La evolución de las redes P2P, sin duda el sistema de distribución de contenidos más eficiente inventado por el hombre, está siendo muy interesante debido, sobre todo, a la presión que aquellos que no saben beneficiarse del mismo intentan ejercer. Desde hace mucho tiempo se viene hablando del crecimiento de las llamadas darknets, redes privadas entre pares en las que el contenido, además de poder circular perfectamente cifrado, es sometido a un control de acceso, lo que representa una transición desde las redes P2P públicas hacia algo que define mucho mejor la naturaleza del peer-to-peer: una red entre personas que se conocen.
Ahora, el proceso de crear y desarrollar una red de este tipo se está simplificando de manera exponencial, lo que obviamente dificultará la monitorización a la determinados agentes quieren someternos. Ars Technica escribe un interesante artículo, “Darknets and the future of P2P investigators“, en el que comenta, por ejemplo, la última versión de LimeWire, que pone la tarea de crear una red privada al alcance de cualquiera independientemente de su nivel de conocimientos técnicos. Unido a servicios igualmente pujantes, como Dropbox, que permiten compartir ficheros entre redes de personas especificando si se hace de manera pública o restringida, lo que empezamos a ver es el dibujo de un panorama en el que compartiremos los materiales que nos dé la gana, independientemente de la situación de sus derechos, con quien nos dé la gana, en redes con un control de acceso establecido por cada uno de sus miembros. Como cuando antes bajabas a pedirle una película o a prestarle un CD a tu vecino de abajo, pero a través de la red. Un escenario diferente al de la macrored P2P a escala planetaria, pero seguramente con mucho sentido a escala social si hablamos de recomendación de contenidos o de difusión de materiales: que nuestro entorno afecta lo que vemos, lo que escuchamos y lo que nos interesa resulta evidente, y nada quita que una persona pueda, además, pertenecer a varias redes en función de intereses diversos. Al final, se trata de demostrar una vez más lo que ya todos sabíamos: que hay fenómenos que son completamente imparables y que redefinen el panorama de determinadas industrias. Y sobre todo, que ennegrecen el panorama de aquellos que no se saben adaptar: puedes infiltrarte en una red masiva, pero hacerlo en una de amiguetes, de familiares o de vecinos resulta, por obvias razones, mucho más complejo, además de insostenible. Nos vamos a divertir.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
0 comentarios:
Publicar un comentario
ATENCIÓN: Google ha metido en Blogger un sistema antispam automático que clasifica como spam casi lo que le da la gana y que no se puede desactivar.
Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.