Hoy, seis meses después de mi último incidente con Emoción de Movistar, me ha vuelto a llegar en mi factura otro cargo de un euro por el mismo concepto. Y estamos en lo mismo de siempre: no es el euro, que francamente me da igual. Es que Emoción es un servicio que jamás solicité a mi operadora. Que además de no haber solicitado, he dado de baja ya de manera proactiva y consciente no en una ni dos, sino en tres ocasiones. Que además no tiene ningún sentido con el tipo de contrato que yo tengo, porque en un contrato BlackBerry con tarifa plana el servicio de Emoción sería simplemente absurdo. Y que para más gracia, me prometieron la última vez, después de convertirme en el primer resultado de Google España cuando buscabas “609″ (impresionante documento esa página de resultados), que modificarían sus rutinas para evitar que ese servicio siguiese causando problemas.
Nada. Todo mentira. A estas alturas, y ante la evidente reiteración, ya no puedo pensar en un descuido. El servicio, ahí sigue. El euro, vete tú a saber a cuántos clientes se lo han cobrado de manera completamente indebida, uniéndose a todos los cobros igualmente indebidos que ya hacen gracias a la cantidad de gente que aprieta el botón o la opción de menú sin querer. No hay maldita manera de cancelar este servicio. Me iría a reclamar a Consumo, si no fuera porque iba a dar igual: al cabo de un cierto tiempo, el servicio volvería a aparecer, y a Telefonica le daría exactamente lo mismo. ¿Llamar al 609? Ayer, tras haber colgado el teléfono dos veces y no solucionarme el problema, todavía tuve que oir como una operadora le decía a otra “hay muchas llamadas en espera”, y como la otra le respondía “que se vayan a la mierda”…
Lo que están haciendo con Emoción entra dentro de la categoría de robo: beneficiarse de un planteamiento absurdo de una “internet de operadora” que viola completamente el concepto de neutralidad de la red, que cobra la conexión a un precio ridículamente elevado y que, en realidad, ningún cliente quiere utilizar de manera voluntaria, únicamente “caen” por descuido o directamente se les factura aunque no lo hayan usado. Ante la llegada de la crisis, la consigna de Telefonica fue “no eliminar ninguna línea de negocio que sea facturable”: y ahí estamos, comiéndonos un servicio completamente absurdo y sin sentido en los tiempos que corren. Es como dedicarte a tirar tu basura por encima de las cabezas de tus clientes, cobrarles por ello, y encima pretender que les parezca bien.
Movistar… ¿se puede saber por favor de qué manera puedo librarme de tan absurdo servicio y no volverlo a ver jamás en mi factura? Pero “jamás”, es “jamás”. Me explico: “jamás“. No que vuelva a aparecer en tres meses, ni en seis, ni en doce. Lo que quiero es que no vuelva NUNCA. Que no tenga que mirar atentamente cada factura “para ver si me lo han colado otra vez”. Ahora, quiera o no quiera, tengo Emoción: si no es porque me la cobran, es porque cada vez que llega la factura de mi operadora tengo que armarme de lupa y rebuscar de manera “Emocionante” entre todos los cargos para ver si me están queriendo timar otra vez. El euro es lo de menos, lo que importa es la pérdida de la confianza. ¿Con quién he contratado yo mi servicio telefónico? ¿Con un operador serio o con un maldito trilero? ¿Con un timador profesional? ¡¡Quiero tener con mi operadora una relación de confianza, una mínima tranquilidad, no un tener que estar vigilándolo todo en cada momento para comprobar que no me están robando otra vez!! ¿De verdad resulta tanto pedir?
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.