El caso de las escuchas ilegales del News of the World ha sido el detonante que ha puesto de manifiesto el desastre sucio, podrido y poco recomendable en que se ha convertido el imperio del último gran magnate de los medios unidireccionales, Rupert Murdoch.
Conocido por su ambición empresarial y agresividad en la adquisición y creación de medios de comunicación, Murdoch es considerado una de las personas más influyentes del mundo merced a una enorme cercanía con políticos norteamericanos, británicos y australianos. Es el perfecto representante de “el fin justifica los medios”, todo vale con tal de conseguir audiencia y de poder utilizarla de cara a favorecer una agenda política.
Para muchos, el mayor caso de prostitución de la información, de como poner la tarea de informar al servicio de unos intereses determinados. La auténtica reencarnación del ciudadano Kane. Para los políticos, tener a Murdoch de su lado era sinónimo de éxito, de promoción, de visibilidad. El propio Murdoch estaba convencido de ser capaz de decidir con el apoyo de sus medios quién podría salir elegido y quién no: casos como los de John McEwen o Gough Whitlam en Australia, o los de John Major, Tony Blair o David Cameron en el Reino Unido muestran hasta qué punto podía atribuírsele un elevado grado de influencia sobre la agenda política.
Rupert Murdoch es considerado el rey de los medios unidireccionales, los que “fabrican” la información para influir sobre una audiencia pasiva. Sensacionalismo, dirigismo, exageración, versiones parciales y medios ilegales de obtención de información, reunidos en un cóctel explosivo. Su incursión en el mundo de las redes sociales con la adquisición de MySpace en el año 2005 por $580 millones con la intención de derivar tráfico a sus medios unidireccionales supuso un fracaso miserable, que culminó con la venta de MySpace en 2011 por $35 millones: intentar gestionar un medio intrínsecamente bidireccional con la visión trasnochada de medio unidireccional había conseguido convertir una exitosa red de uso general en otra de interés únicamente vertical, vinculada a la producción y el consumo de música.
Rupert Murdoch nunca entendió internet. En su mentalidad, los usuarios son lectores, espectadores, seres pasivos e influenciables limitados al consumo de la información que sus medios fabrican. Se les atrae con sensacionalismo, se les influye con versiones parciales que ofrecen solo una cara de la verdad. Si lo he visto en televisión, si lo he leído en la prensa, debe ser verdad. Subjetividad y obtención de información mediante todo tipo de medios, legales o ilegales. El escándalo de las escuchas de News of the World es solo la punta de un iceberg que revela toda una filosofía, una manera de hacer las cosas, un deleznable “todo vale”. Sus excusas, un simple intento de parecer lo que no es. Bajo la excusa de “una prensa libre y abierta como fuerza positiva en la sociedad”, se esconde en realidad un turbio manipulador político, el resumen de lo que los medios nunca deberían ser.
La caída de Rupert Murdoch es un aviso para aquellos empresarios de medios de comunicación que lo pudiesen tener como ejemplo de algo. Es la caída de un modelo comunicativo unidireccional que cada vez tiene menos vigencia. El futuro de los medios será social y bidireccional, o no será.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.