Ha sido durante cierto tiempo un rumor persistente, pero según TechCrunch, la cosa ya parece ir en serio: Google parece estar aproximando posturas con respecto a una posible adquisición de Digg en torno a los doscientos millones de dólares.
La operación no deja de tener su atractivo: por un lado, recorta el suministro de oxígeno a un competidor (Microsoft administra la publicidad en Digg, un acuerdo que quedaría roto en caso de hacerse Google con la propiedad del filtro social), por otro, trae a Google una serie de habilidades que, como bien saben los que están cerca del funcionamiento de un filtro social en cualquiera de sus sentidos, resultan de todo menos obvias. Y una serie de habilidades, además, que en Google parecen estar más que de moda: en cierto sentido, es como si “el rey de los algoritmos de relevancia” hubiese comprobado que no hay “nada como el toque humano”, y parece querer incorporar ese punto a muchos de sus productos, incluyendo la sacrosanta búsqueda.
En Google, prácticamente todo se mueve mediante algún algoritmo: desde los resultados de tus búsquedas hasta las noticias que lees, pasando como no por la publicidad que recibes o muestras en tu página. Fue el funcionamiento de esos algoritmos lo que marcó la diferencia en su momento entre Google y otros buscadores: las búsquedas eran, simplemente, más relevantes. Pero en cierto sentido, a pesar de la supremacía de la empresa en este sentido con respecto a lo que había en el mundo A.G. (Antes de Google), persistía una cierta sensación de ser “tuerto en el país de los ciegos”: las búsquedas son mejores que las de la competencia, sí, pero… ¿son de verdad lo que podrían ser? En el caso de la publicidad, el contraste es aún más fuerte y los algoritmos más aparentemente primarios: el encaje entre ublicidad, contenidos y visitante es muchas veces de chiste, burdo hasta el límite, sometido al capricho de una mera coincidencia casual de palabras sin tener en cuenta ni contexto, ni nada. En los últimos tiempos, Google, influenciado posiblemente por iniciativas de tipo human-powered search como Wikia Search o Mahalo, parece interesado en el uso de filtros sociales para intentar mejorar algunos de dichos algoritmos. Y para aprender, en este caso, nada mejor que incorporar talento y experiencia.
Para mí, la operación, independientemente de la consistencia del rumor, tiene sentido: los filtros sociales y su funcionamiento asimétrico se han convertido en auténticos brokers de tráfico, en algunos casos en referencias del movimiento de visitas de todo un país, y eso tiene un componente de tendencia dentro de la la web a la que Google no puede estar ajena. Para finalizar, resulta curioso el papel de Microsoft en todo ésto: tras largo tiempo cortejando a Digg y tras haber conseguido quedarse en su momento con la gestión de su publicidad, ahora se ve sobrepujado por Google en la competencia por la adquisición, y según TechCrunch, se queda directamente fuera del rango discutido en la mesa de negociación. ¿Por qué? Obviamente, no es por recursos disponibles. Simplemente, es porque para Microsoft, el valor de Digg se circunscribe a su potencial como plataforma publicitaria, en un esquema además muy de CPM dada la escasa tendencia de los usuarios a hacer clic en los anuncios. El valor adicional que Google puede pagar para entender e incorporar los filtros sociales como elemento diferencial en sus algoritmos comprándose para ello el mayor filtro social de toda la web es algo que Microsoft, que aún no ha llegado a ese punto en el desarrollo, todavía no sabe ni está dispuesta a valorar en una hipotética adquisición, incluso aunque ésta conlleve el “precio adicional” de perder la gestión de Digg como plataforma publicitaria. En este caso, es justo hablar de la importantísima diferencia entre el precio de Digg, y su valor para unos u otros: ¿vale Digg doscientos millones? Como decía Machado, “solo un necio confunde valor y precio”.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.