El sábado pasado, a cuenta del primer discurso oficial de un candidato a las elecciones generales, vivimos en Twitter uno de esos espectáculos lamentables en los que un partido político toca a rebato y convoca de manera organizada a sus fuerzas vivas para tomar Twitter por asalto. Algo que me temo que algunos partidos, y no hablo solamente de quien lo protagonizó el pasado sábado, pretenden convertir en norma en las próximas campañas electorales. Un uso de Twitter que podría calificarse de manipulación: de la misma manera que azuzar organizadamente a tus militantes para que entren a criticar a un foro determinado es manipular, el lanzar consignas en forma de hashtags para lograr auparlas a trending topic coincidiendo con un acto electoral concreto también lo es. Y lo es porque es, sencillamente, falso. Puede verse y reconocerse perfectamente, porque canta a la legua: personas que utilizan un hashtag más de veinticinco veces en pocas horas, la maquinaria del partido a todo rendimiento, tweets que parecen sacados de un panfleto… un uso de Twitter que revela claramente la mentalidad de quienes siguen pensando en la red no como en un vehículo de expresión de la ciudadanía, sino sencillamente como en un arma de propaganda.
La línea, por supuesto, es delicada. He participado en movimientos ciudadanos y he contribuido en muchas ocasiones a elevar a trending topic determinados mensajes, pero nunca he percibido una manipulación como tal, unas “órdenes de equipo” establecidas de manera específica y coordinada más allá de cierto sentido común. Los movimientos ciudadanos, al menos en los casos que yo he vivido, se distinguen por tener un importante componente de espontaneidad: personas que ven un mensaje con el que simpatizan, que quieren apoyar, y que espontáneamente se unen para incluirlo en sus actualizaciones. Nada que ver con el “toque a rebato” y la “movilización de fieles” que caracteriza el uso que los partidos políticos hacen de Twitter y que me comentaron que se vivió el pasado sábado. Cuando este tipo de cosas se manipulan, se nota: saben a manipulación, huelen a manipulación… son manipulación. Situar hashtags basándose en un cierto número de militantes convocados de manera no espontánea no convierte al partido que lo hace en más cool o en más moderno, lo convierte sencillamente en mentiroso y en manipulador.
El episodio, que comenta Gonzalo Toca en Expansión en un artículo titulado “Rubalcaba pierde la batalla 2.0. en Twitter tras su primer gran discurso” en el que además me cita, no es en absoluto privativo de ese partido: lo he visto hacer en otros partidos exactamente igual, con el mismo nivel de preparación, con la misma intención manipuladora, con la misma vocación de “hay que tomar Twitter por asalto” y de “vamos a parecer más y simular un clamor popular”. Si esta es la reacción de la política a los movimientos sociales que se expresan espontáneamente en la red, que dios nos coja confesados, porque lo vamos a ver tristemente repetido en demasiadas ocasiones. Más de lo mismo. Burdo. Absurdo. Manipulador. Propagandístico. Y tristemente demostrativo de cómo algunos entienden la web social.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
0 comentarios:
Publicar un comentario
ATENCIÓN: Google ha metido en Blogger un sistema antispam automático que clasifica como spam casi lo que le da la gana y que no se puede desactivar.
Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.