09 junio 2011

Google, la seguridad y la incomodidad

Por variadas razones, tengo tendencia a cambiar con frecuencia la dirección IP desde la que me conecto. A veces es por comodidad (en casa tengo dos conexiones y utilizo una u otra o me cambio de una a otra en función del uso que estén haciendo otras personas de la familia, del lugar de la casa en que esté o de la velocidad de subida que necesite), otras veces es por seguridad (las conexiones a través de redes WiFi públicas las suelo hacer a través de VPN) y otras veces por otras razones de otros tipos, como el acceder a servicios que solo están disponibles desde determinados países o comprobar cómo se ve la publicidad cuando se accede desde otro país.

El caso es que, por unas razones o por otras, tiendo a cambiar de dirección IP imagino que bastante más de lo que suele ser habitual en un usuario medio. Y lo normal es que eso no me genere ningún tipo de problema con la gran mayoría de las aplicaciones web que utilizo. Ni Facebook, ni Twitter, ni WordPress, ni prácticamente ninguna aplicación de las que uso habitualmente se despeina o se inmuta cuando voy y me cambio de IP. Excepto con las aplicaciones de Google. Cada vez que, teniendo abierta una pestaña con una aplicación de Google, me cambio de IP, el resultado es una desconexión durante aproximadamente diez o quince minutos, hasta que Google “se recupera del susto”. Lo cual, en muchos casos, resulta de una incomodidad evidente. Los cambios “razonables”, que yo cierre la tapa de mi ordenador en casa y la vuelva a abrir en mi despacho, con el consiguiente cambio de IP, no le preocupan. Pero los “saltos aparentemente inexplicables”, los lleva fatal. Y sobre todo: si Google hace esto para “protegerme”, porque le resulta extraño que yo pase en cuestión de segundos de conectarme desde Madrid a hacerlo desde Seattle (beam me up, Scotty), o de tener una dirección IP a tener otra distinta repentinamente, pues en fin… dejar diez minutos de interrupción tampoco es que sea una protección excesivamente celosa o especialmente inquebrantable, ¿no? ¿Es la idea de utilizar un proxy, una cuestión cada día más habitual, algo incomprensible para Google? De hecho, la información al respecto habla de alertas, que nunca he recibido, pero no de interrupciones del servicio.

¿Qué planteamiento – imagino que de seguridad – tiene Google tras esa prevención ante los cambios en la dirección IP? ¿Podrá evitarse?

(Enlace a la entrada original - Licencia)

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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.