Bitcoin, el ambicioso proyecto destinado a crear y popularizar una moneda completamente virtual y descentralizada basada en P2P, está viviendo lo que la maldición china llamaría “tiempos interesantes”. El proyecto está en fase operativa desde febrero de 2009, pero su ámbito por el momento se había mantenido reducido a un círculo de usuarios relativamente geek y a no demasiados artículos o comerciantes. Bitcoin fue creado por Satoshi Nakamoto, una identidad aparentemente ficticia
Para entender Bitcoin puedes recurrir, según el nivel de profundidad que desees, a fuentes que van desde su entrada en Wikipedia hasta a un paper académico, pasando por su wiki en español o por artículos como este del Irish Times, este otro de Kriptópolis o el sitio WeUseCoins.com, o por este vídeo:
Tras un modelo de funcionamiento aparentemente sencillo en el que el usuario únicamente tiene que instalarse un programa para gestionar su monedero y las transacciones, se esconde en realidad un complejo modelo que tiene en cuenta la producción de moneda por parte de cada nodo con el fin de evitar esquemas inflacionistas, un modelo de producción descendente en el tiempo destinado a estabilizar progresivamente el valor (los llamados miners, que generan bitcoins a un ritmo controlado algoritmicamente), controles para evitar el doble gasto y la falsificación, una cadena de bloques pública que permite monitorizar todas las transacciones, y un esquema de transacción basado en criptografía asimétrica que prácticamente impide la trazabilidad. Un esquema de criptomoneda que no depende de la confianza de un emisor central, sino que recurre a una base de datos distribuida en varios nodos de una red P2P para registrar las transacciones y gestionar la seguridad.
Hace ahora una semana, Business Week dedicó un artículo a Bitcoin: titulado “Bitcoins: currency of the geeks“, venía a ser una especie de “prueba de madurez”, de espaldarazo público que venía tras un cierto tiempo de funcionamiento y de su asociación con sitios como Wikileaks con el fin de salvar las restricciones impuestas al sitio. Sin embargo, y obviamente sin estar en disposición de asegurar una relación causa-efecto entre unas y otras cosas, el artículo se convirtió en el inicio de una semana de enormes dificultades para Bitcoin: una oleada de ataques con robo a los sitios más populares de intercambio, y un troyano diseñado específicamente para robar información del monedero de los usuarios.
La EFF, que previamente había anunciado la aceptación de donaciones en Bitcoins y había calificado el sistema como “una moneda digital resistente a la censura”, ha pasado ahora a poner el sistema en cuarentena anunciando que no terminaban de comprender completamente las implicaciones legales del sistema, que no querían confundir a sus usuarios, y que no podían actuar, aún de manera involuntaria, como una prueba de la validez del sistema.
Siempre se ha dicho que los obstáculos al desarrollo de Bitcoin estaban relacionados con el posible desarrollo de sistemas de malware y robo, con posibles fluctuaciones descontroladas de su valor, o con restricciones gubernamentales relacionadas con posibles usos fraudulentos (lavado de dinero o uso de un sistema de difícil trazabilidad para realizar transacciones de bienes prohibidos). El primer escenario acaba de tener lugar, el segundo ha venido provocado por éste, y el tercero ya tiene lugar a pesar de los intentos por restringirlo, porque aunque Bitcoin no permita añadir sitios considerados ilegales, estos pueden aceptar transacciones por su cuenta debido al esquema descentralizado que sigue.
¿Puede Bitcoin estabilizar su funcionamiento y superar la fase inicial de crecimiento, o quedará restringido únicamente a incondicionales y con un uso general mínimo? ¿Crisis sistémica, o simplemente growing pains? La crisis de Bitcoin es un buen resumen de la limitación principal que puede sufrir sistemas basados en una descentralización total: la misma naturaleza humana.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
0 comentarios:
Publicar un comentario
ATENCIÓN: Google ha metido en Blogger un sistema antispam automático que clasifica como spam casi lo que le da la gana y que no se puede desactivar.
Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.