A estas horas ya lo habrás leído en todas partes: Facebook saca la chequera y, tras haber intentado adquirir a finales del año pasado al líder en el segmento del microblogging, Twitter, opta por la compra de FriendFeed, un servicio que a mí personalmente me encanta, pero que plantea muchísimos solapes en su concepto de lifestreaming con las propias actualizaciones de Facebook. La adquisición pinta francamente bien para FriendFeed, una startup de doce empleados que se incorporan en su totalidad a Facebook mientras los cuatros fundadores pasan a formar parte del equipo directivo de la compañía. A Bret Taylor, uno de los fundadores, tuve la ocasión de conocerlo en el último EBE, y escribí la reseña de su charla para el blog del evento.
La adquisición se cierra por un total de cincuenta millones de dólares, un 10% de lo que se llegó a barajar en el caso de Twitter: quince millones en efectivo, y el resto en acciones de Facebook a la misma valoración con la que se produjo la entrada del último socio (un total de seis mil quinientos millones, frente a la desmesurada valoración de quince mil millones basada en una oferta parcial de Microsoft que se barajaba en el caso de la operación de Twitter) y que vencen a lo largo de varios años con el fin de incentivar la permanencia del equipo directivo de FriendFeed, cuatro ex-googlers de reconocido prestigio, en la compañía.
El concepto de FriendFeed es el de proveer a sus usuarios con una herramienta de seguimiento de sus contactos que recoja más aspectos de su vida online que las meras actualizaciones: mientras en Twitter generalmente sigues lo que una persona quiere contar de sí mismo y de lo que está haciendo, FriendFeed hace enormemente sencillo consolidar en un solo canal cuestiones como, por ejemplo, lo que cuentas en modo microblogging, las entradas que escribes en tu blog, las fotos que subes a Flickr, los viajes que introduces en Dopplr, las noticias que lees en Google Reader, y en general cualquier cosa que genere un feed RSS. El concepto es, sin duda, mucho más rico, pero a lo largo de sus cerca de dos años de historia, únicamente ha conseguido atraer a algo menos de un millón de usuarios (Facebook tiene alrededor de trescientos cincuenta millones de usuarios), muchos de los cuales utilizan FriendFeed como “contenedor” de sus actividades en la red, pero con un nivel de implicación directa generalmente bajo. El servicio, por otro lado, es difícil de diferencia conceptualmente para el usuario medio de las actualizaciones de Facebook sin plantearlo como un “lo mismo, pero mejorado”: mientras en Facebook necesitas actualizar para ver los cambios, en FriendFeed éstos van apareciendo solos en forma de secuencia, y puedes “trabajarlos” un poco más, seleccionar o filtrar de manera más sofisticada.
FriendFeed se mantendrá como servicio a la vez que su tecnología se reutiliza en Facebook. En realidad, la compra de FriendFeed plantea fundamentalmente la incorporación a Facebook de un equipo directivo sin duda muy interesante con un buen nivel de compromiso, y dispuestos a trabajar en la construcción de un concepto de red social que incorpora de una manera más central el concepto de lifestreaming, un “seguir a tus amigos” de una manera más completa. El valor de FriendFeed, por tanto, no está en su número de usuarios, sino en convertirse en una interesante apuesta de futuro en la evolución de Facebook y en su concepto de red social.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.