera que entienda un mínimo de tecnología, Google perdió el juicio y la correspondiente apelación, y los jueces condenaron a la empresa a pagar una multa de veinticinco mil euros al día por cada día que mantuviese los enlaces a los periódicos denunciantes.

Lógicamente, Google decidió cumplir el mandato judicial. ¿Qué ha hecho? Lo solicitado: excluir a los periódicos de su índice. Ahora, no es posible encontrar a los periódicos belgas en Google News. Pero tampoco en Google. Y los periódicos belgas todavía van, y protestan. A ver… ¿estar, o no estar? La paradoja resulta clara y evidente: lo que querían los diarios belgas no era no estar, sino estar y cobrar por estar. Pues vaya, la vida es dura: en la economía de la atención, Google paga la inclusión con visitas. Si no las quieres, puedes excluirte. Pero querer lo mejor de cada parte resulta simplemente imposible. Si decides que para incluirte en Google News, Google debe pagarte, y Google decide por tanto no incluirte… ¿de qué te quejas? Google es libre de interpretar la sentencia como quiera. Adelante, ya veremos cómo les va a los periódicos belgas sin aparecer en Google. Que con su pan se lo coman.

La decisión de Google podría haber tenido lugar en España si la Asociación de Editores de Diarios Españoles, AEDE, hubiese decidido llevar a juicio a la compañía a cuenta igualmente de Google News, caso sobre el que escribí en su momento. Finalmente, AEDE, tras varias reuniones y exigencias de pagos a Google a los que Google dijo “no” (en ese caso, Google no defendía únicamente su derecho a vincular contenidos, sino el derecho de todos los usuarios a vincular contenidos: en caso de haber obtenido el pago de Google, la siguiente idea feliz de los periódicos era demandar un pago amenazando con la denuncia ¡a todo aquel que vinculase sus contenidos!!), decidió, no sin importantes disensiones internas, no llevar el caso a los tribunales. Hoy podemos ver, a la luz de las consecuencias para Copiepresse en Bélgica, que la decisión fue afortunada.

Obviamente, dar el paso de la exclusión sin mediar una orden judicial resultaba a todas luces absurdo: el balance en juego es la calidad de los resultados del buscador. Un buscador debe intentar mostrar la información que existe sobre algo, y en muchas ocasiones, esa información puede estar en las páginas de un periódico. Si muchas páginas se autoexcluyesen del índice de un buscador, este podría llegar a tener problemas de calidad de resultados, como bien sabe Murdoch, que llegó a especular con dicha idea. Excluir dicha información supone indudablemente perder calidad, pero… ¿qué hacer si esos periódicos exigen judicialmente ser excluidos? La interpretación de Google es la que resulta lógica en un caso así: que no valen medias tintas. No puedes exigir ser excluido de un producto como Google News, del que te podrías excluir tú mismo sencillamente pidiéndolo, pero pretender mantenerte en el índice como si tal cosa. O a las duras, o a las maduras. O se integra uno en la economía de la atención y acepta ser indexado, o se excluye y, en consecuencia, no se es indexado, con todas las consecuencias de pérdida de tráfico y relevancia que de ello se puedan derivar.

Los periódicos belgas lo han conseguido: su insistencia por conseguir una contraprestación económica por parte de Google ha culminado con su exclusión del índice, con el ostracismo digital. Ya veremos qué tal les va por ese camino.

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16 julio 2011

La caída del ciudadano Kane

El caso de las escuchas ilegales del News of the World ha sido el detonante que ha puesto de manifiesto el desastre sucio, podrido y poco recomendable en que se ha convertido el imperio del último gran magnate de los medios unidireccionales, Rupert Murdoch.

Conocido por su ambición empresarial y agresividad en la adquisición y creación de medios de comunicación, Murdoch es considerado una de las personas más influyentes del mundo merced a una enorme cercanía con políticos norteamericanos, británicos y australianos. Es el perfecto representante de “el fin justifica los medios”, todo vale con tal de conseguir audiencia y de poder utilizarla de cara a favorecer una agenda política.

Para muchos, el mayor caso de prostitución de la información, de como poner la tarea de informar al servicio de unos intereses determinados. La auténtica reencarnación del ciudadano Kane. Para los políticos, tener a Murdoch de su lado era sinónimo de éxito, de promoción, de visibilidad. El propio Murdoch estaba convencido de ser capaz de decidir con el apoyo de sus medios quién podría salir elegido y quién no: casos como los de John McEwenGough Whitlam en Australia, o los de John MajorTony BlairDavid Cameron en el Reino Unido muestran hasta qué punto podía atribuírsele un elevado grado de influencia sobre la agenda política.

