Mi columna en Expansión de esta semana se titula “Perdiendo el tren” (pdf), y está motivada por dos cosas: por un lado, un artículo de The Economist titulado “A Cambrian moment“ en el que se describe la actual explosión de startups y de nuevas ideas derivada de la fortísima disponibilidad de “piezas” con las que construirlas, nuevos elementos de software, hardware, entornos abiertos, APIs, plataformas, etc.
Por otro, la evidencia de que el mito de los nativos digitales son ni más ni menos que eso: un mito. Si se les descuida y se les deja que evolucionen libremente, sin ningún tipo de asesoría ni formación, los jóvenes actuales son exactamente igual de negados y de torpes que sus mayores. O más, porque pierden en experiencia y en sentido común. Examinando el uso de tecnología de los jóvenes españoles actuales, se desprende una familiaridad con muy pocas herramientas, con modelos de uso absolutamente absurdos y mal planteados, poco más que una evolución asilvestrada de las plataformas como el SMS o el Messenger de hace algunos años.
Desprecio a lo nuevo, pereza, falta de ambición, incomprensión con respecto a las posibilidades de la tecnología, y salvo escasas excepciones, desprecio de lo tecnológico. Si creías que esta era la generación de nativos digitales que nos iban a sacar de la crisis cuando fueran mayores, olvídalo: en su uso de tecnología son peores que la generación que está ahora en sus treintas o en sus cuarentas. Si pensabas que eran muy listos porque pasaban mucho tiempo con el móvil o con el ordenador, olvídalo: estaban todo el rato haciendo la misma rutina estúpida, sin salir de una o dos plataformas. Mientras sus mayores creen que son poco menos que ingenieros de la NASA, la realidad es que son auténticos iletrados digitales que lo único que saben hacer es teclear rápido. Y es que nacer en una época determinada no asegura que vayas a hacer buen uso de las herramientas a tu disposición.
Un desastre que resulta de no haber sabido incorporar el aprendizaje de la tecnología como elemento horizontal en la formación, de despreciar las nuevas plataformas, de no motivar ni formar a los profesores, y de dejar que toda una generación de jóvenes crezca pensando que la tecnología sirve para cotillear estupideces y para hacer bullying. Un déficit en la educación que puede significar que nuestro país pierda un tren que me parece importantísimo.
A continuación, el texto completo de la columna:
Perdiendo el tren
Según The Economist, el mundo está viviendo una auténtica explosión cámbrica: como en aquel período geológico en el que todos los factores fisicoquímicos se combinaron para dar lugar a la aparición de miles de especies vegetales y animales donde antes únicamente había criaturas simples, el escenario mundial ve cómo una infinidad de elementos se combinan para dar lugar a toda una nueva revolución: software, hardware, plataformas y startups de todo tipo están empezando a redefinir todos los conceptos de la economía.
En muchos países, la programación y la tecnología se han convertido en una prioridad en la educación. No necesariamente convertir a los estudiantes en programadores, pero sí introducir las ciencias de la computación como fuente de aprendizaje de reglas fundamentales para vivir rodeados de objetos programables. El dinero fluye hacia nuevas empresas gracias a unas barreras de entrada que no paran de reducirse, a un ecosistema con piezas cada vez más diversas y reutilizables. Hardware y software cada vez más abierto, más barato y más accesible están generando un fenómeno imparable e interesantísimo. Prepararse para ese escenario es fundamental.
Mientras, en España, un gobierno que teme todo aquello que no es capaz de comprender reforma la educación sin prestar la más mínima atención al factor tecnológico, creando una generación de supuestos "nativos digitales" que están en realidad muy lejos de serlo, porque tienen una capacitación tecnológica y digital que está sensiblemente por debajo de otros jóvenes de su entorno comparable. ¿Dónde están los esfuerzos por adecuar la educación al ecosistema en el que se desenvolverán los profesionales del futuro? ¿Qué está haciendo la política ministerial y educativa al respecto?
Mientras el mundo empieza a coger el tren del progreso… España lo está perdiendo.
(This post is also available in English in my Medium page, "Missing a golden opportunity“)
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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