23 enero 2013

Hablando sobre Mega y Kim Dotcom, en Zoom News

Aurora Muñoz, de ZoomNews, me envió algunas preguntas por correo electrónico para hablar sobre el relanzamiento de Mega, los planes de Kim Dotcom y la posible trascendencia del tema de cara a futuro. Hoy ha publicado algunos fragmentos de mi opinión en su artículo titulado “Los defensores del ‘copyleft’ celebran el regreso de la plataforma de almacenamiento de Dotcom“, un título que no es completamente exacto en su interpretación: yo no me dedico a “celebrar” nada ni a defender a nadie… como ya he comentado en varias ocasiones, Kim Dotcom ya tiene abogados para que le defiendan, yo me limito a la observación y al análisis como académico que soy, y la vuelta de Mega me parece muy interesante por lo que conlleva de cuestionamiento de un sistema absurdo e inviable.

En el artículo hay también opiniones muy interesantes de David BravoPepe Cerezo y Jorge Cortell.

A continuación, el intercambio completo (y muy extenso, anticipo) de preguntas y respuestas que crucé con Aurora:

P. ¿Cómo valoran el regreso de Dotcom, en menos de un año?

R. Dotcom ha demostrado exactamente lo que quería demostrar: que cerrar Megaupload, además de una actuación irregular y fuera de la ley, fue un tremendo error. Ahora no solo ha vuelto, sino que lo ha hecho con una campaña de publicidad gratuita enorme y con un funcionamiento que la convierte en mucho más potente, mucho más difícil de controlar. Y Mega solo es un primer paso en la batería de productos que Dotcom está preparando. La industria de los contenidos se ha buscado un muy mal enemigo.

P. ¿Creen que el nuevo proyecto tendrá los garantes legales para esquivar el final de su antecesora?

R. Es tan sencillo como subir un contenido a Mega, y compartirlo con tus contactos, algunos de los cuales se la pasarán a sus propios contactos, y así sucesivamente. Si un enlace es compartido en una web externa a Mega y es retirado, el contenido ya circula libremente por Mega de forma totalmente opaca, y cada copia del archivo tiene su propio cifrado y clave. Si alguien pone un enlace de Mega en otra página, habrá quien se baje el contenido inmediatamente, otros simplemente lo importarán en su cuenta de Mega para verlo en otro momento. Al importar un fichero, cambia el identificador del mismo, porque se vuelve a cifrar de manera robusta por un nuevo usuario, y ni siquiera Mega sabe ni puede saber lo que hay en su interior. A partir de ese momento, da lo mismo si el enlace o el contenido es retirado de la otra página, o si la MPAA le pide a Mega que retire el fichero. Lo más que Mega puede retirar es el identificador que fue publicado en la otra página, pero los usuarios que importaron ese contenido lo seguirán teniendo y pudiéndolo compartir. Es básicamente imposible de detener, porque está creado precisamente con esos argumentos como única obsesión. Dotcom está empeñado en probar que el sistema no funciona.

P. ¿Podría deducirse de este renacimiento que la piratería es invencible? En caso afirmativo, ¿a qué se debe la fortaleza de las P2P y páginas de enlaces?

R. A que la circulación de contenidos es una característica de internet. La red fue originalmente un proyecto militar construido como una forma de asegurar que la información podía llegar de un nodo a otro fuese de la manera que fuese, mediante un protocolo enormemente robusto que fragmenta en paquetes la información en un extremo, los envía de manera independiente, y los reagrupa en el otro. La red interpreta la censura de un nodo como un bloqueo, y simplemente vuelve a enrutar los paquetes perdidos a través de otro nodo. Lo único inteligente es aprender a reconstruir tu modelo de negocio en un escenario así, porque intentar cambiar el escenario es tan patético como pensar en los dinosaurios intentando evitar la glaciación.

P. La ministra Sinde hizo un poderoso esfuerzo para tratar de proteger los derechos de autor, aunque la ley fue tremendamente impopular. En La Red hay un movimiento que defiende férreamente el derecho a compartir documentos, incluso citan una circular de la Fiscalía para justificar que la acción no es ilegal siempre y cuando no tenga ánimo de lucro. ¿Qué hay de cierto en eso? ¿Se ha malinterpretado el documento o en España aún es legal?

R. La ministra Sinde se dedicó desde el primer momento a retorcer las leyes y a poner los intereses de su industria por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos. El resultado no fue una ley, sino un engendro absurdo que pretende impartir una justicia a medida de la industria de los contenidos y de las entidades de gestión, una justicia siniestra en la que los jueces no tienen en la práctica nada que decir y en la que existe una comisión dependiente del gobierno de turno que puede cerrar páginas a su antojo en virtud del criterio que le venga en gana y cuya composición, además, no se puede siquiera conocer. La circular de la Fiscalía sigue, por supuesto, en vigor: compartir sin ánimo de lucro no es ilegal, enlazar tampoco lo es, y lo único que ha ocurrido es que España tiene ahora un sistema legal en el que “hay clases”: si eres un ciudadano normal, usas la justicia ordinaria, y si eres de la industria de los contenidos o una entidad de gestión, tienes tu “tribunal especial”. Es sencillamente demencial, un absurdo del sistema, una ley que debe ser derogada lo antes posible.

