Se calcula que en los Estados Unidos, uno de cada cinco conductores circulan sin el seguro obligatorio, y que este número crece a medida que se incrementa la incidencia de la crisis económica. Los conductores sin seguro, además de incurrir en una ilegalidad, contribuyen al incremento del coste de las pólizas del resto de los conductores, que se ven obligados a cubrir la eventualidad de tener un accidente contra un vehículo no asegurado. Sin embargo, los conductores no asegurados únicamente son identificados cuando son detenidos por alguna otra violación del código o inspeccionados de manera rutinaria, dado que hasta el momento, no existía ninguna manera de comprobar el estado del contrato de seguro de un vehículo en tiempo real.
Una empresa norteamericana, InsureNet, ha desarrollado una tecnología de interconexión de bases de datos múltiples con el fin de poder verificar de manera instantánea la validez de la póliza de seguro de un vehículo en circulación: la empresa se alimenta con los datos de las aseguradoras, y crea un código único (UC) formado a partir del número de póliza y del número de identificación del vehículo (VIN). En el momento en que un vehículo pasa por una cámara de control de tráfico sin estar provisto de una póliza válida, el sistema genera de manera automática la correspondiente multa, como aplicación inmediata del principio de “si no tiene usted seguro, no puede estar ahí”. Del mismo modo, un policía equipado con su infraestructura habitual de comunicaciones - PDA, radio, etc. - puede verificar de manera inmediata el estado de la póliza de un vehículo en circulación. El servicio, que intenta consolidarse como un estándar, se está ofreciendo a las administraciones estatales, que se plantean su adopción no solo por los evidentes beneficios de retirar a los conductores no asegurados de la circulación, sino también por su enorme potencial recaudatorio: la idea de una red de cámaras ya existente que se convierte en una máquina de enviar multas sin intervención humana de ningún tipo ni escalar en costes salariales es un escenario que las administraciones ven sin duda con sumo interés.
Lo cuenta Wired en “New database tells Big Brother you’re uninsured“, un artículo en el que además de detallar el funcionamiento del sistema (más profusión de detalles en la descripción del servicio de la propia compañía), trae a colación, lógicamente, el eterno debate entre seguridad y privacidad: en el fondo, lo que hacemos es retornar la discusión al escenario con el que yo fantaseaba hace unos años, el de una combinación de tecnologías comletamente a la Minority Report que permiten que un vehículo - o una persona - sea identificado cuando accede a una vía, y permanezca enviando datos sobre su velocidad e incidencias de circulación, de manera que las infracciones son conocidas, reportadas y aplicadas en tiempo real. Un escenario de vigilancia permanente completamente digno del 1984 de Orwell y que a muy pocos dejará indiferentes, pero que tecnológicamente está mucho más cerca de lo que parece: vehículos dotados de transmisores obligatorios con GPS que reportan la velocidad y coordenadas a intervalos regulares o en función de las condiciones establecidas para la ruta, cámaras que monitorizan el tráfico y toman nota de las matrículas… nada que no se pueda construir con la tecnología existente, y que además, desde el punto de vista de la Administración, ofrece mayor seguridad y, además, se paga solo mediante las sanciones impuestas. Pasar de “pagar cuando infringes y te ven” a simplemente “pagar cuando infringes”, porque “verte, te ven en todo momento” requiere algo más que un planteamiento teórico o de vialbilidad tecnológica: es prácticamente cambiar la naturaleza del contrato social.
¿Estamos los ciudadanos dispuestos a aceptar un papel semejante para la tecnología? El debate entre privacidad y seguridad no es nuevo, pero se torna cada día más candente a medida que la tecnología ofrece nuevas posibilidades. Por el momento, según fuentes de la empresa, la ciudad de Chicago y el estado de Mississippi han declarado su interés por el sistema, y se espera que otras administraciones las sigan a medida que se desarrollan los primeros proyectos piloto. De esto al uso de biometría y a la monitorización permanente cuando vamos por la calle, va un suspiro: tecnologías en su mayoría ya existentes, únicamente en espera de su despliegue e implantación.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.