30 junio 2009

El valor de la información: el caso Rohde

rohdeDavid S. Rohde es un prestigioso periodista del New York Times, ganador de dos Premios Pulitzer en 1996 y 2008. El 10 de Noviembre del año pasado, mientras cubría noticias en Afganistán, fue secuestrado por los talibán, que demandaron el pago de un rescate. Sin embargo, las noticias sobre este tema no se han difundido hasta ahora, y no por una cuestión de exceso de información en una época de conflictos que genera más noticias de este tipo de las que somos capaces de digerir, sino por una cuestión diferente: el New York Times consiguió, durante todos estos meses, mantener en silencio a todas las agencias informativas e incluso a la Wikipedia acerca del tema. ¿La razón? Evitar un incremento del valor del secuestrado a los ojos de sus captores.

En este tipo de operaciones, el rescate pedido por los captores y el cuidado ejercido en su custodia es proporcional al valor que asignan a la víctima. Un secuestrado intensamente mediático, que desencadene campañas para su liberación o abundantes flujos de noticias no solo vale más, sino que genera una atención mayor hacia la causa. Ello redunda en una custodia obviamente más cuidadosa ante previsibles intentos de localización y liberación, y en un precio demandado más elevado. En este caso, el radical silencio mediático solicitado por el New York Times y respetado por todas las agencias de prensa redundó en una custodia mucho más laxa, y en que hace unos días, David Rhode lograse escapar de su cautiverio saltando una valla junto con el periodista afgano que le acompañaba.

Según el New York Times, Keeping news of kidnapping off Wikipedia, lo más complicado fue mantener en silencio no a las agencias de noticias internacionales, sino a la Wikipedia. Mientras silenciar a una agencia determinada llevó poco más que una llamada de teléfono de editor a editor explicando el tema y pidiendo colaboración, silenciar el sitio en el que todos podemos ser editores resultó bastante más complejo. Trabajando en colaboración con la Wikimedia Foundation y con el propio Jimmy Wales, se encargaron de eliminar las menciones al secuestro, que empezaron tan solo tres días después del mismo, como muestra la página de revisiones del correspondiente artículo de Wikipedia. Inmediatamente, los editores de la enciclopedia eliminaron las menciones al secuestro, que reaparecieron hasta cuatro veces durante cuatro horas hasta que la página fue bloqueada temporalmente durante tres días. Ante la persistencia del tema, la página fue bloqueada de nuevo el 16 de Noviembre, esta vez durante dos semanas. Según Wales, se optó por un esquema de bloqueo no sistemático e intermitente, con el fin de evitar especulaciones que habrían alimentado la aparición de teorías en otros sitios. A lo largo de los siete meses de secuestro de Rohde y de secuestro informativo en Wikipedia, la página se intentó actualizar en numerosas ocasiones, dando lugar a una interacción constante entre editores y administradores en el que, para más complicación, no se podía contactar con algunos editores porque tenían cuentas con seudónimo. Cuando el pasado sábado se anunció la liberación de Rohde, la página fue finalmente desbloqueada.

El suceso expone algunos temas de muchísimo interés: en primer lugar, que es preciso en ocasiones un cierto nivel de control, en este caso autocontrol. La unica manera de llevar a cabo este bloqueo de una manera adecuada era hacerlo con muchísima discreción, sin levantar alarmas, con intervenciones que no provocasen que los editores se diesen cuenta de que había algo más detrás de las correcciones y saliesen a levantar la liebre en otro sitio. Obviamente, este bloqueo va completamente en contra de las normas y funcionamiento de Wikipedia, pero ¿significa la aceptación del mismo la muerte de la enciclopedia colaborativa? No, significa simplemente sentido común y madurez. En ningún caso podemos esperar que una masa de gente anónima actúe ni con sentido común ni con madurez. Únicamente podemos intentar que, puestas las herramientas y controles adecuados, se desprenda de dichos grupos esa wisdom of crowds a la que se refiere Surowiecki. Las hipotéticas consecuencias, en este caso, de una total apertura informativa habrían redundado, seguramente, en un resultado final mucho peor, a cambio de beneficios más bien escasos o nulos. Pero este tipo de pensamiento a medio/largo plazo no se da en las multitudes, las multitudes son válidas para otras cosas. El caso Rohde nos enseña mucho sobre el funcionamiento de las arquitecturas de información que nos rodean hoy en día, y nos trae muchos matices interesantes para aplicar donde algunos torpemente pretenden que existan verdades absolutas.

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29 junio 2009

Presentado ?Revolución LinkedIn?, de Juanma Roca

Revolución LinkedInEsta reseña en ABC, “Si no estás en LinkedIn no existes“, me recuerda que ya se ha presentado el libro “Revolución LinkedIn“, de Juanma Roca, que me gustó un montón cuando lo leí en su momento y para el que Juanma me pidió que escribiese el prólogo. La editorial Paidós ha puesto en pdf en abierto el primer capítulo del libro, “Orwell, Huxley y Cela se conectan: el mundo feliz de una colmena llamada Gran Hermano“, y me autoriza también a publicar el prólogo (pdf) del mismo, cuyo texto reproduzco a continuación:

PRÓLOGO

El fenómeno de las redes sociales constituye un mundo en sí mismo. No tanto por su concepto, tan simple como llevarnos a un fichero en Internet el mapa de relaciones sociales que teníamos previamente repartido entre la cabeza, el teléfono móvil y una pléyade de tarjetas barajadas con los papeles de la mesa de trabajo, como por las implicaciones del mismo. Explorar las redes sociales sitúa al investigador ante un sinfín de compromisos, de opciones, de beneficios potenciales y de problemas que le llevan en muy poco tiempo a darse cuenta de que, en realidad, con su uso, estamos redefiniendo muchas cuestiones, algunas tan antiguas como el hombre.

Tras un paso tan simple como rellenar un perfil, las redes sociales nos llevan a un terreno en el que la mayoría de las cosas no son tan sencillas como parecen. Cualquier decisión, empezando por el tipo de red al que uno se une - uno no busca pareja en una red social profesional, de la misma manera que no trata de encontrar trabajo en una red de contactos sentimentales - tiene implicaciones inmediatas y futuras. La mecánica de las redes sociales incluye aspectos que van desde lo cultural a lo personal, pasando por temas como el protocolo, la privacidad, la educación o el más puro sentido común, muchas veces el menos común de los sentidos.

El tipo de red social que uno escoge define en gran medida lo que podrá encontrar en ella. Hay redes horizontales, de tipo generalista, que no definen su propósito: Facebook, Bebo, Friendster y muchas otras, por ejemplo, caen en este perfil. El usuario suele ser atraído a ellas por la invitación de un amigo o persona de confianza, posiblemente alguien a quien por alguna razón no se siente cómodo ofreciéndole una negativa, o a quien supone un criterio adecuado para decidir sobre este tipo de herramientas. A partir de ahí, los comportamientos pueden oscilar entre activos - búsqueda de contactos en la red con los que llenar esa especie de horror vacui que surge al principio ante un casillero poco poblado - y pasivos - esperar la llegada de otras invitaciones, con variables de todo tipo que lo moderan. Las propias redes sociales manejan la variable "número de contactos" de un modo algo simplista: tienden a pensar que un usuario con más contactos es un usuario más fiel o más vinculado, y ofrecen todo tipo de mecanismos para el establecimiento de relaciones, algunos de ellos rayanos en el spam. Cuando te das cuenta, como en el caso de Hi5 (única red social que goza del "privilegio" de un filtro automático en mi bandeja de entrada que traslada todos sus correos a la carpeta de correo no deseado) de que varios amigos tuyos cuyas habilidades en Internet conoces han “picado” en la casilla inadecuada y han enviado correos masivos a todas aquellas personas con las que alguna vez en su vida cruzaron un correo electrónico pidiéndoles que se unan a su red de contactos, deduces que hay algo terriblemente equivocado en el agresivo esquema que dicha red utiliza para popularizarse. Pero más allá de la mala práctica en cuestión, cabe plantearse el porqué de ese esquema o de otros similares, como las herramientas de búsqueda de afinidad que recomiendan personas en función de intereses comunes u otros factores: en muchos casos, las personas entran en una red no para reflejar en ella el mapa social que poseen fuera de ella, sino para construirse uno (el ejemplo más evidente es el de las redes de contactos, como Match.com o Meetic, pero se extiende también a redes con otros propósitos, o a redes generalistas).

