Una muy buena entrada en Techdirt, “Thinking about real copyright reform“, comenta un paper de Jessica Litman en el que la experta pone de manifiesto las verdaderas necesidades de la profundísima reforma que imperiosamente necesita el concepto de copyright: a pesar de la dura oposición de aquellos que piensan que todo debe seguir igual y que es lícito hacer lo que sea con tal de mantener artificialmente la situación que les permitió convertirse en imperios económicos, resulta evidente que el modelo actual no sirve a ninguno de los dos componentes fundamentales de la ecuación, ni a creadores, ni a usuarios, y únicamente es sostenido por la tozudez interesada de los intermediarios de la cultura. Como todo monopolio, el copyright ha generado una situación de radical ineficiencia para todos los implicados, menos para los que ejercían dicho monopolio.
La evolución de la tecnología ha permitido que hoy cualquiera pueda llevar a cabo una distribución masiva de una obra sin necesidad de realizar para ello costosas inversiones. Mantener la situación que había cuando ésto no era así es simplemente enfermizo. Pero ante todo intento de reforma, se impone la visión de quienes hablan de “robo”, de “expolio”, de “piratas” y de “delincuencia”, de quienes tienen interés en presentar un panorama siniestro, con el único interés de preservar su margen de beneficios. De quienes pueden pagarse un privilegiado nivel de acceso a unos políticos a los que pintan un panorama completamente apocalíptico y convencen de la complejidad de la situación y de la necesidad de su asesoría.
Para plantear una reforma del copyright, es indispensable partir de una mentalidad limpia. Los políticos deben ver la situación real, no esa visión negra y perversa que los intermediarios tienen tanto interés en proyectar. La reforma del copyright debe producir una simplificación radical de las leyes, dar el poder a los creadores en lugar de a los intermediarios, respetar los derechos de los usuarios, y desintermediar para alejar el control de esos intermediarios que hoy controlan las leyes. Para ello, es fundamental entender el copyright como algo que se aplica a la explotación comercial de las obras, no al uso personal de las mismas, simplificar lo que el copyright cubre (en lugar de repartir cada posibilidad entre infinidad de licencias de todo tipo), devolver el control a los artistas para que puedan recuperar aquellos derechos gestionados o adquiridos por terceros, y eliminar a todos esos intermediarios obligatorios que operan bajo figuras legales difusas y se enriquecen parasitariamente a costa de los creadores.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.