29 enero 2013

Twitter Cards, pónselo más fácil a tus lectores

El pasado día 23 vi un par de tweets de Ricardo Galli en el que comentaba lo sencillo que le había resultado implantar Twitter Cards en Menéame, así que lo comenté con mis amigos de Blogestudio para ver la posibilidad de hacer que funcionasen en esta página.

Un mensaje comentándolo, y en cuestión minutos, unas cabeceras en las páginas SINGLE y una general en el resto de páginas (un procedimiento similar a como se integra Facebook) siguiendo simplemente las instrucciones de esta página, una previsualización en esta otra página haciendo login con tu cuenta, y un envío de solicitud de aprobación a Twitter en este formulario.

Tres modalidades: Summary Card, la más habitual y la que tengo yo, que simplemente añade bajo el tweet un resumen y una foto de la entrada referenciada; Photo Card, que presenta una fotografía en tamaño más grande e ideal para entradas consistentes en material gráfico; y Player Card, para mostrar un reproductor de vídeo, y que requiere de algunas comprobaciones más de cara a su aprobación. Tras enviar el formulario y recibir un aviso de que mi solicitud sería estudiada en un plazo de entre cinco y diez días, al día siguiente recibí un mensaje comunicándome que tanto mis Summary Cards como mis Photo Cards habían sido aprobadas. Rápido, sencillo e indoloro.

Las Twitter Cards están convirtiendo a Twitter en un medio cada vez más potente: la posibilidad de ver desde dentro de la propia Twitter una fotografía, un vídeo o el resumen de una entrada hace más fácil a los lectores el acceso a la información y permite a los creadores de información difundirla de una manera más cómoda para sus usuarios. La contrapartida, claro, es un posible clickthrough inferior: aquellas personas que no estuviesen seguras del contenido de la entrada a través de la información visible en el tweet o que quisiesen ver una fotografía o un vídeo referenciados en el mismo se veían antes abocadas a entrar en el medio correspondiente haciendo clic en el enlace, mientras que ahora pueden al menos comprobar si les interesa o directamente visualizar dicha fotografía o vídeo dentro de Twitter.

Esa fue la razón para que, a principios del pasado diciembre, Instagram decidiese suspender su uso de las Twitter Cards y hacer así que sus fotos dejasen de ser accesibles desde dentro de Twitter: en pleno lanzamiento de sus páginas de usuario en la web, Instagram quería que las fotografías compartidas por los usuarios fuesen visualizadas no dentro de Twitter como se hacía hasta el momento, sino llevando clics a sus propias páginas. La medida generó no pocas críticas incluyendo la amarga entrada titulada The web we lost, de Anil Dash, en la que se criticaba la tendencia cada vez más marcada a la construcción de “jardines vallados” y compartimentos estancos en la web.

La contrapartida de la medida de Instagram para supuestamente ganar tráfico en sus páginas es, como resulta evidente, una mayor incomodidad para sus usuarios. La motivación para que un usuario comparta la fotografía que acaba de hacer a través de Instagram es precisamente que visualizarla a través de Twitter o Facebook resultaba tan sencillo, que un material recién creado alcanzaba tasas de viralidad elevadas en cuestión de pocos minutos.

Pero pedir a los usuarios más esfuerzo, aunque sea un solo clic más puede resultar más complicado de lo que inicialmente suena. De hecho, ¿cuál ha sido el resultado neto de la medida puesta en práctica por Instagram? Pocas semanas después, todo indica que el porcentaje de visitas desde Twitter a Instagram se ha elevado al 5% (antes era únicamente del 2%, presuntamente aquellos usuarios que deseaban escribir algún comentario), pero resulta en una pérdida total de un 11% de personas que accedían al contenido cuando hacerlo era sencillo desde dentro de Twitter. En tráfico total, la medida no parece afectar en modo alguno, más allá de variaciones estacionales como el fin de semana o las vacaciones: precisamente esas variaciones que algunos, desconocedores de que las series temporales es preciso desestacionalizarlas antes de analizarlas, utilizaron para pretender mostrar un “terrible descenso” en las cifras de Instagram supuestamente debido, según ellos, al cambio de las condiciones de uso. Pues bien, ese descenso nunca fue real.

Sin embargo, que el descenso de usuarios de Instagram no fuese real no quita que la medida de eliminar las Twitter Cards no suponga una incomodidad mayor para sus usuarios, y algo que, desde mi punto de vista, no supone una buena dirección en lo que un servicio web debe significar para los mismos. De acuerdo que no es lo mismo un texto del que solo se previsualiza un fragmento o snippet, que una foto o un vídeo cuya totalidad puede ser consumida dentro de Twitter sin generar la subsiguiente visita al sitio, pero para mí, la primera consideración es la comodidad del usuario. En mi caso, por tanto, la opción era clara: prefiero que consumir mi contenido sea más fácil que difícil, que esté disponible en cuantos más sitios mejor… así que bienvenidas, Twitter Cards.



(Enlace a la entrada original - Licencia)

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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.