Otras redes intentan recrear en la red aspectos más concretos, intereses verticales. El caso que nos ocupa en el libro, LinkedIn, es especialmente interesante, porque ha logrado mantener un crecimiento muy fuerte pero combinándolo con una calidad media de los contactos muy elevada: uno, en su LinkedIn, no da de alta a cualquiera. Salvo casos relativamente excepcionales dotados de relaciones inherentemente asimétricas, como nos ocurre a los profesores, los usuarios se vuelven muy selectivos en esta red, y procuran añadir únicamente a personas de las que sienten que pueden decir algo si son preguntados por otra persona. La especial pujanza de LinkedIn en algunos mercados empieza a provocar un fenómeno curioso: ante una búsqueda de un profesional específico, el hecho de no encontrar un perfil suyo en LinkedIn pasa a despertar recelos, a que el potencial ofertante de empleo se plantee si realmente quiere incorporar a alguien de quien intuye un escaso nivel de manejo de tecnologías. En otros casos, el fenómeno ocurre exactamente al revés: hay analistas que opinan que LinkedIn no es un lugar al que ir a buscar determinados puestos de nivel de responsabilidad escaso, o que perfiles muy altos deben intentar mantener un cierto “halo de exclusividad” manteniéndose alejados de la red. Sin embargo, parece evidente que el nivel de éxito y crecimiento de la red social previene prácticamente cualquier discusión acerca de su funcionamiento: el ostracismo parece cada día una opción menos recomendable.

Las redes sociales están viviendo un momento dulce: en muy poco tiempo, pasaron de despertar todo tipo de dudas, a convertirse en las vedettes de la fiesta, las parejas con las que todos querían bailar. La adquisición de MySpace por News Corp. en Julio de 2005 por 770 millones de dólares en cash llevaba a muchos a plantearse si Rupert Murdoch había sufrido algún tipo de ataque de demencia senil. El pago suponía en aquel momento una valoración de treinta dólares por usuario, y llegaba con la red social en pleno apogeo: en Diciembre de ese mismo año, el afamado Business Week tituló su portada con un rotundo “The MySpace Generation": una generación de jóvenes que, prácticamente, vivían en la red. Cuando, en Abril de 2006, Facebook levantó sin demasiada dificultad 25 millones de dólares de varios inversores para financiar su desarrollo, o cuando en Marzo de 2008 AOL adquirió la red social Bebo por 850 millones de dólares, Murdoch ya había recuperado su reputación de visionario: las evidencias de generación de valor de MySpace para News.com eran ya absolutamente palmarias en función de la evolución de la red durante los dos años anteriores. Entre tanto, en Octubre de 2007, una oferta de Microsoft de $240 millones a cambio de un minúsculo 1.6% de Facebook valoraba ésta de manera efectiva en nada menos que quince mil millones de dólares, y disparaba todas las alarmas y comparaciones con la pasada burbuja puntocom. Obviamente, la operación de Microsoft era puntual, buscaba únicamente asegurarse el contrato de gestión de la publicidad de Facebook, y no podía en modo alguno extrapolarse a una compra completa, pero reflejaba una cuestión fundamental: las redes sociales estaban aquí para quedarse, y se habían consolidado como una parte fundamental de Internet. Lo que Microsoft compraba en realidad no era ni más ni menos que inventario, páginas vistas, además de la oportunidad de privar de ese mismo bien al que ya se había convertido en su competidor más temible: Google.

Sin embargo, el fortísimo crecimiento de las redes sociales no oculta un panorama de luces y sombras en algunos de sus aspectos: el desarrollo de los protocolos de uso o la rentabilidad de este tipo de iniciativas permanecen todavía en el entredicho. La cuestión de la rentabilidad resulta especialmente provocativa: hasta el momento, las redes sociales no han tenido demasiados problemas a la hora de levantar capital en el mercado, pero los contratos publicitarios de Google y Microsoft respectivamente con MySpace y Facebook no han logrado alcanzar el límite inferior de ingresos previstos, y se limitan a ofrecer publicidad de relleno, de baja calidad. La experiencia parece demostrar que si bien las redes sociales son grandes generadoras de páginas vistas, los usuarios entran en ellas en el llamado “modo social”, no en “modo comercial”, y por tanto permanecen sumamente refractarios a los mensajes publicitarios en ellas. Por el momento, las únicas iniciativas dignas de interés en este sentido han sido las de redes que han optado por un tipo de publicidad hipersegmentada y con características más próximas a la promoción, que sí obtienen métricas de respuesta interesantes y que demuestran que es precisa mucha más innovación a la hora de hacer viables económicamente este tipo de servicios.

El otro aspecto sociológicamente interesante es el de los protocolos de uso. En una red social de propósito general, por ejemplo, aparecen comportamientos que segregan, por ejemplo, a jóvenes y mayores: mientras los primeros tienden a aceptar únicamente a personas que conforman su red social “real” o de fuera de la red, los segundos manifiestan esquemas más afectados por otras circunstancias, o incluso manifestando características diferentes en función del género. El progresivo volcado de un porcentaje mayor de la vida de las personas hacia las redes sociales comienza a producir fenómenos extraños: ¿qué hacer, por ejemplo, cuando el entorno personal y el profesional confluyen? ¿Cómo explicar a una persona de tu entorno de trabajo que pretendes reservar la red social a aspectos de tu vida personal? En las redes profesionales como LinkedIn, este tipo de problemas son, si cabe, más preocupantes: cada día más, encontramos departamentos de Recursos Humanos, por ejemplo, haciendo una suerte de “uso inverso” de las redes: intentando detectar qué empleados actualizan su perfil con asiduidad o piden recomendaciones, tratando de deducir de ello algún indicador de tendencia a la rotación o de fidelidad a la empresa. Personas que abusan de la confianza enviando un nivel de correo excesivo y convirtiéndose en auténticos spammers, usuarios que no responden a contactos o notificaciones, comportamientos demasiado “utilitaristas”, gestión de la movilidad profesional… con las redes sociales, como con cualquier otra herramienta tecnológica, estamos desarrollando y solidificando los protocolos de uso mucho tiempo después de haber comenzado a utilizarlas. Y es en ese contexto de exploración, en ese “aprender a la vez que caminamos”, donde el libro que Juanma Roca pone en nuestras manos cobra su verdadero valor.

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Cómo ser un líder digital, en El País

Cristina Delgado me pidió mi opinión acerca de la formación, aptitudes y actitudes necesarias para trabajar en los llamados “negocios digitales”, y me cita varias veces en este artículo, “Cómo ser un líder digital: nuevos másteres enseñan en España a dirigir negocios online“, en el que intervienen también Javier Rodríguez Zapatero, Carlos Delgado y Álvaro Ordóñez.

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28 junio 2009

Activismo y redes sociales: efectos directos e indirectos

twitteriranInteresante y pragmático artículo de Business Week, Iran’s Twitter Revolution? Maybe Not Yet, en el que se intenta dar una justa medida de la implicación de los medios sociales en la llamada “revolución verde” de los seguidores del candidato Mousavi: si bien resulta hasta casi romántico imaginarse a los activistas tirando piedras e incendiando barricadas mientras twittean y suben a la red fotografías y noticias de sus andanzas co sus teléfonos móviles, la realidad es que muy pocos usuarios de estas redes están haciendo uso de ellas desde dentro del país, y que el verdadero núcleo de la revolución se coordina y organiza mediante herramientas convencionales: teléfonos, SMS o simple transmisión de boca en boca. Si la insurgencia iraní tuviese que contar únicamente con los usuarios de Twitter para salir a la calle, el resultado no serían las enormes marchas de apoyo que cubren avenidas enteras, sino más bien un grupo pequeño.

A pesar de que el candidato Mousavi hizo un importante uso de medios sociales en su campaña (fundamentalmente como recurso al encontrarse cerrado el acceso a los medios tradicionales de comunicación), el bloqueo y vigilancia al que el régimen iraní está sometiendo a la red hace que, en realidad, la inmensa mayoría del apoyo que se percibe en redes como Facebook o Twitter provenga del exterior del país, bien de expatriados o de simpatizantes. Como bien comenta Ethan Zuckerman en el articulo, las redes sociales tienen muy poco que ver con lo que ocurre a pie de calle dentro del país, aunque sí tienen un muy importante valor a la hora de esparcir las noticias y lograr seguimiento y apoyo fuera del mismo, sobre todo en una situación en la que la prensa internacional encuentra dificultades para informar. De la totalidad de entradas en Twitter referentes a la revolución iraní, la inmensa mayoría son retweets de personas no relacionadas directamente con ella, lo que proporciona una indudable capacidad de amplificación del fenómeno. Por otro lado, la interpretación directa de lo que se recibe a través de los medios sociales no deja de ser relativamente peligrosa en este caso: no se trata de que el país entero apoye a Moussavi ni de que Ahmadinejad no tenga seguidores, sino de que los seguidores de éste último no tienen smartphones, no hablan inglés y no usan Internet.

