Nacho Somalo, buen amigo desde hace muchos años y presidente para Europa de Alice, ha publicado su primer libro, editado por Wolters Kluwer y titulado “Marketing online y comunicación digital“. Un libro sumamente recomendable por lo que combina de experiencia personal directa y de buena estructuración académica. Nacho me pidió un pequeño prólogo para el mismo, que reproduzco a continuación:
(Enlace a la entrada original - Licencia)Prólogo
Muchos de los factores que definen un cambio de época vienen, de una manera o de otra, representados por un concepto: las barreras de entrada. Los descubrimientos, los desarrollos, las invenciones o las grandes ideas tienen, por supuesto, su cuota de importancia, y en muchos casos, sus protagonistas son elevados a la categoría de héroes. Pero sin una adecuada gestión de las barreras de entrada, sus efectos se verían notablemente minimizados, cuando no directamente eclipsados, por el lastre de una adopción deficiente.
La web como la conocemos debe su éxito a una serie de pioneros que definieron sus protocolos de uso y, sobre todo, que los abrieron al mundo para que pudiesen ser utilizados sin trabas. Pero sobre todo, es una historia de reducción drástica de barreras de entrada. Antes de la web, el mundo era unidireccional. Y lo era no porque estuviese en nuestra humana naturaleza – más bien todo lo contrario – sino por culpa de una serie de limitaciones de las tecnologías que utilizábamos. La radio o la televisión son tecnologías sin duda interesantes, pero técnicamente, carecían de un canal de retorno que pueda ser considerado como tal. La web no solo proporciona a las personas un canal bidireccional, sino que además, merced a toda una serie de desarrollos secuenciales, permite que pueda ser utilizado por prácticamente cualquiera.
El progreso de la web va unido a la progresiva caída de las barreras de entrada. Cuando Google desarrolla su algoritmo y conquista el mercado de la búsqueda, lo hace porque su clasificación de los sitios se basa en “lo que dice la gente”, en el número de enlaces entrantes a un sitio, logrando así la democratización de la atención. Desde que Google existe, la atención no la obtiene únicamente el que más paga o el que tiene acceso a una capacidad de comunicación determinada: la consigue aquel al que todos miran y apuntan con sus vínculos, con su dedo, en modo “mirad ahí”. La caída de una barrera de entrada que, más de diez años después, todavía tiene perplejos a los grandes medios unidireccionales de toda la vida, que intentan como pueden adaptarse a un nuevo entorno.
Cuando Amazon, Blogger, Flickr, Facebook, Twitter y muchos otros presentan y, sobre todo, popularizan sus productos, millones de personas que antes no podían acceder cosas como la logística, recursos computacionales avanzados, desarrollo de páginas web, tener un sitio para subir fotografías, crear una presencia en la web, etc. pasan a poder hacerlo con suma facilidad, generando cambios en el escenario global que, en muchos casos, suponen una enorme trascendencia. Y no hablamos de trascendencia por hablar, o por ser grandilocuentes: hablamos de trascendencia para quien quiere desarrollarse en el mercado profesional, para quien tiene una PYME, para quien tiene una afición y le gusta hablar de ella, para quien quiere comunicarse, para quien quiere comprar o vender lo que sea… hablamos de trascendencia en el contexto de toda la sociedad en la que vivimos.
Para entender la realidad que vivimos, es preciso entender muchas cosas. Enfrentarse a una tecnología que hace ya mucho tiempo que dejó de ser algo “para hacer lo mismo más rápido” o “para trabajar”, y lanzarse a entender cómo nos afecta internet en todos los sentidos. Entender qué están haciendo millones de personas asomadas a un navegador o a la pantalla de un móvil, y renunciar a los estereotipos de “es que están locos” o “no van a tener amigos” para ver claramente que no se trata de plantear sustitutivos, sino complementarios. Que esto es para todos, salvo para aquellos que se empeñen en quedarse fuera. Y que serán los raros, los extravagantes, los trasnochados… los “frikis”.
Para todos los demás, este libro supone un balance que pocas veces encontrarán: una gran amplitud de contenido y un enorme sentido práctico, con un coste de entrada muy bajo. Escrito desde la experiencia, para que cualquiera lo pueda entender. Una auténtica reducción de barreras de entrada. Anímese, y léalo con una pantalla cerca. Ponga cosas en práctica, experimente, juegue, toque, oriéntese. No se pierda. Y sobre todo, no se lo pierda.
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ATENCIÓN: Google ha metido en Blogger un sistema antispam automático que clasifica como spam casi lo que le da la gana y que no se puede desactivar.
Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.