Rupert Murdoch es considerado el rey de los medios unidireccionales, los que “fabrican” la información para influir sobre una audiencia pasiva. Sensacionalismo, dirigismo, exageración, versiones parciales y medios ilegales de obtención de información, reunidos en un cóctel explosivo. Su incursión en el mundo de las redes sociales con la adquisición de MySpace en el año 2005 por $580 millones con la intención de derivar tráfico a sus medios unidireccionales supuso un fracaso miserable, que culminó con la venta de MySpace en 2011 por $35 millones: intentar gestionar un medio intrínsecamente bidireccional con la visión trasnochada de medio unidireccional había conseguido convertir una exitosa red de uso general en otra de interés únicamente vertical, vinculada a la producción y el consumo de música.

Rupert Murdoch nunca entendió internet. En su mentalidad, los usuarios son lectores, espectadores, seres pasivos e influenciables limitados al consumo de la información que sus medios fabrican. Se les atrae con sensacionalismo, se les influye con versiones parciales que ofrecen solo una cara de la verdad. Si lo he visto en televisión, si lo he leído en la prensa, debe ser verdad. Subjetividad y obtención de información mediante todo tipo de medios, legales o ilegales. El escándalo de las escuchas de News of the World es solo la punta de un iceberg que revela toda una filosofía, una manera de hacer las cosas, un deleznable “todo vale”. Sus excusas, un simple intento de parecer lo que no es. Bajo la excusa de “una prensa libre y abierta como fuerza positiva en la sociedad”, se esconde en realidad un turbio manipulador político, el resumen de lo que los medios nunca deberían ser.

La caída de Rupert Murdoch es un aviso para aquellos empresarios de medios de comunicación que lo pudiesen tener como ejemplo de algo. Es la caída de un modelo comunicativo unidireccional que cada vez tiene menos vigencia. El futuro de los medios será social y bidireccional, o no será.

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Internet en 2011: una infografía que no debes perderte

State of the Internet 2011
Created by: Online Schools

Una impresionante infografía creada en HTML5 que decididamente no debes perderte. Para que no olvides cómo de grande es esa red con la que interactuamos cada día…

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15 julio 2011

Hablando sobre la competencia entre Google+ y Facebook, en La Información

Luz Fernández, de La Información, me llamó esta mañana para hablar de las características que consideraba más interesantes de Google+ (qué barbaridad, no se habla de otra cosa :-) y de la dinámica competitiva con respecto a Facebook, y en cosa de una hora, ya tenía publicado su artículo titulado “¿Acabará Google+ con Facebook?“, en el que entrevista también a Alvy  Ibáñez, Mario Tascón y Jaime G. Cantero.

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Google y su red social, mi columna en Expansión

Mi columna en Expansión de esta semana se titula “Google y su red social“, y es un intento de explicación de los factores diferenciales de Google+ y de la estrategia planteada por Google: un cuidadoso análisis y observación de las características del líder, y una propuesta de servicio rival que incide precisamente en las carencias más señaladas de éste. En la práctica, la recíproca de la conocida “ventaja del pionero” que figura en los libros de Dirección Estratégica.

A continuación, el texto completo de la columna:

Google y su red social

La llegada de Google+, la red social de Google, ha agitado un panorama que no suele resultar ya de por sí demasiado tranquilo. Hablamos de la auténtica columna vertebral de la red del futuro: el entorno en el que personas y empresas desarrollarán una porción significativa de sus actividades. Un terreno en el que Google tenía forzosamente que proponerse como jugador importante.

La magnitud de la apuesta de Google está justificada por la importancia de esa posición estratégica. Un trabajo de centenares de ingenieros durante más de un año, que integra muchos de los productos de la compañía, y que el mercado parece estar recibiendo con auténtico entusiasmo: hay analistas que apuestan porque Google+ podría ser el producto que más rápidamente alcanzase los cien millones de usuarios.

Viniendo desde atrás, Google parece haber sabido plantear su jugada incidiendo precisamente en el aspecto que más se criticaba al líder, Facebook: una cierta sensación de falta de control del usuario a la hora de llevar a cabo la principal actividad que se lleva a cabo en una red social: compartir información. En Facebook, la sensación es que compartes impúdicamente, casi siempre en modo "café para todos". En Google+, el control se escenifica, de manera sencilla y amigable, cada vez que compartes algo. Cada cosa que haces pasa por el filtro de los círculos: esto, para la familia. Esto, para todo el mundo. Esto, solo para tres amigos con los que compartí fiesta anoche.