Las conclusiones son evidentes: los medios sociales pueden adquirir una gran importancia en un proceso de insurgencia y pueden ser muy necesarios para difundir los hechos y suscitar apoyo internacional, pero en realidad, eso puede obtenerse con un número muy bajo de usuarios activos, dispuestos a arriesgarse para saltarse los bloqueos que se intenten imponer. El hecho de que herramientas como Twitter tengan a su alrededor un vasto ecosistema de aplicaciones de terceras partes y medios de acceso a la red de todo tipo dificulta indudablemente los intentos de bloqueo y proporciona un arma potente a los insurgentes que cualquier régimen encontrará mucho más difícil bloquear. Pero de ahí a una “revolución Twitter”, va un largo trecho: en la calle, una revolución sigue siendo una revolución, y Twitter sigue siendo Twitter. Las revoluciones se siguen organizando como toda la vida, logrando poner de acuerdo el apoyo de un montón de personas a una causa común. Personas de las cuales un porcentaje muy escaso usa Twitter o siquiera sabe lo que es.

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27 junio 2009

Google, ese vampiro digital

larry-and-sergey-with-fangsLes Hinton, CEO de Dow Jones, se despachó a gusto en una conferencia de PWC calificando a Google de “vampiro digital que chupa la sangre del negocio de los periódicos”. Según el directivo de la editora del WSJ, los periódicos, al ofrecer sus contenidos gratis en la web, ofrecieron a Google el sitio perfecto para hincar sus colmillos, una situación que va a cambiar en breve…

Es, una vez más, la cantinela de aquel que es incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos: echar la culpa de tu caída a aquello que contribuyó a cambiar el panorama. En este caso, pocas dudas hay de que la responsabilidad de haber construido una plataforma en la que la información se mueve con muy escasas barreras corresponde en cierta medida a Google: antes de Google, los monopolios de la información estaban rígidamente repartidos, nada se movía de su sitio, y la vida era sencilla. Después de Google, las cosas son diferentes, y para ellos, pintan peor. Seguramente, los editores de periódicos desearían volver a un mundo sin Internet y sin Google, pero esto, qué le vamos a hacer, “no puede ser y además es imposible”. El aplastante éxito de Google lo convierte en un “gran disruptor”, le otorga una posición central, y democratiza el juego hasta tal punto, que a aquellos que antes disfrutaban de privilegios basados en la asimetría, les cuesta encontrar su sitio: si no quieres jugar con sus reglas, quédate fuera, pero acepta las consecuencias de haber elegido la exclusión.

Nada nos obliga a imaginar un futuro sin periódicos ni periodistas. Pero éstos, como ocurre con todos los negocios, deben aprender a adaptarse al medio que los rodea, en el que desarrollan su actividad. Google, en este caso, es una de las fuerzas que han sido capaces de redefinir determinadas características de dicho medio, y se aprovechará de ellas tanto como los sistemas de regulación de la economía  - las autoridades anti-monopolio - le permitan hacerlo. Si el sistema de control está bien planteado, que no siempre ha sido así, Google podrá aprovecharse de ser una de las fuerzas que han contribuído a redefinir el ecosistema hasta que su efecto se convierta en un freno a la innovación y en un obstáculo a la competencia: se le deberá pedir responsabilidades mirando hacia el futuro, no mirando hacia el pasado. Eres responsable de la innovación y progreso que puedes prevenir, pero no de aquello que estaba antes que tú y no supo adaptarse a las nuevas reglas. Como comenté en la charla de LaRedInnova, el organismo puede intentar adaptarse, pero es absurdo que intente cambiar el funcionamiento del entorno. El entorno es terco y no cambia, ni con tonterías como la iniciativa holandesa.

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26 junio 2009

Parásitos de la red, en la columna de Expansión

Mi columna de Expansión de esta semana se titula “Parásitos de la red“, y traza un paralelismo entre el cobro del canon, el del 0.9% que se pretende cobrar a las empresas de telecomunicaciones para financiar la televisión pública, y ese cargo extra por cada billete vendido a través de Internet que las aerolíneas han anunciado que van a cobrar en Colombia para sostener a las agencias de viajes (gracias, Javier). Decididamente, pretender utilizar los rendimientos obtenidos por las nuevas formas de hacer las cosas para seguir financiando las viejas formas de hacer las cosas no parece una idea demasiado inteligente o sostenible.

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25 junio 2009

Nuevos formatos para la organización de eventos

badgesHacía tiempo que quería escribir una entrada acerca de cómo los cambios en el entorno tecnológico están afectando a la organización de eventos y conferencias. Por un lado, porque es algo que forma parte de las actividades habituales de la empresa en la que trabajo, IE Business School, y por otro, porque he tenido oportunidad de vivir de cerca la organización de muchos eventos de todo tipo, tamaño y condición desde muy diferentes puntos de vista: como asistente, como ponente, como patrocinador y como organizador. Y en tercer lugar, porque veo muchos cambios interesantes en la manera en la que estos eventos en vivo son planteados hoy en día, cambios que pueden redundar en una optimización de los mismos desde la perspectiva de todos los implicados.

Por supuesto, no pretendo escribir ningún tratado de organización de eventos, que para eso existen sesudos especialistas, ni tampoco referirme a todo tipo de eventos. Los comentarios que siguen se refieren, fundamentalmente, a mi experiencia en el tipo de eventos a los que suelo acudir, centrados en temas relacionados con la tecnología y su impacto. Sin embargo, creo que muchas de las tendencias que voy a comentar se van a ir incorporando, con el tiempo y la difusión tecnológica, a eventos de otras temáticas.

Resulta interesante plantearse cuáles son, en plena “era de la hiperconexión permanente”, las razones para organizar un evento en vivo o para acudir a uno. En la mayor parte de los casos, las razones de los asistentes se relacionan con el denominado networking: intercambio de conversaciones con ponentes o asistentes, en un entorno directo y más allá de lo que la relación virtual ya permite. Obviamente, también existen razones relacionadas con el contenido, o con necesidades como reconocimiento, identidad o pertenencia. Para el organizador, las razones van desde la puramente económica hasta la de la trascendencia o repercusión, cuestiones que pueden además vincularse entre sí de diversas maneras: la inclinación a pagar de asistentes y patrocinadores puede depender en gran medida de la trascendencia del evento, no solo de la calidad del contenido.

Pasemos a evaluar factores implicados sobre todo aquellos que han pasado de no existir o ser puramente anecdóticos a ser hoy en día cruciales en el éxito del evento:

