Durante mucho tiempo, empresas como Disqus o Echo han ofrecido servicios y aplicaciones para el desarrollo de conversaciones en páginas web: sus propuestas de valor son interesantes, con sistemas de autenticación centralizados, fáciles de integrar, y con prestaciones avanzadas como comentarios anidados, filtros sociales, estadísticas, control centralizado, sistemas de valoración, etc.
En realidad, son herederas de empresas como Enetation o Haloscan (de hecho, Haloscan fue adquirida por Echo en 2008) que ofrecían esa función de manera mucho más modesta hace años, y que utilicé durante largas temporadas en esta página cuando estaba alojada en Blogger. Ya en mi época WordPress, llegué a tener tentaciones de estudiar Disqus como alternativa por el atractivo de alguna de sus funciones avanzadas, pero lo descarté. Algunas de esas funciones pueden desarrollarse con plugins de WordPress, y por otro lado, tampoco pensé que fuesen a aportar tanto a una página poco sofisticada como la mía y que tiene un punto de equilibrio muy satisfactorio en el desarrollo de sus funciones sociales (“si no está roto, no lo arregles”).
Los servicios de Disqus o Echo son muy populares, y utilizados por empresas de todo tipo: televisiones como CNN, NBC, Discovery o Fox; medios como Washington Post, Sports Illustrated o Newsweek; blogs como TechCrunch o Engadget; y muchos más. Pero sin duda, deben estar algo inquietos con la llegada del último actor a este terreno: Facebook. En efecto, la reciente oferta de Facebook a una serie de sitios de cierta visibilidad como GigaOM es la integración de su sistema de comentarios como mejora de su Comments Box Plugin, de manera que se produce una integración total de la actividad de un usuario dentro y fuera de Facebook. Una filosofía que se alinea con la agresiva estrategia de “embrace and extend” de la compañía ya expresada en movimientos como Facebook for Websites (anteriormente Facebook Connect) o Unified Inbox: que toda la web y la comunicación que tiene lugar dentro de ella funcionen como Facebook y en conexión con Facebook. La reciente adquisición de Beluga iría destinada a reforzar todavía más la funcionalidad en este mismo sentido.
La oferta de Facebook se conforma, citando a Don Vito Corleone, como “una oferta que no puedes rechazar”. La circulación social de los comentarios dentro de la red a través de los muros de los usuarios genera una viralidad y un tráfico muy difíciles de rivalizar: una Facebook con más de seiscientos millones de usuarios, en la que “lo normal” es encontrar a los usuarios de tu sitio (y a tus amigos, y a tus vecinos, y a tus compañeros de trabajo, etc.) ejerce una atracción potente. Dinamizar los comentarios o cualquier otra cosa (“compartir”, “me gusta”, etc.) es algo que se hace “natural”, que forma parte del tipo de cosas que un usuario quiere llevar a su Facebook. El estado natural de la checkbox que activa dicha compartición es el de “marcada”, sin que ello sea percibido como excesivamente intrusivo.
¿Puede resistirse ese “abrazo de oso”? Más visitas, más movimiento para tus contenidos, una gestión de la identidad vinculada a Facebook que se ha probado muy eficiente a la hora de reducir tanto el spam como el trolling, herramientas de control… la cosa se va poniendo complicada. A cambio, permitir que un tercero controle, prácticamente “posea” la conversación de tu sitio, con todo lo que ello puede conllevar. Para los que opinamos que el anonimato es un derecho en la red, la opción parcial (comenta con tu identidad de Facebook o con otros sistemas pero solo si quieres) lleva tiempo estando disponible y su uso no deja de crecer, como lo hace igualmente el número de visitas inducidas por el sistema desde dentro de Facebook. La experiencia de los grandes medios es clara en este sentido: la práctica totalidad de las radios y televisiones en España han desarrollado sus funciones sociales con Facebook, y no parece irles demasiado mal. A día de hoy, comentar o participar en una conversación en tiempo real sobre una noticia en muchos sitios es casi imposible sin una identidad en Facebook. ¿Es esa la situación ideal? ¿Qué implicaciones de futuro podría tener una gestión de la actividad social que progresivamente se sitúa en manos de una sola empresa?
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.