La polémica con la versión 6 del navegador Internet Explorer de Microsoft, conocido habitualmente como IE6, ha alcanzado ya prácticamente todos los rincones de la web: mientras una larga lista de empresas web y diseñadores crea la asociación IE6 no more y sitios populares como Facebook, Digg o YouTube anuncian que dejarán de dar soporte a usuarios que pretendan seguir utilizando este vetusto navegador desarrollado en el año 2001, Microsoft publica una entrada en la que, aunque recomienda encarecidamente la actualización a siguientes versiones de su navegador, afirma respetar la libre elección de sus usuarios, entender la problemática de los usuarios de redes corporativas, y el compromiso de mantener el soporte a esta versión.
¿Dónde está la raíz del problema? IE6 data del año 2001. Cuando se puso en el mercado, Microsoft era líder absoluto: desaparecido Netscape y sin ningún competidor ante sí, IE6 llegó a tener un 95% de cuota de mercado. El navegador venía integrado con el sistema operativo Windows, y los fabricantes de PC estaban prácticamente obligados a instalar tanto uno como otro si no querían quedarse fuera del mercado. Ante una situación que se prometía estable, muchas empresas desarrollaron aplicaciones corporativas de todo tipo sobre esta plataforma, sin tener en cuenta que ésta no respetaba más estándares que los suyos propios. Ahora, la situación muestra su moraleja: a pesar de los más de ocho años del navegador, de la disponibilidad en el mercado de opciones muy buenas para actualizarse tanto de Microsoft como de sus competidores, y de la existencia de una fuerte presión en la web para la actualización, la mayoría de los sitios reportan todavía porcentajes superiores al 10% de usuarios de IE6. Pero IE6 carece de soporte para cuestiones básicas en la red de hoy en día como CCS V2 o transparencias PNG, además de ser un desastre absoluto en términos de seguridad y de impedir completamente el avance hacia los nuevos estándares comprendidos en HTML 5. Y mantener el soporte a los usuarios que entran con IE5 supone un verdadero quebradero de cabeza para programadores y diseñadores, tiene un elevado coste, o se convierte ya en prácticamente imposible.
¿Qué lleva a un usuario a mantener tozudamente una versión de navegador del año 2001, como si el tiempo se hubiese detenido? Una encuesta realizada por Digg sobre usuarios de IE6 proporciona la pista clara sobre ello: sobre un total de 1571 resultado válidos, un 37% de los usuarios dicen que no actualizan porque carecen de derechos de acceso como administradores a sus ordenadores, mientras un 33% afirma no actualizar porque alguien en su trabajo le dice que no puede hacerlo. Un total del 70% de los usuarios de IE6 utilizan este navegador porque, lisa y llanamente, no tienen otra opción. Como dice la entrada del blog de Digg, a estos usuarios, “ofrecerles un mensaje diciendo ‘¡Actualízate!!’ no solo no tiene ningún sentido, sino que constituye además una forma de sadismo”. La situación aparece claramente explicada en la página que la coalición “IE6 no more” ha dedicado especialmente a los usuarios corporativos.
¿Qué nos enseña la actual situación? Los peligros de aceptar estándares de facto y el impacto que éstos pueden tener sobre la innovación: en un plazo de tan solo 8 años, quien apostó por un entorno propiedad de una sola empresa para sus usuarios y decidió apalancar su desarrollo en ella se encuentra hoy atrapado, y ve como el resto del mundo avanza a una velocidad completamente diferente a la suya. En muchos casos, actualizar a un nuevo navegador conlleva, en entornos corporativos, actualizar aplicaciones que utilizan IE6 como front-end, y tiene igualmente un coste económico. Cuando hace ocho años, los Directores de Sistemas optaron por la tecnología de Microsoft para evitar repetir los errores del pasado con las legacy applications, la empresa simplemente les engañó: sus aplicaciones acabarían, en un plazo de tan solo ocho años, siendo tan legacy como las anteriores. En otros casos, la actualización es una simple cuestión de voluntad: los administradores no quieren hacerlo o bien para evitarse el trabajo extra que supone, o porque son de esos que piensan que es mejor mantener a los usuarios alejados de determinados sitios de Internet para evitar que pierdan el tiempo.
Si eres directivo en una empresa, examina tu navegador. Si es Internet Explorer, revisa su versión, y si te encuentras IE6, investiga. Te vas a encontrar con una persona a cargo del Departamento de Sistemas que, como mínimo, tendría que dar explicaciones: por haber tomado una mala decisión hace años, por mantener un navegador que es una amenaza permanente a la seguridad o, simplemente por mantener a la empresa y a sus empleados en plena Edad de Piedra. La resistencia de IE6 a morir es un auténtico descrédito para la profesión de Director de Sistemas, y un ridículo espantoso para las empresas que lo utilizan, equivalente a tener hoy en día un Seat 1500 de 1965 como automóvil de empresa para sus directivos. Tu empresa y sus usuarios merecen más en términos tecnológicos. El problema con IE6 no solo es IE6 en si mismo y las posibles consecuencias de usarlo sino, mucho peor, su valor como indicador: lo que quiere decir que todavía lo tengas entre manos.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.