La reciente adquisición de McAfee por parte de Intel tiene una lectura muy interesante cuando vemos las notas de prensa que se han publicado sobre ella, y es la derivación del tema hacia la inminente popularización de ese concepto del que llevamos tanto tiempo oyendo hablar: la llamada “internet de las cosas“.
McAfee es una empresa que me evoca recuerdos de los orígenes de la red, muy anteriores a la popularización de Internet: el fichero que más habitualmente nos bajábamos de las BBS a principios de los ‘90 eran las primeras versiones de su antivirus, al principio Viruscan, después la combinación Scan y Clean… eran programas fundamentales en una escuela de negocios con laboratorios dados a la circulación promiscua de ficheros entre cientos de alumnos. Y John McAfee ya estaba allí. Cierto es que los virus no eran entonces lo que son ahora, han pasado de meras travesuras de programador aburrido a ser toda una industria dedicada a la delincuencia organizada, que el escenario de la seguridad ha cambiado enormemente, y que han aparecido otras compañías con propuestas muy vanguardistas e interesantes. Pero McAfee estaba allí entonces, y seguía estando ahora.
De Intel, poco se puede contar. Una empresa que ha crecido a un ritmo de doble dígito y con una incesante actividad de adquisiciones. Mantener esos márgenes de crecimiento está llevando a muchas empresas tradicionalmente de hardware a adquirir compañías de software, como es el caso. Pero las perspectivas de Intel son las que son: que sus procesadores estén presentes en cada vez más dispositivos, que van mucho más allá del concepto de ordenador, desafiando nuestra imaginación: automóviles, monitores clínicos, electrodomésticos de todo tipo, alarmas, ganado, mascotas… prácticamente cualquier cosa que se nos pueda pasar por la imaginación. Ante un escenario como ese, las posibilidades de cara a la seguridad se vuelven mucho más complejas, y requieren de nuevos desarrollos coordinados, capaces de generar soluciones de seguridad que alcancen todos esos nuevos escenarios donde nos disponemos a poner procesadores, inteligencia. Un virus en tu sistema de alumbrado doméstico puede martirizarte durante un rato, pero uno en un sistema de control aéreo puede desencadenar un accidente con cientos de víctimas.
Con una Intel preparándose para lo que hasta ahora estimábamos como un escenario futurista de novela de Philip K. Dick, es el momento de empezar a pensar en la evolución de nuestras actividades, tanto personales como empresariales, en un mundo definido por esa “Internet de las cosas”. Cisco evalúa el número actual de dispositivos interconectados en treinta y cinco mil millones, alrededor de cinco por cada ser humano, y habla de alrededor de un billón de dispositivos con potencial de ser conectados a la red, con un crecimiento estratosférico de cara al futuro. Esta adquisición apuesta dinero del de verdad en ese escenario, y nos lleva a plantearnos que muy posiblemente, determinadas predicciones de futuro ya no estén tan situadas en el futuro novelado: están ya prácticamente aquí.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.