  • WiFi: fundamental, y sin embargo, uno de los temas donde habitualmente se pone menos atención por parte de la organización en eventos de tipo “clásico”. La red debe estar disponible, abierta, ser de acceso cómodo y, sobre todo, estar bien dimensionada. Se trata de la primera norma de hospitalidad en cualquier evento: el asistente quiere estar presente en él, pero eso ya no incluye desconectar completamente de todo. La WiFi permite, además, el desarrollo de otras actividades que redundan en el éxito del evento, como el live-blogging, la subida de fotos, o el uso de Twitter, que extienden el ámbito del evento más allá del lugar de realización del mismo.
  • Diseño de asiento que permita, al menos en determinadas zonas, el uso de un portátil de manera cómoda. Eso incluye, lógicamente, la disponibilidad de enchufes de corriente eléctrica en número suficiente distribuidos en la sala.
  • Videocasting: de nuevo, si el evento pretende puntuar alto en relevancia, es preciso tener en cuenta que hoy en día, las conferencias no solo se producen en la sala en la que físicamente tienen lugar. En algunos eventos en los que he participado recientemente, había más personas en el streaming que en la sala, y esas personas podían, además interactuar con los ponentes y con la sala a través de diversas herramientas. Por supuesto, esto puede impactar el modelo de negocio y requiere un planteamiento del tema que tenga sentido, pero en muchas conferencias puede llegar a ser una pieza fundamental. El videocasting debe contar con una cámara con operador, que pueda enfocar a quien está exponiendo y a quien hace preguntas desde el público, y con un ancho de banda suficiente como para acomodar a un número previsto de seguidores.
  • Backchannel: una de las innovaciones sin duda más importantes del nuevo formato, una pantalla lateral que expone todo aquello que los participantes quieran decir, bien sean participantes en la sala o en remoto a través del videocasting. Existen muchas maneras de hacerlo, pero la más habitual está siendo últimamente Twitter: se establece un hashtag para el evento (una etiqueta que no tenga muchas apariciones en buscadores, como por ejemplo el acrónimo del evento seguido del año de celebración, o alguna variación de los mismos que sea lo más inequívoca e intuitiva posible) que se publica en lugares visibles de la sala y en la web del evento, “si quieres escribir sobre el evento, subir fotos o participar en el backchannel, utiliza la etiqueta “ABCD09″, o “si quieres participar, dirige tus actualizaciones a @ABCD”. A mí este segundo método me parece algo más “seguro”, porque permite en cierta medida excluir a personas que incluyan comentarios molestos o considerados incorrectos, pero en cualquier caso, es importante asumir que la organización entiende que el backchannel no funciona enteramente bajo su responsabilidad, y que en ocasiones pueden darse en él situaciones momentáneamente incómodas. Cuando funciona correctamente, en el backchannel se dan interacciones interesantísimas con ponentes y moderadores: conferenciantes que detienen su secuencia para contestar a preguntas o hacer algún comentario gracioso, aplausos o murmullos de la sala, etc., dotando al evento de un componente bidireccional mucho mayor.
  • Badges o identificadores: como bien comentaba Matt Cutts, los badges deben ser grandes, con el nombre en un tipo de letra mínimo de 7o e impresos por las dos caras. El logotipo y titulo de la conferencia en pequeño (ya sabemos donde estamos y no es el momento de hacer publicidad), y el papel de la persona (asistente, ponente, organizacion, etc.) en pequeñito y con un código de colores. Si la parte social de los eventos toma un papel central, hay que facilitarla: cuando veas venir a una persona hacia ti, tienes que poder ver su nombre con un gesto discreto y sin dejarte los ojos en el empeño.
  • Zona social: en una zona paralela, una sala con posibilidad de picar algo - gratis o no - y con algunas mesas y/o sofás para que los invitados puedan sentarse a hablar, mantener una reunión, etc. Preferentemente, una pantalla debería dar la posibilidad de ver o escuchar lo que está ocurriendo en el salón principal, para tenerlo como referencia o para dar la posibilidad de seguirlo desde allí.
  • Facilidades para los ponentes: no hay cosa más patética que acudir a un evento para ver a un ponente, y que éste se encuentre con que las cosas no funcionan como él quería. La organización debe poder acomodar todos los requerimientos de los ponentes: uso de su ordenador personal o del de la organización, PC o Mac, tipo de micrófono, ratón inalámbrico, disposición del escenario dentro de lo razonable, etc. Es preferible intercalar diez minutos de pausa para acondicionar el escenario que tener un ponente incómodo, que no esté acostumbrado a exponer de una manera determinada. La coordinación con los ponentes antes del evento es fundamental. Si el ponente es la parte fundamental del evento, debe recibir la atención adecuada: tener un único interlocutor, que éste esté presente para solucionar problemas de última hora, planes de contingencia, etc.
  • Actitud de los participantes activos: todo el montaje puede no servir de nada, si la actitud de quienes marcan la pauta desde el escenario no es la adecuada. Desde el primer momento - de hecho, la primera impresión resulta especialmente importante - lo que venga desde el escenario debe estar cuidadosamente planificado para proporcionar una invitación a la bidireccionalidad: los ponentes deben reservar su tiempo para preguntas, o incluso asumirlas durante la charla si lo desean. Las mesas redondas no deben ser sucesiones de presentaciones de cada participante, sino verdaderas mesas redondas. Los moderadores adquieren un papel fundamental, porque se los selecciona no por quienes son, sino por lo bien que estén dispuestos a moderar: buenas preguntas, bien preparadas, sensibles al contexto, con la corrección adecuada pero la dureza necesaria, y con la actitud de querer recoger participación del público, pero cortar lo que no lo sea.

Seguramente se me olviden temas, y estaré encantado de escucharlos. Pero creo que como comienzo, no está mal, y proporciona una cierta idea de cómo la tecnología está cambiando la manera en la que hacemos las cosas, en este caso, en los eventos en vivo. Si cada vez más eventos tienen este tipo de características, creo sinceramente que funcionarán mucho mejor y serán además más provechosos para todos los implicados: asistentes, organizadores, ponentes y patrocinadores.

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24 junio 2009

Historias absurdas: la eliminación de la publicidad de TVE

tveDos artículos interesante de sendos compañeros de piso en IE Business School me alertan de que, a pesar de tener una opinión al respecto, no había escrito nada sobre la decisión de eliminar la publicidad en TVE y financiar la misma mediante una tasa a los operadores de telecomunicaciones. Los artículos son “¿Se debería privatizar Televisión Española (TVE)?“, publicado por Rafael Pampillón en el Economy Weblog del IE, y “Privatizar la televisión pública“, de Víctor Torre de Silva, publicado en Expansión.

Ambos artículos aportan matices interesantes. Por un lado, los motivos para mantener televisiones públicas, tanto en el ámbito estatal como autonómico, son evidentes: el ánimo de contar con un instrumento para influir de modo directo en la opinión publica, y paticularmente en el voto de los ciudadanos. Por tanto, se están priorizando intereses de este tipo ante las que deberían ser las verdaderas motivaciones para mantener una televisión pública: ofrecer contenidos que, por su naturaleza, tenderían a tener una cobertura menor en las televisiones privadas. De ahí que nos encontremos con que la televisión pública, en realidad, se dedica a competir con las privadas por las audiencias siguiendo modelos similares , algo que éstas consideran competencia desleal. Este tipo de orientación en la televisión pública se da únicamente para favorecer el que tenga una gran audiencia, dado que solo en este caso sirve a los intereses de influencia sobre la opinión: si la televisión pública fuese minoritaria y orientada a aquello que las privadas no suelen recoger en su programación (cultura, teatro, documentales, etc.), su capacidad de influencia sería indudablemente muy escasa, como podemos comprobar en el caso de La 2. Defender, por tanto, la existencia de una televisión pública que desarrolla contenidos prácticamente idénticos a los de las privadas resulta conceptualmente muy difícil, ante lo cual la solución evidente es la privatización.

Por otro lado, la solución de obligar a las operadoras de telecomunicaciones a financiar una parte de lo que cuesta la televisión pública: un engendro absolutamente absurdo, que viola las más elementales leyes del mercado, contra el que la CMT emitió un dictamen en contra que ha sido ignorado, y que esconde un eufemismo ya revelado por las propias operadoras: en realidad, éstas repercutirán de manera íntegra la tasa del 0.9% en sus facturas a sus clientes (y lo harán, además, en color rojo para que no pase desapercibido), de manera que quienes realmente pagaremos la factura seremos, en realidad, los ciudadanos. Para las empresas de telecomunicaciones, el tema resulta completamente esperpéntico, porque no tienen absolutamente nada que ver con él: en nada les afecta que TVE tenga o no publicidad, y el hecho de destinar una parte de sus ingresos a mantenerla resulta completamente injustificable. Que un gobierno pretenda que sean los ciudadanos los que sostengan de manera directa el canal que éste emplea para manipular su opinión no deja de ser un alambique inexplicable: ¿qué hemos hecho los ciudadanos para que caiga sobre nuestras facturas de telecomunicaciones la responsabilidad de financiar TVE? ¿Es una manera de castigarnos porque cada vez nos conectamos más a Internet e lugar de ser pacíficos couch potatoes más fáciles de manipular?

Mal hace este gobierno en seguir el ejemplo francés. En Francia, las empresas de telecomunicaciones no solo se han negado a pagar, sino que han denunciado el intento de extorsión ante los tribunales europeos. El Estado debe renunciar a la manipulación informativa. Ni televisión pública, ni manejo turbio de la publicidad institucional, ni capciosas ayudas económicas con el fin de controlar el mensaje. Ese tipo de iniciativas de control informativo, que funcionaron en el siglo pasado y que algunos gobiernos pretenden seguir utilizando, resultan tan zafias y obvias en la sociedad actual que provocan verdadero rechazo. Dejémonos de historias alambicadas y absurdas: si se quiere financiar con impuestos un canal público de verdad, orientado a recoger lo que no tiene cabida en las privadas, adelante. Pero financiar con un impuesto indirecto recaudado por las empresas de telecomunicaciones una televisión más, con una oferta de programación similar a las muchas que hay en el ámbito privado, y destinada a la manipulación informativa al servicio del gobierno de turno… no gracias.

