Algunos me han pedido que escribiese sobre las desafortunadas declaraciones de Lucía Etxebarría en las que afirma que no volverá a escribir porque “se han descargado más copias ilegales de mi novela que copias han sido compradas”. Intentaré hacerlo en modo constructivo, tratando de explicar a Lucía en qué puntos se ha equivocado.
En primer lugar, Lucía es libre de hacer lo que buenamente quiera con sus libros. Menos plagiarlos, porque a eso se le llama robar, puede decidir escribirlos o no escribirlos, con el calendario que quiera. Si lo que realmente le importa y le motiva no es dar salida a su creatividad e inspiración, sino únicamente vender copias, allá ella. Es completamente libre para decidir cómo utiliza su tiempo y cómo gana su dinero.
Veamos el detalle mágico, para ella seguramente algo “sin importancia”, de las declaraciones de Lucía:
“Decidimos no publicarlo como e-book porque eso lo hacía más fácil de piratear. Habría sido como tirarlo directamente a los leones”
Publicado en The Guardian, 20 de diciembre
Con todo respeto: ahí, Lucía, está el quid de la cuestión. En que tú, bien conscientemente o mal aconsejada por tu editorial, decidiste no atender una supuesta bolsa de demanda. Decidisteis que esa demanda no debía ser atendida. Que quien supuestamente quisiera leer tu libro, debería adquirirlo en papel, en el formato que vosotros habíais decidido y al precio que la editorial ha determinado que tenga. Y supuestamente, eso ha llevado a que algunas personas, según tú más que los que han adquirido copias en papel, se lo descarguen.
Las cosas claras, Lucía: imagino que tienes razones fundadas para asegurar que tus libros se piratean mucho, muchísimo, constantemente y sin pausa. Que te imaginas hordas de feroces descargadores malvados abalanzándose sobre tus libros. Estarás convencida de que, en realidad, esos terribles piratas se concentran en tus libros, y no, por ejemplo, en los de Paulo Coelho, Juan Gómez Jurado o Cory Doctorow, por citar algunos de los que cada vez más enfocan este fenómeno de manera radicalmente distinta a como lo enfocas tú. Con las cifras en la mano, cualquiera de ellos ha vendido muchas más copias de sus libros que tú. Pero en los tres casos, hablamos de escritores que, contrariamente a lo que tú haces, han decidido libremente que sus libros estén fácilmente disponibles, con precios bajos – que reflejen la diferencia de costes inherente a no tener que imprimir, encuadernar, meter en cajas, distribuir por todos los rincones de la geografía y pagar márgenes a la distribución – o incluso, oh tremenda herejía, ¡¡GRATIS!!!
Tranquila, no te frotes los ojos, no tienes que creerme. Simplemente vete a Pirate Coelho (entrada escrita por él mismo), o léete su discurso de apertura de la Feria del Libro de Frankfurt de 2008: de verdad, es muy bueno, muy recomendable, te lo recomiendo sin un ápice de acritud. A lo mejor te das cuenta de la verdad: que estás siendo tristemente utilizada por una industria que se queda el 90% de los ingresos que tus obras supuestamente generan, y que estás ladrando al árbol equivocado (con perdón por lo de “ladrando”, no es más que una frase hecha).
Por favor, Lucía, léete a Juan Gómez Jurado en “La piratería no existe“: Juan es un autor con múltiples best-sellers en el mercado español e internacional, traducido a un montón de idiomas. De verdad, léetelo, intenta aplicar una mentalidad abierta, y enfréntate a ese texto intentando ponerte en el lugar de una persona racional. Juan ofrece sus libros en todos los canales y formatos que puede, intentando aplicar políticas de precios lo más adecuadas posibles a cada canal. ¿Le va mal? No, curiosamente, cada vez le va mejor. A Cory Doctorow le pasa lo mismo: en su página personal tienes los enlaces a sitios para comprar su obra, acompañados de enlaces de descarga gratuita. Seguramente te resulta imposible entender que alguien vaya a escoger pagar por una obra cuando el propio autor te ofrece su enlace de descarga, pero eso, siento enormemente decírtelo, habla más de tu catadura moral que de la que adjudicas a tus presuntos o supuestos lectores.
