Les Hinton, CEO de Dow Jones, se despachó a gusto en una conferencia de PWC calificando a Google de “vampiro digital que chupa la sangre del negocio de los periódicos”. Según el directivo de la editora del WSJ, los periódicos, al ofrecer sus contenidos gratis en la web, ofrecieron a Google el sitio perfecto para hincar sus colmillos, una situación que va a cambiar en breve…
Es, una vez más, la cantinela de aquel que es incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos: echar la culpa de tu caída a aquello que contribuyó a cambiar el panorama. En este caso, pocas dudas hay de que la responsabilidad de haber construido una plataforma en la que la información se mueve con muy escasas barreras corresponde en cierta medida a Google: antes de Google, los monopolios de la información estaban rígidamente repartidos, nada se movía de su sitio, y la vida era sencilla. Después de Google, las cosas son diferentes, y para ellos, pintan peor. Seguramente, los editores de periódicos desearían volver a un mundo sin Internet y sin Google, pero esto, qué le vamos a hacer, “no puede ser y además es imposible”. El aplastante éxito de Google lo convierte en un “gran disruptor”, le otorga una posición central, y democratiza el juego hasta tal punto, que a aquellos que antes disfrutaban de privilegios basados en la asimetría, les cuesta encontrar su sitio: si no quieres jugar con sus reglas, quédate fuera, pero acepta las consecuencias de haber elegido la exclusión.
Nada nos obliga a imaginar un futuro sin periódicos ni periodistas. Pero éstos, como ocurre con todos los negocios, deben aprender a adaptarse al medio que los rodea, en el que desarrollan su actividad. Google, en este caso, es una de las fuerzas que han sido capaces de redefinir determinadas características de dicho medio, y se aprovechará de ellas tanto como los sistemas de regulación de la economía - las autoridades anti-monopolio - le permitan hacerlo. Si el sistema de control está bien planteado, que no siempre ha sido así, Google podrá aprovecharse de ser una de las fuerzas que han contribuído a redefinir el ecosistema hasta que su efecto se convierta en un freno a la innovación y en un obstáculo a la competencia: se le deberá pedir responsabilidades mirando hacia el futuro, no mirando hacia el pasado. Eres responsable de la innovación y progreso que puedes prevenir, pero no de aquello que estaba antes que tú y no supo adaptarse a las nuevas reglas. Como comenté en la charla de LaRedInnova, el organismo puede intentar adaptarse, pero es absurdo que intente cambiar el funcionamiento del entorno. El entorno es terco y no cambia, ni con tonterías como la iniciativa holandesa.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.