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Artículo en Vincles: l?empresa enxarxada

En la revista Vincles, de la Cambra de Comerç de Barcelona, me publican este artículo en catalán, L’empresa enxarxada. El original en castellano y sin maquetar puede leerse aquí.

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23 junio 2009

Reportaje en Tempos Dixital: ?As cadeas do copyright?

Belén Puñal publica un reportaje en Tempos Dixital, titulado As cadeas do copyright, para el que mantuvo una larga conversación telefónica conmigo. Aparecen también citados Carlos Sánchez Almeida, Víctor Domingo y Joan Navarro. Está en gallego, y la traducción al castellano en Google resulta prácticamente ilegible (resulta llamativo que siendo el gallego aparentemente más parecido al castellano que el catalán, las traducciones de Google desde el catalán queden casi perfectas, y en cambio las del gallego ofrezcan un resultado tan lamentable…)

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La verdad sobre la vida de las baterías

batteryAMD ha decidido tirar de la manta, y ha revelado los escandalosos criterios del test MobileMark 2007 notebook battery-life benchmark (MM07) con los que el consorcio BAPCo reporta la duración de las baterías de los portátiles: pantallas con la intensidad rebajada hasta el 20%-30% de brillo, la WiFi apagada y el procesador corriendo a un 7,5% de su capacidad. Las revelaciones de AMD, miembro del consorcio junto con Apple, ARCintuition, Atheros, CNET, Compal Electronics, Dell, HP, Intel, Lenovo, Microsoft, nVIDIA, Samsung, SanDisk, Seagate, Sony, Toshiba, VIA Technologies, VNU, ZDNet y Ziff Davis; llegan en un momento en el que los mensajes publicitarios de algunos fabricantes empezaban ya a rayar el absurdo, con afirmaciones de siete y ocho horas de duración de batería que ningún usuario era razonablemente capaz de obtener.

En estas condiciones, diseñadas a medida, según AMD, para hacer que los chips diseñados por Intel obtuviesen valores más elevados, la expectativa razonable de duración de batería que un usuario medio debe esperar obtener de su máquina está en torno al 50%, algo que indudablemente podría ser calificado como publicidad engañosa. Un artículo de Newsweek Hurry up and type: why your laptop runs out of juice so fast, compara la metodología con lo que supondría “medir el consumo de los coches echándolos a rodar cuesta abajo con el motor en punto muerto”, algo completamente irreal y a todas luces absurdo desde un punto de vista práctico.

La propuesta de AMD es la de establecer un sistema basado en dos modos de uso, como se hace con los terminales de telefonía móvil: un tiempo de uso y uno en reposo. Y anticipa que la industria tiene tres caminos: autorregularse, esperar a la llegada de la FTC para imponer una regulación, o esperar a que algún abogado competente logre reunir a un buen número de clientes para lanzar una demanda colectiva. Veremos cuál de los tres escenarios tiene lugar primero.

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21 junio 2009

Internet censurado en Alemania: no nos protejáis tanto, por favor

bloqueadoEl Parlamento alemán ha decidido aplicar la censura en Internet, con las excusas habituales de siempre: proteger a la población contra la amenaza de la pornografía infantil. Las peticiones a una serie de páginas determinadas incluidas en una lista mantenida por la policía federal serán reencaminadas a una página con una señal de STOP desplegada a toda pantalla.

En tan solo dos horas, un miembro del partido conservador germano ya había anunciado planes para ver si, además, la legislación podía aplicarse también a los juegos considerados violentos, como el Counterstrike. Lo siguiente serán muchas otras cuestiones, desde las amenazas a los derechos de autor hasta cualquier otra cuestión de la que consideren que deben “proteger” a la población. Una actitud paternalista absurda y completamente infructuosa: quien quiera acceder a pornografía infantil, podrá seguir haciéndolo, y la medida solo supondrá un hito más en la profunda incomprensión que una generación de políticos ignorantes posee acerca de Internet. Gobernantes que creen que la pornografía infantil se puede controlar bloqueando los sitios que la exhiben, en lugar de dedicarse a educar a la población y a generar hábitos de navegación sanos que eviten los verdaderos peligros, esos que solo se pueden combatir con comunicación y sentido común.

El uso de excusas centradas en la “protección de los usuarios” es una de las maniobras más habituales de quienes quieren controlar la red, porque ofrecen esquemas contra los que parece complicado posicionarse: ¿quién va a estar en desacuerdo con evitar la pornografía infantil? Sin embargo, detrás de esa actitud, se esconde mucho más de lo que parece: hay que oponerse, porque no sirve para nada, y porque abre la vía para implantar en la red un “organismo de control” gubernamental que pretende supervisar a dónde se puede acceder y a dónde no, algo completamente inaceptable y contrario a la naturaleza de la red. La pornografía infantil es un problema, y para evitarlo, habrá que mantener vigilancia policial, perseguir a quienes la producen, consumen y pagan por ella (en el fondo es un tema puramente económico), y sobre todo, educar y prevenir. Pero la estructura de Internet no me la toques. Entrar en eso supone un grave error, que los ciudadanos alemanes lamentarán mucho tiempo. Por ahora, un parlamentario socialista, Jörg Tauss, ha decidido pasarse al Partido Pirata como consecuencia del resultado de la votación. Esperemos que no sea el último.

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20 junio 2009

La ?Coalición de Industrias en Declive? quiere que España sea como China

spainchinacensorshipLo que más impresionado me deja del comunicado de la “Coalición de Industrias en Declive” del pasado viernes es su tono asquerosamente condescendiente: “renunciamos a perseguir a los usuarios de momento“… ¿Qué pretensión de poder es esa, cuando todos los intentos de perseguir a los usuarios que han hecho han sido infructuosos, salvo aquel pobrecito que decidió, amenazas mediante, incriminarse a sí mismo? Vamos a ver: ¿quién hace las leyes en este país? ¿Acaso la tal Coalición cree que puede cambiar las leyes a su conveniencia, decidir unilateralmente que quiere resucitar la liberticida figura de la “autoridad competente” y andar, cual espada del Cid, cerrando webs a su antojo?

Seamos pragmáticos: las descargas son legales en este pais. Yo puedo descargarme lo que quiera, y nadie me va a condenar por ello. Puedo hacerlo delante de la puerta de la SGAE, delante de la sede del PSOE, delante de los Juzgados de Plaza de Castilla o delante del mismísimo Teddy Bautista, que como mucho, teniendo en cuenta que su mala educación está más que probada, me volvería a insultar. Las webs de enlaces también han demostrado su legalidad en numerosas ocasiones (casos Sharemula, CVCDGO, TVMix, IndiceWeb, Agujero.com, EliteDivX, IndiceDonkey y muchos más). Ahora, como el entorno legal y tecnológico no resulta favorable a sus intereses económicos, la “Coalición de Industrias en Declive” intenta directamente cambiarlo: cambiar la ley presionando al poder político, y cambiar Internet para que sea como la televisión o la radio, donde únicamente puede emitir quien obtiene una licencia.

Para la “Coalición de Industrias en Declive”, España debería ser como China, un sitio donde se puede, sin ningun tipo de protección jurídica, cerrar una página web por decisión de un supuesto “órgano competente”. Y el problema es que la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país quieren vivir en un país libre, con una estructura jurídica adaptada a la Declaración de los Derechos Humanos, en el que ese tipo de cuestiones no tienen cabida, en el que simplemente pretenderlas resulta completamente insultante. En ese entorno, las declaraciones prepotentes de la Coalición deben ser interpretadas como un insulto, y deberíamos reaccionar adecuadamente a ellas: dejar ver a nuestros legisladores que las leyes no las hace y deshace la Coalición a su antojo, y que cuando lo intenta, no lo hace con el fin de proteger a la cultura, sino simplemente intentando defender sus intereses económicos. Si Aldo Olcese quiere, estaremos encantados de que se vaya a vivir a China, país en cuyo entorno jurídico se encontrará, sin ningún lugar a dudas, mucho mejor que en éste. Pero mientras siga en España, declaraciones prepotentes y tonterías… por favor, las justas.

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?Un any de cànon digital: com està la situació dels drets a la xarxa??, en 3cat24.cat

Felip Gordillo, de 3cat24.cat, refleja algunos fragmentos de una conversación telefónica larga que mantuvo conmigo en este artículo, Un any de cànon digital: com està la situació dels drets a la xarxa?. Si no lees catalán, la traducción de Google Translator es completamente legible.

