15 agosto 2011

Los disturbios de Londres, una semana después: lecturas interesantes

Resulta interesante ver cómo ha bastado una semana tras los disturbios de Londres para que las interpretaciones simplistas hayan quedado apartadas en beneficio de razonamientos más serios y justificados, de una búsqueda de motivaciones sociológicas con mucha más enjundia intelectual que aquel simple “son una panda de delincuentes” que algunos pretendían dar como explicación rápida.

En una semana, buscar conexiones entre las revueltas de Londres y movimientos como los indignados en España, la primavera árabe, el verano israelí o la Plaza Syntagma griega, misteriosamente, ya no resulta tan absurdo ni tan terrible, y es algo que defienden desde Thomas Friedman en el New York Times hasta Umair Haque en Harvard Business Review, pasando por muchos otros.

Considero que es un tema que se debe tratar con cierta amplitud. Vamos con algunas lecturas recomendables que he ido encontrando, en algunos casos acompañadas de citas que pueden servir para contextualizar y entender el fenómeno con una perspectiva más enriquecedora:

  • Ya la semana pasada señalaba este artículo de Nina Power en The Guardian, “There is a context to London’s riots that can’t be ignored”, en el que se relacionaba el estallido de la violencia con los recortes, las medidas de austeridad y el uso de la policía para reprimir las revueltas estudiantiles.

Those condemning the events of the past couple of nights in north London and elsewhere would do well to take a step back and consider the bigger picture: a country in which the richest 10% are now 100 times better off than the poorest, where consumerism predicated on personal debt has been pushed for years as the solution to a faltering economy, and where, according to the OECD, social mobility is worse than any other developed country.”

…líderes comunitarios y los propios manifestantes dicen que la violencia es una expresión de la frustración que sienten los habitantes pobres de un país que figura entre los más desiguales en el mundo desarrollado. ”Elevaron las cuotas (de la universidad), recortaron las asignaciones (infantiles). Todo el mundo usó la violencia como una oportunidad para protestar”

  • Explicaciones que apuntan a la llamada riot psychology, a las que contribuye la pérdida de la referencia que suponía la policía como forma legítima de uso de la violencia por parte del estado en una democracia, como se apunta en este artículo de Mind Hacks,

… the fact that thousands of young people across the country don't have faith in police is a much deeper social problem that can't be solved through street tactics

  • También en El País, el reportaje “Una semana de furia” apunta a algo que también comentamos hace una semana: que quedarse con explicaciones simplistas es negarse a buscar una solución real:

Es obvio que algunos tenían como único objetivo utilizar los disturbios para delinquir. Pero no todos. Castigar a cada uno de ellos como si fueran jóvenes desencantados que se han echado a la calle por razones criminales, significa no comprender y desfigurar los disturbios (…) El Gobierno tiene que entender que si utiliza el crimen como explicación, no va a comprender el comportamiento que representaban los disturbios. Que si etiquetan a los participantes como criminales, no va a comprender el fenómeno.”

  • La búsqueda de la correlación entre recortes presupuestarios y el estallido de conflictos sociales es recurrente, y se cita abundantemente un paper de Jacopo Ponticelli y Hans-Joachim Voth que aporta una perspectiva histórica sobre el tema, titulado “Austerity and anarchy: budget cuts and social unrest in Europe, 1919-2009“.
  • Una explicación, la de la correlación con la crisis y su gestión vía recortes, en la que nos encontramos con el dato en el que me apoyaba para hablar (que nunca “amenazar”, como si de alguna manera estuviese yo en situación de hacerlo… menuda estupidez!) de la posible llegada de fenómenos de violencia a nuestro país. Y es que en ese sentido, como deja claro The Economist, tenemos un problema: somos “los líderes absolutos” en la creación de lo que se ha dado en llamar “la generación perdida“.
  • Una entrevista en la BBC con Darcus Howe, intelectual y escritor británico de origen caribeño, en su momento vinculé a un tweet de John Perry Barlow, pero encontré este buen artículo de Alt1040 titulado “Darcus Howe, la insurrección de las masas y el vídeo que jamás volverá a emitir la BBC“,

La tragedia que se está gestando llevaba tiempo en el aire, una tragedia en la que nuestros líderes políticos no han escuchado lo que tenían que decir los jóvenes. Los políticos no tienen ni idea, la policía no tiene ni idea del nivel de frustración y descontento entre los jóvenes en Inglaterra. Lo que está ocurriendo yo no lo llamo disturbios, lo llamo la insurrección de las masas del pueblo. Esto está sucediendo en Siria, está sucediendo en Clapham, está sucediendo en Liverpool, está pasando en Puerto España, Trinidad… es la naturaleza del momento histórico.”

  • El ya citado artículo de Thomas Friedman, “A theory of everything (sort of)” en The New York Times, en el que extraer citas es complejo porque se merecería entrecomillarlo entero (definitivamente recomendable su lectura atenta), pero vamos con un par de ellas:

LONDON burns. The Arab Spring triggers popular rebellions against autocrats across the Arab world. The Israeli Summer brings 250,000 Israelis into the streets, protesting the lack of affordable housing and the way their country is now dominated by an oligopoly of crony capitalists. From Athens to Barcelona, European town squares are being taken over by young people railing against unemployment and the injustice of yawning income gaps, while the angry Tea Party emerges from nowhere and sets American politics on its head.”

This globalization/I.T. revolution is also "super-empowering" individuals, enabling them to challenge hierarchies and traditional authority figures — from business to science to government.

  • Y terminando con el fenomenal artículo de Umair Haque en Harvard Business Review, The Great Splintering, que vuelve a incidir en la búsqueda de una conexión entre los diferentes movimientos en distintas partes del mundo,

But the superstorm’s a global one, not just a cloudburst over Camden Lock. From Tahrir Square to Syntagma Square to Puerta del Sol Square, social upheaval’s spreading — sometimes in droplets, sometimes in floods, sometimes placidly, sometimes…not so placidly. Each example is very different from the others. Yet, the underlying ruptures might be said to be similar: What happens when a nation willfully ignores perhaps the most fundamental lesson of economics, and hopes rent-seeking will equal real prosperity? This does. What happens when a nation either loses, or prevents, a stabilizing middle class? This does. What happens when a government — any government — gets so out of touch with the governed? This does.

Definitivamente, esto no es algo que permita explicaciones simplistas o maximalistas sin correr el riesgo de hacer el ridículo. Matar al mensajero, como absurdamente pretende David Cameron amenazando con cerrar o vigilar las redes sociales, no va a arreglar la cuestión. Estamos ante el cambio más fuerte y de más entidad que hemos vivido en muchas generaciones, un cambio posibilitado por un desarrollo tecnológico. Si lo quieres ver, bien. Si no… da exactamente lo mismo. Va a ocurrir igual lo entiendas o no lo entiendas, contigo o sin ti.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

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