Julio Alonso pone de manifiesto las enormes dudas que presenta el nuevo informe de la IAB sobre inversión online: un enorme agujero que “se traga” toda la inversión en medios distintos a los llamados “portales” y a los medios convencionales. La publicidad en blogs, de la que Julio sabe un rato largo, queda reducida a una cifra ridícula, en absoluto representativa de la realidad, y la credibilidad de la IAB se diluye entre dudas de intentos de favorecer a unos soportes que son además sus principales accionistas.
La cifra que casi esconde el informe de la IAB supone una cantidad tan desproporcionadamente inferior a la realidad con respecto a la publicidad en los llamados “nuevos soportes” - que tienen de “nuevos” ya lo mismo que yo de santo o de enano - que resulta difícil pensar en un error metodológico. La cifra es más de diez veces inferior que la facturación de solo uno de los competidores del subsegmento, competidor que, por mucho dominio que pudiera llegar tener, no acapara ni mucho menos la totalidad del mercado. Además, el informe apunta una trayectoria descendente en la inversión publicitaria en blogs que resulta ser completamente falsa, que distorsiona completamente la realidad. La cifra proporcionada por el estudio de IAB es tan sumamente arbitraria, que podrían haberla obtenido levantando al viento el dedo índice previamente humedecido, lo que provoca numerosas dudas sobre el papel de la IAB como referente del sector, y más cuando, de cara a la realización del informe, no han tenido siquiera el detalle de dirigirse a las empresas implicadas para preguntar.
¿Qué interés tiene la IAB en minimizar un segmento de la publicidad en Internet? Simplemente, el provocar que los anunciantes y las agencias vean un panorama distorsionado, en el que los medios tradicionales - portales y medios de comunicación - acaparan la totalidad de la inversión, mientras los “otros” medios, pujantes y emergentes, desaparecen diluídos precisamente en el apartado de “otros”. Flaco favor hace la IAB a la industria y a su propia credibilidad cometiendo por segundo año consecutivo el pecado de la omisión. Si es por metodología, malo. Y si es por interés, mucho peor. Nos quedaremos a la espera de una rectificación metodológica que ponga las cosas en su sitio.
DISCLAIMER: Tengo una pequeña participación accionarial en Weblogs, S.L., lo que me permite conocer perfectamente las cifras de las que hablamos. Pero en esta entrada no pretendo defender los intereses de nadie, que bastante bien se defienden solos, sino poner las cosas en su sitio y pintar la realidad con su color correspondiente.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.