Las evidencias, por el momento, parecen claras: una actividad febril. La misma nota que genera veinte comentarios en mi página, cuadruplica ese número en Google+. Muchos usuarios, muy activos. Las empresas, por el momento, excluidas, a la espera de un desarrollo específico para ellas. Pero no se engañe: todo apunta a que una parte de su actividad futura se va a desarrollar en Google+. Cuanto antes lo entienda, mejor.

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14 julio 2011

¿Y qué fue de Orkut?

Alberto me hizo esta mañana una pregunta en la entrada anterior relacionada con Orkut que me pareció muy pertinente, y que de hecho contesté en el propio hilo de comentarios, pero creo que puede valer la pena darle una visibilidad un poco mayor. Concretamente, Alberto preguntaba qué iba a ser de Orkut, que fue la primera incursión de Google en el mundo de las redes sociales y que había resultado exitosa en Brasil e India, ahora que la apuesta se inclinaba claramente en favor de Google+.

Mi impresión es que Orkut nunca fue, en realidad, un proyecto prioritario o verdaderamente integrado en la estrategia de Google. Como es bien sabido, Orkut nació cuando un ingeniero turco de Google, Orkut Büyükkökten, trabajando en su 20% de tiempo de libre asignación, decidió concentrarse en el desarrollo de una red social. Tras su creación, se cuenta que Büyükkökten pensó en dejar Google para lanzar su idea, pero decidió quedarse ante la oferta de la compañía de apoyar su lanzamiento, convirtiéndole de hecho de entrepreneur en intrapreneur, en un modelo de “empresario por cuenta ajena”. Así, Orkut nunca estuvo realmente integrado en la estrategia de Google, sino que fue más bien un “accidente”, una “casualidad” que la compañía se encontró y a la que decidió dar una oportunidad, siguiendo un principio de “ensayo y error” muy arraigado en la mentalidad de la empresa.

En la primera fase de Orkut, aprovechando el efecto paraguas de Google, tuvo un desarrollo muy interesante en varios países del mundo. Sin embargo, su uso despegó de manera enormemente significativa en Brasil, donde se convirtió en todo un fenómeno social, en una locura colectiva que la llevó a protagonizar portadas en toda la prensa y a ser una especie de métrica de popularidad personal: los usuarios competían por tener más amigos en Orkut. Eso llevó a un fenómeno extraño: el predominio de los contenidos en portugués llegó a ser tan fuerte, que los usuarios no lusoparlantes empezaron a encontrarse incómodos. Orkut se convirtió en un sonoro éxito en Brasil mediante una imparable dinámica social que solo ha tenido parangón en la India, pero casi desapareció en el resto del mundo, a pesar de estar traducida la interfaz a cuarenta y ocho idiomas.

¿Qué ha sido de Orkut en Brasil e India? Simplemente, ha sufrido, como en tantos otros países, la llegada de Facebook. En India, el uso de Facebook ya ha desbancado completamente a Orkut (en todos los casos, Facebook aparece en rojo):

El punto de inflexión tuvo lugar a mediados de 2010, y la evolución ha sido perfectamente evidente desde entonces, con un crecimiento de Facebook enormemente dinámico acompañado de un muy marcado declive de Orkut.

En el caso de Brasil, la evolución es algo más lenta, pero la dirección del cambio parece igualmente clara a medio plazo:

Una tendencia que se ha vivido en prácticamente todos los países en los que Facebook hacía frente a un competidor localmente implantado incluyendo, por ejemplo, el caso de Tuenti vs. Facebook en España,

donde el cruce tuvo lugar a principios del año 2009.

En el caso de Orkut, mi impresión es que acabará siendo una oferta aislada de Google que culminará con algún tipo de programa de conversión que permita que los usuarios de Orkut trasladen su mapa de relaciones a Google+, pero obviamente esto no es más que una conjetura, no hay forma de saber qué tipo de acciones se plantea Google en ese sentido.

Con respecto a como serán las gráficas que podremos ver en unos meses de comparación entre Google+ y Facebook… simplemente, no las veremos. Google Trends no permite visualizar las métricas de productos de la propia Google. En fin, habrá que buscar otra manera de verlo. Pero eso sí: promete ser interesante… :-)

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Hablando sobre el panorama de redes sociales, en Qué

Ana Lobo, de Qué, me llamó hace un par de días para hablar del panorama de las redes sociales tras la irrupción de Google+, y hoy publica su artículo titulado en la web como “Llega Google+ dispuesto a hacerle la competencia directa a Facebook“, y en papel como “Y tú, ¿de quién eres?“.