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19 junio 2009

Twitter, cuestión de Estado; columna en Expansión

En mi columna de Expansión de hoy, “Twitter, cuestión de Estado“, sobre el importante papel de Twitter en los acontecimientos ocurridos en Teherán y algunas otras ciudades iraníes durante esta semana. Twitter ha pasado del cero absoluto de mediados de 2006, a convertirse en una herramienta de rápido crecimiento entre tecnófilos y netadictos a partir del SXSW de ese mismo año, a escalar a fenómeno de masas con la entrada de los famosos en 2008, a ser portada de la revista Time hace un par de semanas, y a convertirse directamente en un arma impresionante para el activismo y en una cuestión de Estado.

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LaRedInnova: el cierre del círculo, columna en Cinco Días

Marimar Jiménez me pidió que resumiese en una columna las sensaciones de LaRedInnova, así que ayer, durante las últimas horas del evento, escribí “LaRedInnova: el cierre del círculo” a modo de balance de un evento que, sin duda, ha empezado con una dimensión mucho más grande de lo que ninguno de los que llevamos en él desde las conversaciones iniciales realmente esperábamos.

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18 junio 2009

Pánico en la blogosfera, en Balzac.tv

Pánico en la blogosfera” es el último episodio de Balzac.tv, con puntos muy divertidos y un trasfondo serio acerca de la libertad de expresión en la red y el papel de los blogs. Patrocinado por el Gobierno del Principado, y rodado durante aquel fin de semana majísimo que pasamos en Asturias, en las casas rurales de Juan Otero, al hilo del evento Turismo.as.

(por favor, un Oscar para Luis Rull… ¡qué pedazo de actor!!! :-)

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17 junio 2009

Empieza LaRedInnova

blogging-laredinnovaEmpieza LaRedInnova, un evento que hace muy pocos meses estaba únicamente en la cabeza de Pablo Larguía, y que hoy se materializa con carteles por las calles de Madrid, un auditorio muy bien montado, un programa la mar de interesante y sobre todo mucha, mucha ilusión.

La idea de la conferencia y el diseño del auditorio es plantear un modelo de interacción diferente. Sabemos que no va a ser fácil, que chocamos con años de educación que previenen la participación, que muchas veces convierten las preguntas en un momento en que la gente aprovecha para salir de la sala, que nos acecha ese temido síndrome de “los cinco minutos de gloria sin pregunta”, y que seguramente - como por el momento está ocurriendo - tardaremos en generar esa dinámica. Pero queremos intentarlo, plantear un evento en el que cada conferencia sea una oportunidad para plantear diálogos interesantes y en el que se pueda interactuar con los ponentes antes, durante y después de la sesión. Veremos como va.

El evento se está retransmitiendo en directo en esta página.

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16 junio 2009

Las consecuencias de la decisión del Constitucional francés

human-rightsLa reciente respuesta del Tribunal Constitucional francés al intento de Nicolas Sarkozy de proteger el modelo de negocio de sus amigos a cambio de vulnerar los derechos fundamentales de todo el mundo está teniendo ya sus primeras consecuencias, y éstas no son nada con respecto a las que puede llegar a tener. La decisión del alto tribunal francés, pese a ser de ámbito exclusivamente aplicable en el país vecino, hace referencia ni más ni menos que a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, preámbulo de la Constitución Francesa, pero aceptada, como su nombre indica, de manera universal por todos los países supuestamente civilizados.

La primera cuestión que en nuestro país se ha visto claramente influenciada por la negativa francesa a la ley HADOPI ha sido la tomada por Redtel, el consorcio formado por Telefonica, Vodafone, Ono y Orange, que ha afirmado que “no volverá a negociar con la industria cultural un plan anti descargas” y que también se niega a “aplicar medidas tecnológicas como la reducción de velocidad”. Una decisión que supone un vuelco importante para esa Coalición de Intermediarios Neoluditas que se creen Creadores, identificados ya con quienes están dispuestos a pasar por encima de los derechos humanos más básicos para defender su fuente de negocio, y para un Francisco Ros cada día más desacreditado como interlocutor por su patente parcialidad, supeditación a intereses corporativos, y desconexión total de la realidad de los usuarios de Internet: el mismo Francisco Ros que en su momento llegó nada menos que a amenazar con retirar una ley en medio de su tramitación si se introducían en ella provisiones para intentar salvaguardar la neutralidad de la red, y que ahora intentaba abocar a la industria de los contenidos a una negociación con las operadoras en contra de los intereses de los usuarios. No, Sr. Ros… los usuarios no somos el último de los intereses a salvaguardar. Somos - o cuando menos, deberíamos ser - el primero de todos ellos, porque se supone que somos quienes decidimos quién y con qué agenda se van a regir nuestros destinos. Hay que ver cómo son las cosas: un día se encuentra usted defendiendo a muerte el negocio de las operadoras como si fuesen éstas quienes siguiesen pagando su sueldo, otro día sostiene a ultranza el a todas luces insostenible modelo de negocio de la industria de los contenidos… y al tercero, de repente, está usted frontalmente en contra de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como si fuese un dictadorzuelo cualquiera en una triste república bananera. Las vueltas que da la vida…

El otro asunto que sin duda traerá mucha cola en el futuro es la constatación de que el libre acceso a los servicios públicos de comunicación en la red es un derecho fundamental expresado en la Declaración de los Derechos Humanos. Nada que el tiempo y  el imparable avance de la tecnología no nos fuese a traer - cada día, a medida que más y más servicios de todo tipo se despliegan en la red, resulta más obvio e inevitable que restringir el acceso de la población a la red resulta una discriminación insostenible - pero sin duda algo que viene muy bien tener puesto por escrito. Y algo que, además, tendrá gran influencia a la hora de definir lo que son servicios que deben ser ofrecidos de manera universal a la población, en un momento, el de la próxima disponibilidad de determinadas bandas del espectro radioeléctrico merced al apagón analógico, en que habrá que tomar decisiones sobre quién y de qué manera va a gestionar los servicios que ahí se ofrezcan.

No, no será éste el último intento por recortar nuestras libertades más básicas en Internet. Pero al menos, tras la sentencia del Tribunal Constitucional francés, sabremos que quien lo intente, se estará poniendo en contra de la mismísima Declaración Universal de los Derechos Humanos. Que no está nada mal.

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15 junio 2009

Hablando de educación y tecnología, en Cancha

En Cancha, la revista de la CAN, publican este artículo “¿Quién educa a estos bárbaros?“, que incluye una entrevista que me hizo Miren Izquieta, titulada “Hay que cuidar, sobre todo, la formación del profesorado“.

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Irán: activismo en la era de los medios sociales

tehran-liveLlegan noticias cada vez más preocupantes desde Teherán, sobre todo para los que tenemos amigos allí: se intensifican las revueltas y protestas en las calles, el gobierno saca los tanques a la calle, entra en las residencias de estudiantes, y todo el país protesta por un impresionante atropello a la democracia: según los cálculos de la oposición reformista, y tomando estos datos con toda la precaución que resulta imprescindible en estos casos, me cuentan desde allí que se calcula que más de veintitrés millones de electores sobre un total de cuarenta se inclinaron por no refrendar la continuidad de Mahmoud Ahmadinejad y votar en su lugar la opción del candidato reformista, Mir-Hossein Mousavi. Lo que sí resulta evidente es que los resultados presuntamente “cocinados” no coinciden con ninguna de las estimaciones y sondeos realizados anteriormente, lo que levanta muchísimas suspicacias sobre su transparencia y validez.

Las sospechas de manipulación electoral han hecho que todo el país pierda la confianza en el gobierno y se lance a la calle, para exigir respeto democrático y la repetición de las votaciones. Mientras, el régimen iraní se afana por bloquear todo tipo de medios de comunicación: el SMS, que goza de una enorme popularidad entre los jóvenes en el país, no funciona, y también se han bloqueado de manera intermitente servicios como Facebook, Twitter o el acceso a Internet en su conjunto. Irán es un país enormemente activo en la blogosfera: sujeto a circunstancias especiales por la actitud restrictiva del gobierno en el uso de Internet, este control ha provocado una reacción de adopción que ha llevado a que la república islámica sea el tercer país en número de bloggers en las estadísticas, con más de setecientas mil páginas escritas fundamentalmente en persa y un gran número de ellas en inglés, escritas desde dentro del país o por la numerosa comunidad de expatriados residentes en Estados Unidos, Europa, Japón y otros países.

