Efectivamente, a estas alturas de mi vida y superando ya los cuarenta, nunca podré agradecer lo suficiente a Rafael Martínez-Simancas, columnista de El Mundo, el referirse a mí con el calificativo de “un joven” :-) Efectivamente, el de las imágenes que mostraron fugazmente los telediarios del sábado por la noche y el de esa foto del diario El Mundo del domingo era yo, por mucho que el calificativo de “joven” peque de optimista y que además, para terminar de redondear el acierto del pie de foto, no estuviese en ese momento explicándole a Mariano Rajoy nada relacionado con Facebook, sino hablando sobre propiedad intelectual. De hecho, lo que tenía en ese momento en la pantalla no era Facebook, sino una entrada de este mismo blog que ahora tienes delante de tus ojos.
Las razones por las cuales me encontraba en ese momento con el máximo dirigente del Partido Popular fueron las mismas que las que, doce días antes, me llevaron a comer con él en un restaurante madrileño de la calle Fernando el Santo: algo tan sencillo como que me habían comunicado su interés en reunirse conmigo y con otras cuatro personas con experiencia en la red. Y ante dicho interés, opté por decir que sí: sabido es mi interés por cómo la tecnología afecta a prácticamente todas las actividades del ser humano, incluida por supuesto la política. Mi vinculación al Partido Popular es, por el momento, inexistente: simples expresiones de interés en contrastar ideas con respecto a temas en los que, por la razón que sea, me consideran una voz autorizada. Carezco de cargo o afiliación alguna, y me sigo moviendo dentro de los parámetros que caracterizan el resto de mi actividad profesional. Previamente, había compartido con el Partido Popular otras reflexiones en la ya lejana Convención del 2006, con el PSOE en las I Jornadas de Red de Blogs Socialistas, con el Grupo Popular en la Asamblea de Madrid el pasado verano, y con representantes de varios grupos políticos en diversos ámbitos (Congreso, Senado y Asamblea de Madrid) en el curso que todos los años imparto en el Instituto de Empresa. El contacto con la vida política no me resulta extraño.
Por el momento, todo lo que puedo decir es que efectivamente nos hemos reunido, que hemos intercambiado numerosas ideas, y que la relación que mantengamos el Partido Popular y yo en el futuro no está todavía definida. Que en caso de desarrollarse, estará sujeta a los mismos parámetros de discreción que rigen mi labor como consultor o asesor de diversas empresas - efectivamente, hay una parte de mi actividad sobre la que no suelo escribir ni twittear por una elemental regla de respeto a mis clientes - y que si me pregunta alguien, entre que dicha colaboración llegue a tener lugar o no, me quedo decididamente con la primera opción, aunque lógicamente, no depende solo de mí. Las razones por las que la cuestión me interesa son varias: la primera, que me he sentido halagado por la aproximación. La segunda, que no estoy en absoluto sólo en este tema y que las personas que me rodean me parece que tienen muchas y muy buenas cosas que aportar. Y la tercera, que por el momento, he encontrado una buena sintonía entre el planteamiento de mis ideas - conocidas por cualquiera que lea habitualmente esta página - y la forma en que el Partido Popular en general y su líder en particular, Mariano Rajoy, las están recibiendo.
Mi planteamiento ha sido en todo momento el de que un partido no me interesa por el uso que de Internet haga en sus campañas, ni por el número de amiguitos que tenga en Facebook o la cantidad de fotos que tenga colgadas en Flickr. Me interesa en función de lo que diga que va a hacer con Internet, de si entiende la red o no, de si ve en ella un impresionante instrumento de progreso o un peligroso nido de ladrones y pederastas que hay que “controlar”. Actitudes e intenciones que tiendan a liberalizar y universalizar el uso de Internet, que consideren la neutralidad de la red una norma de fe, que no criminalicen a los usuarios, que no pretendan violar su privacidad ni el secreto de sus telecomunicaciones, ni mucho menos pedir a empresas privadas que lo hagan con el argumento trasnochado de proteger lo que no necesita ser protegido. Me intereso por opciones que me permitan mirar a la cara a mis lectores, y afirmar que trabajo por conseguir aquellas cosas que habitualmente cuento en mi página. Si tengo la oportunidad, intentaré hacer llegar esas ideas allá donde puedan ejercer la influencia oportuna. Y por el momento, solo por el momento - y no quiero pecar de optimista, porque solo llevamos una reunión y una serie de intercambios de opiniones a través de algunos Google Docs - debo decir que quien me ha dado la oportunidad de hacer llegar esas convicciones al nivel adecuado ha sido el Partido Popular, y que además me he encontrado cómodo hablándolas con ellos. En función de como se plantee la cosa, seguiremos informando.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.