15 junio 2011

¿Está llegando Facebook a su punto de saturación?

Maribel Martínez, de El Correo, me llamó ayer para hablar de los recientes datos publicados por Inside Facebook que hablan de una caída de usuarios en los mercados presuntamente más maduros de la red social (seis millones en los Estados Unidos, millón y medio en Canadá, o más de cien mil en Reino Unido, Noruega o Rusia), y hoy me cita en su artículo titulado “Seis millones de estadounidenses se borran de Facebook“. Las conclusiones de los datos de Inside Facebook estaban aparentemente alborotando incluso los mercados financieros – no suelen ser mercados difíciles de alborotar – apuntando incluso a un posible adelanto de la fecha de salida de la empresa a bolsa para no hacerlo en medio de una hipotética espiral bajista en sus números.

Mi principal punto ante los datos fue de sorpresa y de escepticismo. Una caída de ese calibre requiere de un análisis que vaya más allá de un punto de datos para aislar tanto posibles contradicciones como efectos estacionales, y la idea de lanzar hipótesis sobre tendencias en este sentido solo funciona si se hace con la adecuada dosis de precaución. De hecho, ya podemos ver cómo la misma Inside Facebook que alborotó hace pocos días el panorama con sus datos se desdice al día siguiente y alude a posibles confusiones entre diferentes análisis y fuentes de datos. El análisis de series temporales es una metodología compleja que requiere importantes dosis de aparataje matemático, no algo sobre lo que se puedan lanzar hipótesis simplemente dividiendo tiempo de uso o páginas vistas por presuntos usuarios únicos utilizando además datos incompletos.

¿Se saturará Facebook? Eventualmente, sí. Todo se satura. Por el momento, su crecimiento en los países en los que lleva más tiempo en posición de liderazgo es obviamente más lento que aquellos como Brasil, India u otros en los que experimenta en este momento su fase de mayor popularidad y en los que ya ha desbancado a los que eran hasta el momento los competidores más importantes. Los casos de China, donde carece de implantación, o Rusia, donde existen competidores locales con fuerte tradición e implantación, deben ser analizados con más detalle debido a su especificidad. Pero las curvas de difusión tienen la forma que tienen, y son fenómenos muy estudiados: nadie tiene la bola de cristal, pero tampoco es recomendable dejarse llevar por la histeria.

No debemos olvidar que si algo ha caracterizado a Facebook fue su decisión de abrir su ecosistema de desarrollo para convertirse en plataforma, lo que determinó la aparición de miles de aplicaciones de todo tipo que lograron construir un sustrato enorme – desmesurado, incluso excesivo según algunos – de contexto para construir sobre él la relación social: mientras e una red social convencional el trayecto habitual del usuario se limitaba a “entro, veo si hay algo nuevo, visito las páginas de un par de amigos, hojeo unas fotos, miro si está alguien de cumpleaños, y ya está”, en Facebook la ruta se complicaba con infinitas posibilidades de aplicaciones de todo tipo, juegos, comercio e interacciones múltiples que proporcionaban muchísima más oportunidad para la relación social (recordemos que Facebook es precisamente eso, una red social) y que ha hecho que muchos usuarios conviertan Facebook en una aplicación que consultan todos los días o incluso que dejan abierta en sus navegadores en todo momento. Habiendo logrado esa mecánica de funcionar como plataforma, la sensibilidad de Facebook ante posibles caídas es bastante menor, porque las propuestas de valor para sus usuarios, salvo error estratégico grave, es susceptible de multiplicarse.

Si, Facebook llegará a su punto de saturación y su crecimiento se ralentizará, o incluso puede que se convierta en negativo e algunos mercados, en función de escenarios con muchos factores que, a día de hoy, resultan difíciles o imposibles de anticipar. Pero por el momento, mi impresión es que hablamos de algo que no ha sucedido todavía.

 

(Enlace a la entrada original - Licencia)

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