Siguiendo con la interesante discusión de hace unas semanas sobre el correo electrónico como aplicación corporativa, veo en Smart Mobs como una universidad, Boston College, decide llevar al límite el concepto de comoditización del servicio: harta de ofrecer cuentas de correo electrónico a sus estudiantes en condiciones mucho peores que las que éstos pueden obtener de manera gratuita en el mercado, la universidad ha decidido no ofrecer cuentas de correo a los nuevos estudiantes que entren a partir de este año. En su lugar, ofrecerá un servicio de redirección a la cuenta que el estudiante elija.
Además del problema evidente de no poder ofrecer de una manera económicamente viable los mismos servicios que los proveedores habituales de correo ofrecen, la universidad se encontraba con otro problema: una gran mayoría de los estudiantes rechazaban el servicio porque consideraban que ya tenían desarrollada su identidad digital alrededor de alguna otra cuenta de correo, desde mucho antes de poner el pie en el campus.
Para los entornos corporativos, este tipo de decisiones supone una llamada de atención: obviamente, los requisitos de seguridad y confidencialidad son mayores en la vida empresarial que en la comunitaria, pero, ¿realmente interesa seguir invirtiendo en ofrecer servicios de correo electrónico a los empleados, cuando muchos de éstos prefieren, de hecho, utilizar sus cuentas personales porque - sencillamente - son mejores y más cómodas en su acceso? ¿Cuánto tiempo van a seguir los responsables de tecnología corporativos engañando a sus jefes con la idea de que el correo que la empresa ofrece es “mejor” o “más seguro” que el que es capaz de ofrecer un especialista en ese tipo de servicios?
Una cuenta personal bien atendida y manejada por una persona con la formación adecuada es igual de segura, si no más, que un correo corporativo: es más, puestos a desarrollar la responsabilidad sobre su uso, los trabajadores tienden a percibir el correo corporativo como algo “de cuya seguridad se encarga otro”, mientras que ven el correo personal como “algo suyo”, en lo que sí deben mantener un adecuado nivel de precaución. Con la formación necesaria sobre seguridad en temas como el manejo de contraseñas y temas relacionados que evite problemas como el reciente de Sarah Palin (no, no todos los usuarios son como Sarah Palin), una cuenta de correo externa puede ofrecer un nivel de seguridad equivalente al de una corporativa, y un nivel de calidad y servicio prácticamente siempre superior. El correo electrónico se está convirtiendo cada vez más en algo personal: el individuo lo mantiene y maneja según sus preferencias, y le acompaña si se cambia de trabajo o de circunstancias. De la misma manera que las empresas hoy no cavan pozos de agua ni construyen centrales eléctricas, el correo electrónico avanza de manera imparable hacia la comoditización.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
0 comentarios:
Publicar un comentario
ATENCIÓN: Google ha metido en Blogger un sistema antispam automático que clasifica como spam casi lo que le da la gana y que no se puede desactivar.
Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.