Un artículo en el Chronicle of Higher Education, “A Calculating Web Site Could Ignite a New Campus ‘Math War’“ plantea de una manera muy interesante lo que la nueva criatura de Stephen Wolfram, el “buscador” Wolfram Alpha, puede suponer para estudiantes y profesores en cursos como matemáticas, álgebra, cálculo, estadística, física, química, economía y muchos otros. Entrecomillo “buscador” porque, en realidad, como habréis podido comprobar todos los que hayáis jugueteado un poco con el producto, no hablamos de un buscador como tal, sino de un autodenominado “computational knowledge engine”, algo completamente distinto de los buscadores al uso. De hecho, cualquiera que haya tenido la oportunidad de pasar por cursos de métodos cuantitativos avanzados reconocerá en seguida el logotipo, y se encontrará de manera natural cómodo con la notación: entre otras muchas cosas, Wolfram Alpha es un Mathematica accesible a todo el mundo. Con todo lo que ello conlleva.
El uso de Wolfram Alpha plantea a los profesores un problema fundamental: muchos de los problemas que habitualmente plantean en sus clases pueden ser resueltos simplemente introduciendo los datos en el formulario de entrada, y utilizando la opción “Show steps” para tomar nota de la solución. De repente, una herramienta antes solo accesible a determinados niveles y previo pago de una licencia, está ahora en manos de cualquiera con capacidad de teclear. El dilema planteado, en realidad, es similar al de la introducción del uso de la calculadora en cursos de matemáticas: ¿impide la calculadora la fijación de conceptos básicos en el aprendizaje obtenidos metodológicamente por reiteración, o puede ser utilizada para eliminar determinados tiempos sin valor y concentrarse en cuestiones más complejas? Como todo cambio, ¿hablamos de oportunidad o de amenaza? Evidentemente, mi hija puede introducir en Wolfram Alpha muchos de los sistemas de ecuaciones y polinomios que la atribulan estos días y obtener una resolución de los mismos que, simplemente apuntando en su cuaderno, le permitiría terminar sus deberes de una manera mucho menos dolorosa. Sin embargo, es más que probable que esto, lejos de prepararla para un examen en el que no va a tener la posibilidad de utilizar Wolfram Alpha, le supusiese un problema por haber obviado las etapas de aprendizaje metodológico previas al desarrollo de los problemas. Sin embargo, un rato con Wolfram Alpha visualizando polinomios y pudiendo ver sus soluciones y la manera en la que afecta al gráfico obtenido un cambio en un exponente, coeficiente o término permite un entendimiento de la mecánica de los polinomios muy superior al que podría obtenerse con horas de resolución manual de los mismos. Una vez visualizados los conceptos, ya no te enfrentas a la resolución de la misma manera, porque ésta recibe un tratamiento mental menos abstracto, más tangible. Y eso puesto en mis manos, que no soy profesor de matemáticas.
En realidad, nos enfrentamos a un dilema puramente metodológico: la duda no es si introducir una herramienta, sino cómo y en qué momento introducirla en la secuencia educativa. Wolfram Alpha es una herramienta capaz de hacer por determinadas materias lo que Mathematica hizo en su momento para los estudiantes de cursos avanzados de métodos cuantitativos, o lo que la hoja de cálculo hizo por los estudiantes de finanzas: ¿se aprendía más antes haciendo las proyecciones financieras a cuatro años mediante la calculadora de bolsillo, o con lápiz y papel? No, simplemente se perdía más el tiempo. El trabajo repetitivo permite asentar determinados conceptos, pero liberar recursos en un trabajo repetitivo permite dedicar esos recursos al aprendizaje de otros conceptos, y es algo que debe hacerse con arreglo a una secuencia determinada. A día de hoy, plantear en un curso de MBA que los estudiantes hiciesen balances y cuentas de resultados previsionales con lápiz y papel o con una calculadora de bolsillo sería poco menos que surrealista. La revolución de las herramientas debe llevarse a cabo con la colaboración de quienes deberían no prohibirlas o restringir su uso, sino enseñar a utilizarlas adecuadamente, cada cosa en su secuencia y en su momento. Muy probablemente, la llegada de Wolfram Alpha acabará planteando una revolución en la manera en que los cursos de muchas materias son impartidos, y en la forma en que muchos profesores plantean determinados esquemas de aprendizaje. O al menos, así debería ser. Empecemos, por favor, lo antes posible.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.