Esta semana estuve probando el uso del iPhone - o en mi caso, un iPod Touch, pero funciona exactamente igual - para hacer presentaciones con Keynote, y aquí está mi experiencia, por si puede resultar útil para los que tenéis que hacer presentaciones habitualmente:
Lo que me atrajo cuando lo vi fue la posibilidad de no tener que mirar a la pantalla durante la presentación, algo que parece trivial, pero que no lo es tanto: para mí, una de las ventajas fundamentales de Keynote es la “pantalla del presentador“, en la que veo la diapositiva que estoy usando, la que viene después, el control de tiempo de la presentación y un reloj, así como mis notas en el caso de que las use. Desde que hace ya más de un año me cambié a Keynote, la pantalla del presentador ha cambiado mi estilo en una dirección que me interesa mucho: he pasado de usar muy poco texto, a no usar prácticamente ninguno, lo que me permite presentaciones mucho más minimalistas, más basadas en la atención al ponente en lugar de dirigir la atención de manera inevitable a la lectura del texto en la diapositiva, y con una ventaja añadida: para alguien que se ve obligado a mantener todo su material en dos versiones, español e inglés (doy más clases en inglés que en español), las necesidades de traducción se reducen hasta llegar a ser casi cero (página de título, de despedida, y algún que otro dato… mis notas me da exactamente igual que estén en un idioma o en otro).
Para configurar el iPhone como control de presentaciones es preciso actualizar a iWork 09, primera versión en la que aparece esta prestación. La actualización cuesta €79 ó €99 para el paquete familiar de cinco licencias, y prácticamente no requiere aprendizaje alguno con respecto a la anterior, aunque se mejoran algunas cosas como el catálogo de transiciones, las rutinas de importación y exportación, o la integración con MobileMe, entre otras. Después, es preciso descargarse de la App Store la aplicación Keynote Remote, que cuesta €0.79, una descarga de menos de un minuto. Para ello, el software del iPhone o iPod Touch tiene que estar actualizado por encima de la versión 2, lo que me llevó a des-jailbreakear (bonito palabro) previamente el mío.
Tras la instalación, hay que tener tanto el iPhone como el ordenador en la misma WiFi, o bien crear tu propia WiFi desde la máquina. El hecho de que funcione mediante WiFi significa que, por un lado, el alcance es sensiblemente mayor que el del típico ratón inalámbrico: si te gusta moverte mientras presentas, ahora te puedes ir hasta el fondo de la sala si te apetece. En el iPhone ves prácticamente lo mismo que en la pantalla del presentador, pero con una limitación debida al tamaño de la pantalla: debes elegir entre formato vertical u horizontal - no responde al cambio de orientación mediante el acelerómetro - y mientras en el vertical ves la diapositiva en la que estás y sus notas, en horizontal previsualizas la diapositiva siguiente, pero no las notas. Cambiar de orientación durante la presentación, aunque posible en cuatro toques de pantalla, no resulta especialmente operativo (las cosas no se hacen igual de fáciles cuando estás ante una audiencia), lo que hace que te tengas que plantear antes de empezar la presentación de qué quieres prescindir, si de las notas del presentador o de la previsualización de la siguiente diapositiva. El cambio de diapositiva mediante el desplazamiento del dedo es un gustazo: la identificación visual correcta de la diapositiva que viene (que debería evitarte mirar a la pantalla) lógicamente, solo es adecuada si usas muy poco texto o si estás muy familiarizado con tu presentación.
Detalles que es interesante tener en cuenta:
- Batería: mantener permanentemente abierta la WiFi y encendida la pantalla gasta batería. En mi caso, un iPod Touch de primera generación, calculo que consumo media carga de batería en una presentación de hora y media, lo que hace recomendable que te asegures de partir de un buen nivel de carga antes de empezar la presentación.
- Si usas un iPhone, desconecta el teléfono :-) No sé qué pasará si te llaman durante la presentación, pero no debe de ser agradable…
- Si usas en tu presentación vínculos activos para saltar a diferentes puntos de la misma o para lanzar conexiones a Internet, ten en cuenta que son cosas que no podrás hacer desde el terminal. Asegúrate de estar cerca del ordenador cuando pretendas hacerlo.
- El avance y retroceso de diapositivas va de una en una, con la excepción de la vuelta al principio. No existe una pantalla con un índice de diapositivas o alguna forma de verlas todas y señalar la que quieres. Si crees que tendrás que “saltar” de una parte a otra de la presentación y tienes muchas diapositivas, acabarás antes seguramente yéndote hasta el ordenador.
Hay que tener en cuenta que hablamos de una primera versión, que imagino irá mejorando con las sugerencias de los usuarios. A mí, por el momento, aparte del “wow factor”, me aporta algo de comodidad por el hecho de evitar las miradas a la pantalla de mi ordenador o a la general, pero todavía no me atrevería, por ejemplo, a dejar mi ordenador tras el escenario, aunque posiblemente acabe haciéndolo, porque según la disposición de las salas, no siempre es cómodo o posible tener el ordenador delante de uno. En cualquier caso, una innovación interesante que me apetecía probar.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.