La verdad es que, de entrada, no me llamó demasiado la atención la aparición de los dominios .tel (vídeo promocional, white paper en español): su propósito me parecía redundante con respecto a las muchas otras formas de diseminar la información de contacto de una persona, tales como una red social o simplemente un dominio de otro tipo en el que hubiese una página titulada “información de contacto“, como de hecho ya tengo. Lo veía como un gasto más asociado a un dominio extra, un gasto superfluo y prescindible.
La novedad de los dominios .tel estriba en almacenar el repositorio de contactos directamente en el DNS, en lugar de utilizar éste para proveer los detalles de las páginas en las que la información se encuentra alojada: esto hace que no sea preciso tener una página web para poder proveer tu información de contacto, y que se facilite además el acceso multiplataforma. Cuando se anunció la apertura del registro en Telnic, me fui a probarlo simplemente por una mezcla de curiosidad académica - me gusta probar las cosas para poder hablar de ellas con propiedad en clase - y de registro defensivo, para evitar algún tipo de cybersquatting. Sin embargo, a pesar de acudir de manera bastante rápida tras la apertura del registro, me encontré con que enriquedans.tel ya estaba reservado. La verdad, pensé que flaco favor hacían estos dominios si una persona con un nombre relativamente poco común - creo ser el único Enrique Dans en España además de mi padre, y por el momento solo tengo noticias de otra persona con el mismo nombre en Argentina - no era capaz de conseguir su propio dominio con el registro prácticamente recién abierto. Me encontré, sin embargo, con la sorpresa de que el registro de mi nombre había sido efectuado por Edelman, encargada de la comunicación del dominio .tel, con la intención de regalármelo durante el primer año para que lo probase, ante lo cual acepté, rellené mis datos en el mismo, y lo incluí como información de contacto en la página de contacto del blog. No he probado todavía TelFriends, la funcionalidad social, es decir, el abrir selectivamente a determinadas personas algunas partes del perfil de contacto.
Al hilo de haber empezado a utilizarlo, me llegan noticias de personas que viven en Estados Unidos (gracias, Rosa) que me comentan que en la última semana se han comprado casi todos los dominios de empresas importantes y no tan importantes, así como la mayor parte de palabras genéricas, tanto en español como en inglés. Además, parece haberse desatado una auténtica fiebre por la compra de dominios, que ha llevado en muy poco tiempo a ver dominios .tel utilizados por amigos y empresas como contacto. De hecho, los registros alcanzaron el número de cien mil a las treinta y seis horas de haberse abierto su disponibilidad al público general. A estas alturas, los puedes encontrar ya en todos los registradores habituales de dominios, a precios que comienzan en torno a los nueve euros.
Sin duda, la utilidad de este tipo de sistemas depende fundamentalmente de su aceptación general, es decir, de su curva de difusión como innovación. Y por el momento, a juzgar por los indicios que podemos ver al respecto, no parece estar yéndoles demasiado mal en este sentido. No seré yo quien se dedique a promocionar la venta de dominios .tel, que no me va nada en ello, pero posiblemente convenga estar pendiente de su rápido incremento de popularidad.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.