La mejor cobertura en este momento no la obtienes en los medios tradicionales, sino estando pendiente de las actualizaciones de Twitter: el hashtag #iranelection es el trending topic más popular, y se actualiza a mucha más velocidad de lo que se puede razonablemente llegar a leer, proporcionando constantemente proxies renovados para que los residentes en el país puedan comunicarse y enviar noticias, fotografías o vídeos. La página Iranian Presidential Elections 2009 en Wikipedia está siendo actualizada constantemente y proporcionando información y vínculos en tiempo prácticamente real, como están intentando hacer otros medios, como el Huffington Post, haciendo live-blogging desde dentro del país.

A estas alturas, con las calles en llamas y la policía haciendo redadas y asaltando las residencias universitarias, resulta muy aventurado pronosticar cómo va a terminar todo esto. El gobierno iraní se ha encontrado cuestionado y deslegitimado a una velocidad muy superior a la que lo habría estado en una época en la que los medios sociales no hubiesen existido, y con una rebelión en forma de “manifestación verde” que ha explotado mucho antes merced al nivel de coordinación adicional que proporciona el uso de la red. Una cosa queda meridianamente clara: en una sociedad hiperconectada y acostumbrada a utilizar la red como forma de protesta y comunicación, hay determinadas cosas que resultan mucho más difíciles de hacer.

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14 junio 2009

La revolución de las herramientas

Wolfram Alpha outputUn artículo en el Chronicle of Higher Education, A Calculating Web Site Could Ignite a New Campus ‘Math War’ plantea de una manera muy interesante lo que la nueva criatura de Stephen Wolfram, el “buscador” Wolfram Alpha, puede suponer para estudiantes y profesores en cursos como matemáticas, álgebra, cálculo, estadística, física, química, economía y muchos otros. Entrecomillo “buscador” porque, en realidad, como habréis podido comprobar todos los que hayáis jugueteado un poco con el producto, no hablamos de un buscador como tal, sino de un autodenominado “computational knowledge engine”, algo completamente distinto de los buscadores al uso. De hecho, cualquiera que haya tenido la oportunidad de pasar por cursos de métodos cuantitativos avanzados reconocerá en seguida el logotipo, y se encontrará de manera natural cómodo con la notación: entre otras muchas cosas, Wolfram Alpha es un Mathematica accesible a todo el mundo. Con todo lo que ello conlleva.

El uso de Wolfram Alpha plantea a los profesores un problema fundamental: muchos de los problemas que habitualmente plantean en sus clases pueden ser resueltos simplemente introduciendo los datos en el formulario de entrada, y utilizando la opción “Show steps” para tomar nota de la solución. De repente, una herramienta antes solo accesible a determinados niveles y previo pago de una licencia, está ahora en manos de cualquiera con capacidad de teclear. El dilema planteado, en realidad, es similar al de la introducción del uso de la calculadora en cursos de matemáticas: ¿impide la calculadora la fijación de conceptos básicos en el aprendizaje obtenidos metodológicamente por reiteración, o puede ser utilizada para eliminar determinados tiempos sin valor y concentrarse en cuestiones más complejas? Como todo cambio, ¿hablamos de oportunidad o de amenaza? Evidentemente, mi hija puede introducir en Wolfram Alpha muchos de los sistemas de ecuaciones y polinomios que la atribulan estos días y obtener una resolución de los mismos que, simplemente apuntando en su cuaderno, le permitiría terminar sus deberes de una manera mucho menos dolorosa. Sin embargo, es más que probable que esto, lejos de prepararla para un examen en el que no va a tener la posibilidad de utilizar Wolfram Alpha, le supusiese un problema por haber obviado las etapas de aprendizaje metodológico previas al desarrollo de los problemas. Sin embargo, un rato con Wolfram Alpha visualizando polinomios y pudiendo ver sus soluciones y la manera en la que afecta al gráfico obtenido un cambio en un exponente, coeficiente o término permite un entendimiento de la mecánica de los polinomios muy superior al que podría obtenerse con horas de resolución manual de los mismos. Una vez visualizados los conceptos, ya no te enfrentas a la resolución de la misma manera, porque ésta recibe un tratamiento mental menos abstracto, más tangible. Y eso puesto en mis manos, que no soy profesor de matemáticas.

En realidad, nos enfrentamos a un dilema puramente metodológico: la duda no es si introducir una herramienta, sino cómo y en qué momento introducirla en la secuencia educativa. Wolfram Alpha es una herramienta capaz de hacer por determinadas materias lo que Mathematica hizo en su momento para los estudiantes de cursos avanzados de métodos cuantitativos, o lo que la hoja de cálculo hizo por los estudiantes de finanzas: ¿se aprendía más antes haciendo las proyecciones financieras a cuatro años mediante la calculadora de bolsillo, o con lápiz y papel? No, simplemente se perdía más el tiempo. El trabajo repetitivo permite asentar determinados conceptos, pero liberar recursos en un trabajo repetitivo permite dedicar esos recursos al aprendizaje de otros conceptos, y es algo que debe hacerse con arreglo a una secuencia determinada. A día de hoy, plantear en un curso de MBA que los estudiantes hiciesen balances y cuentas de resultados previsionales con lápiz y papel o con una calculadora de bolsillo sería poco menos que surrealista. La revolución de las herramientas debe llevarse a cabo con la colaboración de quienes deberían no prohibirlas o restringir su uso, sino enseñar a utilizarlas adecuadamente, cada cosa en su secuencia y en su momento. Muy probablemente, la llegada de Wolfram Alpha acabará planteando una revolución en la manera en que los cursos de muchas materias son impartidos, y en la forma en que muchos profesores plantean determinados esquemas de aprendizaje. O al menos, así debería ser. Empecemos, por favor, lo antes posible.

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13 junio 2009

Empresas y medios: ¿quién necesita a quién?

petrobrasblogUna polémica reciente en Brasil, el lanzamiento del Blog de Petrobras, titulado Fatos e Dados (Hechos y Datos), nos invita a analizar una pregunta de esas que pueden hacerse con tanta mala idea como se desee: ¿quién necesita a quién? ¿Los medios a las empresas, o las empresas a los medios?

Empecemos por los hechos, ya abundantemente comentados en El País, Alt1040, Mangas Verdes e infinidad de sitios más: Petrobras, empresa pública brasileña y una de las mayores petroleras del mundo, empieza la publicación de un blog corporativo. Hasta aquí, poca noticia: el recurso al blog como forma de comunicación corporativa viene creciendo entre las empresas desde que el fenómeno blog comenzó a adquirir cierta popularidad, hace ya más de cinco años. En 2008, 81 compañías - 16% -  del Fortune 500 tenían un blog corporativo en activo. Sin embargo, el blog de Petrobras tiene un matiz diferente: acuciada por una crisis de credibilidad derivada de acusaciones de irregularidades administrativas, la empresa abre su blog para publicar íntegramente las preguntas que recibe de los periodistas, con sus respuestas completas, antes de que éstas sean publicadas en los propios medios a los que pertenecen los periodistas que las formularon. La decisión introduce una evidente ruptura del proceso informativo: al publicarse antes, otros periodistas pueden acudir al blog corporativo a ver las preguntas que hicieron sus colegas de otros medios, y utilizar éstas o las respuestas dadas por la empresa en su elaboración periodística. Por otro lado, la empresa afirma que se trata de un ejercicio de transparencia, y una reacción ante la presión de unos medios que en muchos casos desarrollan actividades de investigación paralelas o incrementales con respecto a las de la propia comisión de investigación.

La pregunta pertinente, claro, es quién tiene las de ganar en este desafío. Por un lado, los medios no pueden dejar de mencionar a la empresa, especialmente si ésta está de actualidad por algún tema. Obviar menciones a una empresa cuando la actualidad informativa lo requiere supone un crimen contra el periodismo. Pero ¿qué ocurre con las “zonas grises”, con esos momentos en los que la decisión sobre si algo, por ejemplo, el lanzamiento de un producto, puede ser interpretado como “un lanzamiento importante” o como “un producto más”? ¿Cuantas notas de prensa se han balanceado peligrosamente al borde de la papelera, ante la posibilidad de convertirse en noticia o ser completamente desestimadas?. ¿Necesitan las empresas a los medios? En un mundo en que los medios representaban la única manera de llegar al público, sin duda sí. Si no, no tendría sentido que creasen todos esos Departamentos de Comunicación. Pero, por otro lado, muchas empresas llevan ya cierto tiempo coqueteando con esquemas de comunicación alternativos a los medios tradicionales: foros, blogs, viralidad, etc. Sin duda, hablamos de “amistades peligrosas”: las empresas, en ocasiones, dan una exclusiva a un medio, en otras, convocan rueda de prensa, o simplemente envían una nota. Los medios, unas veces reflejan noticias de la empresa y otras veces las obvian, unas veces la tratan con benevolencia, otras no tanto. Si añadimos a la ecuación la cuenta de publicidad de la empresa con el medio, la cosa ya riza el rizo y se convierte en un elemento de control que, aunque la ética periodística lleve a negarlo, toma en muchas ocasiones una importancia excesiva y determina si o cómo se publican determinadas cosas. Es triste, pero es así.