P. ¿Podría decirse que las P2P y las páginas de enlaces son el top manta de la Red? ¿por qué son tan populares entre la gente?

R. El P2P y las páginas de enlaces son populares porque responden a una demanda que la industria no ha querido servir. A estas alturas, cada vez que un contenido es creado y puesto en circulación debería estar inmediatamente disponible para su consumo en todos los formatos: gratis financiado con publicidad, en modo de micropago y sin ella, en forma de suscripción con tarifa plana, en soporte físico, en sala de cine… de todas las maneras en las que un usuario se pueda plantear consumirlo. En lugar de plantearse eso, lo que hace la industria es cometer dos errores gravísimos: uno, persistir en un modelo de ventanas de explotación geográficas y por formato que resulta completamente insostenible y que fomenta los canales irregulares; y dos, trabajar con el esquema de precios derivado del sistema anterior, que hoy en día no tiene ningún sentido. En esas condiciones, y con una industria convertida en un enemigo antipático que insulta, denuncia y persigue al usuario, el público recurre a los canales irregulares.

P. ¿Cómo podría lograrse un cambio en la mentalidad de la ciudadanía? ¿Cómo se puede convencer a la gente que pague por las descargas?

R. Partiendo de una base fundamental: que hay que proponer un producto adecuado, con un precio adecuado, unos canales adecuados y una publicidad/promoción adecuada. Con buenos productos a buen precio y en canales que acomoden cualquier modalidad de consumo, la red puede ser un poderosísimo aliado, porque pocas cosas pueden competir con una disponibilidad inmediata en un solo clic a un precio disuasorio o con un modelo suficientemente atractivo. Kim Dotcom lo puso muy claro en un solo tweet: “How to stop piracy: 1 Create great stuff 2 Make it easy to buy 3 Same day worldwide release 4 Fair price 5 Works on any device”

P. ¿Qué diferencias hay entre una P2P y una página de enlaces?

R. En una página P2P, los contenidos son descargados directamente del ordenador de los usuarios, mediante un protocolo muy eficiente que extrae fragmentos de múltiples orígenes en función de su velocidad y disponibilidad, y los vuelve a montar en el ordenador de destino. Los únicos responsables son los propios usuarios, y perseguirlos es completamente absurdo, porque lo único que se conseguiría, en último término, sería que empezasen a operar bajo diferentes capas de anonimato. Si persigues algo que no puede ser perseguido y que es además atractivo, se seguirá haciendo, pero con sus participantes convenientemente enmascarados. En una página de enlaces se facilitan típicamente enlaces a repositorios donde la obra está almacenada para su descarga directa, de manera que se puede intentar obtener una prueba de que lo que está en ese repositorio es efectivamente una obra sometida a derechos de autor y ordenar su retirada.

P. Simplificándolo mucho, ¿es justo que se penalice al consumidor final?

R. Es sencillamente absurdo. El usuario final busca un producto, y lo consume en las alternativas que el mercado le permite. Si la industria deja dinero encima de la mesa porque se niega a satisfacer una demanda que podría ser convertida en dinero, aparecen otros actores que se encargan de hacerlo. Mientras la industria se dedicaba a chillar histérica que era “imposible competir con el todo gratis” y se afanaba en insultar y perseguir a sus clientes, actores como Kim Dotcom demostraron no solo que se podía crear un producto atractivo, sino que además, los usuarios estaban dispuestos a pagar. Quien se niega a evolucionar, es atropellado por la evolución. Perseguir al consumidor final no solo es absurdo, sino que además, es un esfuerzo completamente estéril que solo trae resultados negativos a quien lo intenta. La única manera de luchar contra los canales irregulares es crear alternativas que el mercado prefiera sobre estos, asumiendo que siempre habrá una cierta demanda residual en los irregulares que será imposible detener. Y que ya que está ahí, puede incluso ser convertida en beneficios: hoy en dia, lo mejor que le puede pasar a una obra es ser líder en las páginas de descargas, porque eso significa que muchas personas están hablando de ella, y eso lleva a alimentar un fenómeno que hace que otras personas la consuman a través de sus canales regulares. Hoy, lo que todo creador debe desear es ser líder de descargas a través de todos los canales: es una garantía de éxito económico.



(Enlace a la entrada original - Licencia)

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