Hace un par de días, Carlos Cuadros, ex-directivo de la Fundación Autor (parte significativa del entramado de la SGAE ahora investigado por el juez Pablo Ruz) y ahora director general de Cine del ministerio de Cultura, afirmó que “el Gobierno está enormemente feliz de la Ley Sinde y de que se esté convirtiendo en referente a nivel internacional”. La noticia, comentada ya en sitios como NaciónRed, me la han enviado varias personas pidiéndome un comentario al respecto. Vamos con ello.
¿En qué clase de realidad paralela viven en el ministerio de Cultura? Observemos lo que realmente está ocurriendo con la ley Sinde y sistemas afines a nivel internacional, concretamente en el Reino Unido: el gobierno de este país, tras comisionar a un académico, Ian Hargreaves, el desarrollo de un informe independiente sobre el estado de la propiedad intelectual, ha concluido que el desarrollo de legislación en este sentido no debe provenir de los esfuerzos de lobby de la industria, sino de la evidencia objetiva. En los que ha sido descrito como una aproximación más madura al copyright, el gobierno británico ha admitido que el copyright había ido demasiado lejos, que el exceso de regulación en este sentido era negativa para la economía del país, y que era preciso adaptar la legislación de propiedad intelectual a los nuevos tiempos, y recoger cuestiones como que la copia nunca sea ilegal cuando se haga para propósitos privados, el desarrollo de leyes de uso justo (fair use) para parodias, citas y usos académicos, la creación de un mercado sencillo y accesible que facilite el uso de las obras, nuevos sistemas que permitan el licenciamiento de obras huérfanas, y un acuerdo para no extender el sistema de patentes a nuevas áreas.
Entre las medidas inmediatas anunciadas por el Gobierno británico está una en concreto: el abandono de los planes de bloqueo de páginas web. Las razones esgrimidas para ello no son ni más ni menos que las que llevamos defendiendo aquí mucho, mucho tiempo: que simplemente, no sirve para nada. Un informe del regulador británico OFCOM demuestra que las herramientas disponibles tanto por el lado de los usuarios como por el de los administradores de sitios web convierten la persecución en un inútil juego de gato y ratón en el que resulta estúpido entrar.
La solidez de las afirmaciones realizadas por Cuadros en la entrevista queda perfectamente clara: más que “referente a nivel internacional”, la ley Sinde y sus absurdos y alambicados procedimientos han sido calificados como inútiles, y su adopción ha sido abandonada. Si algún otro país quiere perder el tiempo inútilmente, puede dedicarse a ello, pero la realidad es la que es. Para lo que sí vale la entrevista de Cuadros es para darse cuenta del patético estado de los derechos de propiedad intelectual en nuestro país, y hasta qué punto dificultan el desarrollo de ese tan necesario mercado abierto que tanto creadores como consumidores necesitan.
Todo el desarrollo de la llamada ley Sinde, desde su introducción irregular en la ley de Economía Sostenible hasta el esperpento de su tramitación, es inútil y absurdo. No servirá para nada. Y lo más claro de todo esto es lo peligroso que resulta tener a todo un ministerio, y por extensión, a todo un gobierno, viviendo en una realidad paralela.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.