Juan Pablo, un amigo al que conozco desde hace muchos, muchos años, ha empezado una aventura empresarial llamada Soloraf, consistente en el envío a domicilio de tomates RAF desde ese “mar de plástico” que es la huerta almeriense. Una iniciativa interesante, de la que Juanpi va dando buena cuenta en el blog de la compañía, y que se enmarca en una tendencia creciente de desintermediación en el sector alimentario, que llevo tiempo estudiando de manera muy activa. Empresas pioneras como Naranjas Lola, Recapte y otras llevan tiempo probando la eficiencia del concepto con buenos resultados, y nos llevan a plantearnos qué porcentaje de nuestra cesta de la compra acabará llegando a nuestra casa siguiendo estos modelos “de cadena corta”.
El planteamiento es claro: la cadena logística habitual del sector es larga y compleja, y determina incrementos de precio muy elevados entre sus extremos, el productor y el consumidor final. Los efectos perversos de esta situación son entre otros, un reparto de margen con un porcentaje excesivo del valor absorbido por intermediarios (hasta un 80%), y un time-to-market poco recomendable en productos perecederos si se quiere garantizar la calidad. Los modelos diseñados para hacer frente al problema se basan, en un mayor o menor grado, en la desintermediación: en algunos casos, es el propio productor el que pasa a comercializar directamente su producción, introduciendo habitualmente para ello a un operador logístico que hace llegar el producto directamente al consumidor. En otros, aparece una tercera empresa próxima al productor, que adquiere el producto en origen, lo procesa y lo envía de la misma forma. De manera más o menos radical, parece evidente que frente al procedimiento habitual, con múltiples intermediarios, embarques, desembarques, cámaras frigoríficas, asentamiento en mercados, etc., el camino que el producto sigue de un extremo a otro aparece notablemente facilitado, tanto en coste como en tiempo.
Otro matiz interesante aparece al pensar en la estructura de los mercados. En un mercado poco sofisticado, las frutas son frutas, las naranjas son naranjas, y los tomates son tomates. Eso es todo. Los clientes van al mercado, compran básicamente “lo que hay”, y pagan “lo que marca”. Pero en un mercado con tendencia creciente a la sofisticación, empiezan a aparecer clientes que demandan productos en un abanico amplio de calidades, y que están dispuestos a pagar por ellos una cantidad diferencial. El tipo de productos ofrecido por estas empresas no se dirige al mercado mayoritario, sino a un “descremado” del mismo que valora unos aspectos determinados. En muchas ocasiones, al nostálgico que probó las naranjas recién cogidas del árbol en alguna ocasión, al que valora los productos de una procedencia determinada, o al que pasó un tiempo consumiendo productos en su origen. Ese que sabe que el sabor y la calidad de determinados productos no es el que obtiene cuando los compra en el supermercado. Es, decididamente, un producto long tail, para quienes lo saben apreciar. Empresas que deben poder ser rentables con porcentajes de mercado mínimos, y que para ello deben adoptar estructuras de costes sumamente prudentes, y mucha creatividad a la hora de alcanzar su mercado: en este caso, Juan Pablo ha hecho un uso extensivo de todas las herramientas de la llamada “web social”: blog, Twitter, Facebook, Dipity… los resultados, en Google Analytics: una dimensión sin duda pequeña, y en gran medida proveniente de estas acciones, que funcionan bien cuando quien las hace, las entiende de verdad.
Veremos cómo va la cosa. Para lanzarse a la aventura empresarial en España y en estos tiempos de crisis que corremos, no cabe duda que hay que echarle un buen par de… tomates :-)
(Enlace a la entrada original - Licencia)
Qué coincidencia que todos los casos de estudio que saca en el blog sean de amigos suyos. Y por cierto, leyendo los comentarios de la entrada original me parece a mí que la cosa no tiene el más mínimo interés (¿7 euros de gastos de envío? ¿Así es como sustituimos la intermediación?) salvo ese, que es amigo suyo.
ResponderEliminarJuro que estoy perplejo:
ResponderEliminarPost largo sobre intermediarios en España y de como influyen en el precio final los mismos, presenta el servicio de su amigo y llegamos a la conclusion de que:
Tomtate RAF via tradicional, con intermediarios:
4-5 Euros/Kilo calidad bastante buena
Tomate RAF de Soloraf:
14,50 Euros/Kilo
Definitivamente: VIVAN LOS INTERMEDIARIOS.
Lo peor es que hay gente que ve viable el tema y ademas aplaude la iniciativa... nos hemos vuelto todos imbeciles o que? en fin...
Está claro que habla de ello porque es amigo suyo. Enrique no niega esas cosas. Si tuviera verdadero interés en la desintermediación hubier preguntado a los montones de vendedores de Raf que hay en internet:
ResponderEliminarhttp://www.tomateraf.com
http://www.tomatomateraf.es
http://www.tomaraf.com
De verdad que alucino...
ResponderEliminarSi yo quiero montar una frutería en Madrid, necesito todos los permisos del Ayuntamiento, Comunidad y Ministerio de Sanidad y consumo.
Mis empleados necesitan el carnet de manipulador, mi establecimiento debe cumplir todas las normas vigentes y mis cámaras frigoríficas deben ser de última generación (con Twitter incluído).
También estoy obligado a comprar la mercancia en Mercamadrid y pasar todas las inspecciones y controles sanitarios.
Mi frutería tiene que ser un 10 en todos los aspectos, ya que vendo ALIMENTOS que consumen los ciudadanos y evitar casos como el de la colza, etc.
Pero si decido crear mi negocio en internet, solo necesito una web, acudir una vez a la semana a la subasta de mi pueblo y ser amigo de Enrique.
Soloraf es una iniciativa de Punto Nodal, s.l.
B04655171 - Almería
T. 950 880 198 | info@soloraf.es
Sin domicilio, ni Registro Sanitario, etc, etc, etc. Eso si, tienen departamento de I+D.