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13 julio 2011

Google+ y los mitos falsamente asumidos

Es un tema que me ha llamado la atención poderosamente del proceso de lanzamiento y adopción de Google+: la forma en que muchos usuarios tienden a asumir términos y condiciones que nunca han estado ahí, pero que conocen o les suenan de servicios similares de otras empresas.

La primera sorpresa vino con las cuentas de correo: por alguna razón, una cantidad muy significativa de las personas que me contactaron o preguntaron con respecto a Google+ asumieron que para abrir una cuenta, era preciso tener una cuenta de correo de Gmail. Algo que no solo me consta desde el primer momento que no es así, sino que además sé que nunca estuvo en la intención de la compañía que fuese así. He enviado invitaciones y contrastado su funcionamiento a cuentas de correo de todo tipo: corporativas, de Yahoo! Mail, de Hotmail, sin problemas de ningún tipo. No solo eso, sino que recuerdo cuando en la fase previa al lanzamiento me lo comentaron en la compañía exactamente en esos mismos términos: “puedes invitar a quien quieras, tenga la dirección de correo que tenga”.

La otra, que me llama si cabe más la atención por la visibilidad del tema, son personas que asumen que pierden la propiedad de sus datos, que sus datos pasan a pertenecer automáticamente a Google. Una idea contra la que Google no solo lucha activamente, sino que promueve además una iniciativa interna de la que hablamos hace tiempo, el Data Liberation Front, que se encarga de que los usuarios sigan manteniendo el control de sus datos en cualquier servicio de Google, y puedan disponer de procedimientos para exportarlos a formatos abiertos y llevárselos a otro sitio. Uniendo esto a la posibilidad existente en cualquier momento de consultar o eliminar los datos que Google almacena de cada usuario (vía la opción de Privacidad o la de Historial Web), el sentido de la política que Google está marcando en este sentido parece clara. El único momento en que Google ha puesto alguna dificultad, entendiendo como dificultad poco más que una advertencia o reproche ha sido a la hora de solicitar una exportación de los datos a Facebook, momento en que el procedimiento advierte al usuario en dos ocasiones si realmente está seguro de que quiere llevarse sus datos a una plataforma de la que no le van a dejar llevárselos

“Hold on a second, are you super sure you want to import your contact information for your friends into a service that won’t let you get it out?”

“I recognize that I won’t be able to export it back out.”

Pero más allá de lo que parece una manera de dejar bien clara una postura, poco más.

De acuerdo: en muchos servicios, las condiciones son así. Pero eso no debería llevarnos a dar por hecho que en un nuevo servicio también va a ser así con total seguridad: eso disminuye nuestro nivel de exigencia y la expresión de la demanda que deberíamos mantener para que las cosas fuesen de esa manera. En el caso de Google, se ve que han entendido que esa cuestión era uno de los temas candentes para su principal competidor, y han querido marcar claramente unas distancias que, por otro lado, no se han inventado para Google+, sino que ya estaban ahí anteriormente. Al César lo que es del César, y menos dar por sentado lo que nunca estuvo ahí.

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El Carmageddon y las aplicaciones móviles

Solo habiendo vivido en Los Angeles puedes entender de verdad lo que significa para la vida en esa ciudad cortar completamente al tráfico para su rehabilitación un tramo de diez millas de la I-405 entre la I-5 y la 101 durante todo un fin de semana, un total de cincuenta y tres horas. Una de las principales arterias de la ciudad, con una carga diaria de casi trescientos mil vehículos en dias de semana, que se eleva a casi medio millón durante los días del fin de semana. Los residentes de Los Angeles han bautizado ese fin de semana como Carmageddon, tomando el nombre de un videojuego especialmente violento creado en 1997. Durante los días 16 y 17 de julio se prevé que la ya habitualmente congestionada ciudad experimente los peores atascos de su historia, con miles de conductores atrapados durante horas.

Momento ideal, sin duda, para promocionar Waze, una aplicación móvil que proporciona un mapa interactivo con información de tráfico en tiempo real obtenida a través de los datos que envían sus más de 4.5 millones de usuarios: la posición y la velocidad se incorpora en tiempo real a un mapa interactivo simplemente llevándola activada, y esto permite contar con un muestreo activo extrapolable para obtener datos muy precisos. Lo cuenta con más detalle GigaOM, How mobile tech is being used to fight Carmageddon. Añade además la posibilidad de incorporar eventos como accidentes, radares de control de velocidad, etc. que puedan afectar a la circulación. No es la única aplicación de este tipo que existe, pero la forma de lanzarla me ha llamado la atención, y están en España. La probaré una temporada…

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