En estas “amistades peligrosas”, los nuevos medios tienen mucho que decir. Y la decisión de Petrobras, sin duda, los tiene muy en cuenta: convirtiéndose en un adalid de la transparencia, Petrobras puede convertir su blog en un punto de interés informativo de primer nivel, en competencia con algunos de los medios más importantes. Sobre todo, porque no compiten por lo mismo, pero sí proporcionan los mismos frutos: potencia comunicativa. Y en el caso del blog corporativo, potencia con control. Si los medios se vuelven incómodos, la tentación de saltárselos y publicar directamente es hasta fácil de entender. Por otro lado, ese control, aunque indudablemente superior al que proporciona contarle algo a un medio y esperar que lo interprete como a ti te interesa, no es en modo alguno una patente de corso: en caso de que la empresa mintiese, distorsionase, no permitiese comentarios, no respondiese a la pregunta o fallase en su promesa de transparencia y veracidad, los periodistas y los propios ciudadanos estarían allí para afear su conducta.

El caso Petrobras pone de manifiesto un elemento más en la crisis del periodismo: que para algunas empresas, los medios “de toda la vida” podrían empezar a ser un elemento prescindible, sustituible por su propia tarima informativa en forma de blog: si no recogéis mi noticia, ya la recogeré yo mismo, y a lo mejor puedo llegar a tener una capacidad comunicativa similar, hablaros de tú a tú (y de la publicidad, ya hablaremos, que también va habiendo alternativas). Medios reducidos al papel de recoger lo publicado por los blogs corporativos, llevarlo a los cada vez menos que no tienen un ratón a su alcance, y tratar de interpretar lo dicho, intentando añadir el mayor valor añadido posible en su análisis. Algo que, sin embargo, elimina el componente oligopolístico de la información: está al alcance de muchos más, y construye un escenario con barreras de entrada notablemente reducidas. Sin duda un escenario que inquieta a los medios tradicionales: es ahí donde creo que hay que buscar la encendida reacción de la prensa brasileña al blog de Petrobras.

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12 junio 2009

?El modelo chino?, en la columna de Expansión

Mi columna de hoy en el TechnologIE de Expansión se titula “El modelo chino” (en pdf), e intenta derivar algún tipo de aprendizaje práctico de la evolución del sistema de censura aplicado en China. Ahora, tras la decisión del Tribunal Constitucional francés de bloquear la Ley HADOPI, que tuvo lugar horas después de la entrega de mi columna, las conclusiones finales se ven claramente refrendadas: al menos en Francia, la defensa de unos derechos de propiedad intelectual basados en esquemas inadecuados a los tiempos que vivimos no será más importante que los derechos fundamentales de las personas.

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11 junio 2009

El castigo de leer el periódico online

intrusivaDesde hace un cierto tiempo, no dejo de alucinar con la experiencia de leer el periódico en la red: el nivel de intrusividad que las ediciones online de la mayoría de los periódicos han decidido aceptar de un tiempo a esta parte crece de una manera exponencial, y con aparente tendencia al infinito. Un simple paseo por la mayoría de las grandes cabeceras españolas, como El País, El Mundo, ABC o La Vanguardia ofrece un panorama desolador: molestos intersticiales que “secuestran” al lector, desplegables de tamaño monstruoso que impiden la lectura de las noticias y obligan al visitante a mover su ratón como si caminase por un campo de minas, sonido o vídeo preactivado… un auténtico “back to the nineties”, a la tristemente famosa cámara X10 y a la epidemia de pop-up y pop-under que vivimos en aquellos años y que nos acabó llevando a la necesidad de instalar mecanismos de bloqueo en nuestros navegadores. Hoy, demostrando esa condición tan humana del tropezar dos veces en la misma piedra, algunos aunciantes rivalizan intentando encontrar maneras de saltarse los mecanismos de bloqueo de los navegadores, para alcanzar el más que dudoso privilegio de seguir molestando de manera inmisericorde a unos teóricos clientes ya convertidos en víctimas.

Que sí, que la cosa está muy malita: que hay crisis, que no hay dinero, que hay que pagar los sueldos, que hay poca publicidad y hay que decir que sí a todo… que sí, que vale. Pero cuando la experiencia de intentar leer el periódico se convierte en un desagradable asalto constante de los más variados mensajes que uno NO fue ahí para leer, y que le impiden llegar a lo que SÍ quería leer, es que alguien ha perdido la medida de las cosas. Cuando los anunciantes están dispuestos a “meterte el mensaje por los ojos” a pesar de que saben que te vas a ciscar en la madre que parió al director de publicidad, en la del creativo y en la del responsable del soporte que aceptó la campaña, es que las cosas van en una dirección muy mala. ¿Qué ocurriría si no pudiésemos salir de casa sin tener un ejército de vendedores intentando asaltarnos en la puerta? ¿O si el teléfono no dejase de sonar con ofertas constantes de todo tipo de productos que no deseamos? Los actuales excesos publicitarios de los periódicos en Internet nos evocan lo desmesurado de la estupidez humana, lo absurdo del razonamiento de unas marcas que no dudan en MOLESTAR a sus potenciales clientes creyendo que así van a conseguir ganar sus favores. La cosa se está poniendo tan mal, que hasta la mismísima Google parece estar perdiendo el norte.

La publicidad no es mala. Es la manera razonable de poner un producto o servicio delante de sus potenciales clientes, y sirve para financiar una gran cantidad de actividades, desde la televisión a los periódicos, pasando por muchas empresas que desarrollan su actividad en Internet. Pero cuando se pierde la medida de las cosas, cuando se cometen excesos, se provocan reacciones peligrosas que luego puede llegar a ser difícil contrarrestar y con las que nos podemos llegar a hacer mucho daño: después de todo, es normal que las escaladas bélicas acaben llevándonos a espirales insostenibles.

En el fondo, no hemos hecho más que retornar a la obra más representada del teatro contemporáneo norteamericano, “Muerte de un viajante”. Estamos justo en ese momento en el que el vecino de Willy Loman, Charley, se da cuenta de que Willy era un vendedor en el más puro sentido de la palabra: se vendió a sí mismo hasta que el mundo dejó de comprar (Death of a salesman, Arthur Miller, 1949).

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10 junio 2009

Aún queda algo de sentido común en Francia

sarkozy-upsetEl Tribunal Constitucional francés censura la Ley HADOPI de Nicolas Sarkozy por considerarla contraria a los derechos humanos. Las crónicas en francés que más me han gustado han sido las de Le Monde y Le Figaro, y en español la he visto por el momento en Público, pero estará en seguida en todas partes.

Una demostración de sentido común por parte del país vecino, que relega a la ley a una función de aviso, pero le retira toda capacidad sancionadora: todo castigo deberá venir determinado, como debe ser, por la decisión de un juez. El Tribunal Constitucional del país vecino recurre a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, para hacer notar, como hemos insistido en numerosas ocasiones, que las libertades de expresión y comunicación deben prevalecer, dado su carácter de derechos fundamentales. Igualmente, declara anticonstitucional la reversión de la carga de la prueba con esa “presunción de culpabilidad” que la Ley HADOPI atribuía a los ciudadanos, con un rotundo “en el derecho francés prevalece la presunción de inocencia” y, en algo que puede constituirse en un hito importantísimo, considera Internet “un derecho fundamental” y “un componente de la libertad de expresión y el consumo”.

La declaración de inconstitucionalidad de la Ley HADOPI supone un fortísimo varapalo para Nicolas Sarkozy, completamente empecinado en sacarla adelante como si de ello dependiera su felicidad conyugal, y representa un fantástico triunfo para las libertades en todo el mundo. En muchos sentidos, acabamos de asistir a la conjura de un auténtico liberticidio.

Vive la France!

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