Un libro puede venderse bien, regular o mal. Que algunos de tus libros, particularmente aquellos que utilizaron el socorrido recurso de los premios que algunas editoriales prostituyen para promocionarlos, hayan tenido muchas ventas, no quiere decir que todos tus libros se vayan a vender así. Si te has encontrado con un libro que vende menos, o peor, con una curva descendente de ventas de tus libros, no es por culpa, como tú dices, “de la piratería”. De nuevo con todo el respeto, te diré más: tendrías mucha suerte si cada vez que sale uno de tus libros, la gente se agolpase frente de sus pantallas para descargárselo. Y LO SABES. No te mientas. Si muchísima gente se descargase tus libros, te ocurriría algo que aún no has llegado a comprender: que venderías muchísimos más. Si además tuvieses el sentido común para ofrecer tu obra en todos los canales y formatos posibles, todavía más. No, Lucía, no tienes un problema de “piratería”. Tienes un problema de otro tipo. Tú misma.
Tus intereses, Lucía, no son siempre e invariablemente los mismos que los de tu editorial. Haz pruebas, busca otras maneras, otros canales… no se trata de que te metas a editora, pero es posible que estés mejor no firmando todo lo que te dan a firmar en los contratos editoriales. Posiblemente deberías explorar otras vías. Créeme, las hay. La editorial, aunque pueda jugar un papel interesante de cara a la distribución, no siempre es el mejor aliado del autor. Es más: lamento resquebrajar tu bien preservada ingenuidad, pero la editorial no mira por tus intereses. Mira por los suyos.
Y por favor, y esto sí que te lo digo con conocimiento de causa: deja de difamar. Los estudios que utilizas para afirmar categóricamente que “España es un país de piratas” o que “en España se descarga más que en ningún otro país del mundo” son falsos, están sesgados, encargados por quienes buscan que digan precisamente eso. Se encargan con las conclusiones ya previamente escritas. Se usan para presionar al gobierno en busca de una legislación más favorable a los intereses de las editoriales y las industrias del copyright. El propio Departamento de Estado de los Estados Unidos ha alertado contra ellos: la metodología no se sostiene, las estimaciones son absurdas, las imputaciones son ridículas. Son informes títeres pagados por parte interesada. Si no lo sabías, Lucía, ya lo sabes: cuando tomas decisiones basándote en esos informes, estás basándote en mentiras, en invenciones pagadas por aquellos que se llevan el 90% del precio de los libros que vendes.Los informes neutrales, los que pagan los propios gobiernos, revelan conclusiones inequívocas: las descargas no perjudican a los creadores culturales.
Pero sobre todo, ten en cuenta una cosa: el que se descarga tu libro es porque tenía algún interés en leer tu obra. A mal sitio vas si lo insultas, lo menosprecias o lo castigas. Lo que deberías hacer es tratar de hacerle una propuesta que no pudiese rechazar: que tu obra estuviese disponible de manera tan sencilla para él o ella, que no le compensase irse a buscarla por ahí. Lucía, haz la prueba: la vida de un creador es MUCHO más sencilla cuando consigue una complicidad, cuando logra tener una buena relación con aquellos interesados en su obra. No creas las mentiras que te hablan de malvados con parche en el ojo y pata de palo descargándose tus obras… son tus lectores. Muchos de ellos descargan tu obra porque se la encuentran, porque se la recomiendan en un momento dado, muchos de ellos no la leerán, simplemente se hacen con ella porque “está a mano”, y eso no va a dejar de ser así en el futuro. Por mucha ley Sinde o similar que nos pongan, eso no va a cambiar. Asúmelo, y aprende a vivir en un entorno en el que eso forma parte del entorno.
Respetuosamente: no sigas por el camino equivocado. A mí ni me va ni me viene: no soy lector de tus libros, no te conozco, y todo lo que sé de ti es que en otra ocasión tuve que dar un repaso a tus muy escasamente documentadas tesis sobre la ley Sinde. Pero créeme: por ese camino, únicamente empeorarás las cosas.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.