María Vega, de El Mundo, me llamó para hablar brevemente de Tuenti al hilo de los rumores que hablan de una posible entrada en su capital de Telefonica, y ayer recogió algunas frases de la conversación en su artículo “Alierta quiere comprar Tuenti“. Mi opinión en este sentido es sumamente simple: Tuenti me gusta, me ha gustado desde prácticamente sus inicios. La posible operación, no especialmente. El aporte de más recursos para una hipotética expansión de la compañía podría ser positivo, aunque se me ocurren muchos socios mejores que Telefonica en ese sentido y que podrían plantear mejores sinergias. No veo complementariedades entre una red social y una empresa de telecomunicaciones, y las que se me ocurren, sería mucho mejor por el bien de ambos que no llegasen a ponerse en práctica. Y en cuanto a la posibilidad de que signifique la más mínima interferencia en la gestión de Tuenti por parte de Telefonica… pocas cosas se me ocurren con perspectivas más espantosas.
(Enlace a la entrada original - Licencia)01 agosto 2010
2 comentarios:
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.
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Pero, que sabe telefónica de niños con piercing que graban videos y los suben a internet?? No entiendo nada.
ResponderEliminarSupongo que Telefónica se mete en cualquier cosa que tenga la posibilidad, por remota que sea, de dar pelas en el futuro, sobre todo si la puede comprar por calderilla, como supongo que sería el caso de Tuenti, si se acaba dando la operación.
ResponderEliminarTeniendo cash, pueden permitirse el lujo de arriesgarse en ese tipo de operaciones. Es un poco la estrategia de Google, que compra todo lo que se menea y que puede tener cierta posibilidad de éxito. Con unos beneficios tan brutales, que unas cuantas operaciones de ese tipo fracasen, no les supone demasiado.